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La Señal por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Holi, cómo están, en donde vivo lloviendo torrencialmente, como siempre esperando que estén bien.


Lamento si hay dedazo, no sé si os dicho pero soy disléxica, así que hay veces que escribo al revés y no me dio cuenta, además soy secretaria así que escribo extremadamente rápido y algunas veces, por no decir siempre ???“ no vuelvo a leer todo el capítulo por eso las faltas, perdón, perdón.


Sin más qué decir enjoy the chapter!!

Capítulo Seis … Mirar hacia el sol

Naruto y Gaara se sumergieron leyendo el libro, ambos rieron con algunas partes y se enojaron con el final, aunque era algo que pasaba siempre, que el final a muchos no les iba a gustar, así que lo dejaron pasar, pero quizás la razón de odiarlo era porque la chica volvió a su tiempo original, porque eso era lo “correcto” a pesar de dejar al hombre que amaba.

Naruto se sintió asqueado por eso, pero claro, él no tenía ese alma bondadoso y puro como la chica, él de por sí era egoísta y pensaba más en él y su propia felicidad sin importar el costo, y a pesar que amaba a todos en su verdadero “mundo” amaba más a los que estaban en el  segundo mundo, quizás porque estaba Yahiko vivo, porque su propia madre lo estaba, o porque en vez de arruinar cada una de esas vidas las estaba potenciando a sobresalir del resto.

También tenía o comenzaba a tener una buena relación con su padre, pero sobre todas las cosas, no hacía pasar malos ratos a Kakashi y ni había arruinado en ese mundo a Gaara truncándole el futuro, aún no hacía a Sai un homicida matando a su propio padre para evitar que matara a Gaara, pero había algo que Naruto no le había dicho a Gaara, que su amistad se había truncado para siempre por aquello, Sai había terminado volviéndose loco por haber matado a la única persona que había sido bueno con él y ese era Madara.

Quizás, solo quizás Uchiha Madara no era tan hijo de puta, quizás ese hombre solo era su villano, pero estaba seguro que él, Naruto, había sido el villano de muchos, él no había hecho justicia en el pasado había tomado venganza envenenando y despedazando a todos a su alrededor, todo por su dolor, pero algo había aprendido, su dolor no era más importe que él del resto.

Gaara vio como Naruto una vez más se sumergía en sus pensamientos, le pasaba cada vez que comenzaba a leer ese libro, quizás estaba molesto por el final, pero también sabía que había mucho más ahí de lo que él quería que los demás supiesen, por como lo abrazó la primera vez que se encontraron y la manera en la que había llorado supo que las cosas en ese otro lugar no habían terminando bien entre ellos, pero nunca le dijo nada para evitar incomodarlo, en algún momento el propio Naruto lo diría, estaba seguro de eso.

Estaba preocupado por su amigo, había visto el pánico en él, sobre todo después de su repentino ataque respiratorio, ahora tenía todos cargando jeringas con un medicamento y con desfibriladores en cada lugar para evitar que algo malo le pasase. Sabía que tenía que calmarlo pero cómo hacerlo, quizás debería hablar con Kakashi también con Yahiko  y Deidara para que ayudasen a tranquilizarlo. Aunque la única persona que podría hacerlo era Sasuke, a quién aún no le decía la verdad.

- Me duele la cabeza, saldré a tomar aire fresco, gracias por ayudarme – Le dijo Naruto mientras se estiraba como gato porque tenía los músculos entumidos, incluso bostezó en medio de lo que había dicho.

- Bolitas de pulpo trae de regreso por favor – Pidió, Gaara revisó la hora en su reloj pronto llegaría Sai, él iba a una preparatoria distinta a la de ellos, pero quería trasladarse a la de ellos, aunque para eso necesitaba hablar con Madara.

Naruto salió abrigado de su hogar, ya había comenzado a hacer frío, salió de ahí con una sonrisa, se escuchaba la música de la banda de su hermano, y por otro lado vio a Deidara e Itachi trabajando, su hermano en una escultura e Itachi estudiando tenía que reconocer que se veía sexy con lentes y el pelo suelto. Amaba que su hermano y él estuviesen juntos, eso debió haber sido siempre así.

