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Sounds like Heaven  por namy chan

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Notas del capitulo:

Ya lo saben. DGM ni sus personajes me pertenecen, tampoco los fragmentos de canción que aparecen. 

• Estoy solo, me convertí en una piedra •


Lejos de temer por su integridad su consciencia solo gritaba una cosa que creció con mas fuerza, sembrado desde la raíz, colado fuertemente en el centro de todas sus emociones; odio. El sentido común perdió fuerza siendo aplastado por las ramas crecidas asfixiado por el peso, lo escuchó breves instantes clamando atención a sollozos, advirtiendo que sus acciones sólo lo llevarían a su perdición, pero ¿No estaba perdido ya? Debió estarlo desde el instante en que respiro aire, debió rematarse cuando perdió su cola. 

• ¿A dónde te has ido? •

Fue un estúpido pensar en Kanda, un idiota sin remedio el tragarse las palabras de esa enfermera pensando que después de todo, que pese al horroroso comienzo de ambos podrían congeniar, podría aliviar un tanto su malestar con su basta presencia. Por ello lo había llamado, por esto se aferró a él en cuanto lo vio, pensó en la única persona a la que querría ver. Y tan pronto como lo hizo supo que algo andaba mal. 

Notó su ceño fruncido, el como maldecía entre dientes adentrándose hacia la casa con él en brazos y despidiendo de forma informal a su nueva amiga. Ahí todo cobró sentido. Su misma ingenuidad lo cegó, se dejó llevar pensando que ese rato ameno pasó por un simple acto de buena fé cuando las verdaderas intenciones recaían en que terminara apareándose. 

• ¿Que has encontrado? •


No esperó siquiera al llegar a su habitación para intentar alejarse de su tacto y caer sobre la cama, no quiso sumirse entre sabanas ni recibir el refugio de unas almohadas esperando que el día acabara para comenzar otro igual o peor que el anterior. El sisear un "bastardo" alertó al nipón que en reacción intentó retenerlo a su lado por lo menos hasta que pasaran el umbral, mas fue imposible, sus infantiles pataletas lo precipitaron, lo enviaron directo contra la pared del pasillo como último recurso para no caer con él. 

Vio el mismo odio de aquella vez en la que intentó matarlo. 

 



• ¿Cuando todo esto llegó a un fin? •

--¿Esta era tu forma de no dejarme morir? ¿Aparearme para aplazar un poco mi muerte? --sus piernas dejaron de recibir el soporte de Kanda, funcionaron por si mismas, soportaron su propio peso con ayuda de la pared al recargar su espalda en esta. Las sintió temblar, dolió soportarlo, odió utilizarlas como siempre lo hizo hasta ese instante; solo por él-- ¿Que esperabas? Que la tomara y me salvara, o solo quisiste ver si funcionaba lo que ese humano dijo... ¿Querías ver si viviría así? ¿Para qué? Encerrarme de nuevo en esa cosa ¿Por cuanto?... Sabes que voy a morir ¡No puedo estar así!... Quiero volver a casa, quiero ver a mi familia, el mar... A Mana --dios, anhelaba ver a su padre por última vez. 

• ¿Tú me ves? •

El dolor en su pecho se volvió insoportable. Ardía, se oprimía cada vez que intentaba respirar. Sin ser consciente más de una lágrima rodó por sus mejillas, tuvieron la misma reacción que al tocar el agua salada, quemaron como el infierno y pese a ello no fue nada en comparación con la tristeza que se apoderó de él. 

• ¿Cómo te veo yo? •

 



--Todo hubiera sido fácil si dejaras de pensar tanto y sólo te dejarás guiar --Kanda no pareció inmutarse con su escena, había soportado ya los momentos dramáticos de mocosos llorones para no mostrar ningún interés en ellos. Y tal como aquellas veces obtuvo el mismo resultado físico; un golpe directo al pómulo, uno que no vio venir gracias a la reacción molesta de Allen. 

• Muchas lágrimas en mí han caído •

La balanza de fuerza estaba desnivelada y le importó un demonio esto al regresar el golpe hacia la pálida mejilla del chico. De igual forma tampoco al albino le importó gastar sus pocas energías en intentar dañar lo más posible a su captor. 

• Muchos pasos, en los que estuve arrastrándome

De tan sólo estar en si habitad lo hubiese hundido, lo habría atacado con su aleta. En cambio cada golpe fue bloqueado con sus antebrazos cuando reaccionaba a tiempo, imitó los movimientos contrarios. Buscó con la mirada los puntos libres en los que pudiera atacar, en los que supo que causaría dolor y que recibía el doble de fuerte hasta que sus piernas no lo soportaron más y la pelea pasó al suelo. 

