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Fuego y Hielo por 1827Forever1827

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Notas del capitulo:

Holis~ Segundo capi de esta historia de aventura.

 

Bien, es la segunda vez que intento subir este segundo capi. Así que para no arriesgarme en las notas finals responderé a los reviews que me han dejado, loa cuales agradezco mucho.

 

Por ahora disfruten la historia, o al menos entretenganse.

 

Nos vemos en las notas finales.

Narra Tsuna

 

Cuando era pequeño no entendía por qué mis padres no me querían, solía quedarme horas llorando en mi cuanto, encerrado por alguno de los sirvientes que me pedían disculpas y me decían que mis padres no querían que saliera. No entendía por qué no podía salir, la casa donde vivía era grande, por dentro era linda y por fuera aún más, porque había un gran jardín lleno de plantas y flores, muchos colores siendo el verde el dominante, y además el sol se sentía muy bien en mi piel… Pero lo que más amaba era ver el cielo, ese hermoso e inmenso manto azul claro con esponjosas nubes blancas de todos tamaños. Nunca lo pude ver hasta que cumplí los 10 años, pues mi ventana siempre permanecía cerrada.

 

Eso se lo agradezco a los sirvientes, eran buenas personas. Cuando ni mis padres ni mi hermano estaban en la casa me dejaban salir a donde quisiera, salvo a la calle porque según ellos era peligroso, podía mirar como el jardinero plantaba todo tipo de plantas y flores y me hablaba de cada una de ellas, recuerdo como lo escuchaba con atención y a veces lo ayudaba. Quedaba lleno de tierra y alguna sirvienta me llevaba al baño para limpiarme; Como olvidar a las sirvientas, ellas eran tan lindas y buenas conmigo, me enseñaban de todo, a ellas no les parecía justo que me tuvieran encerrado y no pudiera ir a la escuela a aprender y hacer amigos, por eso ellas me enseñaban a leer, escribir, sumar y restar y otras cosas de matemática. Me daban libros para leer y también me leían por las noches para dormirme. También me enseñaron a cocinar porque cuando las ayudaba me entusiasmaba mucho, por lo que creyeron que era una buena idea que yo supiera hacerme de comer por si alguna vez no había nadie más a parte de mi y debía hacerme de comer para no morir de hambre.

 

Todas las sirvientas eran jóvenes y lindas, mucho más lindas que mi mamá. Eran muchas y a veces me costaba recordar sus nombres porque era pequeño, pero ahora que ya no era un niño, y aunque estuviera lejos, podía recordarlas con claridad.

 

María, Rose, Yukari, Bianca, Hitomi, Kazumi, y Akira. Las quería mucho a todas, aún las quiero, y es que ellas, junto a los demás empleados de la casa, fueron los únicos que me dieron cariño desde que nací.

 

María era muy hermosa, tenía un largo y abundante cabello rubio y unos ojos azules preciosos, tenía la piel rosada y en su barbilla un lunar del lado derecho de sus labios, los cuales era muy lindos. Lo que siempre me gustó de ella era ver como se arreglaba el cabello, pues siempre se hacía dos trenzas largas que le rozaban la cintura. De todas era la mejor cocinera.

 

Rose tenía el cabello largo y lacio de color café, le llegaba a la espalda y siempre lo usaba suelto. Sus ojos eran verdes y su piel era muy pálida, tenía unas manos muy delicadas que siempre me acariciaban la cabeza con suavidad. Ella era la que más me leía en las noches, no expresaba sus emociones con mucha frecuencia, pero siempre tenía una sonrisa para mí. Siempre me decía que le hubiera encantado tener un hijo como yo.

 

Yukari era quizá la más alegre de todas, siempre estaba dispuesta a jugar conmigo y enseñarme cosas nuevas, aunque casi siempre la regañaban por consentirme mucho, aunque luego se defendía diciendo que no era la única. Porque si, todas me consentían bastante. Jeje, creo que solo se sentían celosas de que Yukari acaparaba mi atención de vez en cuando; Ella tenía el cabello café corto y los ojos negros, su piel era rosada pero no tanto como la de María, lo que siempre amé de ella era su aroma a durazno. Ella no usaba perfume pero aún así tenía un aroma dulce a duraznos. Creo que su sonrisa era la más grande y brillante de todas.