Su sonrisa se apagó al ver a Sai con su padre Madara quien fumaba hablando con el chico algo, parecía que todo estaba bien, no parecían estar peleando. La mirada del hombre se cruzó con la de él, inconscientemente tembló siempre le pasaba cuando él le miraba.

- Hola Zorro – Saludó el hombre sacándose el cigarrillo de la boca y levantando una mano para saludarlo.

- Padre no lo molestes – Sai se molestaba siempre que comenzaba a molestar a Naruto no sabía porque hacía eso. Quizás porque creía que el rubio había tenido que ver con la ruptura con Minato-San pero nunca había escuchado a Naruto decir algo mal sobre su padre. Cuando le preguntó sobre qué pensaba sobre él, porque sabía de todo lo que había pasado antes, el Namikaze le había respondido que él solo estaba interesado en que su familia no sufriera  más de lo debido en aquella vida, y que no quería que sus padres la pasara mal, que no sabía su Madara era bueno o malo, solo el tiempo lo diría.

- Tranquilo hijo, no sería capaz de molestar, ve entra a casa está helando demasiado – Desordenó el cabello de Sai con cariño.

- Está bien, gracias por traerme, nos vemos papá – Se despidió y entro corriendo porque odiaba el frío y hacía mucho.

- Naruto quisiera invitarte un café ¿Aceptarías? – Su intención además de traer a su hijo de la escuela era hablar con ese chico.

El Namikaze lo miró sospechosamente, Madara no era su persona favorita del mundo, miró la hora en su teléfono, tenía turno de noche entraría a trabajar en unas cinco horas y quería ver a Sasuke antes de ir trabajar.

- No podrás ver a Sasuke, está con sus padres hoy – Le avisó adivinando sus pensamientos.

- Bueno, pero quiero helado no un café – Dijo mientras bajaba los escalones hasta llegar junto a él.

- Sube – Abrió la puerta de copiloto para que se sentase mientras él bordeaba el auto para tomar asiento en el asiento de chofer.

Madara condujo hasta un lindo café estilo parisino, entraron en silencio, ni siquiera se miraron. Naruto miró el lugar era bonito, muy estilo a una panadería antigua, habían muchas chicas sentadas, y era porque rápidamente se dio cuenta que había garzones muy guapos.

Naruto buscó un lugar apartado y parecía que el Uchiha tenía la misma idea porque fueron al mismo tiempo a tomar el mismo asiento, Madara se lo cedió a Naruto en un incomodo acto; ninguno sabía cómo actuar frente al otro, en el pasado/futuro de Naruto nunca pudieron llevarse bien, jamás, siempre eran peleas, y en ese espacio tiempo al parecer la relación antes de despertar del coma tampoco era el mejor.

Un mesero llego a pedir la orden, Naruto pidió un capuchino y unos macarrones franceses, mientras que Madara pidió un café cortado y galletas surtidas de maicena. Ni siquiera pudieron decir algo mientras esperaban la orden, el rubio miraba para todos lados y luego a sus manos las cuales movía, era una persona impertinentica de nacimiento y estar callado tampoco era una de sus virtudes, menos cuando estaba tenso por estar frente alguien que no le gustaba.

- Gracias – Dijo una vez que el mesero le entrego todo lo solicitado, fue a directo al shot de soda que le daban junto a café – Disculpa me puedes traer más soda – El joven garzón le sonrió y le dijo que sí.

- No pensé que te gustaba la soda – Madara soltó lo primero que se le vino a la cabeza, ese mocoso era intimidante a su manera con sus penetrantes y grandes ojos azules.

- Sí me gusta, aunque nunca lo había pensando – Dijo más para sí que para su interlocutor, era verdad antes siempre compraba agua carbonatada y un café cargado para pasar sus turnos, quizás era por así era más fácil para él pasar el amargo del café y luego se volvió un habito – No creo que me invitaras para hablar de mis gustos culinarios ¿Verdad? –

- Por qué no – Madara le sonrió – Eres el hijo menor del amor de mi vida, creo que es lógico que quiera aprender qué les gusta y qué no –

- …– No fue capaz de replicar aquello, porque parecía honesto, pero conocía muy bien a Madara como para saber qué había más ahí de lo que decía – Está bien, digamos que te creo, pero por qué ahora, más conmigo quien fue el culpable de retener a mi padre tanto tiempo al lado de la estúpida de madre ¿No fue eso lo que dijiste? –

- Sí lo dije, fue un momento de furia, ¿tú nunca los has tenido?  - Revolvió su café luego de colocarle dos sobres de azúcar.

