Día 104: Descontrol
Por suerte doña María se recuperó del desmayo y en un par de días pudo salir del hospital. Supongo que el saber que Joaquín es en realidad su nieto, le ha dado más fuerzas para seguir viviendo.
Aunque antes ya lo quería, ahora se nota mucho más y es que lo saca a pasear seguido, le compra dulces y lo malcría como una abuela sabe hacer.
Eso es lo bueno que ha pasado, porque el resto no es tan dulce.
Sigo enojado con Gracia, no puedo creer que me haya traicionado de esa manera. Sobria ha intentado pedirme disculpas, lo malo viene cuando se le ocurre tomar un poco y termina loca de atar.
-Ven acá hijo de tu puta madre... Me quitaste a mi macho, a mi hombre sin bolas... Eso nunca te lo voy a perdonar... - Es lo que gritó la otra vez mientras me perceguía.
Tuve que correr desesperado para que no me quitara con sus dedos mi pelo, estaba realmente descontrolada. Al otro día, me pidió disculpas de nuevo. Es como si en su interior vivieran dos personas.
Igual no entiendo por qué toqué la peor parte si el culpable es Fernando, ¿a quién se le ocurre enamorarse de mí? Tiene que ser bien tarado.
Gracia en vez de golpearlo a él, ha decidido omitirlo, como si nunca hubiera existido.
-Gracia... Sigo en el baño, podría irse... - le dijo perplejo el sin bolas la otra vez.
Resulta que la anciana se quería bañar, por lo que entró a dicha habitación, se sacó la ropa y se metió a la ducha. Tan solo que el dueño de casa estaba sentado en el inodoro.... Bueno, sabrán qué es estaba haciendo. La muy loca hizo que no lo escuchaba y solo se dedicó a frotarse la piel, como se supone que le hace la ley del hielo.
Pero eso no es todo, porque hasta mi hijo ha comentado al respecto.
-Papá... Piénsalo bien, él tiene mucha plata y nos podría mantener muy bien... Creo que es hora que hagas algo bueno con tu cuerpo y te entregues por el bienestar de ambos... - Me dijo el enano creyéndose grande.
Claro que no voy a hacer eso, desde que se murió mi Ernesto no he pensado en nadie más. Bueno, no he pensado pero sí he visto, por algo tenemos ojos ¿no? La cosa es que no me voy a volver a enamorar nunca más, le seré leal a mi amado hasta mi muerte.
Bueno... Les juro que quiero eso, tan solo que... Créanme que no sé cómo pasó, pero el fin de semana pasado desperté en la cama de otro hombre, uno que no había visto en mi vida.
Mierda, ¿y mis chones?
Pensé tras abrir los ojos y verme solo. Estaba en una habitación muy grande, recostado en una cama elegante, completamente desnudo. Por la mala suerte, justo andaba con los más desgastados, esos que crujen al ponérmelos. ¡Qué vergüenza!
-¿Cómo está el peor violador del mundo? - de pronto llegó un hombre a la habitación.
¿Qué mierda dijo? Y en ese momento quise recordar cómo llegué hasta ahí, tan solo que no podía, tenía un dolor de cabeza espantoso. ¿Qué mierda hice esa noche?