Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Había una vez... por Milkin_Black

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ok, de nuevo aquí...

Como les comenté hace muy muy poco, quería incluir en esta actualización algo de mi pareja favorita Shaka x Dita, además de que me estaba preocupando el hecho de que dadas las condiciones del pequeño rubio, llegaran a pensar sobre el lindo príncipe Rose algo pervertido y desagradable. No obstante, esta parte quedó muy larga, así que decidí dividirla en dos capítulos...

Espero les guste...

Luego de haber caminado por horas, a lo lejos lo único que se veía era bosque.

Degel quien iba al lado del joven Rose, por un momento dudo que estuvieran en el camino correcto, por lo que con desconfianza preguntó -¿Cuánto más falta para llegar a Santuario?

Al instante Kardia bufó rodando los ojos, pues ya había imaginado que esos chicos que parecían demasiado delicados, pronto empezarían con cosas como “estamos cansados” o “está muy lejos” –Mira dulzura, hemos caminado solo dos días  y medio, y aun no llevamos ni una mínima parte del camino –dijo arrogante con la mano en la cintura, luciendo ese cuerpo de infarto.

Lo dicho por el rubio mayor preocupó demasiado a Afrodita, quien temía que algo terrible le estuviera pasando a Milo -¿En cuánto tiempo llegaremos?- preguntó ansioso, sin notar que su actitud cada vez que mencionaba a su amigo hacia a Shaka bajar tristemente ese lindo par de orejitas.

Kardia a quien por supuesto no le agradaba nada ese chiquillo, lo miro socarronamente –Al paso que vamos, no lo sé…varios días.

-¡¿Qué?!...¡No sabemos si Milo tiene ese tiempo!- dijo sin saber qué hacer, pues además de todo tampoco había avisado a su familia, y sus padres seguro estarían furiosos.

Al verlo así, Degel se colocó a su lado –Su majestad, quizá lo mejor sea regresar al Reino, y en cuanto usted esté a salvo yo vendré con un equipo de búsqueda para rescatar al joven Milo.

-¡No…no pienso volver sin Milo!-dijo retomando su camino con paso apresurado, siendo seguido por un pequeño Shaka que se veía cabizbajo.

-¿Cómo es posible que la caravana de gitanos haya avanzado tan rápido?- cuestionó el peliverde a Kardia quien se había quedado atrás junto a él.

El rubio se inclinó tomando un poco de tierra…

-Es seguro que usaron magia…por sus propios medios hubieran tardado semanas en salir.

Tal confesión solo puso más alterado a Degel, pues si había algo peligroso y traicionero en el mundo, eso eran los hechiceros, lo que de inmediato lo hizo pensar que definitivamente el príncipe de Antares estaba en un enorme riesgo.

-Vamos…debemos apurarnos…-dijo tratando de alcanzar a los otros.

Kardia quien se quedó atrás, disfrutaba en gran medida la vista que ofrecía el contorneo de las sensuales caderas del peliverde, lo que lo hizo relamerse los labios…”Pronto serás mío cariño”…pensó al tiempo que comenzaba a caminar, aunque realmente no tenía prisa por alcanzarlos.

 

Afrodita caminó tan rápido, que no notó que Kardia yDegel se habían atrasado hasta que los separaba una buena distancia, y ambos se veían como pequeñas hormigas. Decidido a esperarlos, se detuvo lo que le permitió prestar atención al pequeño Shaka que no solo se veía muy serio sino que había estado totalmente callado.

-Shaka, lo siento, por mi culpa has tenido que ir muy rápido…-dijo arrodillándose frente a él, para poder acariciar ese bello rostro que con solo verlo lo hacía sentir feliz –Si quieres puedo cargarte.

Al instante Shaka hizo a un lado la mano que lo acariciaba…-No soy un niño… puedo ir solo –dijo sumamente molesto comenzando a avanzar.

