Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reasons to love por ViBanaII

[Reviews - 215]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

7 de diciembre de 2018

A mis queridos lectores: 

Esta historia empezó siendo uno de mis borradores que no pensaban ver la luz, escrito por allá en el 2013... Con el tiempo, decidí retomarlo, y poco a poco, me llevó a lo que tenemos hoy en día, una larga historia de 24 capítulos (más de 400 páginas en word) y muchos sentimientos plasmados en cada uno de sus párrafos, no solo de los personajes de la historia, sino también míos...

He de ser sincera y decir que había momentos en lo que no quería continuar, pero siempre llegaba a mi mente lo que les decía "así me tome tres años, terminaré esta historia"...

Pues bien, la promesa se ha cumplido y aquí tienen el capítulo final de "Reasons to love” dedicado a todas mis hermosas razones para escribir: ustedes.

______________________________

Haré una pausa en esta carta, y les dejaré leer el capítulo. Nos vemos al final.  (lean todo)

 

XXIV


 


     Los nudos en las gargantas se tensaron, algunos sollozos se detuvieron y la mezcla de dolor, tristeza, ira y, aunque pareciera extraño, alivio y felicidad, invadieron a todos y a cada uno de los presentes, cuando el patriarca de la familia terminó de leer la carta de Karin.


En algún momento del pasado, todos creyeron saber y tener claras las intenciones de Karin al alejarse de la familia sin mirar atrás. No obstante, sus palabras abrieron los ojos a una nueva verdad que ninguno pudo imaginar. Una verdad que estuvo frente a ellos por un largo tiempo, antes de que finalmente se revelara a ellos de la forma menos pensada.


Y es que, viéndolo bien ¿cómo habían podido ser tan ciegos? Ahora que lo sabían, parecía tan obvio…


Minato se puso de pie, alejándose del agarre Temari, salió de la sala y recorrió aquel pasillo que a veces evitaba por todos los recuerdos plasmados en sus paredes; se detuvo frente al retrato de Karin y la contempló. Nuevas lagrimas recorrieron sus mejillas y colgaron de su barbilla, acumulándose hasta caer, mientras admiraba esa bella sonrisa en el rostro de su hija y aquellos ojos tan parecidos a los de su madre. Luego, su mirada se desvió ligeramente hasta detenerse en una foto más reciente… una donde aparecía Naruto junto a sus nietos. Nietos. Mizuki y Yusuke eran realmente sus nietos de sangre y no solo porque fueran los hijos de la pareja de su hijo.


Nunca se había detenido a observar detalladamente a los pequeños y adorables niños. ¡Ella estaba allí! ¿Cómo no se dio cuenta del brillante azul de aquellos pares de ojos y la semejanza con los propios? El cabello rojo de Karin en Yusuke y los grandes ojos de Mizuki, incluso tenían ese parecido innegable a su verdadero padre, Karui, que, a pesar del mal causado a su hija, ayudó a crear tan maravilloso regalo.


Había estado tan empeñado en ser una mejor persona para su familia, en ser un buen padre, que no se había dado cuenta de que había estado fallando desde el principio. Que desagradable sensación, que intenso dolor sentía.


–Es bonita, ¿cierto?


Minato reprimió el sollozó que estaba a punto de escapar de entre sus labios, y en cambio los curvó, mostrando una sonrisa a la niña que señalaba con admiración la foto de su madre y que interrumpió sus tristes pensamientos.


–Lo es –le aseguró mientras la tomaba en sus brazos, acercándola al retrato–. Tan hermosa como tú –murmuró plantando un beso a un costado de su pequeña cabeza, descansando su rostro en ella, ocultado las nuevas lágrimas que escapaban sin dar tregua alguna.


Minato permaneció de esa forma, disfrutando de los felices balbuceos de aquella niña, de su emoción, la calidez de su ser y el descubrimiento de que aún podría disfrutar de su preciada Karin, a través de sus hijos, sus nietos. Una palabra que ahora sonaba maravillosamente mejor que antes.


 


* * * * *


 


Naruto no pudo evitarlo. Él simplemente dejó la casa.


Necesitaba salir, caminar, asimilar todo el baldado de información que le habían tirado, despejar su mente y luego pensar con calma. No podía hacerlo con tantas personas a su alrededor, su reacción inicial ya había sido lo suficientemente mala como para montar una nueva escena frente a su familia. La soledad de las calles en esa fría víspera de navidad, ayudarían con su momentáneo pesar.


Una nueva estela de humo que no era causado solo por el frío de la noche, escapó con suma rapidez de su boca, consumiendo lo último de aquel cigarrillo, antes de apagarlo y buscar uno nuevo, repitiendo el proceso. Había dejado aquel vicio poco antes de salir de la universidad, pero cuando murió Karin, las ansias habían golpeado con fuerza, provocándole una nueva recaída; hasta que la compañía de Haruka y Haku, y posteriormente la de Sasuke y sus hijos, ayudaron a que mermara aquel deseo, llevándole a dejarlo casi por completo.


