Capítulo 15
Egoísta
Castiel se había ido claramente molesto, entendía que esa última paliza había sobrepasado los límites, su parte racional entendía que el pelirrojo tenía la razón y que lo más sano era alejarse, denunciar… Sin embargo en un rincón de su mente había una molesta vocecita que no dejaba de decirle que todo era culpa de Castiel… Si no se hubiera puesto de ese modo, si no hubiera hablado de más, nada de todo eso estaría pasando.
¿Era infantil culpar al pelirrojo de sus desgracias? Probablemente sí, puesto que Castiel se la había pasado tratando de ayudarlo, había intentado protegerlo a pesar de sus celos, había ido por él cuando lo llamó, lo había llevado al hospital… Había hecho tanto y aun así no podía evitar que una parte de él lo culpará.
Estaba en el dilema más grande de su vida, sentía la imperiosa necesidad de decidir entre Castiel y su familia, para ese punto sabía que no podía seguir haciendo malabares con las dos cosas, nuevamente la parte racional de su mente entendía el enojo del pelirrojo, entendía la frustración y la impotencia que su contrario canalizaba como ira… Lo quería… No quería perderlo definitivamente… Pero en la otra mano tenía a su familia, sus padres, su hermana… Tal vez no fuesen las personas más amables pero eran su sangre y de algún modo los quería.
El médico sin duda entraría muy pronto a pedirle un número de nuevo y ese sería el momento en el que tendría que tomar la decisión definitiva, el momento en donde tendría que decidir que era más importante, tendría que decidir si quería ser lo suficientemente egoísta para preferir salvar su extraña “relación” con Castiel sobre su familia… Su hogar.
Aunque… ¿Aún quedaba algo por salvar? Castiel había dejado claro que no le interesaba continuar con él… ¿Lo habría dicho en serio o solo estaba molesto por todo lo ocurrido? ¿Valía la pena arriesgarse de ese modo? Tal vez fueran los calmantes pero la vocecita que culpaba al pelirrojo parecía cada vez más lejana y en su lugar dejaba el deseo de hacerlo, atreverse a dejarse llevar por su egoísmo por una vez.
Cerró los ojos, quería hacerlo pero aún era una persona razonable ¿Cómo lo haría? Aún era menor de edad y no tenía más familiares a los que recurrir para que se hicieran pasar por sus tutores… Y a pesar de todo seguía sin desear denunciar a su padre ¿Cómo escapar entonces? No era como que en su estado actual pudiera salir corriendo del hospital… Debía de haber alguna manera… Cerró los ojos un segundo tratando de concentrarse y solucionar su dilema de una buena vez.
Por primera vez se preguntó qué haría el pelirrojo en una situación similar, aunque para empezar su contrario estaba emancipado… No era como que necesitará que sus padres firmaran nada, él mismo podía hacerlo… Un momento… ¡Emancipado! Esa podía ser la solución, si lograba emanciparse sería libre… Evitaría destruir su hogar, simplemente se iría…
Convencer a sus padres de llegar a un acuerdo de esa clase frente a un juez podría no ser tan difícil… Amenazar a su padre con denunciarlo podría funcionar… No era tan mala idea, suspiró más tranquilo y por primera vez en mucho tiempo se sintió relajado, casi sentía que tocaba la libertad con la punta de los dedos, casi se recriminaba a sí mismo no haberlo pensado antes.
Suspiró, de no haber sido por el pelirrojo seguramente nunca hubiera tenido el valor de buscar una salida… De nuevo todo era gracias a él… ¿Cómo alguien podía volverse tan esencial en tan poco tiempo? ¿Cómo alguien por quien había pasado tanto tiempo negando sus sentimientos podía poner de cabeza su mundo tan drásticamente? No tenía una buena respuesta a ello y tal vez nunca la tendría pero para ese punto era lo menos importante, lo único importante en ese momento es era llevar a cabo su idea y buscar una buena manera para disculparse con Castiel.
Cuando el médico entró a pedir el teléfono de nuevo, el rubio estaba mucho más calmado, dio el número de su casa y el celular de su padre en caso de que no hubiera nadie, el doctor agradeció y se retiró después de revisar rápidamente los aparatos que lo monitoreaban, ese hombre lo ponía algo incómodo, desde que habían hablado de su “condición” sentía que lo miraba como a un posible conejillo de indias.
Sacudió la cabeza, no era momento de estar pensando en esas cosas, se preocuparía del sujeto ese cuando solucionará su principal problema, supuso que tendría un par de horas para pensar y dormir antes de que ellos llegarán así que cerró los ojos dispuesto a ello, sin darse cuenta siquiera se quedó profundamente dormido de inmediato, la medicación y el agotamiento emocional no ayudaban mucho.
Despertó cuando el sonido de alguien entrando en la habitación se coló en sus sueños, abrió los ojos perezosamente para ver a una enfermera junto a sus progenitores entrando, ¿Cuánto tiempo se había dormido? Se estiró como mejor pudo y buscó intentar enderezarse un poco, la chica se acercó a ayudarle, sus padres aún no habían abierto la boca y esperaba que siguieran así un rato más, después de que logrará incorporarse un poco la enfermera se discupó y salió de la habitación dejándolos a solas.
-¿Por qué demonios no nos avisaron en cuanto llegaste? Estaba muy preocupada Nathaniel, desapareciste- que su madre interpretara el papel de madre angustiada no le sorprendía para nada aunque no hubiera nadie para alabarla por eso -¿Qué te paso?- sabía que la pregunta real detrás de eso era ¿Qué le dijiste al doctor?
-Me asaltaron…- respondió con cierta calma y pudo leer la satisfacción en el rostro de ambos –Pero la historia aún puede cambiar un poco- si quería llevar a cabo su plan lo mejor era empezar de una vez con los “preparativos”
-¿Qué tonterías estas diciendo Nath?- su madre como siempre la primera en hablar
-Quiero ser libre…- susurro suavemente como midiendo sus palabras –Y diré todo… si es necesario…- cada palabra era dicha con cuidado, calculando el alcance que podían llegar a tener, sin lugar a dudas vio la sombra de la furia mal contenida cruzar por la mirada de su progenitor –Quiero la emancipación… O hablaré con servicios sociales…- esperaba que lo creyeran capaz y que no lo empujaran a hacerlo realmente por que siendo totalmente sinceros dudaba de tener el valor
-No te atreverías…- esta vez fue su padre hablando directamente –Nadie te creería algo como eso y ni siquiera tienes el valor para hacerlo-
-Pruébame- ¿de dónde le salía el valor para hablarle así a ese hombre? No estaba seguro… El efecto de las drogas… Tal vez el efecto que las acciones de Castiel habían tenido sobre él, o quizás simplemente la seguridad de estar en un hospital, la certeza de saber que mientras estuviera en el hospital no podían dañarlo más sin el peligro de ser descubiertos.
Sus miradas se enfrentaron un segundo, sólo deseaba que fuera tan fácil como lo había imaginado, el primero en romper el contacto fue su padre así que el rubio lo tomo como una pequeña victoria personal, aquel hombre salió de la habitación casi de manera inmediata luego de eso, había dado el primer paso… Comenzaba el largo camino a su libertad, solo esperaba que al final valiera la pena, que el permitirse ser egoísta por una vez no lo llevará a algo peor
Vio a su madre salir también sin decir otra cosa y se relajó en la cama un momento, muy dentro de sí mismo esperaba que ese camino que acababa de empezar al final lo llevará de regreso al pelirrojo… O al menos le diera una oportunidad para disculparse como era debido por todo lo que había pasado en tan poco tiempo, tenía aun todo un mes para planearlo…