Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

10 cosas por hacer antes de morir. por LaGataenelTejado

[Reviews - 110]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Se que es pronto para actualizar pero creo que hasta la mitad de la semana que viene no podré hacerlo de nuevo asi que les dejo el último capítulo escrito, espero que lo disfruten ^^

Girly, nena, me has hecho adorar el escribir a Light como ukecito x'D

Capítulo 8. Primera cita.


 


Light suspiró de forma muy tonta, mas cursi que de costumbre. Su amiga Jessica le miró y soltó una breve risita, juntando las palmas de las manos. 


-Así que tú y Lawliet... ahora sois novios formales. Me alegro mucho, principito. - le acarició la mano, apartándole el cabello de la frente. Realmente estaba muy feliz de ver aquella sonrisa en el rostro de su mejor amigo. 


Asintió con la cabeza, relamiéndose el labio. Hasta había olvidado comerse lo que tenia en la bandeja del comedor. Aquel día tendría su primera cita con Lawliet tras haber formalizado la relación y estaba tan nervioso, que de haberse mordido las uñas ya se habría comido hasta los dedos. 


-No quiero estropear tu burbuja cursi amorosa pero... ¿Le has dejado ya las cosas claras a Axel?. 


Su rostro se endureció un poco, bajando la mirada y soltando un leve jadeo. No había tenido tiempo todavía de encontrar al rubio para decirle que aquella relación que tuvieron había terminado de forma definitiva. Y tenia que admitir que le daba algo de pavor hacerlo, ¿quien sabia como reaccionaria? También podía no darle explicaciones sobre Lawliet y simplemente decirle que no veía un futuro de nuevo junto a él. No tenia por que enterarse de que ahora tenia novio. 


-Aún no, pero lo haré pronto. - pinchó distraído algo de ensalada verde que había comprado y después apoyó la barbilla en su mano, con el brazo flexionado sobre la mesa. - ¿Que ropa me pongo luego?. 


Jessica rió, dejando entrever su sonrisa de dientes perfectos. Se recogió el cabello con una gomita elástica y le dio un bocado a su hamburguesa mientras pensaba. 


-Light, siento ser yo la que te lo diga. - su voz dramática y seria. - Pero tu armario es mas grande que el de cualquier chica que yo conozca. Eres muy homosexual para el tema de la ropa y no me creo que no hayas pensado todavía lo que vas a ponerte luego. - se rió de él, esquivando un golpe por parte de su amigo. 


-Cállate. - avergonzado pero sabiendo que su amiga tenia razón, volvió a sonreír. - Es que hoy es especial, ¿Sabes?. Iremos al cine y luego a cenar y quizás después... 


-A follar. 


-¡Jess! No lo digas de esa forma tan...lasciva. - tragó saliva, muy sonrojado, sabiendo perfectamente que iba a invitar al moreno a ir a su apartamento tras la cena. Sentía un cosquilleo ardiente subirle hasta las orejas tan solo de pensarlo. 


-Pero si ya os lo montásteis en su dormitorio, ¿No?. - se llevó a la boca una cucharada del yogur que había pedido como postre, mirando curiosa los ojos de su amigo.


-Pero hoy es especial, ahora somos pareja formal y estaremos solos en mi apartamento y... - tontamente, se mordió el interior de la mejilla, sonriendo de forma suave. - Quiero que salga perfecto. 


-Tú y tus cursiladas. En serio Light, deja de ver películas ñoñas. - esta vez si que no pudo esquivar el golpecito que el castaño le dio en el hombro. - Está bien, esta bien... perdona, se que eres así y estoy segura de que será especial. A Lawliet le gusta como eres, ¿No?. Seguro que está igual de nervioso que tú. 


 


--o0o-- 


 


-¡Near! ¿Que me pongo luego, esta...? - le enseñó una camiseta formal en color negro. - ¿O esta?. - y ahora, una color azul marino. 


Su amigo puso los ojos en blanco, resoplando cansado. Lawliet llevaba las dos últimas horas de un lado a otro del dormitorio. Había sacado toda la ropa que tenia y la había ido tirando sobre la cama. Near quería tirarse de los pelos, estrangularlo por el desorden y enterrar lejos su cadáver. 


