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Adolescencia en su punto. por kenni love

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Notas del capitulo:

N/A:

Hoy me voy a disculpar de dos cosas: la primera es que siempre me ando disculpando, y la segunda es por no haber publicado desde hace dos semanas. Ya sé que ya no es domingo, pero estuve toda la tarde pasando los caps a la compu y terminando uno xD En serio lo siento muchísimo, no me encontraba con los ánimos de escribir, era como si se me hubieran ido las ganas de seguir continuando. Pero ya es algo normal en mi xD. Como recompensa (?) les voy a publicar cuatro caps, los dos de la semana pasada y otros dos (que corresponderían a esta semana) Quiero agradecer a todos los que han comentado, les juro que me encanta cuando comentan lo que piensan sobre la historia o lo que les gusta o hacen bromas de la trama. Me pone muy feliz y lamento no poder responderlos todos, aveces no sé que poner, pero no duden que los leo :) Otra cosa, al parecer no he explicado muy bien la relación entre los chicos (me refiero relación familiar. Así que les dejo una imagen explicándolo xD (Está hecha a mano, así que espero puedan entender mi letra xD hice todo lo posible para hacerla legible xD) (Como Wattpad es la única interfaz que me deja publicar imagenes, voy a poner el link al capítulo publicado ahí para que puedan verla si gustan :))También quería mencionar que este capítulo no terminó como yo había pensado, así que prometo hacer los próximos que se parezcan a este mejor ^^ 

https://www.wattpad.com/412276653-adolescencia-en-su-punto-a%C3%BAn-no

 

Era el último día de Asahi-san viviendo en la casa de su hermano y su cuñado. No había sido tan difícil conseguir un lugar en el equipo de voleibol de la prefectura, y gracias a la beca deportiva que le habían otorgado ya tenía el dinero suficiente para comenzar a vivir solo.

Yuu observaba a su novio con el ceño fruncido y los brazos cruzados mientras este hacía todo lo posible por evitar encontrarse con su mirada.

– I…iba a decírtelo ayer… – Logró pronunciar Asahi-san. Yuu no había tomado muy bien la noticia, y menos cuando se la decían una noche antes del acontecimiento. Pero no estaba enojado, simplemente le gustaba observar la incomodidad de Asahi, ver como movía nervioso los ojos y las yemas de sus dedos se tocaban entre sí. Sin embargo, esa no era la mejor parte.

– Vale, está bien. – Yuu aprovechó que estaban sentados frente al otro, y se acercó a Asahi gateando, con la mirada fija en su presa, disfrutando de la incomodidad que comenzaba a aparecer en su pareja. – Hoy será nuestra última noche juntos. – De alguna manera incomprensible para Asahi, Yuu había logrado conseguir el permiso de Sawamura-san para dormir con su no tío en la recámara de huéspedes, y, en más de una ocasión, el chico había tratado de hacer ese tipo de movimiento sin mucho éxito. Asahi-san lo detenía antes de que la situación se tornara complicada, ocasionando una gran frustración dentro del pequeño cuerpo de Yuu.

– Pu…puedes ir a visitarme cuando quieras… – Yuu se subió en el regazo de su novio, causando un ligero rubor en este. Yuu en verdad disfrutaba ver a Asahi-san siendo tímido y precavido, cuando en sus ojos mostraba claramente el deseo que lo embriagaba por dentro.

