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Sin Amor por reydelosPK2

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Cap2. Roce de libertad.

 

-Naruto- Llamo Sasuke al rubio que lo miro fijamente con algo de asombro

-Dime- dijo bajando el periódico para verlo, era una de las pocas veces que Sasuke iniciaba una conversación con él.

-Llévame con mis padres. Quiero visitarlos- repuso para luego seguir desayunando. Naruto solo negó con la cabeza mientras sus hijos cogían sus artefactos como siempre.

-¿Quién les hará el desayuno y las comidas a los niños?- pregunto Naruto analizando lo que la visita a sus padres significaba: Problemas. Era evidente que el Sr. Fugaku y su esposo tenían sospechas de su infidelidad. Maldijo a Haku y su indiscreción. Más desde la última plática que tuvo con el Señor Fugaku que claramente dijo:

Es mejor que los chismes sean falsos… no quiero escándalos”

Conociendo lo sincero y amenazante que era su suegro, supuso que le iría a con el chisme a Sasuke, y Naruto no deseaba que nada alterara su tranquilidad familiar.

Sinceramente debía acabar esa relación con Haku, pero, pero… el sexo era tan bueno- No sería mejor que los visitaras en las vacaciones de verano de los niños. Allí no tendría que preocuparme por su alimentación.

Sasuke no alzo la mirada, esta se mantenía sobre su taza de café con leche y su tostada. No podía alegar que deseaba escapar del estúpido amante de su esposo. Que ya no soportaba recibir más notas y rosas, que estaba al límite de perder los estribos y asesinar a Naruto o suicidarse.

-Si…-Repuso con cierto tono sombrío para luego alegar un comentario más- Así que aun soy útil…- dijo sin darse cuenta y tanto Naruto como sus hijos lo miraron levantarse de la mesa

-¿Mamá?- llamo Menma a Sasuke que giro y le dedico una sonrisa

-¿Dime?

-¿Estas bien?

-Por supuesto-Dijo Con su misma expresión indiferente de siempre. Menma no dijo nada más. Quizás habían escuchado mal.

Boruto por su parte miro a su padre con clara expresión de preocupación y Naruto solo hundió la cabeza entre sus hombros. Los tres concluyeron algo que siempre supieron: nunca sabían qué demonios pensaba Sasuke.

Solo cuando rompían las reglas como el mes anterior sabían que su madre está furioso, pero después de eso… los demás días no sabían nada, ni si quiera si estaba triste o feliz, sus gustos y hobbies. Supusieron que aún estaba molesto por su indisciplina así que simplemente suspiraron resignados, nunca más volverían a cometer tales imprudencias. Aunque también sabían que volverían a faltar a esa promesa.

Sasuke volvió a quedarse parado en la sala mirando cada rincón de esta, no había nada más que hacer. Naruto no regresaría hasta después de media noche… “Otro problema en la oficina”… otra cita con su amante. Los niños tenían horas extras de estudio con sus compañeros y un padre de familia los llevaría en grupo después a cenar. Sasuke estaría solo el resto de la tarde y parte de la noche.

Sin darse cuenta se percató que se devoraba las uñas de las manos. Miro sus manos, aquellas que en un inicio eran impecables y llenas de gracia, ahora eran dedos largos con uñas deformes y claros cayos por la ardua limpieza que realizaba en su hogar.

Escondió sus manos en su bolsillo caminando a la cocina y revisando el refrigerador. Estaba lleno, con frutas y verduras frescas como siempre acostumbraba. Esas eran las obligaciones maritales de Naruto, llevarlo los fines de semana al súper para que comprase todo lo necesario para la semana. Y le dejaban 7 dólares para emergencias semanalmente. Quizás alguien con sentido común deduciría que era poco, pero alguien como Sasuke que vivía encerrado… con el pasar de los últimos años mantenía una pequeña fortuna de 1001 dólares aproximadamente escondidos bajo otra maseta. Tendría más pero sus hijos siempre terminaban pidiéndole dinero cuando su padre les retenía la mesada por hacerlo enojar. 

-Las tijeras…-Dijo recordando los arbustos del parque. Hace tres años las hubiera comprado, pero valían 9 dólares y no tenía el valor de pedirle dinero a Naruto, no podía comprar las tijeras delante de Naruto pues una lluvia de interrogantes comenzaría: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué te importa a ti el parque de la residencia? Y a la lluvia una segura negativa. Pero ahora… Río, así podría pasar su tiempo sin perderse en tontos pensamientos depresivos que acababan con su poca cordura.

Nuevamente miro la entrada a la zona residencial, miro y miro esa elegante entrada y se dispuso a poner nuevamente un pie fuera de su prisión imaginaria. Hacerlo fue: ¡Emocionante!