- Sí – Respondió rápido, su furia fue un  espiral de odio, rabia y caos para todo aquel que  le hizo mal antes pagara por el daño – Conozco la furia, esa ira desde las entrañas que te ciega y egoístamente arrasas con todo por acabar con aquel que la produjo – Miró a Madara – Lo sentí por ti, mucho, tanto que …– Se quedó callado porque iba a decir te destruí.

- Por qué te quedas callado – Madara lo miró – Sai dices que hay veces que gritas en la noche cuando duermes, que con tus hermanos, ese chico que siempre está alrededor de mi hijo, ¿Gaara? Sabes Naruto – Se acomodo como una pantera frente a su presa – Tengo un estúpido pensamiento desde hace varios meses, quizás estoy loco pero creo que la persona que tengo frente a mí, no eres el Naruto que tuvo el accidente –

- ¿Qué? – Trató de hacerse el tonto porque qué podía decirle, cualquier cosa que dijese podría ser usado en su contra.

- No soy tonto, creo que lo sabes bien, siempre he tenido una inteligencia sobre la media, no eres el único con un índice intelectual alto Zorrito, y sabes muchas podrán haber cambiado de ti, pero haces un movimiento casi imperceptible con los labios y los ojos antes de mentir o negar una verdad incomoda, te conozco, aunque no supiera que te gusta la soda – Dijo terminando con una sonrisa.

- Que quieres – Naruto puso sus codos sobre la mesa, uniendo sus manos y apoyando su mentón en ellas.

- Quién eres –

- Soy Naruto –

- Hablo en serio –

- También yo, soy Naruto – Soltó un suspiró e hizo como giro con sus ojos antes de agregar – Claro que mi apellido fue Uzumaki, nunca Namikaze, de eso te encargaste tú. ¿Seguro quieres escuchar esto es largo? –

- Tengo todo el tiempo del mundo, luego podemos pasar por hogar a buscar tus cosas para el hospital y te llevo, así que dime todo –

- Está bien – Levantó las manos aceptando que no se iba a escapar de eso  - Por dónde comienzo, quizás desde el momento en que la bomba Uchiha Madara llegó a la vida  de Kushina Uzumaki arrebatándole todo…

Madara pasó tiempo escuchando la historia de Naruto, por momento le era imposible de creer, pero decía cosas, las cosas más intimas de él, cosas que solo alguien que lo conociera a profundidad supiera, le vio llorar en ocasiones, sobre todo en la parte de la violación, donde Kushina moría, y todo lo que pasó después.

- … Y luego volví aquí y me estoy volviendo loco – Terminando de hablar con total franqueza sin guardarse nada, limpió sus lágrimas con una servilleta.

- Quieres otro café ese está completamente frío – Madara necesitaba un momento para procesar todo.

- Por favor –

Madara llamó al mesero y pidió dos café más y más soda, como también unos emparedados, después de tanto hablar seguramente tenía hambre, si se parecía a su padre entonces comería.

- Entonces mi hijo terminó matándome por violar a su novio, a tu mejor amigo barra tu amigo, porque estaba cegado de odio por todo lo que habías hecho – No sabía qué sentir, mucho de las cosas que hizo, sí, serían cosas que él haría sobre todo porque odiaba perder, y sí, él hubiera hecho eso, esconder que Kushina estaba embaraza, claramente sería una de sus acciones, porque era alguien egoísta que quería a Minato solo para él.

- Sí, lo hice, tantas cosas por las cuales no me enorgullezco – Bajó la mirada – Traté de enmendar las cosas –

- Quizás no era suficiente redención – Dijo tomando su nuevo café.

- ¿Me crees? – Era casi imposible que le creyera.

