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P.S.G. • [Chanbaek] por MillenAry

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Tecleó sobre su computador con una rapidez que le sorprendió hasta a él mismo. Después de estar tantos años tomando apuntes con el aparato o redactando trabajos con este mismo, se percató que todo era en base de esfuerzo y constancia.


Revisó otra vez la hora en su reloj de muñeca, dándose cuenta que su compañero de habitación llevaba cerca de treinta minutos metido en el baño.


En cuanto habían entrado aquel día en su cuarto junto a Don estúpido de la clase dos, se dio cuenta que el muchacho estaba en la pequeña habitación y que al parecer llenaba la bañera.


ChanYeol mentiría si dijera que no le preocupaba, y a pesar de que estaba haciendo el trabajo con el chico de su clase arduamente, no podía evitar que su mirada se dirigiera debes en cuando hacia la puerta blanca que estaba a unos metros en frente de él.


Ya para cuando el tiempo siguió avanzando y notó que a esos treinta minutos se le habían sumado otros más, estaba pensando seriamente en echar a MinHo de su habitación para que pudiera saber si BaekHyun estaba bien.


Sólo pudo respirar con calma cuando escuchó un sonido rítmico que no provenía de ninguno de los dos chicos que estaban en la pequeña sala de la habitación. Sintió que su corazón se aceleraba gracias a la melodía de alguien cantando.


Si, alguien estaba cantando y lo hacía realmente bien.


MinHo lo había mirado con las cejas alzadas y un amago de sonrisa para luego volver a concentrarse en lo que estaba escribiendo.


ChanYeol, quien aún no se había podido recuperar de haber escuchado semejante voz, tuvo que esperar unos minutos y recibir un suave golpe de MinHo en el brazo para que pudiera continuar.


Si, ahora volverá a ser MinHo. Se lo merecía después de todo. ChanYeol admite que había juzgado erróneamente al amable chico.


Se sorprendió que el trabajo estuviera yendo tan bien, avanzando rápido y siendo vigoroso. Estaba seguro de que si seguían así podrían terminar ese mismo día.


Y el canto se escuchó otra vez a través de la puerta de madera, haciendo que el más alto odiara como sonaran las teclas de su computador cuando las presionaba, pensando que interrumpían el tarareo de BaekHyun.


—Terminé —le susurró MinHo mientras sonreía.


—Yo... —ChanYeol alargó la última letra mientras continuaba escribiendo, cuando detuvo su acción sonrió y prosiguió con su diálogo—. Ya está, solo tenemos que imprimirlo.


Justo en ese momento la puerta del baño se abrió, llamando la atención de ambos muchachos que estaban alrededor de la pequeña mesita redonda junto con sus apuntes y unos cuantos libros estudiantiles.


El vapor parecía correr por las paredes en un intento de salir del encierro de la pequeña habitación. BaekHyun salía de ahí mismo con su pijama, un pantalón de chándal plomo junto con una camiseta de un grisáceo oscuro. Su cabello estaba previamente seco gracias al secador y desprendía un rico aroma de perfume varonil con un toque de algo un poco más suave. ChanYeol incluso pudo oler su propio perfume pero eso no le molesto, para nada.


El castaño pestañeó nervioso y sonrojado cuando los vio, se inclinó hacia ambos en modo de saludo para luego irse hacia su cama, en donde se sentó a la vez que revisaba su celular.


ChanYeol, sintiéndose más relajado por el hecho de que al chico no le hubiera pasado nada, empezó a ordenar las cosas al darse cuenta que el trabajo ya había acabado.


—¿Duermes en la misma habitación que Byun BaekHyun?


MinHo se había acercado hacia él para que su pregunta fuera una especie de secreto, algo que realmente no funciono porque ChanYeol pudo notar de reojo como su compañero de habitación se tensaba para luego removerse sobre el colchón con incomodidad mientras movía los dedos con nerviosismo por sobre la pantalla de su móvil.