– Mmmm, ¿qué tal si hacemos de nuestra última noche algo especial? – Yuu acercó su rostro al de Asahi, pero este lo desvió con ligereza. El silencio que inundaba la pequeña habitación era interrumpido sólo por el frenético latir de ambos corazones. Un bochorno intenso se apoderó de ambos. Los labios de Yuu se deslizaron a la mejilla expuesta de Asahi-san y la rozaron suavemente, pegando su cuerpo aún más al de su tío, invadiendo su autocontrol, su ansia, nublando su mirada al sentir esos labios bajar y la punta húmeda de la lengua recorrer su mandíbula. Asahi-san jadeaba, hervía y sacaba humo. Su mente comenzaba a mal funcionar, Yuu se acercaba más y más, bajaba y subía, movía la cadera; todo era lento y provocativo. Yuu estaba caliente, ardía, los pequeños espasmos que hacía Asahi-san al sentir la yema de sus dedos rozar su piel lo prendían aún más. Su límite estaba al máximo, había esperado años, meses y días. Se había tenido que conformar con los besos cohibidos que su tío le daba. Yuu tenía 18 años, era un adolescente lleno de hormonas incontrolables. Ya no podía esperar más.

Usando su peso y su fuerza, Yuu empujó a Asahi hacía atrás, tirándolo al suelo y subiéndose encima de él, sentándose justo en la entrepierna de su tío, la cual, palpitante, causó miles de sensaciones dentro de Yuu, quien se movió sólo un poco para poder sentirla más, ocasionando que Asahi contuviera la respiración y detuviera sus movimientos.

– Yuu… le prometí a tu padre que… – Las palabras de Asahi-san fueron interrumpidas por los suaves y desesperados labios de Yuu. Y, aunque estos se encontraron con una negativa, lentamente Asahi fue cediendo, seducido por las manos inquietas de Yuu, por los movimientos de su cuerpo, por esos jadeos que llenaron la habitación, por todo ese deseo y esa pasión acumulada que los había estado volviendo locos. Ambos se sentían bien, era una sensación nueva y brillante. Y a pesar de que el raciocinio de Asahi amenazaba con desaparecer, logró contenerse para no romper la promesa que había hecho con Koushi-san.

Pese haber ido en contra de los deseos de Asahi, ambos lograron darse placer mutuamente. Se encontraban acostados en el futón, Asahi abrazando fuertemente a Yuu, cuando este último decidió preguntar:

– ¿Qué fue lo que le prometiste a mi papá? – Yuu logró sentir como el cuerpo de su pareja se tensó y su pulso se aceleró.

– Le prometí que…que no tendría sexo contigo hasta que fueras mayor de edad. – Yuu se incorporó exaltado y miró estupefacto a Asahi-san.

– ¡Pero para eso faltan dos años!

– Podemos seguir haciendo lo que acabamos de hacer.

– ¿Estas demente? No pienso estar solamente jalándome la verga por dos años. Yo sé que tú también quieres hacerlo. – Yuu se volvió a tumbar encima de su novio, pero este lo bajó de inmediato y lo aprisionó entre sus brazos.

– Sí, pero aún eres un niño, así que me aguanto las ganas.

– ¡Asahi-san! – La queja de Yuu quedó ahogada por las sonoras carcajadas  de Asahi que inundaron la habitación y a llenaron de calidez. 

Era el último día de Asahi-san viviendo en la casa de su hermano y su cuñado. No había sido tan difícil conseguir un lugar en el equipo de voleibol de la prefectura, y gracias a la beca deportiva que le habían otorgado ya tenía el dinero suficiente para comenzar a vivir solo.

Yuu observaba a su novio con el ceño fruncido y los brazos cruzados mientras este hacía todo lo posible por evitar encontrarse con su mirada.

– I…iba a decírtelo ayer… – Logró pronunciar Asahi-san. Yuu no había tomado muy bien la noticia, y menos cuando se la decían una noche antes del acontecimiento. Pero no estaba enojado, simplemente le gustaba observar la incomodidad de Asahi, ver como movía nervioso los ojos y las yemas de sus dedos se tocaban entre sí. Sin embargo, esa no era la mejor parte.

– Vale, está bien. – Yuu aprovechó que estaban sentados frente al otro, y se acercó a Asahi gateando, con la mirada fija en su presa, disfrutando de la incomodidad que comenzaba a aparecer en su pareja. – Hoy será nuestra última noche juntos. – De alguna manera incomprensible para Asahi, Yuu había logrado conseguir el permiso de Sawamura-san para dormir con su no tío en la recámara de huéspedes, y, en más de una ocasión, el chico había tratado de hacer ese tipo de movimiento sin mucho éxito. Asahi-san lo detenía antes de que la situación se tornara complicada, ocasionando una gran frustración dentro del pequeño cuerpo de Yuu.

