CAP 9 – Un Nuevo Hogar …
- Bienvenidos chicos – Dijo Loumir con una pequeña sonrisa, abriendo la puerta de la casa donde ahora mi hermano y yo viviríamos. – Por favor sigan…
- Gracias tío – Respondí con voz triste en un susurro, dejando salir de mi rostro una pequeña sonrisa.
Shijirou por su parte llevaba días sin hablar, solo asintiendo o negando la cabeza para responder.
Entramos a la casa, era bastante grande, pues al parecer Loumir era bastante adinerado. Así mismo días atrás nos enteramos que nuestra madre nos había dejado una gran herencia, la cual era la parte correspondiente de su herencia dada tras la muerte de sus padres, nuestros abuelos.
Según se discutió con el abogado de mi tío y un juez, mi hermano y yo tendríamos derecho a reclamar aquella herencia una vez cumpliéramos ambos la mayoría de edad. También se llegó al acuerdo de que mi tío se haría cargo de nosotros obteniendo nuestra custodia. Por último, mi tío propuso el cambio de apellido, lo que agradecimos grandemente, pues tener ese apellido Edere de “ese sujeto” era tortuoso; sin más los tramites se realizaron lo más pronto posible obteniendo ahora el apellido de nuestra madre, el apellido Eshiven.
Una vez dentro de la casa, Loumir nos llevó a la sala donde se encontraba un doncel de unos 1,60 de estatura, su piel blanca como la nieve y un hermoso cabello crespo rojizo un poco largo hasta la mitad de sus hombros que caía juguetón, su rostro lleno de pecas del mismo color de su cabello pero sutil que lo hacía ver adorable, tenía unos ojos grandes y expresivos de color café claro, una nariz pequeña y labios acorazonados.
- Chicos él es Shiromi Nurma mi esposo – Menciono Loumir regalándole una linda sonrisa al doncel.
- Hola muchachos, mi nombre como dijo su tío es Shiromi Nurma, estoy encantado de conocerlos, sean bienvenidos! Estaré presente para lo que necesiten – Contesto con una amable y cálida sonrisa que derretía cualquier frio corazón.
- Ho-hola yo soy Shijirou Ede.. mm no, Eshiven, gusto en conocerlo - Menciono shijirou casi en un susurro sorprendiéndome, después de todo llevaba algunos días sin hablar.
- Y yo soy Zheiro Eshiven, gusto en conocerlo y gracias por aceptarnos en su casa, por favor cuide de nosotros – Respondí con una sonrisa tímida.
- Ohh por favor chicos no tienen que ser tímidos, este es su hogar ahora – Dijo Shiromi con su radiante sonrisa – Cariño lleva a los chicos a sus habitaciones y enséñales la casa mientras preparo la comida – Concluyo el pelirrojo.
- Enseguida amor … vamos muchachos les mostrare el lugar – Contesto mientras caminaba.
- Con permiso – Dijimos al unísono mi hermano y yo.
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De esta forma fue como nuestra nueva vida comenzó en el hogar de nuestro tío y su esposo.
A pesar de que jamás olvidamos lo sucedido aquel trágico día, nuestras sonrisas volvieron a aparecer en nuestro rostro; la convivencia de la pareja y el trato que tenían hacia nosotros nos hizo superar la tristeza y todos aquellos sentimientos que nos aprisionaron.
Era un hogar cálido, lleno de amor, un hogar donde no habían gritos ni peleas, era un hogar radiante, tranquilo.
Nuestro tío fue el padre que jamás tuvimos y Shiromi, su esposo era nuestro cómplice y amigo. Ellos llenaron el vacío que nuestra madre había dejado en nuestros corazones al morir, pero aun así nuestro odio por “ese sujeto” jamás desaparecía.
Pasaron los años llegando a mi mayoría de edad, me encontraba en la universidad, estudiaba administración hotelera, mientras tanto mi hermano quien tenía 15 años estaba en su penúltimo año de escuela y a pesar de su edad comenzó a conocer gente de familias influyentes con los que forjo amistades que más adelante nos serian de gran ayuda para nuestro propósito.
Tres años más y Shijirou llego a su mayoría de edad, de esta manera pudimos reclamar nuestra herencia que nuestra madre nos había dejado. Compramos una casa y nos independizamos, claro que nunca perdimos contacto con Loumir y Shiromi, solíamos visitarlos a menudo y viceversa.
Mi hermano ahora estudiaba contabilidad y gracias a la herencia pudimos seguir nuestros estudios sin necesidad de buscar un trabajo a medio tiempo.
Como dije antes, gracias a los contactos de Shijirou, conseguíamos información importante; Por mi parte en la universidad conocí a muchas personas, algunas algo peligrosas a las cuales les hacía favores, por su puesto nunca más allá de tener que meterme en líos o situaciones graves, pero gracias a esto también recibía el apoyo de estos.
Asi fue como mi hermano y yo comenzamos a buscar los rastros de “ese sujeto” topándonos con varios de sus refugios y escondites, donde guardaba el dinero que conseguía por la venta de drogas o encontrando estas mismas; las saqueábamos y destruíamos aquellos lugares, pero nunca pudimos encontrarlo, como si supiera de antemano que iríamos por el o simplemente teníamos muy mala suerte.
Pasaron los años llegando al hoy, a mis 23 años y Shijirou a sus 20, ahora nos encontramos frente a una casa vieja, entramos sigilosamente con varios hombres, atacamos, hallamos una puerta llegando a un sótano, después de 8 años volvemos a ver el rostro de “ese sujeto” quien minutos después escapa y para terminar nuestra mirada ahora se encuentra enfocada en una puerta de acero.
(Fin Flash-back)