Ahora, en ese preciso instante, era como si nunca hubiera pasado y siguiera siendo un adicto a la nicotina.


–Es el sexto en media hora –Naruto resopló ante la nueva voz–, ¿no piensas detenerte?


Ignorándole, arrojó la colilla y encendió uno nuevo, dándole una profunda calada.


–Me ayuda en este momento –respondió posteriormente, sintiendo como el humo se encapaba entre sus palabras–. ¿Qué haces aquí?


–No voy a dejarte.


–Vete –espetó–. No pedí tu compañía.


–Puedes decirlo tantas veces como quieras, pero no me voy a marchar hasta que regreses conmigo.


–No voy a volver por ahora –señaló–. Vete, Sasuke.


–Estás siendo irracional –agregó Sasuke, acercándose y arrebatándole el cigarrillo–, inconsciente e insensible.


–Cállate, imbécil.


–Mira lo que estás haciendo, cómo estás actuando ante la situación.


–No estoy de humor para escucharte.


– ¡Me importa una jodida mierda! –exclamó, harto de su actitud–. En este instante solo estás pensando en ti, cuando toda tu familia está pasando por lo mismo que tú. ¿Es esta tu manera de afrontar lo que sucede, decidiendo simplemente escapar? ¿crees que es justo con todos?


– ¡¿Tú qué sabes?! –gritó–. Solo has disfrutado a costa de mi hermana y lo que dejó atrás, sin importarte ni preocuparte por si ella tenía una familia a la que pudiera interesarle saber que tenía hijos. ¿Yo soy insensible? –su voz se matizó con tintes de enojo y sarcasmo–. Porque nunca te vi buscar, o siquiera mencionar la posibilidad de una reunión con esa familia en caso de que existiera. ¡Insensible yo! ¡Ja! –se burló sin ganas–. ¡Bastardo egoísta, cuánto dolor pudiste habernos evitado!


– ¡Cómo buscarlos si ni siquiera podía encontrarla a ella! ¡No sabía ni su nombre! Solo tenía su foto y fue tan inútil… la busqué, Naruto. Lo hice hasta cansarme –explicó. Sasuke se sentía mal, estaba agitado y desesperado, viendo la incredulidad del rubio ante sus palabras–. Naruto por favor, no me mires así. Ni siquiera ustedes pudieron hallarla, ¿acaso no lo entiendes todavía? Ella no quería ser encontrada. Ni por ti, por mi o cualquiera que la buscara.


–No es cierto… no quiero escucharte.


–Yo también tengo miedo –confesó bajando el tono de su voz, sorprendiendo a Naruto por sus palabras–. He temido por un momento así, desde que ellos llegaron a mi vida. Contantemente me cuestionaba mi reacción y actuar ante tal escenario. ¿Crees que no estoy sufriendo? ¿Y qué pasará si deciden, si exigen alejarlos de mí? Yusuke y Mizuki son lo más importante en mi vida; ya no puedo imaginarme sin ellos a mi lado, pero tampoco deseo privarlos de su origen.


–No serías capaz.


–Y nunca lo haría –le aseguró, fijando su mirada en aquellos brillantes ojos azules. Solo entonces, Naruto descubrió que la mirada de Sasuke estaba acuosa y mantenía sus lágrimas reprimidas–. Pero no sé lo que tú y tu familia piensan o cómo van a actuar de ahora en adelante, ¿no lo entiendes? Si me alejan, ¿cómo podría vivir entonces? Sin ellos… sin ti...


El fuego que bullía en su interior, se apagó súbitamente con las palabras y la expresión en el rostro de Sasuke. Es como si algo hubiera hecho clic en el interior de su cabeza, advirtiéndole que se detuviera, se calmara y viera más allá del dolor y el enojo, antes de verse arrepentido.


–Sasuke, ¿de qué estás hablando? –inquirió en voz tan baja, que probablemente no le hubiera escuchado, pero en ese momento sintió temor por los pensamientos que invadieron su mente.


–No quiero perderte, Naruto… Eres tan importante para mí –declaró Sasuke, reconociendo abiertamente otro de sus temores.


En ese instante fue consciente de lo que estaba viviendo realmente, de lo que podría suceder en un futuro si tomaba la decisión equivocada y todo lo que perdería por su egoísmo. ¿Estaba dispuesto a eso?


