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10 cosas por hacer antes de morir. por LaGataenelTejado

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Notas del capitulo:

:__) me ha costado escribir este capítulo.

Capítulo 9. Oscuridad.


 


-Vaya, este lugar es una pasada. - Jessica caminaba junto a Light, agarrada de su brazo amistosamente mientras observaba asombrada la exposición fotográfica de jóvenes talentos. 


Su amigo solo podía sonreír tontamente. Estaba tan orgulloso de que su novio fuese una de las estrellas en exponer aquella noche, que no le cabía mas gozo en el cuerpo. Miró a su amiga, ataviada con un elegante vestido en color esmeralda y un recogido fino en el cabello. Él tampoco se quedaba corto, vestía un traje oscuro muy bonito, que resaltaba de buenas maneras su figura. 


La presencia de Near junto a Rob le hizo saludarles con la mano, acercándose a ellos hasta colocarse justo a su lado. Sobraban las presentaciones, pues Jessica ya los había conocido tan solo unos días atrás. 


-¿Que tal, chicos? - les sonrió amigablemente, sin poder contener un gemidito de alegría al verles cogidos de la mano. Parecía que Jessica había desarrollado un gusto excesivo hacia las parejas del mismo sexo.


-Esperando a Elle. Parece que le están entrevistando para la televisión. - Near dejó que su marido le apartase el cabello de la frente, dedicándole una suave sonrisa en agradecimiento. 


Aquella afirmación provocó que Light buscase con la mirada los cabellos alborotados de su chico, rezando porque las preguntas no se alargasen demasiado. No habían podido verse a diario, lógicamente porque la universidad les quitaba bastante tiempo, y aquella noche se irían a una fiesta tras la exposición. No le apetecía demasiado, siendo sinceros. Le apetecía mas encerrarse en su apartamento y dejarse llevar por las manos de Lawliet acariciando su cuerpo con gula, como siempre hacia cuando estaban a solas. 


Aún se sentía culpable, porque por alguna extraña razón Axel no había dado señales de vida aquellos días, por lo que la conversación que tenían pendiente no había podido llevarse a cabo. Y eso le ponía nervioso e incluso le aterraba. No quería que le viese junto a Lawliet en actitud de pareja antes de poder dejar las cosas claras de una maldita vez. Quiso despejar su cabeza de aquellos pensamientos que eran recurrentes esos días, porque ahora solo deseaba concentrarse en el éxito de su chico como una de las promesas fotográficas del año. 


-¡Eii!. 


Y ahí estaba, su novio. Vestido con una camisa formal y una corbata que le favorecía muchísimo. Aquellos pantalones de vestir que había comprado hacia un par de días y el cabello revuelto si, pero revuelto de una forma correcta y adecuado a su aspecto. Light no pudo hacer otra cosa mas que tomar aire y sonreirle, notando el exceso de rubor treparle hasta las orejas. Maldita sea, que condenadamente sensual era Elle cuando quería. 


-Siento la tardanza. - lo primero que hizo fue besar con cariño la mejilla del castaño, sonriéndole y acariciando la parte baja de su espalda. Light notó aquellos dedos delgados clavarse como fuego ardiente sobre su ropa, excitándolo tan solo por pensar en lo mucho que había añorado sus manos. 


-¿Que tal la entrevista?. - menos mal que Near habló, porque Light solo podía mirar al moreno, sonrojado y desesperado por un toque mas íntimo y privado. 


Maldita sea. ¿Que le estaba pasando? Era como si de repente, volviese a ser un crio de quince años con las hormonas revolucionadas. 


-Ah, pues bien. - echó a caminar con ellos, charlando sobre lo que le habían preguntado y acariciando a su vez el dorso de la mano de su chico con cariño. Era consciente de que Light, aún no se encontraba totalmente cómodo cuando estaban entre tanta gente dando rienda suelta a su noviazgo. 


-Debe de ser una pasada el salir en la tele, aunque yo me moriría de vergüenza. - Jessica rió, contagiando a los demás y consiguiendo que un par de muchachos la mirasen embelesados. Era su aura, y por supuesto, lo guapísima que siempre lucia. 


