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Tradiciones Rotas. por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Llegué antes de lso esperado con el capítulo, sólo porque debo aprovechar estos momentos de inspiración y no desaparecer por meses.

Gracias por seguir dandole una oportunidad a esta historia, de verdad se los agradezco a cada uno por leer y por sus lindos reviews.

Saludos a todos y todas.

 

CAPÍTULO XIX

TEMOR

 

— Dado que estamos reunidos una vez más, prometo responder a cualquiera de sus preguntas en esta ocasión, no necesitamos mantener más mentiras. — Saga llevaba una vez más su ropaje patriarcal, después de que  todas las personas del santuario lo aceptaran nuevamente como la cabeza de tierra santa, él decidió que era necesaria una reunión con los caballeros de las once casas para esclarecer sus dudas.

— ¿Por qué el maestro Shion te eligió como patriarca en vez de a uno de nosotros? — Fue el caballero de Aries el primero en hablar y romper el silencio que se había formado en la sala.

— Realmente hasta el día de hoy no lo comprendo, Mu, el día que fui nombrado patriarca me tomó por sorpresa al igual que ustedes, el ex patriarca siempre guardo mucha sabiduría sobre el futuro, toda decisión que tomó estaba guiado por las estrellas, pero sólo entregaba esos conocimientos cuando el considerara que fuese necesario, si todos estamos reunidos aquí es porque él debió haber visto que este era uno de los caminos que debía seguir el santuario, pero fuera de aquello no soy capaz de responder del todo tu pregunta. — respondió, el de cabellos azules sintió una oleada de nostalgia dentro de su pecho como todas las veces que hablaba de aquel hombre que fue un padre para él, una de las personas más importantes que hubo en su vida.

— ¿No crees que al ser un omega deberías dejar esta farsa y dejar tu puesto para algún verdadero Alfa como nosotros?— la voz de Milo causó cierta tensión en el ambiente, habló de una forma retadora casi al borde de la insolencia cosa que no pasó desapercibido por ninguno de los presentes ganándose un par de miradas de molestia.

— Aquel tiempo pasó caballero de escorpio, se les fue dada la oportunidad a cada persona dentro del santuario demostrar que poseían una mejor capacidad de guiar al santuario  por lo que no le veo sentido a sus palabras, si realmente se encuentra desconforme con el resultado, lamento informarle ahora mismo que ha perdido su oportunidad y cualquier acción tomada en contra del santuario será tomada como traición— la voz del geminiano fue seria, severa, pero a la vez serna, provocando un sentimiento de miedo por algunos segundos en el que hasta tragar saliva se había dificultoso.

— Lamento mi falta de respeto, pero sólo quería asegurarme por última vez de su compromiso a con tierra santa, estoy bajo  su mandato y sabiduría, patriarca Saga— Milo luego de entregar una sonrisa sincera inclinó su cabeza llevándose consigo cualquier rastro de tensión que se hubiese formado en el ambiente.

— La verdad en mi caso no veo que haya alguna otra cosa que aclarar, entendemos su condición de omega y tanto nosotros como los demás santos lo han aceptado, reconocemos su poder y su lealtad ante el santuario, pero considero que es necesario hablar de lo ocurrido durante el torneo — habló Camus, manteniendo sus brazos cruzados frente a su pecho con sus ojos cerrados.

— Sabemos que la barrera que cubre tierra santa se debilitó y eso fue una de las causas que los jueces del inframundo hayan ingresado, Shaka se encargó de analizar la barrera y existe algunos datos interesantes que preferiría que mi compañero aclarara— terminó de hablar dándole paso al rubio.

— Desde antes de lo ocurrido, quizás un mes pude notar ciertas oscilaciones dentro de la barrera conectadas al cosmos de la Diosa, la barrera comenzó a perder pequeñas cantidades de cosmos paulatinamente, no algo que fuese realmente visible o notorio, pero al parecer esto si lo fue para los jueces y hasta el momento sigue ocurriendo lo mismo— Shaka realizó una pausa, formulando bien lo que estaba a punto de decir para evitar explicarlo una vez más— debido a esta información he formulado la teoría de que el renacimiento de Athena está cerca y que la fuga del cosmos es debido a que el bebé que se debe estar gestando en este momento utiliza aquel cosmos para su desarrollo. — finalizó obteniendo un silencio sepulcral por parte de todos los presentes.

