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Amor Paralelo... por yue_kori

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La conciencia llego a él poco a poco, tan lenta y serenamente justo como el amanecer lo hacía. Esa mañana no hubo sorpresas en su despertar, el tacto suave de la sabana envolviéndole, sentir aquella almohada que simulaba un pedazo de cielo bajo su cabeza; disfruto el frufrú que las cobijas hacían al moverse y por sobre todo se sintió satisfecho y feliz al juntar su frente con el hombro ajeno, sonrió aún sin abrir sus ojos, realmente era una mañana perfecta por lo cual a pesar de ya no tener sueño se negó a separar sus parpado, es más, junto su cuerpo lo más posible con el de su compañero recordando como había terminado la velada anterior...
 
Los invitados a la boda habían disminuido drásticamente llegado el final de esta y lo entendía, muchos debían trabajar ya sea al día siguiente o en unas cuantas horas más, por lo que algunos simplemente se iban discretamente despidiéndose a lo lejos y otras se acercaban a la pareja de recién casados quiénes se encontraban en el centro de la pista de baile disfrutando la suave y lenta melodía que aún sonaba en el salón. Él volteo a ver su rubio amigo quien se encontraba noqueado durmiendo sobre la mesa, al parecer el alcohol había hecho su magia dejándole inconsciente, el novio azabache de este le cuidaba pues casi no había bebido, estaba seguro que en cualquier momento se retirarían del lugar, más bien, Kasamatsu-sempai llevaría a rastras a su rubio novio a casa para descansar; volteo a ver su pareja quien para su sorpresa lo miraba a él. 
 
- ¿Nos vamos Tetsuya? 
 
Pregunto su novio, su querido novio. 
 
-Si. -contesto mientras se ponía de pie, tomo la mano de su pareja y comenzó a guiarlo. - 
 
-¿Tetsuya? -jalo débilmente la mano de su pareja puesto que contrario a lo que esperaba se dirigían a la pista de baile y no a la salida. - 
 
-Vamos a despedirnos. -contesto la pregunta no hecha por su pareja, mientras caminaba en dirección a los novios - 
 
Se acercaron tranquilamente a la pareja que se movía al compás de una suave melodía, todo mientras se encontraban en su propio mundo. 
 
-Chicos. -toco el hombro de su amigo peli azul. - 
 
-¡Ahh! Tetsu... 
 
La pareja salto en su lugar asustados, hacía tiempo que no pasaban por eso. 
 
-Kuroko ¡¿cuántas veces te hemos dicho que no hagas eso?! -reclamo mientras se recuperaba del susto. -Nos mataras de un infarto. 
 
- ¿Ya se van? -pregunto el moren mientras veía a la pareja recién formada, pero más que nada mientras dirigía su mirada a aquellos orbes celestes. - 
 
-Si, es tarde y mañana debemos recoger a Nigou temprano en la pensión. 
 
Akashi, quien se encontraba un par de pasos alejado de aquel trío de amigos, miraba distraído a otro lado mientras su novio se despedía de los novios, él realmente quería llegar a su casa para acurrucarse entre los brazos del celeste, bien, no mentiría quizás podría intentar algo más que solo acurrucarse. 
 
- ¿Cuándo será su luna de miel? -pregunto emocionado pues en realidad no habían tocado ese tema hasta ahora. - 
 
-Bueno... -rasco su nuca en señal de incomodidad. - 
 
-La verdad Kuroko es que no tendremos luna de miel. -finalizo el tigre. - 
 
- ¿Qué? ¿Por qué? -preguntó sorprendido, realmente pensó que a la primera oportunidad irían y se perderían en alguna isla paradisiaca. - 
 
-Pues en realidad no tenemos mucho tiempo libre, además con los gastos de la boda no se si podríamos tener una luna de miel adecuada. -el moreno miro la cara decepcionada de su amigo así que rápidamente agrego. -Pero eso no quiere decir que nunca iremos de luna de miel, es solo que no será por ahora, ¿sí? 
 
No sabía por qué, sin embargo, el saber que sus amigos no podrían tener una luna de miel lo decepcionaba, sabía que aquello no era algo que estuviese en su control, no era algo que pudiera arreglar o en lo que pudiera ser de mucha ayuda y es realmente lo hacía sentir inútil, esa sensación no era agradable, aquel sentimiento le hacía recordar eventos nada agradables de su adolescencia ... 
 
-Creo que puedo ayudar. 
 
El escuchar la voz de su novio lo saco de su burbuja de pensamientos que a cada momento se volvía más y más negativa. 
 
-Sei, ¿a qué te refieres? -pregunto confundido. - 
 
-se acercó a los recién casados mientras tomaba la mano de su pareja, no había podido evitar escuchar la conversación ni ver como poco a poco aquellos orbes celestes perdían su hermoso brillo. -En realidad yo no le traje ningún regalo por su boda. 
 
Todos lo miraron desconcertados, ¿a qué iba esa declaración? No era una obligación el llevar regalos, si era lo normal, más no una obligación, sobre todo de alguien que acabas de conocer. 
 
-Primero porque no hace mucho los conozco y en segundo lugar porque no sabía que podría ser un regalo aceptable, además de que Tetsuya no compartió conmigo la información de la mesa de regalos. -para este punto se encontraba junto a Tetsuya rodeando su cintura con uno de sus brazos. -Así que permítanme regalarles su viaje de luna de miel. 
 
Bien, en realidad aquello no estaba en sus planes y por más que le costará admitirlo no se le habría ocurrido de nunca. Si bien era cierto que le sobraba dinero, él no era del tipo de persona que regalaba cosas o viajes porque sí, mucho menos a las personas que no conocía, pero al ver la cara de decepción de su pareja al enterarse que sus amigos no tendrían luna de miel le rompió el corazón y le hizo actuar por impulso, algo no muy propio de él, además, si lograba de esa manera ganarse la confianza de los amigos sobreprotectores de su pareja, podía verlo como una inversión. 
 