No dudo en elevar un dedo esperando que un taxi se detuviera, más en vez de un taxi se detuvo un bus público que abría sus puertas. Sasuke miro el colectivo y de la nada simplemente entro en él. No tenía nada más que hacer el resto de la tarde. Nadie lo extrañaría, a nadie le importaba.

- ¿Donde? – interrogo el chofer mirándolo. Mas Sasuke seguía mudo por segundos antes responder. No conocía muy bien las calles, casi nunca salía de casa. Ni si quiera cuando era soltero le dejaban salir de casa y menos tomar un colectivo.

- Al supermercado- dijo al ver la mirada exhaustiva que le dedicaba el conductor deduciendo que quizás Sasuke no estaba acostumbrado al uso del transporte público.

-Te dejo a cinco cuadras, te cuesta dos dólares- concluyo y Sasuke saco dos dólares de su cartera y se los dio para luego sentarse al lado de un doncel con su hijo.

Sus ojos se dedicaron a recorrer a los presentes del lugar. En especial a los donceles y más que nada a uno, un pelirrojo que tenía a su hijo en mano y en la otra mano tenía un libro de derecho civil.

-Disculpa-Dijo Nagato al ver como ese chico de cabellera negra no dejaba de mirarlo- ¿puedes sujetarlo un momento?-Pregunto para luego extender el niño a los brazos de Sasuke mientras el revisaba quien sabe que cosas en su enorme bolso- ¿Qué quieres?- preguntaba claramente molesto contestando su móvil que vibraba hasta que acepto la llamada- ¿Tu cómo crees?-Hizo una leve pausa y su cara mostraba más enfado- ¡Obvio que si necesito ayuda! Estoy aquí con el niño y tengo examen en una hora y tú: ¿Dónde rayos andas?, dijiste que estarías en casa hacía más de una hora. Mira que si me aplazo te dejo- amenazaba con clara determinación. Sasuke le miro algo incrédulo. Es decir ese doncel, más que doncel parecía un hombre. -¡No me respondas!

-¿Es tu hermano?-pregunto dudoso pues en su cabeza no cabía un mundo donde los donceles no fueran los típicos amos de casa sometidos a sus maridos, así lo educaron.

-No, ¡qué va!-Hizo una pausa- Es mi pareja, el muy desdichado piensa que su trabajo es más importante que yo. ¡Sera!- reclamaba antes de percatarse que llegaba  a su parada y presionaba el botón para detener el bus. Sasuke lo volvió a contemplar con admiración al tiempo que le devolvía a su hijo. Como si el pelirrojo fuera un extraterrestre, una deidad… en fin algo fuera de su mundo. Simplemente su imagen se gravo en su cabeza y el deseo de ser como ese doncel se marcó en sus anhelos.

Así que… Así eran las parejas normales. Agacho la cabeza y mantuvo silencio cuando vio al pelirrojo bajar del bus con su hijo y su enorme bolso. Así eran… personas que de no ser por el niño jamás creería que se tratasen de donceles.

Miro fijamente las calles tratando de reconocer alguno de los edificios que le delatara que estaba cerca del supermercado, pero no reconoció nada.

-Disculpe…-Llamo al conductor temeroso de verse estúpido- ¿falta mucho para el supermercado?

-¡Hay muchacho!- se quejó el conductor- ya lo pasamos hace más de media hora…- concluyo analizando una solución, después de todo no se podía molestar con Sasuke, era uno de los donceles más bonitos que había visto y si era así de bello se le era permitido ser un poco tontito. –te dejare en la esquina. Toma la line amarilla y esa te dejara a dos cuadras, dile que te pare el bus cerca del super.

-Gracias – dijo Sasuke bajando del bus. Lentamente miro las calles y todas estas estaban vacías. Realmente estaba lejos de su hogar. Descubrió al frente de la parada un vendedor de diario

-¡Hey!-llamo al chiquillo que atendía el puesto- ¿a cuantas cuadras queda el super?-Le interrogo tratando de aparentar normalidad y no el miedo que comenzaba a gritarle que esto era la peor estupidez de su vida y que era mejor buscar un teléfono y llamar a Naruto. Pero tan solo pensar en pedirle ayuda, en interrumpirle su cita sexual, en dar explicaciones de ¿porque había hecho eso? tan solo pensar en mil tonterías simplemente avivo su deseo de seguir: ¿Qué más podía pasar?

-¡PUFFff!- exclamo el niño – a veinte cuadras de aquí a mano derecha señor- concluyo mirando la cara de Sasuke de forma fija. Era bello- si quiere le paro el bus- propuso y Sasuke le sonrió negando con la cabeza. Al diablo con los buses, caminaría. Tenía toda la tarde, todo el día, toda la vida.

