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Orgullo vs Amor por Shinjimasu

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Shitagi estaba despierto. A decir verdad le preocupaba el saiyajin, nunca antes lo había visto así, parecía muy nervioso.

“Esa pesadilla debió ser demasiado para él” pensó recostado sobre su cama “Pero era de esperarse, lo más seguro es que haya recordado algo muy malo… debe ser terrible la vida que ha llevado, no puedo imaginarme lo que es haber crecido sin recibir cariño”

Se levantó y se colocó una cobija alrededor, avanzando hacia su balcón “¿Por qué me siento así? ¡Se trata de Vegeta…! si, se trata de Vegeta” pensó triste.

-Es curioso, me siento extraño… nunca creí que podía sentir cariño por él pero supongo que  estas alturas  es normal, después de todo tenemos tiempo de vivir juntos y sería inevitable hacer que pasara desapercibido… aunque siendo sinceros eso sería imposible- rio un poco –Es decir ¿Quién podría ignorar a un hombre como Vegeta? - dijo mientras se sentaba en un diván que estaba en su balcón –Espera… ¿Pero que estoy diciendo? ¡Se trata de Vegeta! ¿Cómo puedo pensar en eso? Además, Yamcha es mi pareja, esto no es algo fiel de mi parte… aunque bueno, no puedo esperar mucha fidelidad si viene de él- se quejó en una pequeña pausa- Pero Yamcha, él es muy dulce y encantador. Aunque Vegeta también tiene lo suyo, quizá no sea dulce pero es encantador a su manera… espera ¿Qué? ¡No, no, no! ¡Shitagi! ¿Otra vez? ¡Ya deja de pensar en ese irritante saiyajin!- terminó por fastidiarse de sí mismo.

Mientras tanto, Vegeta lo escuchaba desde el techo de la Corporación. Había decidido salir a tomar aire y sin querer el chico no se había dado cuenta de su presencia.

Sus habitaciones estaban juntas y compartían un mismo baño que las conectaba, por lo que aquello no era algo sorprendente.

-¿Así que le parezco atractivo?- dijo el guerrero en voz baja y burlona –Al menos tiene el valor de reconocerlo-

-Me gustaría mucho llevarme mejor con él- dijo el chico, acostumbrado a hablar solo –Yo no creo que sea tan malo como aparenta, más bien, creo que es incomprendido. A fin de cuentas este no es su planeta, no está con los suyos, esta solo… no puede ser sencillo aceptar eso. Estoy seguro de que él puede cambiar, sé que puede dejar a un lado su faceta de malo, pero creo que realmente no le importa mucho cambiar- dijo al cerrar sus ojos, quedándose dormido en pocos minutos.

Vegeta había escuchado todo lo que Shitagi había dicho y decidió no perder más tiempo y bajar para pararse frente a él una vez que confirmo que estaba dormido –¿En verdad crees que puedo cambiar?- dijo observándolo –Tu nunca podrás ayudarme ¿Por qué te crees capaz de hacerlo? ¡Ni siquiera puedes hacerlo contigo! Eres demasiado sensible y no soportarías saber todo lo que he hecho. Solo es cuestión de tiempo para que me mandes al demonio-

Estaba por irse pero se detuvo y se volteó a verlo antes de entrar. No podía dejarlo ahí: si se enfermaba, estaría aún más insoportable de lo normal. Lo pensó por unos segundos y paso su mano por su espalda mientras la otra sujetaba sus piernas, cargándolo con gentileza –No creas que esto lo hago por ti, solo es por mis propios intereses-

Avanzó hacia la habitación,  pero se detuvo en seco al sentir como él se movía. ¿Qué explicación le daría para justificar por qué lo tenía entre sus brazos mientras él dormía? Pero afortunadamente Shitagi no se despertó, solo se inclinó hacia él, acurrucándose en su pecho mientras  sonreía débilmente.

Vegeta se quedó inmóvil un momento, asegurándose de no despertarlo, observándolo dormir en sus brazos contra su pecho. Avanzó de nuevo y se inclinó hacia su cama para colocarlo sobre ella pero en la inconsciencia de su sueño, Shitagi reacciono.

-No te vayas- le dijo semidormido mientras sujetaba su playera –Quédate aquí-

El saiyajin no sabía que contestarle, estaba un poco nervioso en ese momento –¿Q-Qué dices? ¡No puedo quedarme! ¿Estás loco?-

-Por favor…- pidió jalándolo más hacia él, haciéndolo apoyarse en la cama.

Vegeta tragó. Estaba demasiado cerca de él –O-Oye, su-suéltame-

-Solo por hoy… ¿Si?- le dijo mientras se acomodaba, acercándose más a él, apoyando su cabeza en su pecho, quedándose dormido de nuevo.

El saiyajin lo miro aliviado. Tomo su mano y lo soltó del agarre de su playera. Pero no se fue de inmediato. Lo observo por unos segundos más y acaricio su mejilla con gentileza. En verdad era muy lindo y más aún cuando dormía. Se enderezo y salió de la habitación. Por ese día ya había sido suficiente.

