Al día siguiente se levantó con un humor de los mil demonios, no tomó nada en el desayuno y paso la mañana completa en su lugar del balcón, escuchó un barullo en la recepción pero poco le llamó la atención.
-Es un gusto recibirlos, sus muchachos siempre traen un toque de diversidad a los pacientes y eso hace más llevadera su estancia - le decía la señora Miller a un hombre de unos 35 años, que organizaba todo tipo de actividades de ayuda a la comunidad, visitando escuelas, orfanatos, asilos y hospitales, leyendo cuentos, haciendo actividades al aire libre para llevar un poco de alegría a otros, reparaban o pintaban los juegos de los parques, ayudaban a los ancianos con sus jardines y miles de pequeñas acciones, junto a un grupo de jóvenes dispuestos a ayudar, ahora visitaban a aquella "casa de retiro" como preferían llamarla, ya sus alumnos se habían distribuido entre los internos, unos jugaban ajedrez,otros habían salido a remar al lago y así.
Amy estaba conversando con Jorge que había decidido contarle su historia, siempre era bueno desahogarse con alguien desconocido, que no juzgaría ni mucho menos.
-y así terminé por venir aquí, me han ayudado mucho-
-y cuando sales?-
-es un paso muy difícil - le habló el hombre con miedo e inseguridad en sus ojos - aquí tienes apoyo, alejan de ti los vicios y lo que te hace daño, pero allá fuera, uno está solo...-
-pareces alguien fuerte, podrás hacerlo- vio al hombre sonreír y reparó en las tarjetas de jugadores de béisbol que tenía frente a él en la mesa- ¿te gusta el béisbol? -
-ohh si, tengo muchas tarjetas, estas son sólo algunas que me envió mi hermano- muy alegre comenzó a mostrárselas y más feliz se volvió cundo Amy se involucraba en el tema del juego, normalmente nadie de ahí entendía de béisbol mas que él, por lo que su pasatiempo lo realizaba en soledad y muy de vez en cuando - tengo más tarjetas, están en una caja, quiero uno de esos libros para guardarlas pero sólo he encontrado algunos para sellos postales-
La amena plática continuaba, Amy entonces reparó en la joven del balcón, su cabello ondulado se movía con el viento, negro como el ébano, sus ojos azules iguales a dos zafiros, pero lucían tristes, ningún estudiante se había acercado a ella, pensó en hacerlo pero no deseaba dejar a Jorge y su entusiasmo así que lo haría otro día.
La semana siguiente no vio a la azabache en el balcón, por lo que se unió a otra joven, Alexia, de cabello de una tonalidad rojiza, se dedicaba a mirar una serie de televisión, Amy la había visto un par de veces era una novela romántica, Alexia habló con ella pero era más la atención que ponía a la pantalla. -¿no es maravilloso?- le preguntaba
-¿quién?-
-¿no es obvio? - la chica le señaló al actor en la televisión, ella lo conocía, aunque no era para tanto, en fin se puso a platicar con la chica sobre el actor, sus películas y demás trabajos que según ella eran dignos de un premio - Escribió un libro ¿sabias?-
-ahh no no sabia-
-pero no he podido conseguirlo sabes, esta agotado- Amy iba cada semana a aquella clínica, cada día hablaba con una persona diferente, todos tenían su propia historia, su historia de desgracia pero también de lucha, muchos habían ido y venido, pero lo positivo era que todos se apoyaban, todos aceptaban la ayuda.
En aquel tiempo se dio cuenta que nadie hablaba con la chica de la ventana, los internos le hablaron un poco de ella, depresión e intento de suicidio, la castaña no era una experta pero a kilómetros se notaba la soledad de aquella chica, así que se impuso como misión ayudarla, después de todo para eso estaba ahí ¿no? Caminó hasta donde estaba, muchos trataron de evitar que lo hiciera diciéndole que era inútil, que sólo recibiría desplantes o sería ignorada totalmente, aún así ella se armó de valor y llegó a su lado donde tomó la silla junto a Danielle. -Hola- le dijo sonriendo, pero la morena sólo la miró sin expresión, y regresó su vista al bosque - me llamo Amy- le tendió una mano pero Danielle no se molestó ni siquiera en mirarla, la chica suspiro, sabía que había ocasiones en las que los pacientes no se abrían tan fácilmente, así que la paciencia era la clave.
