Residencia del príncipe Luhan, Haidian, Beijing, China:
-Xiao Luhan, detente y ¡escúchame de una buena vez! -Lu Yen Kun intentaba hacer entrar en razón a su único hijo, que estaba actuando como un niño de cinco años y que además estaba corriendo por la casa.
-No papá, puede que tu no lo recuerdes pero desde hace ya tres años que he estado buscando a mi compañero por toda China. Un compromiso solo arruina mis planes para el futuro. Te seguro que una vez que lo encuentre me pondré al día con todos mis deberes como príncipe.
Luhan bajo las escaleras rápidamente y su padre lo seguía jadeando y algo cansado. ¿Cómo era que su hijo podía correr tan rápido y hablar al mismo tiempo sin cansarse? Ahora sabía que debía hacer más ejercicio.
Uno de los tres guardias que estaban vigilando el interior de la casa decidió intervenir y atrapar a Luhan después de que este doblara por el pasillo que daba a la entrada, el recibidor
-¡Nooo! Deng Chao, tú no lo ayudes. ¡Suéltame!
-Lo siento Luhan. ¿Dónde lo dejó señor? -Deng Chao tenía que soportar los, no tan suaves, golpes de Luhan en toda su espalda porque Yen Kun señaló con un movimiento rápido al sofá más grande.
-¡No me toques! ¡Bájame! ¡Más te vale soltarme o sufrirás las consecuencias! -Los vidrios de la ventana temblaban y todos los objetos que estaban cerca comenzaron a elevarse y a girar alrededor de otros muebles más pesados que aún no estaban bajo el control de Luhan. Mientras eso pasaba Deng Chao ponía a un inquieto Luhan, que poco a poco se fue calmando, en el sofá.
-¡Luhan, detén esto! -Yen Kun puso sus manos sobre los hombros de su hijo, que tenía la cara roja, para detenerlo, pero solo provocó que los vidrios de rompieran, dejando el suelo lleno de diminutos cristales.
Cuando Luhan fue consciente de lo que había provocado se detuvo y los objetos que estaban levitando dejaron de girar y volvieron a su lugar.
-Perdón papá, no me había dado cuenta de lo que estaba haciendo. -Luhan tenía la mirada puesta en el suelo y su cara volvía a su color natural.
-Lo se Luhan, en eso eres igual a tu madre, no importa cuánto puedas controlar las emociones y tu telequinesis, en cuanto algo te afecta demasiado; todo en ti explota.
-Pero aun así no me pienso casar con quien tú quieras. ¿Qué pasa si el día de la boda veo a mi compañero y que él es uno de los invitados?
-Luhan déjame explicarte todo lo relacionado con tu compromiso y después haces preguntas.
-Está bien. -Luhan se sentó con los brazos cruzados y casi dándole la espalda a su padre.
-Hace dos meses le envíe una carta al rey Oh Chung Ho, quien gobierna Suwon y a todos los hombres lobos que tienen el poder del Viento, la carta proponía que nos uniéramos económicamente y que como forma de sellar el pacto, nuestros hijos de unirían en matrimonio. Y el rey Oh Chung Ho aceptó, su hijo disponible aún es menor de edad por lo cual te casaras con él un día después de que cumpla dieciocho años, como dictan las leyes de Suwon , el trece de abril del próximo año. Dado que existe la posibilidad de uno de ustedes encuentre a su compañero en cualquier momento, el matrimonio se puede cancelar en cuanto sea necesario, pero aun así el pacto económico seguirá funcionando. La unión de nuestros hijos, tú y su hijo menor Oh Se Hun, quien cumplirá los dieciocho años en ocho meses, se llevara a cabo el Corea, en el lugar en donde gobierna Oh Chung Ho, tú te iras a Suwon en dos meses más, donde se espera que puedas conocer y llevarte bien con tu futuro marido, además de que tendrás que seguir cumpliendo con tu deber como príncipe de Beijing allá, revisarás archivos que te serán enviados por correo y tu deberás cambiarlo y actualizarlo de una forma que la idea original se mantenga y sí es algún tratado con otra parte de China deberás mantener los beneficios para ambas partes. Ah, podrás volver a China para el año nuevo chino y tus amigos también podrán estar en tu boda, de hecho podrán estar en la residencia del rey desde dos semanas antes de la boda, tú también iras a la residencia del rey, ahí conocerás a tu prometido y, tal vez, también a otras personas importantes, pero no puedes salir de la residencia si no es con algún guardaespaldas y una autorización escrita, tampoco podrás salir del territorio de Suwon. Espero que te tomes bien esto, Luhan. -Pero sin importar cuanto rogara su padre a los dioses, Luhan no se lo tomó bien.
-¡Me éstas queriendo decir que debo casarme con un desconoció y perder seis meses de búsqueda en los que podría encontrar a mi compañero solo por un pacto económico! -Todos los muebles comenzaron a temblar por la ira y tristeza que sentía Luhan al perder algo tan importante para él, su libertad y el buscar a su compañero. - ¡¿Quién eres y que le hiciste al hombre que me dio cuatro años para buscarlo?! ¡¡ ¿Acaso el consejo de ancianos aprobó esto?!!
-¡Luhan, tranquilízate o te voy a tener que sedar!
-¡No me quiero tranquilizar y no lo voy a hacer! ¡No cuando siento que me estás haciendo daño!
