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Error. por Rk5

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Notas del capitulo:

Se pone bueno chicas, que comience lo divertido...

 

Rk5

Desperté en un lugar completamente desconocido, las partículas de polvo flotaban delante de mis ojos reflejadas por el rayo de luz que provenía de una ventana.

Levante la mano protegiendo mis ojos de aquella luz, tenía nauseas, dolor de cabeza y un extraño frio muy parecido a la terciana. Instintivamente revise mis bolsillos buscando las tarjetas de crédito o cualquier cosa de valor que me hayan ultrajado, pero extrañamente, todo estaba en su lugar, excepto mi chaleco, no lo traía puesto.

Abajo de mi había un colchón suave con unas sábanas parecida a la seda, ni si quiera era mi cama, estaba completamente confundida, apenas recordaba lo ocurrido antes de desfallecer. ¿Estaba en un hospital? No, no podía ser, los hospitales tienen ese típico olor característico a medicamento, las paredes tampoco eran blancas pálidas…el marco de la cama era de madera no de metal, y especialmente, no estaba vestida con bata.

Comencé a escuchar ruidos en el primer piso, pasos que iban de allá para acá, movimiento de objetos, platos, loza, ollas, todo sonaba muy fuerte retumbando dentro de mis oídos, luego llego el sigilo, pero por muy poco tiempo, siguieron los pasos hasta la escalera y comenzó a subir peldaño por peldaño.

¿Esto será un sueño? Tenía miedo, temblaban las sabanas, mi ropa se sentía ligera y ceñida al cuerpo… ¿quien será el dueño de esta casa?

Más pasos, ligeros y rápidos, aun así, generaban una pizca de eco...

Actué a la defensiva, estaba dispuesta a todo con tal de protegerme si la persona resultaba ser un posible agresor.

Se abrió la puerta lentamente, mis pálpitos se detuvieron, suspiré con fuerza, sacudí mi cuerpo por última vez.

 

-Ahhh, despertaste al fin, jure que nunca más lo harías....

 

Su voz danzo por la habitación, volví a tener pulso, sangre y vida.

Ahí estaba ella, otra vez ella salvándome el culo, aquella única chica que he conocido después de Andrea y que me ha agradado.

Vestía diferente a la última vez, incluso lucia más jovial y de buen humor.

 

-Supongo que tuviste grandes molestias hasta traerme aquí.

 

Tocí, le agradecía bastante por su gentileza, pero hasta lo que yo sé, tanto la paciencia como la tolerancia se acaban en algún momento.

 

-Pues, a decir verdad, encontraron más sospechoso que te arrastrara hasta mi casa que al hospital. Muchas personas me miraron raro, pensaban que te estaba secuestrando.

-En serio lo siento....

 

Me sentía una gran estúpida, una carga completamente innecesaria para ella, ni si quiera le fue fácil moverme... ¿Por qué tenía que sufrir siempre dolores de cabeza? En la cárcel no pasaba eso.

 

-No te apenes, fue divertido, siempre me sacabas en cara lo fuerte que eras, pero nunca me dijiste que pesabas tan poco jajajaja

 

Su risa armoniosa retumbaba tanto en la pieza como dentro de mi cabeza, gemí un poco, dolían los ecos.

 

-No, es cierto que soy fuerte Claudia, pero no por eso dejo de ser delgada.

-Jajajajajaja

-Mmmm....mi cabeza -susurre, dolía cada vez más-

-Ay perdón Amanda...estas muy débil aun, has estado durmiendo casi dos días seguidos, supuse que despertarías cuando estuvieras mejor.

-Siento como si un camión hubiera pasado por encima de mí, me duele la cabeza de sobre manera.

-Te traje pastillas, no se mucho aun de ti ni de tus molestias corporales, pero supongo que una pastilla para el dolor de cabeza te aliviara, aunque sea un poquito.

-Gracias...tengo que ver un doctor, dormir cerca de dos días no es muy bueno que digamos.

 

Trate de incorporarme, mis muñecas crujieron al presionarlas, la clavícula, el cuello y la espalda también. Sentía un matojo de nudos en la zona lumbar sin mencionar los calambres en los pies.