-¡Por dios, solo es una cita! 


-No lo entiendes, es una cita con Light. - se puso delante del espejo de la puerta del armario, frunciendo el ceño al verse por encima puestas ambas camisetas, no le gustaba ninguna. - Vaya mierda de camisetas. La próxima vez que vayamos de compras no me dejes comprar cosas así. 


-Tú eres el friki que se compra camisetas con logotipos y dibujitos. Madura ya de una vez. - había apretado los labios, mirándolo como una madre mira a su hijo travieso tras hacer una trastada. - Anda, vamos a ver que mas hay. 


Decidió ayudarle, porque si no lo hacia estaba seguro de que tendría a Lawliet revoloteando a su alrededor todo el día. Juntos revolvieron de nuevo entre la ropa, y Near fue dejando en una esquina varias camisetas. 


-¿Me pruebo esas?. 


-No, esas las tiras a la basura. Están viejas y ahora tienes novio, tendrás que empezar a cuidar un poco mas la imagen o Light te dejará por desgarbado. 


Lawliet gruñó unos segundos. Haría caso a Near con lo de cuidarse un poquito más, pero luego guardaría de nuevo sus preciadas camisetas de grupos de música que ni si quiera existían ya. 


-Son reliquias, no lo entiendes. - rieron juntos ante aquello, y Lawliet se puso recto cuando el albino comenzó a ponerle por encima un par de prendas de ropa que ni recordaba que tenia. 


-No sabia que tenias camisas de vestir. 


Se encogió de hombros, apartándose los mechones oscuros del rostro. 


-Ni yo. 


Tras varias vueltas a la ropa, enfados por parte del albino y frases llenas de palabras mal sonantes... al fin consiguieron elegir un conjunto apropiado para la cita de Lawliet. Una camisa en color gris claro con unos pantalones oscuros a juego junto a las deportivas mas nuevas que el muchacho tenia. La verdad es que con todo puesto, el moreno estaba bastante guapo. Se miró al espejo, dando una vuelta sobre si mismo mientras Near le miraba con la ceja arqueada y los brazos cruzados. 


-No está mal. 


-Gracias por la ayuda, aunque seas un chico bajito eres todo un bicho, ¿Lo sabias?. Y un malhumorado. - aguantó el golpe que el albino le dio en la nuca y lo vio sentarse después de nuevo frente al escritorio para terminar sus tareas. - Gracias de nuevo. - se sonrieron y Lawliet se quitó la ropa para dejarla a un lado, preparada para su cita tardía con Light. 


 


--o0o-- 


 


Light volvió a mirar por enésima vez la hora en su teléfono móvil. Quedaban aun diez minutos para que llegase la hora acordada de la cita y él no podía estarse quieto. Había llegado antes de tiempo por los nervios y se movía de un lado a otro cerca de la zona del cine, viendo a muchas parejas reír y hacerse cariñitos mientras compraban las entradas. Miró distraído la cartelera, dándose cuenta de que ni siquiera habían hablado sobre que película verían. Había un par de acción, alguna infantil y otra de terror. Estuvo tan concentrado en observar los pósters de los carteles que la voz de Lawliet le hizo sobresaltarse. 


-¿Hace mucho rato que has llegado?. 


Se giró nervioso, mirando al moreno de arriba a abajo y tragando saliva. Si ya estaba caliente antes de salir de casa, verlo así de arreglado solo empeoró las cosas. Maldita sea, ¿Cuando había sido tan elegante su novio?. 


-N-No...he llegado hace muy poco... - vio como Lawliet se acercaba y pos supuesto, como sin pudor alguno le besaba la mejilla, enredando los dedos en sus cabellos un par de segundos. 


Lawliet tampoco se quedó corto mirando a Light. El castaño, aparte de llevar un perfume dulce como acostumbraba, se había puesto una camisa en color crema con unos vaqueros azul oscuro que se ceñían a sus largas y perfectas piernas, haciéndole un culo muy apetecible al andar. Algo de lo que se dio cuenta cuando caminó junto a él para sacar las entradas. 