Concentrándose en el hombre que tenía frente a él, Naruto detalló su rostro, la angustia reflejada en sus facciones, el miedo y la incertidumbre de no saber qué pasaba por su mente, o qué les depararía en el futuro. Imaginó cuanto le había costado exponer su miedo y no pudo más que echarse a reír. Como siempre, ambos debían llegar hasta el extremo para dejar ver lo que, con tanto recelo, ocultaban.


Suspirando profunda y dolorosamente, Naruto reconoció que estaba cometiendo un error culpando a Sasuke, cuando él también había sido una víctima de las acciones de su hermana.


–Soy consciente del impacto que esta nueva información tuvo en nosotros y de que la situación en este momento es un poco complicada; sin embargo, justo ahora me doy cuenta de que estás más aterrado que yo, por lo que sucederá en el futuro, pero... Sasuke, no importa lo que pase o cómo nos tomemos esta noticia, nada cambiará entre tú y ellos –aseguró el rubio ya calmado–. Mizuki y Yusuke siempre serán tus hijos, Karin así lo decidió y legalmente lo son. En cuanto a nosotros... –la distancia entre ellos finalmente se vio reducida cuando Naruto se acercó y rodeó los hombros de Sasuke con sus brazos, dejando sus rostros lo suficientemente cerca como para que sus narices se rozaran ligeramente–. Me enamoré de ti hace mucho, incluso antes de marcharme. ¿Recuerdas que tenía miedo por no saber si tú aun me querías? ¿Cómo podría renunciar a todo lo que tengo contigo, a la familia que somos y la felicidad que todo ello me genera? Sé que a veces actúo y hablo sin pensar, y que lo sucedido esta noche pudo haber tocado una fibra sensible en mi interior porque está directamente relacionado con Karin y pude haberte ofendido, por lo cual me disculpo. No soy tan idiota como para perder lo que tú y yo tenemos.


–No lo imagino tampoco –murmuró Sasuke–. Es solo que...


Naruto curvó sus labios en una ligera y cálida sonrisa.


–Vamos a estar bien, amor –murmuró el rubio, besando sus labios rápidamente–. Es una promesa. Tú y yo, siempre.


Sasuke aprovechó la oportunidad y profundizó el beso, sellando sus palabras.


–Regresemos a casa –pidió poco después, cuando respirar les fue necesario. Habían permanecido mucho tiempo lejos y lo más probable es que todos estuvieran preocupados. Además, aun había cosas de que hablar y un importante asunto que resolver.


Tomados de la mano, ambos se mantuvieron juntos, disfrutando de la noche y sus sentimientos a flor de piel, mientras retornaban a casa.


–Pensándolo bien –dijo Naruto con aire dubitativo, iniciando una nueva conversación–, creo que Karin era una especie de bruja, psíquica o alguna cosa sobrenatural.


– ¿Por qué lo dices? –curioseó divertido por la ocurrencia.


–Mira todo lo que hizo. ¿Cómo sabría ella que tú realmente te harías cargo de sus hijos y después terminaríamos en esta situación? Y no solo eso –agregó con repentina emoción. Sasuke solo pudo observarlo y seguir escuchando entretenido, lo que tenía que decir–, ¿recuerdas cuando me marché? Karin había dicho que necesitaba sanar y después vivir mi vida y amar como quería de la mejor forma posible. En ese tiempo nuestra relación no iba exactamente como esperaba y a pesar de lo egoísta que pude ser en ese entonces, creo que ella tenía razón y eso me ayudó a darme cuenta que no podía ser plenamente feliz ni amarte como merecías, porque era un desastre por dentro… Teme ¡no te rías! Estoy hablando muy en serio. Te digo que mi hermana era una bruja que podía ver el futuro y saber que estaríamos juntos.


Dobe ¿te estás oyendo? Eso es ridículo –negó el menor con un ligero movimiento de cabeza, sin borrar la expresión divertida de su rostro–. Mi teoría es que Karin confiaba mucho es su instinto. Además, se aseguró de que nuestras familias tuvieran una conexión para que las cosas salieran como esperaba.


–Sigo creyendo que podía ver el futuro…


– ¿De qué hablan?


– ¡joder Itachi! –exclamó Naruto sobresaltándose–. Que puto susto.


–Naruto, cuida tu vocabulario –le amonestó una nueva voz–. ¿Qué hacen afuera? Deberían estar todos reunidos, pasando tiempo con los niños.


–Mis disculpas señora Uchiha –agregó Naruto enseguida–. Solo necesitábamos unos minutos para tranquilizarnos.


– ¿Está todo bien? –cuestionó esta vez Fugaku, prestando mayor atención a la conversación.


–Oh, yo… –Naruto intercambió una rápida mirada con Sasuke, esperando que este le diera una señal.


–Ve adentro, yo hablaré con ellos –respondió Sasuke–. Todo va a estar bien.


–De acuerdo –aceptó el rubio.