-Gracias, pero prefiero caminar- indico dejando al menor con la cara de asombro.

Si. Sasuke estaba decidido a caminar y conocer más cosas. Ese viaje en auto bus fue emocionante y curioso, entonces como seria caminar solo por las calles y mirar como es la vida de la gente común.

Camino y camino sin preocuparse del tiempo. Miraba y miraba cada casa sea grande o pequeña, sea bella y nueva o fea y vieja. Las grababa en su cabeza como si fueran recuerdos preciados, y comprendía que así lo eran, lo que para muchos era común y aburrido para Sasuke era más emocionante que las siete maravillas del mundo unidas, pues era rozar la liberta con sus propias manos.

Naruto no sabía qué hacer, los nervios lo estaban carcomiendo, había llamado a casa y nadie respondió, supuso que quizás Sasuke se duchaba, pero nadie le devolvió  llamada, volvió a llamar a la hora y nadie respondió. Llamo a sus hijos y estos estaban en sus horas extras de estudio en casa de un amigo.

-¿Dónde demonios estas?- pregunto al viento cuando su celular sonó y vio la hora: eran las seis de la tarde. Miro el remitente y era Haku. Suspiro molesto antes de presionar el botón de contestar- ¡Dime!- Exclamo de mal humor

-Hay cariño. ¿Qué paso? ¿Un mal día?

-Sí, mucho trabajo-Repuso deseoso de acabar con la plática y salir en busca de Sasuke.

-Pobrecito de mi amorcito, ¿lo están explotando?. Pero no te preocupes estoy esperándote para mimarte, para hacerte esas cositas que tanto te gustan y…

-No puedo- dijo Naruto serio

-¿Qué ocurre cariño? Si es porque tardaras en la oficina no te preocupes, puedo espérate la noche entera.

-No, no es eso-dijo Naruto frotándose la cien- solo no tengo ganas- concluyo antes de colgar el celular.

Tomo su portafolio y fue a su movilidad, iría a casa y se sacaría las dudas de una maldita vez. La sola idea de imaginar a Sasuke engañándolo con algún extraño lo envenenaba. Jamás se lo permitiría, primero mataba a ese intruso a dejarlo acercarse a su esposo. Sin demora llego a la zona residencial y en la entrada encontró al guardia distraído leyendo un libro mientras el otro el abría la puerta. Dirigió su movilidad a su casa algo aliviado. Abrió la puerta y llamo a por Sasuke más nadie respondió.

Recorrió la casa entera y no encontró nada y a nadie. Se sentó en el sofá de la sala mirando en un inicio los cuadros cayendo en cuanta que habían sido cambiados y remplazados por cuadros de rosas disecadas, eso lo confundió. ¿Rosas de su amante? Negó con la cabeza, pero ahora que lo analizaba en el jardín no había ni una sola rosa. De hecho en toda la zona de casas residenciales no había rosas, solo margaritas, lirios y claveles. Se molestó más, ahora tenía un nuevo misterio ¿De dónde salían las malditas rosas?

Miro con más enfado la puerta que nadie abría, miro el reloj marcaban las ocho de la noche y aún no había señal alguna de Sasuke, más de la nada se oía como la puerta era abierta y las campañillas sonaban

Sasuke entraba a su hogar con la expresión emocionada por el largo paseo, por las compras hechas y por haber  asistido a ese curso de pintura, podía ser pequeñas cosas, pero eso fue lo más emocionante que hizo en toda su vida. Quizás era una exageración decirlo, pero ese había sido la mejor tarde de toda su vida. La mejor. 

Más al cerrar la puerta y dar media vuelta miro a Naruto con su clara cara de enfado mirándolo fijamente y toda expresión de alegría simplemente desapareció y volvió a su típico rostro serio que miraba fijamente esos ojos azules que le gritaban un sinfín de cosas.

-¡¿SE PUEDE SABER DÓNDE DEMONIOS ESTABAS HASTA ESTAS HORAS?!-Le grito y Sasuke instintivamente retrocedió por el susto de verlo y escucharlo molesto. Se tranquilizó, no había hecho nada malo, no tenía por qué sentir miedo, tenía derecho de salir, tenia… se cayó mentalmente: ¿desde cuándo pensaba así? Suspiro y miro a Naruto para luego acomodar sus cosas en el otro sofá- ¡¿Dónde estabas?!- Exclamo con más rabia al verse ignorado por Sasuke. Pero comenzó a calamares al ver a Sasuke mirando esas bolsas de compras que respondían a unas dos horas de ausencia en casa, pero el llamo a eso de las tres de la tarde, llego a casa a eso de las seis y media, y ahora eran cerca de las nueve de la noche: ¿dónde se había metido y por qué? Se cuestionó recordando que Sasuke jamás salía de casa a excepción de los fines de semana para hacer las compras y eso que siempre era acompañado por él, otras salidas siempre era con sus hijos o sus padres.