-¿Cuál quieres ver?. - con el pulgar en el labio y algo encorvado, Lawliet miraba la cartelería. 


-¿Y tú?. 


Rió un poco, enlazando su mano a la de Light y haciéndole sentir una sensación agradable por aquello. Apretó el agarre, sonrojándose y evitando suspirar de forma tonta. 


-Light, si me dejas elegir ya sabes lo que toca. - rió divertido, de forma un poco traviesa y besando fugazmente su cuello cuando se acercaron a la chica que vendía las entradas. - Dos entradas para la sala cuatro, por favor. 


Claro que el castaño sabia lo que le tocaba, seguramente tendría que soportar una película de terror, de esas que no le hacían mucha gracia porque era bastante sensible ante la sangre y los desmembramientos. Igualmente, siguió a su novio cuando entraron en la sala, subiendo las escaleras y viendo como les tocaba en las butacas del fondo cerca de una de las esquinas. Se sentaron y Light respiró hondo, notando su corazón latir con mucha fuerza. Ni si quiera en su primera cita con Axel había tenido tantos nervios, ¿Seria por que el rubio y él eran mas similares?. Con Lawliet nunca sabia que esperar. 


-Light. - movió los dedos frente a su cara, llamando su atención. - ¿Estás bien? Te ves algo pálido. 


Negó con la cabeza, sonriendo un poco. Vamos, solo era Lawliet... tendría que relajarse si no quería pasarse toda la noche con los nervios a flor de piel. 


-Estoy bien. - bajó la mirada y cerró los ojos justo cuando sintió los labios húmedos del moreno rozar los suyos, besándolo con dulzura y haciéndole jadear débilmente cuando le puso la mano en la nuca, profundizando el beso. Ni se había dado cuenta de que habían apagado las luces en la sala. 


-Te he echado de menos... - su voz cálida le golpeó el cuello justo cuando sus labios comenzaron a invadir aquella zona, provocándole un ardor excitante desde el vientre hasta las orejas. 


-Ahh...Elle...estamos en...en el cine... - se encogió un poco en el asiento, buscando de forma automática los labios del muchacho para besarle con algo de gula unos segundos. 


La risa de su novio le hizo parpadear un par de veces, notando como sus mejillas ardían. Vio como Lawliet enlazaba sus manos y se acomodaba en la butaca, mirándolo de reojo con una sonrisa muy traviesa en la cara. Tragó saliva y se peinó un poco el cabello, pensando que lo mejor seria centrar de nuevo su atención en la película, la cual estaba apunto de comenzar. 


 


--o0o--


 


No podía decirse que Light hubiese disfrutado de la película, mas bien se había pasado las dos horas semi agarrado al brazo de su novio, escondiendo la cara en su camisa y evitando gritar de miedo durante la proyección. Era por eso por lo que no veía aquellas películas, y se dio cuenta de que había hecho una excepción con Lawliet. 


-¿Aún estas asustado? - se rió un poco, caminando junto a Light hasta el restaurante italiano mas cercano. - Venga Light, solo es una película. 


-Claro, para ti es fácil decirlo. Disfrutas como un enano con estas cosas. - refunfuñón, Light se dejó guiar hasta la entrada del restaurante, con su mano agarrada a la del moreno. 


Antes de que entrasen, Lawliet volvió por enésima vez a apoderarse de sus labios, dándole un beso profundo y placentero que lo dejó casi en shock, excitado y alterado. En serio, ¿De donde demonios había salido aquella experiencia al besar?. A lo mejor era por la emoción del momento, pero Light comenzó a pensar que cada beso que Lawliet le daba mejoraba con creces el anterior. 


Tomaron asiento en una mesa alejada por elección de Light. Quería algo de intimidad y aunque le avergonzaba reconocerlo, aún sentía algo de reparo porque la gente les viese juntos. No porque se avergonzase de Lawliet si no porque no quería que cuchicheasen a su alrededor. Al fin y al cabo, eran dos chicos teniendo una cita romántica. 


