Suspiró resignado, debía recordar el objetivo de esa reunión, pero era muy difícil concentrarse sabiendo que Tony estaba a solas con esa copia deformada suya, o al menos así lo veía Steve.
— ¿Cómo puedo asegurarme de que mantendrán la kryptonita lejos de Superman y en calma a Hulk?— Bruce interrumpió los pensamientos de Steve, quien continuaba observando el mismo punto por el cual habían desaparecido Tony y Clark.
— Stark posee la mejor tecnología de la Tierra.
— Lo sé, por eso mismo es peligroso. No es fácil olvidar a Ultron. — Bruce se acercó a la silla contigua del capitán, donde anteriormente se encontraba Ironman, creando una mayor privacidad a la conversación.
— Tony no es alguien perfecto, pero tiene buenas intenciones.
— Las buenas intenciones han fomentado las peores catástrofes de la humanidad y también en otras civilizaciones.
Steve meditó un segundo las palabras de Bruce, aún así no tenía el derecho de hacer tales acusaciones en Tony. Sí, había cometido muchos errores, pero siempre supo cómo remediarlos. Había dejado de confiar en él y gracias a eso ocurrió un desastre. Parte del acuerdo silencioso entre ambos era la confianza a ciegas y ni Batman o cualquier miembro de La Liga, iba a romper esa regla implícita.— Tony es un genio, nos guste o no. Es parte de los Iluminati y lo he visto en acción a través de los años. Tal vez sea alguien muy testarudo, pero ha aprendido, evolucionó y ya no es el mismo que creó a Ultron. De hecho se reivindicó con Visión, que es uno de nuestros elementos más valiosos en los Vengadores. Sus planes ahora tienen rutas de escape, condiciones o un plan B como él lo llama. Si él dice que va a mantener a Clark a salvo, lo hará.
— ¿Y cómo sabremos que no la utilizará en contra nuestra?
— No lo pueden saber. — Desvió la mirada el rubio, dándole la razón a Wayne.— Un equipo se basa en la confianza. Les aseguro que pueden creer en nosotros. Sino fuese así, no nos esforzaríamos en estas reuniones.
Bruce relajó su cuerpo sobre el asiento. Steve no lo había notado, pensaba que era algo natural en el murciélago, pero era la primera vez que no le veía tan tenso. — De acuerdo.
Fue todo lo que pudo decir. Steve no esperaba que obtener una respuesta afirmativa por parte de Batman fuese tan sencillo. Había subestimado el poder que tenía el hablar con sinceridad, tal vez lo utilizaría como recurso posteriormente. La idea de Stark para hablar por separado había funcionado. Sin ello, la discusión habría durado más tiempo, posiblemente sin resultado. Ahora tenían tiempo de sobra, así que se atrevió a resolver una de sus mayores dudas.— Bruce... ¿por qué te desagrada tanto Tony?
Wayne suspiró con fuerza, como si se tratase de algo muy obvio.— ¿Por dónde comenzar? Su actitud, sus bromas, sus gestos, su narcisismo, su necesidad por ser el centro de atención en todo. Jamás le da la seriedad necesaria a las situaciones. Ni siquiera puede hacerse cargo de su empresa por sí solo. Me acusa de ser una copia suya cuando yo he defendido a mi ciudad desde que era muy joven, más joven que cuando él entró al MIT. He salido herido y no llamo la atención de la prensa como él. También me han secuestrado y no ha sido una noticia mundial. He perdido a mis padres y al menos él no pudo verlos morir como yo lo hice.
Steve no podía digerir todo lo que escuchaba. En voz de Wayne, Tony parecía ser alguien más dramático de lo que ya sabía que era. Y no pudo evitar recordar lo sucedido con Howard y Maria. Tony sí había visto a sus padres morir, a pesar de que el mundo creyese lo contrario.— ¿Cómo ocurrió lo de tus padres?— Preguntó tímidamente, esperando que Bruce no se molestara por ello más de lo que ya se encontraba.
— Salimos de noche a ver una obra de teatro. Un ladrón nos siguió y robó a mis padres, amenazándolos con un arma. Ellos cooperaron, pero no le fue suficiente a ese bastardo. Los mató... y también pudo haberlo hecho conmigo.