-No, espera ¿qué? -sabía que sonaba como un tonto, pero simplemente no podía procesar aquello que el novio de Kuroko acababa de decir. - 
 
- ¡¿Ah?! -el moren estaba desconcertado, algo en él le decía que ahí había algo oculto, pero no supo identificar qué. - 
 
-¿Sei? -giro su rostro para poder ver a su pareja, aquello no lo esperaba. - 
 
-Si, permítanme cubrir los gastos de su viaje de luna de miel, hospedaje y entretenimiento no se preocupen, no importa el destino que elijan se hospedarán en alguno de los hoteles de nuestra cadena, así que no habrá problemas. 
 
- ¿Destino? -parecía que el tigre al fin reaccionaba- 
 
-Si. -tomo su teléfono celular comenzó a realizar algunos movimientos en él. -Les he reservad boletos de avión estos podrán ser usados en la fecha que deseen mientras sea antes de terminar el año y podrán escoger el destino que quieran, una vez lo haya elegido se les enviara información sobre el hospedaje. 
 
- ¿¡Pero qué!? -movió la cabeza negando, un poco confundido con la situación. - 
 
-Espera Sei, te lo agradezco, pero no puedes hacer esto. -le dijo mientras lo veía a los ojos. - 
 
-Si, no podemos aceptarlo, esto simplemente es demasiado. -negó el tigre. - 
 
-No es demasiado. -ciertamente no lo era para él, tomo la mano de su novio para que este volteará a verlo – Y si puedo hacerlo, es más, ya lo hice. -aun mirando a su pareja le dio su celular el cual mostraba en la pantalla un correo electrónico enviado con las instrucciones para la compra de boletos de avión. -Además no creo que sea demasiado para las personas que te han cuidado tan bien durante todo este tiempo. -finalizo dándole un beso en la mejilla a su querido novio. - 
 
La pareja recién casada aún mostraba asombro e incredulidad, realmente no esperaban aquello, el celeste veía entre sorprendido y divertido a su novio, no podía creer lo que acababa de pasar. 
 
-La información de los boletos llegará a su correo electrónico así que, si nos disculpan nos retiraremos, como dijo Tetsuya mañana debemos madrugar. -tomo la mano de su pareja y lo guío hacia la salida. - 
 
Ya en el auto del pelirrojo justo cuando estaban en camino al apartamento de este fue que reacciono. 
 
- ¿Por qué hiciste eso Sei? -pregunto con un tono de voz neutro - No debiste. 
 
- ¿Por qué no? -devolvió la pregunta. -Habría sido más fácil si solo me hubieses dicho en cuál era su mesa de regalos. 
 
- ¿Para qué? ¿Para comprar lo más costoso? -se cruzó de brazos, en realidad no sabía que sentir ante esa situación, estaba feliz y molesto a partes iguales. - 
 
-Mmmm –no podía negar que probablemente eso hubiese hecho. -Tal vez, pero me parece que esta opción es mejor. 
 
-Si, pero ¿por qué lo hiciste? -inquirió nuevamente. - 
 
-Ellos son importantes para ti. -fue su simple y llana respuesta. -No quería verte triste por ellos. 
 
Aquello lo dejo desarmado, se sentía feliz. 
 
-Gracias. -por fin descruzo sus brazos y puso una de sus manos sobre la mano de Sei que se encontraba en la palanca de velocidades. -De verdad muchas gracias, ellos merecen un descanso yo me encargare que acepten tu regalo. 
 
Sabía que no sería fácil y estaba seguro que sus amigos intentarían rechazar el viaje, pero él no dejaría que eso pasara. 
 
Negó con su cabeza aún pegada en la espalda del contrario mientras reía, sin embargo, sentir el cuerpo de su novio removiéndose, girando para quedar frente a él le hizo salir de su burbuja y volver al presente. 
 
-Buenos días amor. -saludo aún con los ojos cerrados, temiendo que al abrirlos se diera cuenta que todo había sido un sueño y que el celeste entre sus brazos se esfumara. - ¿Qué tienes? -poso una de sus manos sobre el cabello del celeste acariciándolo un poco. - 
 
-escondió aún más su rostro en el pecho del contrario fingiendo que aquel saludo no lo había afectado y había hecho latir su corazón como loco. -Nada, solo me acordaba de anoche. 
 
- ¿Anoche? -arqueo una de sus cejas pícaramente. - ¿Qué parte de anoche exactamente? -mientras decía eso tomo impulso tomando las manos del celeste quedando sobre él. - 
 
- ¡Ah! -aquella acción lo tomo por sorpresa. -Yo... -perdió el hilo de su pensamiento mirando fijamente la sonrisa ladina de su novio. -Esta. -declaro valientemente mientras estiraba su cuello besando los labios ajenos. - 
 
El viaje al apartamento del pelirrojo había sido tranquilo y en silencios, al llegar fueron recibidos por un Sebastián feliz y emocionado saltando en busca de mimos, ambos dedicaron un poco de tiempo a aquel maravilloso perro quien momentos después regreso a su cama que se encontraba en la sala. 
 
-Vamos a dormir. -sentencio el pelirrojo mientras se deshacía de su cortaba. - 
 
-Si, hay que descansar. -secundo mientras se quitaba el saco y corbata, había sido un día agotador. - ¿Usare la misma habitación que la vez anterior? -ladeo su cabeza intentando recordad en donde estaba esa habitación, sin embargo, su pensamiento fue interrumpido por una risa. - 
 
- ¿Pero qué dices Tetsuya? -dejo su saco descuidadamente en el sillón junto con su corbata. - Tú dormirás conmigo en mi... -negó levemente. -nuestra habitación. 
 
- ¿Nuestra? -había quedado a medio camino de deshacer el nudo de su corbata. - 
 
-se acercó lentamente con la elegancia que tiene los felinos, tomo la corbata de su novio y jalo suavemente deshaciéndola. -Si, nuestra habitación Tetsuya. -beso aquellas manos pequeñas y delicadas. -Tuya y mía. 
 
