Un nuevo día daba inicio, el caballero de Géminis se levanta cansado y le dolía su entrada, un fuerte dolor, pero se sorprendió cuando vio sus sábanas manchadas con un poco de sangre, se trató de levantar, pero cayó porque sus piernas estaban un poco débiles ¡¿Qué demonios ocurrió anoche?! No recordaba nada, sin embargo, una cámara de video que seguía grabando le llamó la atención, se dirigió hacia el aparto y lo tomó para después regresar cojeando hasta su cama, sentarse y más tarde que se sienta mejor ver lo que pasó en la noche.
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Durante toda la mañana el caballero de Leo se encontraba de tan buen humor que tanto su hermano y compañero de armas se extrañaron de esa actitud que no mostraba desde hace ya varios meses, pero es mejor verlo de aquella manera que una amarga y buscando pleito con Géminis. Terminaron de limpiar el templo de Piscis cuando el patriarca, personalmente, se presentó, los caballeros dorados hicieron una leve reverencia por el respeto que le tenían.
Shion: Buenos días, caballeros.
– Buenos días, patriarca.
Shion: Me sorprenden en ver el templo tan limpio. – observa de arriba para bajo, una gran diferencia que cuando estaba el guardián. – Muy bien hecho Aioros los has coordinado muy bien. – sonríe.
Aioros: Gracias, santidad. – le da una misma sonrisa, pero mucho más sexy. – Aunque debo de reconocer que no hubiese logrado este cambio sin mi amigo y hermano.
Shion: Está bien. – se puso serio. – Necesito que me acompañes al templo principal para que me ayudes con unos documentos.
Aioros: Será un placer, patriarca.
El caballero de Sagitario y santidad se dirigieron al templo principal para buscar los documentos que son muy “importantes”. Mientras tanto, los otros caballeros siguieron al siguiente templo para limpiar y dejarlo igual. Capricornio se dio cuenta de la buena actitud de su compañero que se imaginó sobre el plan.
Aioria: ¿No me vas a preguntar nada?
Shura: Pues, me imagino que salió a la perfección.
Aioria: Exactamente amigo mío. – sonríe. – Saga de Géminis se convirtió en mi pasiva. – ríe. – Le deje un recuerdo. Sólo es cuestión de esperar. – observa detalladamente a su compañero y notó algo completamente diferente. – ¿Hiciste algo en la noche?
Shura: ¿Se me nota tanto? – comenzó a sudar frío.
Aioria: Mucho, ¿Qué hiciste? – indagó.
Shura: Pues, mi Excalibur estuvo entreteniendo toda la noche hasta la mañana. – sonrió tan sólo de recordar.
No comprendió las palabras de su compañero y mejor siguió haciendo su debes, aunque ya quería ver la cara de Géminis cuando viera su linda película pornográfica, tan sólo era cuestión de esperar.
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Ya en la tarde el caballero de Géminis se dirigía hacia el templo de virgo para hacer las meditaciones, aunque iba cojeando y bastante molesto por ver la cinta que le dejó el caballero de Leo, iba diciendo cuanta maldición conocía. Al llegar al templo de Virgo se sorprendió en ver a su amante en una silla de ruedas, le daba ganas de reír.
Saga: No era para tanto. – sonríe. – Te he dejado en peores ocasiones y nunca estuviste en silla de ruedas.
Shaka; Sí, pero te sobrepasaste. – dijo serio. – Y puedo notar la furia que vienes cargando y tu cosmos se siente algo diferente.
Saga: Pues, estoy sumamente furioso porque. – saca la cinta. – Mejor ve por ti mismo. – suspiró.
El caballero de Virgo tomó la cinta y se dirigió hacia su habitación, invitó a su compañero, pero esté se negó ya que no deseaba recordar nada. El rubio puso el video y se vio lo siguiente…
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Aioria desvestía a su presa lentamente y con cuidado, en su mirada se notaba lo gusto que se encontraba por cumplir su venganza, al tenerlo desnudo completamente lo vio detalladamente para ver como iba a empezar. Lo primero que hizo se dirigió hacia el cuello del Géminis succionó, mordisqueo y besó dejando unas cuantas marcas. Terminando la acción se dirigió hacia los pezones y lamió y succionó, escuchó los suspiros y gemidos tan tiernos de su presa, no le importaron ya que le daba señales de que lo estaba disfrutando y le daría ese placer aunque estuviese dormido, se fue quitando su ropa ya que sentía como su miembro deseaba tener libertar de su pantalón.
