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Mi Sirviente Personal por Escritora-Kun

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Notas del capitulo:

Holo~ Humanos bien hechos~ ¿Cómo están? Espero y estén excelentemente bien <3

Wow, sinceramente no se porque no me tarde mucho... Y mucho menos porque no actualize a las quien sabe que horas de la mañana... Querer es poder <3

En fin, bueno, he aquí el segundo capítulo hecho con todo el amor de mi hígado. Espero y lo disfruten~

 

 

 

 

 

 

P.D: Por cierto, les quería pedir disculpas por las faltotas ortograficas que vi en el primer cap. De verdad lo siento, creo que mis dedos están algo torpes o mi cerebro de verdad esta cansado... Ñeh~

-¡¿Que pasa, Kakarotto? ¿No piensas llorar y pedir ayuda, mocoso estupido?!-

Al rededor suyo comenzaron a escucharse un monton de risas llenas de burla, mientras que una lluvia de golpes comenzo a azotar sin consideracion alguno su ya muy herido cuerpo. -Wow, ya han pasado 10 minutos y aun no llora-Uno de ellos hablo, "sorprendido" por la "fuerza" que al parecer poseia. Los brabucones se separaron de su maltratado cuerpo, mirandolo desde su posicion con claras miradas de superioridad y que detonaban todo ese toque engreido que poseian esos chicos. Kakarotto, con un gran esfuerza, se enderezo hasta levantarse con la espalda algo encorvada, al mismo tiempo que de su boca salian unos cuantos chorros de sangre. Miro con desprecio y oido a sus agresores, que no eran mas que unos jovenes, quiza solo mayores que el por unos cuantos años, mientras se limpiaba la sangre de su nariz y la poca que aun escurria entre las comisuras de sus labios. Uno de esos jovenes, lo pateo directamente en el estomago, sacandole todo el aire que llevaba dentro y con eso despojandolo de la poca energia y fuerza que aun poseia su cuerpo. Cayo directamente al suelo jadeando y buscando con desesperacion algo de aire, "Mi-mi... Mi vista" Sus ojos se estaban nublando, y no sabia si era por la acumulacion de sus lagrimas o por el dolor que ya estaba nublando sus sentidos. -¡Oh, la nenita quiere llorar!-El mismo chico que lo pateo lo sujeto de sus cabellos, levantando su cabeza por estos, sacandole un ligero quejido. -Vamos, Kakarotto ¿No piensas golpearnos?-Lo acerco a su sotro, mientras era visto por los demas con sonrisas socarronas que solo terminaban por hacerlo sentir aun mas humillado.

Escupio a un lado un poco de sangre, antes de juntar todo el aire y valor que aun tenia para hablar. -N-no pienso... Ser igual a todos us-ustedes, bola de idiotas-Apenas habia terminado de decir aquello cuando la mano de quien aun lo sostenia de su cabello lo estampo contra la firme tierra en donde estaban. De nuevo todos se estaban acercando a el, listo para de nuevo comenzar a golpearlo, provocando en el la sensacion de que en poco tiempo se desmayaria. De reojo miro sus puños levantarse, tomando vuelo para iniciar con un nuevo baile de goles. Kakarotto solo cerro los ojos con resignacion, esperando la desagradable sensacion del dolor por su cuerpo... Sin embargo, no sucedio nada, no sintio nada, solo alcanzo a escuchar un grito lleno de dolor y el sonar de exclamos lleno de enojo. Con sus muy cansados ojos intento enfocar lo que estaba pasando, y lo que vio hizo que su corazon se detuviera por milesimas de segundos a la par que sus ojos se abrian de golpe. -M-mi principe...-Susurro, aun sorprendido, observando con el hijo del rey de aquel planeta peleaba contra esos brabucones que uno a uno caian. Sus movimientos eran elegantes, casi como si estuviese bailando al mismo tiempo que repartia fuertes puñetazos y patadas que sacaban de conbate a sus contrincantes. Pero, cuando miraba su rostro, podia ver algo extraño en la mirada de su principe. Siempre habia tenido el ceño fruncido y unos ojos afilados, pero esa vez habia algo amenazante en esa mirada, casi como si quisiera matar a esos jovenes.

