13 de noviembre, seis meses antes de la boda:
Residencia del príncipe Luhan:
Hoy es el día, hoy tengo que tomar ese horrible avión para ir a Corea y conocer a mi prometido, Luhan piensa. Las últimas semanas en su casa no habían sido muy diferentes a las primeras, con la excepción de dos cosas; primero el consejo de ancianos había empezado a preocuparse de hacer su trabajo una vez que Luhan les había enviado un correo, reclamando que le envían trabajo que no le correspondía, y el correo llevaba adjunto todo el trabajo que les correspondía, al parecer Luhan no era el único que se había atrasado con sus deberes, pero él tenía una razón, el consejo no. Y segundo; que él había terminado todo el trabajo que tenía que hacer. Seguía con sus clases, que no necesitaba, de coreano y las no tan necesarias de inglés.
Pero lo que cambiaba por completo sus últimos días en China era que sus amigos de otras dinastías habían venido, primero había venido Yi Fan, representando a sus otros dos amigos de otras dos dinastías, habían tenido una gran charla sobre el compromiso de Luhan y de cómo él se sentía con respecto a eso, luego hablaron con sus otros dos amigos por Skipe y también hablaron sobre el compañero de Kris que aún era menor de edad, Kris se fue volando, literalmente, al día siguiente. Segundo todos sus amigos habían venido a verlo e incluso le hicieron una despedida, junto con la servidumbre de la casa de Luhan, y también lo iban a acompañar hasta el aeropuerto donde cada uno tomaría un avión diferente para ir a sus respectivas dinastías.
-¿Nervioso? –Pregunta Yi Fan a su lado.
Todos ya habían despertado y estaban terminando de desayunar para empacar las cosas que habían traído. La extraña fiesta de despedida fue la noche anterior, todos habían bebido un poquito más de lo necesario, menos Tao, y jugaron videojuegos hasta entrada la madrugada, dejando bastante desordenado el cuarto del dueño de casa, pero a él no le importa ya que no volvería a pisar su casa en mucho tiempo. De hecho por esa misma razón la mayoría de la servidumbre y los guardias serán trasladados.
-Algo, pero más por tener que viajar en avión que por otra cosa, también me asusta un poco tener que conocer a los reyes de la dinastía del viento.
-¿Y qué hay de tu prometido? –Dijo Zi Tao desde el otro lado de la mesa, él era el único que todavía era menor de edad, un cachorro, príncipe de la Dinastía del Tiento.
-¿Sehun? Pues no mucho, solo espero agradarle y que él también intente llevarse bien conmigo, así como yo lo intentare con él.
-¿Luhan no sabes nada de él? Yo he oído que es algo quejumbroso y que no le agrada sociabilizar con las personas que sus padres le presentan. –Minseok, al cual también solían decirle Xiumin, el único coreano dentro del grupo de amigos de Luhan, de la Dinastía del Hielo hablo por primera vez.
-Pues no, la verdad es que no sé nada de él, aparte de su nombre y la dinastía a la que pertenece, lo cual es obvio.
-Tal vez deberíamos investigar un poco antes de que te vayas a Corea. –Yixing, él más tranquilo y callado dentro de su grupo, perteneciente a la Dinastía de los Sanadores, por casi primera vez en el día hablo.
-¿Qué quieres decir Xing?
-Que deberíamos prender un computador e investigar un poco sobre Sehun para que Luhan sepa cómo es él. Además, de seguro Sehun también ha investigado a Luhan.
-No es mala idea Lay. -Luhan habla, llamando a su amigo con ese mote cariñoso que le dio cuando este no pudo pronunciar correctamente ''Light'', el sobre nombre que le iba a poner originalmente por ser tan relajado. -Pero Sehun es menor de edad y Corea no permite que información de los menores de edad que son parte de la realeza sea revelada y mucho menos a una dinastía de otro país, ya lo intente y no pude.
-Si es verdad. -Digo Minseok. -Es más, incluso dudo que a mí se me pueda permitir saber esa información. Los reyes de la dinastía del Vuelo son muy protectores con sus dos hijos, principalmente porque la reina tiene problemas para concebir. Es más, es asombroso que le permitan a Luhan vivir en su casa, son pocos a los que se les permite entrar. Casi nadie puede hacerlo, aparte claro de la servidumbre y los guardias.
-Chicos ya casi son las nueve, en una hora más Luhan tiene que estar tomando su vuelo con destino a Suwon. -Tao habla, y él como pertenece a la Dinastía del Tiempo siempre sabía qué hora era.
-Sí, tienes razón, mejor vamos arreglando nuestras maletas. -El dueño de casa habla.
Todos se ponen de pie y van al cuarto de Luhan y a otras partes de su casa para encontrar sus cosas y guardarlas.