—¿Hay algún problema? —ChanYeol ni siquiera miró a Don estúpido de la clase dos mientras formulaba la pregunta, asegurándose de ordenar todo por si tuviera que echarlo a patadas.


—Es una pena. Tú eres una persona amable y simpática. —Esta vez elevó la cabeza para dejarle ver su rostro ceñudo—. No te preocupes, me aseguraré de no decirle a nadie.


ChanYeol después de quedar con la boca levemente abierta por unos segundos, logró hablar—. ¿Por qué no le dirías a nadie? ¿Qué es lo malo?


Hasta el mismo BaekHyun había alzado la mirada para ver su perfil, sorprendido por lo ruda que sonaron sus palabras.


—Pues... él es...


—Vete —susurró haciendo una notable mueca con los labios y apuntándole la puerta principal.


—¿Pe-pero ni siquiera te da miedo? Digo... puede atacarte o algo. —ChanYeol se levantó de un salto y tomó a MinHo de uno de sus brazos para alzarlo de un tirón a pesar de que este pesaba notoriamente mucho más por su escultural cuerpo.


—Te dije que te fueras, toma tus cosas y largo —gruñó entre dientes.


—Pero ChanYeol, puedes hablar con la dirección para que te cambien de habitación, no es necesario que estés con él, ¿acaso no has pensado en lo que dirán los demás si se enteran que...


ChanYeol, cegado por la rabia al escuchar los complejos de BaekHyun tantas veces durante tan solo ese día, se encargó de empujar a Don estúpido de la clase dos por el hombro.


Si, hemos cambiado de nombre de nuevo. Debió seguir sus instintos desde el principio y no bajarle el nivel de estupidez a semejante idiota.


—Vete —repitió apuntando hacia la puerta y usando su voz demandante.


—¿Por qué pareces molesto? Joder, lo que te ha...


Lo empujó lo suficientemente fuerte como para que su compañero de trabajo chocara de espaldas contra la puerta que daba con la entrada de la habitación.


Y estaba dispuesto a continuar, a ver cuánto era lo que podía decir esa boca sobre BaekHyun antes de que él lograra hacerla sangrar. Pero ni siquiera alcanzó a levantar la mano cuando unos delgados dedos envolvieron con delicadeza su muñeca desnuda.


Miró hacia su derecha para encontrarse a BaekHyun afirmándolo con ambas manos y manteniendo la cabeza gacha. Si hubiera sido otra situación, ChanYeol se hubiera jactado de lo bajo que se veía el castaño a su lado.


—¿Es por eso? —volvió a reparar en MinHo al escucharlo hablar—. Te la chupa y deja que lo folles, ¿no? ¿Es por eso...


Y le dio de lleno en la cara, un golpe seco y certero que le saco sangre de la nariz. Y no... no levantó su mano derecha, la cual seguía sujetada cada vez más fuerte por su compañero de cuarto.


A pesar de que ChanYeol era diestro, se las había arreglado para levantar su mano izquierda y dar en el lugar exacto para que al menos Don estúpido de la clase dos se diera cuenta de lo que podía llegar a ser capaz de convertirse cuando lo sacaban de sus casillas.


ChanYeol agradeció sus clases de boxeo y de defensa personal durante la juventud, aquella etapa dura que aún el recuerdo le dejaba un mal sabor en la boca.


Había aprendido a como dar un buen golpe basándose en la velocidad, la fuerza, el lugar a dañar, las consecuencias que podía provocar en uno mismo... había aprendido todo cuidadosamente en vez de simplemente dar patadas como desquiciado. Siendo un chico delgado y al parecer un punto blanco de burlas, no tuvo más opción que aprender a defenderse por sí mismo, aunque aquellas clases lo hacían querer golpearse la cabeza durante todo el día con el saco de boxeo.


Incluso la pubertad había sido una mejor época, agradeciendo que para esos años la gente supiera que no se debían meter con él. Le gustaba referirse a esa etapa de su vida como si hubiera sido tragado por una ola, siendo revolcado en la arena y ahogado mínimamente con el agua salada para luego quedar varado en la orilla.


