Capítulo 28
Vete de una vez
Su madre lo miró en cuanto pasó por la puerta al igual que los otros dos ¡Mierda! Suspiró pesadamente, distinguió una mueca culpable en Lysandro, una incómoda en Armin y, la peor de todas, una mueca de triunfo en el rostro de su madre… Por amor a Dios… ¿Qué le había sacado a Lysandro? Si existía un Dios, que no lo hubiera delatado sobre lo de Nath… Que no le hubiera dicho a donde había ido por qué, si ella lo sabía nunca lo dejaría en paz con eso…
-¿Cómo está el delegado Cassy?- los iba a matar a Lysandro por hablar y Armin por el simple hecho de estar ahí, fulminó con la mirada a su mejor amigo y lo vio encogerse ligeramente de hombros como disculpándose, le iba a arrancar la cabeza…
-Y yo que voy a saber…- gruño desviando la mirada haciéndose el desentendido aunque estaba bastante seguro de que no le iba a servir de nada si el peliblanco había abierto la boca
-No te hagas tonto Cassy…- canturreo su madre sin quitarle la vista de encima, se lo pensaba decir… Pero casi cuando tuviera un pie en el avión para irse, se suponía que se iría al día siguiente así que aún tenía un largo día para hacerle la vida imposible –Que Lysandro me dijo un par de cosas interesantes…- ¿Qué el de ojos bicolores no había hallado un tema más interesante que ese para distraer a su madre?
-No te hagas ideas raras… Muévanse ustedes dos, que quiero acabar la cosa esa hoy…- gruñó mirando a sus dos compañeros, el de cabellos negros fue el primero en reaccionar y levantarse, Lysandro en cambio le sostuvo la mirada varios segundos antes de levantarse y estirarse perezosamente, el peliblanco era el único capaz de estar tan calmado cuando él estaba obviamente furioso.
-¡Cassy!- venía un berrinche de su madre, lo podía sentir venir –Nunca me dices nada… Lysandro es más comunicativo sobre ti…- más gimoteos, por favor que se acabará ya él tiempo que tenía que compartir con ella, la quería pero ya no estaba acostumbrado a convivir tanto con ella
-Tengo cosas que hacer…- no quería acabar gritando frente a Armin, no lo conocía lo suficiente para eso, se dio la media vuelta y fue directo a su habitación sin esperar que le respondiera a su comentario, hablaría con ella por la noche, por ahora lo mejor era retirarse.
Escuchó a Lysandro disculparse amablemente con ella antes de seguirlo a la habitación con el pelinegro pisándole los talones, seguramente este pensaría que era un perfecto maleducado o algo así… Admitía que cualquiera lo pensaría si no conocía su dinámica familiar, entró al cuarto y los otros dos detrás de él, siendo Lys quien cerró detrás de ellos, nadie dijo nada por varios segundos, sentía que Armin estaba incómodo por la ligera tensión en el ambiente, tensión a la que su amigo parecía inmune.
-¿En serio Lysandro?- él fue el primero en hablar clavando la mirada en el más alto –No tenías un mejor maldito tema para hablarle… Que mierda tenías que ir a hablar de Nathaniel… Mierda…- se tiró en la cama –Sabes que no me va a dejar en paz hasta que la ponga en el maldito avión…-
-Yo no saqué el tema…- esa maldita calma… Unos días atrás estaba en la luna… Incómodo y desde ayer estaba tan tranquilo como siempre –Ella me preguntó… No podía ignorarla… Tardabas demasiado… No había nada más que pudiera decirle ya…- no lo estrangulaba por decencia
-¿Exactamente que le dijiste…?- se cubrió el rostro con las dos manos –Por amor a Dios, dime que fue algo muy general…- bajó la mano derecha tanteando su pantalón buscando sus cigarrillos.