-Fui al supermercado a comprar algunas cosas- índico sacando las cosas que compro y analizando donde las pondría.

-¿Fuiste de compras hasta estas horas?-Dijo asesinamente- ¿Con que dinero?

-No… Y lo hice con el dinero que me das los fines de semana para emergencias, lo estaba juntado para ir de compras- Repuso Sasuke tranquilo- Pero Ofrecían unos cursos de pintura y decidí entrar, después de todo, los niños no llegarán a hasta las diez de la noche, dijiste que hoy llegarías tarde. ¿No esperaras que me muera de aburrimiento encerrado en estas paredes? Ya no soy necesario en esta enorme casa-Concluyo y Naruto bajo la mirada y contemplo el cuadro de pintura que supuso Sasuke había pintado. Se sentía como un idiota. Como un histérico, como un enfermo y más que nada tan culpable, como podía reclamarle  a Sasuke sus salidas, el dinero cuando ni si quiera él se quedaba en casa, cuando sus hijos tenían sus vidas escolares absorbiéndoles todo el tiempo y Sasuke… Fuera de las labores de casa no tenía nada más. ¿Amigos…? no. Mascotas. Tampoco… Lo supuso lógico, el moreno se aburría y buscaba una forma de sobrellevar el aburrimiento.

-Ok…-Dijo con calma- Es bueno que te diviertas de vez en cuando- concluyo

-Sera todo el mes- dijo Sasuke y Naruto volvió a mirarlo con los ojos bien abiertos. Buscando las palabras exactas.

-¡¿Todo el mes?!… ¿Y los niños…?- atino a decir, esa era la excusa para mantener a Sasuke encerrado en casa.

-Los cursos serán por la tarde de dos a cuatro de la tarde, ellos suelen llegar a la una a almorzar, dejare la mesa servida y me despediré de ellos, la cena no ser problema, estaré aquí para las cinco- decía Sasuke- No creo que les importe mucho, siempre andan corriendo en sus cosas.

-Sí, es verdad- repuso Naruto maldiciendo a sus hijos, porque no se quedaban en casa con su madre. Chasqueo la lengua, no había excusa para prohibirle ir a esos cursos, para mantenerlo encerrado en casa. Para… ¿para qué? Se cuestionó llegando a la cruda realidad. Estaba casado con Sasuke con un perfecto extraño y aun así tenía el cinismo de no quererlo dejar libre- Solo será un mes… ¿Cierto?- pregunto disimuladamente, mientras Sasuke alzaba la mirada y lo contemplaba

-Si. Quizás solo un mes…- las venitas en la frente de Naruto casi eran notables. ¿Cómo que quizás? Se contuvo antes de decir una idiotez como ya no te daré ni un maldito dólar, o encerrarlo bajo llave. Eso era demasiado incluso para él.

-Aclárame eso de quizás- suplico esforzándose para mantener su cordura

-Después de este curso hay otros más y pensaba que quizás podría estudiar alguna carrera. Quizás derecho, quizás pintura… ¿algo?

Naruto sentía como un balde de agua fría la noticia. ¿Qué demonios pasaba con Sasuke?

-¿Por qué?- inquirió mirándolo fijamente- No lo necesitas.

Sasuke tomo las cosas que compro y las volvió a acomodar en su bolsa para luego sujetarlas entre sus manos para ir a su cuarto y dejar las cosas sobre su cama para luego abrir las puertas de su armario mientras Naruto lo seguía y el silencio se hacía más pesado.

-Sasuke-Llamo Naruto y Sasuke seguía ignorándolo, como si esas palabras jamás las hubiera oído: “No lo necesitas”. Era obvio que lo necesitaba, solo que si hablaba ahora terminaría por romperse y desataría la tormenta. Solo decidió callar y seguir haciendo sus cosas.  

Uno de su pinceles cayó al suelo y se agacho para recogerlo y allí abajo en el último cajón miro unos libros de grueso volumen, bajo estos y en medio se hallaban las rosas que aún no terminaba de disecar.

-¿Qué haces aquí Naruto?-interrogo girando para verlo a la cara -Dijiste que hoy te quedarías hasta tarde en la oficina- concluyo con voz entrecortada.

