Dos días más paso en su habitación, obligada por la señora Miller bajaba al comedor, pero se escabullía de cada reunión o estúpida actividad que tuvieran preparada, aquellos días no vio a Víctor, pero algo le decía que era mejor así, ella no iba a doblar las manos frente a aquellas personas, ella sólo estaba triste, el amor de su vida había muerto y ahora le pedían que viviera su vida como si nada pasará, ella no está loca ni necesitaba ayuda, necesitaba estar sola, sacar su dolor y su rabia, morir para estar junto a ella que tan difícil era eso de entender.
-hoy no te me escapas- escuchó a la señora Miller a sus espaldas mientras ella cerraba la puerta del salón donde eran las reuniones, a su lado estaban los dos enfermeros que la obligaron a entrar y tomar un lugar en el salón.-Muy bien, ahora que estamos todos, comencemos -
Una siempre sonriente señora Miller comenzó a explicar lo que harían en aquella sesión, señalar los efectos y virtudes de los compañeros, según ella la autoestima de uno mismo muchas veces nos impide ver nuestras virtudes y nos negamos a aceptar nuestros defectos, uno a uno se iban levantando mientras los demás le hablaban sobre las cosas buenas y malas, que si era muy risueña, muy sociable, en ocasiones cascarrabias, etcétera etcétera, nadie se molestaba, era lo que llamaban una crítica constructiva no destructiva.
Ella no opinó en ningún momento de sus compañeros, después de todo de ella no habría nada que decir, o al menos eso creía.
-callada
-antipática
-cerrada
Sin darse cuenta todos comenzaron a hablar sobre ella , ¿cómo podían? Ni siquiera la conocían, no eran quien para hablar sobre ella.
La señora Miller notó la mirada de desaprobación sobre dichos comentarios.
-si no es así, habla- le dijo, todas las miradas se posaron en ella, pero no dijo nada simplemente se levantó dispuesta a irse, pero la señora Miller, no, todos comenzaron a seguirla.
-si no eres todo lo que acabamos de decir, aclararlo por favor - dijo una chica rubia.
-No- le respondió simplemente, sin detenerse.
-Ademas te niegas a recibir ayuda-
-ni siquiera aceptas que la necesitas - hablaron los otros
-no la necesito -
-negacion- dijo la señora Miller, Danielle se desespero, estaba por subir la escalera cuando los comentarios le llovían encima provocándola hablar.
-¡Ya basta! ¡NO Necesito ayuda! No tengo ningún problema con el alcohol,las drogas ni nada de eso-
-¿entonces?- preguntó un chico
-¡la gente se mete en mi vida! Ese es mi problema -
-¿por qué?- preguntó la señora Miller
-¿acaso nadie ha perdido a un ser amado? ¿nunca han estado tristes? ¡un maldito se estrelló contra el auto de la persona que más amaba en este maldito mundo! ¡y la mato! El infeliz sigue libre, yo simplemente estoy destruida, no puedo seguir sin ella, y todos se atreven a decir que me entienden, que lo supere, ¡pero es imposible! ¡el mundo me arrebató a quien más amaba, a quien le daba sentido a mi vida y todos quieren que siga como si nada y...- se dio cuenta que acababa de hacer lo que hacía días venía evitando, se dio cuenta que lloraba y que los demás la miraban con compasión, asustada se abrió paso entre ellos y salió corriendo al jardín.
Permaneció ahí por varias horas, había recorrido la cerca en su totalidad, era bastante grande el terreno de aquella propiedad, vio a los otros internos en distintas actividades al aire libré pero no le prestaba mucha atención, se tomaban dos segundos en verla pasar y volvían a lo suyo, eso de alguna forma le dio tranquilidad, ya no parecían tener interés en inmiscuirse en sus asuntos.
Entonces llegó al punto donde había un pequeño lago, no sabía que aquella clínica o sea lo que fuese contara con él, había un pequeño muelle y nueve lanchas de remos, se acercó a la orilla, había algunos patos que no se inmutaron con su presencia, el suve movimiento del agua le daba paz, una paz que hacia días no sentía, pero se vio interrumpida cuando unos patos se aglomeraban a una orilla del lago, vio entonces a un anciano que desmoronaba pan para las aves.