Near tiró de la mano de Rob, señalando con la cabeza una de las zonas que aún no habían visto para acercarse. Jessica supo que en aquel momento, su mejor amigo la miraba como suplicándole que los dejasen a solas, pues ella había vivido de primera mano lo colgado que estaba por el moreno. Le sonrió burlonamente, haciendo que Light se sonrojase y le dijese algo entre dientes, algo como...ya hablaremos o te mataré mas tarde. 


-Light, ¿Tienes fiebre?. - la mano de Elle en su frente le hizo reprimir un jadeo, mirándolo a los ojos. - ¿O es que te alegras de verme?. - se cruzó de brazos con una ceja arqueada y aquella sonrisita burlona y traviesa que tanto lo encendía. 


-Eres un egocéntrico. - se le quebró la voz, sobretodo cuando le agarró la muñeca, tirando de su brazo hasta acercarse a una de las esquinas menos iluminadas de la exposición. Había gente alrededor, pero todos se concentraban en el espacio central del museo. 


Los dientes de Lawliet rozándole la mandíbula y el cuello hicieron temblar sus piernas, aferrando las manos sobre su camisa por la zona del pecho. ¿Como conseguía que se derritiese como un maldito flan?. 


-Te he... - le besó el cuello, lamiéndolo muy, muy sutilmente, encendiendo sus sentidos como una llama. -...echado de menos... 


Se relamió los labios y cerró los ojos, dejándose llevar y por supuesto, permitiendo que Lawliet hiciese lo que le diese la gana con su piel. Abrió los ojos un poco cuando sintió aquellos besos en su mejilla, deslizándose sinuosamente hasta el lóbulo de su oreja. 


-Elle...aquí no...hay gente... - jadeó avergonzado, notando una pulsación peligrosa en su entrepierna. 


La risita cantarina del moreno le hizo tragar saliva. Le acarició las manos, dándole un casto beso en los labios que se tornó algo demandante inevitablemente. Si no fuese tan correcto y vergonzoso, habría dejado que Lawliet lo empotrase contra los cuadros. El solo pensar en eso no ayudó con su inminente erección. 


-Está bien. Volvamos entonces. - Lawliet le sonrió con cariño, cogiéndole de la mano firmemente y caminando entre la gente, intentando mantener un poco la distancia. Ambos tenían un problema ahí abajo que desaparecía conforme mas dejaban atrás la pasión del momento. 


Cuando regresaron con sus amigos, la noche transcurrió entre risas, anécdotas de los profesores de fotografía y la comida gratis que llegaba en bandejas portadas por camareros contratados para la ocasión. Al salir de allí, el frio inglés les hizo cobijarse en sus abrigos, caminando hacia la parada de metro mas cercana para ir directos a la fiesta que se había organizado en el campus universitario. Light se pegó mas a su chico, apoyando medio rostro en su brazo. 


-¿Estás cansado?. - el toquecito suave que le dio Lawliet en la frente le hizo emitir un ruidito que mezcló un ronroneo con un gruñido. 


-No. Estoy bien. - no quería ser el aguafiestas. No tenia ganas de ir al campus artístico pero era la noche especial de Lawliet y entendía que quisiese estar rodeado de sus compañeros de carrera. Se obligó a si mismo a sonreír y acariciar la mano delgada del moreno, que descansaba sobre su rodilla. 


Al llegar, las risas y bromas de los estudiantes no tardaron en hacerse eco. Caminaron entre la gente, tardando un poco cuando Near y Lawliet se detenían para charlar y saludar a varios conocidos. Light no era la primera vez que estaba allí, pero si fue la primera vez que se tomó unos minutos en observarlos a todos. Vestidos de forma informal, con cabellos tintados en múltiples colores, piercings, tatuajes, moda alternativa que mezclaba lo gótico con lo electrónico...se notaba que eran estudiantes de ramas artísticas. No como en su facultad, en donde todos parecían niños de papá, él incluido. 


Entraron en el edificio donde se llevaba a cabo la fiesta y nada mas hacerlo, ya se les acercaron varios chicos ofreciéndoles diversión en forma de pastillas y alcohol. Los rechazaron y se acomodaron en el patio exterior, donde muchos, tirados en el césped y disfrutando de la música que los rodeaba, se contaban sus batallitas y hacían el payaso entre bromas. 