 

-Buenos días Vegeta- lo saludo el chico con una sonrisa, sin obtener respuesta por parte del saiyajin, quien solo lo miró y se sentó –Creo que no dormiste bien ¿Sucede algo?-

-Nada que te importe- respondió serio.

Shitagi lo vio triste –Bien, en ese caso me voy… veré a Yamcha en el centro comercial ¿Quieres que te traiga algo?-

-NO- gruño

-Entonces nos vemos en la tarde- le dijo desanimado mientras salía de la cocina.

Paso la tarde y Shitagi y Yamcha permanecieron en su cita dentro del centro comercial. Él se había dejado de preocupar por el príncipe suponiendo que solo había pasado una mala noche. Ya había caído en un momento en el que los problemas de Vegeta lo habían dejado de importunar tanto como en un principio… o al menos eso era lo que creía.

-Espera Yamcha, necesito comprar unas cosas aquí- le dijo mientras entraba a una dulcería. Él lo siguió y juntos recorrieron la colorida tienda.

-Shitagi, amor ¿No crees que es demasiado?- pregunto Yamcha al notar la cantidad de caramelos que tomaba.

<Mmm> -No, apenas es suficiente- contestó él con una sonrisa.

-¡Vaya! Nunca creí que te gustaran tanto estos dulces-

-Oh, no, no son para mí-

-¿Entonces?-

-Son para Vegeta-

-¡¿Para Vegeta?!- pregunto sorprendido.

-Sí, hoy no amaneció de muy buen humor y estos dulces le encantan-

-¿Qué? Pero… ah… Shitagi ¿Estás seguro?-

-Bueno, no creo que los que pongo en el dulcero de la mesa desaparezcan por si solos… él cree que no me doy cuenta pero siempre se los acaba- dijo mientras sacaba de su bolso una pequeña libreta y escribía algo -Espero que le levanten el ánimo-

-Entiendo tu intensión Shitagi pero no creo que merezca que te preocupes por él… recuerda que no es un tipo de fiar- le dijo algo molesto.

Shitagi también se molestó –¿Por qué no mejor me esperas afuera?- dijo mientras guardaba los dulces en su bolso.

-No te enfades amor…- le dijo, pero una voz femenina lo interrumpió.

-¿Yamcha?- lo llamo la chica que atendía el mostrador.

-¿Pen? ¿Q-Qué haces aquí?-

-Trabajo aquí cariño- respondió la chica avanzando hacia él – ¿No se supone nos veríamos esta noche? Ayer me la pase muy bien… espero que hoy no sea la excepción-

-¿P-Pero de que hablas? ¡Ayer no pasó nada!- contestó nervioso, tratando de alejarse de él.

-¡Yamcha pero que modesto! Bien, si quieres jugar a perder la memoria me parece encantador, pero entonces tendrás que olvidar toda la semana- le sonrió -Sin duda es la mejor que hemos pasado-

Shitagi no podía creer lo que estaba escuchando: prácticamente estaba siendo testigo de la infidelidad de su novio. No quiso mirarlo, solo sentía las lágrimas correr por su rostro.

-Shitagi, yo…- alcanzo a decir Yamcha pero él lo ignoro y salió de la tienda – ¡Amor, espera!- lo  llamo, saliendo tras él.

Él lo tomó por su brazo y al voltearse, el chico le dio una bofetada – ¡No te quiero ver Yamcha! ¡Déjame solo!- exclamó mientras se alejaba, subiendo a su auto-nave para  escapar del lugar.

Sin duda estaba destrozado: ¿Por qué engañarlo de esa manera? ¿Por qué a él? ¿Acaso ya había perdido su encanto?

Cuando llegó a la Corporación Capsula se encerró en su habitación, expulsando sus últimas lágrimas. Por más que trataba de calmarse le era imposible. Pasó un rato así hasta que ya no pudo, ya no quiso llorar más: no valía la pena. Se levantó y entró al baño para tomar una ducha. Mientras tanto, Vegeta salía de la cámara de gravedad; el desayuno lo había recuperado y ya no se sentía distraído, sin duda el hecho de no ver al chico en todo el día lo había hecho sentir mejor. Estaba muy relajado y no se había dado cuenta de la presencia del muchacho.

Entró a su habitación y comenzó a desvestirse, colocándose una toalla alrededor de su cintura; sujetó la perilla de la puerta del baño e intento abrirla pero fracasó, estaba cerrada “Maldición” pensó “¿Por qué demonios ese humano nunca quita el seguro de la puerta?” se quejó “Odio que use el mismo baño ¡Como si no hubiera otro!” Salió de la habitación y entro a la del chico. Shitagi ya había terminado su baño y se colocó una toalla alrededor de su cuerpo. Tomo la perilla justo en el mismo momento en que el guerrero la tomaba, pero la fuerza de él la hizo abrirse de golpe, estrellando al chico contra su cuerpo. Ambos cayeron al suelo, siendo Vegeta quien se golpeara fuertemente la cabeza contra en piso.