— Pero… aún existía una interrogante la cual era la vista de Minos y Aiacos, lo cual está relacionado a las conjeturas de virgo, con la información que logré obtener de uno de los espectros de Hades que logré capturar— Habló otra vez el acuariano— ambos jueces recibieron información de las Moiras(1), en la que dicha información hablaba que el nuevo hilo de vida de Athena había comenzado a ser hilado y tras ello ambos jueces se dirigieron a atacar el santuario antes del renacimiento de la diosa. — cuando Camus acabó, afrodita miró directamente a Saga y este lo miró a él, con una significativa mirada con al cual casi podían saber lo que el otro estaba pensando.

— Entonces es hora de prepararnos para su llegada si ese es el caso. — tomó la palabra el gemelo mayor — Shaka, seguiré necesitando tu ayuda para ver el desarrollo de la barrera, durante un tiempo necesitaremos estar más que protegidos frente a cualquier ataque, así que ustedes dorados serán los encargados de entrenar a los demás caballeros como nunca lo han hecho, yo me encargaré de buscar el paradero de la niña para que cuando llegue el momento la traeremos nuevamente a tierra santa. Con esto doy por finalizada la reunión, pueden regresar a sus templos. — terminó hablando obteniendo un asentimiento grupal por parte de todos los presentes, mientras él se dirigía rápidamente fuera del lugar sintiendo como su estómago estaba punto de salir por su boca.

Y eso fue lo que ocurrió apenas logró ingresar al baño más cercano, aquella nauseabunda sensación no lo dejó sentir como la puerta del baño era abierta, sus cabellos eran acomodados en su espalda y como una mano amigable le acariciaba la espalda, como lo había hecho en otras ocasiones, hasta que de su  boca no saliera nada más.

— Saga, sé que tú también lo estás pensado pero quizás es muy pronto para llegar a esa conjetura, digo… sí, todo calzaría en los tiempos pero…bueno a lo que me refiero es que no debes preocuparte, sabes que cuentas con mi apoyo incondicional antes, ahora y siempre eres la única persona que me queda a quien puedo llamar familia y estaré siempre para ti, bueno ahora para ambos. —si había algo que Saga apreciaba desde el fondo de su alma, era aquella capacidad de Afrodita de alivianar el ambiente y quitar de su cabeza sus preocupaciones con alguna de sus bromas  por lo que no pudo evitar sonreírle devuelta mientras se sentaba contra las frías baldosas del baño.

— Cuando llegue el momento lo sabremos Afrodita, hasta ese entonces quiero que guardes el secreto. — Pero aquellas palabras cambiaron el rostro sonriente del de cabellos turquesas logrando una cara seria, Saga sabía que venía un sermón, una reprimenda que de seguro no iba a querer oír.

— Si, yo guardaré el secreto, pero tú tienes algo que hacer y sabes bien a lo que me refiero, si ese león que fue capaz de encontrarnos en el lugar más inhóspito que logramos encontrar para huir, se enterará de una u otra manera y si no está aquí en este momento hablando contigo es porque le pedí que esperara por ti en el sala, Saga— prosiguió— no puedes escapar de aquello, debes decirle a Aioria que estás esperando un hijo, su hijo. — Y tal como lo había visto venir, tras aquellos ojos celestes la reprimenda era clara y era algo que por mucho que no quisiese afrontar o aceptar su amigo tenía razón y mientras menos tiempo tardara en aclarar todo probablemente sería lo mejor.

— Te dejo, volveré a mi templo si necesitas algo llámame — Afrodita se levantó extendiendo su mano para ayudar a incorporarse al otro chico para dar media vuelta y dirigirse hasta la puerta, pero con Afrodita no todo era fácil, era aquel hermano pequeño que de alguna  otra forma buscaba meterse en problemas — y por cierto, les diré a los demás que también soy omega, es hora que esos idiotas sepan medir sus palabras durante los entrenamientos —  y sin más que agregar se marchó dejando ya a Saga con un  ligero dolor en su cabeza que por el momento ignoraría.

