Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reasons to love por ViBanaII

[Reviews - 215]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Enero 6 de 2017

Hola, hola mis hermosas criaturas!! Esperon hayan tenido un buen inicio de año :D 

Como regalo de Reyes Magos, aquí les traigo el cap 13 de esta intrigante historia que tanto les gusta. En serio, esto ha sido una sopresa para mi... Terminé el cap antes de lo normal. :') 

Muchisimas gracias por sus comentarios en el capítulo pasado, ay! no saben cuanto me emociono y divierto leyendolos, todos son un amor. 

Y como siempre: Mis Razones para Escribir: Cecy. Suki. Aoi ito. Lunini. Naruf. Ana. Bichito. 
Y a mis nuevas criaturitas: Milaela. Patty Tzn. Xio  Bievenidas preciosas! Gracias por darme la maravillosa oportunidad de invadir sus mentes.

Ahora sí, los dejo leer con gusto y nos vemos en las notas finales (n.n)/

XIII

 

–Levántate, por favor –. Pidió en voz baja tras tomar la pequeña caja y cerrarla en su mano–. Por favor.

– ¿Gaara…? –Inquirió el pelinegro con pánico, sin entender sus acciones. El asentimiento de su cabeza había sido su respuesta, pero su petición y el que evitara que pusiera el anillo en su dedo, le habían dejado confundido.

–Odio ser el centro de atención –gruñó, ocultando su rostro en el cuello de Sai–. Sabes que no me gusta y aun así, te empeñas en hacer este tipo de cosas.

–Lo siento –alcanzó a susurrar antes de verse interrumpido.

–Si nos comprometemos, ¿podrás esperar el tiempo suficiente para que pueda poner en orden mi vida, antes de casarnos y aceptar una eternidad contigo?

–Creí que lo de pasar toda la vida juntos, ya había quedado clara desde hacía mucho tiempo, Gaara –dijo–. Así que no entiendo qué es a lo que te refieres… ¿Estás aceptando mi propuesta o no?

– ¿Por qué eres tan tonto?

– ¡Gaara! –Bufó el pelinegro sin evitar que una sonrisa empezara a iluminar su rostro–. ¿Entonces te casarás conmigo? –preguntó con ilusión.

Gaara sonrió divertido antes de acercarse nuevamente al mayor, tomando su rostro entre sus cálidas manos, y finalizando con un pequeño y hasta tímido beso en sus labios.

–Te amo –susurró–. Me casaré contigo, pero no llevaré un anillo de compromiso en la mano –le aseguró con la expresión más seria que le fue posible poner. Segundos después, desabrochó la cadena de su cuello, tomó la pequeña caja de terciopelo, y de ella sacó el anillo, para entregárselo a Sai–. ¿Harás el honor? –preguntó mientras señalaba la punta de la cadena y luego la argolla. Sin dudar y comprendiendo rápidamente, Sai insertó la argolla como si fuera un dije más, y luego puso la cadena de vuelta en el cuello de Gaara.

–Ya no escaparas nunca de mí, mi hermoso Gaa-chan. ¡Te casarás conmigo! –gritó sintiéndose incapaz de contenerse y ocultar cuan feliz lo hacía.

–Me avergüenzas idiota.

– ¡No me importa! –exclamó, llenando de besos las sonrojadas mejillas del pelirrojo–. ¡Te amo!

Las felicitaciones no se hicieron esperar para la -ahora- comprometida pareja, quienes se vieron rodeados de abrazos y palabras alegres, de sus familiares, amigos y conocidos.

–Supongo que… Felicitaciones –dijo Sasuke luego de abrazarlo y palmear cariñosamente su espalda, con más fuerza de la necesaria.

–Tu rostro debería decir lo mismo –murmuró el pelirrojo.

–Sí, bueno, tú luces estreñido –se burló el menor.

–Que gracioso –bufó antes de girar para mirar a Itachi.

–Siempre haces sufrir a mi hermanito, Gaara –le dijo Itachi con reproche, pero sin parecer muy severo–. Espero que sepas lo que haces.

–Sí, pues eso deberías decírselo a tu hermano.

–Él sabe lo que hace –aseguró el mayor–. Sólo espero que tú también –susurró a su oído antes de alejarse finalmente.