Evolucionó muy rápido, y a pesar de que el mismo se había convencido de que su apariencia no iba a ser demasiado atractiva cuando tuviera diecisiete, para cuando tuvo la edad se encontró con un chico mucho más fuerte que antes, incluso uno guapo y que escondía bastantes atractivos. Sus orejas seguían de la misma manera incluso hasta ese día, al igual que sus piernas chuecas y la forma de sus ojos. Pero a pesar de que hubieron cosas que no cambiaron, el mismo se dio cuenta que estaba distinto y al final comprendió que todo se trata de un "cree en ti".


Se había emocionado y había estado orgulloso de sí mismo, primero odiando sus orejas y luego aceptándolas. Después hizo presencia el desnivel de su voz para ahora tenerlo como una adoración sabiendo que para parecer a simple vista un chico torpe podía imaginarse reforzándose con alguna especie de armadura, sacando sus atractivos para defenderse.


Y quizás, solo quizás... vio un poco de él en BaekHyun.


Podía recordar e imaginarse un chico que mantenía la cabeza gacha para no ver el rostro de aquellas personas que se reían de él, un chico que deseaba que dejaran de perseguirlo las burlas y los rumores.


Le molestaba a tal punto toda esa situación que casi pasaría por alto que aparentemente BaekHyun estuvo en una orgia de homosexuales o algo por el estilo, lo que le carcomía la cabeza era como los demás parecían burlarse de su situación como si él hubiera hecho algo malo.


Porque, bueno... a ojos de ChanYeol... ¿Qué más daba si tenía sexo?


—¿Aún no te vas? —ChanYeol elevó ambas cejas en modo insinuante.


MinHo recogió sus cosas con velocidad y ni siquiera logró meter todo a su mochila cuando ya iba abriendo la puerta para escapar.


—Asegúrate de imprimir el trabajo. —Don estúpido de la clase dos asintió y se encaminó por el pasillo a pasos rápidos.


Cuando el idiota de su compañero de clases estuvo fuera de la vista cerró la puerta, dándose cuenta que BaekHyun aún no se despegaba de él. Y no solo se percató por el hecho de que mantenía las manos aferradas a su muñeca, sino que también parecía estar escondido debajo de su brazo, tan pegado a él que no pudo evitar estremecerse cuando se detuvo a sentir el calor que crecía a su costado gracias a la presencia del castaño.


Él parecía hipnotizado o algo por el estilo, con la vista fija en la puerta y con el chico a su lado, aun sin soltarlo.


De un momento a otro una música popular empezó a sonar en la habitación, logrando que BaekHyun se alejara y ChanYeol se mareara como si se hubiera caído de la cama durante un sueño.


Ya saliendo de su delirio, se volteó para ver como el castaño tomaba el teléfono que estaba sobre su cama y se lo llevaba a la oreja.


—¡Hola!


El pelinegro miró atentamente aquella sonrisa que había mostrado el más bajo al contestar, dándose cuenta que nunca antes la había visto. Se percató de inmediato que con ella parecía mucho más radiante.


ChanYeol tomó asiento en la mesilla de madera en la que estaban estudiando para ver las expresiones del chico.


—¡¿Enserio?! Estoy muy feliz por ti, felicidades. Ojalá estuviera allá ahora mismo. —BaekHyun se sentó en su cama para luego cruzar sus piernas y jugar con las coceduras de su cobertor—. ¿Mamá?


La expresión del chico cambió y ChanYeol ni siquiera se había percatado del momento en el que se había puesto de pie y había dado un paso hacia el más bajo.


—¿Enserio? —El chico tomó una pequeña pausa antes de continuar, dejando notar una voz con un tono endeble casi imperceptible—. Arreglaré las cosas BaekBeom, no te preocupes demasiado por mí. Está bien... yo también te quiero, los quiero mucho a todos.


Cuando BaekHyun cortó la llamada tomó un gran bocado de aire mientras mantenía la cabeza gacha, evitando que ChanYeol pudiera ver su expresión.