-¿Que vas a pedir?. 


Light miró el menú, decidiendo que por una vez quería algo consistente. Un plato de pasta o una buena pizza. Miró a Lawliet sobre la carta, arqueando la ceja y sonriendo al ver como el moreno no había podido evitar saltarse el menú para mirar directamente la oferta de postres. 


-¿Ya estás pensando en el postre? No tienes remedio. ¿Como puede gustarte tanto el azúcar?. 


-No te pongas celoso, tú también me gustas mucho. - le guiñó el ojo divertido, provocando aquellos colores que ruborizaban en demasía las mejillas y las orejas del castaño. 


El camarero se acercó a ellos para tomarles nota, y Light agradeció que no se quedase mucho rato mirándolos como si fuesen bichos raros. Sobretodo porque veía a su novio de una postura extraña, sin poder evitar el querer acuclillarse en aquel asiento. Light pidió pasta a la carbonara y Lawliet una pizza de cuatro quesos, haciéndole saber al camarero que debía de volver después porque también pedirían postre. Cuando se quedaron a solas, el castaño observó los ojos oscuros de su novio, mirando aquellas ojeras que los enmarcaban. 


-Me estás mirando mucho hoy, Light. ¿Ocurre algo? O a lo mejor es que soy irresistible. - sonrió de forma siniestra, con el pulgar sobre los labios. Algo que hizo reír al castaño. 


-Lo que eres es un egocéntrico. - le dio un sorbo a su agua con hielo, sonriendo suavemente y dándose cuenta de como Lawliet se relamía los labios por el sabor del refresco que había pedido. - ¿Entregaste las fotografías?. 


Asintió, apartándose un poco para dejar espacio al camarero cuando les llevó lo que habían pedido, guardando silencio hasta que volvió a irse. 


-Si, quizás las expongan en la colección de jóvenes talentos. ¿Vendrás conmigo si lo consigo?. 


Light sonrió, sintiéndose especial por aquello. Se imaginó el trabajo de su novio expuesto en el museo y se sintió bastante orgulloso. Asintió mientras comenzaban a cenar, notando como la tensión que había sentido al comienzo de la cita se iba esfumando como el aire, dándose cuenta de que su conversación con Lawliet era fluida y ambos tenían mas cosas en común de lo que se imaginaba. 


Cuando el camarero les retiró los platos, Lawliet pidió un buen trozo de tarta de chocolate, sonriendo de forma infantil cuando a los pocos minutos le llevaron el plato. 


-Realmente eres como un niño chico cuando se trata de azúcar. 


-Ya sabes que si. Es mi debilidad. - gimoteó levemente, sonriendo contento ante el magnifico sabor de aquel pastel. 


Light se odió a si mismo, por que estaba seguro de que había vuelto a sonrojarse con tan solo ver como su novio se relamía los labios y masticaba aquel postre. Carraspeó la garganta, mirando hacia la ventana unos segundos. 


-Lawliet...¿Quieres...?. 


El moreno le miró curioso, haciéndose una idea de lo que Light iba a pedirle. Pero como le divertía ver sus titubeos solo se limitó a escuchar atentamente. 


-Dime, Light. - incluso puso la voz mas inocente que se le ocurrió, evitando soltar una risilla. 


El castaño frunció el ceño, refunfuñando y avergonzado. Estaba seguro de que Lawliet sabia lo que iba a decirle. 


-¿Quieres venir a mi apartamento...? 


-Claro. - le acarició el dorso de la mano, sonriendo de forma graciosa. 


-¿Sabias que iba a decirte esto?. - Light miró hacia otro lado, avergonzado. Esperaba no haber sonado como un pervertido o algo así. 


Su cara se puso roja como un tomate cuando vio al moreno alzarse para alcanzar sus labios y darle un beso que se le tornó en uno muy dulzón debido al chocolate. 


-Estás gracioso cuando te enfurruñas. 


Le sonrió levemente, relajándose de nuevo e intentando no mostrarse excesivamente nervioso por lo de ir a su apartamento.