Sin soltar una de las manos contraria condujo al celeste por las escales para subir a la segunda planta del departamento, ahí junto al estudio se encontraba su habitación. Kuroko observo todo en silencio, los colores vino y chocolate predominaban en aquella habitación, sin embargo, también se destacaban algunos detalles en color negro, la cama era enorme con una cabecera de madera, a los lados de esta se encontraban dos pequeñas cómodas con una lampara cada una, la habitación tenía una gran vista que se admiraba gracias a los ventanales amplios, a un lado del gran ventanal había un sillón y una peque mesa de café en donde se encontraban algunos libros apilados los cuales le hicieron notar un gran librero que ocupaba casi la mitad de la pared de la habitación, en la otra mitad pudo admirar un cuadro que le resulto familiar, había estado revisando libros de arte para poder planear la boda, entre ellos algunos de impresionismo, aquel cuadro le recordaba a una pintura de Monet, si debía adivinar probablemente se tratara de una réplica del cuadro de Nenúfares, fue entonces que noto una puerta cerrada, quizás era el baño pensó, debió haberse quedado mirando aquella puerta más tiempo de lo normal pues escucho la respuesta a su muda pregunta. 
 
-Es el vestidor. -dijo divertido. - 
 
Había observado como al entrar Kuroko de inmediato escaneo la habitación, no le pareció raro, después de todo su novio era muy observador, lo que llamo su atención fue que aquella mirada pasó de la hermosa pintura colgada en su pared a la puerta del vestidor y se mantuvo en ese sitio sin razón aparente. 
 
-salto un poco sobre su lugar. - ¿Eh? 
 
-La puerta a la cual veías, es el vestidor. -lo guío a la puerta antes mencionada abriéndola para mostrar el interior. - 
 
Soltó el aire que no sabía tenía contenido, ahí dentro parecía una de esas pequeñas boutiques de ropa en donde había acompañado a Kise, pudo notar varios percheros repletos de diferentes tipos de prendas, todas separadas por estilo y color, un gran mueble rectangular ocupaba el centro de la habitación, suponía que ahí guardaba accesorios. 
 
-Wow. -pronuncio asombrado. - 
 
-Si quieres mañana te doy un tour por el apartamento. -propuso divertido mientras cerraba la puerta guiando al celeste a la cama. -pero por ahora es momento de descansar. -sentó al celeste en la cama y beso su mano y se arrodillo. -Te ayudo. 
 
- ¿¡Eh!? -al parecer aún se encontraba un poco aturdido pues no pudo reaccionar a tiempo para detener las acciones de su novio. -No Sei, por favor, yo puedo hacerlo, no soy un niño pequeño 
 
-asintió mudamente. -Lo sé, se deshizo de los zapatos de su pareja uno por uno para tomar delicadamente aquellos hermosos pies y quitar los calcetines. -Pero quiero hacerlo, ¿sí? Permíteme ese capricho. -fue entonces que dejo un pequeño beso en el empeine del más pequeño. - 
 
Su rostro era todo un poema, podía jurar que se encontraba rojo y que si fuera humanamente posible saldría vapor de sus oídos, aquello había escaldado de nivel no sabía que responder, abrió la boca, sin embargo, en lugar de palabras solo boqueaba asemejándose a un pez, decidido que no haría más el ridículo, por lo menos no más de lo que ya lo había hecho, por lo cual cerro la boca apretando los labios, se aferró a la colcha que cubría la cama y asintió. 
 
Aquello había sido los más adorable del mundo, una reacción tan adorable que solo podía ser un ángel y aquel ángel era suyo y de nadie más, lo cuidaría como al tesoro más valioso, le sorprendía que nadie lo hubiese robado hasta ahora, Tetsuya, su Tetsuya era tan puro. Se puso de pie y beso su frente un poco caliente. 
 
-Lo tomare como un sí. -sonrió mientras decía aquello. - 
 
Deslizó sus manos suavemente por el cabello sedoso de color celeste, rozo con la yema de su dedo índice la parte posterior del oído del celeste sintiendo un pequeño movimiento demostrando lo sensible que era su pareja, siguió bajando lentamente hasta llegar al cuello, quería besar aquellas hermosas clavículas, sin embargo la camisa estorbaba, así que cumpliendo con su palabra comenzó a desabrochar los botones de aquella estorbosa camisa, quería hacerlo rápidamente, estaba desesperado, sin embargo, le pareció más satisfactorio hacerlo lentamente, con parsimonia observando todas y cada una de la reacciones de su pareja, fue cuando desabotono el cuarto botón que su objetivo cambio de aquellas hermosas clavículas a aquellos botones rozadas que pedían por su atención, por lo que sin esperar llevo una de sus manos a aquel adorable pezón izquierdo, para acariciarlo, primero comenzó a acariciar la aureola con el dedo índice haciendo cirulos, escuchando y sintiendo la respiración agitada de su pareja, se agacho solo un poco para atrapar el pezón derecho entre sus labios y lamerlo solo un poco sintiendo un ligero sabor salado, relamió sus labios como quien está a punto de saborear su postre favorito y atrapo por completo aquel hermoso pezón, mientras que con los dedos índice y gordo de su mano derecha jugaba con el pezón contrario, su recompensa fue escuchar un sonoro gemido proveniente de su pareja. 
 
- ¡Ah! ¡Sei!. 
 
Podía sentir como sus pezones eran pellizcaos y lamidos, todas las sensaciones eran nuevas y totalmente diferente a cualquier otra, no era doloroso, o bueno, no lo era de una mala manera, sentía pequeños pinchazos de placer que recorrían su pecho bajando por su vientre hasta su entrepierna, para ese momento ya se encontraba con la espalda sobre el colchón con la camisa a medio quitar, quería aferrarse de algo más que la colcha de la cama por lo que llevo ambas manos a la cabellera pelirroja de su novio quien en ese momento había cambiado su pezón derecho por el izquierdo haciéndolo arquear su espalda de placer. 
 