– Pu…puedes ir a visitarme cuando quieras… – Yuu se subió en el regazo de su novio, causando un ligero rubor en este. Yuu en verdad disfrutaba ver a Asahi-san siendo tímido y precavido, cuando en sus ojos mostraba claramente el deseo que lo embriagaba por dentro.

– Mmmm, ¿qué tal si hacemos de nuestra última noche algo especial? – Yuu acercó su rostro al de Asahi, pero este lo desvió con ligereza. El silencio que inundaba la pequeña habitación era interrumpido sólo por el frenético latir de ambos corazones. Un bochorno intenso se apoderó de ambos. Los labios de Yuu se deslizaron a la mejilla expuesta de Asahi-san y la rozaron suavemente, pegando su cuerpo aún más al de su tío, invadiendo su autocontrol, su ansia, nublando su mirada al sentir esos labios bajar y la punta húmeda de la lengua recorrer su mandíbula. Asahi-san jadeaba, hervía y sacaba humo. Su mente comenzaba a mal funcionar, Yuu se acercaba más y más, bajaba y subía, movía la cadera; todo era lento y provocativo. Yuu estaba caliente, ardía, los pequeños espasmos que hacía Asahi-san al sentir la yema de sus dedos rozar su piel lo prendían aún más. Su límite estaba al máximo, había esperado años, meses y días. Se había tenido que conformar con los besos cohibidos que su tío le daba. Yuu tenía 18 años, era un adolescente lleno de hormonas incontrolables. Ya no podía esperar más.

Usando su peso y su fuerza, Yuu empujó a Asahi hacía atrás, tirándolo al suelo y subiéndose encima de él, sentándose justo en la entrepierna de su tío, la cual, palpitante, causó miles de sensaciones dentro de Yuu, quien se movió sólo un poco para poder sentirla más, ocasionando que Asahi contuviera la respiración y detuviera sus movimientos.

– Yuu… le prometí a tu padre que… – Las palabras de Asahi-san fueron interrumpidas por los suaves y desesperados labios de Yuu. Y, aunque estos se encontraron con una negativa, lentamente Asahi fue cediendo, seducido por las manos inquietas de Yuu, por los movimientos de su cuerpo, por esos jadeos que llenaron la habitación, por todo ese deseo y esa pasión acumulada que los había estado volviendo locos. Ambos se sentían bien, era una sensación nueva y brillante. Y a pesar de que el raciocinio de Asahi amenazaba con desaparecer, logró contenerse para no romper la promesa que había hecho con Koushi-san.

Pese haber ido en contra de los deseos de Asahi, ambos lograron darse placer mutuamente. Se encontraban acostados en el futón, Asahi abrazando fuertemente a Yuu, cuando este último decidió preguntar:

– ¿Qué fue lo que le prometiste a mi papá? – Yuu logró sentir como el cuerpo de su pareja se tensó y su pulso se aceleró.

– Le prometí que…que no tendría sexo contigo hasta que fueras mayor de edad. – Yuu se incorporó exaltado y miró estupefacto a Asahi-san.

– ¡Pero para eso faltan dos años!

– Podemos seguir haciendo lo que acabamos de hacer.

– ¿Estas demente? No pienso estar solamente jalándome la verga por dos años. Yo sé que tú también quieres hacerlo. – Yuu se volvió a tumbar encima de su novio, pero este lo bajó de inmediato y lo aprisionó entre sus brazos.

– Sí, pero aún eres un niño, así que me aguanto las ganas.

– ¡Asahi-san! – La queja de Yuu quedó ahogada por las sonoras carcajadas  de Asahi que inundaron la habitación y la llenaron de calidez. 


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