Yen Kun abrazó a su hijo, haciendo que Luhan enterara su cara en su pecho mientras sollozaba, los muebles poco a poco dejaron de temblar.
Cinco minutos después Luhan ya estaba calmado y ambos estaban hablando con una taza de té en sus manos.
-Luhan, fue idea del consejo que tú te casaras con Oh Se Hun, lo propusieron cuando yo les hable del pacto económico. Ellos creen que es mejor para ti que tengas una pareja ya establecida. Y a decir verdad, lo necesitas, tus emociones se están descontrolando demasiado, ni siquiera todo lo que te han enseñado para controlar tu poder y emociones ha funcionado últimamente.
-Pero me están obligando a casarme con alguien de otra nación, que tiene otro poder incluso. ¿Crees que nosotros dos seamos al menos compatibles?
-Luhan, hay ciertas personas que son compatibles con personas de otras naciones, ambas personas deben ser poseedoras de gran poder, tú lo tienes, y por lo que me ha dicho el rey Oh Chung Ho, Se Hun también. Luhan esto es algo muy importante para todo Beijing en general, en dos días todos nuestros habitantes se enteraran de esta noticia, además seremos la nación que tendrá mayor cantidad de pactos con otra y que puede garantizar la paz entre diferentes naciones. Sabes lo importante que es para todos nosotros la paz, lo que estamos haciendo, de cierta forma, garantiza la paz entre Corea y China, nadie quiere que se repita la guerra de hace treinta y cinco años. Tu matrimonio con el príncipe Sehun garantiza la paz porque, de cierta forma toda China y Corea está involucrada, tanto de forma directa como indirecta.
-¿Qué pasará cuando deba presentarme a una reunión de las naciones de China? Yo debo estar presente en ellas y desde que he tenido la edad suficiente siempre lo he estado.
-El consejo ya tiene tu autorización para no asistir a las juntas. Cuando rebelemos la información de tu casamiento a las demás naciones ellos lo entenderán. Sin olvidar mencionar que una persona apta te representara he ira conmigo.
Luhan estaba algo desesperado, se le estaban acabando las razones para quedarse en Beijing.
-¿Y para sucesos importantes de Haidian o Beijing? ¿También seré reemplazado cuando sucedan hechos importantes para la nación?
-Lo siento Luhan, pero así será. Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con las reglas de Suwon para estos casos de matrimonios arreglados.
-Entonces yo no tengo nada que decir al respecto, solo callar y obedecer. ¿No es así?
-Sí, lo siento Luhan pero la decisión ya está tomada. A partir de la próxima semana empiezan tus clases de coreano e inglés avanzado. Además de que tendrás que avanzar en tus deberes como príncipe, estas muy atrasado. En dos meses partirás a Corea y no los veremos hasta el día de la boda, a no ser que allá algún problema que ellos no puedan solucionar y yo deba ir a Corea. Tú podrás organizar parte de la boda, junto con tu futuro marido y los organizadores si lo deseas, aunque creó que su madre se ocupara de todo. Además el rey Oh Chung Ho desea poder llegar a conocerte y saber cómo eres para su hijo.
-¿Y tú no deseas poder hacer lo mismo?
-Me encantaría poder a hacerlo Luhan, pero no puedo, yo pedí el trato y debo obedecer sus leyes.
Luhan, rendido, asintió y subió a su cuarto para poder estar solo.
Media hora después, su padre todavía podía oírlo llorar.
***
Residencia del rey Oh Chung Ho, su esposa y el príncipe Oh Se Hun, Suwon, Corea del Sur.
-¿Entonces me voy a tener que casar con el príncipe de Beijing un día después de que cumpla los dieciocho años? -El joven de cabello rubio platino parecía estar tomándose bien la noticia, pero en realidad no era así.
-Sí.
-¿Qué hay de mi compañero?
-Si lo encuentras, entonces se va a anular el compromiso.
-¡¿Papa te estas escuchando?! Me estás diciendo que me voy a casar con no-se-quien por un trató económico con el rey de Beijing gusto después de mi cumpleaños y ni siquiera puedo ir en busca de mi compañero como siempre he querido hacerlo, tu sabes eso. ¡¿Que rayos dijo mamá de esto?! -El joven Oh estaba muy alterado y una ligera brisa se podía sentir en el ambiente.
-Tu madre está más que de acuerdo con tu compromiso, dice que de esa forma te volverás más responsable y menos altanero. Además de que ella opina que tu prometido es un hombre muy guapo y que de esa forma te podrás olvidar de Kyungsoo.
-Pero él tiene otra habilidad, diferente a la mía, lo más seguro es que él y yo no seamos compatibles. ¿Y aun así me debo casar con él?
-Sehun, personas con gran poder si son compatibles, a pesar de poseer poderes diferentes. Además no se te está pidiendo dejar un heredero, eso es algo que tú deberás de decidir con tu esposo después de la boda. Por ahora se te pide que lo conozcas antes de la boda, que gustos tienen en común, lo que le disgusta al contrario, y para eso el vendrá a Suwon en dos meses más y se quedara en nuestra casa por seis meses. Después de la boda, ustedes se irán a vivir en una casa, que ya está siendo construida, por todo lo que dure su matrimonio.
-Yo no tengo opinión en el asunto, ¿verdad?
-No Sehun, la verdad es que no.
El joven dio media vuelta para dirigirse a su habitación, derrumbando todo a su paso.