Géminis sentía las sensaciones, se encontraba muy sensible, pero le encantaba quien le hacia eso, se encontraba disfrutando. Decidió ver quien le provocaba tan buen placer. Abrió sus ojos y vio, un poco borroso, unos caballeros castaños y piel morena ya desnuda, lo reconoció de inmediato, Aioria de Leo, pero no le importó cuando sintió el mordisco en su pezón izquierdo soltó un gemido y susurró unas palabras.
Saga: Aioria, continua. – se sonroja.
El león dorado se asustó al escuchar a Saga conciente, pero se sorprendió con ese susurro que logró escuchar, una pequeña sonrisa dio y continuó con su trabajo, ahora que el gemelo se hallaba conciente y disfrutando sería más fácil su venganza de humillarlo.
Ya cuando las tetillas se hallaban endurecidas terminó su trabajo y ahora venía el siguiente, se dirigió hacia el miembro de geminiano y se lo ocurrieron muchas formas de volverlo loco. Con sus dedos rozaba y el gemelo temblaba por lo sensible, en ocasiones se arqueaba de tanto placer, sin embargo, el mejor momento llegó cuando el león dorado con su lengua lamió aquella carne con tanto deseo y mordió para excitar más a su pasiva.
Géminis soltaba gemidos y se mordía su labio inferior por tanto placer que sentía, un sonrojo en sus mejillas le hacia verse tan pasivo y catalogando al león como el mejor amante del universo hasta diciendo palabras sin coherencias. Perdiendo la cordura en esos momentos. Gemidos y jadeos de un hombre que antes era un activo y ahora se convirtió en el pasivo de uno de sus amantes; después de un tiempo soltó su esencial, el cual, el león no desaprovecho ninguna gota. Se acostó a un lado del gemelo, pero éste, aun no satisfecho, acariciaba al caballero del quinto templo provocándolo con sus encantos.
El castaño miró a su amante y esos ojos esmeraldas tan tiernos y sus mejillas sonrojaras le hizo sonreír, tomó su rostro y lo beso con tanta pasión provocando un sonrojo extremo en el de cabellos violáceos. Sus lenguas uniéndose y con sus manos acariciaban partes de sus cuerpos como el león que apretó con tanta fuerza los glúteos redonditos del gemelo y éste mencionado se movía provocando que sus miembros se juntaran en una danza ardiente y sus manos tocando el pecho bien marcado del moreno. Continuaron con esta danza de cuerpos hasta que sus esencias quedaron en sus partes íntimas, sus labios se separaron y soltaron un gemido al mismo tiempo.
Las temperaturas corporales se hallaban a temperaturas altas, podían sentir sus cuerpos calientes y el deseo de seguir toda la noche. El de Leo pensó que debía de terminar con su película pornográfica, pero el gemelo no lo dejó ir, quería tenerlo toda la noche para él. Se separó de su amante y se puso en posición de cuatro.
Saga: Vamos gatito. – lo dijo en un tono sexy. – Móntame león Grrrrr. – hizo un gruñido.
No pudo evitar reír por la forma de comportarse del caballero más “Macho Alfa” del santuario, ya no era eso, simplemente uno de los tantos cogidos del santuario. Sin empezar hizo lo que le pidió el gemelo, se acercó y acarició para tentarlo a que le ruegue lo tanto que le hiciera y tenerlo en su interior.
Saga: No me hagas esto. – suspiraba. – Embísteme mi león. – gemido. – Te lo imploro mí… ¡Haar! – sintió el miembro de su amante entrar sin prepararlo, pero no le importó deseaba sexo duró. – gatito. – susurró para después comenzar a moverse y soltando sus gemidos.