Vio entonces una pila de libros en una mesa próxima donde ellas estaban, fue hacia allá y tomó uno al azar, era sobre los tipos de mariposas- oh mira son hermosas ¿verdad?- a pesar de que la morena la seguía ignorando ella siguió como si de verdad sostuvieran una conversación.- wow mira eso, esta especie es resistente al frío, puede resistir un invierno entero, oh y estas tienen unas alas muy especiales, que cambian de color con las estaciones, estás las vi en un museo, sus alas son blancas, casi transparentes....- Ella siguió hablando entusiasmada, luego de repasar el libro tomó otro sobre unos perros, y de a poco comenzó a platicar sobre todos los perros y gatos que había tenido en su vida, como los había rescatado de las calles, sus travesuras, cuando uno de ellos se enfermó, en fin permaneció ahí bastante tiempo , Danielle tenía una cara de fastido única, ¿qué acaso esa niña no podía cerrar la boca?
Aunque no pasó más tiempo cuando la llamaron para irse, fue ahí cuando pudo respirar un poco, pero sorpresa fue mayúscula cuando al día siguiente fue nuevamente a la casa, y de la misma forma se sentó junto a ella y comenzó a hablar de miles de cosas. -tus compañeros me agradan, sabías que Jorge tiene miles de tarjetas de béisbol? Aunque no tiene un libro par acomodarlas, a Alexia le fascina un actor y busca desesperadamente un libro que escribió, a Carly le gusta pintar, a Brandon le gustan los perros pero dice que su casa es muy pequeña y no podría tener uno....-
Después de un rato nuevamente se fue, pero al día siguiente otra vez estaba ahí, y al siguiente y al siguiente, ya no solamente los martes como solían ir los otros estudiantes,Danielle se sentaba en el balcón únicamente a esperar a que llegara, y se pusiera a hablar de cualquier cosa, los perros, las flores, un libro, cualquier cosa era tema de conversación, luego de unos días Danielle se preguntaba ¿por qué nunca la mandó callar? ¿por qué jamás le dijo que se detuviera? Simplemente se sentaba ahí a mirar el atardecer mientras ella hablaba. Luego de que se iba ella se ponía de pie y se dirigía al comedor, tomaba su cena en total silencio y soledad, para después irse a dormir y eso era todo, al día siguiente era exactamente lo mismo, bajó a desayunar para encontrarse nuevamente con aquel chico , Víctor, él la miró desde la recepción y la saludó con un movimiento de su mano, ella sólo intento sonreír y fue de nuevo a su sitio en el balcón .
-sigues sin convivir- le dijo el chico ocupando el citio de Amy
-No es algo que se me de fácil-
-con ella si- le señaló a Emily jugando en el jardín tartando de atrapar a una mariposa, Danielle sólo le sonrió, es niña era especial ¿como iba a rechazarla?
-¿cómo superaste todo esto?- le preguntó a Víctor
-comence a aceptar la ayuda que me brindaban, era complicado pero...un paso a la vez, es más que suficiente, tu ya lo diste, has dicho tus problemas a los demás- Vio como la chica se incomodaba, no era algo de lo que estuviera orgullosa - esta bien, admitir los problemas de uno no siempre es agradable, pero así nos ayudamos nosotros mismos-
-¿cómo?-
-cuando dices que tienes sed, otro puede ofrecerte un vaso de agua, pero no siempre nos gusta admitir nuestra debilidad...sentirnos vulnerables, pero poco a poco, podemos salir adelante-
-¿cuanto tiempo estuviste aquí?-
-Diez meses-
-es muy poco tiempo -
-no todos somos iguales, a veces necesitamos un empujón para saber qué estamos mal y esforzarnos al máximo para salir de aquí-
-¿cual fue tu golpe de realidad?-
-hice algo....lastime a muchas personas y me dije a mi mismo que no podía seguir acabando con mi vida y con la de otras personas-
Siguieron hablando unos momentos, Danielle comenzaba a convencerse de lo que escuchaba, pensando serenamente las cosas, jamás pensó en el sufrimiento que le causaba a su familia, trato de imaginar como se sintió su familia al encontrarla casi muerta en la bañera, cuando recibieron a llamada de que se había cortado las venas, ¿se sintieron igual que cuando su padre le avisó del accidente de Julie? ¿igual que cuando la vió tendida en aquella cama de hospital?
