Debía admitirlo, el lugar en el cual estaba ubicada anteriormente la Mansión era lindo, verde, espacioso...
Bajé mis gafas y sonreí mientras volvía a subirla con mi índice.
Mamá me había dicho donde encontrar a Peter luego de que volví a casa y solo me crucé con Lorna, la cual volvía de un campamento. Ambas habían cambiado, pero no puedo esperar más luego de diez años viviendo en África.
Caminé hacia donde todos miraban, una chica pelirroja estaba reconstruyendo la Mansión y a su lado, elevado, estaba mi supuesto padre según indicaciones de Peter una vez que volvió del Pentágono. Él y Lorna vieron como Magneto continuaba con su racismo hacia los humanos, pero se marchaba luego de ser vencido, creando paz entre humanos y mutantes.
Suspiré. A lo lejos se podía admirar a mi hermano con un yeso en su pierna derecha, observando la reconstrucción, la cual parecía ir bien hasta que un peldaño se escapó. Él no podía correr, asi que lo detuve antes de que lo golpera junto a su amiga, la morena de cabello blanco.
Levité hasta la derecha de la pelirroja a la altura en donde se encontraba mi padre y comencé a ayudarles, agilizando todo. No faltaba mucho, así que en pocos minutos ya estaba todo de nuevo en su lugar; Me había tomado la desición de entrar en la mente de algunos chicos y ver que todo estuviera igual y lo logré. No parecía como si se hubiera destruido.
Bajé lentamente hasta acercarme a Peter y con un movimiento de mi mano, el yeso ya no era necesario. Se lo quité con otro movimiento y comenzó a correr mientras reía. Se detuvo junto a mi, pasando su brazo por mis hombros y me dio un beso en la mejilla.
r13; Eres magnífica.r13;no dijo más y continuó corriendo.
"Eso fue asombroso."
No pude evitar soltar un grito de dolor. Nunca antes se había metido en mi mente, pero aún así creaba barrera, las cuales se rompieron causandome un inmenso dolor. Lo sentía en mi mente en cada recuerdo sin intención de verlo y sentí que el mundo me daba mi merecido.
"De telépata a telépata: Esta conversación duele mil demonios en mi cabeza."
Oí su risa y volteé a verle junto con los estudiantes. Llevaba una simple camiseta y un saco encima. Ahora era mi turno. Me interné en su mente con dificultad, era poderoso pero yo no era solo una telépata, mis poderes iban más allá que solo eso. Lograba modificar la existencia a mi antojo y era mi recuerdo más protegido y aunque lo leyera, no lograría recordarlo, ya que también manipulaba las mentes a mi antojo, y mi sufrimiento había sido peor que el de él. Su crisis inició cuando tenía alrededor de once, la mía cinco años antes. A los seis ya lograba volar y a los siete, si me enojaba destruía mi habitación. Mamá siempre había tenido problemas con Peter, pero yo había sido el colmo y estos últimos diez años le ha ido bien.
Volví a mi charla mental, ya recuperada.
"Sal de mi mente y arreglare tus pieras y tu cabello."
Su risa se silencio lentamente y miró como Peter aparecía junto a su amiga con una bolsa de comida chatarra, ya recuperado totalmente.
Acercó su silla de ruedas hasta mi y me extendió su mano, la cual estreché.
r13;Soy Xavier, Charles Xavier.
r13;Wanda... Maximoff. Hermana del corredor.r13;miré que su visión se enfocaba detrás de mí.
La pelirroja me miraba con curiosidad, de la misma manera que lo hacía "mi padre", solo que a este se le sumaban las épocas donde Xavier era un mujeriego y sentía celos; Sonreí, no pude evitarlo pero aquello se cayó cuando vio sus últimas memorias.
Había vivido en Polonia los últimos diez años y en un accidente en la fábrica donde trabajaba, le dejó expuesto. Sus compañeros llamaron a la policía y sin quererlo mataron a su esposa e hija.
