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Pequeño Canino por Namine

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del capitulo:

Lo siento muchísimo por la tardanza -.-U los estudios no me han dejado ni respirar ;; (tengo testigos xD). Bien, aquí está el segundo y último capítulo de Pequeño Canino...y ¡lemon! ¡mi primer lemon ;__;! y además shota... les aseguro que me esforcé >.<

Respuestas a los reviews:
 
Shonen_girl
Lo siento mucho por la tardanza. ¡Valla! ¡Nunca pensé que el fic provocase ese tipo de reacciones! nn Y sí, el fan art es precioso, Hikari-Chan dibuja realmente bien. Muchísimas gracias por tu comentario y espero que este capítulo sea de tu agrado ^^.
 
Roxas
Shu tiene 8 años y Eiri 22 (que diferencia ¿eh? xD). Sí, Shu se ve tan lindo ~<3 aunque en cualquier caso se ve lindo ** *babea*. Muchísimas gracias por tu comentario y espero que te guste este capítulo ^^.
 
Pandora
Sííí todos deben de sacrificarse por Shu-chan o.Ó JOJOJO, la humanidad no sabe aceptar lo bello ~o~ al menos el rubio sí, jeje xD. Sobre el lemon...es el primer lemon que he hecho...y bueno pues...ya verás xDU... espero que te convenza. Muchísimas gracias por tu comentario y ojalá que el capítulo te guste ^^.
 
Hikari-Chan
¿Thoma + Eiri? OMG es "demasié" xDDDU. Pues sí, lograste que el shota me gustase, si no fuese así este fic nunca hubiese existido. Sobre el fan art, aunque no hubiese dicho nada, hubiese seguido igual de fantástico. Y lo de escribir, si escribes mucho mejor que yo >>U...Bueno, muchas gracias por tu comentario y espero que te siga gustando este episodio xD ^^.
 
Re14
Pues creo que si mejorarán x3 al menos Shu no estará tan solo como antes aunque tendrá que hacer " algo" nnU. Muchísimas gracias por tu comentario y espero que este capítulo te guste ^^.
 
Dennise_Sunshine
Leer esas palabras me alegra mucho, es enserio, te agradezco mucho por ellas, ya que no me considero una buena escritora, pero le intento poner empeño, y que te digan eso siempre ayuda. Muchísimas gracias por el comentario y ojalá que sea de tu agrado este capítulo ^^.
 
Anónimo
Muchas gracias ^^ aquí la continuación, espero que te guste.
 
Sensei_Himura
Me encanta como se ven los dos con orejas y colas de lobo *____* uff demasiado para mi xDD >///<. Espero que este capítulo te guste y muchísimas gracias por tu comentario ^^.
 
Mels
Jujujuju pues sí, en muy buenas manos x33. Había que dejar solito a Shuichi, si no, imposible el encuentro (bueno no imposible, pero habría que darle mas vueltas xDD). Ojalá te guste este capítulo y muchísimas gracias por tu comentario ^^.
 
Shu_loves_Yuki
Pues si...es realmente difícil distribuir el tiempo, sobre todo si los profesores se ponen de acuerdo para atiborrarte a deberes/examenes -__-U. Muchísimas gracias por tu compresión, comentario y ánimos, ojalá este capítulo te guste ^^.
 
Yakumo
Es Eiri ^^ en este capitulo aparece mucho mas (solo aparecen el y shu). Y si...Shu no se merece eso TTU pero tenia que dejarlo sólo de alguna manera...y siendo un medio-lobo pues no puede ser una vida facil -.- aunque si, tal vez me pasé un poco ^^U. Muchísimas gracias por tu comentario y espero que este episodio sea de tu agrado.
 
Fab
Te agradezco mucho bro que sin gustarte el shota hayas leído este fic (espero que no haya sido muy traumático para ti xDDUU pásame la factura del psiquiatra). Pues lo que pasa con Shu ya lo medio sabes jujuju. Muchísimas gracias y bss TOT.
 
Luffy113
Amo dejar con la intriga xDD soy mala, lo sé. Sé que me tardé mucho en actualizar, pero entre el colegio, la falta de tiempo e inspiración (mi "muso" me ha estado abandonando mucho últimamente xD) pues no he podido antes. Muchísimas gracias por tu comentario y espero que te guste este nuevo episodio.
 
Ayaka_Usagui
Aquí está el capítulo ^^ espero que la espera te parezca que ha valido la pena nnU. Muchísimas gracias y espero que te guste ^^.
 
