¿SEGURO QUE ESTÁ DORMIDO?
“No llores… ya es tarde… lo sabes… no te preocupes… no duele… te amo… Kal”. Eso era con lo que Clark soñaba una y otra vez por las noches, aquella pesadilla consistía en las últimas palabras de su amor antes de morir. Despertaba sudando y con una terrible opresión en el pecho, aunque ya había pasado varios días de aquello, no podía quitarse de la mente aquella escena tan desgarradora.
Había perdido a Bruce pero también le había recuperado, pero de igual forma no podía borrar la sensación de angustia. Su corazón le decía que Bruce había muerto y no volvería nunca más, pero su cuerpo le decía que Bruce estaba a su lado, que había regresado. Esa discordancia le llevo a besar la piel de su novio, tenía que sentirlo cerca, más cerca que nunca, respiro su aroma, si… es el, susurro contento.
Superman se despidió de Alfred con el encargo de que estuviera pendiente de Bruce, el mayordomo sonrió y lo prometió, aunque no había necesidad de prometerlo. Superman tenía muchos asuntos pendientes, ya que había abandonado todo por hacerle compañía a Bruce, por lo que su primera tarea del día, era ir a casa del Alquimista, al tiempo que estaba por llegar a su destino, Bruce abrió los ojos.
Al estar en la entrada, Superman escucho un ruido proveniente dentro de la casa, alguien se estaba acercando a la puerta, de pronto el Alquimista le recibió diciéndole: pasa. Se sentaron en la sala y Superman se asombro de ver que la casa muy diferente ha como estuvo por última vez, todo estaba ordenado y limpio, no había ni un rastro de esos libros extraños o de símbolos en las paredes… era una casa normal y corriente.
¿Cómo esta?, pregunto el Alquimista al tiempo que le observaba fijamente, su rostro estaba inerte y carente de emociones, parecía estar tenso y descargaba esa incomodidad a través del continuo movimiento de su pierna derecha.
Bien… sigue dormido, respondió algo nervioso Superman. Había dejado pasar varios días para tener la suficiente valentía para atreverse verle, aquel hombre le había ayudado mucho pero también estaba preocupado porque este sabia la identidad de Batman. Si hace público lo que hizo… también será publica la identidad secreta de bruce, y eso es algo que mi novio no me a perdonar, pensaba mientras le sudaban las manos.
¿Seguro que está dormido?, pregunto el Alquimista casi en un tono divertido y Superman le miro confuso, a lo que respondió: si... ¿por qué?, y el viejo le contesto: podría estar en este momento… aquí. Superman uso su visión y su súper oído, para concluir: estamos solos.
El Alquimista se puso de pie y comenzó a recorrer la sala de forma lenta y segura, su vista caía en cualquier objeto al azar mientras que sus manos se entrelazaron entre sí. Suspiraba contantemente mientras pensaba, estaba reflexionado en cómo actuar. Cuando se detuvo, lo hizo detrás del sillón del héroe, le miro y hablo:
¿Estás contento?... ¿crees que fue bueno traerlo de vuelta?... ¿no pensante en las consecuencias?, pregunto y obtuvo las siguientes respuestas: sí, sí y no. Déjame que te hable de las consecuencias y del precio que debes pagar, continuo hablando el viejo mientras que dejaba sus manos sobre los hombros del héroe, se acerco y le hablo al oído: El mundo de los muertos es una gran puerta con una cerradura inviolable, no importa cuánto supliquen jamás se abrirá… pero si le llegara a forzar para extraer algo de ese mundo, nunca más se podrá volver a cerrar la puerta… porque esta queda inservible… ¿crees que eso es bueno?
Superman sintió un frio recorrer su espalda, tenía una sensación extraña… tenía miedo. Volteo el rostro y le miro de reojo, los ojos del viejo brillaban y sus manos aplicaban una fuerza sobre sus hombros casi incoherente, para un simple humano normal.
El Alquimista continúo hablando: no lo sabes… y yo tampoco lo sabía, debí pagar el precio para entenderlo… pero como estaba diciendo, una vez que se abre la puerta, esta queda dañada por siempre… entonces es así, como se rompe el equilibrio… lo natural es nacer para morir, morir para volver a renacer… tu… rompiste esa regla… ¿por qué?... ¿por amor?... te diré algo sobre el amor, parte de eso consiste en aceptar la perdida sin importar cuánto duela porque al final tu tambien moriras... todos moriran… ahora responde, ¿lo volverías hacer?
Cuando el Alquimista escucho un rotundo: sí, frunció el ceño y aparto sus manos de Superman, retomo su caminata por la sala. Dando vueltas constantemente en círculo fue que de pronto se detuvo y dijo: la muerte es muy celosa y orgullosa… odia que le arrebaten algo… tal vez, venga personalmente a buscar el alma de tu amado, sin importarle todo lo más.