Gaara no pudo evitar fruncir el ceño ante las palabras de su cuñado, comprendiendo con exactitud lo que quería decir, sin necesidad de ahondar mucho en ello. Era simple, los Uchiha dudaban de sus sentimientos por Sai, y era básicamente, debido a su comportamiento para con él. Suspiró. Un dolor de cabeza más, sumado a su lista. Bueno, era parte del dolor de cabeza que amaba, así que no podía simplemente dejarlo pasar. Esperaba, con el tiempo, asegurarse de dejar claro que, sus sentimientos por Sai, eran tan sinceros como los que el pelinegro profesaba por él; la pequeña diferencia, era la forma en la que cada uno se expresaba.

Gaara aclaró su mente y se dispuso a buscar a su familia. Los había perdido de vista luego de que lo felicitaran, y eso no era nada bueno, porque estaba seguro de que, si alguno recibía una llamada de su padre o sus abuelos, no le dirían nada. Se encaminó al lugar donde se encontraban sus hermanos, pero se detuvo al escuchar la familiar voz de su tío, provenir de una de las salas aledañas.

Jiraiya-sensei, sí, estoy en la fiesta –murmuró Nagato–. Sí, ellos están bien. ¿Qué hay de ustedes? ¿Karin está bien? –La respiración de Gaara se detuvo al escuchar aquel nombre ser pronunciado por el mayor, pero se mantuvo silencioso, esperando escuchar y saber algo más–. Es, ¿es eso cierto? –Escuchó que preguntaba. Gaara frunció el ceño por el tono de voz que había empleado–. Yo… esto es… Oh Dios, ¿Minato está bien? Y los chicos, Ino, Naruto… ¿Jiraiya sensei, cómo está Naruto?

Y eso fue suficiente para que Gaara saliera de su escondite y enfrentara a un asombrado Nagato.

 

* * * * *

 

Sasuke bufó con molestia luego de darse por vencido tras intentar comunicarse con Naruto. El rubio no había contestado ninguna de sus llamadas desde esa tarde que había intentado comunicarse, y ahora pasaba de ser la media noche y seguía sin saber nada de él. Aunque no aceptara a viva voz que extrañaba a Naruto, lo hacía; como también se preocupaba por él, y justo en ese momento, en medio de aquella aburrida fiesta, empezaba a desesperarse.

– ¿Y esta vez, cuál es el motivo de tu alegre cara? –Preguntó Shikamaru tras llegar a su lado, la ironía claramente implícita en su -aparentemente- desinteresada pregunta.

–No estoy de humor.

–Nunca lo estás, eso es claro –aseguró burlándose–. Pero esta noche, en particular es diferente.

– ¿Qué hay de diferente? –inquirió con curiosidad; él se sentía normal (dentro de sus parámetros para definir tal palabra) sin importar cuan desesperado estuviera por saber de su rubio tormento.

–No lo sé, dímelo tú –pidió con un leve encogimiento de hombros–. ¿Qué te está molestando?

–No es nada –respondió con simpleza sin querer contestar a su pregunta.

–Como siempre –respondió el mayor en medio de un suspiro dejando de insistir–. ¿Sabes cuándo terminará esta fiesta? Estoy cansado y es problemático.

– ¿Por qué sigues aquí entonces? Podrías simplemente marcharte –expuso el pelinegro cruzando los brazos.

– ¿Recuerdas que mi mujer es hermana de Gaara? No se irá hasta que… oh, mierda.

Tras escuchar la maldición del moreno y su repentina partida, el pelinegro miró hacia donde este se dirigía para encontrarse con una extraña escena en la que Gaara parecía estar siguiendo a alguien fuera de la estancia, y tras él, iban sus hermanos. Sasuke se acercó a Sai para saber qué sucedía, pero en cuanto lo cuestionó, el mayor le miró confundido durante unos segundos en los que parecía estar procesando algo, antes de simplemente marcharse y dejarle solo y sin respuesta.

Por su parte, Sai recorrió la casa hasta la entrada principal, llegando a la parte más alejada del jardín justo en el momento preciso para ver cómo, entre Shikamaru y Kankuro, separaban a un muy enojado Gaara, de (aunque le pareciera muy extraño) Nagato, quien lucía más tranquilo, pero que aun así, parecía cauteloso siendo custodiado por Temari y la esposa de Kankuro.