Una danza erótica comenzó donde cuerpos chocaban, el miembro de gran león dorado salía y entraba, embestía de una manera salvaje a su gata en celo. Él sólo quería divertirse un rato con el gemelo, pero las cosas se pusieron interesantes y tentadoras que no se resistió. Con una de sus manos libres tomó el miembro del mayor para masturbarlo y se encargaba de embestirlo, quería darle el mejor orgasmo del mundo. Varias posiciones hicieron, que cualquiera si llegaba a enterarse del video querrá una copia para esas noches donde alguien de los amantes no se encontrada.
Las sábanas manchadas de esencias, una posición nueva, gemidos y el géminis siendo el pasivo disfrutando el éxtasis se dejaba hacer lo que el león le dijera. Un tiempo después llegaron al sexto orgasmo de la noche y terminaron rendidos. El gemelo terminó abrazó al león, recargado en su pecho y el del quinto se levantó sin que se diera cuenta su acompañante, se acercó hasta la cámara de video y de ahí ya no se vio nada más.
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El caballero de la virgen no sabía que decir en esos momentos, se quedó boquiabierto y con una hemorragia nasal por lo acabado de ver. Aunque, en sus adentro se estaba riendo del gemelo porque al final el karma hizo justicia. Se limpió la nariz para ver a su ex amante, ya que dejó de ser el macho alfa del santuario, será la risa del santuario por una larga temporada. Al salir vio al gemelo muy rojo no sabía si de furia o pena, pero se reiría de él por un rato.
Shaka: Hola de nuevo Saga pasiva. – ríe.
Saga: ¡No empieces con tus juegos de mal gusto!
Shaka: Es que me da risa saber que Aioria tu pasiva se atrevió a revelarse en contra tuya para hacerse lo contrario.
Saga: Déjame recuperarme de mi entrada y después de ello vas a volver a complacerme como siempre.
Shaka: ¿Y Aioria?
Saga: Yo no será mi amante. – dijo determinado en su decisión. – Lo que me acaba de hacer no tiene perdón y ahora lo dejaré en paz para siempre.
Virgo se sorprendió porque nunca pensó que el caballero más poderoso de la orden de Athena se fuera a dar por vencido con uno de sus compañeros, pero si era su decisión no podía hacer nada. Sin embargo, lo evitaría a cualquier costa ya que si Aioria se reveló porque él no, después de lo ocurrido en la noche.
Más tarde el de Géminis y Virgo subía al templo del patriarca y se encontraron con Capricornio y Leo. El castaño observó al de Géminis, pero éste lo miró asesinamente, mientras que el dueño de Excalibur miraba de una manera sexy al de cabellos rubios y le regresó una sonrisa, sin embargo, un golpe fue recibido en el rostro del acompañante del león dorado.
Shura: ¡¿Qué te pasa, Saga?! – preguntó molesto.
Saga: ¡No mires a mi amante! – habló airado.
Shura: Yo no miraba a Shaka.
Saga: ¡Yo sé que te lo quieres coger, pero te digo que es mío!
Aioria: ¡Deja a mi amigo en paz! – se interpuso. – ¡Él seria incapaz de ver a tu amante!
Saga: ¡¡A ti no te hablo gato!!
Aioria: ¡No tienes el derecho de hablarme de esa manera! – comenzaba a molestarse.
Saga: ¡Te hablo como se me de la gana!
El caballero de la quinta casa no aguantó más y estaba por golpearlo, pero éste fue detenido por el caballero de Virgo que no quería que siguiera en más pleitos, además debía de llegar al la cámara del patriarca porque ya no aguantaba estar de pie.
Shaka: Saga, calma tus celos. – trató de calmar el ambiente. – Shura es sólo un amigo…
Saga: Un amigo que te imagina desnudo.
Shaka: No empieces con tus celos y mejor sigamos.
