SOLO HAY QUE OFRECER ALGO MAS QUE EL ALMA.
Mientras Superman viajaba hacia Gotham, algo llamo su atención pero había decidido simplemente ignorarlo, pero cuando escucho una frase, se detuvo en enseguida. “Puedo revivirlo”, aquella dos palabras hicieron que su corazón volviera a latir, aquellas dos palabras era lo que necesitaba escuchar.
Descendió con Bruce entre sus brazos hasta tocar el suelo, frente a él había un hombre de avanzada edad. A simple vista, no tenía un aspecto fuera de lo común, de hecho no tenía nada de especial, era un simple ser humano como cualquier otro, pero había pronunciado aquellas palabras mágicas, por lo cual, estaba dispuesto a escuchar su propuesta.
Puedo traerlo de vuelta… y si aceptas, debemos comenzar con la preparación ahora mismo, dijo el Alquimista mirando fijamente al héroe que pese a su expresión de dolor, también demostraba algo de esperanza.
¿En verdad puedes hacerlo?, sonrió de forma aliviada, si en verdad no le estaba mintiendo, eso significaba que podía volver a estar con Bruce otra vez.
Puedo, respondió seguro, ¿quieres estar con él otra vez?, pregunto.
Superman, Clark y Kal, los tres dijeron que si, inmediatamente. No sabía porque pero le creía, aunque de igual forma, cavia la posibilidad de que le estuviese mintiendo o no funcionara, pero aun así, intentaría todo… porque a estas alturas, ya no tenía nada más que perder.
Cuando Superman ingreso a la casa del hombre, quedo asombrado de lo tétrica que era, no era una casa como todas las demás, el viejo hombre estaba obsesionado con la muerte o con el estudio de esta, tenia libros apilados por todos lados, imágenes pegadas en las paredes, recortes de diarios sobre las mayores tragedias de los últimos tiempos, habían símbolos en las paredes pintados de color rojo sobre un fondo negro. Espero que sea pintura, pensó nuestro héroe.
Déjalo sobre la mesa, pidió el Alquimista, Superman obedeció y al instante escucho las instrucciones del hombre: te diré que lo que voy hacer, pero cuando empiece… no debes detenerme, bajo ningún motivo, ¿entiendes?, Superman asintió en silencio.
El Alquimista se acerco al cuerpo y mientras cortaba la parte superior del traje retomo el dialogo: el primer paso es purificar el cuerpo, lo limpiare con agua en base de hierbas y minerales, después tatuare la piel de su cuerpo con símbolos, estos representan algunos fragmentos del libro de los muertos, el cual es un mensaje que básicamente dice: pido la transferencia de un alma del mundo de los muertos hacia al mundo de los vivos. Cuando haya terminado de hacer eso, pondré unos brazaletes en sus muñecas, tobillos, y cuello… con todos esos pasos previos… iremos a un lugar muy especial.
Superman se mantenía expectante, veía como aquel hombre desnudaba a Bruce, pero no se molesto porque veía que este estaba más preocupado en trabajar que andar husmeando. Sabía que debía preguntarle el porqué lo hacía, pero en realidad no le interesaba, lo que si le interesaba, era saber si en verdad podía hacer lo que le había prometido.
El Alquimista subió las mangas de su camisa hasta los codos, se sentó junto al cuerpo y sumergió un paño dentro de un recipiente lleno de una mezcla especial. Comenzó limpiando desde la parte superior del cuerpo hacia la inferior, de forma prolija y esmerada logro que incluso las heridas quedaran solo como marcas sobre la piel.
Cuando termino aquello, tomo una navaja e hizo un profundo corte en la planta de ambos pies. Superman le iba a reclamar pero el viejo le miro serio y le dijo: no debes interrumpir, ¿lo recuerdas? Frente a eso, se tuvo que conformar y seguir siendo un mero espectador. Abrió las heridas y dentro de ellas echo oro en polvo, tomo la piel y la cosió casi logrando que no se notara.
El siguiente paso era hacer los símbolos y escribir el mensaje sobre la piel, encendió una pequeña cocina la cual le proporcionaba una llama constante, tomo la navaja y expuso el filo de esta al fuego, cuando logro que estuviera al rojo vivo comenzó a grabar unos garabatos sobre la piel. Las zonas que debían ser tatuadas eran:
Cuello: representa la voz.
Hombros: representan la fuerza.
Pectoral izquierdo: representa el corazón.
Palmas de las manos: con el fin que se conserven las líneas de vida.
