RESUMEN
"Simplemente tengo que vivir"
SetoXJoel
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Oscuridad eso es lo que veo, me muevo pero mis extremidades están imposibilitadas, duelen, arden y sangran, me han hecho daño, pero a ellos no les importa y se escucha en sus risas.
- ¿Ya despertaste mocoso?
Escucho que uno de ellos habla y sus pasos toscos se acercan y así como sus palabras cargadas de diversión se alzaron por sobre las risas de los que estaban en esa... ¿que era una habitación? ¿Un almacén? Mis ojos atados no distinguían pero mis oídos escuchaban esos gemidos.
- No... ayuda... No me lastimes.
La voz que los pronunciaba era desgarrante era la voz del chico que había conocido en ese bar gay.
Era lindo hermoso de cabello negro y piel blanquecina como la leche sus grandes ojos verdes me atrajeron desde que nuestras miradas se cruzaron.
Y de nueva cuenta se escucho esos gemidos acompañados por un desgarrador grito, para después silencio, un profundo y horripilante silenció.
Sabía que era mi turno los había contado, seis personas me habían acompañado esa noche y ya eran cinco las que ya no estaban a mi lado, sabía que pronto venían por mi, y fue así cuando escuche un chillido de una puerta, tenia conciencia de que nos habían separado en cuartos pero no estaba seguro, pero ahora lo tenia tan presente.
- Lástima que no disfrutemos de este, tiene un cuerpo de escandalo.
Una voz cargada de lujuria, de diversión se escucho y para mi había sido lo mas repugnante de mi vida, sentí asco, sentí repulsión, sentí ganas de llorar y gritar por ayuda. Pero eso nada serviría ya las personas que pensaba ya muertas lo habían hecho y sólo habían incentivando a esos desgraciados. No me moví quede inerte al momento que me tomaron de los cabellos, yo no era feo lo sabia, tenia "pegue" para hombres y mujeres, mi cabello rubio quebradizo mis ojos de un color miel casi dorado y mi piel equilibrada, era lo que muchos decían "hermoso", aunque mi apariencia física no era lo que me preocupaba.
- Llévenlo con el jefe.
El jefe, así que ellos me habían "guardado " para su jefe. Me cargaron notando que para ellos no había "despertado", fuera de esa " celda" volví a escuchar gemidos y mas voces de mas hombres, reconocí las voces de esos guturales sonidos, así que estaban vivos, al menos por ahora, mientras las voces mas gruesas se escuchaban como gruñidos, ahí me di cuenta de que tomaban turnos para violarlos.
Me arrastraron por un inmenso pasillo o eso creía pues mis ojos seguían atados, y ellos habían caminado recto. Poco apoco mientras avanzaban, ya que yo no caminaba, ellos me llevaban a cuestas ayudándose ambos para cargarme, los sonidos que había escuchado con anterioridad se iban mitigando a la distancia hasta que deje de oírlos. Se detuvieron de improvisto y giraron hacia la izquierda, escuche lo que había sido tres toques a una puerta, y solo un leve "adelante". La puerta chillo al ser abierta.
- Jefe, le traemos una sorpresa
- Es hermoso lo trajimos con los otros
Esas líneas me recordaron el inicio de todo. Ese día viernes había sido grato para mi persona era el ultimo día de clases y lo íbamos a festejar, estar en la universidad era placentero, para un bisexual como yo, cada viernes y sábado era fiesta y ese no era la excepción. Me prepare con mis amigos para irnos y así lo hicimos, el bar que elegimos había sido el mismo que frecuentábamos desde primer semestre hace ya dos años. Bailar, coquetear beber era lo común esa noche, nos divertíamos como si nunca lo hubiéramos hecho, hasta que nos topamos con ellos, no eran de este país no eran locales, se notaban que eran extranjeros no nos importo se acercaron y nos acercamos íbamos a disfrutar de la noche, el sexo ya estaba dicho cada uno había tomado una pareja, hasta que lo inevitable paso, no lo habíamos entendido del todo pero nos habíamos involucrado en algo grande. Yo había esperado a los demás en las afueras del bar mis dos amigos habían aceptado pagar mientras yo los esperaba con los chicos que habíamos conocidos, fue rápido y casi no pude parpadear, cinco camionetas negras aparecieron de la nada, solo recuerdo unos hombres en traje y unas enormes metralletas, rápidamente voltea ver a mis acompañantes y estaban pálidos tal vez ellos eran a los que habían estado buscando y yo solo había sido un daño colateral, lo mas que recuerdo fue un golpe rápido y fuerte en la nunca y el despertar en la oscuridad.
