Cap. 10
-Andrea-
*tip tip...tip...tip...tip......tip tip*
Era la milésima vez en la noche que observaba el electrocardiograma de Amanda, de todas esas veces jamás había estado con tantas arritmias como ahora, ¿eso sería normal? ¿Que estaría soñando o pensando?
Me senté en la silla de visitas al lado, ya era la segunda noche que no dormía desde su accidente.
-Oye Andrea deberías descansar, te ves fatal, hagamos relevo.
Ahí estaba Claudia acariciándome el hombro, siempre tratando de apoyarme en todo, mi querida hermana.
A decir verdad, no me importaba dormir o comer, solo me preocupaba ella....
-Lo se Clau, pero hoy esta raro su pulso.
-Siempre dices lo mismo...vamos, ve a descansar un poco, además tu tampoco estas bien de salud, debes cuidar tu herida.
-No es nada grave.
-Pudiste haber muerto....
-Ok, ok, cuídala en mi ausencia.
Caminé a las afueras de la sala, me senté en una de las bancas de espera, los puntos en mi pelvis se tensaron al ejercen un poco de presión.
Aquella discusión que tuve con Amanda termino muy mal...ni si quiera sabia como cuidarla después de su estado cuando despierte.
Los padres de Amanda habían muerto en el accidente que tuvo en avión camino a Francia, sabía que era mi culpa al haber sido egoísta con Amanda, no quería que ella fuera, tenía ese mal presentimiento, solo que...no pude explicárselo, se quedó cuando vio mi expresión molesta, nunca solía negarme nada.
En realidad, no podía negarle nada a nadie, su ex se había encargado de maltratarla psicológicamente lo suficiente para ser una chica extremadamente sumisa.
Cuando le llamaron diciendo que habían fallecido sus padres…quería matarse....
Cuando llegue a su casa, ella tenía el cuchillo en sus manos, forcejeamos...y clack…el cuchillo se clavó en mi vientre, caí al piso, pero no antes exigirle que botara el cuchillo.
Debo admitir que me dolió más que la puta madre, la hoja fría del cuchillo la siento hasta el día de hoy.
Gracias a Claudia estoy viva, ella le extraño que saliera con urgencia a la casa de Amanda, por lo cual me siguió, al encontrarme en el piso ensangrentada y a mi novia en estado de shock al lado, llamo a la ambulancia.
Lamentablemente también llego la policía…no pude hacer nada por Amanda…se la llevaron a la cárcel a pesar de mis reclamos...no pude hacer mucho, la acusaron de cuasi delito de homicidio, estuve una semana en reposo, la operación tuvo complicaciones, el cuchillo había hecho más daño de lo que había pensado…me dijeron que por poco sobreviví.
Como si no fuera poco, Amanda hizo su segundo intento de homicidio dentro de la cárcel…trato de ahorcarse, fue así como termino con daños cerebrales y en estado de coma...y yo...aun aquí teniendo la esperanza de que despierte.
Solo me quedaba esperar, solo llevaba una semana en coma, era probable que despertara...quizás estaba más cerca de ayudarla, lo único que he hecho es hablarle por horas, siempre estoy con ella acariciándole las manos, besando su rostro, siempre hay reacciones en su pulso cuando me acerco, ojalá que sea algo positivo...
Sin darme cuenta comencé a llorar, ¿porque todo debía ser tan difícil? Maldita la vida, maldita la depresión, maldita Amanda que a pesar de amarla con todo mi ser, a ella no le importo al momento de atentar contra su vida, maldito egoísmo…maldita yo que no pude ser fuerte incondicionalmente.
Algunos médicos y enfermeras pasaron corriendo al frente de mí, no quería prestarles atención, un mal presentimiento me invadía, otra vez.
Sentía como se rompía algo dentro de mí, como se desgarra mi corazón, golpeaban y cortaban mis nervios de tal forma que se me congelaba el cuerpo, temblaban mis extremidades, me dolía la cabeza y tenía ganas de vomitar…una voz a lo lejos me llamaba, palabras que llegaban transformadas en zumbidos a mis oídos.
- ¡Andrea!
Esa voz característica de mi querida hermana…era la primera vez que deseaba no oírla...que se extinguiera...
- ¡ANDRÉA!
Solo mire al piso...sabía cuál era su propósito, sabía a qué venia corriendo a mis pies…sabia porque lloraba…sabia lo culpable que se sentía por no creerme…sabia...pero ya no me importaba… ¿por qué debería importarme?
-Andrea…Amanda...Amanda...
-......
Miraba seria, no sabía describir sus emociones, su tez pálida, aquellos inexpresivos ojos, su cabello castaño erizado por sus movimientos bruscos, las lágrimas chorreaban entre las líneas de su boca...