– ¿Qué va a estar bien? –cuestionó Mikoto preocupándose cuando Naruto se marchó y ellos quedaron en el jardín a pocos metros de la puerta–. ¿Qué sucede Sasuke?


Sasuke suspiró profundamente.


–Seré breve mamá –indicó–, y no, no tienes que preocuparte, no pasa nada malo con los niños… de hecho, creo que por fin sabemos la verdad.


 


Naruto ingresó a la casa y fue directamente a la sala principal de donde provenía todo el bullicio de los niños jugando y riendo, y los adultos hablando. Cuando entró, todas las miradas se posaron en él con alivio y rápidamente se desviaron a su espalda, esperando encontrar a alguien más.


–Pensé que no regresarías –exclamó Minato, aproximándose rápidamente para abrazarle–. Estábamos preocupados y luego, Sasuke también se marchó sin decir nada. Creemos que pudo haber ido a buscarte, ¿te encontraste con él? Tenemos que hablar, quiero que tenga claro que no haremos nada para separarlo de los niños.


– ¿Crees que piense lo contrario? –preguntó Tsunade, acercándose también–. No queremos que se disguste con nosotros, solo esperamos que nos permita pasar tiempo con los niños.


–Sí, bueno, primero tenemos que calmarnos –indicó Naruto, dirigiéndose a todos–. Estoy seguro que Sasuke estará encantado de que los niños pasen tiempo con ustedes. Solo les pido que no lo agobien, ni sean exigentes; ya conocen a Sasuke y saben que se comporta como un insoportable bastardo celoso cuando se trata de los niños.


Gracias Naruto –escucharon decir a Sasuke, interrumpiéndolo. El sarcasmo fue tan obvio en su voz, que algunos se echaron a reír–, fuiste de mucha ayuda.


–Con todo el gusto del mundo, mi amor –respondió el rubio con el mismo tono sarcástico en su voz y una gran sonrisa.


–Tonto –resopló el menor; aún así, correspondió a su sonrisa, evidenciando el buen humor y la nula existencia de algún resentimiento o molestia por parte de ambos.


–Sasuke, hijo por favor, tenemos que hablar –agregó rápidamente Minato antes de percatarse de la llegada del resto de la familia Uchiha–. Oh, Fugaku, Mikoto, adelante por favor, tomen asiento. Hola Itachi, Deidara, me da gusto verlos.


– ¿Cómo estás Minato-san?


–Oh, todo estupendo –aseguró el mayor, mirando a Deidara–. ¿Sasuke habló con ustedes?


–Sí, ya estamos al tanto de todo –respondió Fugaku–. Solo quiero dejar claro que no alejarán a los niños de nuestra familia.


–No, por supuesto que no. Nunca lo haremos –insistió Minato–. Sasuke ha hecho mucho por los niños y Karin lo escogió para que él fuera su guardián. ¿Cómo podríamos separarlos? Eso sería horrible. Lo único que queremos es pasar tiempo con ellos.


–Bueno –dijo el patriarca de los Uchiha con aire pensativo–. Mis nietos pasan un fin de semana con nosotros, supongo que Sasuke puede prescindir de otro para que puedan convivir también con ustedes.


– ¡Qué! ¿cómo que prescindir de otro fin de semana?


– ¿Se dieron cuenta? Ya se activó su complejo de padre –murmuró Naruto con diversión–. Anda Sasuke, no te preocupes por eso.  Papá, después lo hablamos.


–De acuerdo, de acuerdo –aceptó Minato sonriendo tranquilamente.


– ¡Bien! Es hora de celebrar –anunció Naruto, acercándose a sus hijos para abrazarlos y besarlos–. Vamos a celebrar por la familia, el amor que nos une y los fuertes lazos que se encargan de mantenernos juntos.


–Papi ¿ya vamos a comer? –preguntó Haruka, atrayendo la atención del rubio y provocando la risa de los demás por su interrupción–. Tengo hambre.


–Ve con tu tía Ino, estoy seguro de que preparó algo delicioso para ti.


– ¡Sí!


– ¿Yo? –inquirió la rubia, contrariada. Ella no había hecho nada, solo ayudar. ¿De qué comida hablaba su tonto hermano?


–Sí, Ino, tú.


Ino resopló. Ella no quería ser la niñera en ese momento, pero aceptó llevarse a Haruka y de paso a los demás para entretenerlos, mientras los adultos conversaban.


–Vamos niños, tengo regalos para todos ustedes –exclamó la rubia luego de darle una intensa mirada a su hermano–. Oye Ryu, ayúdame y trae a tu hermana también.


Tras la partida de los pequeños, los adultos se vieron envueltos en diferentes conversaciones, algunas relacionadas a sus vidas, pero la mayoría girando en torno a Karin y la gran revelación de la noche. Sasuke se mantuvo conversando con Minato y sus padres, mientras Naruto finalmente reparaba en uno de sus amigos, alegrándose al verlo.