 

Bianca era algo estricta conmigo, ella me enseñaba matemáticas y también algunas cosas que creyó importante, y que hoy en día le agradezco. Aunque fuera estricta con mi educación siempre que me encontraba llorando me abrazaba y me cantaba para que me durmiera, porque siempre decía: “El mundo de los sueños es un lugar feliz donde nadie nos puede hacer daño” Con ella aprendí que está bien llorar, pero que para sentirme mejor debía dormir para recargar energías, pues la tristeza se las llevaba… El té que ella preparaba era delicioso, no importa de qué clase fuera, de hierbas, cítrico, negro o rojo, a ella siempre le salía delicioso; De todas ella era la única que usaba gafas, su cabello era café y bastante largo, solo se lo ataba en una coleta baja y usaba un pasador negro para sujetarse un mechón que siempre le tapaba uno de sus ojos color miel. Su piel era pálida pero menos que la de Rose.

 

Hitomi, a ella siempre se le dieron bien los postres. Aunque se quejara con Yukari por consentirme mucho ella también lo hacía, porque ya fuera el almuerzo o la cena siempre tenía un postre especial para mí. No tenía ningún favorito, todos eran tan deliciosos que me los acababa en pocos minutos. Y cuando era la hora de la merienda me preparaba lo que fuera siempre que sea dulce y se complementara bien con el té que Bianca me preparaba… La recuerdo con mucho cariño, de todas ella era a única con un cabello rubio casi blanco, era hermoso, cuando el sol le daba brillaba como si fuera un diamante. Sinceramente era una pena que no lo llevara suelto siempre, ella nunca dijo nada pero las demás me contaron que mi mamá se sentía celosa de su belleza, por eso le ordenó mantener el cabello atado, porque de lo contrario se lo cortaría… Francamente entiendo que mi mamá tuviera celos, Hitomi era la más hermosa de todas, su piel blanca y sus ojos azules le daban un toque angelical como en los libros que Bianca me daba a leer, sus labios eran tan rosados y sus pestañas eran larguísimas; Cuando María no cocinaba lo hacía ella, y no lo hacía nada más, su comida era rica y siempre procuraba que me alimentara saludablemente, a mi a veces no me gustaba comerme las zanahorias o las espinacas y ella inventó un pastel hecho de ambos. No podía creer lo rico que era siendo que tuviera esas dos verduras.

 

La más organizada era Kazumi, siempre le gustaba que todo estuviera en orden y limpio, por eso no dudaba en regañarme cuando rompía algo, no porque su trabajo peligrara, si no porque me podía hacer daño. Creo que era la que me tenía bien vigilado cuando las demás hacían sus quehaceres… Ella nunca lo supo, pero siempre me gustó oírla cantar, su voz era suavecita como la manta de algodón que me hizo, dulce y tranquila. Si cantaba se aseguraba que nadie la escuchara, no sé por qué, pero siempre que podía la espiaba para escucharla cantar. Cuando más solía hacerlo era cuando se cepillaba el cabello, su hermoso cabello ébano, tan negro como la noche sin luna ni estrellas, largo hasta los muslos, de todas era quien lo tenía más largo. El movimiento que hacía con su cepillo en su cabello siempre me hipnotizaba, sentía tanta paz y unas ganas de acariciarlo porque siempre se vio tan suave como la seda. Su piel era algo bronceada, no mucho, y sus ojos eran tan negros como su cabello.

 

