Capítulo 6
Sus lágrimas me duelen
Salió de la sala de delegados sin mediar otra palabra con el rubio, estaba confundido con lo que estaba sucediendo y la aparente indiferencia del contrario no ayudaba ni un poco, podría haber jurado que las cosas saldrían mejor, eso confirmaba su teoría de que el rubio era bipolar o algo así, juraba que el beso del día anterior había significado algo más que simple desesperación por afecto… O al menos eso creyó haber sentido, bufó mientras se desplomaba en una banca del patio.
No era que esperará una declaración de amor eterno o algo por el estilo pero al menos una palabra, algo que le permitiera tratar de seguir avanzando, cerró los ojos un segundo, que el delegado hiciera lo que le viniera en gana, se conformaría con solo observar, suspiró y abrió los ojos encontrándose con Lysandro que lo miraba en silencio y una expresión divertida
-¿Problemas en el paraíso Cast?- bufó y se enderezó un poco
-Cállate Lys…- se pasó una mano por el pelo –Entre el estúpido delegado y yo no hay nada, así que no hay nada fuera de lo común…- nadie se acercaba mucho a ellos, o más específicamente a él, con la fama que se cargaba era lógico que casi lo evitaran como a la peste pero eso era grandioso en situaciones como esas
-Oh…- vio a su amigo recargar su mentón en una de sus manos –Que raro… Te buscaba ayer… Le dije que estabas molesto- ¿molesto? Eso no era muy preciso, estaba más bien confundido y un poco frustrado
-¿Molesto? ¿Por qué dijiste eso?- susurro sin dejar de mirar a su amigo
-Me pareció que lo estabas… Además te fuiste… Normalmente lo haces solo cuando te enfadas…- respondió notándose ligeramente confundido, suspiro el otro no cambiaría nunca
-Está bien… No es como si fuera tan grave…- se encoge de hombros y se estira, aún tenían unos diez minutos, su amigo se sentó a su lado y le dio un codazo divertido
-Dime, ¿Qué te pareció la letra que te pase?- ¡Demonios! Había olvidado la dichosa letra, ya se le estaba pegando la mala memoria del contrario
-Lo siento Lys… La había olvidado…- susurro con un suspiro rascándose un poco la nuca –Prometo leerla hoy…-
-¿Y el olvidadizo soy yo?- se burló el peliblanco dándole otro codazo a forma de broma –No lo olvides de nuevo que no puedo escribir sin mi cuaderno…- asintió y se apoyó un poco en él, recargando su cabeza en el hombro ajeno, era bueno tener un buen amigo como él
-No sé qué demonios tiene en la cabeza…- susurro a media voz –Un día hace algo y al siguiente es como si fuera otra persona…- gruño un poco y cerró los ojos sin apartarse de Lysandro
-Creo que él está peor que tú si me preguntas mi opinión….- gruño como respuesta a eso –Oh vamos… Su situación no es la mejor…- suspiro aún sin decir otra cosa -¿Qué crees que pasaría si se enteran en su casa?- volvió a suspirar
-Ya sé… Ya lo sé… No hay que ser un genio…- gruño de mal humor aún sin abrir los ojos –Pero con un demonio, sólo tiene que abrir la maldita boca y saldría de donde está…
-Oh, oh…- oyó a su compañero y abrió los ojos
-¿Qué?- susurro alzando la mirada un poco para ver el rostro ajeno
-Alguien no parece de buen humor…- susurro con calma haciendo un leve gesto para que mirará al frente, ¿Qué mierda? Siguió la mirada de Lysandro y se topó con el rubio delegado que los miraba con una mezcla de curiosidad y ¿molestia? ¿Celos? ¿Qué era exactamente lo que había en su mirada? Se enderezó, vio al rubio desaparecer en los pasillos del instituto de nuevo inmediatamente… Reiteraba ¿Qué rayos tenía en la cabeza Nathaniel?
-Nos vemos más tarde Lys…- tomó sus cosas y salió tras el contrario, si el imbécil creía que lo iba a dejar continuar con su jueguito estaba muy mal, quería una respuesta real y definitiva, no más su silencio o sus intentos de huir del tema.