Lo toma de la mano y se lo lleva directo al templo del patriarca. Sin embargo, el caballero de Leo siente celos tan sólo de verlos agarrados de la mano le daba ira, decidió irse a su templo, pero con una gran furia y no comprendía su comportamiento para ponerse de esa forma. Mientras que el de Capricornio le dieron igual celos porque defendía mucho a su amante, no comprendía por qué no lo dejaba y estaban juntos, sin embargo, vio una pañuelo de él con olor a su rico perfume, pero tenía un mensaje que decía: “Paso a tu templo a las 10:00 P.M.” se podía ver que lo había escrito rápido, a lo mejor lo hizo mientras Aioria y Saga discutían, sonrió y se calmó, continuó bajando los templos e iría al pueblo para preparar una gran cena.
Mientras tanto, el león iba con tal furia por ver a SU Saga tomado de la mano con el que se hace llamar su amigo. No comprendía, su reacción no debía de ser aquella, además le valía poco la relación de amantes que tenían esos. Sin embargo, Géminis es suyo y no iba permitir que ahora él estuviera revolcándose con cualquier caballero.
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Los siguientes días no fueron nada fáciles para el caballero de León, vigilaba muy de cerca al de Géminis ya que éste se la pasaba todo el día ya sea con Shaka o Aioros, se imaginaba las miles de cosas que debían de estar haciendo y los tantos de juegos sexuales hacían. Ya no soportaba verlo con alguien, así que ya pensaba la manera de dejarle claro al gemelo quien es su dueño de ahora en adelante.
Géminis caminaba tranquilamente por el santuario. Por la noche debía de estar en el templo de Sagitario ya que le tocaba tener sexo con él. Pero últimamente tenía muchas sospechas sobre sus amantes, Shaka se la pasaba extraño y notaba marcas en su cuello que ni si quiera él dejó, pero a veces olía a otro perfume y no es de Virgo ni de él, Sagitario se la pasaba en el templo del patriarca, desde cierto punto comprendía por ser el sucesor de Shion, pero por otra parte estar horas encerrados ya es de sospechas y pensaba que ellos le estaban siendo infiel. Si fuese el caso no le quedaría de otra que dejarles en claro que él es el único hombre quien debe de estar en su vida.
Por los arbustos un felino vigilaba a su presa, esperaba el mejor momento para atacar a su conejo porque últimamente se tomaba mucha libertad para estarse acostando con su hermano y vecino. No permitiría que siguiera con ese juego de ignorarlo, desde aquella noche Géminis es únicamente suyo de nadie más.
La tarde se hizo presente y el caballero de Géminis regresaba hacia su templo para darse una ducha y después comenzaba la fiesta divertida. Entró a su templo, sin embargo, al entrar alguien lo tomó del brazo bruscamente, lo acorralo en uno de los pilares y lo beso apasionadamente. Sorprendido quedó el más poderoso de la orden de Athena cuando vio de qué se trataba del caballero que protege el quinto templo, no salía de su asombro hasta que sus labios se separaron.
Aioria: No te quedo claro, ¿Verdad? – dijo molesto. – Tú eres mío desde que te poseí y no debes de andar con alguien porque eres solamente mío.
Saga: Yo soy de todos. – sonríe cínicamente. – Pero…
De repente, el caballero de Géminis voltea al de Leo para quedar contra la pared, se acerca hasta su oído. El de Leo siente su respiración excitándolo por tener tan cerca y pegado.
Saga: Si tanto me extrañabas no era necesaria esta molestia. – dijo en un tono sexy. – Tan sólo reacciona a mis besos y caricias.
Besó el cuello del león dorado, lamiendo por la extensión y mordisqueando para dejarle unas cuantas marcas. Con sus manos expertas acariciaba por encima de aquella ropa que fue metiendo por debajo de aquella camisa del león. Éste gemía de tanto placer dado por el caballero de Géminis, se dejaba llevar, pero un circuito le hizo ver lo mal que estaba haciendo. Después de todo lo que sufrió con Saga y de volver su pasiva…. ¿Volvería ser la pasiva de nuevo? No permitiría aquello. De inmediato, le dio un puñetazo al gemelo dejaron a éste desconcertado por la reacción que tuvo su ex amante.
Aioria: ¡No me vuelvas a tocar! – dijo airado.
Saga: Bien que reaccionas a mis caricias. – sonríe cínicamente. – No quieres volver a ser mi pasiva y amante. – volvió a levantarse. – Te encantada como te hago el “amor”.