– ¡Viejo! –gritó saludando a Bee con efusividad–. ¿Cómo estás? Extrañaba tu fea cara.


– ¿A quién llamas viejo, mocoso? –cuestionó, moviendo sus manos y su cuerpo de forma extraña. Aquellos que lo conocían y les estaban prestando atención, se echaron a reír con anticipación–. ¿Viejo yo? ¿Feo yo? Esta es solo una muestra de vida, experiencia y sabiduría ¡yo!


–Qué pasa viejo, estás perdiendo estilo –se carcajeó Naruto–. Hola Izumi-san, ¿cómo estás?


–Tan bien como puedo –respondió la mujer–. ¿Dónde está ese novio tuyo del que tanto he escuchado?


– ¡¿Qué?! –exclamó una aguda voz–. ¿Naruto tiene novio?  ¿Por qué? Imposible, él sería mi esposo ¿quién ha osado robármelo?


–Te hablan Sasuke –dijo Gaara junto al menor–. Déjame presentarlos. Mei es la hermana menor de Ryu.


La joven bufó, estudiando detenidamente al Uchiha. Sasuke arqueó ambas cejas ante el evidente escrutinio, esperando en silencio su veredicto.


–Supongo que eres apuesto, pero no tan hermoso como yo. Algún día Naruto se cansará de ti, entonces tendré mi oportunidad.


Las carcajadas no se hicieron esperar, y una ronda de comentarios sobre rivales amorosos y celos, acompañaron el momento.


Naruto dejó de reír cuando notó que faltaba alguien muy importante en esa reunión.


–Está allá –musitó Gaara, señalando una esquina de la habitación, junto al gran ventanal, donde se encontraba Haku–. No seas tan escandaloso ¿de acuerdo?


Naruto enarcó una de sus cejas con incredulidad mirando fijamente a su hermano, antes de girarse e ignorarlo mientras se acercaba a su solitario amigo.


–Oye precioso, ¿en qué piensas?


Haku suspiró.


–Ellos realmente son tu familia ¿no? Eso es genial –murmuró de repente, manteniendo su postura, evitando así mirar al rubio.


–Haku... –Naruto comprendió al instante. No necesitaba ser un genio para descubrir la razón por la que su amigo estaba así.


–Me alegro por ti, de verdad.


–No voy a negar que estoy muy feliz por descubrir que los niños son realmente hijos de Karin, pero ya los consideraba parte de mi familia, incluso antes de que este día llegara –señaló el rubio con seriedad, mirándolo fijamente–. Esto no va a cambiar nada, Haku; ni mi relación contigo, ni con los niños o Sasuke, y mucho menos con Haruka. Él es y seguirá siendo mi hijo, sin importar si compartimos o no, un lazo de sangre.


– ¿Nunca lo dejarás por nadie? –Haku susurró en voz tan baja, que Naruto por poco se pierde su pregunta.


Naruto rodeó los hombros del menor con su brazo y fijó su atención en el paisaje que Haku aun observaba.


–Haruka es mi hijo y una de las más grandes razones por las que sigo aquí –reveló el rubio–. Gracias a ti, yo puedo estar aquí hoy, viviendo, compartiendo, aceptando esta vida, disfrutando de todo lo que me rodea…


–Yo no hice nada.


–Llevaste a Haruka a donde me encontraba ¿Lo recuerdas? Ese momento en el que nos vimos, yo era un desastre… –agregó con aire ausente, recordando aquellos meses–. La primera vez que volví a sonreír de verdad, porque había un gran motivo para ello, fue cuando Haru me abrazó y lo escuché llamarme papá. Me sentí tan feliz –Naruto enfatizó esas palabras y Haku sonrió al escucharlas, recordando que Naruto incluso había llorado por una buena hora, después de eso–. Mira, yo sabía que cuando regresara a casa, tendría una familia que me esperaba, amigos, trabajo, infinidad de cosas. Pero ¿era suficiente?


– ¿No lo era? –cuestionó confundido–. Lo tenías todo.


–Pues sentía todo lo contrario. No era plenamente feliz, me sentía ahogado… –admitió–. Haruka se convirtió en mi motor, mi aliento, me dio la fuerza para seguir y convertirme en ese pilar que él necesitaba que fuera, no solo ahora, sino también en el futuro. Él me ayudó, Haku; con sus balbuceos sin sentido, sus abrazos y sonrisas…  su mera existencia. Lo único que exigía a cambio, era que yo estuviera siempre allí, amándolo como merecía.


–Esa es la razón por la que siempre estás con él cuando te sientes mal –confirmó Haku cuando algo hizo clic en su cerebro gracias a las palabras de Naruto.