Y finalmente Akira, no quisiera tener que elegir pero de todas, creo que ella era mi favorita. Ella era dulce pero firme, cuando le preguntaba algo siempre sabía cómo explicarme las cosas para que pudiera entender. Siempre fue ella quien me despertaba por las mañanas, me cargaba y me llevaba hasta el baño para bañarme y luego ayudarme a vestir. Claro hasta que cumplí los 14, pero aún así seguimos siendo unidos. Cuando tenía algún problema o duda acudía a Akira primero, ella me escuchaba y aconsejaba. A veces no podía manejar mis poderes, me daban miedo, todo lo que tocaba lo congelaba y por un tiempo no quise que ni ella ni ninguna de las demás se me acercaran por miedo a herirlas. Pero Akira fue valiente y a pesar de que le gritaba y lloraba que se alejara se me acercó un día en mi cuarto, yo estaba hecho bolita abrazándome a mí mismo, increíblemente mi piel no se congelaba al tocarla y eso fue un pequeño consuelo… Akira me explico un poco sobre mis poderes, más que nada que se descontrolaban por mis emociones, no porque estos fueran dañinos. Por eso, me dijo que debía tener cuidado con mis sentimientos, era libre de sentir lo que sea, pero si no me controlaba mi hielo podía salirse de control y congelar todo… Así que por días practiqué con su ayuda, al principio mantenía mi distancia de ella para no congelarla, ella no me dijo nada y solo me dejaba ser. Pero al pasar los días y viendo que podía controlar algunas de mis emociones, ella se acercó a mí y me mostró su mano, que tenía miedo así quería que la tocara así fuera solo un roce, yo tenía miedo así que me negué a hacerlo, pero siguió insistiendo y con miedo toqué uno de sus dedos, y como pensé este se congeló. Quise llorar pero Akira me dijo que mi hielo no tenía la culpa, que solo tenía miedo. Y que solo yo podía decidir qué hacer, si quería hacerle daño o no… Por supuesto que no quería lastimarla, ella era una madre para mi, una de 7, pero madre al fin y al cabo… Akira me abrazo de sorpresa sin que pudiera reaccionar, y me susurraba que me quería, que era un bueno niño, y que todo iba a estar bien. Recuerdo que me solté a llorar y la abracé con necesidad, ella me consoló hasta que quedé agotado y al separarnos me di cuenta que no se había congelado, que su cuerpo seguí siendo calentito…

 

Nunca podré agradecerle lo suficiente, Akira me dio valor para no temerle a mi poder, y es por ella que hoy en día puedo hacer de todo con mi hielo.

 

Lamentablemente mis padres las despidieron meses antes que cumpliera los 15 años, se habían enterado que hablaban conmigo y me cuidaban más de lo que según ellos debía, por eso sin reparo alguno las echaron a la calle y nunca volví a saber de ellas… Ese día mi papá se apareció en mi habitación y me gritó mucho, tenía mucho miedo y mi poder se descontroló un poco, casi queda congelado de no ser porque se salió del cuarto antes. Pero aún así desde el otro lado de la puerta me llamaba monstruo, fenómeno, me decía que no debí nacer y que si hubiera sabido que iba a resultar así hubiera ordenado que me abortaran... Las palabras o se las lleva el viento, fue tan doloroso escuchar eso. Antes al menos me ignoraba y solo me miraba feo, no me decía nada y pasaba de mi, pero que me dijera todas esas cosas hirientes y me mirara con tanto odio, fue lo peor del mundo.

 

No entiendo, ¿Tan malo fue que naciera para que me odiaran?... Yo ni siquiera pedí nacer, no es mi culpa haber llegado a este mundo. Fueron mis padres quienes me hicieron, no es como si yo hubiera sido un tipo de parásito que hubiera matado a mi madre a menos que me dieran a luz. No lo era ¿Verdad?

 

En momentos como estos que recuerdo el pasado es cuando extraño a las chicas, mis mamis. No pude despedirme de ellas, de Akira. Como hubiera querido hablar con ella aunque sea una última vez antes de irse.

 

Pero la realidad es que no sé donde están, yo escapé de la Mansión de Fuego un día antes de cumplir los 15 años, me negué a pasar un cumpleaños sin ellas, y ahora estoy viviendo solo en esta montaña nevada y solitaria… Es un buen lugar, tranquilo, pero no tengo a nadie con quien hablar. Por lo menos en la mansión tenía a algunos sirvientes que me hablaban cuando mis padres no los veían, son buenas personas, espero que estén bien.

 

Pero me sigo sintiendo solo, me gustaría que alguien viviera conmigo.

 

A veces bajo la montaña hacia la cuidad, las primeras veces fue para comprar algún suministro que me faltaba. Pero cuando empezó a escasear el dinero, me di cuenta de que no iba a durar mucho sin comprar comida. Así que empecé a buscar algún trabajo o algo así, Bianca me instruyó un poco sobre el mundo exterior y dijo que si no trabajaba no podía ganar dinero, y sin dinero no podía comprar comida. Era todo muy complicado pero bueno, yo no hice las reglas.

 

Al principio me paseaba por las calles buscando la forma de ganar dinero, hasta que vi algún que otro local que decía que necesitaban empleados. Ahí pedían gente que trabajara, y entonces fui y me hicieron peguntas, preguntas que obviamente no pude contestar, así que no conseguí el trabajo.