Abdomen: representa la unión del cuerpo con la vida (relación madre –hijo, durante el embarazo)
Muslos: representan el sustento del cuerpo.
Espalda en toda su extensión: aquí se escribe en idioma egipcio el mensaje “Les ofrezco algo más que el alma… les ofrezco el cuerpo como muestra, de que estamos dispuestos a pagar la equivalencia de intercambio que ustedes consideren como justa, para transferir el alma que descansa en el mundo de los muertos hacia el mundo de los vivos”.
Hacer todo eso le llevo un día entero, pero cuando observo su obra, sonrió satisfecho, era perfecto. Solo faltaba una cosa por escribir, con la navaja al rojo vivo en su manos derecha, le pregunto a Superman, cuál era el verdadero nombre de Batman. Este le contesto Bruce Wayne, y eso fue lo que escribió en su frente.
Cuando Superman pregunto el porqué, este le respondió: en el mundo de los muertos, están todas las almas del universo, alberga almas tan viejas como el mismo origen de la vida, por eso es necesario identificar el cuerpo para que sea devuelto con el alma que le corresponde.
Llegaba más de un día y medio sin dormir, pero valía la pena. El Alquimista había sufrido toda su vida entre la indecisión de hacerlo o no, en ciertas ocasiones sentía que si debía, debía honrar a todos sus antecesores y compañeros que sufrieron la injustica de la sociedad porque esta simplemente no entendía lo que hacían.
Pero otras veces, temía a las consecuencias. Todos los Alquimistas saben de antemano que no se puede obtener nada sin dar algo a cambio, y en su larga experiencia, molestar a los muertos no es bueno. Por eso había dudado tanto, pero ahora, ya estaba viejo y era el único que quedaba, no tendría más que esta oportunidad que esta para demostrarle al mundo, la Verdad de la Muerte… todos verían al último gran Alquimista lograr una Transmutación Humana… quería disfrutar ese reconocimiento, lo deseaba más que nada en el mundo.
El último paso era simplemente, colocarle unos brazaletes los cuales están forjados en base de hierro con cobalto, los cuales le dan la propiedad de ser muy magnetizante. Observo con cuidado el cuerpo y finalmente dijo: Esta listo.
Mientras Superman sonreía ingenuamente, el Alquimista estaba serio, algo en su interior le decía que debía detenerse, que era muy mala idea lo que iban hacer. Cerró los ojos y pensó, trato de que esa advertencia no le hiciera dudar, tenía que hacerlo… estaba escrito en su destino… ese era el propósito de su vida… toda su existencia se basa en lograr esto. Abrió los ojos y recobro su seguridad.
Superman le miro ansioso y le pregunto: ¿qué sigue? El Alquimista sonrió levemente y dijo: Ahora… nos iremos de viaje.
El hombre preparo un bolso y mientras estaba ocupado en eso, Superman se saco su capa y envolvió el cuerpo de Bruce con ella, no le gustaba que ese hombre haya profanado la piel de su amado con esos raros símbolos, al pensarlo con detenimiento, algo le preocupo, lo cual lo motivo a preguntar: ¿estos símbolos se quedaran en su piel de forma definitiva?
No, cuando ingrese al mundo de los muertos, todo el daño que le causo la muerte y todo lo que a su cuerpo le haya pasado después de muerto, se quedara ahí, cuando regrese será como si siempre hubiese estado con vida. Contesto el Alquimista con su bolso listo.
Superman le agrado escuchar eso, cargo a Bruce ente sus brazos y espero a que el hombre le dijere a donde viajarían.
¿Por qué aquí?, pregunto Superman y escucho: porque en el Triangulo de las Bermudas es la entrada al mundo de los muertos, es por eso que siempre desaparece todo aquel que entra en esa zona. Habían robado un barco y estaban pleno altamar. El Alquimista le dijo a Superman que sobrevolara la zona, y cuando viera unos pequeños destellos en el agua, simplemente arrojara el cuerpo ahí, ya que ese lugar era el centro del triangulo.
El se hundira y a medida que lo haga, el magnetismo de las pulseras interactuara con el magnetismo propio del lugar, se generara una energía tan grande, que lograra abrir el portal y el cuerpo ingresara al mundo de los muertos…. si ellos consideran que debe regresar… lo hará. El Alquimista miro con severidad al héroe y continúo hablando: si regresa, escucharas su corazón latir, de forma inmediata debes ir por él a las profundidades del mar y traerlo aquí, conmigo. Debo ver en qué estado regreso… debo ver si algo mas regresa con el…
Aquellas últimas palabras del hombre no habían tenido ni el mas mínimo impacto en Superman, porque en lo único que estaba concentrado era en la posibilidad de volver a estar con Bruce. Superman voló por sobre el mar, inspeccionaba cada centímetro de agua en busca de alguna reacción, minuto tras minuto su miedo de que no funcionara aumentaba. Tenía miedo de vivir sin Bruce, tenia pánico a despertarse un día mas, sin tenerlo a su lado.