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SUS COMENTARIOS! Les agradezco que le hayan dado una oportunidad al capítulo. Espero que este no les decepcione.
 
Por cierto, al final (después de la "sección" publicidad XD) hay otro fan art By : Hikari-Chan, les recomiendo que lo vean ** (Mil gracias ;;).
 

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No me llamo Maki ni mi apellido es Murakami, por lo tanto Gravitation no me pertenece (si así fuese habría mucho cambios jojojojo)

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Sin nada más que decir...ojalá les guste.
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La lluvia había cesado. El cielo seguía manchado por un apagado gris, la tormenta se había retirado por el momento. Una pesada capa de frío se mantenía sobre la ciudad, un frío que hacía correr a todos los transeúntes que se abrazaban a si mismos y tiritar a los ligeros de ropa, mientras el tráfico irrumpía sonoramente. Pero a él no le importaba, él ahora estaba en un mundo aparte, ajeno a todo lo que ocurriese fuera de esas cuatro paredes.
 
Silencio y calidez, era lo único que se podía percibir. En una gran y cómoda cama situada en medio de la amplia habitación se podía ver un pequeño bulto envuelto en tela, que comenzaba a despertarse dando un breve bostezo. Un par de pequeñas orejas rosadas y puntiagudas sobresalieron de las acogedoras mantas, caídas, aun en letargo. A continuación, un par de ojos amatistas medio dormidos y llorosos se aventuraron a explorar el desconocido entorno: todo estaba oscuro, y la apagada luz que entraba por las ventanas no era suficiente para describir el lugar. ¿Dónde se encontraba? Esto no era el callejón.
 
Un escalofrió recorrió su pequeña columna. No recordaba como había llegado hasta ahí ni porque estaba en ropa interior y mucho menos porque su cuerpo estaba totalmente húmedo, como si alguien le hubiese mojado. Sintió vergüenza de estar solamente con una camiseta de tiras blanca y unos calzoncillos hasta la rodilla del mismo color, y en un gesto infantil, agarró la fina sábana y enrolló su frágil cuerpo en ella, sólo dejando a la vista su cabecita rosada. De un pequeño salto llegó al suelo sintiendo la fría superficie bajo sus pies desprotegidos. A paso ligero, y llevándose la manta consigo, tanteó en la oscuridad, llegando hasta lo que parecía ser una puerta de madera. Estiró su bracito para encontrar el pomo, girándolo, y haciendo el menor ruido posible, abrió la puerta atrayéndola hacia él. Más oscuridad, ni una de las tantas luces del techo encendidas. Pudo notar que se encontraba en un pasillo por la estrechez del lugar. Con una mano siempre en la pared y todavía arrastrando la larga sábana, llegó hasta el final del pasillo, el cual giraba a la izquierda. Al final del trayecto, una solitaria sala de estar, con un largo sillón, una televisión de plasma, y algún cuadro que otro. El olor a tabaco caro era insoportable.
 
El niño se comenzaba a impacientar por no decir asustar, ¿acaso estaba solo en esa desconocida casa?. Un ligero ruido. Sus orejas lobunas se pusieron en alerta. Comenzó a moverse por el lugar hasta asegurarse de donde provenía esa casi inexistente perturbación. Era el sonido de unas teclas. Con curiosidad, corrió hasta el origen del sonido con tan mala suerte que una de sus finas piernas quedó enrollada en la sábana que le tapaba, cayendo irremediablemente al suelo de bruces, provocando un ruido seco seguido de una lastimera queja del niño. El tecleo cesó, pisadas y un seguro era quitado. Una intensa luz dio de lleno al pelirrosado que acariciaba la parte dolorida. Sus ojos se cerraron en un acto reflejo.
 
-¿Ya te has despertado, mocoso?
 
*********
 
Sus finas piernas se balanceaban nerviosas en un movimiento errático mientras que con la punta de sus dedos jugaba con la ya no tan inmaculada sábana que se encontraba olvidada en el suelo, debajo de sus pies.
 
