El joven de cabellos negros caminaba tranquilamente por la universidad, observando cada sitio que le rodeaba, se sentía realmente nervioso ya que era su primer día como estudiante universitario pero por sobre todo se sentía nervioso por no encontrarse en Japón, su país natal.
Mientras estaba en tercero de preparatoria postulo a una beca en el extranjero, grande fue su sorpresa al recibir un correo en el cual le indicaban que había sido elegido como una de las personas que había conseguido la beca de estudios en el extranjero , la cual le daba un montón de posibilidades ya que podría estudiar la carrera que él quisiera y en cualquier universidad, su alegría fue inmediata y después de pensarlo con mucho detenimiento y consultarlo con sus padres decidió que al salir de preparatoria viajaría al extranjero.
Ahora se encontraba en el salón donde comenzaría su viaje para especializarse en su pasión; pues si, el voleibol podría considerarlo su pasión, pero también se encontraba la fotografía, desde pequeño le había llamado la atención y cuando tuvo la edad necesaria sus padres le regalaron su primera cámara fotográfica por lo que en cada momento libre su pasión por la fotografía lo consumía incluso en la preparatoria, pero con los entrenamientos de voleibol y Bokuto esa intensidad disminuyo pero no tanto como para olvidarlo.
Una mano en su hombro lo saco de sus pensamientos haciéndolo levantar el rostro. El joven que estaba a su lado le sonrió con cierta dulzura, mientras le preguntaba si el asiento a su lado se encontraba vacío, por alguna razón las palabras no salieron de sus labios y solo logro asentir con su cabeza.
El muchacho desconocido se sentó a su lado, ya que el profesor acababa de llegar y la clase comenzaría, su atención se dirigió por completo al pizarrón donde el profesor explicaba; mientras tomaba apuntes sobre cada cosa que explicaba, su vista se dirigió al muchacho sentado a su lado, el cual se dio cuenta de su mirada y le sonrió para luego dirigir su mirada hacia el frente. En su interior sabía que conocía al muchacho, pero no sabía dónde lo había visto por lo que decidió prestar atención para luego concentrarse en eso.
Al acabar la clase aquel muchacho peli castaño salió sin dejarle la oportunidad de hablarle, por lo que dando un suspiro salió del salón. De su mente no podía sacar a aquel muchacho y sin darse cuenta del camino por el que iba se tropezó golpeándose con algo o más bien alguien. Se separó rápidamente de aquella persona mientras hacia una reverencia y se disculpaba con su idioma natal completamente avergonzado.
-No te preocupes- le respondió aquella persona.
-Que idiota Keiji-se dijo así mismo-te disculpas en Japonés…espera, el acaba de hablar en Japonés- levanto su mirada un poco asombrado por lo ocurrido y al juntar su mirada con la de aquel chico solo una palabra llego a su mente- Karasuno-el chico lo miro algo confundido por su comentario-T-Tú eras miembro del equipo de voleibol de Karasuno.
-Si- le respondió algo sorprendido por su comentario-Oh, ya recuerdo donde te había visto- le dijo con una sonrisa en sus labios- Eras el armador de Fukurodani-hizo una suave reverencia para así presentarse- Soy Ennoshita Chikara.
-Es un placer-dijo mientras también hacia una reverencia- Soy Akaashi Keiji.
Ambos muchachos se sentaron en una banca, mientras conversaban animadamente. Era la primera vez que se dirigían la palabra, ya que en los entrenamientos nunca tuvieron la oportunidad de hablar ya que ambos estaban concentrados en otras cosas pero ahora se daban cuenta de que tenían mucho en común.
-Ennoshita-san- le llamo Akaashi- ¿Hace cuánto tiempo estás viviendo aquí?
- Hace un año- le dijo pensativo- Termine la preparatoria aquí, en América.
-Oh, es por eso que no te vi más en los entrenamientos-le respondió mirando el edifico que se encontraba frente a ellos.
-¿Eh? No creo que sea un chico que tenga mucha presencia- dijo riendo suavemente
-Eso no es cierto Ennoshita-san- le dijo tranquilamente- Destacas bastante, al ser la persona que controlaba, a parte de Sugawara-san, a Tanaka-san y Nishinoya-san.-Chikara le miro sorprendido por su comentario sin saber que responderle hace un año que se había ido de Japón y su contacto con chicos de Karasuno era reducido por lo que no sabía mucho sobre ellos así que solo pudo desviar la mirada- Lo siento, no sabía que era un tema delicado- le dijo Akaashi al notar lo tenso que se había colocado, aunque no era lo primera vez que le sucedía, ya que recordaba que aquel chico de cabellos rapados se había puesto de mal humor al escuchar que nombraban al chico que tenía frente a él, por lo que había que ser un tonto para no darse cuenta que entre ambos muchachos había sucedido algo, quizás un problema.
Siguieron conversando animadamente, ambos muchachos se sentían cómodos hablando a pesar de nunca antes haber hablado, sentían que sus personalidades congeniaban perfectamente y así se quedaron por un buen tiempo hasta que su siguiente clase comenzara.
Así pasaron su estadía en la universidad, conversando y conociéndose cada día más, descubriendo que en cada momento aprendían más del otro, sobre su pasado o las cosas que pensaban a futuro, las comidas que les gustaban y las que no, dejando ver sus preocupaciones o sus alegrías, ambos muchachos llegaron a conocer muy bien al otro formando una sólida amistad, que duraría mucho tiempo.
***
Caminaba tranquilamente hacia su casa; hace un mes que había regresado a Japón y por lo que veía muy pocas cosas habían cambiado, no le había costado conseguir trabajo y tampoco un departamento a buen precio y en un buen sitio. Realmente le gustaba estar de vuelta en su país natal.
Se detuvo en la esquina de la calle mientras esperaba la luz verde para cruzar, saco su celular para enviar un mensaje mientras esperaba. Por lo que sabía Chikara también había regresado solo hace una semana y por culpa del trabajo de ambos no habían podido encontrarse y tampoco enviarse mensajes como antes lo hacían.
Chikara-san, este fin de semana estoy libre
Y me preguntaba si tú también lo estarías
Para que pu…
No logro terminar de escribir el mensaje, ya que en la pantalla de su celular se mostraba una llamada entrante con el nombre Chikara, sorprendido y feliz por ello contesto.
-Buenas noches Chikara-san- una leve sonrisa se posiciono en sus labios mientras comenzaba a caminar cruzando la calle, pero no recibió respuesta del otro lado, el silencio que había le preocupo y antes de poder preguntarle que sucedía logro escuchar un sollozo el cual le alerto que algo no estaba bien- ¿Chikara-san que es lo que sucede? ¿Estás bien? Por favor responde- su corazón se había acelerado y el tono de preocupación en su voz era notorio, pero la persona al otro lado de la línea no le respondía. Podía escuchar los suaves sollozos de Chikara y no entendía que era lo que sucedía.
-Keiji-san- logro pronunciar en un sollozo ahogado-…necesito….Te necesito a mi lado- al escuchar aquellas palabras entendió por completo que algo malo había sucedido por lo que sin importarle el trafico cruzo la calle para así poder tomar un taxi y llegar lo más rápido que podía donde Chikara.