El joven príncipe se maldijo mentalmente, pues bien sabía que el lindo rubio no era un niño, sino un chico de su misma edad, pero al verlo no podía sino sentir una infinita ternura, y el deseo de tratarlo con dulzura como si se tratara de un tesoro frágil y precioso.

Dispuesto a arreglar su error, alcanzó al más pequeño tomándolo de la mano.

El lindo rubio vibró sorprendido por el contacto, levantando su carita con gesto interrogante.

Afrodita solo sonrió de esa forma tan especial -¿Está bien si tomo tu mano?...Eso me hace feliz- dijo apretando ligeramente la pequeña mano. Y era cierto, por alguna misteriosa razón, pese a todo lo que estaba ocurriendo la simple cercanía de aquella hermosa y tierna creatura lo hacía sentir tranquilo, mientras su pecho se llenaba con una hasta ahora desconocida calidez…”Debe ser porque es tan lindo”…se dijo concentrándose por el momento solo en lo bien que sentía caminar así junto a él.

 

Degel y Kardia que se habían acercado lo suficiente para presenciar la última parte, miraban con desacuerdo a los más chicos tomados de la mano.

 

Mientras continuaban con su camino rumbo a Santuario, Afrodita aprovechaba cada que se topaban con alguna flor, o planta frutal, para explicarle a Shaka cosas como su estructura, posible tipo, ciclo de desarrollo, y todo lo que en esos últimos años había aprendido sobre flora silvestre, haciendo que el rubio lo viera sorprendido, y poco a poco fuera recuperando esa hermosa sonrisa en la que sobresalían los pequeños colmillos.

 

Finalmente cuando el día comenzó a oscurecerse, el más pequeño escuchó  a lo lejos una suave melodía.

Shaka que tenía un agudo sentido del oído se detuvo de inmediato, tratando de descifrar que era aquel sonido…-¿Qué es?-… preguntó curioso a su hermano sin soltar la mano de Afrodita.

Kardia quien iba distraído olfateando las largas hebras del cabello de un molesto Degel que intentaba quitárselo de encima,  levantó sus orejas concentrándose un momento –Ah…eso…En realidad no lo sé exactamente, pero he oído que se trata de una tonta creatura que todas las noches va al lago a cantarle a la luna –dijo bostezando despreocupado.

Conforme seguían avanzando la melosa canción se escuchaba con más y más claridad, llenando el ambiente con una peculiar dulzura.

-Suena muy bien…-musitó Afrodita quien estaba sentado frente a la fogata, justo al lado de Shaka a quien había cubierto con su capa pues el clima se había vuelto un poco más frío de lo normal por la cercanía del lago.

-Pues yo solo espero que se calle en algún momento o no podré dormir- dijo Kardia tratando de recostarse sobre las piernas del peliverde, pero este de inmediato se quitó haciéndolo caer duramente sobre el suelo.

-Su majestad- expresó el guardia ofreciéndole su capa, pero el príncipe negó con la cabeza.

-Estamos bien, ¿verdad Shaka? –cuestionó abrazando al ruborizado muchachito quien se puso súbitamente nervioso, haciéndolo sonreír, pues al joven príncipe le parecían adorables cada una de esas nerviosas reacciones.

Toda esa escena estaba molestando bastante Kardia, quien no confiaba para nada en los humanos, y mucho menos en ese niño bonito que tenía cautivado a su hermano. Así pues, decidido a romper ese ambiente de paz preguntó por algo que sabía no haría feliz a su hermano –Y bueno, Afrodita, que tal si nos cuentas algo de Milo…ya sabes, para conocer un poco sobre el torpe mocoso al que estamos buscando.