Una ofensa tan grande para el león dorado que le suelta otro golpe en el rostro enfureciendo más a Géminis.
Saga: Si me vuelves a poner una mano encima te voy a…
Recibe otro golpe de parte de su ex, no le perdonaría aquella ofensa así que sin pensarlo encendió su cosmos para atacarlo. El león respondió de la misma manera, encendió sus cosmos y atacó al de la tercera casa. Usaban sus mejores ataques dejándose heridos, no les importaba si se mataban su odio mutuo se encontraba ahí. Cuando daban el golpe final fueron interrumpidos por un muro de cristal que evitó lastimar a su rival.
El patriarca se encontraba en el templo principal esperando al de Sagitario para que le ayudara en algunos asuntos, pero momentos después sintió los cosmos de Saga y Aioria muy cercas así que se imaginó una nueva pelea de inmediato le informó a los otros caballeros de la ayuda que necesitaría para calmar a esos dos antes que se vayan a matar. Se teletransportó desde la cámara principal hasta Géminis donde no se equivocó en nada y cuando vio que estos se estaban por matar con un ataque de gracia intervino poniendo su muro de cristal, ahora los veía sumamente molesto por su comportamiento. En esos instantes fueron sostenidos por sus compañeros. Capricornio sostuvo a su amigo mientras que Virgo y Sagitario sostenían a su amante.
Shion: Me he cansado de sus peleas. – dijo molesto. – Pensé que aprenderían algo, pero veo lo equivocado que estaba. – miró a los caballeros del problema. – Aumentó sus ganas de pelear y no voy a permitirlo más. – suspira. – Aioros, Shura, Shaka… – dijo serio. – Ayúdenme en llevar a estos dos a un lugar donde aprenderán a ser compañeros de verdad.
Los caballeros obedecieron a su santidad, lo siguieron hasta un lugar alejado del santuario donde llegaron como a un templo casi igual a la cámara del patriarca, la diferencia es que estás contenían muchas habitaciones. Se pararon en frente de una de las puertas y metieron a los caballeros cerrando de inmediato la puerta.
Saga: ¡No puede hacerme esto!
Shion: Ya lo hice.
Aioria: ¡Cuando nos sacará de aquí!
Shion: Un mes.
Saga: ¡¿Qué vamos a comer?! – preguntó.
Shion: No se preocupen. Uno de sus compañeros se encargada de traer comida tres veces al día. – respondió. – Vamos caballeros.
Siguieron al patriarca dejando a los caballeros solos en aquel lugar que no sabían que se encontraba en el santuario. La única conclusión que sacaron fue que Athena lo mandó hacer para prisioneros o algo más. Revisaron la habitación y no parecía una prisión parecía un cuarto de hotel, por afuera parece prisión, pero adentro en lo mejor que alguien ha visto. Lo peor del caso es que únicamente una cama para los dos y matrimonial.
Aioria: No pienso dormir contigo. – dijo sin mirarlo.
Saga: Y no dormiré en el suelo. – molesto.
Aioria: Como hay suficiente espacio entonces yo elijo el lado derecho y yo el lado izquierdo.
Sin contestar se dirigió al baño para darse una ducha en el jacuzzi, que había ahí, mientras el león se quedó esperando ahí en lo que salía. Va ser un mes pesado, estar con su enemigo número uno de la vida. Por otro lado se alegraba demasiado que Saga ya no estuviera ni con Shaka y su hermano teniendo noches de sexo. El tiempo pasaba hasta que el de Géminis salió con una toalla amarrada en su cintura mostrando aquel cuerpo tan perfecto y no evitó sonrojarse.
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En la cámara principal, se encontraban Shion y Aioros juntos en una cama con unas batas y a su lado fruta que se daban mutuamente. Desde hace mucho tiempo que son amantes a escondidas de Saga de Géminis. El patriarca se enamoró de Aioros cuando se le dio una nueva vida, pero nunca se esperó que fuese el amante de Géminis así que comenzó en su conquista, cada favor era para estar cerca de él y mantenerlo lejos y logró su cometido. Sagitario también se enamoró de su santidad por cada detalle que le daba al final del día, pero siendo amante de alguien más le daba miedo que fuese hacer lo mismo de hace años atrás, cuando Athena bajó a la tierra, ahora es libre y al lado del amor de su vida.