-es un lugar relajante- dijo el hombre que seguía alimentando a los animales- ven- le dijo a Danielle, aunque ella sin saber porque comenzó a caminar detrás de él, los patos iban siguiéndolo, reclamando la pausa que había hecho el anciano - ¿sabes usar eso?- le preguntó señalando los botes, ella dijo que si- entonces ven, llevame al centro del lago - el hombre subió al bote y ocupó su lugar, Danielle lo obedeció sin protestar y en unos momentos ya estaba en el centro del lago, sintió alivio, había podido remar y sus manos ya le volvían a ser útiles.
Danielle miraba el movimiento del agua, el nadar de los patos, que no reparaban lo más mínimo en ella, era como si supieran que ella no tenia migajas de pan que ofrecerles. Un pedazo grande de pan se puso frente a sus ojos, el anciano se lo daba con una sonrisa, ella lo tomó, no estaba duro como suele darse el pan a las aves, estaba suve y un poco caliente, recién horneado se atrevió a pensar, estaba a punto de partirlo para arrojarlo al agua pero el anciano, la detuvo.
- No es para los patos, es para ti, estas muriendo de hambre - sin esperar un instante comenzó a comer, era como tocar el cielo, hacia días que deseaba comer pero al mismo tiempo deseaba no hacerlo, pero ahora no importaba, sentía ese suve pan en su boca y pasar por su garganta hasta caer a su vacío estómago.
-¿por qué eres tan difícil Danielle?- le dijo aquel hombre.
-Me conoce - afirmó la chica
-Soy el abuelo de Julie- dejó de comer, estaba más que sorprendida, ¿qué hacía ahí? ¿cómo sabía que ella estaba ahí?
-nadie me entiende- dijo desviando la mirada
-¿acaso crees que eres la única que sufre?- le cuestionaba el anciano, aunque ella no respondió - Julie era, amada por muchas personas, ha sido muy duro para todos tener que vivir sin ella, sus padres, sus amigos, su familia -
-nadie la ama igual que yo-
-ohh te equivocas, claro que la amamos, me atrevo a decir que mas que tu...tu no la viste nacer...no la viste aprender a caminar, a correr, no la viste decir sus primeras palabras, como jugaba o balbuceaba......yo vi a mi nieta nacer, crecer, convertirse en una mujer y la vida me la quitó....se lo que sientes porque yo también perdí a la compañera de mi vida.... sufrí, quería morir con ella, sin importar nada ni nadie, mis hijos, mis nietos, nada....pero luego pensé ¿ella quiere eso? ¿ella quiere verme morir? ¿ver Sufrir una vez más a nuestros amigos? ¿ver como me acabo la vida con el alcohol?....y la respuesta fue..no, a ella no le gustaría verme así....-
Danielle permaneció en silencio, analizado las palabras del anciano, ¿a Julie le gustaría verla así? Tratando de quitarse la vida, desplazando a todos aquellos que sólo querían ayudar, odiando cada mañana que despertaba con vida...No, a ella no le gustaría eso tampoco.
-No es tan simple - dijo la morena
-¡claro que no! Y por eso estas aquí, para que vuelvas a ser esa jovencita tan adorable, Alegre y llena de vitalidad de quien se enamoró mi nieta-
***
-Asi que y tienes planes para los martes?- le preguntaba una ancina a Amy que se entretenía haciendo las bolas de estambre.
-Asi es, iré a ayudar a otras personas -
-Eres una muchacha muy buena, pero debes de tener tiempo para ti, para tu novio -
-ohh...no no tengo novio -
-una joven tan linda sin novio es casi un crimen, y si no te das el tiempo menos conseguirás uno-
-Gracias, pero digamos que no buscó un novio precisamente - le dijo guiñándole un ojo.