– ¿Qué está pasando? –Cuestionó al estar frente a ellos, notando enseguida como Gaara parecía tensarse mientras los demás se paralizaban momentáneamente sin responder–. Hice una pregunta –demando con cierta autoridad, esperando que hablaran–. ¿Gaara?

–No pasa nada –se atrevió a responder, sabiendo de ante mano que su respuesta no sonaba nada creíble–. Regresa adentro, por favor.

– ¿Qué tan estúpido crees que soy? –Resopló con molestia desde su posición–. “no pasa nada”, “estoy bien”, “no importa” ¿Cuánto tiempo seguirás creyendo que me comeré el maldito cuento de que todo en tu vida está bien? –Preguntó enojado y cortante, explotando en ese momento porque sentía que ya había sido suficiente.

–Sai, ahora no es el momento. Podemos hablar después.

–Contigo nunca es el momento cuando se trata de lo que te pasa, Gaara –suspiró llevando ambas manos a su cabello revolviéndolo como gesto de frustración–. Estabas discutiendo con Nagato y lo único que me dices es que “no pasa nada” ¿Es en serio? –La pregunta no fue hecha para obtener respuesta, así que Sai no esperaba nada, por lo que simplemente continuó hablando–. Estoy cansado –murmuró sin mirarlo a él ni al resto de los presentes–. Sabes qué, olvídalo. Puedes hacer lo que te plazca.

Y sin decir, ni querer decir más, Sai dio media vuelta para regresar a la casa. Solo que no esperaba que fuera Temari, la que se lo impidiera.

–Espera –le escucharon decir.

–Temari –llamó el pelirrojo menor como advertencia.

–Es tu prometido, debe saberlo –justificó.

–No ahora –pidió Gaara en voz baja.

–Pues no seguiré esperando a que tú lo hagas –dijo–. Esta vez tú no decides.

– ¿Podrían explicarme? –Inquirió nuevamente el Uchiha con impaciencia.

– ¿No crees que es deber de Gaara hablar con él? –preguntó esta vez Shikamaru.

–No trates de hacerme cambiar de parecer. Gaara nunca le dirá la verdad y estoy cansada de prestarme a sus infantiles y ridículos engaños.

–Temari estás siendo muy ruda –amonestó Nagato tomándola de los hombros para intentar calmarla–. Este no es lugar para hablar sobre ello.

Sin embargo Temari los ignoró y se fijó en el Uchiha.

–Gaara nunca te ha dicho que, tanto él como nosotros somos adoptados, y que Nagato es en realidad nuestro tío adoptivo –confesó la chica mirando únicamente a Sai–. Gaara nunca te ha dicho, que nuestra verdadera madre y nuestra madre adoptiva están muertas…

–Temari detente –trató de interrumpir Kankuro sin obtener resultados, pues su hermana siguió hablando.

–…Gaara nunca te ha dicho que también tenemos tres hermanos más y que hasta hace unas semanas no hablaba con nuestro padre adoptivo porque se alejó de ellos. ¡Gaara nunca te ha dicho que es un maldito sinvergüenza egoísta!

– ¡Temari es suficiente! –exclamó Shikamaru–. ¿Qué diablos está pasando contigo? ¿Cómo puedes hablar así de Gaara? ¿Crees que estás siendo justa con todo esto? Tu familia no está pasando por un buen momento y lo único que haces es renegar de tu hermano y discutir como loca.

–Tú no lo entiendes –murmuró bajando la mirada, empezando a sentirse avergonzada.

–Te entiendo perfectamente –le contradijo con seriedad–. Pero no comparto la forma en la que afrontas las cosas. No aceptaré lo que acabas de hacer –declaró antes de volverse para mirar a Sai. El Uchiha lucía tan impactado, que apenas se movía–. Sabemos que Gaara no ha sido sincero contigo, pero él tiene sus motivos –le aseguró con más calma–. Sé que no es mi deber, pero en vista de que nadie más dirá las cosas como son y en calma, lo haré yo, sólo no esperes mucho, ¿de acuerdo? Te diré lo necesario.

Sai apenas fue capaz de asentir mientras seguía procesando todo aquel baldado de información.