Y, en menos de un parpadeo, esos mal paridos que lo habian golpeado sin cansancio, estaban corriendo despavoridos y llenos de heridas mientras gritaban frases de disculpas hacia su principe, quien solo les respondio con una mirada molesta. Su vista no lograba enfocar del todo bien a su principe, ni siquiera habia notado cuando este, a paso apresurado, se habia acercado y arrodillado hasta donde estaba el. -Kakarotto, ¿Estas bien? ¿Puedes escucharme?-Las finas manos de Vegeta rapidamente comenzaron a pasearse por su rostro, para despues tambien tocar su cuerpo. Quiza habian sido los golpes los responsables de sus pensamientos extraños, pero podia sentir como las caricias de su principe le dejaban una sensacion llena de calidez, no importaba si estas estaban siendo cubiertas por sus elegantes guantes blancos. -¡Tch! Esos malditos montones de porqueria-Lo escucho decir con un claro resentimiento que se notaba no solo en su manera de hablar, sino tambien en sus ojos que aun permanecian con aquel toque amenazante que causaba miedo. -¡Juro que si los encuentro haciendote otra cosa los matare y me importara muy poco que ellos sean guerreros de sangre pura!-Grito molesto, al mismo tiempo que arrugaba el entre cejo y apretaba con fuerza sus puños. Kakarotto lo observo en ese estado y, mas que darle miedo, le daba mucha curiosidad saber porque se ponia de aquella manera tan aterradora, aunque sus pensamientos fueron frenados al sentir unos brazos alrededor de su cuerpo. -¿Puedes levantarte?-Le pregunto de manera suave, con una voz totalmente diferente a la que habia escuchado antes. Kakarotto asintio, al momento en que se levantaba, con la ayuda del mas bajo, pero en cuanto estuvo derecho y habia intentado dar el primer paso, sus piernas flaquearon, dejandolo caer directamente al suelo. "Ah... Mi principe pensara que soy un completo inutil" Si aun tuviera lagrimas, estaba seguro de que sus ojos se habrian llenado hasta el tope. -Mentiroso, si no puedes hacerlo no necesitas esforzarte tanto-

De nuevo sintio los brazos del menor sobre su cuerpo, rodeando su cintura y el pasando su brazo sobre los hombros de su principe, apoyandose para poder caminar. Sin formular ni una sola oracion, quiza por el dolor o por la verguenza, ambos azabaches comenzaron a caminar al interior del palasio, bajo las miradas sorprendidas de los demas guerreros o del personal que se encontraba dentro de este. Se escuchaban algunos murmuros a los cuales ni les prestaba atencion y dejaba que simplemente siguieran hablando, despues de todo no podia hacer mucho en ese estado tan demacrado. "Llegamos" Escucho a su principe hablar y eso fue suficiente para llamar su atencion, levanto levemente la cabeza, encontrandose con la entrada de la enfermeria. Entraron y se sintio inmesamente aliviado al ver que no habia nadie aparte de ellos dos. Vegeta lo sento en una especie de cama que se encontraba pegada a la pared junto a muchas otras, "Quiza use la capsula de recuperacion" Penso al ver como su principe comenzaba a encenderla y se dirigia hasta donde estaba el, repitiendo la accion de hace unos minutos lo ayudo a caminar hasta ella y lo sento en su interior, pero antes de colocarle la mascarillo lo detuvo de su brazo, apartandolo un poco de su rostro. Con los ojos entrecerrados pudo observar el desconcierto en el rostro de Vegeta, lo que lo hizo sonreir un poco. -Mi... Mi principe-Lo llamo, y este parecio darle permiso para seguir pues no le dijo nada. -Quisiera hacerle una pregunta-Su voz salia algo forzada y sentia como el respirar se le complicaba un poco, pero aun asi siguio hablando. -¿Por que... Me salvo de esos tipos?-Sus fuerzas ya estaban a unos cuantos segundos de dejarlo inconsciente.

Y le hubiera gustado recibir una respuesta antes de que la mascarilla fuera puesta en su lugar. Pero lo unico que recibio, y que alcanzo a ver con su cansada vista, fue un ligero tono rojo en las mejillas de su principe, y como su rostro se mostraba algo apenado, al mismo tiempo que activaba la maquina, dando por terminada su conversacion.