- Déjenlo en la cama
La voz mas profunda gruesa y altamente en edad me saco del ultimo recuerdo de mi vida libre, comprendí entonces que era mi turno para probar lo que era una violación, estaba aterrado pero aun así no me había movido, sin delicadeza fui arrojado hacia la cama, era amplia pues había caído a lo largo de esta y aún sobraba espacio, escuche pasos alejándose y supe que esos dos hombres que me trajeron se marchaban. Silencio fue lo que se produjo en en lugar una vez la puerta fue cerrada de nueva cuenta.
- Tenían razón, eres hermoso, para ser un chico
Me sorprendí al escuchar la voz espantosa del hombre en mi oído, aunque mi cuerpo no se había movido ni un centímetro, sus manos se pasaron por mi cuerpo, mi ropa de fiesta pantalones ajustados y de mezclilla negra una camisa de rayas diagonales de color verde- blanco intercalados, seguro se habían ensuciado y yo estaba en un estado deplorable pero al bastardo no le importó.
- El golpe fue demasiado para ti ¿eh?
Su voz divertida y libidinosa me asquearon, y sus manos mas, me habían quitado mi camisa y recorrían mi pecho, me dieron tremendas ganas de llorar, a pesar de que había sido un "espíritu libre" nunca había entregado mi cuerpo, ese día por fin me había decidido a "pasar el rato" de la "mejor forma", y heme aquí en la cama de quien sabe quien. Escuche un fuerte sonido el sujeto me había quitado el pantalón hace algún tiempo me había quitado mis pantalones y ahora era de suponer que iba por sus ropas, pero el sonido que escuche era mas como si algo mas pesado hubiera caido, mejor dicho dejado caer sobre la madera, me di cuenta todos los hombres estaban armados y el no era la excepción así que ese objeto era un arma no había duda era pequeña pero pesada, y ahora sabia que había un buró cerca de la cama y que yo estaba cerca. Sentí de nueva cuenta como recorría todo mi cuerpo con sus asquerosas manos pero esta ve no descendieron en esta ocasión subieron hasta los trapos que tapaban mis ojos cerrados. Retiro ese trapo sucio y mal oliente, mis ojos no iban abrirse se negaban hacerlo, el bastardo beso mis labios y lo deje, no quería que se diera cuenta que estaba despierto, las ataduras de mis pies y manos también había desaparecido, el bastardo se había confiado me dejo libre y mientras despegaba sus labios de los míos reaccione, le di un cabezazo y lo empuje lejos de mi cuerpo, rápidamente tome el arma y la desfunde, un arma de fuego semiautomática, una Desert Eagle, un arma que conocía bien mi padre había sido militar y esas pistolas eran las que usaban. Fugas mente aparecieron los recuerdos de mi familia, quería volver a verlos quería vivir, eso era lo que me mantenía ahí con la pistola en la mano y viendo como el desgraciado se levantaba, pues había caído al suelo, el rostro sonriente de mi madre de mi hermana de mi padre de mis abuelos de todos los que vivía aparecieron en mi mente y unas palabras se escucharon en lo oscuro de mi conciencia "vive, no importa como pero vive" y eso me llevo a jalar el gatillo. Uno, dos, tres y cuatro disparos fueron los que salieron del arma que estaba en mis manos, lo vi o si lo vi el.desgraciado estaba muerto, los disparos habían sido certeros, tenía buena puntería, mi padre me había enseñado , le había dado en el tórax justo en el costado donde el arteria principal pasaba, otro fue a parar cerca del corazón supongo que al menos le perforó un pulmón , la tercera bala había quedado con lo poco de sus órganos reproductores, y la última la que me daba un momentario alivio era la que se alojaba en la frente justo en medio de sus ojos, lo había matado con el tiro de gracia, y no me arrepentía se lo merecía, mi ropa había quedado debajo de el y ahora estaban bañadas en sangre, no tenia tiempo los disparos atraerían a los demás matones lo sabia, como pude agarre las sabanas la enorme cama y las ate al rededor de cuerpo dando la apariencia de llevar un conjunto completo de esos que son un short y una playera, aun con el arma que si mi memoria no fallaba llevaba un cartucho de 25 balas aunque actualmente debía tener 21, salí de ese cuarto con la adrenalina corriendo por mis venas. La suerte estaba de mi lado no había guardias pero escuchaba pasos aproximándose, salí corriendo hacia la dirección contraria de donde se escuchaban, recto, confirme que era un largo pasillo, llegue rápidamente a lo que eran unas finas escaleras, la leve luz me segó un momento, estar tanto tiempo en la oscuridad era dañino para la vista, sin esperar más salí, esas escaleras se me hacían eternas pero llegue al final. Mis ojos se abrieron con sorpresa, estaba en un barco un yate para ser exactos estaba inerte a mitad del océano, no me quede a admirar la vista solo corrí hacia la cubierta, mire el agua sabía que podía saltar, pero también sabia que era mi final, podía ser comido por tiburones y eso seria aun peor, otra vez la voz en mi cabeza se escucho "vive" era lo único que se repetía. Voltee al tiempo que escuchaba los pasos acercarse, ya habían descubierto el cuerpo de su jefe y ahora vendrían a matarme.
