Capítulo 24
A punto de caer…
El pelirrojo no tardó en llegar al parque y divisar a la castaña apoyada en el tronco de un árbol, suspiró y se acercó despacio a ella, no podía evitar el sentir que estaba haciendo algo terrible, un mal presentimiento que él se esforzaba en acallar con el pensamiento del concierto instalado en su mente, obligándose a ponerlo encima de todo lo demás.
La chica al verlo no tardó en básicamente acercarse corriendo, se puso algo tenso, a pesar de todo la incomodidad se hizo presente, ya no podía sentirse del todo bien a su lado, menos ahora que las cosas estaban mejorando con el rubio delegado y sin embargo cuando la chica se lanzó a su cuello para abrazarlo no se vio capaz de rechazar el contacto, la había amado tanto que la costumbre podía más, la abrazó por la cintura con firmeza y ella se separó un poco para mirarlo al rostro.
En otras circunstancias tal vez incluso la hubiera besado… Pero después de todo lo que había descubierto… Suspiró y volteó el rostro apartándola por los hombros con firmeza, el rubio había cruzado por su mente, carraspeó un poco, sabía que ya no la amaba… Sabía que ahora lo más importante que tenía era Nathaniel y se esforzaría por no joderlo.
-Gatito…- la chica había hecho un claro puchero en el rostro, probablemente por como la había alejado de él –Gatito que malo eres…
-Dijiste que querías decirme algo sobre la gira Debrah…- se cruzó de brazos, de esa manera trataba de evitar que ella se acercará demasiado a él –No tengo mucho tiempo…- sabía que Lysandro era paciente pero dudaba que en esa situación fuese el caso.
-Ah sí…- la vio esbozar una sonrisita que no estaba seguro de sí le agradaba –Sobre eso… En realidad si quiero hablar de algo contigo gatito… Pero no es exactamente sobre la gira…- la chica dio un paso hacia adelante y el hizo lo propio hacia atrás, no le gustaba el rumbo de la conversación
-¿Y de qué quieres hablar entonces…?- no estaba del todo seguro de querer saber pero ya estaba ahí, al menos el viaje tenía que valer la pena
-Me encontré a Melody esta mañana gatito...- no pudo evitar la expresión de sorpresa que surgió en su rostro, ¿ella no podría haberle dicho o sí? Carraspeo un poco y trató de recuperar la compostura, no estaba seguro de nada todavía –Me dijo un par de cosas muy curiosas gatito…- entonces sí, el alma se le fue a los pies, ¡Maldita sea! No podía entender que alguien llegará tan lejos solo por celos… Por despecho.
-¿Ah sí? ¿Y qué te dijo?- y a pesar de todo trató de mantener su postura despreocupada, como si no estuviera pasando absolutamente nada, la castaña volvió a sonreír de medio lado ¡Ella lo sabía! La conocía lo suficiente para darse cuenta de algo tan obvio como eso.
-Me dijo que Nathaniel y tu…- esa pequeña sonrisa ladeada se hizo un poco más amplia mientras hacía un movimiento de manos que no estaba seguro de cómo interpretar –Tú sabes a que me refiero gatito…- el tono de voz empalagoso comenzaba a hacerlo sentir casi asqueado –Por supuesto que yo no le creí… Alguien como tú…- su exnovia extendió una mano para acariciar uno de sus brazos con la punta de los dedos como quien no quiere la cosa, la situación se estaba poniendo incómoda, se apartó ligeramente del contacto
-Debrah…- la cortó antes de que siguiera hablando, la cosa se le iba a ir de las manos si no se alejaba de ella en ese momento –No creo que sea algo de lo que tú y yo tengamos que hablar… Debo volver a mi casa…- descruzó los brazos, técnicamente estaba huyendo de ella pero era su mejor opción por el momento, si seguía en ese lugar probablemente terminaría cayendo en las garras de la morena
-Gatito…- la voz lastimera que ocupó la morena al utilizar ese mote no le gustaba, prefería el tono calmado de Nathaniel… Prefería el diminutivo de su nombre a ese ridículo apodo -¿Ya no me quieres?- mantuvo el mismo tono, estar con ella era confuso, todo en ella le hacía preferir al rubio delegado y sin embargo los recuerdos de la relación que había sostenido con la chica persistían.