-Sei, Sei. -llamaba sin excito. -Por favor, Sei... ahh... -aferro sus manos al cabello contrario jalándolo levemente para separarlo de su pecho. - 
 
Sus miradas se cruzaron, ambos envueltos en la bruma de la lujuria y la pasión, podía sentir como ese hombre lo deseaba, por lo cual sin saber cómo lo halo hacia él juntando sus labios en un beso lleno de amor y pasión. 
 
- ¿No... ah.... -intentaba regularizas su respiración pues sentía el frio contacto de la camisa ajena con sus sensibles pezones. - ¿No me ibas a desvestir? -pudo completar. - 
 
-sonrió sabiendo lo que aquello significaba. -Lo hare. 
 
Beso aquellos hermosos labios hasta dejarlos rojos, beso aquel mentón bajando por el cuello dejando algunas marcas, bajo al pecho retomado la atención a aquellos botones rosados e hinchados, todo aquello mientras terminaba de desabotonar la molesta camisa, incorporo un poco a su pareja, solo lo suficiente para poder liberarlo de aquella molesta prenda. 
 
Cada atención que le daba su pelirrojo novio le enviaba pinchadas de placer a su entrepierna, sabía que estaba duro y mojado, hacía mucho que no necesitaba aliviarse y el estrés de las semanas pasadas no ayudaba en nada, sabía que no aguantaría mucho, pero se esforzaría por durar lo más posible fue entonces que sintió claramente una traviesa lengua viajar de su pecho a su abdomen, pudo sentir claramente la succiones de los labios ajenos sobre su piel, estaba completamente seguro que aquello dejaría unas muy notorias marcas, los traviesos labios besaron su ombligo, lo rodearon provocándole unas cosquillas placenteras, después sintió aquellos labios bajar a su bajo vientre para después regresar a sus labios, él aturdido respondió como pudo a aquel demandante beso, mientras sentía como unas experimentadas manos quitaban su cinturón acariciando sin querer su erección. 
 
-Ahhh Sei... ya casi... no.... Mmmggg... -sabía que lo que decía no tenía sentido, ni siquiera podían considerarse palabras, eran más una especie de sonidos vergonzosos que nunca imagino saldrían de su garanta. - 
 
- ¿Sí? -introdujo su mano en el pantalón ajeno sintiendo cierta humedad en el bóxer de su ángel. -Estas tan excitado. -afirmo. - 
 
-Ah yo... -realmente no sabía por qué y si aquello podía considerarse algún tipo de perversión, sin embargo, el saber que Sei sabía de su excitación lo hacía sentir aún más expectante, más caliente, más excitado, pero de igual manera avergonzado. - 
 
-Está bien. -susurro al oído del celeste. -Está bien, mientras sea por mí. -mordió el lóbulo del odian de su pareja jalándolo un poco. -Nadie más te vera así, nadie más te tendrá así entre sus brazos. -afirmo mientras con su mano tomaba la húmeda erección del celeste he iniciaba un ligero vaivén. - 
 
Aquello había sido lo más que pudo soportar, su inexperto cuerpo no había podido con todas aquellas sensaciones, las palabras que el pelirrojo había susurrado a su oído había sido lo más que había podido soportar por lo que sin poder evitarlo había terminado aferrando sus manos a la espalda ajena. 
 
-¡Ahhh! Sei... -su respiración era agitada, poco a poco soltó su agarre, aquello había sido nuevo, intenso y tan placentero, por primera vez se permito imaginar cómo sería el sexo, se sentía tan bien, tan relajado. 
 
-Mi adorable Tetsuya. -beso la frente algo sudada de su pareja. -Poco a poco te enseñare lo que es placer. -susurro más para él que para su ángel. - 
 
Termino de quitar el pantalón ya manchado de su novio y se dirigió al baño, abrió la bañera y templo el agua, se aseguró de que hubiese dos toallas para secarse a su alcance, una vez que sintió que la bañera estaba suficientemente llena regreso a la habitación y tomo al celeste incorporándolo un poco, solo lo suficiente para sentarlo. 
 
-Tetsuya, -movió lentamente a su novio mientras lo llamaba. -Tetsuya, despierta, hay que bañarnos. 
 
Podía sentir cierta calidez y frío al mismo tiempo, se sentía tan cansado, pero al mismo tiempo tan relajado que no quería despertar, sin embargo, era consciente de que alguien estaba llamándole. 
 
-Mmm no, estoy cansado. -respondió. - 
 
-Vamos, abre esos hermosos ojos. -lo tomo entre sus brazos. - Si no lo haces te llevare en brazos como una princesa. -sin esperar respuesta lo cargo al estilo princesa para llevarlo al baño. - 
 
-No. -en realidad no quería abrir los ojos, pero tampoco ser cargado como princesa, eso sería vergonzoso. -Sei... - 
 
Llevó una de sus manos a los ojos para tallarlos, debía desperezarse, se removió un poco dándose cuenta de su posición y de la desnudez en la que se encontraba, la sensación pegajosa en su entrepierna le hizo recordar todo. Oh Dios, ¿por qué se había dejado llevar? No podía ver a su pareja a los ojos, y menos ahora mientras era cargado como una princesa, por lo que cubrió su rostro con ambas manos. 
 
-Muy tarde amor. -sonrió imaginando todo lo que pasaba en la cabeza de su querido Tetsuya, que en realidad una vez mostraba sus emociones era una persona muy fácil de leer. - ¿Crees poder bañarte tu solo ó necesitas ayuda? 
 
-aquella pregunta lo hizo salir de su pequeña burbuja de vergüenza. - ¡No! Yo puedo, no es necesario que hagas eso. 
 