–Esta tarde, el padre de los chicos recibió un llamado de alguien y hace un rato confirmamos que se trataba de una de sus hermanas y que se encuentra enferma.

– ¿Por eso actuabas extraño esta tarde? –Se atrevió a preguntar Sai a Gaara en cuanto pudo hablar–. ¿Es muy grave?

–No sabemos –respondió Shikamaru negando lentamente con la cabeza.

–El sí lo sabe –contradijo Gaara, señalando a su tío–. Escuché que hablaba con el abuelo.

–Como sea –dijo Shikamaru–. Viajaremos en la mañana para encontrarnos con ellos.

–Nos iremos ahora –sentenciaron Gaara y Temari al unísono.

–En este momento, ninguno está en posición de imponer nada –habló esta vez Nagato, sacando a relucir su autoridad–. Lo siento Sai, no esperaba que las cosas fueran de este modo –se dirigió al chico, acercándose hasta quedar frente a él–. Sé que tienes muchas dudas y que te gustaría hablar con Gaara, pero no creo que este sea el momento.

–Yo…

–Nos reuniremos en casa de Kankuro antes de las siete. Viajaremos los cuatro y luego irán los demás, así que habrá un puesto extra. Te esperaremos.

Tras finalizar con su invitación implícita, Nagato se despidió silenciosamente de todos y se marchó.

  

* * * * *

 

La vibración del celular en el mueble le hizo removerse con incomodidad hasta finalmente despertar, justo en el momento en el que el último timbre de la llamada entrante sonaba.

–Debiste contestar. Lleva un buen rato sonando –escuchó la rasposa voz proveniente de la persona acostada en la cama. Solo hasta entonces su cerebro terminó por despertar, recordando que estaba en el hospital, velando por su hermana.

–Has despertado –susurró acercándose hasta la silla junto a la cama para sentarse y prestar más atención a su hermana–. Es tarde, deberías seguir durmiendo.

–Estoy bien –afirmó–. Deberías contestar –señaló nuevamente, notando cómo el móvil del rubio recibía una nueva llamada–. Quien sea, no le importa si estás dormido o no.

–Puedo llamarle después –negó.

–Contesta –ordenó cálidamente, dándole a entender que estaba bien hacerlo.

Naruto suspiró y asintió tomando el móvil y contestando en el acto, sin revisar el identificador porque tenía la acertada sospecha de saber quién era el único que podría llamarlo a esa hora.

Por fin contestas, Naruto –le escuchó decir–. ¿Por qué no habías respondido antes?

Teme –murmuró como saludo en voz baja–. ¿Te das cuenta de que son las dos de la mañana? –Interrogó sin estar realmente molesto por ello; en ese momento le hizo sentir bien el hecho de que fuera insistente y le llamara.

–Pues si hubieras contestado desde la tarde, no estaríamos hablando ahora, idiota –se quejó, haciendo sonreír a Naruto.

¿Estabas preocupado por mí? –Preguntó sin evitar que una pizca de emoción lo invadiera por aquella acertada suposición.

–Sólo quería saber qué era tan importante como para que no tomaras mis llamadas –dijo tras unos segundos de silencio en los que dejó que el rubio se hiciera a la idea de su no aceptada preocupación.

–He estado ocupado con... algo importante –respondió vacilante–. Me alegra que te preocuparas por mí y fueras insistente con tus llamadas, pero debo irme. Es tarde, podemos hablar en otro momento, ¿sí? Descansa teme.

Naruto no dejó que Sasuke hablara, porque estaba seguro de que si le daba la oportunidad, el moreno empezaría a cuestionarlo y reprocharle; lo mejor sería dejarlo y ya después se encargaría de llamarle como debía, en un horario decente para poder hablar con tranquilidad. Así que tras colgar, Naruto apagó su teléfono y lo guardó en el bolsillo de su chaqueta.

–Así que... ¿era tu novio? –Cuestionó la mayor, manteniendo un bajo tono de voz y su lentitud al pronunciar, debido a su débil estado.

Naruto dejó que una floja sonrisa bordeara sus labios antes de negar tímidamente.

–No, no es mi novio, pero... estamos saliendo.