Una de sus manos se encontraba sobre su vacío estómago que en esos momentos se quejaba por la falta de atención. Su otro brazo se encontraba debajo de su cabeza, aplastada entre ésta y la fría mesa de madera situada en la cocina. Un agradable olor a ramén llegaba desde donde se encontraba el rubio. Se relamió los labios con una sonrisa tontorrona y su cola rosada empezó a moverse alegremente. ¿Desde hacía cuanto no comía algo decente? Y lo más importante...¿desde cuando no lo hacia acompañado?. Su sonrisa se acrecentó al ver al rubio salir de la cocina con un humeante plato, el cual fue literalmente atacado en el instante que tocó la mesa.
 
-Vaya...parece que no fue tu higiene lo único que perdiste durante este tiempo...-el rubio lo miraba de arriba abajo, observando, con cierto desagrado, lo malos modales del chiquillo.
 
Shuichi cesó con su ataque un momento, sonrojado en su totalidad y con orejas caídas por la vergüenza, sacando la húmeda cara del cuenco. Había que comprenderle: se había pasado un mes alimentándose de lo que dejaban otros, buscando entre las bolsa de basura. Ahora tenía enfrente una comida de verdad y, simplemente, su estomago había pensado por él.
 
-Lo siento, lo siento mucho Sr... Sr...
 
-Eiri- movió sus ocultas orejas lobunas, mezcladas entre sus rubios cabellos-Llámame Eiri.
 
-Eiri...-el pequeño repitió el nombre casi con admiración, sonrojándose levemente ante el atractivo del hombre, y con una sonrisa pintada en el rostro- Muchas gracias...por...por ayudarme, yo la verdad...
 
-Te he estado observando durante este tiempo- el rubio interrumpió al chiquillo con un tono de voz neutro, casi apagado, monopolizando la atención del pelirrosado- Dime...tú eres de la familia Shindo...¿no es así?
 
Dudas e inquietudes interrumpieron el pacífico momento en la mente del niño. ¿Como sabía el apellido de su familia, su apellido?. Su madre fue una simple ama de casa, y su padre un humilde carpintero que trabajaba en una pequeña pero acogedora tienda. Los señores Shindo, a simple vista, no destacaban en nada: trabajaban de noche a día, acudían a las reuniones escolares...más que normales, pasaban desapercibidos. Seguramente, muy pocos sabían la verdadera "naturaleza" de la casi desaparecida familia Shindo. Por primera vez en varias horas, la desconfianza y el instinto de supervivencia afloraron en el pelirrosado. Eiri era como el, un medio lobo, un híbrido, un..."fallo" genético, pero aun así no podía confiar totalmente en él, vivía demasiado bien para ser lo que era, un despojo de la sociedad humana, mientras que los demás vivían escondidos o en los suburbios, acosados constantemente. 
 
-¿Lo eres o no?
 
-¿Y que si lo fuera?- mantuvo las distancias en todo momento.
 
Eiri sonrió con superioridad. Se levantó con lentitud del asiento donde había estado reposando hasta el momento, y a grandes zancadas se dirigió hacia su estudio. Momentos después, salió con la misma tranquilidad y con un arrugado periódico en mano.
 
-Sólo para advertirte y enseñarte esto, fue escrito hace casi un mes...
 
El montón de hojas grisaceas fue lanzado con dureza aterrizando en la mesa enfrente del pequeño. Las amatistas se abrieron de par en par y con su joven corazón desbocado y dedos temblorosos, se acercó el periódico para ver el artículo que acaparaba todo la primera plana.
 
"FAMILIA DE HIBRIDOS DESCUBIERTA EN LAS CALLES DE TOKIO"
 
Ayer a las 10 de la noche se confirmó lo que muchos temían: una de la casas cercanas al nuevo centro comercial, ha estado habitado por una familia de híbridos. La policía, la cual había estado patrullando esas calles desde hacía meses, dio ayer por fin con el escondrijo de los "medio-lobo". La familia había estado conviviendo con personas del alrededor sin levantar sospechas: la familia Shindo, de la cual podemos destacar a Hikaru Shindo y a su esposa, Nadesico Shindo, dos revolucionarios extremistas causantes de varios atentados contra la salud pública humana, buscados desde hacía meses. Varios agentes se acercaron hasta el domicilio y les pidieron amablemente que les acompañasen hasta comisaría para rendir cuentas con la justicia, pero ante la agresividad de los sospechosos hubo que tomar medidas extremas.
 
-No pudimos evitarlo-afirma uno de los valientes agentes que intervinieron en la misión- los sujetos comenzaron a comportarse de manera violenta y a atacarnos. Tuvimos que derribarlos para salvar la vida.
 