—¿Estas bien? —Dio otro paso hacia la cama, esperando no sorprenderlo y sintiéndose inusualmente inquieto.


—No es nada. —El chico elevó la cabeza y le sonrió—. Aunque... lo que le hiciste a tu compañero...


ChanYeol suspiró—. Estaba molesto. ¿No escuchaste lo que dijo? Se merecía mucho más que un golpe en la nariz. —BaekHyun rió suavemente.


—ChanYeol... —lo llamó en un murmuro, volviendo a bajar la cabeza—. Sé que no debo, pe-pero... ¿podría tomarme lo que acaba de suceder como una defensa hacia mí? Osea... n-no quiero malinterpretar tus acciones, si no que... por un momento... y-yo...


El más alto se sentó sobre el colchón pero no pareció llamar la atención del castaño, el cual mantenía su misma postura. Entonces fue cuando ChanYeol se acostó en la cama y se acomodó sobre este, dejando su cabeza sobre las piernas cruzadas de BaekHyun, encontrándose con su rostro sorprendido y ruborizado.


Él solo sonrió pero el más bajo parecía nervioso, sin tener el valor de alejarse de él. Ambos sintieron el ambiente incómodo y fue cuando él empezó a arrepentirse de sus acciones.


—Te estaba defendiendo. —Su susurro pareció llamar la atención de BaekHyun, quien había bajado un poco la cabeza para escucharlo mejor—. He escuchado tantas cosas sobre ti...


—Y-yo... yo en verdad... —Se sintió enternecido ante el sonrojo que tomó el mayor y como sus ojos buscaban fijarse en otro lugar de la habitación para no encontrarse con los suyos.


—Debes sentirte muy mal... —ChanYeol dejó escapar un suspiro—. Estas acorralado.


Esta vez el que se puso nervioso y se estremeció fue él, y tuvo que tragar con dificultad al percatarse de la intensidad con la que lo miraba su compañero de habitación.


—Gracias.


El murmuro de BaekHyun ante sus oídos sonó aterciopelado y suave, como si lo acariciara. Luego se sorprendió a sí mismo y estuvo tentado a reírse como un idiota cuando una de las uñas del chico se posó sobre su frente dejando una caricia casi inexistente. Cerró los ojos como si gracias a eso pudiera obtener un poco más de contacto.


¿Qué le estaba pasando? ¿Acaso deseaba más contacto...?


Si, lo deseaba.


Quería que BaekHyun lo tocara con las yemas de los dedos y estos se movieran por sobre su piel. Se imaginaba ardiendo, quemándose bajo su tacto.


Si soñaba un poco más, tan solo un poquito más... podía sentir como los dedos del contrario se perdían por entre su cabello, intentando atravesar esa selva anudada que nunca cepillaba porque siempre se decía a si mismo que no tenía tiempo y era sumamente contradictorio porque no le costaba nada cepillarse por las mañanas como había hecho BaekHyun aquel día.


Solo un día. Había pasado solo un día desde que lo conocía.


¿Por qué se sentía así? ¿Qué era aquello? Sentía... sentía como si encontrara lo que él era en BaekHyun más que en sí mismo, como si el castaño tuviera algo que le perteneciera.


Nunca antes se había dado cuenta que tenía una necesidad como aquella o que quizás había perdido algo y tuvo la mínima idea, casi como un rápido destello, de que si no hubiera conocido a BaekHyun nunca podría volver a sentir ese sentimiento en algún otro lugar, con algún otro cuerpo.


Calor. Bastante calor.


Aunque no era exactamente eso... ahora ya no ardía, simplemente estaba cálido. Cálido y familiar. Como un hogar.


Se dijo a si mismo que estaba siendo idiota, que se asemejaba a aquellos escritores de hace años que se expresaban con tanta emoción, como si cada letra tuviera su propia poesía. Definitivamente debieron haber sido muy buenos artistas como para conformar tales estructuras con todas esas palabras, poniendo cada una con cuidado y donde correspondía. Como si se estuviera creando un robot con pequeñísimas piezas.