Todo el cuerpo me incomodaba, era tanta la molestia que ni hambre tenia y menos sentía el estómago vacío, lo único que debía hacer era levantarme y estirar los músculos.

 

- ¿Te ayudo?

-No te preocupes, debería poder yo sola.

-Debes estar débil.

 

Volvió a usar el tono de voz de preocupación, no sabía si me agradaba la idea de que se preocupara por mi o si me daba rabia lo incapacitada que estaba para recibir su ayuda.

Nadie antes que ella me había ayudado, todo decían ayudarme cuando lo único que hacían era amarrarme sogas en el cuello y lanzarme por un precipicio, ella sería igual que todos, es probable que me ayudara por cortesía, o inclusive que tratara de hacerme sentir menos miserable como en la prisión.

 

-Amanda ya, reacciona, ¿te levantaras o no?

-Sí, sí, descuida, puedo sola.

 

Tense los músculos logrando sentarme en la orilla de la cama, apoye ambos pies sobre el piso de alfombra, apreté los ligamentos, los músculos, y listo, ya estaba de pie.

 

-Wow....se me había olvidado lo alta que eras Ruthl, estos últimos días eras un ser más indefenso cuando estabas casi muerta en la cama.

-Qué más da, así nos vemos todos cuando nos desmayamos...

-Hablando de tu desmayo...-su voz cambio del asombro a la seriedad demasiado rápido, ni si quiera pude seguirle el paso-

- ¿A que te refieres?

- ¿Que fue lo último que viste antes de desplomarte? -Un tono grave broto de sus labios, comenzaba a tener una postura desafiante-

-Ahhh eso…no me acuerdo mucho.

-Si lo recuerdas.

-No.…solo vi una sombra, alguien que me hablaba…y, una esencia que recordaba.

-Era Andrea, ¿no?

-Ni si quiera la mención, no vale la pena.

 

Volvían a temblarme los músculos, sedería al colapso si no cambiaba de tema enseguida.

 

-Pero Amanda, tu sabes que ella no es real.

-Lo sé, ella era real, pero mi mente, mi cerebro quiere seguir teniéndola presente, no es algo que puedo controlar por ahora...

-Tienes que ir a médico, urgente.

-Lo sé, solo dejemos de hablar de esto, comienzan los dolores de nuevo.

-Bueno ya, toma las pastillas, estaré abajo por si me necesitas, aunque lo dudo, además cocine para ambas, espero que comas también, la debilidad es provocada por el hambre.

-Gracias de nuevo.

-Vale.

 

Desapareció sin decir nada más, su esbelta silueta penetro el umbral de la puerta dejando el portazo tras de sí.

Observe toda la habitación detenidamente, mi propia respiración retumbaba en la pieza, mis pasos crujían, dejaba saber que debajo de la alfombra había madera.

La pared estaba pintada en colores pasteles y claros, la cama era un objeto a parte, parecía que todo estaba construido entorno a la cama, aunque esta no tenía ni una pinta de dependencia con el resto de los muebles.

El closet era más grande que un mueble estándar, roble con detalles de caoba, dos puertas y un espejo, el color del closet se degradaba en torno a la pared, supuse que el mueble era artesanal ya que los industriales se hacían de un solo color.

Me acerque a la ventana por donde se escapaba un hilo de luz, afuera había un sol tremendo camuflado entre las nubes, al bajar la vista contemple las casas cercanas a esta......

¡Mi casa estaba a solo tres casas de distancia a esta! ¡Maldita Claudia! Ahora entendía su risa, su simpatía cuando me ayudo por primera vez, ¡yo era su vecina!

Estaba entre mezclada de emociones, saturada por así decir. Por un lado, alegre porque mi casa no estaba tan lejos, y por el otro molesta por estar aquí y no allá, desconcertada por la ayuda de esta ex carcelera, y enrabiada de mi misma por haberme desmayado.

 

-Mmmm, no es tan malo estar aquí, ¿no amor?