-No demasiado… Creo…- susurró, se enderezó ligeramente para sacar la cajetilla y mirarlo de reojo –Preguntó directamente si seguías saliendo con él…- seguramente Lysandro había ido a confirmarle lo que hasta ahora se había encargado de evitar, sacó su cigarro, lo colocó entre sus labios y lo encendió
-Mierda…- susurro dando una profunda calada –En cuanto salgas por la puta puerta va a empezar a preguntar por detalles…- expulsó el humo con frustración
-¿Puedes fumar con tu madre aquí…?- la voz de Armin lo sobresalto ligeramente, casi se había olvidado de que el pelinegro estaba ahí –Mi madre me mataría si me ve con un tabaco…- bufó una risa
-Tres… Dos… Uno…- su madre tocó la puerta de la habitación
-¡Cassy, sabes que no me gusta que fumes en la casa, mínimo abre la ventana que el humo se viene a la sala…!- volvió a reír ligeramente
-¿Respondida tu pregunta?- miró la puerta –¡Ahorita la abró! ¡El aromatizante está en el baño!- gritó de vuelta antes de seguir fumando, la expresión del pelinegro valía oro sin duda alguna
-Y yo que creía que mi madre era permisiva…- lo escuchó susurrar muy a penas
-La familia de Castiel no funciona como la tuya o la mía…- apunto de pronto Lysandro, gracias a Armin el tema de su madre y Nathaniel había quedado temporalmente olvidado –Ya te habíamos comentado que esta emancipado por el trabajo de sus padres que viajan demasiado…-
-No pueden venir mucho ni por mucho tiempo… Así que el acuerdo es evitar las peleas lo más posible…- interrumpió al peliblanco con calma exhalando más humo –Ella no se mete con lo que hago y yo trató de no molestarla demasiado…- ríe entre dientes –Pero a pesar de todo siempre terminamos discutiendo por algo… Así funciona mi casa…- se levantó de la cama para abrir la ventana de su habitación –Lysandro…- lo miró de reojo –Ya me pagarás lo de mi madre… te llamaré por teléfono cada que empiece con sus cosas…- lo amenazó sin ganas mirando el patio del edificio –Y tendrás que escucharla tú también…- se pasó la mano por el pelo con fastidio.
-Aunque no hubiera sido por mi culpa lo habrías hecho Cast…- bufó una risa y apagó el cigarro en el alfeizar de la ventana –Ahora hay que terminar eso antes de que tu mamá se frustre y venga a investigar cuanto falta para que nos vayamos….
-Ya lo sé- se estiró y se giró a verlos -¿Y qué esperan? El trabajo no se escribe solo…- por supuesto que seguía en su postura de no escribir él mismo una letra más.
Vio a Lysandro negar divertido antes de sentarse en el mismo lugar del día anterior con Armin para seguir escribiendo la cosa esa, él participaba de vez en vez, cuando el de ojos bicolores se lo pedía, alrededor de las ocho de la noche el dichoso trabajo estaba terminado, por fin… Se dejó caer en la cama cuando el trabajo estuvo en un folder en su mochila, al final había sido él el elegido para llevar el trabajo, ambos se despidieron y el los despidió con un vago “saben dónde está la puerta” no quería salir de su cuarto, si salía sería muy difícil escapar de su adorable madre.
El peliblanco se despidió y se llevó al de cabellos negros con él, los escuchó salir por la puerta y se levantó para cerrar por dentro, tenía que ganar algo de tiempo, tal vez si se hacía el dormido podría evitar la charla… Quería posponerla hasta que no faltará nada para que su madre se fuera, para no darle tiempo de un interrogatorio exhaustivo, volvió a acomodarse en la cama, cerró los ojos y sin querer realmente se quedó dormido.
Despertó sobresaltado por el ruido de su despertador al día siguiente, miró a su alrededor algo confundido, realmente se había quedado dormido… Se estiró, se le hacía raro que su madre no lo hubiera despertado para hacerle las preguntas pertinentes, suspiró y se cambió de ropa, tomo su mochila y salió de la habitación para desayunar algo, le sorprendió un poco que su madre no estuviera ya en la cocina, para ser sinceros no había ni un ruido ¿Se habrían ido ya? Estaba bastante seguro que ellos no se irían sin despedirse ¿o sí?
No tenía tiempo de pensar en eso, cargó sus cosas y se fue a la escuela, tal vez le mandarían un mensaje más tarde, podría hallar la forma de escabullirse si era necesario… Y sin embargo no dieron señales de vida, frunció ligeramente el ceño cuando fue la hora de la salida estaba francamente preocupado, iría a su casa a dejar sus cosas antes de ir a ver al rubio al hospital, entró en la casa y se sorprendió al oír ruido en la cocina… ¿Aún estaban ahí?
-¿Mamá?- susurro asomándose a la cocina alzando ambas cejas al verla cocinando -¿Papá y tú salen más tarde?- tenía entendido que se irían temprano
-No… Tu padre ya se fue…- un segundo… ¿Había escuchado bien? Su padre ya se había ido
-¿Qué…?- parpadeo varias veces, normalmente sus padres se iban en el mismo vuelo
-Tu padre ya se fue…- oh no… Por favor no… -Me voy a quedar otra semana contigo ¿No es genial?- se le ocurrían por lo menos veinte razones por las que no era genial
-Pero…- no podía hilar sus pensamientos… Si se quedaba una semana entera más…
-Quedamos de vernos en el siguiente aeropuerto en unos días… Hay cosas que quiero hablar contigo Cassy…- iba a ser una semana terrible…
-Vete de una vez… Por favor…- susurro muy apenas, más para sí mismo que para ella.