...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~

-Hmp, malditos engreidos, creyendose mejor que yo solamente porque son guerreros de clase alta...-Su ceño estaba fruncido de manera molesta, dandole a entender a todos que ni siquiera intentaran acercarse a el a menos que quisieran sentir sus costillas rotas y su sangre salirse por todos lados. Un largo, fastidiado y muy cansado suspiro salio de sus labios, mientras que se detenia en medio de su camino, observando el cielo que siempre permanecia oscuro, como si fuese de noche todos los dias, cosa que muy poco le importaba. Su mano derecha se acerco a su mejilla y la froto un poco, sintiendose algo extraño al mismo tiempo que un recuerdo azotaba de repente su mente. "Hace algunos dias... Vegeta acaricio mi mejilla". Penso con un lijero sonrojo, mientras que recordaba lo que habia pasado hace tan solo 4 dias atras...

...

Estaba totalmente enojado. De nueva cuenta, los mismos tipos de siempre se habian metido con el, señalandolo como un inutil y un desperdicio que no sabia hacer nada bien. Claro que el habia intentado no prestarles atencion alguno, haciendose el sordo y pasando de largo , provocando asi el enojo de esos sujetos, quienes lo golpearon hasta que se cansaron y lo dejaron en paz, tirado en el suelo y mal herido. Aunque, bueno, de nada servia intentar hacer algo pues sabia de sobra que ellos eran mucho mas fuerte que el, asi que preferia dejarlos hacer lo que quisieran con el o intentar evitarlos el mayor tiempo posible. Los pasillos del palasio estaban desiertos, quiza ya era muy tarde o todos estaban haciendo mejores cosas que andar vagando por ahi, "Como si eso llegara a importarme" Lo unico que le importaba en esos momentos era ir a su habitacion y descansar, ya no tenia ganas de seguir entrenando y su apetito se habia ido despues de semejante banquet de golpes. Doblo la esquina de un pasillo y siguio su camino, escuchando el sonido de sus pisadas que, con el paso de los segundos, fueron seguidos por unos nuevos pies que al parecer caminaban en frente de el. Levanto la mirada del suelo, deteniendose al ver a su principe parado en medio del pasillo, mirandolo sorprendido, seguramente por su aspecto. -M-mi principe, disculpe-Se arrodillo, mostrandole respeto, al mismo tiempo que agachaba la cabeza, esperando al permiso de su principe para por fin levantarse.

Escucho un gran suspiro provenir de los labios del guerrero de sangre pura, y por un minuto se vio tentado a mirarlo, pero aun asi permanecio en el suelo. -Kakarotto, ¿Cuantas veces te he dicho que detesto que hagas eso?-Lo escucho decir con una voz tan diferente a la que usualmente utiliza con los demas que por un momento no supo como identificarla. Sintio el brazo de su principe ayudandolo a levantarse, por un instante se sintio completamente avergonzado por aceptar la ayuda de su principe. -Y, otra cosa...-La enguantada mano del de menor estatura se poso sobre su barbilla, haciendolo levantar el rostro y con eso mirando los ojos de Vegeta, quien tenia el ceño fruncido con enojo y parecia que en pocos segundos mataria a alguien. -¿Ya te lo he dicho antes, no es asi? Cuando esos buenos para nada se atrevan a hacerte algo quiero que me digas inmediatamente para castigarlos-Lo miro de manera firme, al mismo tiempo que cruzaba sus brazos sobre su pecho. Kakarotto agacho la cabeza, era algo totalmente vergonzoso el que su principe estuviera defendiendolo y cuidando de el, cuando la verdad el tendria que ser quien le sirviera. "Perdon, mi principe..." Quiza lo penso en voz muy alta o de verdad solo se quedo parado ahi sin decir nada. Su mente se quedo en blanco y las palabras se habian ido, dejando unicamente una inmensa sorpresa y un borchonoso calor que comenzaba a llenar sus mejillas. Vegeta, quien lo miraba de una manera tan profunda directamente a los ojos, habia pasado su mano por la mejilla de Kakarotto, acariciandola levemente para despues sonreirle. -A este paso te mataran, Kakarotto-La mano que le habia regalado una suave caricia se separo de su piel, la cual seguia pintada de un vivo color rojo. Vegeta siguio con su camino, dejando a un sonrojado y muy avergonzado Kakarotto quien, apenas encontrandose solo, sonrio como un completo idiota, al mismo tiempo que sentia su corazon palpitar rapidamente en sus oidos. Toco con la punta de sus dedos la zona en donde habia sido acariciado y siguio con su camino, mientras que con cada pisada que daba se cuestionaba a si mismo: "¿Esta bien que me sienta de esta manera hacia usted, mi principe?"

