El primer gran paso de Bruce fue soportar todas las atenciones de Kal, este suplía las funciones de Alfred, ya que aun sin razón aparente, llevaba ausente casi un mes. Los héroes de la Liga ya estaban acostumbrados a tener de vuelta a Batman, así que ya no lo abrumaban con visitas o conversaciones casi absurdas.
Mientras todo estaba bien para Kal, Bruce mantenía su vista fija por la ventana, desde Atalaya se podía apreciar la belleza de la Tierra en su esplendor, aquello ameritaba que le dedicara un tiempo indeterminado en aquella admiración. Un mundo tan pequeño puede albergar tanta vida, un mundo tan frágil puede llegar a soportar la destruición interna a la cual se expone cada día. No hay lógica en eso, no hay razones por las cuales el hombre sienta el derecho de que todo le pertenece.
La mirada de Bruce estaba absorta en aquel astro, acariciando el vidrio logro atrapar al planeta azul entre sus dedos, suspiro derrotado y susurro con suavidad: “ustedes siempre causan problemas… no importa donde evolucionen o se desarrollen, no importa donde mueran… nunca aprenden nada… ustedes… siempre me decepcionan”
Un universo está compuesto de materia, los agujeros negros atrapan la luz… la vida es consumida por la muerte, pero esta última no puede prosperar cuando ocurre un nacimiento. Siempre hay lados de la moneda, dos caras, dos opciones, dos caminos que nunca son iguales… la verdad detrás de la verdad, no es más que esto, un muerto que regreso a la vida pero que los que están con vida deben morir, eso es todo… no hay más.
Superman abrazo a Batman y susurro: siempre tan pensativo, a veces tengo envidia de aquello que te mantiene alejado de la realidad… quisiera que solo pensaras en mí.
Batman cerró los ojos y suspiro, los volvió a abrir y miro fijamente al reflejo del hombre que le miraba con amor. Bruce pregunto: aun no me has dicho que sucedió, ¿morí?... por favor, dime la verdad
Ante eso, Kal dudo pero considero que era mejor no decir la verdad, así que invento una breve historia sobre un medico que actuó rápido y que además uso tecnología muy avanzada para tratarlo. Mientras él hablaba, Bruce le escuchaba atento, interrumpía cada vez que algo no tenía sentido, pero siempre obtenía una respuesta demasiado coherente, así que la conversación fue finalizada con un beso, unas caricias y un abrazo que decía mucho.
No le gustaba que Kal le siguiera mintiendo, pero no podía hacer nada porque el mismo le mentía a todos, no era Bruce, no del todo pero decirlo solo haría que los demás le creyeran afectado el estrés post traumático o por la muerte misma. Se dedico a meditar mirando las estrellas, sentía como el amor de Kal se proyectaba con cada gesto, el más mínimo acto era en completo beneficio de Bruce, “absurdo” concluyo Batman mientras volteaba y abrazaba a Superman, “absurdo”.
Patrullaje nocturno en Gotham.
Desde lo alto, la vista de la cuidad le era algo fascinante, es increíble que con un poco de cemento, metal y vidrio, el hombre puedan crear hermosos edificios llenos de vidas, cada rascacielos contiene en si interior centenares de personas que trabajan y prácticamente viven ahí. Asombroso, pensó Batman mientras se ponía de pie. Sintió un pequeño dolor punzante y al inspeccionar noto que un dardo había atravesado su traje. Escucho una risa y después vio a un extraño hombre de cabello verde. Se observaron por unos minutos y finalmente el villano fue que hablo: “Me extraña que bajes la guardia Batsy, pero no me quejo porque hoy me divertiré… te inyecte el suero de la verdad… así que contesta a mis preguntas Batsy, hazme feliz!”
Batman le miro fijamente, noto que aquel hombre era sin duda muy diferente a los demás, que su frente tenga escrito dañado, es literal. De todos, este es quien más ha sufrido un trágico destino, es un perro persiguiendo autos, siempre corre el riesgo que le fracturen alguna extremidad. Lentamente se sentó en el suelo y espero que el Joker hiciera su show, tenía por seguro que daría un buen discurso sobre como él tiene la razón y los demás no.