-Yo…- dijo Naruto cuando se percató de algo: Él jamás le dijo que hoy llegaría tarde, él lo llamo en la tarde para informarle que llegaría tarde, pero Sasuke no estaba en casa- yo jamás te dije que llegaría tarde…- Dijo bajando el timbre de su voz y mirándose fijamente con Sasuke, por segundos salió de la habitación y corrió a la cocina. La cena no fue hecha. Rápidamente Naruto regresaba a donde estaban sus cosas para tomar su maldito celular, comenzaba a sospechar. Nadie le respondió. Haku no le respondía, más le dejo un mensaje: te esperare siempre, te esperare.

Dio media vuelta y miro a Sasuke caminar hacia el jardín, con una cara sombría. Rápidamente escondió su celular. No podía ser verdad. No podía ser cierto ¿no?

Bueno los rumores eran fuertes, pero Sasuke nunca salía de casa y Naruto hasta la fecha había impedido que viera a su padre, así que el señor Fugaku no le fue con el chisme. Sobre el teléfono, simplemente lo había bloqueado para que nadie llamara a Sasuke, solo el número de sus hijos o el suyo tenía acceso a llamar a casa, esto por dos motivos: Haku y el padre de Sasuke.

-Sasuke…-Llamo mirando tratando de mantener la calma, si le reclamaba lo negaría todo, no habían pruebas.

-Ya no me necesitas-dijo Sasuke

-¿Qué dices?-Interrogo Naruto tratando de alcanzarlo mientras Sasuke caminaba hacia el patio, y allí lo miraba arrodillarse sobre una de las macetas. Le miro por unos segundos mientras Sasuke parecía dudoso de tomar o no esa maceta- ¿Sasuke?...-Repuso con miedo de su comportamiento, definitivamente deseaba saber que tenía el moreno en la cabeza.

Sasuke dudaba sobre lo que estaba a punto de hacer, es decir… estaba a punto de acabar con su matrimonio, estaba a punto de delatar los actos pecaminosos de su esposo. Estaba a punto de dañar a sus hijos con la verdad. ¿No podía dejar las cosas como estaban?... Aun debía conseguir más pruebas. Pero las paredes de su sala ya estaban llenas de cuadros, había llenado más de dos álbumes de fotos y un cuaderno de notas.

Soltó la maceta que para su sorpresa ya tenía elevada, solo se sentó en el suelo y miro a Naruto con sus ojos humedecidos pero aun así sin soltar una sola lágrima, trago saliva y con dificultad dijo:

-Lo necesito…- Esa voz asusto a Naruto, jamás vio a Sasuke de esa manera, así de extraño tanto que parecía humano. Es decir abandono todo rasgo de ser indiferente que solía presentar ante su mirada y se veía tan… tan vulnerable, incluso no se atrevía a verlo directamente a los ojos. Como un animal con miedo.

-Ok-Dijo Naruto suspirando pesadamente, como si el peso del mundo estuviera sobre sus hombros. Como si diera el perdón a un asesino y  su palabra aliviaran sus penas.

Sasuke alzo la mirada y fuera de mostrar una sonrisa, solo arqueo las cejas al ver como Naruto se ponía esa cara de sufrido comprensivo que colocaba con sus hijos cada vez que les levantaba el castigo después de oírlos suplicar por cinco minutos.

Se vio tentado a tirarle en cara todas las pruebas de su traición. Más suspiro y se tragó sus intenciones. Aguanta” se dijo sin saber la razón por la cual se esforzaba tanto.

-Naruto-Llamo con voz neutra

-¿Algo más?-Interrogo Naruto a Sasuke al ver que volvía  a ser el mismo robot sin emociones de siempre.

-Quiero, quiero entrar a la universidad y estudiar derecho- concluyo y Naruto lo miro aterrado

-Pero…

-Lo necesito-dijo Sasuke

-Los niños. Los dejaríamos descuidados mucho tiempo. Yo con el trabajo, tú con tus estudios, ¿no puedes esperar a que tengan 18 para estas cosas?

-¿Entonces no?-susurro mirándolo y sintiendo como sus ojos comenzaban a humedecerse

Naruto trago saliva ¿Que era esa mirada de animalito regañado que comenzaba a pesarle en la conciencia? Pero no, no cedería, por nada del mundo lo dejaría salir fuera de casa por tanto tiempo, haría de amistades, conocería a personas y no faltaría el bribón que trataría de conquistarlo y si Naruto no podía ser el dueño de Sasuke por ese tonto matrimonio forzado, no dejaría que otro apareciera y se lo arrebatara de su lado, no entregaría su paz y tranquilidad a nadie.

-No- repuso Naruto serio

- Como quieras…-Dijo Sasuke levantándose para entrar a la casa sin dedicarle ni una mirada a Naruto se quedó perplejo. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba enfadado con él?

