Salte del susto y me quedé petrificado al verlo caminar hacia dónde me encontraba yo.
A decir verdad no esperaba que estuviera ahí, en ese lugar y casi a las misma hora de aquella vez... Caminar o correr mejor dicho, hasta donde nos encontrábamos había sido un mero impulso por mi parte.
Verlo otra vez quizás no era una simple coincidencia.
-Estas siguiéndome?- le pregunte cuándo se detuvo a unos pasos de distancia.
Llevaba un abrigo negro largo y su pelo bailaba con el viento que a esa hora de la noche, no hacía más que congelar el lugar por el que pasaba.
-Perdón? Acaso fuí yo quien vino corriendo hasta aquí como un loco?- río levantando solo una esquina de sus labios -Pensé que no vendrías..- susurro, pero alcance a oírlo.
-Y..yo no estaba corriendo- intente defenderme inútilmente.
-No sabes mentir- se acercó, pero no lo suficiente.
Lo mire algo ofendido -No puedes decir eso... Solo hemos hablado un par de veces-
-No lo digo por tus palabras, lo digo por tu sonrisa- acortó el poco espacio que nos separaba y subió una de sus manos hasta sujetar mi mentón y lo acaricio -Tu sonrisa está perdida.. Y es por eso que no puedes mentir-
-De qué hablas- quise obviar sus palabras -Como puede mi sonrisa evitar que mienta- intente reír.
Sus ojos estaban mirándome tan atentamente que pensé que hasta podía leer mi mente con ellos. Me observaba con atenta tristeza y no supe en qué momento esa tristeza a la que me negaba a aceptar apretó mi pecho y quise correr, sin embargo no me lo permitió.
-Tranquilo- susurro, anticipando mis movimientos -No quiero hacerte daño... Ya has sufrido lo suficiente... No?- con su mano libre acaricio el costado de mi brazo y me perdí.
Un pinchazo en mi pecho dolió mucho y me llevó a esos tiempos en mi vida que solo quería olvidar... O dejar en paz. Pero al contrario, un nudo en mi garganta me dificulto la respiración de un momento a otro y solo me quedaron las fuerzas y las ganas de aferrarme a él y a su completa falta de conocimiento, a su completa ignorancia sobre mi persona.
Respire fuerte -Quien eres?- logre articular luego de intentar tragarme ese enorme nudo de lagrimas, que no permitiría dejar salir.
-Hoseok... Pensé haberlo dicho- dijo confundido haciendo una expresión graciosa.
Sonreí, pero fue algo tan natural, tan espontáneo que me asuste. Cubrí mi boca y lo aparte solo un poco.
-Por qué te escondes- tomo mis manos -Las sonrisas cuadradas son mis favoritas- ahora el sonrío y tuve ganas de aprender a hacerlo el como lo hacía.
Lo tenso de mis músculos disminuyó con sus juegos y aproveche ese momento para desviar la atención de nuestra conversación lejos de mi para darme un respiro y procesar toda esa ola de incómodas sensaciones que me atormentaban, por lo que me encaminé a averiguar más acerca de él.
-T..tú que haces aquí? Dijiste que te irías a tu casa..- me libere de sus manos rápidas nuevamente.
Su semblante se oscureció y pareció fuera de lugar -Fui contratado por la misma persona que me despidió ayer- su tono serio prendió luces rojas de alarma, pero la curiosidad pudo más.
-En que trabajas?- cuestione por segunda vez desde que nos conocíamos.
-No quieres saberlo- ladeo su cabeza intentando mostrarse más tranquilo -Pero eso es genial, no? Me quedaré en Daegu y así nos veremos más seguido- volvió a ser como hace unos momentos atrás.
-Y... Por qué querrías verme más seguido?- curiosee interesado en su respuesta.
-Porque me gustas- afirmó serio.
Silencio.
<Dijo acaso que le gustaba?>
-Y..yo debo irme- las manos comenzaron a sudarme y mi corazón se agitó.
Claramente sus inesperadas palabras supieron volverme un manojo de nervios y no solo por lo directo que fue, si no porque no conocía a ese tipo y de cierta forma todo ese asunto me estaba comenzando a asustar... De que se trataba esto?
-Hey espera- intento sujetar mi brazo para impedir mi huida.
Instintivamente me aleje más que inquieto y Hoseok en respuesta levanto sus manos a los costados de su cabeza y serenó su expresión.
-No quería asustarte, perdón- dejó caer sus palmas -Siempre tengo problemas por lo directo que soy pero... No me mal entiendas, me gustas pero porque me eres interesante-
<Interesante? Yo?>
Lo mire extrañando y su sonrisa tranquila me impacientó.
Quería irme y alejarme de él.. Que era eso que me causaba su maldita forma de ser? Con solo un par de palabras lograba tranquilizarme y volverme histérico al mismo tiempo... esta vez tenía miedo, pero miedo por no poder frenar el maldito tintineo en mi cabeza que me avisaba lo agradable que era estar con el personaje frente a mi.