– ¿Cómo iba a renunciar a todo lo que él me daba? Amarlo es tan fácil y es lo único que él realmente quiere.


–Por eso dices que es tu medicina.


Ambos se fijaron en el pequeño que corría en su dirección, llevando una de esas diademas que Ino había comprado, haciéndole lucir tan adorable, antes de aferrarse a las piernas del rubio y que este lo alzara en sus brazos, llenándolo de mimos.


–La mejor medicina que pude tener nunca en mi vida…


 


 


* * * * *


 


 


     Luego de una tormenta, llega la calma; eso sí, cargada de sucesos buenos y malos, que hacen parte de las decisiones que se toman en la vida y, por consiguiente, la afectan de determinada manera. Enfrentar ese después, es quizás el reto más difícil del momento. Nunca sabremos cómo hacerlo a ciencia cierta, ni si lo que hagamos será positivo para nosotros o para aquellos que tenemos cerca. ¿Cómo saberlo entonces? Simplemente no podemos. Sin embargo, podemos quizá, saber de antemano los efectos negativos que causará, porque es más fácil reconocerlos casi inmediatamente. Tal vez.


Al menos, esa fue una de las conclusiones a las que llegó Naruto, cuando tuvo la oportunidad de estar a solas, luego de que la cena terminara y los regalos se repartieran, poco antes de que algunos invitados se marcharan y otros se fueran a dormir, porque había sido una larga noche llena de fuertes emociones y sentimientos, que drenaron toda la energía de sus cuerpos, dejando solo cansancio y el recuerdo de una de las mejores noches que pudieron tener en sus vidas. No solo por reunir a la gran familia que eran, sino también por aquel hermoso secreto por fin revelado. Al menos así lo sintió.


 


Cuando llegó el momento de acostar a los niños, Naruto regresó con Sasuke y ambos se aseguraron de que los tres pequeños estaban dormidos y bien cubiertos, antes de dejar la habitación y salir de la casa hacia el enorme patio trasero, sentándose en uno de los sofás exteriores, pese al frío que hacía. La chimenea de la terraza cubierta en la estaban, se encontraba encendida y eso les mantendría calientes.


Ambos contemplaron la oscura noche estrellada, que los acompañaba, disfrutando de la silenciosa y grata compañía.


En ese instante, sentado junto al hombre que adoraba, Naruto quiso ser plenamente optimista y creer que el drama finalmente había decidido darles un respiro, porque ya habían pasado por mucho hasta ese día. Quería asegurarse de disfrutar todo el tiempo con su familia, vivir plenamente y crear hermosos recuerdos que llenaran su corazón de amor, hasta su último latido.


 


–Ah, con todo lo sucedido esta noche, olvidamos decirles que finalmente viviríamos juntos –Naruto murmuró de repente, sintiéndose ligeramente decepcionado.


–Bueno, tenemos la celebración de fin de año...


–Pasaremos fin de año en Konoha –agregó el rubio, sonriendo con culpabilidad–. Olvidé decírtelo.


– ¿En tu ciudad natal? –Naruto asintió–. ¿Con tus amigos extraños?


– ¡Teme!


Sasuke sonrió divertido y al instante se quejó por el golpe que el rubio le propinó.


–Mis amigos no son extraños.


–Ah, no importa –dijo en voz baja–, podré soportar la tortura si estoy contigo.


–Oww, eso es tan lindo de tu parte –comentó el rubio empleando un meloso tono en su voz, antes de echarse a reír–. Haré mi mejor esfuerzo para que puedas divertirte con ellos.


–En realidad –agregó Sasuke, retomando su habitual seriedad–, no estaba bromeando, cariño. Estar contigo, aligera mi humor y me hace más accesible; puedo conversar con la gente y no desesperarme tan rápido como es usual, porque todo lo que tengo que hacer es estar a tu lado para soportarlo.


–Me llamaste cariño.


–Lo sucedido horas atrás –Sasuke ignoró la abrupta interrupción y continuó–, hizo que me diera cuenta de lo doloroso y difícil que sería perderte y recuperarme de algo así... Lo viví la primera vez que te marchaste, sentí que algo en mi interior se apagaba; la experiencia fue desagradable, Naruto... tanto que, si eso pasara de nuevo, no lo soportaría. Estoy tan comprometido con esta relación, tan lleno de ti, que la sola idea en mi mente, me genera un dolor indescriptible –Sasuke hizo una breve pausa para mirar a la hermosa persona a su lado que le devolvía la mirada con perplejidad, y le dedicó una de sus enormes pero escasas sonrisas–. No solo perdería a la mitad de mi corazón; la mitad de mi alma moriría y aquellos profundos sentimientos que tengo por ti, serían un recuerdo doloroso y constante de lo que alguna vez tuvimos.