“Primera pregunta Batsy… ¿a que le tienes miedo?” Batman medito por unos minutos y contesto: Le temo a ustedes y a lo que pueden llegar hacer en su propio beneficio.
El aire frio comenzaba a provocar que con cada frase, un vaho se hiciera evidente cada vez que hablaban. El joker traía consigo un bolso llenos de juguetes que quería probar con su héroe favorito, quería abrir su cabeza y ver por sí mismo, aquel cerebro que era capaz de idear planes brillantes. Se sentó frente al murciélago y continúo:
“¿Le temes a la muerte?” –pregunto y escucho la siguiente respuesta: “no porque ya estoy muerto”
Para el Joker eran respuestas raras pero no extrañas, en su instinto identifico una extraña sensación de inquietud, una sensación de nerviosismo o más bien, de alerta. Para disimular aquel repentino desconcierto, se rio, carcajeo muy fuerte para ver si así, recuperaba su característico estado de ánimo.
“¿Algunas vez has asesinado? –sabía que Batsy nunca lo había hecho pero de todas formas pregunto.
Batman cerró los ojos y su mente hizo un cálculo rápido, la respuesta hizo que el su oyente sintiera que le estaba tomando el pelo: “no existe cifra en este mundo que pueda expresar el número exacto”
Frente a eso, el Joker sintió que tal vez el efecto estaba pasando así que le administro otra dosis y volvió a preguntar, pero solo obtuvo la misma respuesta. Quizás formule mal la pregunta, pensó algo irritado.
“¿Por qué te convertiste en héroe?... ¿por qué defiendes Gotham? –con eso quería saber el origen de tanta oscuridad en el murciélago, de todos los superhéroes, él es el que más destaca por su personalidad casi desquiciada.
“¿En héroe?... las personas dependen de sus creencias… buscan un símbolo que los sustenten… yo quería que se sustentaran en mi… quería salvarlos… salvarlos a todos. Sobre Gotham… a mi parecer, es un lugar perfecto para abrir la puerta al otro mundo.
Nuevamente el Joker se removió perturbado, cada neurona de su linda cabecita le decía que Batsy contestaba con la verdad pero que su dialogo corresponde al de otra persona. “Sumamente raro” –pensó mientras movía los dardos entre sus manos.
“¿Eres Batsy? –pregunto con miedo.
El frio ya era inmovilizador, obliga a los cuerpos que no están abrigados en realizar la redistribución sanguínea para mantener irrigado a los órganos principales. El Joker temblaba casi como jalea pero Batman estaba imperturbable.
“En apariencia si” –contesto mientras levantaba la vista hasta el cielo.
En sus ojos azules, a través de su mirada, podía ver la verdad de cada quien, en el caso del sujeto de cabello verde, nunca entendió el mundo y quiere que el mundo deje de entender a los demás que si lo hacen, esa es su meta… su propósito.
“Aburrido, creo que me estas tomando el pelo Batsy, no dices nada coherente. Mejor voy hacer lo que desde un principio planee” –se puso de pie y se acerco al caballero de la noche, le inyecto un paralizante que su efecto es casi inmediato, le saco la máscara y quedo fascinado por aquel lindo rostro. Busco entre sus juguetes y encontró su bisturí. Inicio el corte en la frente y continuo avanzando de forma circular hasta que la piel se apartara del cráneo, la removió y comenzó a reír ya que por fin algo de lo que fantaseaba se hacía realidad.
Bruce sentía la sangre correr por su piel indemne, la sentía tibia y abundante. Su boca se mantenía cerrada al tiempo que ni una sola mueca de dolor adorna su rostro, su respiración se mantenía a un ritmo normal, así como también su corazón.