- Alto
Escuche que gritaba una voz aunque grabe era mas suave como si quisiera infundir confianza, pero no me dejaría engañar si me iban a matar al menos me llegaría algunos cuantos.
- Deténganse, no se acerquen
Mi voz salió grabe imponente y fría ya estaba decidido de lo único de lo que me arrepentiría era de haber discutido con mi madre antes de salir de casa ese día. Los sujetos se detuvieron a algunos metros de mí, yo estaba en la orilla a un paso de caer al agua. Los apuntaba con el arma y ellos hacían lo mismo con las suyas.
- Baje el arma
El hombre alto y fornido cubierto por un traje elegante se esmoquin trato de acercarse y yo dispare dándole a un hombre de su lado, el otro hombrecillo chillo de dolor el disparo le dio en la pierna.
- Podrán matarme pero al menos me llevare a unos cuantos de ustedes conmigo.
Tenia coraje, rabia y miedo pero no podía mostrarme débil solo me cuestionaba el por que no habían disparado, eran muchos mas que yo y podían acabar conmigo en menos de un minuto.
- No le aremos daño
Ese hombre que estaba enfrente de todos los demás hablo con una calma que me se me hizo extraña. Volví a disparar y esta vez si le di en donde quería, ya no era una advertencia el hombrecillo al que le dio la primera bala estaba muerto tirado con el tiro de gracia.
- Eso es algo que yo no creo, ustedes me secuestraron y trataron como una puta, yo no me dejare si tengo que matar lo haré
Los ojos sonrientes de todos los presentes me desconcertaron, poco a poco todos y cada uno de los hombres ahí situados bajaron la cabeza haciendo una reverencia marcada, ahí lo note, los rasgos finos y rasgados, eran japoneses.
- No le haremos daño aunque quisiéramos usted, mato a nuestro jefe...
Corte sus palabras todo esto era completamente extraño y la adrenalina que corría por mi cuerpo trataba de mantenerme alerta.
- Ese bastardo se lo merecía, así como todos ustedes, ya no me importa nada, si me van a matar háganlo ahora antes de que sea yo quien los mate
Aunque sonaba desesperado no me importaba ya no tenia fuerzas la adrenalina estaba bajando, mi mente se mantenía firme en el pensamiento de que tenia que vivir. El hombre que me miraba fijamente por fin bajo la cabeza y en ese momento exclamó para mi sorpresa.
- No podemos hacerle daño, al asesinar a nuestro jefe, usted a tomado su lugar, matéenos si es lo que desea pero desde este momento tiene nuestro respeto y estamos bajo sus órdenes.
La reverencia rápidamente se convirtió en un gesto de respeto, se posaron hasta el suelo justo a mis pies, había escuchado de la mafia japonesa los temibles Yakuzas pero nunca espere encontrarme con ella y mucho menos ser uno de ellos...
Ese día yo morí mi vida como Joel Wheller había terminado, y Katsuya Jonoishi había nacido.
En un mundo oscuros donde el sexo, las drogas, y la muerte era el pan de cada día, trataría de sobrevivir así como esa dulce voz que se repetía en mi mente con una sola palabra dicha VIVE.