–Me encanta cuando sonríes así –balbuceó el rubio.


–Tonto –murmuró Sasuke con diversión–. ¿Solo piensas decir eso?


– ¡Teme!


Te amo tanto Naruto –declaró entonces, siendo esa la primera vez que exteriorizaba aquel sentimiento, dejando saber cuan profundo y verdadero era su amor por la persona que ahora le miraba asombrado, con la boca ligeramente abierta y sin percatarse de las lágrimas que empezaban a bañar sus mejillas, mostrándose tan vulnerable y hermoso ante sus ojos…–. Amo la forma en como me miras, amo que vieras en mí, más de lo que a simple vista las personas dicen ver. Amo que no tengas miedo de equivocarte o retarme por cosas en las que crees. Amo que dediques tu vida a lo que te gusta hacer pese a que a veces te mantenga alejado de mi y de los niños...


¿Alguna vez sintieron como si el tiempo se detuviera, como si todo a su alrededor no fuera más que un borrón que no podían identificar?  ¿Han tenido esa sensación de estar flotando en la nada, y de pronto caer y golpearte de frente con una realidad que siempre había estado allí y tú simplemente no habías notado? O ¿Cómo si de un momento a otro, toda tu vida pudiera cambiar con una sola palabra o un simple pero significativo gesto?


Naruto se sintió así.


–Amo que nunca te rindieras...


Naruto curvó sus labios en una ligera sonrisa, antes de interrumpirle, capturando sus labios en un profundo y cálido beso que sellaba sus promesas no dichas, que aliviaba sus temores y calmaba sus corazones. Un beso cargado de muchos te quiero, lo siento, eres mi vida, no me dejes, ni me olvides. Un beso que era como muchos otros, pero que, en ese momento se sintió como si fuera el mejor de todos, el primero de su clase y aquel que estaría reservado para momentos como ese, cuando existían tantas razones, pero las palabras ya no eran necesarias.


¿Había algo mejor que sentir todo lo que tu ser amado te transmitía mediante un beso? Sasuke nunca fue un hombre de muchas palabras y mucho menos alguien que demostrara sus sentimientos. Solo fue hasta la llegada de sus hijos a su vida, que se vio lentamente expuesto; siendo obligado a ver por alguien más, a sufrir, velar y cuidar por seres que dependían totalmente de él, ¿quién no se vería afectado después de eso? Y, a pesar de lo quejumbroso que pudiera ser en ocasiones, no cambiaría lo que tenía por la oportunidad de regresar a lo que era antes de convertirse en padre, no era estúpido. Sasuke había ganado más de lo que alguna vez imaginó. Tres maravillosos hijos, sí, porque Haruka se sentía tan suyo y lo adoraba tanto como a los otros. También fue capaz de ser más abierto con su familia y el cambio no solo con sus padres sino sus hermanos, eran tan notorio y agradable...  Finalmente estaba Naruto, su adorado y desesperante doctor, que tantas alegrías le había traído, con el que había descubierto otra forma de querer, de apreciar la vida y sentir dolor, pero sobre todo dicha y felicidad.


–Y solo para que lo tengas claro –agregó Naruto una vez separaron sus labios, al menos lo suficiente como para que pudieran hablar–, no me importa si eres celoso, si te comportas como un ogro o si discutes por las cosas más tontas sólo por llevarme la contraria, tú y yo no nos separaremos nunca. Porque simplemente te amo. Amo tu carácter, tu sinceridad, tu forma de pensar; amo lo que haces, como vives, y disfrutas de tu familia... y sí, amo a tus hijos, mis hijos, nuestra familia. Te amo, Sasuke Uchiha.


¡Ah! Sasuke se sentía tan rebosante de felicidad.


Justo en ese momento, sentía que no le hacía falta nada, que lo tenía todo: familia, hijos, amigos, tranquilidad, felicidad, amor y alguien con quien compartirlo. Un hermoso espo...


Un momento.  ¿Esposo? Nop, eso aun no era cierto.


Sí, tenía alguien con quien compartir su amor, pero nada más allá que los catalogara como "una relación estable, pero no legal" aunque para no fuera más que una mera formalidad tonta.


Sin embargo, había que cambiar eso.


Sasuke extrajo del bolsillo de su pantalón, una pequeña caja de terciopelo rojo, y la abrió, extendiéndosela a Naruto, dejándole ver una delicada argolla con pequeños diamantes y rubíes en la parte frontal.


–Mi precioso amor, ¿te casas conmigo?


Así de fácil; sin hincarse ni orquestar algún estrafalario plan. Simple y directo, como Sasuke Uchiha.