Tres de los cuatro miembros de la familia fueron abatidos, pero uno logró escapar y, por el momento, se encuentra en paradero desconocido.
 
-No hay porque temer-asegura el comisario encargado del caso-tengo a mis hombres buscando por la zona, pero el pánico no debe cundir, es un ..."cachorro"-risas- no dará problemas.
 
No hay duda de que esta "plaga" quedará erradicada muy pronto gracias a la valentía de estos hombres y su...
 
El articulo continuaba.
 
Varias lágrimas de rabia e impotencia cayeron sobre el frágil papel. Como podían mentir de esa manera...Todo aquello era mentira...esos humanos...Sintió un roce en uno de sus ojos que arrastró consigo todas las lágrimas presas en él: era Eiri, arrodillado ante el pequeño, con una mirada comprensiva, no acorde con su personalidad. Sintió sus mejillas enrojecer, y no precisamente de ira.
 
-Encantador ¿verdad?- se alejó un poco para expulsar el humo del recién encendido cigarro.- Sé por lo que has tenido que pasar...pero siendo sincero- suspiró mientras acababa por sentarse en el suelo-tus padres estaban pidiendo a gritos lo que les paso.
 
Unos segundos después sintió un fuerte empujón y se encontró así mismo tirado en el suelo y con un peso sobre su estómago. Un pelirrosa hundido en lágrimas e intentando imponer con sus pequeñas orejas y cola tiesas fue lo primero que vio al volver a abrir los ojos.
 
-¡¡No te atrevas a decir eso!! Mis...mis padres no hicieron nada...¡y ellos...y ellos los mataron! ¡y también mataron a mi hermana!
 
-No hables sin saber, mocoso- se incorporó quedando otra vez sentado, mirando con sus ojos miel directamente al pelirrosa situado en sus piernas, destruyendo su imagen imponente con rapidez- Te creo...sé que tus padres no atacaron a esos humanos, no sabes cuantas mentiras he tenido que leer cada día desde que tengo memoria, sé que sólo dicen excusas para tapar la matanza, pero ellos no se ocultaban, daban señas a los cuatro vientos, por así decirlo. Ninguno de nosotros sobrevive así, no tenían posibilidades...ellos sabían a lo que se atenían.
 
-No..no...¡no! ¡eso no es verdad! Mis padres hacían lo correcto...no se puede vivir escondido ¡como tú lo haces!-miró con rabia al rubio que permaneció tranquilo-...siempre me decían eso...que no tuviese miedo y que...no me sintiese mal...por ser lo que soy -sus palabras temblaban al compás de su cuerpo. Ya no sabía que pensar. No sabía si la mentalidad inculcada por sus padres era la correcta...un odio hacia los humanos y respeto y unión entre los suyos... ¿acabaría como ellos?. En su vida se había sentido tan solo, incluso se sentía mejor en la humedad del callejón.
 
Envuelto en sus pensamientos, sintió un ligero empujón y una calidez chocando contra la parte frontal de su cuerpo: Eiri lo estaba abrazando.
 
Shuichi se sentía...raro. Un torbellino de emociones nacía en su interior: rabia, dolor, confusión, dudas, muchas dudas...y entre todo ese mar de sentimientos uno que no podía describir, ya que nunca antes lo había sentido, era algo nuevo...tal vez era la falta de cariño que había sufrido esos meses...
 
-Me recuerdas demasiado a mi...-sintió que los brazos del rubio le apretaban casi con brusquedad, para a los segundos dejarlo libre- Vete a dormir, mañana deberás irte.
 
-¿Qu..que? ¿I..irme?
 
-Claro-aplastó la cabeza del consumido cigarro- no habrás creído que te ibas a quedar a vivir conmigo...¿verdad?-rió
 
-Pe...pero ¡no puedes hacerme esto! Me...¡me matarán si vuelvo allá fuera! Por...por favor...
 
-Ni hablar, no eres más que un crío molesto que da trabajo, no ganaría nada contigo. No hay más que hablar.
 
Se dio la vuelta para volver al estudio pero notó una pequeña resistencia. Con la poca paciencia que todavía conservaba, se giró, encontrándose a un pelirrosado a lágrima viva, viéndose sumiso e inocente con su cola y orejas agachadas. Tragó saliva.
 
-Ha...haré cualquier cosa...plancharé, haré tu cama hasta cocinaré ¡he visto a mi madre hacerlo y no parece difícil!- se obligó a reír por unos momentos derramando mas lágrimas en el proceso- Cualquier cosa...
 