– ¿Y no es tu novio? –Insistió con ironía, logrando que el menor se encogiera de hombros–. Te llama en la madrugada para saber cómo estás y es simplemente, alguien con quien sales. Interesante, ¿así lo llaman ahora?

–Simplemente no –negó con cierto aire risueño por las palabras de su hermana–. Pero lo que menos quiero ahora es hablar de mí. Cómo... ¿cómo fue que llegaste a esta situación? ¿Por qué no estás con el imbécil de Karui?

Karin suspiró profundamente y trató de acomodarse en la cama pero fue difícil intentarlo, así que Naruto le ayudó, poniendo una almohada bajo su cabeza y se quedó como estaba.

–No sé dónde está. Nos separamos –confesó.

– ¡Se separaron! ¿Por qué no regresaste con nosotros? –Cuestionó con dolor, sintiendo su voz repentinamente temblorosa–. Siempre nos estuvimos preguntando si estabas bien, si eras feliz, si...

–Era feliz, Naruto –le aseguró con total firmeza–. Pero el amor también se acaba y nuevas diferencias se hacen presentes. Los problemas también llegan y entonces, la maravillosa vida que creías ya no está más y la persona que creías ser o quien estaba contigo, dejan de existir y todo cambia...

– ¿Pelearon, te lastimó? –Interrumpió el rubio sin poder creer en sus palabras.

– ¿Lastimarme? No directamente, pero sus acciones fueron suficientes, luego, simplemente se marchó, y entonces comprendí que era el fin para nosotros.

– ¿Y tu salud? Dios, Karin –inspiró profundamente sin saber cómo abordar ese tema.

–Ya lo sabía.

– ¿Qué?

–Que tenía cáncer, ya lo sabía –le reveló sin mirarle a la cara–. Que cuento sólo con horas, también lo sé.

–No digas eso, aún se puede hacer algo. ¡Tratamientos! Hay tratamientos que pueden servir... tú no puedes, tú no... No...

–Eh, eh, eh, calma, no llores por favor –susurró tratando de calmar una nueva tanda de sollozos y lamentos–. Eres doctor, mi precioso sol y lo sabes tan bien como yo. No hay nada que puedan hacer, y no quiero que lo hagan.

–No digas eso, no te atrevas Karin.

–He sufrido lo suficiente, no puedo soportar más, no quiero vivir así, Naruto, ya no más.

–Perdí a mamá, perdí a Gaara... no puedo perderte a ti también –sollozó, ocultando sus rostro en la cama y cerca de la mano de su hermana–. No es justo, Karin.

–No es justo que siga viviendo así, mi precioso sol –contradijo con dolorosa ternura al finalizar, acariciando con delicadeza la rubia cabellera.

Por un momento regresó al pasado y dejó que las memorias invadieran su mente, recordando exactamente el momento en el que había decidido llamar así a Naruto. Era tan solo un recién nacido, pero su rubia y brillante cabellera, había sido la primera cosa que pudo notar, así como el reflejo de lo que pareció una risueña sonrisa. En ese instante, su pequeño hermano, se había convertido en el diminuto sol que iluminaba su mundo. El que tanto amaba y el que, ahora, estaba haciendo sufrir.

–Lo lamento tanto. Nunca fue mi intención herirte –susurró luego de que sus memorias se apagaran–. Quiero que tengas claro que no perdiste a mamá, ni a Gaara y mucho menos a mí. Mamá y yo siempre estaremos en tu vida, espiritualmente... Gaara, él... él te adora, Naruto.

–Eso no es cierto, él también me dejó como ustedes –dijo, escuchándose su voz amortiguada por seguir con la cabeza oculta en la cama.

–Te aseguro que te ama tanto como tú a él, sin importar la situación o el porqué de su partida –dijo con total sinceridad.

–Karin... –canturreó el rubio como si de un niño se tratara–. Quédate con nosotros. No puedes morir... tú, simplemente no puedes.

Karin suspiró profundamente y sintió que sus pulmones no podían retener más aire, así que intentó calmarse para poder hablar.

–Vas a hacer una promesa...

–No –se negó enseguida, levantando por fin la cabeza para mirar fijamente a su hermana sin importar el deplorable estado de su rostro–. No lo haré.