-Tengo que irme…- insistió de forma casi mecánica sintiéndose incapaz de aceptar que ya no la quería… -Te veo después… Pensaré en la gira…- ahora estaba casi seguro de que lo mejor era alejarse de ella… Lo mejor era renunciar a ese sueño por el momento…
-Castiel…- sintió como ella lo tomaba suavemente del brazo cuando se giró para irse, era extraño que ella lo llamará por su nombre, volvió a mirarla –Siempre puedes volver gatito…- antes de poder hacer o decir nada, ella se paró ligeramente de puntillas y le plantó un beso en los labios –nos vemos muy pronto…- le guiño un ojo y se fue como si nada antes de poder responderle.
Esa mujer lo iba a volver loco, se tocó los labios, si el rubio se enteraba seguramente no lo iba a tomar nada bien, miró a su alrededor casi de forma paranoica, luego de todo lo que habían pasado realmente no quería arriesgarse, sacó su celular y escribió un mensaje rápido al rubio “Pasaré a verte mañana” así tuviera que pedirle el favor de cubrirlo a Lysandro de nuevo, miró el reloj de su celular, sólo llevaba media hora fuera, tenía tiempo de un cigarro para calmarse antes de volver a su departamento.
Se sentó en una banca para fumar ligeramente encorvado, él se había enfadado con el delegado por algo similar, seguramente nunca lo perdonaría si se llegaba a enterar, se pasó una mano por el pelo mientras exhalaba una bocanada de humo, cortaría las cosas de raíz con Debrah por el bien de su relación… Por el momento no tenía una necesidad real de dinero… O de libertad… Suspiró y siguió fumando despacio hasta terminarse el tabaco entre sus dedos, apago la colilla en la suela de su bota y se levantó, sacudió su ropa y metió las manos en los bolsillos para volver al departamento donde seguramente su madre ya estaría vuelta loca con su escapada.
Entró a su casa con toda la calma del mundo, oía ruido en la cocina… Un poco más escandaloso de lo normal, oía como azotaba la puertas de los gabinetes, lo mejor era pasar desapercibido por el momento o acabarían en lo mismo de siempre, paso lo más silenciosamente hasta su habitación, entró sin tocar, era su cuarto a fin de cuentas, nada lo había preparado para toparse con Lysandro y Armin a milímetros de darse un beso, sin embargo el ruido de la puerta abrirse hizo a ambos saltar en sus lugares y alejarse, el de cabellos blancos carraspeó un poco y se levantó de donde estaba mientras que el pelinegro se sonrojaba hasta las orejas, casi podía ver humo saliendo de su cabeza por la vergüenza.
-Volviste antes Cast…- el peliblanco trataba de mantener el tono de voz neutro, al menos de forma superficial –Ya casi acabamos…- suspiró para apartar la imagen y hacer como si no hubiera visto nada.
-Si... No estoy de ánimo para hablar de eso…- susurro y desvió la mirada cruzándose de brazos –Lamento interrumpir…- eso último lo dijo solo para su amigo, pudo ver un muy ligero sonrojo en las mejillas ajenas y no pudo evitar una sonrisa de satisfacción.
-No interrumpes…- trato de replicar su contrario –Mejor… Mejor terminemos el trabajo…- esa sonrisa no desapareció antes de cabecear un leve asentimiento a esa última frase, estaba por responder con una broma cuando su celular vibró, probablemente una respuesta del rubio delegado.
Básicamente pasó a ignorar a su amigo mientras sacaba su celular para revisar la respuesta, algo sencillo, formal como el rubio en sí mismo “De acuerdo, aquí te espero” sonríe leve y volvió a guardar el aparato en sus pantalones, no diría nada de la castaña, haría como si no hubiera sucedido… Aunque las cosas por fin estaban avanzando seguían en una posición muy frágil, suspiró y luego miró de nuevo a Lysandro, hora de trabajar, tenía que acabar la cosa esa de una buena vez
-----------------------------------------------------------------
POV’S LYSANDRO
Había aceptado darle una hora de gracia al pelirrojo aunque no le hacía gracia esa chica, menos después de todo lo sucedido entre ella y su querido amigo, pero como bien sabía que al final Castiel hacía lo que le daba la real gana prefería darle “apoyo” y aprovechar para condicionarlo de esa manera, lo conocía lo suficiente para saber cómo funcionaba su mente, lo vio irse y el volvió a entrar a la habitación, el pelinegro estaba totalmente metido en la computadora, parecía que no había notado su ausencia.