El rubio se impresionó ante tal súplica. Lo miró de arriba abajo. Tal vez... no sería mala idea que el pequeño se quedase...
 
Volvió a acercarse al niño agachándose hasta ponerse a su altura. Su mirada se volvió mucho más gatuna y penetrante centrándose en las húmedas amatistas. Se sintió aun más pequeño ante esa mirada tan extraña.
 
-¿Cualquier...cosa?-sintió como los elegantes dedos de Eiri se colaban por debajo de su fina camisa interior hasta rozar la cálida piel de su espalda- ¿Estarías dispuesto a hacer lo que te mandase...por quedarte conmigo?-disminuyó la distancia entre ellos mientras acariciaba lentamente la piel que cubría sus omoplatos. Era tan suave...¿como sabría? Se sintió ligeramente excitado ante esos pensamientos nunca antes tenidos.
 
-S-Sí...yo...yo quiero quedarme aquí...contigo- sonrió con nerviosismo ¿que iba a pedirle hacer?
 
El rubio sonrió. El pelirrosa notó como era alzado entre los brazos de Eiri mientras se dirigía a la habitación donde había despertado.
 
-¿Umm...Sr.Eiri? ¿Vamos a su habitación?- el niño se sentía a gusto entre los brazos del hombre mayor y se permitió pasar su pequeños bracitos alrededor del cuello del rubio para apoyar su cabecita en el hombro de Eiri.
 
-Sí...vas a tener que hacer algo por mi Shu-chan...
 
Llegaron a la sutilmente iluminada habitación. Shuichi se preguntó por qué el rubio le tumbó con delicadeza sobre la desecha cama, como también por qué se posicionó encima suyo a cuatro patas. Sintió las manos de Eiri delinear sobre su ropa con lentitud su aun húmedo cuerpo, desde sus orejas lobunas hasta la punta de sus pies, haciéndole estremecerse ligeramente. Oyó un ligero suspiro placentero del rubio.
 
-Sr Eiri...¿que ha...?
 
-Shh...¿no has dicho que harías cualquier cosa? Entonces déjame hacer...verás como te gusta.
 
¿Gustarle?...
 
El rubio se acercó intentando no aplastar al niño con su cuerpo pero sí lo suficiente para sentir el calor que emanaba el pequeño. Enterró su cara en la curvatura del cuello comenzando a morder, lamer y a besar la piel que lo había tentado, marcándolo en el proceso. Sabía tan bien como esperaba.
 
-¡Ah! no...no ¿¡que...que hace!?
 
Haciendo caso omiso de las quejas del joven y a los ligeros empujones, continuó su camino dirigiéndose hacia las sonrojadas mejillas mordiéndolas ligeramente mientras deslizaba sus manos por debajo de la camisa del niño. Sonrió al notar sus pequeños pezones ligeramente endurecidos.
Shuichi estaba confundido y acalorado. Notaba como su cuerpo ardía ante los mimos que le daba el mayor ¿le estaría dando fiebre?...
 
Sus pensamientos se vieron interrumpidos al sentir los carnosos labios de Eiri presionando contra los suyos. La lengua del rubio penetró en la virgen cavidad logrando un jadeo del niño. La lengua del mayor exploraba todo lo que podía intentando atrapar la esquiva lengua del pelirrosa logrando uno que otro gemido asustadizo. El aire se les fue agotando y Shuichi se empezó a inquietar por la falta de oxígeno. Cuando degustó todo lo que pudo esa húmeda zona, se separó de Shuichi manteniéndose unidos por un fino hilo de saliva. Mientras el pelirrosa intentaba regular su respiración, Eiri echó un vistazo al estado de su "presa": camisa levantada dejando ver su bajo vientre que subía y bajaba, labios hinchados, ojos llorosos y piel perlada por el sudor. Sus puntiagudas orejas se confundían con su cabello y las hebras de su cola se encontraban desparramas y desordenadas sobre el colchón. Lindo y tierno. Notó como la presión en su entrepierna aumentaba. Ya era hora de acelerar el proceso, no quería correrse antes de tiempo.
 
Comenzó a quitarle la prenda superior, pero el niño opuso resistencia poniendo sus temblorosas manos en las suyas.
 
-Aaah...no...no quiero más...esto...está mal...
 
-¿Que está mal? ¿Por qué?
 