- Sí, todo calza, no crees, eres alguien diferente al niño tierno, medio cabeza hueca de antes, comprendo por qué dejaste de amar a Itachi de un momento a otro y luego comenzaste amar a Sasuke, y ser médico, hablando inglés fluidamente. Creo que a todos nos cuesta creer que de un momento a otro eres una mente brillante, e increíblemente es justamente por eso es que creo –

- Yahiko dijo algo parecido –

- Así que por eso Sai los ve cuchicheando – Vio como el chico afirmaba con la cabeza - ¿Me odias? – Preguntó de pronto al rubio quién lo miró sorprendido.

- Te odié, no a ti sino al villano que fue Madara Uchiha en esa vida, pero a ti no te odio, aunque temo que seas igual de obsesivo con mi padre y termines alejándolo de todos nosotros, siempre quise tener a mi padre a mi lado, cuando mamá murió quería correr a sus brazos, a pesar del desprecio que le tenía, mi necesidad por él era mayor, pero tú lo impediste, todo, incluso la justicia por lo que me hicieron, manipulaste a la única persona que amé  en mi vida, así que hice lo mismo, quizás si hubiéramos hablado como ahora –

- Nada hubiera cambiado – Madara le dijo con tristeza – Yo no hubiera dado marcha atrás y tú tampoco, pero ahora es diferente –

- ¿Lo es? –

- Minato es mi destino, es mi felicidad, y he hecho las cosas terriblemente mal, quizás el qué estés aquí es una clara señal de cambiar eso para no terminar mal, te lo dije antes, no quiero destruir a nadie, quiero conocer a sus hijos, quiero que ustedes puedan contar conmigo, no quiero dañar a Kushina, pero amo a Minato más que nada en el mundo –

- Entiendo eso – Pensó en Sasuke ese deseo de monopolizarlo insanamente todo el tiempo, de tenerlo a su lado, de tocarlo y besarlo hasta el cansancio sin dejar espacio para que nadie se lo pudiese quitar – Es lo que siento por Sasuke – Susurró casi avergonzado de tener algo en común con el hombre que catalogó de monstruo en su pasado.

Conversaron un tiempo más, hasta que fue la hora de ir a trabajar, tal como lo prometió Madara lo llevo al departamento para ir a buscar sus cosas y después lo dejó en su trabajo despidiese de él, con tranquilidad.

Kakashi observó en el momento que bajó del automóvil del Uchiha así que lo acorralo para saber todos los detalles, pasaron largo tiempo hablando entre cortado porque tenían que trabajar, no había tanto trabajo ese día como otras veces algo que era agradecido por todos, para así atender los casos de los pacientes internados, así como estudiar para algunos exámenes, entre otras cosas.

Días así de desocupados, Naruto los aprovechaba para enseñarles a los internos y residentes, distintas técnicas, juegos de diagnósticos entre otras cosas, muchos otros cirujanos de otras especialidades comenzaron hacer lo mismo, se dieron cuenta que era más fácil enseñarles a los chicos, así cometían menos errores y estaban más despierto a la hora de trabajar con ellos.

Hashirama había hecho varios cambios con ayuda de Naruto, a quien muchos alaban, al principio casi todos lo odiaban porque era un menor sabiondo, pero el chico se gano a casi todo, aún habían personas que tenían reticencias con su presencia.

Aunque las enfermeras lo adoraban, al igual que personal de servicio, Naruto expresaba un respeto por ellos, casi inexistente entre los médicos incluso entre los irrespetuosos internos, pero el rubio era diferente a ellos, siempre hablaba con ellos con respeto, regañaba a quienes no las respetaban o se pasaban de listo.

Fue una noche tranquila, Naruto se fue a casa con Kakashi que había terminado su maratónico turno de 35 horas continuas, pasó a tomar desayuno con él, porque era sábado e Iruka quería verlo, y él jamás se negaba a las peticiones de Iruka lo quería demasiado para hacerle el feo.

Sonrió al verlo tan felices eran una pareja amorosa, Kakashi no quería cometer los errores del pasado así que se avocaba hacer atento y cariñoso con Iruka porque el delfín era un buen hombre.