 


--o0o--


 


Cuando entraron en la casa de Light, cerró despacio la puerta y colgó las chaquetas en el recibidor, caminando junto al moreno que miraba curioso el lugar a pesar de haber estado ya allí. 


-¿Quieres beber algo?. - encendió las luces del apartamento, asegurándose con la mirada de que todo estaba perfectamente ordenado. 


-Um... ¿Tú estás incluido en las bebidas?. 


Se sonrojó, sonriendo y disfrutando de los brazos que ahora rodeaban su cintura. Los abrazos de Lawliet siempre eran reconfortantes y tuvo algo de miedo al pensar que seguramente se estaba volviendo adicto a ellos. Dejó que su novio le explorase la boca con deleite, usando su lengua húmeda y sonsacándole pequeños jadeos de gusto por sentirle. Sus manos se perdieron nerviosas por la espalda del moreno, quien le iba guiando hasta el dormitorio, siempre dejando que fuese Light quien le daba el permiso. 


-Estás muy nervioso... - sus dientes rozaron la nuez del castaño y su aliento dulce chocó contra la piel erizada de su cuello. 


Light le miró ruborizado, apretando el agarre con sus manos y clavando suavemente las uñas en la espalda del muchacho. Sobretodo cuando despacio, se dejó caer sobre la cama, debajo de aquel cuerpo caliente que le encendía por completo. 


-Si... lo siento... - se mordió el labio, rodeando sin darse cuenta con las piernas el cuerpo del moreno. 


El suave vaivén que había creado Lawliet al frotarse contra Light le estaba llevando al jodido cielo, notando su erección abultarse rápidamente bajo la ropa. Se sentía algo avergonzado por ser tan sensible, pero el chico le hacia perder la razón peligrosamente. 


-No tienes que disculparte. - le sonrió juguetonamente, cogiéndole la mano y mordiendo cariñosamente su dorso. - Me gusta que seas así. 


Miró nervioso como su novio se desabrochaba despacio la camisa, fijando los ojos en aquella piel pálida y suave que Lawliet tenia. Su mano rozó con cariño aquella cicatriz que se había hecho cuando era niño y entonces sin poder evitarlo se sentó en la cama, comenzando a darle suaves besos por la zona, acunando con sus labios aquella marca de la infancia. El moreno le rodeó con un brazo, desnudándolo lentamente y procurando que aquel momento fuese especial. Sabia que con lo romántico que era el castaño, seguramente esperaba una noche acorde con la situación. 


Entre besos que cada vez se volvían mas desesperados, Lawliet le miró a los ojos, con la mano sobre su ropa interior y masajeando lentamente su miembro erecto, haciéndole gemir de forma muy suave. 


-Vaya... ahora me arrepiento un poco de cuando lo hicimos en mi dormitorio. Esta debería de haber sido nuestra primera vez. - rió junto al castaño, sintiéndose satisfecho al ver como el chico ladeaba el cuello, pidiéndole sin necesidad de palabras que tomase su piel con deleite. 


-Yo no me arrepiento, me hiciste sentir muy bien... - sonrojado, apretó los labios, gimiendo al sentir el mordisquito que Lawliet acababa de darle. 


Lo tumbó de nuevo cuando ambos ya no llevaban ropa interior y masajeó ambos miembros juntos, jadeando junto a Light y agarrándole de la nuca para profundizar sus besos. Lamia y succionaba su piel, bajando tras dejar un camino húmedo sobre todo su cuerpo. Light se puso rojo al ver las intenciones del moreno, tragando algo de saliva. No es que no le gustase el sexo oral, simplemente no tenia mucha experiencia. Con Axel apenas lo había hecho, ya que el rubio no era muy dado a esa práctica en concreto. 


Se mordió con tanta fuerza el labio cuando Lawliet se lo metió en la boca, que casi temió el haberse hecho sangre. Su cuerpo se arqueó y sus ojos se cerraron tras el largo gemido entre cortado que salió de sus labios. ¿Como podía sentirse en el maldito cielo en tan solo unos segundos?. El moreno sonrió travieso al ver aquella reacción, satisfecho por lo receptivo que era su novio. Eso facilitaba mucho las cosas. 