-Si lo llego a saber me pongo unos pantalones vaqueros. - Jessica sonrió, acomodando como pudo su vestido sobre la hierba. Se soltó el cabello, suspirando aliviada por haber llevado esa coleta alta tan apretada. - Liiight... - Oh. No. esa vocecilla solo podía significar una cosa, que su amiga tenia hambre y sed. - ¿Me traes un refresco y algo de papeo?. Anda, por fa... 


Su bufido frustrado hizo reír a los demás. Se puso de pie, dejando el abrigo al lado de su amiga y asegurándose de que no se manchaba por el césped. 


-Está bien. Mimada. 


-Voy contigo. - por supuesto, su novio se puso también de pie, dedicándole una sonrisa que le dejó sin aire unos minutos. 


Andaron hacia la entrada mas cercana, esquivando como podían a la gente que bailaba o borracha, se dejaba caer al suelo con las pupilas dilatadas. Lawliet le agarró la mano para no perderle entre el gentío, dándose prisa porque sabia que seguramente a esas horas, apenas quedase comida. Cuando llegaron a la barra libre, observaron un poco lo que había. 


-Vaya, apenas queda comida. ¿Jessica come mucho?. 


-Ni te lo imaginas, no se como es tan atractiva. 


Lawliet sonrió y no pudo evitar besar la mejilla de su novio con cariño, dándole un leve mordisquito que le hizo sonrojarse. 


-¿Y si...? - le guió entre la gente, caminando hacia la parte del fondo de las escaleras. Cuando desorientado, Light miró a su chico, Lawliet aprovechó para acercar sus labios con gula hacia los suyos, besándolo hasta dejarle casi sin aliento. Aquellos besos que tanto le gustaban al castaño. 


-Uhmm...Elle... - Oh si, a Lawliet le encantaba cuando su nombre acariciaba el paladar de Light, erizándole el vello de la piel como un relámpago. Debería ser pecado el usar aquella boquita. 


Le puso contra la pared, despacio y colando sus hábiles manos bajo la camisa que llevaba, mordiendo su cuello y pegando la rodilla a su entrepierna. 


-Dios...Light...me pones a cien... - se lo susurró, con aquella voz ardiente y grave que adoptaba preso de la excitación. ¿Sonaba como un adolescente hormonado? Quizás, pero jamás habia sentido tal deseo hacia una persona. Se moria de ganas por volver a tener a su chico retorciéndose de placer bajo su cuerpo, pidiéndole más. 


Y Light pasó de todo. Pasó de estar rodeado por borrachos y en un lugar donde podían mirar aquel magreo que poco podían contener ya. Se dejó llevar, jadeando gustosamente y acariciando la piel de su chico bajo la ropa, pegando tanto sus cuerpos que ni un maldito centímetro de distancia lograba separarlos. 


Todo era perfecto, todo era deseo, amor y lujuria. Hasta que aquella voz felina y maliciosa hizo que a Light se le congelase hasta la última gota de sangre del cuerpo. 


-Vaya, vaya, asi que esta es la rata por la que pasas de mi. - Axel estaba junto a dos amigos, mirándolos atento y de brazos cruzados. 


Se separaron lentamente, aunque sin soltarse del todo una de las manos. Light no había sentido tanto terror en su vida. Reconoció la voz acartonada de su ex novio, el temblor de la borrachera y el maldito aliento a ron que llegaba a sus fosas nasales desde su posición. 


-Axel...¿Que...que haces aquí?... - se alejó como resorte de Lawliet, poniéndose rápidamente la ropa bien y evitando mirar directamente al rubio a los ojos. 


Su ex novio no pensaba lo mismo, él si que los miraba, sobretodo a Lawliet. No podía creer que su querido Light hubiese escogido a esa rata asquerosa en su lugar. Vamos, solo había que verle la cara. ¿Que tenia de elegante?. Sin pensarlo y como si tuviese todo el derecho del maldito mundo, le agarró del brazo, tirando fuerte del castaño hasta estamparlo contra la pared. 


La gente se quedó en silencio, dejando de bailar y mirando curiosa a los muchachos. Las peleas eran algo que atraía a las personas como polillas a la luz. 


-¡Eh! ¡Suéltale!. - Lawliet agarró el brazo de Axel, dándose cuenta de lo musculoso que era. 