Respiró con profundidad y se embriagó del olor de BaekHyun, se percató de que el contrario seguía ahí a pesar de que lo sentía lejano. Después de todo estaba fuera de su alcance.


Abrió los ojos con lentitud, pensando en la expresión burlesca que pudo haber tomado su compañero de habitación por haberse quedado aparentemente dormido sobre sus piernas.


Ya para cuando sus ojos vieron con claridad se le paro el corazón, los pulmones parecieron dejar de procesar el aire y pensó que moriría, pero dentro de él pudo sentir a su cerebro al tanto de todo, como si estuviera tomando nota de cada detalle y le enviara sus propias conclusiones a la velocidad de la luz.


Sus manos sudaban y picaban, sus ojos ardían por no pestañear y su cerebro seguía enviándole post-it fluorescentes donde estaba escrito con letra apresurada y desordenada.


"Está cerca."


"Muy cerca."


"Su respiración."


"Su respiración te está golpeando el rostro."


"Labios..."


ChanYeol por fin se dignó a parpadear, viéndolo todo con claridad desde abajo.


Si, estaba muy cerca y la respiración del contrario chocaba con su barbilla.


¿Labios...? Unos labios carnosos y ligeramente rosados, permanecían secos y notaba unas partes más oscuras que otras, así que dedujo que acostumbraba a mordérselos con continuidad.


Escaneo con mayor detalle al contrario. Sus ojos cerrados y su rostro cerca del suyo, bajando con una lentitud sumamente exagerada ante sus ojos.


Entonces fue él quien se atrevió a acercarse de la forma más tarda que se le fue posible, estando a punto de rosar sus labios secos con los del contrario. Necesitaba mojarlos. Ambas bocas merecían conocerse. ¡Deberían!


Y justo en el momento en el que ChanYeol empezaba a cerrar lentamente sus ojos fue cuando vio como los del contrario se abrían, grandes y resplandecientes.


Dos perlas negras mirándolo desde arriba. Brillaban, brillaban con tanta intensidad que el mismo ChanYeol se vio reflejado en ellas. Sorprendiéndose aún más cuando notó, que aunque los dos parecieron estar en la oscuridad, deslumbraban. Y él no pudo evitar gemir de puro deleite.


Si, lo hizo y cayó en la cuenta a solo unos dos segundos después, en donde la vergüenza recorrió su cuerpo. Y cuando la vergüenza los apodera, la estupidez y la mala sincronización hacen juego para arruinarlo todo.


Pensó que fue por eso, o así lo creyó, porque cuando se levantó dispuesto a correr y encerrarse a donde cayera su larguirucho cuerpo, cometió el primer error de todos.


Lo golpeó, lo sabe porque el dolor también lo sintió él. Y solo le llevó sentarse en la cama para girar su cuerpo y ver como BaekHyun se apoyaba en el cabecero y echaba la cabeza ligeramente hacia atrás con una mano cubriéndole la nariz y los labios.


Un poco asustado por haberle hecho algún mayor daño, ChanYeol se encaramó hasta el castaño para acercársele lo que más pudo, encontrándose con los ojos cerrados y apretados de su compañero.


Tomó con delicadeza la mano que le cubría el rostro, quitándola con lentitud para luego tomar con sus propias manos el rostro de BaekHyun, afirmándolo por la quijada con sus largos dedos aunque siendo bastante delicado en sus acciones.


El más bajo abrió los ojos con morosidad y luego los agrandó con asombro, aunque ChanYeol no le tomó demasiada atención y aún seguía inspeccionando su rostro para ver algún daño. Cuando no vio ninguna herida visible, miró hacia los ojos del castaño, sintiéndose estremecer otra vez.


Aquellas perlas relucientes lo miraban de manera inquieta y se dio cuenta que se parecían a un lago oscuro, un lago que era presencia de la noche y de cómo la luna se montaba sobre él, dejando ese circulillo brillante y centelleante.