Shion: Ahora tendremos más tiempo para nosotros. – sonríe.
Aioros. Shion. – susurró. – Les hubieras dejado cinco meses.
Shion: Al principio si quería, pero no sería justo para los dos.
Aioros: ¿Por qué lo hiciste? – preguntó.
Shion: Ese par se odia, pero su amor es tan grande. – lo besa. – Además, es la única forma que se den cuenta del amor que sienten para así tú seas libre.
Aioros: Me gusta como piensas. – se sonroja. – Por eso me enamoré de ti.
Los besos y caricias no se hicieron esperar, comenzarían su primera noche más tranquilos sin temor a ser descubiertos por Géminis.
En Capricornio, descansaban abrazados y desnudos tocándose mutuamente dos caballeros que se amaban intensamente desde pequeños, pero muchas circunstancias se dieron para evitar su amor. Al terminar la guerra santa se pusieron la posibilidades para conquistar y confesar sus sentimientos, sin embargo, por un mal entendido entre Shura y Afrodita se dio pendiendo asa oportunidad provocando que el más santo de todo el santuario cayera en las manos de Géminis. Pero después de mucho tiempo pueden disfrutar su amor.
Shaka: Shura. – gemía al ser tocado en esa parte que le excitaba.
Shura: Ya tenemos suficientes días para estar juntos. ¿Qué harás cuando Saga deje aquel lugar? – preguntó curiosamente.
Shaka: Dejar de ser su ¡Ah! Amante…
Shura: Te amo. – lo besa en la mejilla.
Shaka: Yo igual. – sonríe y se sonroja. – ¡AH!
Shura: Ya encontré tu punto perfecto. – ríe.
De igual forma, pasaran la noche juntos como pareja oficial del santuario, ya no habrá otro obstáculo que pueda separar a la hermosa pareja.
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Cayó siendo presa del león dorado que ahora lo monta, invistiendo de una manera violenta. Aioria tan sólo de ver aquel cuerpo esculpido, perfecto y frente él no soporto la tentación, se abalanzó para darle besos y caricias al gemelo que se excitaba por cada palabra o beso en ciertas partes, algunas prohibidas y otras donde conocía perfectamente.
Géminis se dejó llevar por aquellas manos expertas que recorrieron su cuerpo sintiendo sensaciones que nunca sintió con sus amantes. En cambio, el león siendo su pasiva se convirtió en un fogoso y experto en la cama. Lo sintió muy pronto se venía y las embestidas se hicieron más violentas provocando que lágrimas salieran de sus esmeraldas, esa acción provocó el mejor de los orgasmos, el final y sensaciones increíbles. Cayendo en el lecho cansados y tratando de buscar la respiración necesaria.
Aioria: Saga…– apenas susurró. – Te quiero…
Saga: Yo…igual…
El castaño se encontraba cansado, sus ojos se cerraban cuando su amante le comentó algunas cosas importantes.
Saga: ¿A dónde iremos cuando nos toque vacaciones? – preguntó.
Aioria: Lo veremos después. – suspira. – Déjame dormir.
Saga: Te quiero.
Aioria: ¡Ya no molestes! – dijo molesto. – ¡Quiero descansar!
Saga: ¡No me grites!
Aioria: ¡Déjame dormir! – le da la espalda.
Una pelea comenzó donde se dirigieron tantas verdades de ellos y recordando acontecimientos malos del pasado. La pelea duró mucho tiempo, está vez no llegaron a los golpes sólo volteados por diferente lado de la cama sin darse vuelva, sin decir nada de cosas bonitas como hace tiempo y maliciándose con cuanta grosería conocían. Ningún ruido se hizo y ya estaban por descansar hasta que…
Aioria: Te quiero, Saga. – sonríe.
Saga: Yo también. – ríe.
Se odiaban por una parte y por la otra se amaban. Al final del odio al amor sólo se necesita un paso de parte de los involucrados.
Fin.