Afrodita estuvo tentado a gritarle por la forma tan despectiva en que había hablado de su amigo, pero sabiendo que sería caso perdido, solo se limitó a contestar…

-Bueno, Milo es un querido amigo, nos conocemos prácticamente desde siempre…-comenzó a relatar muy sonriente de tan solo recordar al simpático peliazul junto a quien había crecido y vivido tantas aventuras –Milo es alguien grandioso, tiene un carácter tan abierto y divertido que llena de sonrisas cualquier lugar a donde va. También es muy valiente, y tiene una peculiar fijación con los insectos, de hecho recuerdo que una vez…

Shaka dejó de escuchar. Solo esas pocas palabras habían bastado para traer de vuelta el malestar que sentía en su pecho cada que Afrodita mencionaba a Milo. Estaba tan sumido en sus pensamientos, que para cuando se dio cuenta ya era momento de ir a dormir.  A pesar del recuerdo de los cálidos brazos del peliceleste que lo hacían sentir tan bien y seguro, toda su confusión lo hizo preferir dormir junto a su hermano, que cargándolo descuidadamente como si fuera un cachorro lo alejo con gesto triunfal de Afrodita, quien inesperadamente se halló si mismo sintiéndose solo y extrañamente incompleto.

Gracias al cansancio por ese pesado día, todos sucumbieron casi de inmediato al sueño, todos excepto Shaka, quien mirando a ese mar de estrellas extendiéndose sobre su cabeza no dejaba de pensar en cosas como que Milo era especial, y que él era un enano, escuálido y feo (N/A: palabras dichas por Kardia en el capítulo dos).

Cansado de esos pensamientos decidió ir a caminar para aclarar su mente y corazón que latía cada vez más fuerte cuando estaba cerca del peliceleste.

Dio un par de vueltas entre los oscuros arboles, recordando vagamente una conversación con  Kardia tiempo atrás…

Flash back

Kardia acababa de regresar a casa muy orgulloso luego de su primera cita, y bueno, apenas llegar se encontró con el mismo problema de siempre…

-¡¡Shaka ven acá!!-se escuchó gritar desde adentro al tiempo que un lindo Shaka de unos 7 años corría despavorido rumbo al bosque.

Acostumbrado a esa situación que se repetía prácticamente todos los día, Kardia fue tras el menor luego de avisar a su madre que se encargaría de traerlo de regreso.

No tardó mucho cuando encontró al pequeño escondido dentro de un tronco vacío.

-Toc-toc- llamó dando pequeños golpecitos.

Shaka no contestó, y se abrazó más a sí mismo en un intento de hacerse pequeño y pasar desapercibido.

Kardia solo sonrió negando con la cabeza, tomando asiento junto al viejo árbol.

-Enano, no puedes seguir así. Si no haces lo que mamá te dice nunca vas a crecer, ¿eso quieres?

-¿Qué hay de malo con eso?...No me importa ser pequeño si así no debo comer esa cosa horrible…-dijo con su tierna y aguda voz, que a pesar de su edad, transmitía seriedad y decisión.

-Bueno, es cierto que no parece tan malo ahora, pero si te quedas siempre así no podrás hacer muchas cosas.

-¿Qué cosas?- cuestionó curioso el menor, bastante sorprendido de que su hermano aun no se hubiera puesto a gritar.

-Bueno…para empezar no podrás alcanzar cosas de lugares altos, no podrás cazar, ni tampoco defender a mamá si algo pasa…

-Pero mamá es la más fuerte…es mucho más fuerte que tú…-dijo el menor recordando las palizas que su madre le daba a su hermano en cada entrenamiento.

-Eso no…yo…bueno…¡Eso no es lo importante!- gritó Kardia muy avergonzado –¡El punto es que tendrás muchos problemas con ese tamaño!... Por ejemplo, ¿qué vas a hacer cuando te guste una chica?- contestó sonriendo rememorando lo bien que se la había pasado ese día en si cita.

Shaka sacó su cabecita del tronco…-¿Qué es gustar?