 

Pero no me rendí y seguí buscando lugares donde necesitaran empleados, y encontré algunos cuantos, en varios era lo mismo, me hacían preguntas que no podía contestar, pues eso significaría revelar de donde vengo, y no quiero eso. Así que naturalmente me rechazaban.

 

El primer día no logré encontrar trabajo, tampoco el segundo, ni el tercero, ni el cuarto, ni el quinto, ni el sexto, ni el séptimo. Una semana entera sin poder conseguir un empleo y me sentía desesperado, no sabía qué hacer, nunca había pasado por algo así, nunca había salido al exterior, no sabía cómo eran las cosas ni que hacer. Veía a la gente trabajar y no sabía que tenían ellos que yo no.

 

Tanto fue mi desespero que algunas veces congelaba algo a mi alrededor, y me asustaba, me alejaba para que nadie supiera de mi poder y terminaba escondiéndome en algún lugar solitario para llorar.

 

Fue cuando pasaron dos semanas desde que empecé a buscar trabajo que una oportunidad me cayó del cielo. Cuando caminaba por un parque vi a una niña sentada en una silla rara con ruedas, y a su alrededor varis niños gritando, riendo y diciéndole cosas feas, cosas que me recordaban a mi padre. La niña lloraba cubriendo su rostro y a los niños parecía no importarles, porque se burlaban de ella y reían más fuerte, le jalaban su larga cabellera negra de rizos y movían la silla con intensión de tirarla… Me enfurecí por eso, cuando veía a la niña llorando me veía a mí en la misma situación, y no lo resistí. ¡Odie a esos niños! ¡De verdad los odié por hacerle daño! Así que fui corriendo hasta ellos y los empujé a todos, alejándolos de ella; No debían tener más de 12 años al igual que la niña que puse detrás de mí para protegerla, todos se levantaron enojados y me exigieron que no me metiera, que se estaban divirtiendo con “La inválida” como la llamaron.

 

Inmediatamente el llanto de la niña aumentó y los mocosos parecieron contentos por eso. Eran unos malditos niños.

 

Sabía que estaba mal, que eran unos niños, muy crueles niños pero niños al final. Pero no pude vitarlo, me sentía furioso, dolido, triste, sentía ganas de llorar por mi y por la niña. Y lo hice, derramé lagrimas, los mocosos se empezaron a reír, pero la risa les duró muy poco cuando se dieron cuenta que o se podían mover… Desde mis pies expandí mi hielo hacia ellos para congelar sus pies y dejarlos pegados al piso, se asustaron e intentaron moverse pero no pudieron, me reí de su miedo, les iba a enseñar a no molestar a esa niña.

 

Inspiré profundo, una gran bocanada de aire, y cuando sentí que era suficiente lo liberé en un gran soplido. Ese era mi viento helado, era tan frio y fuerte como una ventisca, podía ver como los mocosos se abrazaban a sí mismos buscando darse calor, pero eso no les funcionaba. El hielo en sus pies se comenzó a expandir, subiendo por sus piernas y congelando todo a su paso. No tardó mucho en llegar al cuello y ahí me detuve. Respiraba entrecortado porque me quedaba sin aire, podía ver el terror en la cara de los niños, el frio también. Y me di cuenta que fue suficiente.

 

Volteé a ver a la niña detrás de mí y ella veía todo con asombro, me fue detrás de ella para tomar su silla y empujarla, porque si tiene ruedas debe poder moverse, eso fue lo que pensé, y funcionó. Cuando pasé junto a ellos les dije: “La próxima vez que la molesten mi hielo va a cubrirlos por completo” Y me fui llevándome a la niña.

 

No me preocupé mucho por ellos, después de todo el día era soleado y mi hielo se derretiría con el calor, lo peor que podía pasar era que se resfríen, y eso no es peligroso.

 

La niña me agradeció y me dijo su nombre, “Fénix”, como el ave de fuego mitológica. Me pareció un nombre lindo. Aproveché para mirarla mejor, tenía el cabello largo repleto de rizos, su piel era algo morena y tenía un par de patillas rizadas algo graciosas, pero le sentaban bien. Sus ojos eran color esmeralda y su sonrisa era tímida y agradable, me dio una linda sensación en el pecho. A pesar de ser un día soleado ella llevaba puesta ropa algo abrigadora, le pregunté por qué y cuándo me iba a responder apareció alguien corriendo.