-No me temas, si?- Otra vez sentí su respiración casi chocar con la mía.
Esa jodida manía que tenía de acercarse más de lo debido y en el momento justo me descolocaba, era un perverso provocador, y aunque no le conocía bien, o casi nada, no podía evitar querer que estuviéramos así, más juntos de lo que se podría considerar correcto.
-No puedo negar que esto de verdad me atemoriza y una parte de mí quiere salir corriendo, pero no sé que es lo que mantiene a mi otra parte anclada a este lugar...- me atreví a decir, más que arto por todo lo que estaba aconteciendo.
Sonrío -Pues no te vayas...- acaricio las palabras, volviéndose un suave coqueteo -O mejor aún... llévame contigo- propuso lentamente sobre mi mandíbula.
Pestañee procesándolo todo súbitamente.
¿Qué estaba haciendo? ¿Qué hacía yo, Kim Taehyung a las 11 y tantas de la noche, en medio de la calle e intercambiando propuestas con un desconocido?
Quise despertar pero no pude. La parte racional de mi cabeza fue acallada rápidamente por la parte que no podía controlar ese calor embriagante que me provocaba Hoseok y casi sin percibirlo asentí a su proposición, solo con la vista de sus ojos cafés que me engatusaban.
Paseo lentamente una de sus manos por mi brazo hasta chocar contundentemente con el dorso de mi mano y la sujetó aún sin romper ese incesante juego de miradas. La desazón se apoderó de mi cuerpo entero cuando sus dedos se entrelazaron con los míos y la sensación fue indescriptible.
¡Qué estaba pasando conmigo! Como era eso posible... Cómo fue que termine de la mano con un extraño, caminando hacia mi casa, cuando la razón por la que salí de ella fue para escapar de todas las emociones que me estaban ahogando!!
Hoseok se sentía tan bien... Sus manos estaban tibias al contrario de las mías, que parecían haberse congelado. Sus dedos eran delgados y largos pero a pesar de eso me daban una inquietante sensación de protección que jamás pensé necesitaba tanto, por eso sin pensarlo aferre a su palma recibiéndolo. El café intenso que me mostraban sus ojos por la oscuridad de la noche era cálido y acogedor pero ese brillo que tenían me mantenía alerta, todo en él me mantenía alerta.
Apartó sus orbes de los míos y miro hacia un costado invitándome a avanzar pero mi completa existencia se negó a hacerlo y fue ahí cuando la razón comenzó a ganas la batalla que había en mi cabeza.
-Espera- lo detuve -Sigo sin saber quién eres... No puedo llevarte a mi casa- la razón hablo por su cuenta, más mi cuerpo se negaba a dejar escapar al desconocido.
-Si no quieres que me quede, no lo haré- sonó sincero -Pero es tarde y me gustaría si quiera acompañarte a tu casa- era galante, mas no arrogante.
Asentí de acuerdo con su trato y mi mente y complexión estuvieron de acuerdo también.
Hoseok dio el primer paso y al segundo le seguí, permitiéndome hacer más fuerte el agarre de su mano cuando su cuerpo hacía la fuerza para atraerme más cerca de si.
El silencio llego tranquilo y se supo acomodar a la perfección con el ambiente frío pero agradable que se creó a nuestro alrededor, sin embargo estaba curioso y no podía evitarlo, por lo que decidí que volvería a insistir con el asunto de su estadía en mi cuidad natal.
-Entonces... Te quedarás mucho tiempo?- quise sonar casual. No resultó.
Río un poco fuerte sorprendiéndome, pero no apartó la vista del camino,
-No lo sé, me quedaré lo necesario- respondió simple y llano
Otra vez el mutismo se hizo presente, pero ya no fue agradable sino que estaba haciendo pesada la atmósfera mientras seguíamos avanzando.
-Sabes?- hablo de repente captando mi atención -Hace mucho que no me sentía tan bien con alguien- volvió sus vista a mí y sonrío -No sé tampoco lo que sea, pero yo también siento la necesidad de alejarme de ti y al mismo tiempo de quedarme... Es como si supiera que estoy haciendo algo malo pero es tan excitante que no puedo dejarlo- paró deteniéndonos a ambos, y su usual expresión amable, ahora era sería y preocupada.
Mi ceño fruncido se relajó y las comisuras de mis labios se elevaron, mostrándole a Hoseok mi complicidad, él se sentía igual que yo y eso de cierta forma eso calmaba mi ansiedad y desasosiego. Era algo que quizás ninguno de los dos podría explicar correctamente, pero que siendo sincero en ese instante no me importó poder entender, por lo que dejando de lado todos los miedos y dudas, me acerqué lentamente a aquel desconocido de sonrisa deslumbrante y junte nuestros labios rompiendo todas y cada una de las reglas que me había impuesto cuando mi vida se arruino, partiendo por la más importante.
<No dejes que nadie cruce tus barreras>
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VH.