Continuo volando sobre aquellas extrañas aguas hasta que un destello apareció a sus pies. Después de varios segundos volvió a ocurrir lo mismo, es aquí, dijo seguro. Miro el rostro de Bruce y le dedico una mirada llena de amor, estaremos juntos otra vez susurro y después beso sus labios, sin miedo alguno dejo caer el cuerpo.
Observo como Bruce se hundía, sus cabellos se movían con delicadeza, poco a poco los destellos comenzaron a aparecer alrededor de los brazaletes, y mientras continuaba descendiendo, la oscuridad propia de la profundidad del mar hacían más relucientes la estática. Llego un punto en el cual no solo los brazaletes brillaban, sino que todo el cuerpo y el agua que lo rodeaba, en un instante una luz brillante ilumino todo el fondo del mar.
El Alquimista se había mantenido lejos del triangulo, simplemente veía muy a lo lejos, un punto que sobrevolaba el mar. Su corazón latía con fuerza, comenzó a llorar producto del miedo, movió la cabeza y se llevo las manos al rostro, sabía que esto tendría un alto precio, sabía que había condenado al mundo a pagarlo.
La enorme cantidad de energía causo una explosión que causo que el agua se agitara violentamente, fuertes ondas se iniciaban y se expandían a gran velocidad, el mar parecía furioso, parecía estar advirtiendo que dentro de él, algo estaba por ingresar a este mundo.
El brillo seguía iluminando un punto exacto en el Triangulo de las Bermudas, aquel brillo era la luz más blanca y segadora nunca antes vista, y de pronto, todo desapareció, el mar volvió a oscurecerse y lentamente volvía a la calma.
Desde las profundidades, un corazón comenzó a latir, Superman reconoció ese sonido de inmediato, así que se sumergió a gran velocidad en el agua, en segundos llego hasta él. Lo tomo entre sus brazos y lo rescato. Al salir del agua, no podía dejar de sonreír, Bruce estaba vivo. Hizo lo que el hombre le dijo, regreso al barco.
El Alquimista, miro dudoso a Bruce, le miro con aprensión. Por un segundo no quiso acercársele pero tenía que hacerlo. Inspecciono dentro de su boca, abrió sus parpados, reviso las zonas donde había grabado los símbolos, con terror pidió que lo voltease, con el fin de mirar su espalda, nada, no había nada. Se supone que el cuerpo regresaría con la respuesta, de lo que ellos consideraban se que debía pagar por la trasferencia del alma. No pidieron nada a cambio, pensó y eso le alivio en cierta parte, suspiro y sonrió, todo salió mejor de lo que esperaba.
¿Está bien?, pregunto Superman sin entender porque ese hombre reaccionaba de esa forma. Si, contesto el Alquimista, todo está bien.
Superman tomo una toalla y comenzó a secar su cuerpo, Bruce estaba muy frio pero aun así, sentía la calidez que tenía un cuerpo con vida. Todo en el era tal como siempre lo fue, uso su visión y la hemorragia no estaba, así como las fracturas que había sufrido. Superman lo acuno entre sus brazos y se preocupo que aun no abriera sus ojos.
Ni sueñes que despertara ahora, dijo el Alquimista de pronto, su cuerpo está agotado, así que perfectamente puede dormir por días. Por ahora confórmate que este con vida… vete, llévalo a casa. ¿Y usted?, pregunto Superman, pero el hombre negó con la cabeza y contesto: me quedare aquí… tengo mucho que pensar.
Superman le agradeció con el corazón que lo hubiese ayudado, y sin más se elevo para ir de regreso a la mansión, Bruce debía recibir los cuidados correspondientes, y que mejor que Alfred para aquello. En poco tiempo, aterrizo en el balcón de la habitación de Bruce y vio Al, sentado sobre la cama. Cuando este le miro, lo hizo tan desoladamente que demostraba perfectamente como esta de herido su corazón por el duelo de su joven amo, pero Superman sonreía, y eso desconcertaba al mayordomo.
Alfred, he regresado y Bruce también, dijo antes de recostarlo sobre la cama. Alfred no entendió nada pero vio como su joven amo respiraba, se acerco con dudas y toco su mejilla, su piel estaba tibia. Entonces volteo el rostro y miro al héroe. Pero dijeron que… no pudo concluir su frase porque Superman le dijo: no Alfred, está vivo.