-Bien, yo me voy, al parecer tienen compañía - Danielle vio a los estudiantes que llegaban cada semana, entre ellos supuso que también llegaría Amy, Víctor se despidió y ella tomó su lugar esperando a la chica, tal vez Víc tenía razón, podía comenzar a abrirse de a poco con Amy, así que aquel día comenzaría al menos por saludarle.
Los estudiantes comenzaron a llegar, saludaban a los internos, algunos se habían vuelto muy amigos, pero la chica castaña jamás apareció, eso le resultó extraño a Danielle, ausentememte se acerco a la sala repasando con la mirada los rostros de los chicos, pero no encontró a Amy.
-Pasa algo Danielle - le preguntó la señora Miller
-¿dónde esta Amy?- dijo simplemente, en un tono que extrañó a muchos, era suave, no había enojo ni fastidio como era costumbre.
-¿quién?- preguntaba todavía incrédula la señora, la morena parecía no notar que había bajado su actitud defensiva.
-Amy, la castaña que se sienta conmigo - decía revisando la sala.
-Esta enferma- se volvió con el profesor encargado de los jóvenes, él habia notado la falta de convivencia de Danielle, hasta el modo en que ignoraba a Amy, y de buenas a primeras ahora preguntaba por ella- ha venido todos los días y regresa un poco tarde a casa, el invierno esta próximo y el frío le ha provocado un resfriado, la mandaron cinco días a casa-
-Entiendo...- dijo un tanto ¿triste? - Señora Miller?
-s-si-
-tengo entendido que mis padres mandan dinero para lo que sea que necesite-
-asi es-
-¿puede comprar una caja de chocolates y enviarla a Amy?-
-ammmm...si... supongo que si...-
-gracias - estaba por irse dejando a ambos adultos boquiabiertos - ah si! Que sea chocolate amargo, es el favorito de Amy-
-¿cómo lo sabes?- preguntó curioso el profesor
-Ella me lo dijo- les dio una pequeña sonrisa, casi imperceptible y después se fue.
Después de todo Amy no parecía sentarse a hablar por horas mientras ella aparentemente la ignoraba, había puesto atención a cada palabra que decía. Se dirigía a su balcón pero antes de salir decidió dar otro paso, regresó a la sala y ocupó un lugar donde podía ver la televisión, vio que Alexia miraba con entusiasmo al actor en la pantalla, era el tipo de quien Amy le habia hablado días antes, recordó entonces lo que Amy le había comentado de cada uno de sus compañeros, sin darse cuenta prestó atención al programa donde dijeron un chiste y ella sin evitarlo comenzó a reír, muchos de los presentes la miraron, la chica fría y callada del grupo ahora estaba en medio de la sala riendo, Alexia se aproximó mas a ella y comenzó a hablarle sobre el programa, le explicó la trama y ambas ahora miraban fijamente la tv .
Cuando llamaron al comedor ella acompañada de Alexia tomaron lugar en una mesa casi en el centro del salón, Danielle estaba aún muy nerviosa, la chica le hablaba como si fuesen las mejores amigas, no le hizo preguntas sobre el por qué estaba ahí o por su actitud en un principio y para su sorpresa los demás internos comenzaron a sentarse, la saludaban como si nada, le preguntaban como le iba, que opinaba del clima, la comida o cualquier cosa, las palabras de todos ahora tenían sentido, era algo difícil pero lo único que tenía que hacer ahora era dejarse ayudar.