Llegó a su hogar feliz por tan agradable comienzo de mañana dormiría algo para luego investigar sobre su condición, saludó a su mamá que estaba escribiendo su libro nuevo de cocina, Deidara estaba en pijamas comiendo unas tostadas y Yahiko hablaba con Nagato y Konan, siempre estaban juntos últimamente, le parecía extraño pero prefirió obviar aquello.

- Naruto, Sasuke llegó hace rato parecía un hurón así que lo mandamos a dormir – Informó Kushina sin dejar de ver su computadora portátil - ¿Comiste? –

- Sí, Iruka me invitó a comer – Naruto buscó con la mirada - ¿Gaara y Sai? –

- Arriba estaban jugando en el play station – Informó Deidara comiendo ahora unos cereales – Puedes creer que nuestro padre les llevó el desayuno a la cama, cuando jamás lo hizo por nosotros,  me molesta –

- Apoyo a Dei, nunca no hizo siquiera una tostada – Yahiko agregó.

- Por Dios cuánto tiempo me van a molestar – Minato habló detrás de Naruto, venía del baño – Hola hijo – Desordenó los cabellos del menor con cariño.

- Diablos, ya tomé desayuno, pero me puedes ir a dejar el almuerzo-ttebayo –  Lo dicho hizo reír a sus hermanos y a Kushina.

- Qué deseas almorzar – Minato preguntó.

- ¿En serio? – Preguntó toda su familia a la vez.

-  ¿Bueno quieren o no? – El mayor dijo perdiendo la paciencia – Pero nada muy complejo – Advirtió.

- Okonomiyaki o Buchimgae - (panqueques japonés/coreano)  Dijo Naruto – Quiero comer algo así y también un poco sopa de miso –

- Qué rico – Deidara pensó en lo Buchimgae – Con pulpo y bonito –

- Prefiero con camarones – Dijo Yahiko.

- Bien, bien, ve a dormir, cuando esté el almuerzo iré a por ti –

- Gracias – Se fue dejando a su familia.

- De verdad me sorprende que tus padres dejen que tu hermanito y su novio compartan habitación – Comentó Konan.

- No es como si no supiéramos lo que hacen – Dijo Kushina – Pero Naruto es feliz, Sasuke también lo es, y como padres buscamos eso, ahora sabemos que son responsables –

- Y no es como que uno de ellos quedará embarazado – Agrego el mayor.

- Minato – La mujer golpeó a su marido riendo – Si Naruto fuese una chica, eso no ocurriría –

- Jamás – Secundó el rubio – Aunque realmente aún no me gusta mucho entregar a mis hijos a otros – Se quejó amargamente – Por qué crecen tan rápido –

- Papá – Deidara sonrió divertido ante la amargura de su padre.

Naruto abrió la puerta de su habitación con sumo cuidado, no quería despertar a Sasuke, pero su novio estaba despierto leyendo el libro que había pedido en la biblioteca, se quedó congelado un momento sin saber qué decir.

- Hola – Sasuke le sonrió – No creí que te iban estos libros – Levantó el libro y lo meció en su mano para hacer énfasis

- ¿Ya te lo leíste? –

- Sí es corto, le falta desarrollo, y la protagonista me desespera hasta el final –

- Veo que tampoco te gustó – Sonrió se acercó a él para besarlo.

- Mmm, amo tus besos – Dijo al separarse – No es que odie el final, de cierta manera entiendo a la protagonista, ella se sentía tan culpable por todo que pensó que lo correcto era volver a su mundo y terminar de pagar sus fechorías –

- Sí – Naruto pensó en sus propios pecados, quizás debería volver a ese mundo.

- Pero fue una idiota – Agregó viendo a Naruto, peinó el cabello desordenado de su amor – Se castigó por los hechos que trató de enmendar en ese mundo, pero castigo a todos al final, como una segunda venganza –

- Cómo – Naruto aceptaba que el libro tenía algunas similitudes con su vida.

- Hizo que todos la quisieran, incluso sus enemigos, enamoró al amor de su vida, y luego los dejó haciendo que ese lugar muriese, abandonando a todos, al amor de su vida, y ella volvió a su mundo hacer miserable, solo un imbécil lo haría –

- Tienes razón…solo un tonto lo haría – Sonrió con amor, volviendo a besarlo con esa necesidad inagotable por Uchiha Sasuke.