 

***°***°***°°***°***°***

 

Existían muy pocas veces en la vida en que Saga se sintiese nervioso, o sintiera miedo, o estuviese aterrado, la primera había sido cuando por primera vez vió a Shion enojado, la segunda cuando vió a Afrodita y Aioria entre los hilos del juez del inframundo amenazando con quitarles la vida, la tercera cuando supo de su embarazo y esta probablemente sería la cuarta, porque Saga sabía que prefería enfrentarse a todos los dioses juntos antes de tener que hablar con Aioria de ese tema.

Sus manos habían comenzado a sudar, si ya no hubiese botado lo que hubiese en su estómago anteriormente estaría haciéndolo de nuevo pero parte de sus dudas se desvanecieron cuando cruzó el umbral de la puerta y aquel aroma y esa cercanía que conocía tan bien lo tomaba entre sus brazos como si tuviese miedo a que se fuese a ir, cosa no muy alejada a lo que sentía el castaño en ese mismo momento.

— Jamás te volveré a dejar ir, y aunque tú huyas de mí volveré a traerte aquí, porque este es tu hogar, nuestro hogar, esta vez no tengo frases para decir, no puedo tenerte junto a mí una vez más nubla mi memoria y mi mente, Saga. — En ese momento la charla podían esperar, en ese momento Saga sentía que no podía articular alguna palabra, sólo podía aferrarse con sus manos a Aioria, inhalando su aroma hasta que cada parte de él se llenara por todo el tiempo que en que no estuvo junto a él.

Sentía su cosmos danzar a su alrededor, el sonido de su respiración, el de los latidos de su corazón y Saga en ese momento se permitió ronronear, se permitió entregarle todas aquellas sensaciones que él otro le entregaba a través de su lazo  y viceversa, porque no sólo él se encontraba feliz de su regreso, no, el león sentía lo mismo, buscaba lo mismo, aquel calor que por varias noches añoraba volver a sentir, con esa piel que deseaba volver a tocar.

Ambos chicos si miraron el uno al otro, con sus ojos cristalizados y más brillantes que nunca, reconociéndose una vez más, guardando en su retina cada detalle nuevo que pudiesen ver mientras sus labios se juntaban en aquel armonioso tacto que producía una corriente placentera por todo sus cuerpos.

— Perdóname por traerte de esta manera, pero era la única forma que encontré, te conozco lo suficiente para saber que no vendrías por tu cuenta y yo estaba empecinado en volver contigo, en regresar aquel regalo que Shion te dio, un lugar al que podías llamar un hogar, no pido que me entiendas, sólo perdóname— la mano del castaño se posó en la mejilla del geminiano, Saga por su parte podía sentir aquel ligero temblor en su mano contra su piel, Aioria rogaba su perdón tanto con su labios como con su mirada esmeralda.

— Fuiste muy imprudente, no me preguntaste si yo realmente quería regresar, aun sigues tomando decisiones por ti mismo e incluyéndome en ellas sin consultarme. — A Aioria por un momento le había faltado el aire, porque el temor de estar junto a Saga otra vez pero que este lo rechazara era el dolo más grande que alguna predestinada podría sentir en su vida. — Pero creo que a veces necesito de eso para que mi vida encuentre el rumbo correcto y me dé la certeza para todos esos momentos en los que dudo. — y tal como se había ido ese terror fue remplazado por una cálida oleada de felicidad que se paseó por todo su pecho, esta vez estando seguro que aquel hombre frente a él podría ser tanto ruina como su mayor riqueza.

 

 

 

Notas finales:

(1) En la mitología griega, las Moiras (en griego antiguo Μοq50;ραι, ‘repartidoras’) eran las personificaciones del destino. 

  • Cloto (Κλωθa4;, ‘hilandera’) hilaba la hebra de vida con una rueca y un huso.
  • Láquesis (Λάχεσις, ‘la que echa a suertes’) medía con su vara la longitud del hilo de la vida.
  • Átropos (o48;τροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’, literalmente ‘que no gira’,7r03; a veces llamada Aisa) era quien cortaba el hilo de la vida.

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