Steve nunca había comprendido esa clase de dolor. Sus padres también habían fallecido a su temprana edad, pero ocurrió cuando cumplían su deber. Su padre como soldado y su madre como enfermera durante la guerra. Había sido algo triste y también había sido enviado a un orfanato gracias a ello, pero estaba orgulloso de su familia y sabía que la muerte era una gran posibilidad en esos casos. Cruzó el camino del duelo desde antes de sus muertes. Bruce y Tony habían sufrido algo similar sin aviso. Otra de sus dudas era cómo Wayne había lidiado con ello.— Y... ¿alguna vez buscaste al culpable?
— Era a penas un niño, pero sí. Me metí en muchos problemas. Entre encabezar el imperio de mi familia y manejar tanto odio, tanta soledad dentro de mí... logré hallarlo.—
Steve le observaba con atención, incluso se había inclinado hacia delante.— Intentaste... ¿matarlo?
— Sí, pero no pude hacerlo.— El rubio dejó escapar una bocanada de aire. Por un momento pensó que Wayne tenía instintos asesinos.— Alguien se me adelantó. No pude completar mi venganza. Si hubiese sido más rápido, menos cobarde, habría disfrutado de mirar cómo su vida se escapaba de entre mis manos.— Prosiguió Bruce y Steve sintió algo de temor, no sólo por imaginarlo, sino por pensar en lo que Tony hubiese sido capaz de hacer. Aunque lo conocía bien, al menos eso quería creer, y agradeció que Tony no hubiese sido capaz de asesinar a Bucky después de haber sido descongelado y de haberle permitido a él unirse de nuevo a los Vengadores, siendo líder a su lado.
Bruce notó algo extraño en el capitán, quien parecía pensar en mil cosas a la vez. — Rogers, me prometí que nadie más pasaría por lo mismo que yo. Es por eso que me convertí en un vigilante, el protector de Gotham. Y con respecto a Stark... no puedes negar que en ocasiones todos odian su propio reflejo en el espejo.— Bruce parecía conocerle a la perfección, o tal vez había sido muy obvio con respecto al trato que tenía con Superman.— Anthony no es el más entusiasta si estoy presente, pero jamás lo había pensado de ti.
— Yo...
— Clark puede sacarme de quicio a veces, pero es una gran persona... alien... incluso llega a ser más humano que yo. ¿Por qué lo odia tanto, Capitán?
— Es demasiado perfecto. Su cabello, su cuerpo de modelo. Un símbolo. Todos lo aman. Incluso tiene un museo. No existe nadie que no conozca su historia. Es decir, sólo mira esos ojos. ¿Lo crearon con base al hombre de los sueños de toda mujer? Incluso mi ex novia suspiraba por él. No sabe lo que es hacerse de una reputación, de ganarse a las personas mediante buenos actos que no te van a aplaudir.
— Wow, Clark. No sabía que estabas tan molesto con el Cap.— Rio Tony, sentado en una silla giratoria frente a una gran pantalla que monitoreaba distintas partes del planeta.
— Sí... bueno, desde hace tiempo que no era de mi agrado, pero me enfureció cuando me contaste del asunto con los acuerdos de Sokovia.
— Creí que estarías molesto conmigo, no con Capipaleta.
— No tengo nada en contra del registro. También hubiese firmado. La ley anti-alienígenas era algo distinto.
— Por suerte nunca se aprobó.
— Habrían exiliado a gran parte del planeta, no hubiese existido un sitio tan grande como para albergarlos a todos.
— El gobierno siempre ha sido así. Reglas inútiles, pero sin ellas estaríamos peor. Es un mal necesario. Aunque siempre se puede jugar con ellas.
— Tony, hablas igual que B.— Clark sonrió ladino, haciendo burla, puesto que sabía lo mal que se llevaban ambos.
— No es muy diferente a lo tuyo con Steve.
Superman rio en una carcajada. Tony se sentía cómodo con alguien que apreciara sus chistes.— A veces no entiendo cómo puedes estar en un equipo con él. Sabes que te recibiríamos en La Liga si lo pidieras.
Tony jugueteó con algunos botones del panel de control. Se le habían ocurrido más de 20 maneras para hacer más eficiente la computadora central.— Es algo de nostalgia. En gran parte de mi vida el Capitán América fue mi héroe. Cuando se formó el equipo busqué su aprobación, aunque él lo confundiera con bromas pesadas. Es complicado, no puedo desprenderlo de mi vida a pesar de las mentiras.
Clark terminó aún más confundido que antes, pero dejó de insistir.— ¿Qué te parece una reunión informal para la próxima? Nada de súper trajes o uniformes.