Cuando Yixing, Tao y Xiumin están afuera del cuarto de Luhan, Yifan le empezó a hablar a Luhan, en un tono de complicidad que ambos comprenden.
-¿Y cuáles son tus expectativas para el viaje Han?
-Pues solo espero que los pilotos sean buenos y no tengan problemas con el avión. -Kris y Luhan se miran por unos segundos, aguantando las carcajadas.
-Jajajajaja.
-Jajajaja, Luhan ya te dije que los pilotos son los mejores de la Dinastía del Vuelo porque cinco de los doce príncipes y futuros reyes de las dinastías van a viajar en ellos.
-Aun así sabes que no me gusta estar en altura y no tener el completo control de lo que está pasando.
-Te voy a extrañar Xiao Lu. -Ambos se dan un cariñoso abrazo de amigos, casi hermanos. Justo en el momento en que Tao entra por la puerta.
-¿Oigan que están haciendo? Ya es hora de irnos. ¿Están listos?
-Sí, ya vamos. -Contesto Luhan después de separarse del más alto. Tao salió del cuarto, no sin antes darle a Luhan una extraña mirada. -¿Aún no te le declaras?
-No aún.
-¿Y cuándo lo harás? ¿Cuando sea mayor de edad?
-Posiblemente sí, eso haré.
-Yo sigo considerando que es mejor que él se entere de tus sentimientos antes de su cumpleaños, así al menos se hará a la idea para cuando sea su cumpleaños. ¿De lo contrario que harás? La reacción de él no es segura cuando se le ocultan cosas que lo incumben, se volverá toda una diva del drama cuando el pase por el cambio de la mayorías de edad y se entere.
-La verdad no sé qué hacer Han. –Kris de verdad debe estar muy mal y sin saber que hacer como para llamarme por mi verdadero nombre, piensa Luhan. - Si le dijo ahora mis sentimientos el enloquecerá y no sé qué pasara con nuestra amistad, si se lo dijo después de que cumpla los dieciocho años enloquecerá y no sé qué pasara con nuestra amistad. No importa lo sus haga, nada es seguro.
-Intenta conquistarlo ahora, o darle indirectas de tus sentimientos por lo menos, si tienes suerte al cumplir los dieciocho tendrá Wolf Love, y no tendrás que preocuparte por lo que pase con su amistad y de su reacción.
-¿Crees en esa leyenda, Luhan? Eso no va a pasar, es solo una leyenda.
-Las leyendas tienen parte de verdad, Kris. Además yo creo que Tao si siente algo por ti, basta con ver la forma en que me miro para saberlo.
Después de eso, ambos tomaron sus maletas, y fueron a la entrada, donde una band los estaba esperando para ir al aeropuerto, pero antes todas las chicas de la servidumbre se despidieron de Luhan, deseándole suerte en Corea.
Ya en el aeropuerto todo se despidieron y se dirigieron al lugar en donde les correspondía tomar su vuelo, algunos tuvieron la suerte de ir juntos, como Luhan y Minseok, porque ambos iban a Corea.
***
Sehun, residencia de la familia Oh:
Todo el mundo se está moviendo por cualquier parte, las señoras de la servidumbre limpian cualquier lugar que según la reina este sucio, pero en realidad ella está muy nerviosa por la llegada del prometido de su hijo y porque su hijo mayor aún no llega en compañía de su compañero, los guardias de la realeza revisan cada dos segundos la seguridad de la gran casa, se pasean en pareja revisando rápidamente todos los lugares a los que pudieran ir, chocando bien seguido con las señoras de la servidumbre, otros guardias toman su posición en las partes de la casa dispuestas para hacer su guardia, consistían en partes ocultas en las murallas, dentro de ellas puedes ver hacia afuera, pero quiénes están afuera no los pueden ver, aunque si sentir su mirada.
El rey Oh Chung Ho, junto con un pequeño grupo de guardias, habían ido a buscar al príncipe de la Dinastía de la Telequinesis al aeropuerto, su vuelo debería llegar justo al medio día y yendo por la carretera se deberían demorar media hora en llegar al aeropuerto, pero habían salido con cuarenta minutos con retrasó por unos, muchos, problemas que habían surgido a última hora y los nervios de la reina.
Sehun solo observa todo tranquilo desde las escaleras que estaban frente a la puerta de entrada, de forma constante guardias pasan por su lado, subiendo o bajando, a veces ambas. Él no entienden porque su madre se estaba tan nerviosa, cuando la Junta de las Dinastías de Corea se celebraba en su casa no ser alteraba tanto. Además ella estaba alertando a todos en la casa.
