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10 cosas por hacer antes de morir. por LaGataenelTejado

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Capítulo 6. El equilibrio entre la felicidad y la angustia.


 


Estaba tan a gusto en la cama, que Light sonrió tontamente aún adormilado, moviéndose entre las sábanas. Se desperezó, estirando los brazos y rascándose de forma bastante adorable los ojos. Escuchaba el ruido de los coches en la calle, los pájaros y una especie de sonido repetitivo que seguramente pertenecía a las teclas de un ordenador. 


Se sonrojó al recordar lo ocurrido la noche anterior con Lawliet, aun teniendo muy presente en su cuerpo los movimientos del moreno en su interior. Tuvo ganas de soltar un gritito emocionado, como cuando tienes 14 años y te habla la persona que te gusta. Frunció el ceño al escuchar de nuevo el sonido de aquellas teclas y se asomó desde la cama, tragando saliva avergonzado al ver la espalda de un muchacho albino sentado en la silla frente al escritorio. 


-Elle te ha dejado el desayuno en la mesita y me ha dicho que no tardará. Hoy tenia que entregar un trabajo así que llegará en un par de horas. - su voz fría y neutra le hizo asentir con la cabeza, a pesar de que el chico no se había girado ni a mirarle. 


-¿Y tú...?. 


-Soy Near, su compañero de habitación. - ahora si que giró la cabeza un poco hasta poder mirarle desde donde estaba. 


Light no supo que hacer, si levantarse o quedarse en la cama callado. Estaba en calzoncillos con una camiseta ancha que le había prestado Lawliet como pijama, así que no quería que aquel albino le viese de aquella manera. Por suerte, Near apagó el ordenador y se puso en pie tranquilamente, como si estuviese solo en la habitación. Se puso una chaqueta y cogió un montón de libros sobre fotografía que tenia en la mesa. 


-Yo tengo que ir a clase, siéntete como en tu casa. - se despidió de Light con la mano y lo dejó a solas en el dormitorio. 


Tardó unos minutos en reaccionar y cuando lo hizo, su primer movimiento fue mirar hacia la mesita, viendo un par de magdalenas sobre ella y una nota de papel. Sonrió cogiendo aquel escrito y suspirando tontamente al leerlo: 


Buenos días, principito ;) volveré en un par de horas. Como me dijiste que hoy solo tenias trabajo por la tarde he pensado que podíamos comer juntos. P.D. Las magdalenas son sin azúcar, porque sé que no te gusta demasiado.” 


Rió un poco, sin saber el por qué. Simplemente estaba muy feliz aquel día, mas de lo que lo había estado desde hacia semanas. Desayunó aquellas magdalenas tiernas que había dejado Elle y después revisó su móvil, viendo de nuevo algunos mensajes de Axel, unos que borró sin ni si quiera molestarse en leer. Tenia otro más de Jessica, preguntándole que tal estaba, y como por mensaje todo le sonaba demasiado impersonal se decidió a telefonearla, sabiendo que ella tenia horario de clase tardío. 


-¿Diga? ¿Light? ¿Estás bien?. - la voz preocupada de su amiga le hizo suspirar y volver a dejarse caer en la cama. 


-Si, estoy bien. Muy bien... 


Jessica rió al otro lado del teléfono, conocía bien a su amigo como para saber de sobra cuando estaba realmente feliz. 


-Por favor, dime que tu felicidad no tiene nada que ver con el idiota de Axel. 


-No. Yo...estoy en el cuarto de Lawliet. - se ladeó en la cama, mirando curioso la disposición del dormitorio. 


El gritito emocionado de su amiga casi lo deja sordo, algo que hizo que se apartase el teléfono de la oreja unos segundos. 


-¡Eso es genial, Light! Hacéis una pareja tan adorable. - suspiró tontamente, riendo. - ¿Y que tal en la cama?. Cuéntame los detalles, y no te dejes nada. 


Light tragó saliva sonrojado, mordiéndose el labio al acordarse de lo ocurrido con Lawliet y después soltó un gemidito gracioso. 


-No voy a contarte eso, es privado. Pero bien...él... - se frotó los ojos, mas rojo que un tomate. Sentía el ardor excitante bajarle peligrosamente hasta la entrepierna al recordarlo. - Es bueno... 


Jessica sonrió, arqueando la ceja al escuchar el suspiro tonto que su amigo le dedicó a través del teléfono. 


-¿Queréis que quedemos para comer?. 


-No se, quiero estar a solas con él. 


-Vale,vale. Lo he pillado. - se rió y después sonrió con suavidad. - Pasadlo bien entonces. Nos vemos mañana en la universidad. Cuídate, principito. 