...

De inmediato, al recordar ese momento, sentia su piel arder y un ligero cosquilleo se paseaba por todo su cuerpo, haciendole sentir de manera extraña que no le molesto. "Vegeta..." Sus mejillas estaban rojas, podia sentirlas calientes, "No, no, no, no, no" Comenzo a sacudir de manera frenetica su cabeza, intentando despejar todos esos pensamientos que uno a uno se iban acumulando en su mente. Retomo su camino, adentrandose a los pasillos del palacio, seguro entrenaria, tenia el permiso de su principe asi que no podian decirle absolutamente nada. Y, mientras se dirigia a su destino, comenzo a divagar por sus pensamientos, "Ultimamente me he sentido muy extraño..." Y vaya que se sentia extraño. La simple pesencia de su principe le hacia sentir su piel erizarse y provocaba cosquillas en su estomago, mientras que sus ojos, por mas que quisiera mantenerlos en otra cosa, no se despegaban de la elegante figura de Vegeta, observandolo pelear o cuando les dirigia alguna orden, etc. Tampoco podia hablar con el sin sentir su lengua enredarse presa del nerviosismo y la emocion, al final terminaba diciendo cosas estupidas que lo hacian quedar en ridiculo pero que lograban hacer reir al mas joven, quien siempre le dedicaba miradas suaves y disimuladas caricias siempre que se veian solos en cualquier lugar. Era algo agradable, no lo iba a negar, le gustaba esa actitud que su principe habia tenido con el desde una edad temprana. O al menos eso cree, porque segun sus recuerdos, Vegeta siempre habia estado para el, aun siendo un guerrero de la familia real y de sangre pura, lleno de ocupaciones y de cosas que hacer como principe, era amable y considerado con el, un guerrero de clase baja que nada tenia de bueno (*) Suspiro, al mismo tiempo que revolvia aun mas su ya desarreglado cabello. -¿Esta bien que me sienta de esta manera?-Se pregunto a si mismo, mirando hacia el techo de ese largo pasillo, olvidandose por completo que tenia que ir a su entrenamiento.

-¿De que manera hablas, Kakarotto?-Si no fuera por que su principe tuviera muy buenos reflejos, estaba seguro de que le hubiera tirado al menos un par de dientes con la patada que iba dirigia hacia su rostro. Sus ojos sorprendidos miraron el semblante divertido de Vegeta, quien aun sostenia con una sola mano la pierna de Kakarotto. La bajo rapidamente, mientras hacia una pequeña reberencia en señal de respeto y de disculpa, "¡Disculpeme, fue un reflejo de sorpresa, nada mas!" Estaba seguro de que su rostro en ese momento tenia el mismo color que un tomate bien maduro. Escucho la risa divertida de su principe y levanto la cabeza, encontrandose con una mirada relajada, a pesar de tener el ceño fruncido, y una ligera sonrisa que hizo que la tension en sus hombros se fuera. Sonrio tambien, riendo por lo estupido que se debio de ver hace tan solo unos segundos atras. -Disculpa, lo menos que queria era tomarte por sorpresa Kakarotto-Se disculpo tranquilamente. Aunque, ese semblante calmado y esa ligera sonrisa no duraron mucho, su expresion se endurecio y sus manos se colocaron a cada lado de su cuerpo. Le dirigio a Kakarotto una mirada seria, casi igual a las miradas que les manda a sus soldados al momento de darles ordenes, indicandole que tenia un asunto serio que tratar con el. El mayor comprendio lo que pasaba y se coloco firme en frente de su principe, esperando sus palabras, que seguramente serian instrucciones para hacer algo, o tal vez le tenia preparada una mision, quien sabe, se sentia ansioso por la respuesta. -Kakarotto, ¿Sabes que para encontrar guerreros que valgan la pena se tiene que pasar por todo un procedimiento que generealmente tarda 18 años?-Le cuestiono. Y el le respondio con un asentimiento de cabeza. Claro que lo sabia, para seleccionar a los mejores guerreros de las distintas clases que habia se tenia que pasar por mucho, desde un duro entrenamiento que comenzaba al nacer, hasta ya estar convertido en todo un guerrero, y eso pasaba al cumplir la mayoria de edad. Normalmente esos guerreros elegidos formaban parte o del ejercito del Rey o de los subordinados del Principe, cualquier cosa era buena ya que se podia asegurar una buena vida al estar bajo la proteccion de cualquiera de los dos mandos. -Bueno, eso me ahorra tiempo-Continuo hablando. -Tu eres uno de los guerreros que se han ganado mi admiracion. Se que muchos te hacen burla por ser de clase baja, pero eso no evita que te considere como uno de clase alta-... Un segundo. No estaba insinuando que...-Kakarotto, como tu principe, te ordeno que te conviertas en mi protector personal-