Tenían planeado recibir a Luhan con un almuerzo y que después en la tarde los cuatro; es decir ella, Luhan, Sehun y su padre, y quizás también el hermano de Sehun y el compañero de este, salieran a recorrer la ciudad para enseñarle lo más importante a Luhan. Pero todo se hacía ido por la borda al despertarse tarde.
Y todo es por culpa de Sehun, él príncipe de la Dinastía del Viento ya había puesto en marcha su plan para que su prometido se fuera de vuelta a su dinastía, y por eso que empezó los preparativo antes de que saliera de ella. Primero se aseguró de atrasar la hora en el celular de sus padres, todos sus relojes y de los despertadores en una hora de esa forma saldrían más tarde a recoger a Luhan, después fue al cuarto de este, su madre había ordenado que su cama fuera cubierta por sabanas de seda china, por lo cual tuvo que desarmar un poco la cama, debajo de la funda del colchón puso pierdas de tamaño entre pequeño y mediano, a continuación le puso alfileres a la sabana de la cama de Luhan, de forma que cada vez que él se moviera se le clavaria al menos un alfiler en su piel, luego en la funda de la almohada puso piedras más pequeñas y puntiagudas que las que había en la funda del colchón, se llevó todas las cosas como toallas y papel higiénico y las guardó en las partes donde la servidumbre guardaba esas cosas y lo nuevo hizo con la poca comida que estaba en las lacenas.
Príncipe Luhan:
El príncipe chino se encuentra en uno de los cómodos asientos de uno de los lugares para esperar del aeropuerto, hace ya veinte minutos que había recuperado su equipaje luego del vuelo, ahora estaba oficialmente en Suwon, y aunque aún no está listo para conocer a su prometido, ya está en la misma cuidad que él. Había llamado a su padre para infórmale que nadie de la Dinastía del Viento estaba ahí para recogerlo, pero como este no le contestaba, algo últimamente normal, dejó un mensaje de voz, luego de esperar otros veinte minutos decide ir a la cafetería, le está dando hambre y por la hora en China el debería estar viniendo su colación de la mañana.
Luego de otros quince minutos todavía no llegaba nadie, por lo cual se empezó a pasear por las tiendas de regalo que había en el aeropuerto, cuando él viajaba por china no se preocupaba de ver esas cosas, pero ahora que las veía pensó que debería hacerlo hecho, para tener un recuerdo de los lugares a los que había ido, aunque ya tuviera muchas fotos de eso.
Estuvo tentado muchas veces a acercarse al mesón de informaciones, pero como no sabía que debía preguntar no lo hacía.
Diez minutos después de estarse paseando recibió una llamada de uno de sus amigos.
-Hola Luhan, ¿ya llegaste a la residencia de la familia real del Viento?
-Hola Yi Fan, yo estoy todavía en el aeropuerto esperando a que vengan por mí.
-¿No han ido por ti?
-No, no sé qué habrá pasado, tal vez hayan tenido problemas en el camino. Si es así espero que nadie este herido.
-¿Le dijiste a tu padre?
-Sí, bueno no, le llame pero no me ha contestado, tampoco ha respondido a mi mensaje y no tengo el número de teléfono de alguien que trabaje en la casa de los reyes de la dinastía del Viento para llamar.
-¿Entonces solo estas en aeropuerto esperando?
-Pues sí, estoy caminando y viendo a los aviones aterrizar o salir.
-¿Quieres que llame a tu padre?
-No, el seguro no sabe o no recuerda que yo ya no estoy en casa. Posiblemente se le olvide lo que le dijiste al llamarlo cuando corte la llamada, si es que te contesta.
Mientras Luhan habla también camina, siguiendo con la mirada algunos aviones y sin querer se dirige a una de las salidas, bajo la atenta mirada de dos de los cuatro guardias que habían venido a acompañar al rey de Suwon.
Un tercer guardia ve que Luhan intentaba huir, a sus ojos. Este guardia era el superior de los primeros dos guardias.
-¡¿Que hacen ahí parados como estatuas?! ¡Atrápenlo! ¡Intenta huir!
Los primeros dos guardias reaccionan y comienzan a correr en dirección a Luhan, seguidos de un cuarto guardia que antes estaba junto al rey, quien estaba pidiendo que llamaran a Xiao Luhan por el altavoz, y no sabía a quién perseguía.
Luhan, a diferencia, había cambiado de dirección cuando notó que estaba apuntó de pasar por la salida del aeropuerto, y siguió caminando por el lado contrario a la salida, viendo los aviones moverse, a las demás personas que trabajaban en el aeropuerto revisando las distintas cosas de los aviones que deben ser consideradas antes de que despeguen, y hablaba con Kris.
-Insisto en llamar a tu padre Luhan, él tal vez pueda hacer algo.
-Yo sigo diciendo que mejor es que no lo-Ahhhh! –Kris alcanza a escuchar el ruido de unos golpes del otro lado de la línea, luego nada más, porque el celular de Luhan se apagó con la fuerza del impacto.