Se despidió de su amiga y después dejó el teléfono a un lado, metiéndose bajo las sábanas y cerrando los ojos para relajarse. Hundió el rostro en la almohada, disfrutando por sentir el aroma de Lawliet impregnado en ella.


 


---o0o--- 


 


Lawliet se separó de sus compañeros de clase, saliendo del aula de fotografía justo cuando el timbre daba por finalizada la hora. Por fin había podido entregar el trabajo que llevaba haciendo un mes y parecía que se había quitado un gran peso de encima al hacerlo, así que sin perder tiempo caminó hasta el dormitorio, entrando despacio y cerrando la puerta. 


Miró directamente hacia la cama, viendo un bulto debajo de las sábanas tapado hasta la cabeza. Sonrió con suavidad y dejando sus cosas, levantó las mantas, viendo a Light dormido y con el cuerpo casi pegado a la pared. Se metió en la cama tras quitarse los zapatos y le rodeó la cintura con el brazo, hundiendo su rostro en la nuca del castaño. 


-Nnghh... - el ronroneo de Light le hizo reír unos segundos, aferrándolo mas a él y dándole besos por el cuello. 


-Light, despierta... - rozó con los dientes la curvatura de su cuello, deslizando los dedos sobre el vientre del muchacho y apretando con las uñas. No quería empalmarse de nuevo tan rápido, pero el recuerdo de lo que hicieron le hizo relamerse el labio. 


Al fin el otro reaccionó, dándose la vuelta y mirando con los ojos entre cerrados a Lawliet, que juntó su frente contra la suya, enlazando sus manos. 


-¿Has estado durmiendo estas dos horas?. 


Light se sonrojó, porque él solía hacer cosas útiles y aprovechar el tiempo. Pero le dolía el culo por lo de anoche y estaba tan a gusto en la cama que no pudo evitar volver a dormirse. Lawliet rió ante su expresión, besándolo con gula y sacándole un suave jadeo. 


-No pasa nada...me gusta llegar y encontrarte en mi cama. 


-¿No tienes mas clases hoy?. - se acomodó boca arriba, porque el otro había aprovechado para tumbarse con cuidado sobre él, deslizando la boca por su clavícula. Sonrió tontamente, acariciando sus cabellos. 


-No, ya he entregado el trabajo. ¿Comemos fuera?. 


Light asintió, mordiéndose el labio al notar una de las manos de Lawliet bajar juguetonamente por su torso. Jadeó débilmente, poniendo las manos en la parte baja de su espalda y besando con dulzura los labios del moreno, algo que hizo sonreír al otro, que aun se sorprendía de lo meloso que era Light. Por muy serio y correcto que quisiese mostrarse ante los demás, en la intimidad tenia una parte muy dulce y además bastante receptiva, por lo que pudo comprobar durante el sexo. 


-Está bien... - Light sonrió, sintiéndose bastante querido cuando Lawliet se dedicó a comerse su piel a besos, bajando y subiendo por su cuerpo de forma traviesa, excitándolo con rapidez. Le agarró el rostro y le acarició el pelo, mirándole a los ojos. - Cuando me he despertado estaba Near aquí. ¿Y si vuelve ahora?. 


Lawliet rió, no seria la primera vez que Near le pillaba en el dormitorio haciendo cosas poco decentes, solo o acompañado. Abrazó a Light y de un rápido movimiento se puso debajo de su cuerpo, haciendo así que el castaño se colocase a horcajadas sobre él, rozando ambas entrepiernas. Le miró curioso, subiendo con los dedos por sus costados. 


-Tiene cosas que hacer, no creo que vuelva hasta después de comer. 


Sonrojado, asintió, notando su cuerpo rozarse contra el del moreno, creando una calidez bastante seductora. Aún estaba algo adolorido por lo ocurrido, puesto que llevaba tiempo sin practicar el sexo. Sus manos acariciaron el torso de Lawliet, quitándole la camiseta y mirando su piel con fijación. Su ceño se frunció cuando a la altura del pecho, se dio cuenta de que tenia una cicatriz que había pasado desapercibida anoche debido a la excitación del momento. 


-¿Y esto?. - la rozó con la yema de los dedos, mirándola atento. 


-Cuando era pequeño tuve una mala caída. - se sentó en la cama, manteniendo a Light sobre él y agarrándole sin pudor alguno el culo, apretando sus nalgas con las manos. Besó su cuello con ansiedad, intentando hacer que se olvidase de su cicatriz, una que por supuesto, no se había hecho por una mala caída. 


-Ahh... Elle... aún me duele un poco por lo de anoche... - Light, sonrojado, puso las palmas de la manos sobre su torso, mirándole a los ojos. Tragó saliva cuando una sonrisita traviesa se dibujó en los labios del moreno. 