Me dio lástima y pena, pero también rencor. Había abandonado a mi madre, a mis hermanos y a mí... dos veces, porque Lorna también era su hija. No se quedó con nosotros, pero veía en su mente que no nos conocía, que tenía la idea de que solo Nina era su hija.
Giré la vista cuando mis ojos amenazaban con lagrimear. Endurecí la mirada y noté que todos a mi alrededor me miraban. Mi ira disminuyó. Se setían intimidados, sorpredidos, maravillados y agradecidos. El paldaño no solo estaba por caer a Peter y a su amiga, sino que también a algunos chicos.
Me sorprendí de ver al chico azul. Pensé haberle dicho que fuera a Londres, no a Salem, donde nos encontrábamos.
Decidí que luego entraría en su mente, tenía cosas más importantes por hacer. Lo primero en la lista, era conocer el lugar. Lo segundo, era no abandonar a Peter. Tercero... no había tercero.
r13; Gracias por tu ayuda. Bienvenida a mi escuela, Xavier´s School for Gifted Youngsters.r13; miró a los demás con una sonrisa.r13;Pueden pasar ya, la Mansión estará lista en pocos días.
Negué.
r13; Ya está lista. Alcobas, ropa, salones, vestíbulos, aseos, cerebro... comida.
Al escucharme, nadie esperó a entrar y verlo con sus propios ojos. Al final, solo quedamos Xavier, el chica de gafas y mi padre.
r13; Repito, señorita Maximoff, es asombrosa.
No sé porque razón me sonrojé, pero lo hice. Una tos, interrumpió mi momento y no pude evitar sonreír internamente.
No era rencorosa y sabía que la culpa era de nuestra madre, así que tal vez podría aceptar a aquel hombre en mi vida, más si tenía una relación con aquel hombre, que era más guapo con cabello, así que se lo hice crecer. Subí mis gafas rojas hasta mi cabeza, llevando mi corto cabello hacia atrás, y miré mejor a mi padre.
Castaño, un poco rojizo, no mucho, con ojos claros,como los de Peter. Me parecía a él en el cabello, aunque también era parecido al de mi madre, pero el Gen venía de los hombres.
r13; Usted es Magneto. Me fascinó como controló los polos magnéticos en El Cairo y estuvo a punto de destruir la sociedad como la conocemos hoy. A las chicas les gusta... y a los hombres también.r13; una sonrisa ladeada creció en rostro y lancé un rayó a un costado donde apareció Peter esquivándola.r13; Te he dicho que no me gusta que espíes mi conversaciones.
r13; Lo sé, pero necesito ayuda con algo.
Indirecta no muy sutil. Miraba a ¿Erik? ¿Nuestro padre se llamaba Erik? Y yo creyendo que mi nombre era raro.
r13; Por supuesto.
Sin despedirme, me cargó y nos movilizamos a velocidades que mi cerebro lograba comprender, más que nada porque me había infiltrado tanto en Peter de niña, que nos conocíamos por completo.
Me bajó y miré a mi alrededor. Hacía frío y estaba nevando. Pronto Peter me extendió un chaqueta y un sueter, y guardé mis lentes de sol. Avanzamos por las calles hasta encontrar un bar donde nos sentamos, agradeciendo la calefacción. Un mesero se acercó y habló. Le entendía. En África también lo hablaba, por lo cual pedí un té, un café, y algunos Croissant´s Cuando tuvo el pedido se marchó y le sonreí levemente a Pietro.
Quizá era por culpa de mis poderes, pero solía cambiar mucho de humos. Tomaba medicamentos, pero igual. Los sentimientos se concectaban a la mente y podía manipularlos, de la misma manera que podía hacer que alguien se enamorara de otra personas, mediante a mi alteración de la realidad. Sin embargo, era verdad que había descubierto secretos en mi viaje a África, como la Magia del Caos, y mi manejo de la probabilidad más que de la realidad; A pesar de aquello, prefería vivir en ignorancia era más sencillo.