 

Esa persona decía ser el padre de Fénix, eran igualitos, solo que el señor tenía el cabello corto… Se presentó como Lambo Bovino y entonces supe el nombre completo de ella, Fénix Bovino. Fénix le contó a Lambo que la defendí y como lo hice, y él pareció muy sorprendido. Me miró de pies a cabeza y luego me pidió se podía mostrarle lo que hice… No me pareció muy buena idea, pero Fénix me miraba de una manera en la que me sentí incapaz de decir que no, así que solo asentí y aspiré una pequeña cantidad de aire, para soltarla al instante, el viento era frio pero no tan helado como para congelarlo. El señor Lambo se sorprendió y me preguntó si sabía hacer algo más, por lo que junté mis manos e hice un perfecto como de nieve grande, el cual hice que volara hasta posarse en las manos de Fénix, quien se veía impresionada, pero sobre todo ¿Emocionada?

 

El señor Lambo me dijo que era dueño de un circo, donde había personas que tenían dones como yo, no todos claro pero algunos si, y los usaban para los espectáculos. Me preguntó si me gustaría trabajar ahí.

 

Inmediatamente le iba a decir que sí, pero no sabía si me iban a hacer preguntas como las veces anteriores, por lo que le pregunté y me dijo que no era necesario, que solo necesitaba saber a qué horas estaba disponible para actuar en el espectáculo, y que también me iban a pagar bien por cada show; No tengo que decirles que me emocioné y acepté, eso es obvio.

 

Ellos me llevaron hasta el circo que no estaba muy lejos y me presentó a todos los que trabajaban ahí, algunos me miraban como me miraban mis padres, otros parecían tener curiosidad, otros se veían aburridos y los demás solo prestaban atención a las palabras del señor Lambo.

 

Desde ese día todo fue para mejor, no fue fácil eso tengo que admitirlo. Tenía que entrenar mucho para poder participar en los espectáculos ya fuera usando o no mi poder, me entrenaba tanto físicamente como practicando mis habilidades, ya que a veces necesitaban que hiciera muchos copos de nieve, o que nevara, o que creara alguna figura de hielo. Era agotador en verdad. Pero valía la pena ya que lo que ganaba en un día era suficiente para subsistir por varios días, y me sobraba. Sin duda no podía estar más feliz.

 

Además he hecho amigos en el circo, algunos que no me miraban bien comenzaron a acercarse a mí y al tratarnos, se dio la amistad. Nunca había tenido un amigo que no fueran mis mamis y los empleados de la mansión, conocer a Fénix ayudó mucho, después de todo ella fue mi primera amiga, y supongo que me sirvió de práctica.

 

Cuando escapé de la Mansión de Fuego tenía casi 15 años- por un solo día- y eso fue hace uno 3 años. Ya tengo 18 y puedo decir con certeza que soy libre, que soy feliz, que estoy tranquilo con mi día a día y que no deseo nada más en el mundo.

Notas finales:

¿Qué les pareció? Si les gustó, o no, pueden comentar. Pero de buena menera, ya que he visto que algunos autores reciven reviews sin tacto alguno... Se que muchos no escribirán de esa manera, pero yo solo lo comento. Así nos llevamos bien todos.

aileen: Te agradezco tu review y me alegra que te haya gustado la historia. Por supuesto que la seguiré, no pienso dejarla así colgada. Claro que aún no se hasta donde llegará, porque yo escribo- al menos esta vez- planeando un poco y con lo que se me ocurra. Es bastante complicado decidir como empezar a narrar o que es lo que pasará primero... Espero disfrutes este capi.

1827kratSN: Holis Cariño~ Tienes razón en no quedarte con ninguna conjetra, ya que yo tampoco se como seguirá esta historia o como terminará. Aún lo sigo pensando... Este fic junto con Vida animal son los primeros de más de uno o dos capis, así que estoy nerviosa y también preocupada, por eso tardo en actualizar. Pero creo que en este caso los capis salen bien si no tengo fecha límite... Por cierto, me inspiré en Frozen y otras peliculas para las habilidades de Tsuna, además de usar mi loca imaginación que como sabes, es una fabrica. Espeo te guste estecapi y comentes.

 

Bueno, eso es todo por hoy. Espero les haya gustado y seguiré escribiendo los siguientes capis. Solo tenganme pasiencia.

 

Nos vemos.

 

CIAO CIAO~

 

<3


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