-Es tan...raro- emitió un ligero suspiro al sentir la pelvis del rubio presionando sobre la suya. No iba a dejar que el niño se le revelase ahora, estaba demasiado caliente para eso.
 
-¿Que más da que sea raro mientras te guste?
 
-Umm...
 
Con una sonrisa tranquilizadora, logró quitarle la camiseta al pelirrosa para atacar los pequeños botones del niño mientras hurgaba en sus cortos calzoncillos tocando la suave pelvis acercándose peligrosamente al semi despierto miembro del chiquillo.
El niño sentía calor y "malestar" en su entrepierna e intentaba controlar las intensas sensaciones que la lengua del mayor le provocaba mientras bailaba en su pecho. Emitió un sonoro quejido al sentir un roce en su miembro. Se comenzó a asustar al sentir todo su cuerpo desnudo y su ropa demasiado lejos para ser alcanzada.
 
El rubio se desvistió con rapidez para a continuación depositar un camino de besos y mordiscos en una de las suaves piernas del niño hasta llegar a su miembro despierto. Lamió la cabeza, degustando su sabor y el gemido del pelirrosado. No aguantándose la tentación, introdujo el pequeño miembro en su boca para saborearlo todo lo posible. Las rosadas orejas lobunas se tensaron y gimió todo lo que su garganta le permitió incorporándose hasta quedar sentado y enrollar sus dedos con los rubios cabellos intentado que el rubio "lo soltase", sin resultado alguno. Los sube-baja del mayor fueron aumentando el ritmo al compás de los gemidos del niño el cual sentía que una sensación en su estomago cada vez era más intensa. A los pocos momentos, una corriente recorrió todo el cuerpo del pequeño haciéndole caer a la cama y gemir fuertemente mientras Eiri recibía gustoso la salada esencia de Shuichi en su boca . El rubio se relamió los restos que había en sus labios para subir y darle a probar a Shuichi, el cual estaba demasiado cansado para negarse.
 
Aprovechando el momento, le dio la vuelta al niño dejándolo bocabajo para tocar los sonrosados muslos internos del pequeño apartando algunos cabellos de la rosada cola del pelirrosa. Pudo notar la curiosa mirada de las acuosas amatistas sobre el, preguntándole que le iba a hacer. Llevó tres dedos a su boca ensalivándolos y dirigiéndolos a la oculta entrada del niño introduciendo uno de ellos en la virgen cavidad.
 
-¡¡¡Aggggg!!! ¡no, NO! ¡me duele, por favor, sáquelo! ¡Ah! ¡dueleee!
 
-Tranquilo, si te tensas será peor. Esto lo hago para que luego no te duela. Pronto ya no sentirás molestia alguna.
 
Aun oyendo los sollozos del niño, introdujo con lentitud el segundo dedo preparando la cavidad y haciendo que Shuichi enterrase su rostro en la almohada intentando acallar sus gritos de dolor.
El hombre comenzó a mover sus dedos en tijereta para que pudiese recibirlo haciendo que el cuerpo del niño temblase. Shuichi mordía sus labios para no gritar de dolor, casi haciéndolos sangrar. Temía que el Sr. Eiri se enfadase si lo hacía, y por el consiguiente, le echase de la casa, de su lado. Y no podía permitirse eso, ni quería eso. Notaba como los dedos del mayor tocaban su interior, cada vez más profundo, se sentía como si lo partiesen en dos, pero confiaba en el rubio, y si él decía que era por su bien...
 
Lo era.
 
Ante el silencio por parte del niño, creyó que estaba preparado físicamente para recibirlo, y el no podía estarlo más. Con impaciencia, embadurnó con saliva su miembro endurecido posándolo en la entrada del pelirrosa.
Shuichi había sentido la "falta" de los dedos del rubio en su interior. Su cuerpo se relajó por el cansancio, mas la renovada presión en su entrada por "algo" caliente y mucho más duro que los dedos del rubio lo hizo estar alerta de nuevo. 
 
-¡NO! ¡Aaaaah! ¿Que...hace? ¡ah! ¡salga! ¡ah!
 
-No mientas...¡ah! Te he preparado bien...y si no te gustase, no gemirías de esa manera...
 
