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Adolescencia en su punto. por kenni love

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Notas del capitulo:

Bueno, aún no empieza la próxima semana, así que no me siento tan culpable xD Este cap lo voy a devidir en dos partes porque yolo xD sólo me queda una semana de vacaciones </3 lo más probable es que publique el prox cap el fin de semana y la verdad no sé cuando vaya a publicar o que día vaya a publicar una vez que empiecen mis clases, pero los caps seguirán siendo semanales :) Les voy a ser sincerx y la verdad es que no tengo NI UNA PUTA IDEA de que escribir para el Tsukiyama xD Estoy SECX a morir! tengo una ligera idea, pero nada bueno. Sólo espero no decepcionarlos ^^' Y tal vez estos proximos caps esten muy meh puesto que me he propuesto a escribir un one-shot Jearmin y dos historias originales al mismo tiempo xD deseenme suerte, espero sobrevivir xD Gracias a todos los que leen y comentan! Gracias! :)

 

– Ryuu. – Yuu y su hermanastro se encontraban descansando en uno de los pasillos de su escuela. El receso apenas había comenzado, pero la lluvia se había intensificado y ninguno de los chicos tenía ánimos de mojarse y pescar un resfriado.

– ¿Mmmm?

– Necesito que me hagas un favor. – Ryuu tenía la boca llena de rollos de huevo que había preparado Sawamura-san para el desayuno, así que Yuu no esperó alguna respuesta. – Tengo que hablar con Asahi-san, pero él no deja de ignorarme. Necesito que le hables y le pidas que te traiga algo antes de que el entrenamiento empiece.

– ¿No puede ser después del entrenamiento?

– No. Por favor, ¡te lo suplico! – Yuu juntó sus dos manos e inclino su cabeza. – ¡Por favor!

– Vale, vale. Pero a cambio tienes que comprarme un bollo de carne. – Yuu brincó de la alegría y se colgó de los hombros de Ryuu.

– ¡Claro que sí! ¡Gracias! – Al terminar la pequeña celebración, Ryuu le marcó a su tío y le pidió que le llevara sus antiguas rodilleras, puesto que un miembro del equipo había olvidado las suyas; le recalcó que era sumamente importante que llegara justo a la hora de la salida, puesto que el entrenamiento empezaba un par de minutos después. Yuu escuchaba expectante la conversación, y, al terminar, Ryuu le dio la buena noticia de que su tío había aceptado y Yuu sintió como su pulso se aceleró de la emoción.

Los chicos regresaron a sus respectivos salones una vez terminado el descanso. Yuu se encontraba nervioso y le era imposible concentrarse en su clase. No podía de pensar en lo que pasaría cuando Asahi-san y él se encontraran. Lo más seguro era que Asahi huyera de nueva y el trabajo de Yuu era impedírselo, aunque no estaba seguro de poder hacerlo. No era capaz de creer que el miedo de su no tío a enfrentar sus sentimientos había llegado tan lejos como para tomar la decisión de refugiarse en otro país. Pensaba cometer el mismo error de hace siete años; pensaba abandonarlo de nuevo. Sin embargo, Yuu ya no era un niño tonto e inocente. Lucharía por su amor, haría todo lo posible para que Asahi reaccionara. Tal vez Yuu estaba actuando de manera egoísta, pensando sólo en él mismo; mas no le importaba. Si tenía que ser la persona más egoísta del mundo para que Asahi-san admitiera sus sentimientos y no los evadiera, lo sería.

Las clases terminaron y el bullicio se hizo presente. Yuu guardó rápidamente sus cosas y salió corriendo de su salón hacia los vestidores del equipo masculino de voleibol.   Aún no había llegado nadie, así que dejo sus pertenencias tiradas en la entrada. Yuu corrió hasta la entrada de la escuela como nunca antes en su vida. Su corazón latía como loco no por causa del esfuerzo, sino por los nervios que lo atacaban. Sus piernas temblaban, sus manos sudaban, su cabeza daba vueltas y el piso parecía moverse. Yuu se dirigía al encuentro más importante de toda su vida, y lo hacía con miedo a fracasar, con miedo de no ser lo suficientemente fuerte para ayudar a Asahi-san, con miedo de tener que verlo marcharse otra vez.

Yuu visualizó a Asahi-san de espaldas a la entrada de la escuela y, a unos metros de llegar a él, se detuvo para recuperar el aliento.

– ¡Asahi-san! – El grito de Yuu fue fuerte y claro. Algunos de los alumnos que pasaron a su lado lo miraron extrañados, pero a Yuu no le importó. Tampoco le sorprendió que su no tío no hubiera volteado, estaba consciente de que eso pasaría. – Tenemos que hablar. 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!

Kennistar, cambio y fuera.


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