“Dolerá un poquito así que eso lo vuelve aun más emocionante”. De forma artesanal comenzó a cortar el cráneo, la sangre volvían resbalosas las manos del Joker que luchaba por mantener el ritmo o evitar que su herramienta se le escapara de los dedos. Con el cerebro expuesto, el Joker casi sufrió un orgasmo, era lo más maravilloso que nunca jamás sus ojos habían apreciado, aquella masa contenía los secretos más profundos de Batsy, aquella masa contenía la verdad detrás de la verdad. La roso con sus dedos y sin que pudiera controlarlos, estos se enterraron en ella, arrancaron parte de la sustancia sin importarle los efectos en su persona favorita. El Joker comenzó a correr de lado a lado, su risa generaba un eco en el abandono de la azotea del edificio.
“Todo está aquí” –decía mientras elevaba sus manos en tributo a la luna que brillaba en lo alto—¡por fin conseguí entrar en la mente de Batsy!
Al voltear se encontró cara a cara con Bruce, el Joker retrocedió un paso y confundido veía que su cabeza no tenía ni el mas mínimo rasguño.
“¿Qué… qu… q… –frunció el ceño porque se le dificultaba mucho hablar, de hecho, apenas podía gesticular. Sintió que algo tibio bajaba por su frente, cuando fue que esta llego a su boca fue cuando se dio cuenta de que sabia a sangre, era sangre. Con esfuerzo sus manos se movieron hasta su cabeza y estas tocaron su masa cerebral expuesta.
“Todo lo que supuestamente me hacías a mí, en verdad te lo estabas haciendo a ti mismo” –susurro Batman --- ahora te pregunto… ¿crees que vale la ser héroe y salvar al mundo?
El Joker no podía contestar pero si podía hacer un gesto negativo como respuesta, Bruce sonrió y sus manos acariciaron la mejilla del pobre diablo, lo que tenia de especial lo acababa de perder, ahora era casi como un planta que adorna una casa.
“Eres el único que no me decepciona… eres el único que entiende realmente… he venido a ayudarlos, he venido a salvarlos de sus propios actos… estoy aquí porque uno de ustedes rompió las reglas… ahora deben pagar el precio”
Mansión Wayne.
Bruce regreso como de costumbre, al amanecer. Cada vez que llegaba a casa su rutina consistía en quitarse el traje, tomar un baño, ponerse una bata y acostarse. Su vista quedaba fija en el techo mientras que sus oídos podían sentir cada latido de su corazón, los pasos en el corredor le indicaban que Alfred venia con el desayuno, pero solo esta vez, no era Alfred quien venía con el desayuno, era Kal.
“¿Cómo te fue? --pregunto con la mejor de sus sonrisas, se sentó en la cama y le entrego su bandeja llena de alimentos proteicos y deliciosos.
“Bien… creo que ya comienzo a entender la mentalidad humana” –respondió mientras tomaba la taza de café entre sus manos y la acercaba a sus labios.
Después del desayuno, Bruce toma una siesta mientras que Kal aprovecha ese tiempo para ir a Metrópolis y hacer sus quehaceres. Es un lindo día, pensaba mientras volaba a su querida cuidad. Apenas sus pies tocaron suelo, sus súper oídos escucharon una noticia que lo inquieto, una extraña enfermedad ha comenzado a asesinar a personas a una gran velocidad, los científicos nunca habían visto algo similar, comentaba Lois.
Trabajo todo el día entrevistando a cada científico que pudiera tener la más mínima noción de lo que sucedía, pero todos coincidían que de la nada la enfermedad afecta de una forma imprecisa en el cuerpo y causa la muerte en tan solo una hora. Causa falla multiorgánica y no hay nada que hasta el momento podamos hacer.
Con esa lapidaria conclusión, Kal sintió miedo de que Bruce se contagiara, dejo todo botado y voló a Gotham con el fin de advertirle lo que sucedía. Al llegar a casa, la primicia de la noticia estaba en la televisión, la misma que Bruce estaba atento observando.
“No quiero que salgas a menos que sea necesario” –impuso con la esperanza de que Bruce le obedeciera. Afortunadamente este asintió con la cabeza y dijo: “Me quedare en casa”
Era raro que Bruce dijera eso pero para Kal, era una excelente noticia, se acostó a su lado y abrazo a su novio. Jamás quería volver a sufrir por su muerte, porque si sucedía otra vez, su corazón se rompera de dolor.