Después de bañarlo, secarlo y ponerle de pijama, lo acomodaron en la cama, para después guardar silencio para que continuara descansando. Ambos hombres se mantenían de pie junto a la ventana. Alfred quería preguntar que había sucedido pero Superman prefería dejarlo para otro momento.
Deberás disculparme Alfred, pero necesito pedirte que nos dejes a solas. El mayordomo sonrió y asintió, se acerco a su joven amo y le beso la frente, le miro por última vez y dio las gracias a lo que sea que haya pasado y permitido este milagro.
Clark se ducho rápidamente y se puso pijama, entro a la cama y abrazo a Bruce, le beso en los labios y sonrió fascinado cuando sintió que estos están cálidos y algo húmedos. Escuchando como su corazón latía, fue que se durmió tranquilamente.
Pasaron tres días, y Bruce seguía dormido, Alfred estaba preocupado pero Clark estaba tranquilo, mientras escuchara su corazón latir, todo estaba bien. La noticia de que Bruce estaba de vuelta, lleno de alegría a la Liga, todos querían verlo pero Clark se los negó, Bruce no estaba en condiciones por el momento. Ya llegaría un momento en el cual Batman hiciese su aparición, este pensamiento causa mucha gracia en Clark, porque eso le haría creer a las personas de que el Héroe de Gotham es inmortal.
El Alquimista había regresado a su casa después de una larga meditación, todo había salido bien pero seguía sintiendo que todo había salido mal. Tiro el bolso al suelo y se saco la ropa, tomo una ducha, estaba cansado, ya no estoy para estos trotes, dijo mientras se recostaba en la cama. Su vista quedo fija en el techo, aun repasaba cada momento, y no comprendía el porqué no habían pedido nada a cambio.
Mientras Clark dormía profundamente, Bruce abrió los ojos…
El Alquimista escucho un ruido, se sentó en la cama y escucho claramente como alguien estaba caminando por el pasillo. Se puso de pie y tomo el bate que siempre ha guardado debajo de su cama, abrió la puerta y observo, no había nadie pero un nuevo ruido provenía esta vez de la sala, camino hasta allá pero no vio a nadie. Encendió las luces y al voltear se encontró cara a cara con Bruce.
¿Cómo entraste?, pregunto el viejo de forma nerviosa, pero Bruce se mantenía en silencio al tiempo que sus ojos azules le seguían observando penetrantemente. ¿Quién eres?, pregunto de nuevo el Alquimista pero Bruce negó con la cabeza. El hombre retrocedió unos pasos, tenía la sensación de que debía huir.
He venido personalmente, a decirte cual es el precio que deben pagar, Bruce se acerco al hombre y acaricio su mejilla con delicadeza mientras hacia un movimiento negativo con la cabeza: ustedes siempre me decepcionan.
Al escuchar eso, se aparto rápido de Bruce, corrió hasta la puerta pero al llegar a ella, de pronto se vio a si mismo sentado en un sillón, su cuerpo no le respondía a su voluntad así como sus ojos ni siquiera podían parpadear, se mantenían abiertos de par en par. Cuando vio a Bruce acercase a él lentamente, sintió pánico, algo ha regresado con él, algo realmente peligro y poderoso, cuando pensó eso… entendió que nunca debió haber hecho lo que hizo.
Ustedes… siempre encuentran la forma de desobedecerme… estoy cansado, me cansan… ¿puedes creerlo? Bruce acerco sus manos al rostro del hombre y abrió su boca. Todo tiene un precio… todo. Dicho esto metió sus dedos dentro de la cavidad y sujetando cada mandíbula fue que aplico fuerza para separarlas. El hombre agonizaba sin siquiera poder formular ningún sonido. Metió su mano derecha en la enorme boca desgarrada y continuo avanzando por la garganta, cuando su mano tomo lo que le interesaba retiro su brazo del hombre ya era un cadáver desfigurado sentado en un sillon
Bruce miro lo que tenía entre sus dedos, se asemejaba bastante a una pequeña esfera de color blanco brillante, aquello era el “alma” que todo ser viviente tiene en su interior. Empuño su mano y esta se desvaneció. Este el precio, que deben pagar… ¿no te parece justo?, miro al Alquimista.
Clark busco el cuerpo de Bruce, al encontrarlo sonrió, le miro y noto que seguía dormido. Espero que mañana despiertes amor, le susurro y le abrazo con ternura.