-¿”Gustar”?...bueno, gustar es cuando alguien te agrada mucho y quieres estar todo el tiempo con esa persona…

-Ahhh...entonces mis amigos me gustan, y no he tenido ningún problema con ellos…

-No, no…no me refería a ese tipo de gustar…es más bien algo…diferente…

-¿Diferente?...¿cómo?- preguntó el menor ya totalmente fuera de su escondite mirando con mucha atención a su hermano.

Esto hizo sentir muy bien a Kardia, quien se puso de pie dispuesto a compartir todos sus conocimientos amorosos con el pequeño.

-Bueno…cuando alguien te gusta de verdad, tu corazón empieza a latir muy fuerte cuando esa persona se te acerca, y sientes en tu estomago un vacío, y la sensación de mariposas revoloteando en tu interior. Además, sentirás algo cálido en tu pecho, y todo el tiempo estarás pensando solo en ella.

Shaka frunció el ceño meditando en lo escuchado –Eso suena horrible, es como si estuvieras enfermo.

Al oírlo Kardia lo miró incrédulo, preguntándose por qué no podía tener un hermano normal…Pero dispuesto a utilizar eso a su favor, dibujo una amplia sonrisa…-Tienes razón enano, y esa enfermedad se llama amor –musitó tétricamente haciendo que los cielos del otro se abrieran asustados –Y cuando te enfermas de amor, estás perdido, pues no hay forma de curarte.

-¿Y entonces…te mueres?- cuestionó angustiado el menor.

Kardia asintió gravemente –Así es…pero solo si eres débil, así que deja de pensar tonterías y ve a comer para ponerte grande y fuerte.

Fin flash back

 

Y bueno,  a estas alturas Shaka sabía que nadie moría de eso, pero tras evaluar sus síntomas, y por más que sonara tonto o difícil de creer, parecía que se había enfermado desde el primer momento en que vio a Afrodita…y aunque tal vez no moriría, si que dolía, en especial cuando lo oía hablar de Milo.

Suspiró mirando a su alrededor, solo para darse cuenta de que al parecer había caminado mucho, y ahora se encontraba muy muy cerca del lago. Con una gran curiosidad se acercó escondiéndose detrás de uno de los oscuros árboles, buscando con sus ojitos al origen de aquella canción que ahora se escuchaba clara y fuerte.

Pronto lo halló  a un par de metros. Era una creatura enorme, con un cuerpo parecido al humano, pero un poco más musculoso y ancho de lo normal, y con unos grandes cuernos en su cabeza.

-¿Sorprendente verdad?- cuestionó una voz divertida a su lado asustándolo.

Shaka volteó, notando que se trataba de un chiquillo seguro mucho más joven que él, una especie de sátiro con una corona de flores en la cabeza, quien  presenciaba muy atento y divertido la peculiar escena.

-¿Es la primera vez que vienes a verlo?- cuestionó aquel simpático sátiro, sin mover la mirada de la creatura que seguía cantando.

-Si…-respondió Shaka con simpleza -¿Tú lo conoces?

-¿Al buen Alde?...¡Claro!...¡Todos lo conocemos!...Y  cómo no hacerlo si viene aquí cada noche a cantar hasta que amanece.

-¿Todos los días?

-Sip, todos sin falta, bueno…excepto cuando hay luna nueva.

Shaka se mantuvo en silencio analizando la situación…-¿Y por qué lo hace?...-cuestionó notando que aquel ser cantaba con un gran sentimiento mientras miraba fijamente hacia el lago.

-La luna…-respondió el sátiro….-Solo observa.

Shaka enfocó su vista en el lago…de pronto, justo en el lugar donde se reflejaba la luna comenzó a brillar una intensa luz, de la cual emergió una hermosa mujer de piel blanca y cabellos plateados que dando pequeños santitos sobre el agua llegó a la tierra.

La canción había cesado, y aquel ser corpulento había desaparecido por completo.

Ante esto, el sátiro suspiró –Todos los días es lo mismo –comentó señalando hacia la hermosa muchachita que parecía buscar algo.