Naruto solo miro la puerta cerrada sin dejar de arquear las cejas preguntándose que era con exactitud lo que le enfadaba a Sasuke, y enumerando las cosas raras ocurridas durante el día para hallar la respuesta.

-Más te vale que no hallas cometido alguna estupidez- Dijo mentalmente sujetando su celular, una cosa era dejar que Haku soltara su lengua en la sociedad y creara los rumores por lo que su suegro le llamo la atención en diversas ocasiones, pero otra muy distinta que se atreviera a meterse en su casa y le metiera ideas en la cabeza de Sasuke.

-Hola cariño-Dijo Haku melosamente- me extrañas tanto y ¿por eso me llamas? Yo también te extraño mucho, mucho, mucho…

-Haku…-Dijo algo enfadado- dime por favor que no cometiste el estúpido error de hacerle algo a Sasuke, dime que no hiciste nada

-¿Por qué? Acaso ese amargado te dijo algo. ¿Que yo recuerde ni si quiera lo conozco? Sabe que jamás me metería con tu familia, no quiero perderte cariño. Eres lo más importante para mí aunque yo no lo sea para ti.

-No digas eso Haku, sabes que te amo, pero Mi familia es mi familia y es algo que no puedo descuidar.

-Tienes razón- dijo Haku con un tono triste- De no ser por que tus padres te forzaron a casarte ahora mismo tú y yo estaríamos casados y felices.

-Quizás-Rio Naruto imaginando que si su matrimonio con Sasuke jamás se hubiera llevado a cabo, las cosas serían diferentes. Quizás el Uchiha estaría casado con otro varón y Naruto jamás lo llegaría a conocer. Quizás si se hubiera casado con Haku y sería feliz o... Quizás de conocer a Sasuke hubiera tratado de seducirlo hasta que el pelinegro le fuera infiel a su marido, acosado y enamorado para que Sasuke buscara divorciarse y él claro que se divorciaría de Haku. Ambos se casarían y serian felices.

Negó con la cabeza. En definitiva no dejaría que Sasuke estudiara en la universidad. Suspiro por lo menos hallo la excusa de su hijos para mantenerlo encerrado hasta que cumplieran 18 años, ¿y después que…?

-Dime ¿Nos veremos mañana?-Pregunto Haku suplicante de un si- dime que nos veremos mañana, sabes que no puedo estar mucho tiempo lejos de ti

-Si-Dijo Naruto despertando de sus fantasías- Estaré en el hotel a las cuatro

-Te esperare ansiosos como siempre, te prometo que hare que olvides todos tus problemas.

-Claro, como siempre-rio Naruto recordando la última sección de sexo con Haku.

-Te amo Naruto Uzumaki- Concluyo Haku con sinceridad, como todo adolecente enamorado por primera vez, como alguien que pese a saber que su amor no es perfecto se aferra a él, pues aún vive su cuento de hadas.

-Yo también

-tú también ¿Qué? tacaño- le reprendió

-Yo también te amo

Sasuke desde atrás de la puerta que daba al jardín escuchaba con dificultad la conversación de Naruto, no le fue difícil saber con quién hablaba, tampoco imaginar de qué hablaban. Simplemente soltó un suspiro silencioso y derrotista para luego caminar con calma a la cocina y se ponía a acomodar cualquier cosa que estuviera fuera de su lugar. Cuando sus ojos se posaron sobre un cuchillo que sujeto entre sus manos y miro detalladamente. Mirando cómo se reflejaba en el filo de este, como se sentía tentado a… Soltó el cuchillo que cayó al piso.

-¿Sasuke?-Llamo Naruto al escuchar algo caerse al suelo, camino hacia la cocina que está a solo pasos de la puerta del jardín y miro como Sasuke levantaba nuevamente el cuchillo por el filo apretándolo con fuerza

-¿Sasuke?-Volvió a llamar algo preocupado, no es bueno sujetar un cuchillo por el filo- ¡Ten cuidado con ese cuchillo!- remarco

Más Sasuke giro a verlo con la cara inexpresiva de siempre y luego miro el cuchillo y su palma blanca por apretarlo con fuerza

-Tienes razón- dijo soltándolo y sujetándolo por el mango, mientras sus ojos se clavaban fijamente en el filo y alzaba el cuchillo en dirección de Naruto que al verlo sintió como su piel se ponía de gallina

-¿Sasuke?- Llamo sin comprender su comportamiento, quizás estaba más que furiosos por prohibirle lo de la universidad- baja ese cuchillo- rogo dudoso de que Sasuke cometiera una estupidez guiado por la rabia del momento, aunque su maldita cara no mostraba expresión alguna. Eso sin duda aterraba- ¡No cometas una estupidez!-Concluyo

Sasuke miro el cuchillo y volvió a ponerlo en su lugar

-¿Estupidez?-Dijo Tranquilo- ¿No te entiendo? Solo tome el cuchillo como me lo indicaste- concluyo acomodando unos platos- debes estar muy casado Naruto- concluyo, dejando a un rubio tan confuso como la palabra lo indica, y también preocupado. Porque sentía que Sasuke en cualquier momento podría matarlo. No lo supo, solo supo que esa noche no logro dormir, más cuando sintió como Sasuke se levantaba de la cama y se sentaba en una esquina de su habitación mirándolo fijamente… eso era tétrico.