Volvió a bajar la mirada hacia sus labios, otra mala idea. Aunque fue en ese momento en que vio en el rostro del contrario correr con ligereza la primera lagrima, alarmándolo.


—¿Qué pasa? ¿Dónde te golpee? —ChanYeol estaba asustado y alterado, se le notaba en su expresión y en lo rápido que se transmitieron sus palabras.


—La nariz —susurró el otro para luego restregarse la palma contra la punta de esta misma, buscando alivio al aparente dolor.


Mientras hacía eso sus ojos se mantenían apretados y luego uno se abrió, parecía divertido y carismático, especialmente por esa sonrisa que se asomaba por sus labios que luego de unos segundos se convirtió en una risa que hizo ofender al más alto.


—¡Hey! ¿De qué te ríes? —BaekHyun carcajeó aún más y soltó su nariz para apoyar la palma abierta sobre la frente del chico que estaba sobre él.


—Te deje la frente roja —murmuró en el momento en que pudo aguantar la risa.


ChanYeol bufó y miró hacia otro lado pero no pudo evitar sonreír al ver como al más bajo le costaba respirar por lo atrapada que están las carcajadas en su garganta.


—Hey, ChanYeol. —Él le prestó atención, viendo como de nuevo se sobaba la nariz—. Han apagado las luces del pasillo, lo que significa que ya paso el toque de queda.


Se volteó un poco para darse cuenta que efectivamente por debajo de la puerta principal no se asomaba ninguna luz artificial como horas antes.


Suspiró y se levantó de la cama para apagar la primera luz que estaba en la entrada, a un costado de la puerta, y luego se dirigió hacia el armario para buscar su pijama.


—¿Tú hiciste las camas? —preguntó dándose vuelta para ver a BaekHyun levantando las sabanas para meterse debajo.


—¿Ah...? ¡Oh...! sí —contestó con torpeza a la vez que se acomodaba y se tapaba hasta los hombros.


Se apresuró en tomar su pijama y dejarlo sobre la cama para luego sentarse sobre el colchón, dándole la espalda a BaekHyun, sintiéndose ligeramente avergonzado porque se tendría que desvestir.


Se apresuró a sacarse el polerón que había llevado por todo el día para luego pasar a sacarse la camiseta, la cual terminó tirada en el suelo gracias a su nerviosismo.


—ChanYeol. —El susodicho se sorprendió un poco al pensar que aquello había sido un ronroneo.


Volteó solo la cabeza para mirar a BaekHyun, el cual desvió su mirada hacia él para continuar con su diálogo.


El castaño se puso nervioso apenas sus ojos se encontraron—. ¡Ah! N-no es nada... y-yo...


—¿Me dirás o no? —Baekhyun apretó los labios y negó con la cabeza, haciéndolo suspirar mientras se daba vuelta y se pasaba la camiseta del pijama por la cabeza.


Cuando fue el momento de bajar sus pantalones entró levemente en pánico, dándose cuenta que se tendría que levantar para bajar la ceñida prenda.


ChanYeol maldijo aquellos pantalones negros mientras se paraba y desabotonaba el único botón. Le gustaban pero ahora los aborrecía, no había sido hasta ese momento en que se dio cuenta que todos sus pantalones eran de ese estilo ajustado. No le apretaban de forma excesiva pero estaba seguro de que aquella prenda jamás caería por su propio peso, obligándose a mover las caderas para bajarlos hasta las rodillas y luego sentándose en la cama, terminó de tirar de ellos para sacarlos por completo.


Se puso el pantalón de pijama de un tirón, dejó toda su ropa en el suelo y se pasó la mano por el pelo despeinándolo mientras se levantaba para apagar la segunda luz. Quedó totalmente a oscuras y maldijo a BaekHyun en su cabeza por no haber encendido la lámpara que estaba sobre la mesilla de noche. No fue sino hasta que pudo acostumbrar un poco los ojos a la oscuridad que logró distinguir la cama del mayor, rodeó está evitando hacer cualquier tipo de ruido y para cuando llegó a la cabecera se encontró con la menuda espalda de su compañero.