-¿Por qué lo hace?- pregunto el pequeño rubio intrigado, observando como entre la penumbra de los arboles el gran Alde yacía escondido observando fijamente a la bella mujer.

El sátiro entonces adoptó una postura madura con los brazos cruzados –Es porque está enamorado, pero…no pueden estar juntos.

-Pero, ¿por qué?

-¿No es obvio?...Ellos son muy diferentes. No importa cuánto el grandote la ame, ellos pertenecen a mundos muy distintos, así que es imposible que estén juntos, y Alde lo sabe, por eso a pesar de que regresa aquí cada noche nunca se atreve a hablarle, porque, ¿qué objeto tiene tratar de luchar por un amor imposible?

Luego de eso se mantuvieron en silencio, hasta que dándose por vencida, tal como había llegado, la hermosa mujer volvió al lago, donde se disolvió en chispas de luz subiendo hacia la luna.

 

Luego de esa experiencia Shaka volvió junto a los demás mucho más pensativo…

-¡Shaka!...-grito Afrodita de pronto corriendo a abrazarlo -¿Dónde estabas? ¿te encuentras bien?

El pequeño rubio solo se puso más y más nervioso –Si…solo salí a caminar un poco.

Entonces el príncipe suspiró aliviado –Me asusté mucho cuando desperté y no te vi por ningún lado. Por favor no vuelvas a hacerlo.

Shaka se mantuvo sin contestar, observando fijamente la esa hermosa mirada celeste que hacía aumentar el ritmo de su corazón.

-¿No se los dije?- exclamó Kardia llegando junto a Degel –Shaka es muy inteligente y hábil, les dije que estaría bien –indicó dirigiéndose sobre todo a Degel, quien prácticamente lo había obligado a ir junto a ellos en búsqueda del menor.

 

Entonces juntos regresaron junto a la fogata para dormir un poco más hasta que aclarara el día.

Shaka obviamente no pudo dormir. Recostado junto a Kardia, estudiaba en silencio el lindo rostro del peliceleste. Era bonito, mucho más que cualquier otra cosa que hubiese visto, pero más allá de lo físico, le encantaba esa forma de ser tan dulce y tierna, además de ser valiente, pues aun recordaba claramente la forma en que lo había defendido de su hermano, sin titubear ni un momento. Todos esos pensamientos de inmediato pusieron a trabajar más rápido a su corazón, que latía muy agitado en su pecho, mientras el pequeño rubio trataba de cerrar los ojos e imaginar que se hallaba junto a él, en ese cálido espacio entre su pecho y sus brazos.

Repentinamente el recuerdo de “Alde” cantándole a la luna se coló entre sus pensamientos, haciéndolo estremecer. Por primera vez en ese tiempo reparó en el importante hecho de que Afrodita era un humano, además de ser más alto, y por sus ropas podía intuir que pertenecía a una buena familia…A su lado, él no era más que un animal salvaje vestido a medias con un holgado pantalón que dado su tamaño actual no podía llenar.

Esa revelación se clavó como una punzada en su pecho, mientras a su mente volvían las palabras de aquel pequeño sátiro…” no pueden estar juntos”...”Ellos son muy diferentes…pertenecen a mundos muy distintos”…”¿qué objeto tiene tratar de luchar por un amor imposible?”

Angustiado por esos pensamientos, ya no pudo dormir, por lo que solo cerró sus pequeños puños con fuerza…”¿qué objeto tiene tratar de luchar por un amor imposible?”

A la mañana siguiente todo parecía normal. Afrodita despertando impecablemente hermoso, Degel tratando de zafarse de Kardia quien había terminado durmiendo a su lado. Solo Shaka parecía distinto, lucía decaído y muy ojeroso. No obstante, cada vez que Afrodita se acercaba para tratar de preguntarle qué ocurría, éste se escabullía en silencio, dejando al príncipe solo y muy confundido, sin entender qué había hecho mal esta vez.