Solo al amanecer sintió como Sasuke regresaba a su lecho y se acomodaba la cama en su posición usual, para media hora después escuchar el despertador y volver a levantarse como si nada. Saludar a Naruto que lo contemplaba y marchar a la cocina a preparar el desayuno.

Quizás por culpa o por la falta de sueño, Naruto cancelo la reunión con Haku, solo marcho a su casa para buscar a Sasuke, a lo mejor debía sacarlo a pasear, dejar que se despejara, mantenerlo encerrado en casa no era del todo bueno, además hacia cuanto que no salían como un familia. No mejor aún… Nunca habían salido solo los dos. Miro el calendario y vio que se acercaba la fecha del aniversario de la fusión de ambas compañías, quizás ese era el momento de salir y deslumbrar a todos con su presencia. Mirar la cara de celos de algunos accionistas, ex amantes y público en general. O quizás era momento de hacer sentir a Sasuke como parte esencial en su vida.

Rio, recordando como siempre la envidia de todos. Pues parecían perfectos, la familia perfecta, la imagen de la fusión de ambas compañías que representaban que el progreso de una empresa se basaba en la unión familiar. La política de ambas empresas que juntas formaba una gran corporación.

Sasuke conto su dinero aún tenía más de ochocientos dólares, tenía permiso de asistir a esos cursos así que… En una de sus travesías al supermercado finalmente se animó a comprarse un celular, es decir solo contemplar a sus hijos y sus lujosos móviles, verles concentrados en estos como si la respuesta a todos los problemas se hallara en internet, lentamente lo embrujaban, más cuando supo que con ese artefacto podría tomar algunos cursos en línea y ser libre de alguna forma. Que mejor que llamar a sus padres para dar uso al celular. Que mejor que mostrar algo de indecencia. Rio complacido por su gran hazaña.

-Hola-Dijo Sasuke tímidamente por el teléfono, no sabía si había marcado llamar o no, realmente no comprendía mucho a ese celular.

-¿Sasuke?-Interrogo Fugaku con tono serio

-¿Papá?- Cuestiono temeroso Sasuke pensando que sería reprendido, pues el tono de su padre no era muy animado. Lentamente su pequeña felicidad por tener un celular se iba al drenaje.

-¡Te he llamado todo el maldito año! Se puede saber ¡¿dónde demonios paras?!

-¿Eh?-repuso confuso- Papá yo jamás salgo de casa. No es propio de un…

-Si jamás sales dime ¿por qué no nunca te comunicas con nosotros? ¡Jamás vienes a visitarnos!... Tu madre Izuna está muerto de la preocupación. No sabemos nada de ti y tu estúpido marido no hace más que deshonrar a la familia con sus aventuras clandestinas.

-¿Naruto?-Interrogo Sasuke para ver qué posición tomaba su padre, para ser sincero estaba más que sorprendido de oírle hablar a si a su padre. Su padre que siempre elevaba por los cielos al rubio por su notoria capacidad para los negocios.

Se sintió aliviado, como si una parte de sus cadenas le fueran retiradas. Al fin sentía que podía hallar una salida a su encierro, y más que nada al fin encontraba un desahogo, alguien a con quien contar y confesar todo lo que vivía. Alguien que lo apoyara.

-Dile que si me entero una vez más sobre sus aventuras lo hundiré, hundiré a la familia Uzumaki de ser necesario, pero no dejare que siga ensuciando el honorable apellido Uchiha. Dile que sea más discreto.  Tuve que pagar miles por mantener a la prensa en silencio.

-Se lo diré-Dijo Sasuke alejando el auricular de su oído dejando a su padre hablar solo, mientras el trataba de cortar la llamada. Ni siquiera tuvo la oportunidad de decir: me compre un celular, este es mi número… Simplemente se vio ensombrecido por la tediosa verdad: Su familia sabía que Naruto lo engañaba y aun así no les importaba. No es que fuera una sorpresa, solo que no dejaba de herirlo.