Lo hizo lento y cuidadoso. Las mantas se alzaron y ya para cuando calculó que el castaño sentiría el frió en su espalda se metió de un salto dentro de la cama, afirmando a BaekHyun por la cintura cuando este dio un respingo y pareció estar colgando del borde de la cama por el brinco.


ChanYeol lo apegó a él con la mayor inocencia, sin ninguna otra intención más que sujetarlo para que no cayera.


Principalmente se había acercado a él para causarle un susto y estaba satisfecho al ver que lo había logrado.


Con mucha dificultad por la escasez de espacio sobre el colchón, BaekHyun se las arregló para darse vuelta y quedar frente a su pecho, en donde dio una cantidad de golpes suaves con sus manos hecha puños.


Y él, sintiéndose sumamente astuto, empezó a quejarse con gemidos lastimeros.


—Detente, me duele. —Aún con el susurro pronunciado con dificultad, el castaño no se detuvo.


—No caeré, tengo un hermano mayor y me se estos trucos. —ChanYeol se sorprendió un poco cuando pudo distinguir que el más bajo le sacaba la lengua con burla.


Él solo tendió a reírse con suavidad mientras se introducía más debajo de las mantas al notar que no había una expulsión inmediata.


—Deberías acostarte en tu cama, mañana tenemos clases.


—¿Hay algún problema con que este aquí? Puedes dormir de igual manera, ¿no? —ChanYeol terminó por cubrirse con las sabanas hasta los hombros, al igual que BaekHyun.


—No, no puedo. —Vio como el castaño hacia un puchero—. Eres grande ChanYeol, me quitas espacio.


El susodicho se tomó un tiempo para pensar en los hechos. BaekHyun parecía otra persona, alguien divertido, que mostraba sus emociones mediante gestos casi inconscientes.


—¿Estas cómodo conmigo? —Su pregunta sonó más seria de lo que esperaba pero el mayor no pareció tomarle el verdadero peso a su interrogación.


—¡Te digo que no! me dejaras fuera de...


—No me refiero a exactamente ahora —corrigió, logrando que el ambiente cambiara.


—Yo... yo estoy realmente agradecido —murmuró BaekHyun entre la oscuridad—. Ha pasado un tiempo desde que alguien me trataba bien.


—Tú... antes... ¿eras así? —El más bajo frunció el ceño.


—¿Así? ¿A qué te refieres?


—De la manera en la que actúas conmigo, ¿tú realmente eres así? —BaekHyun rió suavemente, haciendo relajar a ChanYeol, el cual pensaba que estaba tocando terreno delicado.


—Generalmente me caracterizan por ser consentido, también burlesco, divertido, cariñoso, y bueno, no lo sé en realidad... pero también puedo ser cruel a veces, e incluso yo mismo admito que tengo un carácter fuerte, siempre supe las palabras exactas para una confrontación, es solo que... esta guerra está siendo demasiado extensa para mi... —susurró el castaño en medio de la penumbra—. Siempre donde iba podía encontrar a alguien que estaba descontento conmigo, y cuando llegué aquí no fue sino hasta los años después, cuando salió ese rumor sobre mí y yo... solo me mantuve ahí, sabía que no podrían conmigo, que era lo suficiente fuerte pero fueron demasiada las veces que me sentía solo, este es el primer año en que mi mejor amigo no lo pasa conmigo ya que estaba estudiando de intercambio.


—Estabas solo —musitó ChanYeol, sintiéndose mal por el chico.


—Lo estaba y cometí el error de asustarme, deje que me atacaran porque había desistido. Había decidido que ya había soportado bastante. —Mantuvo sus ojos cerrados, dejando que el susurro del más bajo le acariciara los oídos—. Luego deje de gritar en defensa propia y simplemente esquivé los golpes, pero al cabo de un tiempo me di cuenta que todos esos sentimientos que no estaba gritando me los estaba guardando y me volví a encontrar atrapado entre mis propios miedos. Ha pasado más de un mes y tengo miedo por saber cuánto más va a continuar. Yo...