-Seré bueno, te lo prometo... - con su mano, bajó hasta la entrepierna de Light, metiendo los dedos dentro de la ropa interior y acariciando su miembro para hacerlo despertar poco a poco. 


Light hundió su cara en el cuello de Lawliet, jadeando con placer cuando sintió su mano moverse de arriba a abajo. Él, con prisas, también coló la suya como pudo, bajándole el pantalón y la ropa interior para acariciarle con los dedos. Se puso rojo al mirar mejor su entrepierna, dándose cuenta de que Elle estaba bastante bien dotado. Seguramente por eso le dolía tanto el culo. Lawliet lo pilló mirándole y solo pudo reír unos segundos, aumentando el ritmo de su mano. 


-¿Te gusta lo que ves?. Se te ve muy atento mirando ahí abajo. 


El castaño bufó avergonzado, girando la cara y jadeando entre cortadamente. Se había puesto rojo como un tomate y Lawliet aprovechó para besarle la mejilla con cariño. Le abrazó mas contra él, lamiendo lascivamente su piel y haciéndolo gemir sin control cuando ambos se acompasaron en su ritmo, moviendo las manos casi a la misma vez. Light se tensó, sudando y relamiéndose los labios, algo que calentó a Lawliet en demasía, disfrutando de su expresión placentera. 


El castaño llegó al orgasmo, gimiendo con fuerza y desesperado, dejándose caer sobre el torso de Lawliet sin dejar de mover su mano hasta que sintió que el otro también llegaba, manchándole los dedos. Escondió la cara en su cuello y le dio un par de besos suaves, impregnándose por su aroma. Lawliet alcanzó los pañuelos de la mesita, limpiándolos y abrazándolo contra él. 


-Pensaba que ibas a ser bueno. 


Se echó a reír, besando su sien y nariz. 


-Es difícil serlo cuando me gustas tanto. 


-¿Cuanto?... - Light le miró sonrojado, mordiéndose el labio inferior y besando la mejilla de Lawliet. 


Lo admitía, admitía que era un romántico que se derretía ante palabras y frases amorosas como aquella. Y con Lawliet ahora mismo comenzaba a sentir un cosquilleo agradable que nacía en su estómago. 


-Umm... me gustas en un 99%. 


Se echó a reír ante aquello, dándole un golpecito en el brazo y ladeando el cuello cuando el moreno se apoderó de su piel con los labios, haciéndole jadear débilmente. ¿Como era posible que aquel chico raro y desgarbado besase así de bien?. 


-El 100% está reservado para el azúcar. Quizás algún día consigas ese porcentaje. - le miró seriamente, bromeando al darle un toquecito en la frente con los dedos. 


-Tú y tus porcenta... 


-Porcentajes para la vida. 


Se echaron a reír al unísono, terminando por tumbarse de nuevo entre las sábanas y acariciarse mutuamente hasta que el cuerpo les dejase hacer algo útil como salir a almorzar por ahí. 


 


--o0o-- 


 


Estaba feliz, joder, vaya que si lo estaba. Light caminaba hacia su apartamento tras haber almorzado con Lawliet. Incluso había aprovechado aquel par de horas en el restaurante para preguntarle mas cosas sobre su vida. Al fin el moreno le había contado algo acerca de sus padres y la verdad es que se sorprendió por aquello. Se preguntaba como Lawliet era capaz de vivir alejado de ellos, enfadado con su padre porque había sido demasiado sobre protector con él, negándole hacer ciertas cosas y obligándole a renunciar a una libertad que no conoció hasta que se fue de su casa. Él, pese a sus problemas familiares por haberse independizado en otro país, no se imaginaba la vida sin sus padres. 


Incluso silbaba, tarareando una de sus canciones favoritas mientras abría la puerta del apartamento con una parsimonia poco propia de él. Cerró la puerta y en cuanto lo hizo, supo que algo no iba bien. La chaqueta de Axel estaba colgada en el perchero del recibidor y el sonido del televisor resonaba en la sala de estar. Caminando con cautela, entró en la habitación, viendo a su ex novio sentado en el sofá, mirando aburrido el televisor. 


-¿Que haces aquí?. - su voz temblorosa, fue como un bálsamo para los oídos de Axel. 


-Vengo a que hablemos. - se puso en pie, acercándose despacio hacia Light. 


El castaño caminó hacia atrás, terminando por chocar la espalda en la pared mas cercana. ¡Que fallo había cometido al no pedirle de vuelta la llave del apartamento!. Se sintió estúpido, pero claro... ¿Como iba a imaginarse que llegarían hasta aquel extremo?. 


Axel le acarició el cabello suavemente, mirándolo de cerca con la otra mano apoyada en la pared. Su rodilla, ahora se colocaba dominante entre las piernas del castaño. 