En casa solo, simplemente guardo su celular en uno de sus cajones y marcho a la sala. Apenas si guardo el número de móviles de sus hijos. No le hallo sentido en guardar el número de Naruto. No, que va. Si Naruto se enterraba del celular se molestaría, quizás se lo quitaba. 

Sasuke nuevamente se ponía en una esquina de su sala para contemplar el orden de su casa, para ver cada cuadro de rosas disecadas y darse cuenta que ya no había espacio para más de estos cuadros.  

De la nada tomo un jarrón de flores artificiales y lo arrojo contra el pasillo para luego tumbarse sobre los fragmentos rotos y analizar lo que realmente hacía con su vida.

Cerró los ojos…

Se levantó furiosos y sin pensarlo dos veces entro a su habitación, tomo sus cosas, las tarjetas de banco para emergencias que Naruto dio a sus hijos y se marchó de casa. No podía quedarse un solo minuto más en ese lugar, de esa forma, aguantando y aguantando… no era vida. Y esto lentamente lo estaba matando. Aun si delataba a Naruto… Regresar con su familia y armar el jaleo del divorcio era lo mimo que nada. Lo regresarían con Naruto, después de todo ¿no lo habían vendido al Uzumaki?

¿No era ese matrimonio un simple acuerdo para fortalecer ambas empresas? para crear herederos que satisfagan los intereses de ambas familias. Al fin lo comprendió lo que siempre supo: su padre aceptaba la traición de Naruto mientras esta fuese discreta y no manchara el apellido Uchiha.

Sasuke jamás fue un hijo digno de los Uchiha, era un doncel bueno para nada, algo que solo servía para abrir las piernas parir un heredero y después olvidar en el encierro.

Debía escapar y buscar entre esas calles al verdadero Sasuke, antes de que muriera por completo. Solo el recuerdo de sus hijos lo detuvo por unos segundos, suficiente para dejar una nota:

Lo siento. Pero no puedo más.

Sin más solo se marchó

Sentado en el aeropuerto esperando su hora de abordaje mil pensamientos pasaron por su cabeza. Cómo reaccionarían sus padres, Naruto, sus hijos…

Su padre buscaría mantener las cosas en calma y escondería su huida con cualquier excusa para que la prensa no se enterara, para que Itachi no regresara de Estados Unidos, para que su madre no llorara.

Naruto quizás se sentiría feliz de verse libre de su presencia. Sus hijos… ¿lo extrañarían? quizás en un inicio, pero después se enfocarían en sus cosas y le acusarían de abandonarlos así que lo más seguro era que llegaran a odiarlo y le echarle la culpa de su desventuras de aquí en adelante. O quizás lo comprenderían cuando alcanzaran la adultez. No lo supo. Ya no estaría allí para ellos. No podría estarlo si lo hacía de seguro su padre lo mataría a golpes, Naruto no lo ayudaría y se pondría  a favor de su padre. Sus hijos solo lo repudiarían. En fin todo caería en contra suya.

-No puedo Fallar- se dijo mirando su ticket de abordaje. Mientras apoyaba su cabeza sobre la pared para descansar un poco. Aún faltaban dos horas para su vuelo.

Pasaron cerca de siete años cuando Sasuke caminaba por las calles de Francia y diviso una vitrina donde anunciaban la muerte del empresario Fugaku, a su lado un hombre que lo acompañaba con un niño en manos.

-¿Iras?-Le pregunto el hombre y Sasuke encogió sus labios para tragar saliva- Era tu padre después de todo

-Pero si voy…-Dijo mirando a su pequeño de ojos rojos y cabellera castaña- no puedo dejar a mi hijo solo, no podrás cuidarlo

-Pero también están tus otros hijos- Repuso el hombre, entonces Sasuke giro y miro con más atención la notica, su hijo Menma había sido herido en el accidente y se hallaba en el hospital, dudaban si podría recuperarse.

-Sasuke. Debes ir...-Repuso el hombre. Sasuke encogió sus manos y lo miro enfurecido. ¿Por qué ese hombre no le pedía que se quedara a su lado, que olvidara a su ex familia y siguieran juntos? Quizás la respuesta era simple: lo amaba y no deseaba verlo angustiado preocupado por sus otros hijos.

-Es tu hijo- dijo el hombre y Sasuke asintió para luego ponerse en marcha con su actual pareja e ir al aeropuerto. Juntos podrían hacerle frente a todo lo que se le viniera encima. Juntos podría hacerlo posible lo imposible. Se dijo sin soltar esa mano… pese a los problemas no se sentía solo.

De la nada sintió que alguien lo movía del hombro y alzo la mirada mirando de un lado a otro. Y miro a quien lo tocaba del hombro y lo comprendió. Todo fue un simple sueño, allí llamando estaba Naruto, y su patética vida… 


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