Esas palabras, habian significado un sentimiento demasiado grande que opaco todos sus pensamientos. Ese puesto habia estado solo por años, ya que al parecer Vegeta no confiaba en nadie para que fuera su guardaespaldas, asi que el hecho de pensar que le estaba confiando su seguridad a el hacia que su corazon se acelerada y que en su rostro se posara la sonrisa mas grande y mas estupida que jamas en su vida hubiera hecho. -¡Como usted ordene, mi principe!-

...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~...~

Ahora que lo recordaba... ¿Cuantos años habian pasado desde ese momento? Quiza unos 6 u 8 años. No lo recordaba, y menos podia importarle en ese momento. Sus pensamientos regresaron a su lugar, dejando de lado los recuerdos de aquella dulce epoca, regresandolo a la horrible realidad que le estaba atormentando desde que piso ese lugar. En frente suyo se encontraba la figura de su Rey, con una sonrisa complacida, mirandolo con una mezcla se satisfaccion y maldad, mientras que a su derecha se encontraba una mujer vestida con su armadura, su cabello color azul estaba bien sujeto con una trenza, y se veia peligrosa, aunque en esos momento sonreia con tranquilidad. La miro unos segundos y ella le regreso la mirada. -Ahora, bajo mi poder como Rey del planeta Vegita, yo los convierto en una pareja, junta hasta los confines del universo y hasta que la inuportuna muerte llegue a separarlos-Esa simple oracion fue suficiente para decirle que ya no habia vuelta atras. Se giro en direccion de quien ahora era su esposa hasta el final de los tiempor, ella tambien lo miro y rodeo su cuello con sus finos pero igualmente fuertes brazos, para despues juntar sus labios en un profundo y humedo beso que, Kakarotto, se vio obligado a corresponder, sintiendo como en el fondo de su corazon el nombre de quien era el unico dueño de su alma seguramente ahora lo odiaba con fuerza. "Mi Vegeta..."

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Suspiro, quiza el quinto o sexto suspiro que habia dado esa tarde. Su entrenamiento como nuevo guerrero en la corte de su Rey habia terminado y estaba completamente muerto. Ademas de que ese habia sido el segundo dia como esposo de la guerrera Bulma Briefs, una mujer joven que a aparte de ser una Saiyajin de clase alta, trabajaba en los laboratorios del palacio, perfeccionando la maquinaria con la que se contaba en ese planeta, mejorando las capsulas en las que se transportaban los guerreros, etc. No era alguien mala, incluso habia acordado con el que no tendrian una relacion de pareja-pareja, quiza solo de buenos amigos, y solo en caso de que se los ordenen, tendrian hijos. Kakarotto agradecio eso, sin embargo, no importaba que su compromiso con la señorita Bulma solo fuese de amistad, la situacion con Vegeta habia empeorado. Desde el momento en que le habia dicho aquello, el menor, no se lo habia tomado de la mejor manera posible, y estaba consciente de que la reaccion que habia tenido habia sido la unica que hubiera esperado.

...