-Me parece bien. -dejo al celeste en el suelo, se aseguró de que este no caería. -Pero si cambias de opinión siempre me puedes pedir ayuda, no te preocupes. -fue así que comenzó su camino hacia la salida. - 
 
Fue solo hasta ese momento que se percató se encontraba en el baño y en uno muy lujoso. 
 
-No te preocupes, el agua ya está lista para que pueda bañarte, puedes tomar todo el tiempo que quieras, solo no te duermas, eso sería algo peligroso, las toallas están ahí. -señalo toallero cerca de la bañera. - las batas puedes encontrarlas en aquel mueble. -señalo a un mueble pegado a la pared cerca de la puerta. -Cualquier cosa puedes llamar, estaré afuera. 
 
Asintió en completo silencio, todo era tan surreal, se quitó los boxers que aún llevaba para después entrar a la bañera, el agua estaba a una temperatura perfecta, se adentró en ella sintiendo como aumentaba el nivel del agua para después sumergirse por completo y salir totalmente mojado, de verdad necesitaba aquello, no solo por lo que acaba de pasar, si no por todo el estrés que había experimentado sobre todo esa última semana. Una vez estuvo relajado, procedió enjabonas su cuerpo con lo que al parecer era jabón líquido de jazmín, tomo el shampo que se encontraba a su alcance y comenzó a lavar su cabello, una vez estuvo satisfecho con el resultado volvió a sumergirse en la bañera para poder enjuagar el jabón, una vez que su cabello estuvo libre de espuma y el agua llena de esta se dedicó a jugar con ella, era su momento de relajación en una gran tina, no sabía cuándo se repetiría aquello ni siquiera sabía si es que se repetiría por lo cual aprovecharía esta ocasión, sin embargo, pasados los minutos el agua comenzó a enfriarse por lo cual decidió salir de esta para evitar enfermarse, tomo una de las toallas y comenzó a secarse fue entonces que se vio reflejado en aquel espejo de cuerpo entero que se encontraba cerca de una puerta que no había visto antes, en su blanca piel se podían ver varias marcas rojas, se acercó al espejo perplejo viendo su reflejo, en su cuello, en su abdomen, pero sobre todo en su pecho habían muchas marcas rojizas que apostaba se podrían de un color morado pasados los días, estiro una de sus manos al reflejo señalando cada una de las marcas contándolas, ladeo su cabeza para poder tener una mejor vista de su cuello, había una marca muy notoria y que estaba seguro resaltaría sin importa que hiciera. 
 
Cubrió parte de su rostro con la toalla apenas dándose cuenta de lo que momentos antes había pasado en la cama del pelirrojo, todo había sido tan intenso, tan esperado y al mismo tiempo tan sorpresivo, por un momento creyó, deseo que hubiese pasado más, no solo caricias, quería sentirse uno con su pareja, pero al mismo tiempo algo le decía que aún no era tiempo, que aún no estaba listo, después de todo sería su primera vez, no era como si estuviese esperando al matrimonio para hacerlo, más bien no había tenido parejas, lo que había pasado en el Instituto lo había hecho querer esconderse y estar solo, llego a creer que lo mejor para él era estar solo y bueno su poca presencia fue útil por segunda vez en su vida, nadie le prestaba atención, nadie lo notaba, hasta Sei. 
 
Sei lo había hecho sentir especial, lo había notado como nadie lo había hecho antes y lo hizo experimentar cosas que en realidad nunca imagino llegaría a sentir, si bien era cierto que le había mentido sobre su identidad y sobre su trastorno de personalidad, lo entendía, si, lo primero le había dolido pero suponía que al ser una persona de un gran estatus social no podía confiar en cualquier persona, lo segundo no era algo que fuese fácil de explicar de hecho sospechaba que de no haberlo descubierto probablemente Sei lo hubiese ocultado por mucho más tiempo, si lo analizaba con cuidado, Sei era muy parecido a él, ambos arrastraban cosas del pasado que no les permitía ser totalmente honestos con los demás por miedo al rechazo. 
 
Fue mientras pensaba en todas esas cosas que perdió la noción del tiempo y no se percató de cuanto se había tardado en la ducha, no fue sino hasta escucho la voz del dueño de sus pensamientos que salió de su burbuja. 
 
-¿Tetsuya te encuentras bien? - dijo en voz lo suficientemente alta para ser escuchado del otro lado de la puerta que tocaba, solo esperaba que su novio no se hubiese quedado dormido en la bañera. - 
 
- ¿Eh? -reacciono por fin apartando su vista del espejo. - S... Si, todo está bien, perdón, ya casi salgo. 
 
Se apresuro a secarse y ponerse una de las batas que se encontraban guardadas en el mueble que Sei le había señalado antes, solo fue entonces que se percató de un "insignificante" detalle, no tenía ropa limpia para cambiarse, volteo a ver su ropa interior tirada en el suelo, sucia y pegajosa, no se pondría aquello. 
 
Mientras tanto el pelirrojo se entretenía con el celular esperando a que su novio saliera del baño, él estaba totalmente consciente de la falta de ropa de su pareja y quería saber cómo reaccionaría y sobre todo como saldría del baño, así que mientras esperaba comenzó a revisar sus llamadas perdida y mensajes recibidos, no le sorprendió el que todas las llamadas y mensajes fuesen de Reo y de Mayuzumi, ignoro todas las llamadas y reviso los mensajes, la mayoría de ellos eran preguntando su ubicación, que se dignara a contestar el teléfono, por ultimo pidiéndole hablar con él lo más pronto posible. Lo medito por un momento, al final decidido enviar dos mensajes, en ellos se podía apreciar el mismo mensaje. 
 
"No estaré disponible, nos veremos el lunes en la oficina." 
 
Una vez enviados los mensajes apago su celular, no toleraría interrupciones molestas. 
 
-Eh... Sei. 
 
Aquella voz llamo su atención haciéndole dejar su celular en el buro que se encontraba en el lado izquierdo de la cama. 
 