-Amanda....despertó.
Mi alma volvió al cuerpo, todo comenzaba a tener sentido, ella...ella había despertado por si sola del coma...
Caían lágrimas al piso, sentí las manos de Claudia agarrando las mías mientras sus pulgares masajeaban las palmas.
- ¿Sabes lo que eso significa, ¿no?
-Si...
-Ella deberá desaparecer de nuestras vidas Andrea...por el bien nuestro…queramos o no.
-…No quiero...la amo.
-Lo sé...pero si esto sigue así, acabaras peor que ella...
Una enfermera se acercó a nosotras y comenzó a hablar.
- ¿Ustedes son sus familiares?
-Soy su novia....
- ¿Y usted señorita? -le hablo a Claudia-
-Soy su cuñada.
-Pues, les tengo una buena y una mala noticia...-tocio aclarando su voz-
La buena noticia es que Amanda despertó del coma sema inducido, lo malo es que, tiene secuelas, una de esas es que no está muy consiente en su entorno y el segundo…parece sufrir de una pequeña laguna mental, algo así como amnesia temporal…pero en teoría debería recuperarse paulatinamente a lo largo de los meses...
Algo dentro de mí, en algún lugar recóndito del interior llamado vísceras, vibraba algo de terror, los jugos gástricos, la bilis, quizás la gran angustia, el desconsuelo, el desconcierto de la situación, todo ello me generaba un panorama muy desalentador, al final es el momento donde te cuestionas dos posibles situaciones; la primera, seguir apoyando incondicionalmente tus decisiones sin cambiar nada de lo que piensas, dejándote de importar los sacrificios.
Segundo, cumplir la causa, pero, teniendo que dejar el final para el individuo, apoyarlo, pero no estar al momento culmine....
Ambas situaciones eran complicadas, en simples palabras, estar incondicional e irremediablemente enamorada de ella a su lado…o estar incondicional e irremediablemente enamorada de ella, pero a distancia.
-Necesitamos estabilizarla por el momento, pronto les daré más noticias de ella y les avisare cuando puedan entrar a verla…tengan mucho cuidado en cómo le hablan, recuerden que está muy sensible a su entorno.
-Muchas gracias.
Claudia logro hablar mientras despejaba su garganta, en cambio yo, seguía sin poder tranquilizarme, ella había vuelto…estaba aquí, conmigo, con secuelas y todo, pero estaba viva.
**********
Ingresamos a su habitación, ahí estaba ella con sus hermosos y cautivadores ojos mirando el techo, un grado de tristeza, miedo y sobre protección me inundo inmediatamente, estaba analizando la situación, aunque deseara alejarme de ella, incluso si fuera por mi propio bien, no podría....le amaba tanto o incluso más que la primera vez que logre besarla, este accidente no me había hecho cambiar de parecer, ni si quiera le tenía rencor al verla, sino más bien, deseaba abrazarla, quererla y acariciarla entre mis brazos...
Una fuerte energía me empujaba, me atraía hacia ella, un magnetismo completamente estúpido y sin fundamentos me ataban a aquella criatura que había atentado contra mi vida.
Tenía que protegerla a toda costa, fuera lo que fuera, y lo que me costara, lo haría.
Sentí una caricia en mi brazo, cerca de mi muñeca, al mirar hacia al lado Claudia me miraba seria, en susurro logro decirme.
-Se lo que pretendes, mantente al margen, esto es delicado Andrea.
Por la puta mierda, siempre tenía que mantenerme al margen, estaba harta de no poder hacer nada más allá de ser apuñalada y más encima llorar.
-Lo entiendo Clau, pero no me pidas que me aleje de ella, porque a estas alturas ya no puedo.
-Estúpida ten un poco de amor por tu propia vida.
-Me vale mierda mi vida si no puedo estar con ella.
Alguien tocio dentro de la habitación haciéndonos callar bruscamente. Ahí estaba ella, seria ante nosotras, con una de las más curiosas muecas de las que le he visto.
-Y ustedes, ¿quiénes son? ¿Si se puede saber?
Sin si quiera poder hablarle, se comprimió mi garganta, extrañaba su voz, esa voz tan jovial y veloz que tanto me gustaba, al borde de las lágrimas Claudia se adelantó y respondió una estupidez de la cual deberé lamentarme hasta el día de hoy...
-Somos tus hermanas Amanda...por fin regresaste con nosotras….
-......¿En serio son mis hermanas?
-Si….
Su rostro fue de máxima inquietud, estaba descolocada, y yo…yo...solo estaba condenada a estar cerca de ella toda la vida, sin poder besarla, tocarla o amarla de nuevo…gracias Claudia...