 

Entre suspiros y temblores Andrea me miraba apoyada en la puerta, su cabello liso cubría casi su ojo.

Le mire un tanto desconcertada, aun sabiendo que no era real no podía ignorarla, su voz, su cuerpo, su yo, era motivo de sobra para no ignorarla.

 

-No, no es malo, al contrario…diría que demasiado bueno.

- ¿Aun no puedes confiar en nadie?

- ¿Y crees que podre confiar en alguien si solo estas tu guiándome? O al revés ¿Crees que alguien confiaría en una loca que habla sola?

-Pues, ella debe estar igual de loca que tu...

- ¿Por qué lo dices?

-Lo normal sería que te hubiera dejado en tu casa, solo está a tres de aquí, ahora dime, ¿Por qué crees que ella te trajo aquí?

 

El susurro de sus labios golpeaba la fría piel de mi rostro, su cuerpo estaba apegado al mío, su cabello cosquilleaba mi cuello, trate de retroceder un paso, caí al piso otra vez, ella se acercó igual que la sombra antes que me desmayara.

Toco mi rostro con el dorso de su mano, gélida como el hielo.

 

-Ella te quiere a ti, y yo…no se lo permitiré, tu eres mía.

-Andrea, aléjate de mí.

-No, jamás lo hare, tu y yo hicimos una promesa, cúmplela.

-.........déjame en paz.

 

Se sentó encima de mí, tomo mi rostro con fuerza para que le mirara, para que cumpliera con obediencia. Empuje su cuerpo, pero no era suficientemente fuerte, ella solo seguía siendo más violenta.

 

-Me debes respeto Amanda.

- ¿Y tú? También me lo debes.

-Sí, te respeto, pero a mi manera.

 

Trato de besarme, pero me resistí a ella, unos pasos subieron corriendo las escaleras, Andrea tomo mi cuello con fuerza acercándolo hacia ella, la puerta se abrió de golpe, Claudia corrió hacia mí y comenzó a tocarme el rostro preocupada, Andrea cayó al piso y comenzó a levantarse, Clau me hacía señas con sus dedos delante de mis ojos, pero a pesar de sus esfuerzos yo solo seguía mirando a Andrea, ella seguía mirándome, pero más lejos, para ser exacta detrás de Claudia.

 

-Ella te quiere a ti Amanda, pero tú eres mía, no lo olvides, si quieres que no le pase nada a Claudia, ALEJATE DE ELLA.

-Olvídalo, ya no soy de tu propiedad...lárgate, AHORA.

 

Gruño con fuerza, bastante sonoro, trato de lanzarse encima de mí, pero el cuerpo de Claudia impidió su paso. Esta seguía mirando mis ojos con preocupación, comenzó a hablarme, a hacerme preguntas.

 

-Amanda, vamos chica, respóndeme, vamos, mirare a mí no a Andrea, sé que está detrás de mí, pero necesito tu atención en mí, así lograremos que ella desaparezca...

- ¿Tú crees que desapareceré por esa idiotez que dice esa tipeja? Soy real para ti Amanda, no importa que es lo que hagas.

 

Le miré un tanto desafiante y luego puse completamente mi atención en Claudia.

 

- ¿Estas segura de eso Andrea?

-Eso mírame a mi Ruthl, ella no es real, no existe...ya no.

 

Sus ojos suplicaban mi atención, sus labios tiritaban e incluso sus manos estaban temblorosas, pero de una manera muy poco perceptible.

Poco a poco escuchaba murmuros, gruñidos guturales provenientes de la dominancia convertida en persona.

 

-¡¡YA SENTENCIASTE SU MUERTE AMANDA!!

 

¿Una lagrima se arriesgaría a salir? No, ni si quiera sentía temor de ella, ni si quiera le creía, pero su postura hacia estremecer a cualquiera.

Claudia me abrazo con ternura ocultando mi cabeza en su cuello, la vibración al respirar me tranquilizaba, los pequeños silbidos de sus exhaladas me mantenían en paz, poco a poco ella era la única persona que tenía mi atención, los murmuros comenzaron a cesar, Andrea guardo silencio, ella ya no estaba presente en la habitación...