-¿Pensaste en lo que te dije?. - distraído, bajó con dos dedos por la piel de Light, deteniéndose unos segundos en una de las marcas rojas que Lawliet le había hecho en el cuello. - ¿Con quien estás follando?.


-Axel... o te vas o llamo a la policía... - temblaba mucho, su voz era un fino hilo delgado que en cualquier momento se rompería. No imponía, nunca había impuesto absolutamente nada. Light tenia un carácter sumiso, alejado de los problemas. 


-¿Es ese chico raro del que nuestros amigos hablan? Dicen que lo han visto rondando por la universidad. - ignorando el jadeo nervioso de Light, Axel metió la mano bajo la camiseta del castaño, arañando con algo de fuerza su torso. 


-¿A ti que te importa? ¡Tú te follaste a Steve! ¡A mis espaldas! ¿Quién te crees que eres para juzgarme?. - le puso las manos en los brazos, dispuesto a separarlo de él. 


Axel perdió la paciencia. Su dulce y sumiso Light Yagami, convertido en un chico que se quejaba y se revolvía como un cervatillo en sus brazos. Con fuerza y aprovechando que siempre había sido el que dominaba la situación, le dio la vuelta contra la pared, poniéndole el rostro sobre la superficie fría. 


-¿No me quieres, Light?. - sus labios se acercaron al oído del castaño, que tembloroso, soltó un leve lloriqueo, revolviéndose en el sitio. - Aún te quiero, podemos volver a intentarlo. ¿Recuerdas lo bien que lo pasábamos?, ¿ Lo mucho que...me pedías que te follase?. - su mano, posesiva y fuerte, jugueteaba con la entrepierna de Light sobre la ropa. 


-No...por favor...suéltame... 


El rubio tomó aire, intentando relajarse. ¿Que estaba haciendo?. Había perdido los papeles en el pub al golpear a Light y ahora casi terminaba de nuevo lastimándole. Lo soltó, viendo como el castaño le miraba asustado, encogiéndose un poco en aquel lugar. Sus manos acariciaron las mejillas de Light y sus labios rozaron los del castaño con delicadeza. 


-Te extraño, Light. Perdóname, por todo... - lo abrazó, sintiendo con satisfacción como Light le devolvía tembloroso el abrazo. 


-Pero tú me engañaste, Axel. Me mentiste y me fuiste infiel con otra persona. No puedo confiar en ti. - intentó soltarle, pero el rubio apretó aquel abrazo que se amoldó al cuerpo del castaño como siempre que se abrazaban. 


-Lo sé...lo siento, de veras. No volveré a hacerlo. Vuelve conmigo. - le acarició la cara, besándole posesivamente unos minutos, algo que hizo jadear a Light. 


Lo guió entre besos hacia el sofá, deslizando sus manos con una desesperación que lo había estado acompañando desde que el maldito Steve rompiese con él, dejando aquella relación lujuriosa que habían empezado a espaldas del castaño. Con Light iba a lo seguro, a un chico sumiso que aceptaba todo lo que a él le daba la gana, y solo de pensar que había estado con otro su sangre hervía de mala manera. 


Light ladeó la cara, dejando que Axel besase su cuello. Cerró con fuerza los ojos, notando como se le humedecían. Se sintió desgraciado, inútil por ser incapaz de detener aquello. Estaba confundido, y no podía dejar de pensar en Lawliet. Sabia que lo que estaba haciendo en aquel momento estaba mal, muy mal. Axel no cambiaría, seguiría manejándolo a su antojo y siéndole infiel de nuevo si le daba la gana. Pero con el rubio, las cosas siempre habían sido tranquilas. Una falsa perfección, la pareja idónea, dos chicos guapos y de buena familia, una relación normal... A lo mejor no quería eso. A lo mejor lo que necesitaba era a Lawliet. 


Sus manos apartaron el cuerpo de Axel, quién le miró confuso e intentando volver a besarlo. 


-Para, Axel. Tengo...tengo que pensarlo... - una escusa muy pobre, la primera que se le ocurrió. Pero sentir el cuerpo de su ex novio pegado al suyo no le causaba una buena sensación en aquel momento. 


Por suerte para él, el muchacho pareció aceptarlo. Vio como se ponía en pie y le tiraba al sofá las llaves del apartamento, aquella copia que le había hecho hacia ya un año y medio. 


-Light, sea quien sea el tío ese, no es para ti. Tú eres mio, y siempre será así. - sin despedirse, solo escuchó la puerta del apartamento cerrarse con fuerza al cabo de un par de minutos. 


Solo pudo llevarse las manos al rostro, ahogando un grito frustrado. ¿Como se habían complicado tantísimo las cosas?. Se tumbó en el sofá, angustiado y notando que la felicidad que le había embargado aquella mañana se estaba esfumando tan rápidamente como el humo. 


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