-¡Shitagi! ¿QUÉ DIABLOS TE SUCEDE?- gruño, dolido por el golpe.

-¿Vegeta? ¡TE HE DICHO CIENTOS DE VECES QUE NO ENTRES A MI HABITACION!- le grito él.

-¡SI NO OLVIDARAS ABRIR ESAS MALDITAS PUERTAS, YO NO ENTRARIA ASÍ!-

-¡Entonces disculpa por no quitar los seguros de MI BAÑO!-

-¡Baño que TAMBIEN ES MÍO!- contestó Vegeta con un gruñido molesto.

-No es el único de la casa ¿Sabes?-

-¡No tengo porqué ir a otro si tengo uno JUSTO AQUÍ!-

-¡No tienes derecho de…!- comenzó a decir el chico, colocando su mano sobre el pecho del saiyajin, provocando que se callara y bajara su mirada para observar sus bien formados pectorales, tocándolos suavemente con sus dedos.

Vegeta lo miraba sorprendido sin decir palabra. Encontró delicioso el roce de sus manos sobre su piel, concentrándose en el frágil y desnudo cuerpo que tenía sobre él. Podía sentirlo por completo puesto que la toalla de Shitagi había resbalado maliciosamente de su cuerpo.

Shitagi ya había visto antes al guerrero sin camisa muchas veces, pero nunca tan cerca como ahora… sintiendo suavemente su textura, recorriendo lentamente lo que quedaba de su cicatriz derecha cuando pudo sentir bajo su vientre un atrevido pero cautivador movimiento involuntario del cuerpo del saiyajin, mostrando en realidad cuan excitado estaba. Lo miro directo a sus ojos negros, profundos, irresistibles… por alguna razón, se habían dilatado demasiado. Llevó su mano hacia su nuca, sintiendo un líquido espeso entre sus dedos.

-¡Vegeta, estas sangrando!- le dijo alarmado.

-Por si no te has dado cuenta- respondió el saiyajin con una sonrisa –También estoy desnudo y tú no solo eso, sino que aparte, estas mojado… y un poco “feliz” supongo-

Shitagi se sonrojo completamente, pues había comenzado a erectarse tras el involuntario roce de sus miembros.

-¿Qué te sucede terrícola?- le preguntó sonriendo mientras tomaba su mentón –Ambos somos hombres, sabemos que es normal ponerse así ¿O no? ¿O acaso me tienes miedo?-

-N-No es miedo precisamente- respondió con pena.

-¿Entonces? Vamos, habla- le dijo sujetando su cintura, mostrando una extraña actitud seductora.

-No puedo decirlo…-

-En ese caso, tendré que intervenir yo mismo- contestó girándose, quedando sobre él, acercando sus labios a los suyos, apenas rozándolos.

Shitagi estaba a punto de capturarlos con los suyos pero no lo hizo y volteo su rostro. No podía besar a Vegeta –Lo siento, no puedo-

-¿Es por ese patético novio tuyo?-

-Sí, es por eso- respondió serio.

-Por favor ¿Cómo puedes serle fiel si ese gusano no lo es contigo?- le dijo aun sometido por esa extraña conducta agresiva.

Unas cuantas lágrimas comenzaron a bajar por el rostro del chico –Quiero levantarme Vegeta, por favor quítate-

-¿Ahora te enfadarás conmigo por decirte la verdad?-

-Solo quiero levantarme…-

El guerrero despertó en ese momento, tomando consciencia de lo que hacía. Se levantó y evitó mirarlo  mientras él se colocaba de nuevo su toalla. Pudo escucharlo sollozar tras él, sintiendo que lo hacía por culpa suya –Oye, yo… no quería ¡Fue culpa tuya lo que pasó! ¿No deberías estar con ese insecto?- le dijo molesto y avergonzado por su actitud.

-Terminé con Yamcha- le dijo débilmente –Tienes razón, él no me era fiel-

-¡Ya era hora! ¿En verdad eras tan tonto que no te habías dado cuenta? ¡Incluso yo que tengo cosas más importantes que hacer podía notarlo! ¿Y sabes que es lo peor? ¡Que esto ya tenía mucho tiempo de ser así!-

-No necesito tus burlas ¿Sabes?- le reclamó llorando -¡Vete de aquí!-

El saiyajin no quiso seguir y entró al baño. De inmediato dejo caer el agua sobre su cuerpo, pensando, convenciéndose de que su actitud extrañamente seductora se había debido a sus hormonas.

Cuando terminó, salió de su habitación rumbo a la cocina. Pasó cerca de la mesa y vio sobre él una bolsa llena de esos caramelos que tanto le gustaban. Se acercó y descubrió una nota en ellos: “Espero que esto te haga sentir mejor, sé que son tus favoritos. No quise molestarte en la mañana… lo siento. Shitagi”

Vegeta suspiro y rompió la nota, arrojando los trozos de papel al suelo.


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