Al alejarme un poco de Claudia pude apreciar por encima de su hombro la pared, si, estaba en lo cierto, ella había desaparecido tal y como había dicho esta chica.

 

- ¿Estas mejor Amanda?

-Gracias Claudia.

 

Le abrace fuerte, estaba perdiendo la cabeza, estaba volviéndome una enferma adicta al dolor, a la violencia, al masoquismo, ¿Como podía detenerlo si ni si quiera sabia cuando empezarían mis ilusiones? Estaba claro que Andrea era el inicio de estas, pero, ¿quien sería el final? ¿Acaso Claudia también era parte de esta ridícula historia de mi cabeza? ¿Ella seria real?

Acerque mis labios a su oído y le pregunte si ella era real.

 

-Siempre lo he sido...hasta lo que yo sé.

 

Su respuesta me alivio un poco, solo lo necesario para no salir corriendo, me llamaran paranoica, pero es lo menos que me importa.

 

- ¿Como sabias que se iría?

-Suelen desaparecer las ilusiones cuando concentras la atención en otra cosa.

-Esta vez la cosa fuiste tú.

-Como sea, por lo menos ya vuelves a tener ese humor tan propio.

-Mmmm ¿ese humor de mierda que tengo?

-Si.

 

Reí un poco, por lo menos no era tanta la tensión como antes, solté con lentitud su cuerpo, su calor se iba alejando como yo de ella.

En un momento despistado de mi parte tuve el error de mirarle a los ojos, los tenia brillantes al borde del colapso, las pupilas dilatadas al máximo, sus pestañas húmedas, ¿esto le afectaba tanto como a mí?

 

-Flash back-

 

-Ella te quiere a ti, y yo…no se lo permitiré, tu eres mía.

 

-Fin flash back-

 

Seguí mirándole, que estúpido de mi parte pensar en que ella lo hacía por buenas acciones, ella solo me quería, me quería como un elemento propio, como algo de su propiedad, me quería tener, pero para su beneficio, no se lo permitiría, no podía, deseaba ser libre…debía ser libre, le pregunte.

 

- ¿Por qué lloras?

 

Gruñía de forma interna, ¿por qué todo debía ser amor? Amor, asqueroso, odiado y obsesivo amor, todo se basaba en eso…no.…no quería el cariño, lo único que había ganado en el amor era el desecho, el desperdicio inutilizado, ni si quiera los perros querrían ese grado de basura.

Al fin y al cabo, termine llorando, termine rindiéndome en la mierda en la que siempre caigo, una y otra vez, caía en el error de llorar por lo que ya paso. Entre lágrimas gruñía, ella solo me miraba atenta, con consuelo, se mantuvo quieta, al margen de la situación, ¿que más podía hacer ella, besarme? Eso sería su carta de suicidio.

 

-Déjalo salir- me repetía ella, una y otra vez, jure que ya no me quedaban lágrimas, que equivocada estaba-

Luche ante su tacto, no quería su cariño, no quería sentir aquello que tanto me dañaba, la compasión.

Trate de empujarla, de insultarla, todo fue sin éxito, Claudia sabia cuando yo era peligrosa, y esta vez, no lo era.

Termine en su pecho llorando, sus manos acariciaban mi espalda, me dañaban como espinas, los sollozos fueron entre cortados con suspiros que más que aliviarme me ahogaban.

 

-Ya tranquila Amanda, ya pasara.

 

Su boca botaba corrientes de aire en mi cabeza, tarde o temprano me soltaría, de eso no había duda, pero las heridas internas en mi corazón estaban empeorando y a medida que pasaban los días, esas heridas se rompían más y más.

 

-Flash back-

 

-No, por favor, no quiero de esa forma.

-Te gustara, solo temes porque nunca lo has experimentado, ya sabrás como se siente....

-No quiero...

 

Me empujo con fuerza en la cama estrellándome contra el colchón, antes de que pudiera hacer algo mis dos manos estaban atadas con sogas en el borde de la cama.