No haciendo caso a las súplicas del niño, continuó entrando en las estrecha cavidad hasta empalar completamente al pelirrosado. Las paredes internas del niño apretaban su erección mandando descargas placenteras a todo su cuerpo, obligándolo a comenzar lentamente las embestidas. Con suavidad. Se inclinó hasta llegar a los hombros del niño, besando la suave piel para tranquilizarlo y observar los gestos de su rostro: las amatistas del pequeño estaban hundidas en llanto, pero entre toda la inocencia que albergaban notó un deje de lujuria, confianza, y otros sentimientos que no pudo identificar. Su boca estaba entreabierta, dejando salir ligeros gemidos en los cuales no se podía identificar donde empezaba el dolor y acababa el placer. No recordaba haber visto algo así antes en ninguna de las mujeres que habían desfilado por su cama.
 
Y él era solo un niño, un cachorro.
 
Shuichi sólo sentía el duro miembro que golpeaba en su interior, al principio suave, ahora el ritmo era más duro, demandante, salvaje. Su cuerpo no respondía, se había abandonado al dolor y a la extraña sensación que había sentido cuando el rubio había estado entre sus piernas. Las atenciones del mayor sobre sus hombros y cuello lo tranquilizaban ligeramente y hacían que su llanto se fuese extinguiese poco a poco.
 
Aun así, el miedo seguía presente.
 
La lujuria y el placer controlaban al mayor al acercarse al punto de no retorno. Tomó en un abrazo posesivo al menudo cuerpo que tenía debajo suyo pegando más sus cuerpos, si era posible, para lograr una mejor penetración.
 
Shuichi estaba casi en el mismo estado. Su cuerpo se había acoplado perfectamente al de su compañero, apretaba la sabanas entre sus jóvenes dedos, intentado liberar el calor que lo consumía mientras gemía sin reparos. Aun no sabía muy bien que hacían, que sentía, pero en esos momentos, sólo quería olvidar...
 
Eiri aumentó el ritmo sintiéndose al límite, queriendo correrse dentro de aquel niño el cual le hacia sentir...marcarlo como suyo. 
 
A los poco momentos, Shuichi oyó un gruñido placentero del rubio para seguidamente notar un cálido líquido recorrer sus entrañas, llegando a lo más hondo. La misma corriente que había sentido minutos antes volvió a golpear cada músculo de su cuerpo, sintiendo esa extraña sensación que le hizo gemir fuertemente y el cual le robó las fuerzas y le sumergió en un estado de embriaguez.
 
El rubio salió del menor abandonando la cálida estrechez para caer a su lado mientras sus respiraciones se normalizaban, aun sintiendo lo vivido con intensidad. Al rato notó movimiento a su lado: el menor se había acurrucado a su lado. Se extrañó y, aunque no quisiese admitirlo, alegró de que el niño no huyese despavorido ahora que podía. Shuichi dirigió sus adormiladas amatistas hacia el rubio con una sonrisa en sus labios.
 
-Entonces...puedo quedarme...aquí contigo, ¿verdad?...
 
Eiri se impresionó ante las palabras de Shuichi. Suspiró, y con una sonrisa sincera, atrajo el menudo cuerpo hacia sus brazos.
 
Shuichi no necesitó palabras para entenderle, y sonriendo, tan abierta y felizmente, tal y como lo hacia antes, devolvió el abrazo posando su cabecita en el pecho del mayor.
 
Ya no estaría solo, nunca más.  
 
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......*se esconde* es mi primer lemon ; ; ¡sean piadosos!. El primer fic que termino, y me siento contenta de poder haberlo acabado. Ahora, viene mi sección de publicidad xD. Si no les interesa, simplemente salten la "sección" ^^, espero que no les moleste.
 
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Hacía tiempo que no hacía esto xD Comenzamos con:
 
Ley Pareja No Hay Queja! By Fab
Casos policíacos o.ó e interesantes asesinatos x3
Link: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=15879
 
Y el cuarto capítulo de Deudas Pendientes lo subí hace unos días
Link: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=17576&chapter=4
 
Y ya está x3
 
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¡Y ahora el momento que han estado esperando! El fan art de Hikari-chan x3
Link: http://img526.imageshack.us/img526/2753/fanartpchikarifs4.jpg
 
Si el link se rompe, por favor, ¡avísenme!
 
Y ahora sí que esto terminó. Espero verlos en otros de mis fics, que por cierto muy pronto publicaré otro (en un par de días).
 
Muchas gracias a los que llegaron hasta aquí y a los que siguieron Pequeño Canino. Espero leer sus comentarios n_n
 
Y sobre todo ¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!! :3
 


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