Para sorpresa de todos, tal actitud del bello rubio siguió durante todo el día, haciendo que Afrodita se pusiera más y más triste, sin saber qué hacer o qué decir para que Shaka volviera a ser el mismo de antes.

Cuando llegó la hora de la comida, se detuvieron cerca de un arroyo para descansar un poco mientras gozaban del festín se semillas y hierbas que Shaka había recolectado esa mañana. Rompiendo aquel extraño silencio, solo se escuchaban los quejidos de Kardia por tener que soportar esa dieta tan absurda, o los regaños del pobre Degel que no sabía como quitarse de encima al pesado rubio que cada que podía amenazaba con comérselo.

En algún punto, Shaka aprovechó la distracción para internarse en el bosque, pues estaba demasiado confundido para ver a Afrodita.

-¿Está todo bien?- lo sorprendió de pronto la voz del peliceleste –Es decir, si hice algo mal, algo que te molestara, de verdad lo lamento…Solo, por favor vuelve a hablar conmigo…-pidió  cabizbajo con una mirada tan triste que hizo a Shaka correr de inmediato hacia él.

-Te equivocas…fui yo el que hizo algo mal…-explicó el pequeño rubio sujetando nerviosamente su mano.

-¿Tú?...No Shaka, tú no has hecho nada malo –dijo Afrodita arrodillándose frente a él, pero cuando estaba por acariciar su cabeza, el menor dio un paso atrás.

-Afrodita…¿puedo pedirte algo?- pidió avergonzado y sin atreverse a mirarlo.

-Claro, lo que quieras…-respondió el príncipe inclinándose para tratar de mirar esos bellos ojos que todo el día habían estado evitándolo.

-Por favor…no te me acerques más…-musitó el rubio apretando sus pequeños puños.

Al instante Afrodita se sobresalto –Shaka…lo siento, no quise hacerte sentir mal o tratarte como niño… –exclamó preocupado.

-¡No, no es eso!...Es solo que yo…cuando estas cerca y me acaricias…no puedo evitar querer más….porque…creo que yo…estoy enamorado de ti –musitó casi como un murmullo bajando el rostro completamente triste y apenado –Por eso por favor no te acerques más, o no podré controlar esta sensación en mi pecho …yo…

-Shaka…-musitó Afrodita asombrado, sintiendo de nuevo esa cálida sensación en su pecho, y un extraño sentimiento de felicidad –Yo también te quiero mucho –explicó tentado a acariciar sus lindas orejas –Eres tan dulce, inteligente y lindo que me siento muy bien cuando estoy contigo…

-¿Mejor que cuándo estas con Milo?- preguntó nerviosamente Shaka jugando con la tela de su pantalón.

El príncipe sonrió –Bueno, lo que ocurre con Milo es distinto porque él es…

-Su prometido…-dijo Degel con tonó frío –El príncipe Afrodita y el joven Milo están comprometidos y van a casarse muy pronto.

Al instante los lindos cielos se llenaros de lágrimas -Tú…tú dijiste que Milo era tu amigo- musitó el pequeño Shaka mirándolo desconcertado -¡Me mentiste!...¡¡Tú me mentiste!!

-Shaka, no…Escúchame, déjame explicarte–dijo el príncipe tratando de acercarse, pero al intentar tocarlo Shaka lo arañó por instinto.

-¡¡Te odio!!...¡¡No te quiero volver a ver!!- gritó llorando como nunca mientras corría velozmente hacia el bosque, seguido de cerca por Kardia, quien fulminó con la mirada al lindo peliceleste que permanecía en el suelo sin saber qué hacer.

Notas finales:

Y ese fue...

Lo sé, la primera parte está para llorar.

Pero bueno, no los entretengo más, así que nos vemos en el siguiente capítulo...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).