-¡¿A que te refieres con eso, Kakarotto?!-Sus pies se plantaron con fuerza al suelo, haciendo que este se cuarteara y que las ventanas vibraran. Pero el de mayor estatura no se inmuto ante tal reaccion de su principe, permanecio sereno y con una mirada neutral, mientras que el menor parecia que estaba a nada de matarlo con la mirada. Vegeta, con sus pasos bien marcados y con la quijaba apretada, se acerco hasta quedar en frente del mas alto. -¿Que? ¿A caso piensas que permitire que tal estupidez suceda, asi de sencillo? Pues dejame decirte algo maldito-Lo tomo de su cuello y lo atrajo hacia su rostro. Al principio se sorprendio ante lo brutos que eran las acciones de su principe, pero aun asi no dijo ni media palabra. -TU eres mio. Desde el momento en que aceptaste ser mi sirviente persola te volviste parte de mi propiedad, asi que de mi depende si te unes a alguien o si mueres bajo mis manos. Tu destino solo lo puedo controlar yo y tu no puedes contradecir mis palabras-Y dicho esto acerco su rostro al de Kakarotto, quiza lo iba a besar o eso fue lo que espero que hiciera. Pero, antes de siquiera llegar a sentir sus labios, el mas alto se aparto, soltandose del agarre de su principe, quien al ver que habia sido rechazado se quedo sin palabras en su lugar, con la sorpresa bien fija en su rostro y con los musculos tensos. Sus puños se cerraron con tanta fuerza que su mano comenzo a temblar, al mismo tiempo que Kakarotto se dirigia a la salida de ese cuarto de entrenamiento.

-Mi Rey a dicho que la ceremonia de matrimonio sera mañana por la tarde, si quiere puede acudir o si prefiere puede no ir, lo que usted decida esta bien-

Su corazon estaba roto, dolido, y sentia que cada paso pesaba mas que el anterior. Pero aun asi no se detuvo, no se giro a ver a su principe porque, seguramente, este tendria sus ojos bañados en lagrimas.

...

Con simplemente recordar ese momento sentia la boca de su estomago cerrarse y su corazon detenerse. Se detuvo en medio del pasillo, sus puños se cerraron con fuerza al mismo tiempo que intentaba levantar la cabeza. Esa voz, esa inconfundible voz que habia escuchado durante casi toda su vida estaba cerca de donde estaba el. "No soy un cobarde" Con ese patetico pensamiento levanto el rostro, encontrandose con 2 figuras, una de un hombre enorme, con una brillante cabeza sin cabello y un vigote que le parecio extraño, y a su lado estaba su principe, mirandolo con sorpresa, deteniendo sus palabras asi como sus pies. Ambos azabaches intercambiaron miradas, hasta que el de menor estatura desvio la mirada. El mas alto de los tres se habia dado cuenta del ambiente que se habai formado en aquel pasillo. -Disculpe, mi principe, pero si no nos damos prisa ya no tendra tiempo para hacer lo que tenia programado para mas tarde-Hablo de manera firme pero igualmente calmada, rompiendo ese extraño silencio que se habia apoderado de ellos. Vegeta solamente se limito a asentir y a comenzar a caminar de nuevo, seguido por Nappa que caminaba detras suya, ignorando la presencia de Kakarotto, quien agacho la mirada... Si el pensamiento de decirle algo a su principe hubiera pasado por su cabeza, estaba seguro de que se habria ido rapidamente ante aquel temblor que azoto con fuerza el castillo.

La presencia de un Ki maligno lo hizo voltear... Alguien habia llegado al planeta Vegita, y no era alguien amigable.

CONTINUARA...

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Les gusto? ¿Los mate(?)? ¿Me merezco un Review? <3

Ah~ Siendo sincera no pensé que esto terminaría de esta manera (Mi idea inicial era mucho mas trágica que esta...)

(*)Hablamos en el sentido de guerrero, no de cuerpo, porque si fuera así... Kakarotto esta bien sabroso <3 Jajaja lo siento, tenía que ponerlo

En fin, esto a sido todo de mi parte, espero con muchas ansias sus Reviews, criticas, preguntas, sugerencias, amenazas de muerte, todo lo que me quieran escribir lo leere y aceptaré con gusto <3

Nos leemos el próximo siglo~

 

 

 

 

 

 

P.D: Por cierto, ¿Qué pasa? ¿He empeorado con mi manera de escribir? ¿Mis Fics ya no son tan buenos como antes? ¿Por qué mis Review y leídos han bajado? A caso... ¿Ya no les gusta lo que escribo? </3

Perdón, era un inquietud que me ha estado atormentando un tiempo...


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