-Ahhh...Elle...uhmm... - soltó un largo gemido, acordándose de que estaban solos en el apartamento. ¿Por que iba a contenerse?. 


-Veo que te gusta... - le dio una larga lamida, masajeando sus testículos y volviendo a succionar con placer. Sonrió divertido al ver como el sonrojo de Light había aumentado tras aquella frase, combinándose con el rubor de la excitación. - Estás muy rico, ¿Lo sabias?. Casi tanto como el azúcar... - rió un poco, dejando al castaño casi apunto de llegar al orgasmo. 


Se elevó sobre él, comiéndole la boca y haciendo que un delgado hilo de saliva se deslizase por la comisura de sus labios. Lo abrazó posesivamente, mordiéndole la clavícula y buscando con la mano sin dejar de besarle un preservativo del bolsillo del pantalón tirado en el suelo. 


Light puso sus manos en el pecho del moreno, mirándolo con la respiración alterada. Cerró los ojos para disfrutar de un nuevo beso, saboreando la lengua dulce de su novio y abriendo por instinto algo mas las piernas. Una de ellas la enlazó a su alrededor, acariciando con el pie el muslo del muchacho. Su cuerpo ardía, y los dedos humedecidos entrando despacio uno por uno dentro en su interior le hicieron jadear y contraerse debido a la intromisión. 


El moreno le abrió un poco más las piernas tras haberse puesto el preservativo, comenzó a entrar en Light despacio, aunque de un solo movimiento profundo hasta estar por completo en su interior. Le agarró las muñecas, poniéndolas sobre la almohada y le comió la boca a besos, moviéndose profundamente tanto como ambos cuerpos le permitían. El cuerpo de Light se removió por el placer en cuanto Lawliet comenzó a golpear aquel punto placentero que lo enloquecía. Gimió, sin importarle lo mas mínimo hacer ruido o incluso que los vecinos pudiesen escucharlos. Lawliet lo elevaba hasta el maldito cielo, amoldándose tan bien a su cuerpo que parecía que hubiese nacido para estar dentro de él. 


Terminó agarrándose del cabecero de la cama, sintiendo aquellas embestidas llenas de besos, ansiedad y desesperación. Elevó el rostro para sentir los dientes de su novio en el mentón y mandíbula, terminando por elevarse un poco para rodear del todo aquel cuerpo delgado con las piernas. 


-Ahhh...se siente tan bien... - soltó las barras, abrazando a Lawliet y clavándole las uñas en la espalda. - no pares... 


Le daba vergüenza cuando se ponía a pensar en lo ansioso y excitado que sonaba. También le había pasado la primera vez que lo hicieron en el dormitorio del moreno, pero no podía evitarlo, era como si su voz no fuese suya y las sensaciones que Lawliet le provocaba lo enloqueciesen ciegamente. 


Obviamente el moreno no se quejó, aumentó sus movimientos, repitiéndole a Light cuanto le gustaba y soltándole alguna que otra obscenidad traviesa que lo hizo gemir placenteramente. El ruido de los muelles de la cama, el choque contra la pared y los cuerpos sudados, se convirtieron en un amasijo de pura lujuria cuando llegaron al orgasmo casi a la misma vez. Light manchando ambos vientres por la fricción en su miembro y Lawliet en su interior, dejándose caer con la respiración alterada sobre el castaño. 


-Joder... - Lawliet cerró los ojos, intentando relajarse. Enlazó la mano a la de Light con suavidad y le acarició los dedos. - Ha sido mucho mejor que la primera vez. 


El castaño asintió, aún con las mejillas enrojecidas a causa del orgasmo. Vio como el moreno se quitaba el preservativo y después con un pañuelo los limpiaba un poco a los dos. Lawliet se ladeó a su lado, besándole la punta de la nariz antes de acomodar la cabeza sobre la almohada. Lo abrazó y besó un poco su hombro cerrando los ojos junto al castaño. Estaban tan relajados que se quedaron dormidos al cabo de unos minutos, descansando el uno junto al otro y acompasando sus respiraciones.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).