Inusualmente Peter no hablaba, y eso denotaba problemas. Cuando trajeron lo que ordené tomó el Café, pero se lo arrebaté. Demasiado tenía con sus dulces y su velocidad, como para despertarse más. Observó el té y luego de proporcionale azúcar comenzó a beberlo y a comer.
r13; Necesito ayuda.r13;ya me lo esperaba. El siempre era impulsivo, pero seguro de sus cosas.r13;Creo que me enamoré y necesito encontrar a esa persona, para aclara mis sentimientos. Quizá tu puedas encontrarla. Según lo que me dijo Jean, el Adamantium en su esqueleto, volvía difícil leer su mente, pero tengo más segurida en que tu podrás encontrarlo igual que lo haría el Profesor.
r13; Pero no quieres que se lo cuente a tu padre, o que siquiera lo sepa.
r13; Es nuetro padre y también de Lorna.
r13; Pero no se lo has dicho, aún no sientes que debas decirselo.
Se encongió de hombros y terminó de comer. Salvé un Croissant, y lo comí de la manera más parsimoniosa. Le volvía loco y estaba tan cuerdo como yo y eso no era un alto nivel de cordura.
r13; Nombre, mutación, sexo.
r13; Se llama Wolverine.r13;mi ceja llegó altor13;Sí, me gusta y ni siquiera se su nombre. Pero solo debes verlo. Ese hombre libera feromonas por cada poro junto con su escencia ruda y varonil. Debes de ver sus manos.r13;me reí suavemente al ver como se mordía el labio y comezaba a fantasear con ese hombre. No estaba mal, de hecho, no estaba nada mal. Mi hermano volvió en sí y me sonrió un tanto sonrojado.r13;Ayudame y le diré a Magneto la verdad.
r13;Creí que dijiste que era nuestro padre, pero como quieras, aunque la apuesta no me beneficia, te ayudaré. Sangre antes que nada.
Saqué mi billetera y coloqué Euros sobre la mesa. Hice una seña al mesero y nos levantamos para volver a Salem, donde continuaba haciendo calor.
Me llevó rápidamente a Cerebro y abrí la puerta con mis poderes. Esperaba que lo hubiera arreglado bien, porque si no era así, podría detruir mi cabeza. Me senté y un tanto dudosa me coloqué el casco.
En solo una milesima, ya oía cada pensamiento de todos los huéspedes de la mansión, junto con sus anhelos y deseos. Vi a Magneto y a Xavier discutir, y con un poco de magia, los ayudé a fundirse en un beso. Hice de las mías por la Mansión, pero finalmente recordé porque tenía el casco. Concentré mi mente en las potencias de mutates al rededor del mundo y me vi iluminada. Todo era voluble, cada mente, cada personas, humana o mutante, no importaba, pero se unían perfectamente todos con todos. No tuve que ir muy lejos para sentir a Wolverine. El Adamantium en su esqueleto, realmete dificultaba el acceder a su mente, pero nada se me escapa y más con ayuda de Cerebro. Le convencí de que debía volver al colegio y si más, caminó rumbo aquí. Fisgoniar en su mente era peligroso, pero atrayente y logré sacarle más información.
James Howlett, 1832, Canadá, Familia Turbia, Historia, Guerras, Titanic...
r13; Ahh.
Lancé el casco lejos de mi cabeza. No entendía lo que vi, pero úna parte de Xavier sí. Ese hombre había venido del futuro hacía diez años cuando visitó mi casa. Había visto el futuro de aquel entonces, pero las cosas habían cambiado ya nada sería como en ese futuro, era uno nuevo. Su mente, estaba conectada con el pasado, el presente y el futuro de ambas líneas de tiempo.
Fue en ese momento cuando sentí mi cabeza desiquilibrada a una media más alta.
Algo pasó en mí, no supe qué, pero comencé a hacer travesuras, cambiando la realidad, y , al final, desaparecí dejando a todos con sus nuevos problemas en la nueva existencia.
Esto sería divertido.