Todas sus dudas se disiparon en el momento de escuchar las palabras de Sasuke, volver al otro mundo no era un opción válida a pesar de todas las cosas, a pesar de que quería a todos ellos, él quería más lo que estaban ahí, podía ser una persona malvada y egoísta por eso, pero no quería volver a un mundo donde todo lo que amaba estaba desquebrajado o bajo dos metros de tierra.

Pasó el sábado durmiendo y en pijamas almorzó los panqueques japonés y coreanos que su padre hizo con ayuda de Kushina entre risas, incluso Sai que siempre se la pasaba en la habitación salió a compartir quizás por Itachi y Sasuke estaban ahí.

Naruto fue al hospital, su padre lo fue a dejar, era una costumbre que le agradaba mucho, que su papá lo cuidase tanto. Entró a su turno saludando a todo el mundo con que se topaba, incluso algunos pacientes que conocía.

Se colocó su pijama de médico, colocó su identificación, ese día estaba feliz, hablar con Madara había quitado un gran peso de encima. Se fue a reunir con sus pollitos de sacrificio, siempre era ameno conversar con ellos, le hacían preguntas y él las respondía con la mayor simpleza posible.

Ayuda a los internos tenían uno de los exámenes más difíciles que eran identificar síntomas, nada sencillo, porque había muchos síntomas ambiguos, una de las grandes razones por las que todos los médicos se equivocaban y por lo cual siempre había tanto examen de por medio.

Esa era una de las razones, por las que él jamás dejaba de estudiar, ir a convenciones y maestrías, aprender y aprender, no quería perder gente por su negligencia, su equivocación, todos decían que medicina general era la peor la más “fome” dentro de todas las categorías.

Todos se olvidaban que eran ellos quienes derivaban, los primeros en ver a los pacientes, en diagnosticar. Además ser un cirujano general le daba la oportunidad de operar más partes del cuerpo, partes complejas, era verdad que un cerebro y un corazón eran importantes, pero no es como si una persona pudiese vivir sin hígado, sin ambos riñones, sin estomago, así un sinfín.

Eso era lo que les enseñaba a los chicos que tenía a su cargo que no menospreciaran el trabajo de todos los demás que no tenían una extensión pomposa y al mismo tiempo respetar y admirar a quienes hacían ese trabajo tan complejo.

Caminó hacía la sala de espera de urgencia, siempre lo hacía porque era fácil encontrar personas con sombras negras pegadas a ellos, se acercaba a ellos le hacía algunas preguntas y luego los ingresaba o les hacía exámenes.

Con un café con leche en la mano se quedó a un lado del mesón de recepción, barriendo el lugar con su mirada de “Ultratumba” pero de pronto en su visión apareció Neji el chico que había conocido en la biblioteca.

- Hola Neji – Fue junto a él para saber por qué estaba ahí.

- Vaya realmente trabajas aquí – El muchacho de extraños ojos le dijo, pero Naruto sintió que en realidad no parecía sorprendido de  verlo ahí.

- Si, tienes algún dolor o síntoma por el cual venir – Se sentó a su lado tratando de ver si había algo mal.

- Yo no, mi padre no se siente bien – Recién ahí Naruto se dijo en el hombre que estaba a su lado – Podrías ayudarlo, siente dolor y estamos esperando nuestro turno –

- Veo – Naruto barrió buscando alguien con súper urgencia, encontró a tres personas, además del padre de Neji – Señor le haré unas preguntas…

Naruto ingresó al padre de Neji y a los otros tres que había encontrado, ayudó a diagnosticar a los otros y los dejó en manos de sus colegas, se quedó con el padre de Neji porque tenía dolor abdominal y estaba un poco distendido.

Tenía que operarlo, no de inmediato, pero lo mejor era dejarlo hospitalizado para hacerle estudios y exámenes y así poder agendar una cirugía.

No tuvo tiempo de conversar con ellos porque había un accidente de transito en donde tuvo que entrar a cirugía de urgencia, no solo él, estaba un traumatólogo, otro general, un neurólogo también algunos internos y residentes porque era un hospital de enseñanza así que era normal.