-ohh ya entiendo, bueno pues chico o chica, nunca la encontrarás si vives encerrada con nosotros, esta bien que ayudes, pero no dejes de vivir tu vida por ayudarnos a los viejos y enfermos-
- lo tendré en cuenta -
***
Después de la conversación con el abuelo de Julie, Danielle había decidido ser un poco más flexible, había regresado a la casa, los internos estaban en la pequeña sala que ya conocía, la merienda estaría por servirse, vio a Emily jugar en la recepción, se había hecho unas alas de mariposa con cartón y jugaba con ellas como si pudiese volar.
-Muy bien, ahora la siguiente actividad, describir el momento más feliz y dichoso que recuerden, que les gustaría volver a vivir, y que por desgracia perdieron al tomar malas desiciones- la señora Miller pasaba una hoja de papel a cada uno de los internos, se acercó lentamente a Danielle ofreciéndole el papel, ella lo observó un momento, una parte de ella le decía que no cediera, ella no estaba enferma no debían tratarla como tal, como si necesita ayuda, lo único que quería era que la dejaran en paz, que dejarán de meterse en su vida, pero otra parte de ella, muy pequeña, le pedí que aceptara, que recibiera esa ayuda, que nose dejará caer.
Un poco forzada tomó la hoja y se quedó pensando en que momento deseaba revivir, que momento se vio arruinado por culpa de su intento de suicidio. No lo sabía, pero si recordó un momento feliz, aquel momento cuando conoció por primera vez a Julie.
***
Una joven Danielle vestida con su uniforme de la secundaria tocaba ausentemente las piezas del piano, tenía una estúpida presentación en la feria de la escuela y el profesor de música la hacia practicar a todas horas, un ruido la distrajo, unos libros estaban hora en el suelo, eran del estante que estaba junto a la puerta, vio entonces a una chica escondida detrás del mueble.
-¿qué haces ahí?- dijo sin moverse, aunque en un principio no recibió respuesta - ya se que estas ahi- le dijo a la chica que seguía tratando de ocultarse.
-Lo siento, es que.... quería escuchar -
-¿desde cuándo estás ahí?- le decía esperando que saliera un poco más para verla.
-Hace poco pero....vengo todos los días.....- Julie había escuchado como tocaban el piano, no sabía mucho de música pero sonaba muy bello. Así que siempre iba a la misma hora y escuchaba detrás del mueble.
Desde ese momento se hicieron muy unidas, Danielle tocaba varias melodías para Julie, mientras iban creciendo las cosas no cambiaron, había así fuese una pieza en el flautín Julie la disfrutaba al máximo.
Todos los días después de la escuela Julie acompañaba a Danielle a casa, había un enorme salón donde guardaban sus instrumentos, el piano, la guitarra, la batería, cada día tocaba algo diferente para ella, unos años después había comenzado a enseñarle algunas notas en el piano.
-Era Do mayor - le decía Danielle
-¿ah si?- decía riendo y repitiendo la nota- no soy buena para esto-
-llevas un mes trabajando la misma canción -
-es una canción difícil -
-claro, si consideras que no es una canción sólo son 10 notas-
Ambas rompieron a reír, era una de las cosas que a Julie le gustaban de Danielle, su buen sentido del humor, su risa, era como si el mundo entero dejara de girar a su alrededor, y con la morena pasaba igual esa chica tan frágil y dulce, le traía mucha felicidad, su vida no era del todo mala, pero sus padres siempre estaban ocupados, su hermano, metido en sus libros, casi no la tomaba en cuenta, y ahora llegaba esa chica a cambiarle por completo la vida...
***
Se dio cuenta que había escrito casi a la mitad de la hoja, pero se había detenido cuando su escritura fue interrumpida por una lágrima, otra vez estaba llorando, aquello no precia funcionar, enojada rompió la hoja en varios pedazos, todos la miraron cuestionándola, un vez más se levantó enfurecida consigo misma y fue hasta su habitación donde término por llorar a rienda suelta.
Era muy doloroso y más difícil aún aceptar que ella ya no estaba, que tenía que dejarla ir y seguir con su vida, trataba de secar sus lágrimas pero volvían a salir, simplemente era imposible.
-por favor....- decía a la oscuridad de su habitación - me duele....ya no...ya no quiero esto....si no....puedo estar contigo.....al menos....ayudame...ayudame a dejarte ir...-