- ¿Sí, Tetsuya? -veía como se asomaba la cabeza de su novio por la puerta entre abierta del baño, sabía muy bien porque le llamaba, pero disfrutaba viendo a su pareja en situaciones fuera de lo común. - 
 
-Ah es que... -no sabía porque se encontraba apenado, por Dios, hace apenas unos momentos habían hecho cosas peores. -Es que no tengo ropa limpia para poder cambiarme. -su mirada se encontró con la de su novio quien sonreía como escondiendo algo. - ¿Tendrás algún cambio de ropa que me puedas prestar? -desvió la mirada, no podía ver la cara de su novio, no por lo menos sin recordar aquellos besos- 
 
Sospechaba lo que pasaba por la cabeza de su querido ángel, el ligero sonrojo en sus mejillas lo delataban. 
 
-Claro, perdón ¿cómo no lo note antes? -esperaba que el tono de su voz no lo hubiese delatado así que rápidamente se puso de pie y se dirigió a su vestidor. -En un momento la traigo. 
 
Ingreso a su vestidor para dirigirse a una parte en especifica que se encontraba algo apartada de la demás ropa, en esa área había ropa nueva todavía con la etiqueta en ella, había gran variedad de prendas desde suéteres a playeras en su mayoría en colores claros, blancos, azules, hueso, grises, solo lo mejor para su novio, pues la verdad sea dicha, todo aquello lo había comprado pensando en Tetsuya desde la primera vez que se supo enamorado de él, se había encargado de contar con todo lo que podría llegar a necesitar en caso de que su novio decidiera quedarse ahí por algunos días, semanas o para siempre, si por él fuese le pediría al celeste mudarse juntos para poder pasar todo el tiempo posible a su lado, para no dejarlo ir, pero también sabía que era muy pronto y que cualquier persona es su sano juicio rechazaría esa propuesta, así que por el momento dejaría aquello como su pequeño secreto. Sin embargo, y a pesar de tener toda esa ropa a su disposición de aquella sección solo tomo un paquete sin abrir que contenía un bóxer color negro, de su ropa eligió un conjunto de pijamas de satín color uva que le quedaba grandes, porque como buen novio adoraba ver a su pareja con su ropa puesta. 
 
Fue con estas prendas en mano que salió de su vestidor solo para encontrase con un celeste medio acostado en su cama, las piernas blancas aún colgaban de la orilla como si se hubiese quedado dormido mientras esperaba sentado, aunque muy probablemente eso es lo que haya pasado, tomo una foto mental de aquella adorable imagen esperando que esta fuera una de muchas ocasiones en las que lograría ver a su novio de aquella manera y con todo el dolor de su alma se acercó a su pareja para poder despertarlo pues de dormir así era muy probable pescara un resfriado. 
 
-Tetsuya. -dijo suavemente mientras con delicadeza movía aquel delgado hombro. -Despierta Tetsuya. -volvió a insistir esta vez moviéndolo con un poco más de fuerza. - 
 
-Mmm... -se removió al sentir que alguien le llamaba. - ¿Sí? -se tallo uno de sus ojos intentando disipar el sueño que sentía mientras se reincorporaba. - 
 
-Perdona la tardanza, aquí está la ropa. -le entrego el pijama y el bóxer. - 
 
-No, gracias a ti. -rápidamente tomo las prendas que se le ofrecían he ingreso al baño para poder cambiarse. - 
 
Aquella reacción lo dejo con una sonrisa pues se parecía a un pequeño conejo escondiéndose en su madriguera. 
 
Por su parte Kuroko se encontraba dentro del paño preguntándose sobre cómo era que Seijuro tenía ropa interior nueva y de su talla, vamos eran casi de la misma estatura pero ahora sabía que había una pequeña (no tan pequeña) diferencia ahí abajo, pero no pudo pensar más allá pues el sueño que sentí cada vez era mayor, así que rápidamente se puso la camisa y pantalón dándose cuenta de lo grande que le quedaba, admitía que Sei era más alto que el por algunos centímetros, pero no tantos como para que aquella pijama le quedará tan grande. El pantalón le quedaba tan grande que lo pisaba un poco al caminar, las mangas de la camisa le quedaban un tanto largas por lo que debía doblarlas, ahora entendía porque parecía tan nueva aquella prenda, Sei nunca la había usado, estaba seguro, fue entonces que se vio en el espejo, parecía un niño pequeño con aquella ropa, así que ya un poco molesto por todo el cansancio del día decidió quitarse el pantalón y salir solo con la camisa que cabe mencionar llegaba casi a medio muslo, doblo el pantalón y salió de ahí. 
 
Se encontraba sentado en su cama esperando a que Tetsuya saliera, sabía que el pijama que le había dado era un par de tallas más grande, el por qué la tenía era sencillo, Mibuchi había pedido aquel pijama por internet como un regalo sorpresa para él, pero al parecer había pedido la talla incorrecta, por lo cual nunca la había usado, se puso de pie y se acercó a las ventanas de su habitación, aquellas que dejaban ver una noche despejada y llena de estrellas, no fue sino hasta que escucho el sonido de la puerta del baño cerrándose que reacciono. 
 
Volteo a ver a su novio esperando encontrar una versión adorable de él, sin embargo, se encontró con una sorpresa, una grata e inesperada sorpresa. 
 
-¿Tetsuya? -pregunto sorprendido, pues al voltear encontró a su novio solo con la parte superior del pijama y unas hermosas piernas desnudas a su merced. - 
 
- ¿Sí? -pregunto fingiendo indiferencia, podía sentir aquellos hermosos ojos recorriéndole, dejo el pantalón que aún tenía en una de sus manos en la pequeña mesa que se encontraba cerca de él. - 
 
-cerro su boca la cual estaba seguro mantenía abierta debido a la sorpresa. -Perdona, pensé que te había dado el pijama completo. -desvió su mirada y decidido comenzó a caminar en dirección a su armario. - 
 
-se apresuró a tomar la mano del pelirrojo, sin embargo, solo logro tomar la manga de su camisa. -No, si me la diste, es solo que es un poco grande. -no quería que sonará a queja. -Pero si te molesta que este así me puedo poner el pantalón. 
 