— No necesitamos esperar un mes para eso. Tú, yo, una cena entre amigos y tus gafas hipster.— Tony arqueó una ceja, inquisitivo. Clark rio como respuesta, lo cual el castaño interpretó como algo afirmativo.— "Anthony Stark, el hombre del momento". Podríamos fingir que es una entrevista y ese sería un perfecto encabezado.
— Eres pésimo para los titulares, pero lo consideraré. Mi jefe editor me ha pedido antes que te entreviste.
— ¿Y hasta ahora me lo dices?
— No en el buen sentido, Tony. Tu reputación no es de gran ayuda, pero veré qué puedo hacer. La verdad no vende periódicos.
— "Superman, el periodista mentiroso".— Giró en la silla, alzando los brazos, enmarcando en el aire con las manos.
— Y es por eso que no acepté hacerte la entrevista. — Rio de nuevo. Le encantaría pasar momentos así con Bruce.
— ¿Qué tal un escándalo que sea real? Superman y Ironman surcando los cielos sería una gran noticia.
— Si vamos a vernos fuera de la base, será como civiles.
— Sup, yo nunca paso desapercibido. Soy un Stark.
— Deberás usar un disfraz.
— ¿Así como tú? No, gracias. Prefiero comprar un restaurante por una noche y así tener tiempo a solas.
— Eso me suena a un plan.
— Uno muy bueno.— Tony se levantó de su asiento, dirigiéndose a la sala donde habían estado anteriormente.— Ya deberíamos irnos. A puesto que al regresar Thor ya destrozó la cocina.
Espera... —Clark se apresuró, deslizándose hasta tocar el antebrazo de Tony en un ligero apretón mientras le dedicaba una sonrisa.— Sino te lo digo ahora, no podré después.— Stark le miró con atención.— Me agrada pasar el tiempo contigo. Bruce no es alguien con quien se pueda hablar siempre. Eres como él... pero más accesible... es relajante que alguien te escuche de vez en cuando.
Tony posó una mano sobre la de Clark.— Es agradable hablar con alguien que no te juzgue.— Volvió a sonreír y se adentró a la sala, un poco sorprendido de que Steve y Bruce conversaran amenos, Clark le seguía detrás.— ¿Nos extrañaron?
— Ya deberíamos volver. No quiero encontrarnos con una pelea por el control remoto.— Se incorporó el capitán de su asiento.
— Eso no suena tan mal.— Replicó Clark.
— Podríamos no hallar la torre.— Replicó Steve.
— No bromea.— Murmuró Tony.
— Oh... — Clark aún no entendía cómo es que funcionaban los Vengadores.
— Por cierto, Sup y yo saldremos de manera informal en unos días.— Comentó Stark, deseando causar envidia.
— Y eso nos incumbe porque...— Lo dicho por Bruce hizo que Clark mirara hacia el suelo y Steve se alterara.
— Tal vez quisieran unirse...— Ahora era Tony quien se había alterado por la respuesta de Clark, negando con la cabeza.
— Iremos.— Sentenció Steve al notar que Tony no deseaba más invitados.
— No sé si mi agenda esté despejada.— Bruce ya deseaba terminar con aquella visita.
— ¿Por qué? ¿No te alcanzaría para pagar una cena? — Se burló Tony, haciendo referencia a la minúscula diferencia entre sus riquezas. Bruce sólo gruñó.
— En ese caso nos veremos el fin de semana.— Clark sonrió nervioso y de inmediato se aproximó al lado de Bruce.— Será una gran exclusiva. Mi editor no se podrá negar si entrevisto a ambos y sus progresos en la carrera por la energía limpia y el Capitán... será una gran compañía...
Steve le observó con seriedad.
— Ya no puedo esperar.— Tony rio, se sentía entusiasmado. Clark había arreglado la situación. Tendría la oportunidad de demostrar su superioridad sobre Wayne. En cambio, Bruce también se sentía ansioso por aquella cena, lograría alardear ante Stark y dejarlo por fin sin palabras.
Los cuatro se despidieron, entre verdaderas sonrisas y algunas hipócritas. No sin que antes Bruce le recordase a Tony que se encargara de la kryptonita verde, al igual que del resto de los tipos de ese mineral; también susurró algo específico acerca de la kryptonita rosa, indicándole que la destruyese de inmediato. Steve lo llevó casi a rastras al Quinjet, por lo cual no escuchó el motivo.