La expresión estupefacta de Naruto, paso a ser una de completa felicidad mientras se arrojaba nuevamente a los brazos ya estirados de Sasuke, sumiéndose en un fuerte abrazo y un reguero de besos por parte del rubio, antes de que se separase abruptamente.


– ¿¡Qué!? Nooo ¡Teme! ¡Yo también te lo iba a proponer! –exclamó Naruto súbitamente, rebuscando en el interior de su abrigo, la pequeña caja de terciopelo azul oscuro, la cual abrió dejando ver una sencilla argolla de oro blanco con pequeñas incrustaciones de zafiros y diamantes en ella.


–Bueno... es un doble sí.


Ambos se echaron a reír mientras ponían las argollas en sus dedos, entrelazando sus manos al instante. Sellando así, una eterna promesa.


Si esas no eran suficientes razones para amar, llegados a este punto, Sasuke no estaba seguro de cuáles eran.


 


Fin

Notas finales:

♥ LEAN TODO, POR FAVOR ♥

________________________

Si quieren que haga una sección de preguntas y respuestas con los personajes (entrevistas) dejen en los comentarios sus preguntas y nos leeremos en los Extras.

_________________________________

Aquí es cuando diría: final, final, ¡no va más! Pero…

Quiero agradecerles desde el fondo de mi corazón por toda la paciencia, el ánimo y amor brindado a lo largo de esta historia, de cada capítulo publicado y mis largos periodos de ausencia. Sé que para ustedes era difícil esperar por una actualización, pero era más difícil para mí porque yo era consciente de ello y aun así, no podía hacer mucho para satisfacerlos...

Aunque no me guste decirlo, este mes es un poco triste para mí, pero gracias a esto, a ustedes, mi mente se distrae y puedo continuar con lo que me gusta.

Y no puedo despedirme sin antes mencionar a toooodaaaas las personas que me acompañaron a lo largo de esta historia. Sí, tu nombre aparecerá aquí :D No importa si estuviste desde el principio, o llegaste al final, yo reconozco tu presencia ♥

Enormes abrazos y miles de gracias a:

-Mi impaciente y sobre emocionada “HiroDUzumaki y sus “Dioses, oh dioses” que tanto me hacían sonreír. X)

–Mi siempre fiel y hermosa “Cecy”, que esperaba a que el SasuNaru se reuniera y estuvieran felizmente juntos.

sukisasunaru50 que se desesperó y enojó con Naruto por haberse largado por tanto tiempo, pero que siempre estuvo allí, siendo impaciente pero acompañándome y esperando por mí.

–Naruf, quien también se enojó con Naruto y casi siempre andaba del lado del Teme -_-

–Mi alegre Ana (y sus cometarios tan acertados, que para el capítulo 10 ya había dado con la respuesta a la inconita más grande de la historia…) - Annie4: )que siempre se quejó de que no tenía corazón por hacerlos sufrir tanto: v) - Rosa - maraleja92 - Kano - alguien llamado: “Yo”– SotenSama - AndromedaUchiha  - Noriko - MariJo13 - iza-eroz  - KaitoShion - Dask Visconti - aoi ito – Shami - tsuna di hibari  - Todos los Preciosos “Anónimos”– Arleet -  DanTamMu13 - Uchiha Berenice – Nass Sara Ger – Soten ?’?? – Tormenta - Alena_14 - hamuSeioyi - Renard -loli-bug (espero que finalmente publicaras tu historia) - Nya...- Lunini- Milaela – Xio - Gugui - Ana-123456 - MELODIA_PRINCESITA MIL – Lucy - Majo-chan- teamobaka - Da_mishi -Lunisa -iza-eroz-gotentruncks55 - yumin45 -Mardarkangel1192 – Mishael- Yumiko- Tema-san - Moomvi - bichoyaoi a quien le rompí el kokoro muchas veces, y después terminé extrañando sus comentarios)- umaru-chan - alexanderduron- usumaki - paolaneko1 -  NamikaseUchiha - pachi-sensei – Kita - fatima Antonio -  Saracchi -  Narione chan - xwzy - nayki - - nagiss, (que también me odió por hacerla esperar xD) –Lizzi (a quien seguí respondiendo sus comentarios amablemente, pese a haberme “fallado por diez días!”) y tuvo razón en muchas cosas referentes a la historia… cx  -Akikawanaru16 (Quien había dejado de leer fics pero no resistió y leyó este pedacito de mundo! ¡Saludos hasta Argentina!) -Hitomi miwa (que en algún momento me reclamó por hacerla “esperar tanto”)

A todos los que vinieron y se fueron, los que leyeron en secreto y los que siempre me hicieron saber que estaban allí, a todos ustedes, nuevamente GRACIAS.

Ahora sí, final, final, no va más.

 

Con amor: Alex D (AliV)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).