- ¡No! -carraspeo un poco intentando retomar su compostura. -Perdona, sé que el pijama era algo grande, no esperaba que tanto, pensé que sería más cómodo para ti usar algo nuevo. -se excusó. - Esta bien, si así te sientes más cómodo no hay problemas por mí. -no pudo evitar pasear sus ojos por aquellas hermosas y blancas piernas. - 
 
No pudo evitar sonrojarse al sentir aquella mirada devorándolo, inconscientemente tomo con sus manos sobre la parte baja de la camisa jalándola para cubrir lo más posible, esto comenzaba a ponerse nervioso. 
 
-Sei, ¿no iras a bañarte? -pregunto intentando cortar la tensión que de repente inundo la habitación. - 
 
-Si, tienes razón, por favor siéntete en casa. -señalo la cama intentando dar a entender que el celeste podía dormir sin tener que esperarlo. -Yo me daré una ducha rápida. -apresuradamente ingreso al baño. - 
 
Una vez el pelirrojo abandono la habitación se permitió respirar con tranquilidad, se recargo por un momento en la pequeña mesa dándose cuenta sobre su aspecto, bien, eran novios y muy probablemente no sería la primera ni la última vez que lo vería de esa manera, por lo que ya un poco más tranquilo se acercó a la cama dispuesto a dormir, la distendió maravillándose con la suavidad de la colcha y sabanas, se recostó y acomodo en el que sería su lado de la cama, una vez su cabeza toco la almohada sintió que se encontraba en una nube, todo el cansancio acumulado en su cuerpo lo hizo ceder y en menos de 5 minutos ya se encontraba en los brazos de Morfeo. 
 
Mientras esto pasaba el pelirrojo se apresuraba a tomar su ducha, una muy corta, pero necesaria, ducha de agua fría. Se enjabono rápidamente y enjuago a la misma velocidad, sintió sus músculos destensarse y su cabeza serenarse, respiro lenta y profundamente contando hasta diez, cerro la ducha y salió de esta secándose lo mejor posible, él en lo personal no ocupaba la secadora de cabello, sin embargo, por esa ocasión lo utilizaría para secar su abundante melena, no quería tardar más de lo estrictamente necesario para poder dormir a lado de su celeste. Una vez que determino era suficiente lavo sus dientes y salió del baño, ingresando a su armario por la puerta que conectaba estos dos cuartos, tomo el primer pijama que encontró y rápidamente se lo puso, una vez frente a la puerta que daba a su cuarto tomo el pomo de esta, sin embargo, antes de girarlo para poder cruzar el umbral respiro profundamente para tranquilizar a su inquieto corazón, al abrir la puerta logro vislumbrar la luz aún encendida de la habitación le hizo creer que tal vez Tetsuya seguía despierto, sin embargo, al acercarse a la cama logró distinguir una pequeña mata de cabello celeste del lado derecho de la cama, su querido celeste se había cubierto hasta las orejas y ahora dormía plácidamente, eso lo hizo enternecer, acaricio con la punta de sus dedos aquel hermoso y sedoso cabello para inclinarse un poco, solo lo suficiente para dejar un casto beso sobre su frente una vez hecho esto retiro las cobijas y se acostó en la cama, estiro su brazo lo suficiente para encontrar el apagador maestro dejando la habitación en penumbra, se acomodó quedando de lado frente a su pareja y así cerro los ojos cayendo en un profundo sueño, no se dio cuenta que mientras dormía buscaría el calor ajeno envolviéndolo en sus brazos. 
 
-Oh, me encanto esa parte de la velada. -sonrió soltando las manos de su novio. -Debemos levantarnos pronto hay que recoger a Nigou. -si fue por él se quedaría tendido en la cama con Tetsuya a su lado, pero por desgracia tenían cosas que hacer. - 
 
-Si, tienes razón. -se levantó de la cama olvidando su aspecto por un momento, no fue sino hasta que se encontraba camino al baño que sintió un poco de frío en sus piernas recordando que no llevaba pantalón, su cara enrojeció y volteo a ver a su novio quien observaba aquella escena con una gran sonrisa en el rostro. - 
 
-Es una excelente vista, no me importaría ver esto todas las mañanas. -dijo divertido. - 
 
Corrió al baño recargándose en la puerta de este, ¿cómo se pudo olvidar? Cubrió su rostro con ambas manos, bueno, eran pareja por lo que no había ningún problema, al sentir su rostro aliente decidido que lo primero que haría seria lavar su cara. 
 
Termino de lavar su rostro y ya más calmado recordó un punto muy importante, no tenía ropa para cambiarse y usar el traje de la noche anterior estaba completamente descartado, pero quizás Sei podría prestarle ropa nuevamente, una felicidad casi inmediata invadió su ser al darse cuenta que contaba con alguien especial en su vida, sin embargo, casi de la misma forma en la que aquel sentimiento llago este desapareció para ser remplazado por uno de culpa he inutilidad, sintiéndose una molestia, por suerte la puerta siendo tocada lo saco de aquel remolino de emociones negativas que amenazaba con tragarlo. 
 
- Tetsuya. 
 
- ¿Sí? -abrió la puerta inmediatamente. - 
 
- ¿Esta todo bien? -observo como el celeste se veía nervioso, estaba completamente seguro lo que su novio diría y no entendía el motivo de aquel nerviosismo. - 
 
-Perdona, es que olvide completamente que no tenía ropa para cambiarme. -bajo la mirada apenado. - 
 
-Lo sé, no te preocupes. -dijo tranquilamente. -de hecho, quería entregarte esto. -en sus manos se encontraba una muda de ropa completa. -Espero sea de tu gusto. 
 