Como siempre habían peleas por quién iba primero, quién hacía la primera incisión, que el cerebro, que la pierna destruida, que el hígado perforado, etc.

A pesar de lo que hicieron perdieron el paciente, porque si bien habían discusiones todos querían lo mismo salvar la vida de la persona que está en la mesa. En ese caso el daño era tanto que no se pudo salvar, y lo supo en el momento en que los cuervos se multiplicaron.

Ebizu el traumatólogo le dijo que él iría a dar la noticia, para que fuese atender otros caso, agradecía el gesto a pesar de los años odiaba decir: “Hicimos todo lo posible pero…” Siempre comenzaba así una mala noticia.

Como vio que no tenía mucho qué hacer, fue en busca de Neji y su padre Hizashi, al llegar el chico no estaba pero sí el hombre.

- Tú también lo ves – No fue en tono de pregunta por lo cual Naruto enarcó una ceja sin entender – Hablo de las sombras, me elegiste junto a tres personas en una sala llena de gente porque sabías que nuestras vidas estaban en peligro –

- Es la primera vez que encuentro a alguien que veo lo mismo que yo – Se sentó frente al hombre - ¿Saben qué son? –

- Sí, son mensajeros de la muerte, un buen truco ser médico y ver quien tiene posibilidades y quién no, has visto otros – Consultó el hombre que también tenía el cabello largo como su hijo y los mismos ojos, parecía de la edad de su padre.

- Sí, luces cuando una mujer está por dar a luz o recién concebida, y algunas otras cosas más – Prefirió omitir las cosas que le daban miedo.

- Sabes por qué los ves –

- No, siempre quise saberlo, que yo sepa ninguno en mi familia puede hacerlo, ni nadie que conozca –

- Bueno en mi caso, toda mi familia tiene dones de verlos, algunos ven más cosas, y otros no –

- Qué piensa de tener este tipo de visión – Siempre quiso hablar de aquello con alguien que lo entendiese y no que pensara que estaba loquito de la cabeza.

- Somos los vigilantes del mundo, los que miran hacia el sol – Contestó – No es natural que hayan otras personas que no sean de la familia Hyuga, somos muy recelosos con la sangre, que todos somos rastreados, así que familia no somos Muchacho –

- No pensé que lo fuéramos, pero me pregunto, usted podría ayudarme con lo que me está pasando – Naruto no tenía nada que perder, así que pedir algo que podría ayudarlo tanto era lo único que se le ocurría.

- Yo no te puedo ayudar – Aceptó el hombre – Uno de los problemas de esto es que al final uno puede quedar ciego, y eso es lo que está pasando, pero mi hijo Neji estoy seguro que deseará ayudarte –

- Bien, le preguntaré – Sonrió al amable hombre – Ahora hablemos de su condición…

Ya era de mañana cuando salió del hospital, se encontró a Neji fumando tranquilamente a las afueras del recinto, levantó su mano en señal de saludo. Así que caminó hacia él, había hablando antes, después de darle toda la información acerca de su padre, y el chico aceptó sin problemas.

- ¿Muy cansado? – Neji dijo cuando Naruto estuvo lo suficientemente cerca.

- No tanto, siempre hay días peores, además hago lo que amo – Respondió bostezando.

- ¿Te vienen a buscar? –

- No, hoy dije que iba ir al centro comercial a comprar algo y luego iba a tomar un taxi –

- Quieres que te lleve, pero ando en moto –

- Está bien – Juntos fueron hacía la motocicleta, era una hermosa moto, era un Harley Davidson, Yahiko tenía una igual pero roja, la de Neji era completamente negra, tomó el casco que el mayor le paso y sin decir mucho subieron a ella y el rugido del motor se sintió en todo el lugar para luego desaparecer por las calles de la cuidad de Tokio.

Sasuke había ido a buscar a Naruto, nunca espero ver a su novio con un Hyuga, eso sí era muy malo, porque el que un Hyuga se encontrase con Naruto haría que  todo por lo que había hecho ahora se pusiese de cabeza.

 

 

Notas finales:

Nos leemos pasado mañana en Pose.


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