• Estoy cayendo •

Su estupidez llegó al aferrar ambas extremidades alrededor de la cintura de su adversario quien lo alzó sin problema  y lo azotó contra la madera del piso más de una vez. Perdió el aliento, escupió lo que pareció un coágulo de sangre y vio por pérdida la batalla llevándose una escasa gratificación de ver a Kanda agitado, respirando con dificultad y con más de un golpe que se notaría a la mañana siguiente, algunos mechones de cabello acabaron enredados, alborotados y por un segundo lo vio más joven, acorde a la edad que verdad tenia. 

--Estas débil y golpeas como un boxeador --Kanda sonrió apenas, en algún lugar de su cabeza hueca eso fue un halago que no entendió el menor al no saber que demonios era un boxeador. 

• ¡Llévame! ¡Abrázame! •


--Te mataría si no estuviera así --el odio seguía hablando por él, creciendo de forma descomunal infestando su mente como plaga verde, el dilema moral y de principios infundado por su padre pareció esfumarse, hundirse entre la flora al igual que su sentido común, y estaba bien ya que ese humano no merecía ni un mínimo de su compasión. 

--Pero lo estas y yo podría matarte muy fácil --hubo sinfín de métodos que podría utilizar. 

• ¿Qué vamos a perder? •

--Hazlo... --la adrenalina siguió inmersa en ambos ¿Y qué si estaba débil? El poco dolor sentido no seria nada en comparación al que sentiría cuando todo acabara. Era su oportunidad, la única que tendría para pelear y dar lo último de si. 

--Mírate, ni siquiera puedes seguir del pie --el reto siguió, el choque de miradas se mantuvo siendo lo único que ambos pudieron hacer sin cansarse generando una extraña atmósfera mas allá del desprecio que solo Kanda notó. Y Allen no perdió rastro de él, apoyó ambos antebrazos sobre el piso como soporte al acercarse, como si la mínima distancia creara una mayor intensidad en sus ojos. Ah, si tan sólo una mirada pudiese matar. 


• Esto no es verdad •



Un movimiento ¡Solo uno! Y le asestaría un último golpe, un cabezazo que le daría por sentado una mínima satisfacción antes de desplomarse exhausto sobre la madera... Sin embargo, el golpe nunca llegó, se quedó varado en sus deseos a la par de sentir la adrenalina cortarse de tajo al cegarse contra el miedo. Sus intentos fueron interceptados no por otro golpe similar sino por los labios de Kanda estampándose sobre los propios en un gesto demasiado brusco que creyó que en cualquier momento le perforaría los labios con sus dientes para arrancárselos. 

• Tengo este dolor, estoy cayendo y no puedo escuchar la verdad •

Sus ojos de abrieron como platos incapaces de poder parpadear como un intento de procesar la realidad. El cabello alborotado de Kanda hormigueaba sus mejillas, creaba ligeras cosquillas que le duraron mucho tiempo. Había olvidado la extraña sensación en el jardín que hizo llamar al azabache, tantas emociones dejaron atrás sus instintos que regresaron con más fuerza gracias a ese toque parando la plaga en su mente, casi la hizo marchitar. 

• Estoy desconfiado

La quemazón en sus labios fue diferente a todas las que haya experimentado con anterioridad. No creó dolor más que la fricción de uno de sus labios heridos y sangrantes,  fuera de ello se creó una ansiedad, un deseo de no querer que se separara aunque eso significara alimentar todavía la idea de que pudiese arrancarle la boca pero, de forma abrupta tal como comenzó se desvaneció por la distancia. Le creó un hueco extraño que no pudo identificar y que fácil podría atribuir a los golpes en esta zona, mintiéndose él mismo. 

‹ ¿Qué...? ›

• Estoy cayendo





¡No podía dejarlo así! Agitado y con mil pensamientos volando como colibrís a su alrededor. El color en sus mejillas por la vergüenza le importó un carajo, también la agitación en su respirar e incluso había olvidado cada golpe impreso en su cuerpo. Retomó su pensamiento inicial y se aferró a él. Fue su turno de besarlo teniendo como garantía el enredar los brazos alrededor de su cuello para no separarse más, porque no lo soportaría más, un misero minuto alejado de la boca de Kanda. 


• Estás en mis sueños y no puedo escuchar la verdad

Ahora, su sentido común se desplomaba en su mente atónito a la vez que su instinto resurgía recién nacido, fuerte y deseoso por desatarse bajo luna llena de su cumpleaños diecisiete. 

• ¡Llévame! ¡Abrázame! •


 

Notas finales:

 

Subo los capítulos antes en Wattpad, por si no quieren sufrir tanto en la espera los invito a leer allá. 

 

https://www.wattpad.com/story/80670911-sounds-like-heaven-yullen

 

Si el link no carga pueden buscar mi perfil: Anemone_walker

 

El salseo se acerca! (?)

 

 


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