¡Le protegeré!, Superman se puso de pie y frunció el ceño, sus puños apretados destilaban furia ante la posibilidad de que Bruce vuelva a morir. ¡Me enfrentare a quien sea¡… ¡no permite que nadie me lo quite! Al escuchar eso, el Alquimista frunció aun más el ceño y quedo en silencio, su cuerpo se tenso. Cansado de que la conversación que no llega a nada, finalmente le dijo a Superman: Recuerda este día… recuerda tus palabras… porque cuando creas que todo está bien, en realidad todo estará mal, dijo el viejo mientras se deslizaba para tomar asiento.
Superman decidió no decir nada más antes de irse, el Alquimista había dejado en claro que no tenía la intención de hacer público lo que hizo y menos, revelar la identidad secreta del héroe caído en acción.
El Alquimista vio como el héroe abandonada la casa y le dejaba solo, suspiro y cerró los ojos, ¿te enfrentaras a mi?, pensó mientras sus labios esbozaban una sonrisa, su cuerpo de hombre de edad desaparecía y cambiaba, para recobrar su verdadera forma, Bruce abrió los ojos y susurro: veamos hasta que punto podrás luchar contra mí.
Alfred estaba ordenando la habitación con esmero de no hacer ruidos que interrumpiera el descanso de su joven amo. Se sentó a su lado y con cuidado le acaricio su frente, no pudo contener las palabras que tenía en su garganta desde el día que supo la trágica noticia, quería decirle las palabras que había pensado a modo de despedida. Así fue que hablo: Joven amo, creo que usted no se imagina cuan orgulloso estoy de usted, así como sin duda sus padres también deben estarlo de usted… sus sacrificios han salvado a muchas personas y eso lo hace merecedor de una vida feliz. Ahora está aquí… así que me gustaría que usted se diera la oportunidad de disfrutar de la vida… tiene a un hombre que le ama profundamente por lo que debe cuidarse, tiene mucho por que vivir… joven amo… usted es mi mayor orgullo y no me canso de pensarlo y decirlo, usted es un héroe.
Le beso la frente y se levanto de la cama, lentamente camino hasta la puerta, estaba por salir de la habitación cuando de pronto sintió un ruido detrás de él, volteo lentamente y se asusto de ver a Bruce observándole fijamente. Retrocedió hasta que su espalda choco contra la puerta. Bruce levanto sus manos y le acaricio las mejillas a Alfred, sus labios se movieron y Alfred escucho: ustedes… siempre me decepcionan.
Superman paso la tarde en Metrópolis y después fue a Atalaya, todos le preguntaban cuando podrían ver a Bruce pero este respondía que pronto, muy pronto. El mundo estaba a salvo, con ese pensamiento llego a la mansión junto con el atardecer. Aterrizo en el balcón e ingreso al cuarto, se molesto de ver a Bruce solo, llamo a Alfred pero no llego, lo busco por toda la mansión y no le encontró.
Regreso a la alcoba y se sentó junto a su novio, a lo mejor salió un momento pensó mientras movía su mano para acariciarle la mejilla. Superman sintió su corazón detenerse cuando Bruce poco a poco abría los ojos.
¡Bruce!, grito emocionado y le abrazo, lo tomo entre sus brazos y no le soltó. Bruce apenas mantenía los ojos abiertos pero si esbozo una sonrisa, débilmente le correspondió el abrazo y susurro: ¿Qué paso?
Estas débil, debes descansar… no te preocupes, todo está bien, ¿sí?, le dijo mientras lo recostaba en la cama, estoy feliz, dijo mientras las lagrimas corrían por sus mejillas, tan feliz que apenas lo creo. Bruce le observo y acerco su mano al rostro de Clark, seco su piel con sus dedos, el héroe tomo esa mano entre las suyas y la beso con amor.
Estoy cansado, susurro Bruce mientras cerraba sus ojos, ¿por qué me siento tan cansado? Pregunto a punto de volverse a dormir. Clark le miro y decidió entrar a la cama para dormir junto a él.
Duerme mi amor… cuando despiertes yo estaré aquí esperándote, tengo tantas cosas que decirte que no sé por dónde empezar. Clark beso sus labios y después le abrazo, acomodo su cabeza sobre su pecho y antes que Bruce se durmiera de forma definitiva le pregunto: ¿has visto a Alfred?
Frente aquella pregunta, Bruce solo susurro: no… creí que estaba aquí… ¿le habrá pasado algo malo?, oculto su rostro en el cuerpo de Clark y sonrió.