Suspiró, solo esperaba que fuera por el trabajo y no por que se hubiera puesto a jugar en línea o algo así, se acercó en silencio para espiar sobre su hombro, quería ver lo que fuera que estuviera haciendo, al parecer realmente estaba investigando sobre lo de ciencias, suspiró con cierto alivio, al menos realmente avanzarían en eso, desvió la mirada a las hojas que estaban sobre el escritorio de Castiel.
-¿Te aburriste de mirar?- alzó una ceja, al parecer el de cabellos negros no estaba tan distraído como parecía en un primer momento -¿A dónde fue Castiel?- hablaba sin dejar de escribir en la computadora
-Salió un momento… No tardará en volver…- se sentó a su lado de nuevo y esta vez se acercó para mirar, quedando hombro con hombro
-Entiendo…- notó el ligero cambio en el tono de voz ajeno y el ligero rubor que apareció en sus mejillas, se apartó un poco para no incomodarlo, si la situación, estando Castiel presente, era difícil, estando los dos solos en la habitación de pelirrojo era aún peor
-¿Qué encontraste…?- estaba seguro que la pregunta sonaba forzada en ese contexto, carraspeó un poco y tomó una de las hojas, la primera que pilló.
-Ah sí…- susurro –Encontré esta fuente…- se apartó ligeramente para señalar la pantalla frente a él –Pero no estoy del todo seguro de que tan confiable sea…- dejó la hoja en su lugar y volvió a acercarse pero esta vez no llegaron a tocarse ya que el otro joven se había hecho ligeramente a un lado, revisó rápidamente el contenido y asintió, parecía confiable.
Volvió a su posición mientras el otro imprimía la información, le paso las hojas y él se puso a subrayar lo más importante mientras Armin se ponía a escribir lo que faltaba de lo que ya tenían, estuvieron en eso varios minutos en absoluto silencio, la tensión podría cortarse con un cuchillo, estaba bastante seguro que era casi aplastante, suspiró pesadamente y lo miró de reojo se veía casi tan concentrado como con sus juegos, le gustaba la expresión que ponía… Le gustaba el cabello que le caía en la cara cuando se inclinaba ligeramente, quito su mirada del otro joven no quería incomodarlo.
-¿Tengo algo en la cara?- ¡Carajo! Parecía que ese chico estaba mucho más consciente de lo que parecía, suspiró y lo miró directamente esta vez
-No es nada…- suspiró de nuevo –Solo te observaba trabajar, solo te había visto tan concentrado cuando juegas…- susurró casi de forma inconsciente, lo vio sonrojarse un poco y girarse para mirarlo
-Es solo que quiero acabar esto rápido…- susurro, lo miró directamente a los ojos, demonios… Le gustaba demasiado, nunca en su vida se había sentido tan atraído hacia alguien –Tu amigo me va a arrancar la cabeza si no me apuro con la cosa esta…- no pudo evitar una leve risa por el comentario sin apartar la mirada de la ajena
-Castiel no es malo…- susurro –Es un buen chico, solo es terco… Y un poco malhumorado…- mostró una sonrisa un poco más amplia para él –Solo tienes que tratarlo un poco más…- agregó al final
-Supongo que sí…- ambos se quedaron en silencio un momento mirándose, bajo la mirada a los labios ajenos y volvió a mirarlo a los ojos, gracias a que la silla era de esas con rueditas pudo acercarse un poco a él, el otro no hizo ningún movimiento
El sonrojo en las mejillas ajenas no había desaparecido ni disminuido, incluso podía decir que había aumentado un poco, quería besarlo, el deseo era casi urgente… El joven de cabellos negros se acercó un poco también, no podía soportarlo más, eliminó la distancia entre ambos, lo tomó ligeramente por la barbilla y le plantó un leve beso en los labios, algo muy superficial, espero la reacción ajena, el otro cerró los ojos ligeramente, se veía increíblemente adorable, sonrió ligeramente de medio lado y se acercó para besarlo de nuevo cuando la puerta se abrió, Castiel nunca había sido tan inoportuno…