-¡Te tenemos! ¡Ya no podrás escapar!
La gran maleta de Luhan está en el suelo, con uno de los guardias sobre ella que está afirmando su brazo para que no se “escapara” cuando lo dejaron boca arriba, su otra maleta aun la estaba sosteniendo con su brazo, que el cuarto guardia, él que no sabía a quién perseguía originalmente, tiene fuertemente presionado contra el suelo, y otro guardia estaba sentado sobre Luhan, sin saber que estaba evitando que este respirara.
-No respiro. –Luhan habla con voz ahogada.
-¿Qué dijiste niño? –El guardia que originalmente había creído que Luhan se iba a escapar, se acercó a sus inferiores con el rey de Suwon siguiéndolo de muy cerca, mirando a Luhan con odio y demostrándolo con su voz.
-Que no respiro. –El rostro de Luhan se estaba poniendo colorado y a ningún guardia se le ocurrió alegarse de él, hasta que el rey hablo.
-¡¿Qué rayos hacen?! ¡Aléjense de él! ¡Déjenlo respirar! –La voz del rey no suena muy feliz, y está justificado porque el actuar de sus guardias había llamado la atención de la mayoría de las personas que pasaba por ahí y sobre todo porque habían atacado, sin razón alguna, al príncipe de otra dinastía.
Los guardias rápidamente sueltan a Luhan y se alejan de él, permitiéndole poder respirar.
-Lo sentimos mucho señor. –Hablo el guardia superior, aun con odio en la mirada dirigida a Luhan. -Pero el chico tenía intenciones de escapar y mis guardias lo de tuvieron. –Ahora Luhan correspondía a la mirada de odio del guardia con, incluso, mayor intensidad.
-¿De qué rayos estás hablando, mentiroso? –Susurra Luhan, y de forma asombrosa nadie lo escucha.
-Oficial no creo que eso sea lo que aquí ha pasado.
El rey de Suwon se acercó a Luhan, dejando al guardia con la palabra en la boca.
Luhan, quién aún estaba en el suelo respirando agitadamente, vio como el rey de Suwon se acercaba a él y se agachaba para estar a su altura.
-Dime tu eres Xiao Luhan, ¿verdad? Yo soy Oh Chung Ho, es un gusto al fin conocerte.
-Sí, soy Xiao Luhan y el gusto es mío.
-Mis más sinceras disculpas Luhan por la reciente forma de actuar de mis guardias. –El rey estiro su brazo a Luhan para que lo tomara y pudiera ayudarlo a levantarse.
-No se preocupe señor, todos se equivocan. –Luhan tomo el brazo que Chung Ho le ofrecía para pararse.
Ya de pie el rey toma la mano de Luhan y le da un suave apretón mientras dice: -Es un gusto conocerlo al fin, príncipe de la Dinastía de la Telequinesis.
-El gusto es mío, rey de la Dinastía del Viento.
-Bueno, ¿Qué hacemos aquí parados? Es hora de ponerse en marcha, hay algunas personas que esperan conocerte Luhan.
Chung Ho dirige el camino de vuelta al auto, seguido por Luhan y los guardias, dos de ellos llevan sus dos maletas y el guardia que originalmente no sabía a quién perseguía toma el celular de Luhan del suelo y lo guarda en la maleta pequeña que el príncipe traía.
El tiempo que tardaron en llegar a la casa fue menor al tiempo utilizado para llegar al aeropuerto, según los coreanos, Luhan estuvo todo el camino mirando el paisaje e intercambiando preguntas y respuestas con Chung Ho.
Cuando entran al estacionamiento de la mansión, Luhan se siente inmediatamente intimidado por el tamaño de esta, los nervios aparecen y de pronto ya no esta tan seguro de poder entrar, sabiendo que un montón de personas desconocidas para él lo están esperando adentro.
-Vamos Luhan, hay personas esperando adentro por conocerte, no los defraudes.
Luhan avanza, con pasos algo temblorosos, con el rey delante de él, guiándolo. Abría la puerta viendo como el interior estaba lleno de personas, entre ellas a quien pudo reconocer como la reina de Suwon, con dos chicos como de su edad a cada lado de ella, muchos guardias, jóvenes y señoras de la servidumbre, pero la persona que más destaca, según la opinión de Luhan, es un joven que está en mitad de la escalera, de rostro serio, facciones definidas y cabello rubio platino.
Una ligera brisa entra en la gran sala, haciendo que el olor del joven le llegue a Luhan, llenándole los pulmones con su esencia y sofocándole los sentidos.
No puede ser, pensó Luhan, es él, por fin lo he encontrado, se dice a si mismo Luhan mirando hacia el frente.