UNA RAZON MÁS
El día había llegado, ya tenía todo planeado ahora solo quedaba esperar a que Misaki aceptara y listo. Todo sería perfecto.
Había tenido varias ideas pero la elegida era superior por muchas razones.
Misaki estaba con todo haciendo un trabajo de la universidad así que, aunque no le agradaba que SU castaño estuviera con ese, utilizaría ese tiempo para terminar de arreglar todo. Al llegar la hora de ir por Misaki se subió a su auto, reviso por última vez su celular y fue por el ojiverde.
-No…no tenías que venir por mí-dijo el castaño mientras se subía al auto- podría irme solo.
-Vamos a ir a un lugar
-¿A dónde?
Usami no contesto, solo miro hacia el frente y se concentraba en manejar. Por su parte Misaki se limitó a mirar por la ventana en silencio.
Después de unos minutos, el peli plata detuvo el auto para posteriormente bajarse y abrirle la puerta al castaño para que imitara la acción.
Cuando Misaki bajo quedo muy confundido porque se encontraba frente al restaurant donde tuvieron su primera cita.
Entraron al edificio y como si fuera una especie de deja vu estaban en la misma mesa que la vez anterior y les habían traído la misma comida.
U….usagi-san….-no entendía por qué pero se sentía bastante nervioso.
-Que sucede Misaki?-dijo comenzando a comer
-Emmm…..aquí no es donde…….?-no sabía cómo decirlo y al ver la poca importancia que le daba el peli plata le dolía un poco. *¿Acaso esa vez fue tan insignificante que ni la recuerda?*- No, nada olvídalo.
Usami sonrió para sus adentros.
El plan estaba saliendo a la perfección.
La cena continua en silencio, el ojiverde estaba un poco triste pero como de costumbre no quería que “usagi” lo notara.
Al terminar de comer, salieron del restaurant silencio. Usami cogió la mano de Misaki y comenzaron a caminar. El más bajo estaba sonrojado pero aun así no soltó la mano del ojivioleta. Continuaron así hasta que llegaron a rueda de la fortuna.
Misaki ahora no solo estaba confundido sino, asombrado.
No había más personas. Solo estaban ellos, era realmente raro. Era sábado y era un buen clima así que era poco común que no hubiera nadie.
No supo cómo ni cuándo ero tanto como el como “usagi” ya estaban dentro de una de las cabinas y la rueda de la fortuna estaba en funcionamiento,
-¿Qué está pasando?-pregunto Misaki un tanto preocupado. Estaba viendo por la ventana así que no vio cuando Usami saco una pequeña caja de color azul de su pantalón.
-Misaki……-lo llamo. Cuando el castaño voltio a verlo se sonrojo a no más poder.
Usami se encontraba hincado frente a él con la caja abierta dejando ver un anillo de color plata con un diamante de color verde en el centro.
-Usagi-san….-tenia la mente y cuerpo en sock
-Misaki… ¿Me darías el honor de casarte conmigo?
Misaki comenzó a llorar por lo que Usami se puso de pie y lo abrazo con ternura acariciando su cabello con delicadeza.
-Entonces….. ¿Qué dices?
El castaño se alejó un poco del otro asintiendo con la cabeza y desviando la mirada.
-Creíste que había olvidado nuestra primera cita ¿verdad?
-Eso me diste a entender- Misaki seguía entre los brazos de su pareja escondiendo su rostro en el pecho del más alto
-Nunca lo olvidaría, idiota
Ahora tendrían otra razón para no olvidar ese lugar