 

-Mmmm veamos hasta cuando piensas de esa forma tan obstinada.

-Suéltame ya Andrea.

-No, me encantas cuando estas indefensa.

 

Su cuerpo estaba encima de mí, paso su lengua por mi cuello mientras sus manos tocaban mi cuerpo. Fue bajando su rostro y sus manos hasta llegar a mis pies, también los amarro.

 

-Ahora que comience la diversión....

 

-Fin flash back-

 

- ¡NOOOOOO! ¡SUELTAME YAA!

 

Empuje a Claudia tan fuerte que cayó de espaldas, me arrastre hasta la esquina más próxima, ahí estaba segura, allí podría defenderme si se atrevía a hacerme algo...mis lágrimas dejaron un camino mojado por mi rostro.

Observe mis muñecas, estaban rojas, quemadas por fricción, mis talones igual, sentía dolorosas puntadas en el cuello y en mis costillas...dolían como aquella vez.

 

-Amanda, déjame ayudarte por favor.

 

Susurro desde su lugar, no se movió ni un milímetro, solo me miraba paciente.

 

-No, vas a ser como ella, ¿no? También me quieres dañar, no te dejare hacerlo.

-No quiero dañarte, al contrario.

-Entonces si tenía razón Andrea.

-.....

-Tú me quieres, tú me quieres como tu propiedad.

-......No, yo te quiero ayudar.

- ¿Y POR QUE TANTO INTERES?

-Te lo debo.

- ¿Solo por eso?

-Sí, solo por eso.

 

Logro ponerse de pie y camino hacia mí, comencé a sentir miedo otra vez, mi espalda estaba húmeda al igual que mis palmas, dentro de mí se contenía una ansiedad descontrolada, todo lo sentía mas rápido y tembloroso.

 

-No me dañes…no quiero más dolor.

 

Logre enrollar mis piernas con mis brazos y esconder la cabeza dentro. Terror era la palabra más adecuada que describía lo que sentía, no quería verle, sabía que me derrumbaría víctima del pánico si lo hacía.

Sus manos acapararon mi cuerpo sin dificultad, beso mi cabeza y amoldo mis brazos para que su rostro quedara apegado al mío.

 

-Déjame ayudarte.

- ¿Solo quieres eso?

-Te mentiría si te dijera que sí.

-Aléjate de mí....

-No.

-Me dañaras.

-Solo déjame que te quiera y te cuide como se debe.

 

-Flash back-

 

-Siempre te amare Amanda....

 

Su cuerpo cayó al piso mientras chorreaba el ultimo litro de sangre que le quedaba.

 

-Fin flash back-

 

- ¡Ahhhhh! No....no lo hagas, te matare si lo haces, oh si, lo hare si me dañas. ¡TE MATARE COMO LO HICE CON ELLA!

- ¿Quien te dijo que soy ella?

 

Tomo mi lastimero rostro y me obligo a observarle, ella también estaba llorando, sus ojos estaban rojos e hinchados.

 

-Todo esto es mi culpa Amanda....no sé cómo pude permitir que te pasara esto, no mereces tener estas paranoias, todo es mi culpa...no hice nada para ayudarte.

-......

-Lo siento tanto...no quiero verte así, hare lo que sea para ayudarte, lo que sea, necesito pagar el error que Andrea cometió.

- ¿Por qué?

-Porque mi hermana termino siendo el error más grande de tu vida…estarás acabada dentro de poco si no logras superarla.

- ¿Qué?

 

Un silbido inundo mi audición, todo me daba vueltas, veía borroso, ni si quiera el tacto de Claudia lo sentía, estaba fuera de mí. A decir verdad, ya no estaba dentro de mis cabales hacía ya varios años.

Entregue mi peso completamente hacia la muralla.

 

-Amanda, oye, quédate aquí, por favor.

-Por la mierda- susurre antes de desvanecerme por segunda vez a merced de aquella chica que antes conocía y que desde ahora era una completa extraña-

 

Notas finales:

No olviden sus opiniones, los reviews son nuestro regalo.


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