–Promete, que en el momento en que cruces esa puerta, no regresarás. Promete que una vez, todo termine, te marcharás y dejarás que tu corazón sane, y no volverás hasta que estés bien.

–No me pidas eso, Karin. No puedo dejar a papá y a Ino... ellos me necesitan aquí.

–Ellos sólo quieren lo mejor para ti, Naruto. Y esto es lo mejor para ti. Así que promételo.

El rubio negó repetidas veces con su cabeza.

–Promételo.

–No.

–Será lo último que harás por mí. Promételo Naruto, por favor –. Su voz se quebró, dándole a entender que el dolor también se había hecho presente en ella y que las lágrimas habían decido acompañarla nuevamente–. Promételo.

Naruto no pudo soportar ver a su hermana de esa forma, así que aceptó. Un leve susurro fue su confirmación, su promesa.

Te amo tanto... mi gran, brillante y precioso sol.

Y entonces, el tiempo se detuvo. La escandalosa tos se convirtió en una dolorosa convulsión y la falta de oxígeno empezó a pasar la cuenta. El rápido ir y venir de las enfermeras y los doctores fue lo siguiente que pudo percibir y luego, el helado silencio de una espera sin noticias, un aterrador tictac del invisible reloj y el insensible merodear de la muerte a su alrededor, fueron su compañía; hasta que finalmente todo avanzó nuevamente, y lo siguiente que supo, fue que se encontraba fuera de la habitación, la puerta aún seguía abierta y dentro estaba el doctor, anunciando en voz alta, lo que ya todos ellos -menos él- sabían:

Karin Uzumaki. Edad, 35 años. Hora de muerte: 3:30 de la mañana. Causa de muerte: ataque respiratorio y posterior paro cardiorrespiratorio a causa de avanzado cáncer de pulmón en etapa terminal.

 

Y Naruto se encontró con Lee y este le abrazo y consoló, hasta que finalmente tuvo que separarse porque había algo que darle; luego de eso, el doctor se marchó.

Se trataba de una carta dirigida a él de parte de su hermana, una sola hoja que no pudo evitar leer mientras empezaba una lenta y pesada marcha hacia donde sus pies le llevaran. La letra no era la de su hermana, pero no fue tan importante cuando empezó a leer las primeras líneas y la realidad, por fin lo golpeó cruelmente.

“Es probable que ya esté muerta si estás leyendo esto. Eso quiere decir que Lee sí cumplió su promesa; ahora es tu turno.

Mi querido niño, aquel que amaba hacerme bromas y burlarse de mí. El grandioso hombre que pude ver hasta el final, quiero que tengas presente, que si te hice prometer eso, fue para que pudieras sufrir y sanar contigo mismo.

Olvídate de todos, ellos lo aceptarán y estarán muy bien sin ti. También llorarán, pero son fuertes, en cambio tú... ya ha sido suficiente dolor para ti.

¿Podría estar siendo egoísta en este momento?

Vete lejos, márchate y regresa cuando lo hayas comprendido. Cuando puedas sonreír y se note en tus ojos. Cuando al recordarme no veas a una moribunda en una insípida cama de hospital, si no a la pelirroja vivaz y orgullosa que fui. Regresa cuando puedas pronunciar sin dolor, la forma como me llamabas... Entonces visítame y que una “hermosa rosa fugaz” sea tu compañía.

Cuando regreses, sabrás que estás listo para amar, perdonar y vivir...

Sana y vive, mi precioso sol. Vive bien...”

Notas finales:

Debería esconderme debajo de un enorme piedra? 

Yo sé que ya se lo esperaban... Para los que dijeron que Gaara le decía que no a Sai, tomen! Pero no esperaban que Temari le dijera todo Sai, eh? 
Les digo que con esto finalizamos el "protagonismo" que estaba teniendo el SaiGaa. (ahora seguirá como iba al principio)

Nuevamente nos centraremos en Sasuke y Naruto, después de la muerte de Karin (dios, que horrible soy) y veremos como se deselvuelven los personajes luego de este acontecimiento.

MUCHAS, MUCHAS GRACIAS POR LEER Y DEJARME SUS OPINIONES.

En serio que son lo más hermoso de este vida. Los adoro :'D

Hasta pronto mis queridos lectores.

xoxo AliV 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).