Esta vez abrió los ojos asustado al sentir la temblorosa voz del contrario y entre medio de la oscuridad buscó sus ojos, encontrándolos aguados y melancólicos pero que no lo miraban a él. No tardó demasiado en abrazarlo y envolverlo en un amigable calor para que se dé cuenta de que no estaba solo.


—ChanYeol... ahora tengo heridas un tanto profundas. Quizás simplemente estoy exagerando mis problemas, pero duele como la mierda —susurró con voz temblorosa contra su pecho—. Quiero romperles la cara, ¿sabes? —ChanYeol rió con suavidad y BaekHyun acompaño la melodía con la suya, siendo un tanto tristona—. Sé que si mi amigo hubiera pasado este año conmigo esto no hubiera pasado, pero tampoco lo culpo, ni siquiera sé a quién debo culpar porque yo... yo creo que no tengo la culpa, lo he pensado muchas veces y tengo claro que yo no fui el que hizo mal.


ChanYeol cerró los ojos y suspiró, apegando su nariz al cabello del más bajo para obtener su aroma que parecía embriagarlo.


—BaekHyun... —susurró aún sin moverse de su posición—. Puedes contar conmigo como un amigo, ¿te parece? —Se tomó un tiempo para continuar—. Debes sentirte perdido y por eso estas tan aterrado. A mí me gustaría conocer el chico que realmente eres, el chico que está debajo de esa mascara tímida y triste.


El silencio que se formó pareció ser demasiado extenso para ambos, pero ChanYeol no pensó demasiado en ello porque, seguido de decir sus palabras, BaekHyun había pasado tímidamente un brazo por su cintura y había acercado más su pequeño cuerpo al suyo. Y por último, pero no menos importante porque el más alto realmente quedo fascinado con tal acción, BaekHyun frotó su cabeza contra su pecho como si fuera un tierno felino que buscaba caricias.


—¿Debería hacerlo? —ChanYeol iba a contestar pero se quedó quieto al notar que el castaño continuaría—. Tengo un poco de miedo, ¿sabes? Sé que quieres conocer mi verdadera forma de actuar pero temo que no te guste del todo, y no lo digo por ser inseguro sino porque me conozco. Suelo alejar a las personas con mi arrogancia y altanería.


—¿No crees que sería mejor que yo decidiera como te cuestiono? —BaekHyun guardó silencio y él suspiro, dispuesto a cambiar de tema—. Hey, ¿qué tal si mejor dormimos un poco? Falta poco para que sean las dos de la mañana.


—¡Yah! Eres un exagerado —exclamó el más bajo mientras giraba su cuerpo para ver el fastidioso reloj que hacía de despertador por las mañanas.


Y en efecto, los minutos pasaron más rápido de lo que ambos quisieron.


—Me voy a mi cama —avisó ChanYeol mientras quitaba las mantas que estaban sobre su cuerpo.


—¿Te vas?


Cuando giró el rostro pudo ver perfectamente a BaekHyun morderse el labio inferior de manera avergonzada por lo anterior mencionado.


—Deja de hacer eso. —ChanYeol frunció el ceño mientras tiraba del mentón del castaño con el pulgar para que soltara su labio inferior—. Lo tienes demasiado mordido.


—Es una costumbre —susurró el mayor casi sin aliento.


—Pues si sigues así quedaras sin labio y luego no podrás besar a nadie nunca más. Yo creo que debes cuidarlos, ¿no?, por lo menos hasta que des el beso de tu boda.


BaekHyun frunció el ceño con semblante divertido y burlesco para luego echarse a reír. Al final termino empujándolo, logrando que casi cayera sentado sobre el suelo alfombrado.


—¡Yah! —alegó mientras se afirmaba de las mantas, terminado por caer de igual manera.


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