Sala de delgados, vacía, aula, vacía, siguió buscando hasta llegar a la biblioteca, era el lugar favorito del contrario y tal vez debería haber empezado por ahí pero para el caso daba exactamente lo mismo, entró y no tardó en ubicarlo en los pasillos, agazapado en una esquina “buscando un libro”, aunque mirándolo con la suficiente atención era obvio que solo observaba fijamente los títulos de la repisa inferior.
Entró con paso decidido, de ahí podía arrastrarlo al sótano para hablar, nadie los molestaría en ese lugar, sin hacer ruido coloco una mano en el hombro ajeno, el otro dio un leve brinco y lo miro desde abajo, primero con cierta sorpresa y luego frunciendo el ceño ligeramente, el delegado se zafó de su agarre y se levantó dispuesto a irse, pero por supuesto que no iba a permitirlo fácilmente, era más fuerte que el rubio así que lo sujeto de la muñeca para básicamente arrastrarlo, gracias al lugar donde estaban y que Nathaniel parecía preferir no llamar la atención la lucha ajena fue silenciosa y sin mayores problemas pudo llevarlo a donde quería
-¿Qué quieres de mí?- el rubio había abierto la boca apenas habían puesto un pie en el sótano
-Creo que eso es lo que yo debería decir…- suspiró –No logró comprender que pasa por tu cabeza
-No te atrevas, él único aquí que no es coherente eres tú- ¿en serio acababa de decir eso? ¿Lo estaba diciendo por lo que había visto con Lys?
-Debes estar de joda…- se cruzó de brazos alzando una ceja, lo vio sonrojarse de forma inmediata
-No bromees conmigo, no necesito más porquería en mi vida Castiel- negó con la cabeza, tanta estupidez junta no podía ser real
-Cree lo que quieras y haz lo que quieras- por un segundo había pensado en darle una explicación del tipo de relación que tenía con el de ojos bicolores pero no tenía por qué hacerlo, si a esas iban la tal Melody tampoco lo hacía muy feliz –No tengo que explicarte nada y menos sobre Lysandro- bufó enfadado, alguien tan inteligente como él…
-Eres un imbécil…- ¿él era el imbécil? –Solo déjame en paz de una vez, deja de confundirme… ¡Deja de meterte! Nadie pidió tu ayuda, nadie pidió tu maldita lástima- al parecer el delegado por fin había explotado, a fin de cuentas no tenía atole en las venas
-¿Lástima?- lo sacaba de sus casillas con tanta facilidad -¿¡Quién demonios siente lástima por ti!?- iba a acabar golpeándolo si seguía hablando así
-¡Tú!- furia y luego lágrimas, era demasiado sentimental para su gusto –Deja de jugar…- su voz se oyó quebrada –Deja de mentir… No necesito tus mentiras para sentirme mejor…- se estaba derrumbando frente a él –No necesito que digas algo que no sientes…- lo vio tratar de detener sus lágrimas –No quiero que juegues conmigo… Menos si tienes a alguien…- y allá iba con el tema de Lysandro
-¡Carajo!- eliminó la distancia y lo abrazo, normalmente ver a alguien llorar daba igual, pero el que fuera Nathaniel le dolía –Carajo… Eres medio idiota…- susurro sin soltarlo –No sé cómo te halagan tanto…- acaricio su cabello, aún sentía los temblores del llanto –Lys… Lys es mi mejor amigo, mis padres viajan demasiado así que él me ha ayudado mucho desde que vivo solo…- y terminó explicando, maldito rubio idiota…
No hubo una respuesta del rubio pero sintió como se aferraba a él, casi como a una tabla de salvación, supuso que eso significaba que realmente sentía algo por él o algo similar, cerró los ojos sin soltarlo, maldito mil veces… Sólo ese imbécil había podido sacas ese lado que él creía entrado en lo más profundo, una parte que debería haber muerto con Debrah.
-Delegado idiota…- susurro –Aunque tú no quieras voy a quedarme por qué tú eres tan idiota que acabarías muerto antes de hacer algo por ti mismo…- susurro –Así que trata de no hacer mi vida aún más complicada….- murmuró bromeando un poco