-alzo la vista por primera vez desde que había abierto la puerta del baño, una sensación cálida se instaló en su pecho al ver aquella ropa. -Muchas gracias, disculpa las molestias. 
 
-No son molestias, nunca podrías ser una molestia. -se acercó al celeste y dejo un pequeño beso en su frente. - 
 
-Gracias. -cerro lo ojos sintiendo un revoloteo en su estómago queriendo subir a su pecho que le brindaba aquel beso, la sensación de ser querido y protegido, acepto el cambio de ropa he ingreso al baño para poder cambiarse. - 
 
La ropa consistía en un par de calcetines, un pantalón de mezclilla clara con dobleces en la parte inferior, una playera color banco y un suéter delgado color azul marino, era ropa sencilla pero que se notaba había sido escogida con cuidado, salió del baño un poco avergonzado pero feliz. 
 
Akashi por otro lado se había cambiado en su vestidor, se había puesto ropa cómoda, un pantalón de mezclilla color negro y una playera de mangas largas color rojo. Una vez listo espero por Kuroko sentado en la cama, tomo su celular y lo prendió, se sorprendió al no encontrar llamadas ni mensajes, tal vez Reo por fin había comprendido, escucho la puerta del baño abrirse y sonrió a su novio. 
 
-Perdón por la tardanza Sei. -se disculpó al darse cuenta que su novio ya se encontraba listo esperando por él. - ¿Cómo supiste mi talla? -cuestiono intrigado pues la ropa le quedaba a la perfección. - 
 
-Lo adivine. -nunca le diría que tenía toda su información incluyendo sus tres tallas. -Vamos, es tiempo de recoger a Niguo. -se puso de pie y tomo la mano de su novio. - 
 
-De acuerdo, -se dejó guiar por su pareja. - 
 
Mientras tanto Reo Mibuchi se encontraba en su oficina, a pesar de ser domingo parecía determinado a terminar con el asunto que traía entre manos. 
 
-Chihiro-chan, puedes ven ir por favor. -solicito por teléfono. - 
 
-Señor, le he dicho que por favor no me llame por mi nombre cuando estamos en la oficina, se puede mal interpretar. -dijo en tono neutral mientras ingresaba a la oficina de su jefe. - Dígame por favor, ¿en qué le puedo ayudar? 
 
-Moo, no hay nadie en este piso además de nosotros dos, pero está bien. -se acomodó en su silla para poder ver al querido secretario de su sobrino. -perdona por haberte hecho venir a pesar de que era tu día de descanso. 
 
-No se preocupe Mibuchi-sama, es mi trabajo el asistirlo en lo que pueda y usted necesite. 
 
-Me alegra que pienses así Mayuzumi porque en realidad el trabajo que tengo para ti no es algo relacionado a la empresa, o bueno, tal vez sí. -recargo sus codos en su escritorio, entrelazo sus dedos y recargo su barbilla en estos mientras sonreía como un gato. 
 
- ¿Disculpe? No entiendo a qué se refiere. -sabía muy bien que aquella sonrisa no presagiaba nada buen y su sentencia habían sido las palabras que él había dicho. - 
 
-Esta será una tarea muy importante que deberá ser mantenida en total secreto, es por ello que tú eres al único que se la puedo confiar, espero tu mayor discreción, nadie, ni siquiera Akashi Seijuro puede enterarse, ¿entendido? 
 
-aquellos ojos afilados le hacían parecer un gato en busca de su presa, un ligero escalofrió recorrió su espalda, ahora estaba seguro que aquella sed de sangre era heredada, no había duda del parentesco de su jefe y Mibuchi. -Cla... claro, dígame ¿cuál es el proyecto? 
 
-Bien, más que un proyecto es una investigación, necesito que investigues todo, absolutamente todo lo relacionado a Kuroko Tetsuya. -de uno de los cajones de su escritorio saco un folder que contenía la información básica que el celeste había proporcionado para su contratación. -Aquí encontraras la información básica del individuo, pero lo que necesito que investigues y encuentres es aquello que nadie sabe de él, lo que esconda, lo que trama. -pego su espalda al respaldo de su silla mientras su expresión cambiaba a una de seriedad absoluta. -Descubre sus más obscuros secretos, estoy seguro de que ese chiquillo esconde algo. 
 
- ¿Se refiere a Kuroko Tetsuya? ¿La pareja del Señor Akashi Seijuro? -tomo el folder con la información del novio de su jefe. - ¿Está seguro de esto? -estaba seguro que su voz había temblado, esto reflejaba el miedo que sentía ante la idea de meterse en la vida personal de su jefe. - 
 
-Así es, estoy muy seguro, ahora entiendes porque te lo pido a ti, sé que puedo contar con tu total discreción en este tema. -relajo un poco su postura y destensando sus hombros - 
 
-Por supuesto señor, así será. -realizo una pequeña reverencia. - Si me permite preguntarle ¿a qué se debe esta investigación? 
 
-aquella pregunta lo descoloco un poco, sin embargo, se recompuso inmediatamente y contesto. -Es por el bien de Seijuro, me preocupo mucho por él y estoy seguro de que ese maestrillo se tiene algo entre manos, te aseguro que no fue casualidad el que trabajara en la escuela, estoy seguro de que es un oportunista que solo busca aprovecharse de mi sobrino y no lo permitiré. -mordió una de sus uñas frustrado. -Hare lo que sea para proteger al hijo de mi querida hermana. 
 
-De acuerdo señor, me asegurare de que la investigación se realice de la manera más rápida y discreta posible. 
 
-Estoy seguro que lo harás, y esta demás recordarte que no debes contactar a alguno de los investigadores privados de la empresa o que tengan vínculos con Sei, de lo contrario él nos descubrirá de inmediato. 
 
-Claro, lo sé, no se preocupe. -se dio la vuelta y se dirigió a la salida, en realidad no estaba seguro que lo que hacía sería lo correcto, pero si Mibuchi-sama se lo pedía debía ser porque sabía algo al respecto.  
 

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