-¡Lawliet! No pasa nada, tranquilo. - Light, aterrorizado, miraba la furia brillar en los ojos de su ex. 


-¿Este es el tio al que te follas? ¿Tan bajo has caido? - se echó a reir junto a sus amigos, mirando con tanto desprecio al moreno que casi parecia que iba a matarlo con la mirada. 


Lawliet valoró la situación, Axel con dos amigos y él completamente solo. A lo mejor el rubio era fuerte pero él era rápido. Tan rápido que el puñetazo que le propinó en la cara le hizo crujir la mandíbula, haciéndole retroceder y soltar su agarre, dejando libre a un Light que tragando saliva, se colocó un poco tras su novio. 


-Elle, no merece la pena, vámonos... - ya había conseguido convencerlo cuando Axel, escupiendo la sangre de la boca, se puso en pie algo mareado. 


-¿Te ha contado que aún no lo hemos dejado oficialmente? No ha tenido los huevos de hablar conmigo para aclarar las cosas, ¿En que clase de persona te convierte eso, Light?. Solo eres una vulgar puta barata. 


-Se acabó. 


Lawliet se tiró contra el rubio, furioso y asestándole fuertes puñetazos en la cara. Tan rabioso, que hasta los amigos de Axel retrocedieron sin intervenir en la pelea. Eran lo suficientemente espabilados para ver la extraña fuerza que aquel muchacho tenia. 


-¡¡Lawliet!! ¡Para, vas a matarlo!. 


La gente gritaba, pedía más pelea y algunos hasta reían animando al moreno. Lawliet ni si quiera reaccionó cuando Light le sujetó del brazo, intentando apartarlo de su ex novio. Solo reaccionó cuando Near, Rob y Jessica aparecieron entre la marabunta de personas. El albino y su marido consiguieron agarrar al moreno, que gritaba enloquecido que no se le ocurriera ponerle un dedo encima a su novio. 


-¡Ya basta, Lawliet! - Light no supo cuanto daño le hizo sentimentalmente a Lawliet en aquel momento.


Se acercó a su ex novio, agarrándole el rostro preocupado, con lágrimas en los ojos debido al shock emocional. Los ojos de Axel se entrecerraban y la sangre goteaba peligrosamente por su parpado hinchado y el labio destrozado. 


Lawliet se quedó paralizado, sintiendo como si alguien le estrujase el maldito corazón entre las manos. Ver a su novio, agachado junto al rubio y mirándolo con aquellos ojos preocupados, fue como caer al mismísimo infierno. Tan absorto que estaba y con sus amigos creyendo que lo peor ya había pasado, que no vio venir la fuerte patada que uno de los acompañantes de Axel le propinó en el pecho, dejándolo sin aire. Trastabilló hacia un lado, vomitando un poco por el impacto y dejándose caer al suelo. La oscuridad fue lo único que le invadió segundos después. 


 


--o0o-- 


 


Near caminaba de un lado a otro de la sala de espera. Rob le miraba tristemente, bajando los párpados y enredando sus propias manos sobre su regazo, muy nervioso. Jessica y Light por alguna razón, no habían ido con ellos al hospital y Near había jurado en el taxi que la próxima vez que viese al castaño le iba a partir la cara en dos. ¿Como había sido capaz de agacharse como un maldito perro desamparado junto a su ex novio?. Sabia, por el mensaje de Jessica a su móvil, que vendrían inmediatamente en cuanto la cosa se tranquilizase y Near se pregunto por enésima vez... ¿Que maldita cosa tenia que hacer Lawliet para que su actual novio viniese como alma que lleva el diablo hasta el hospital?, ¿Morirse?. 


Le pegó un puñetazo frustrado a la pared, ahogando un grito de angustia. Ese maldito mal nacido había golpeado a su amigo en el pecho, justo donde está su corazón. Y el corazón de Lawliet no era precisamente fuerte. Mierda, maldita sea. Tenia ganas de desahogarse. Se sentó al lado de Rob, notando la mano de su marido sobre el muslo infundiéndole una calma que ahora mismo, le era imposible sentir. Los pasos rápidos y frenéticos de alguien corriendo por los pasillos le hizo elevar la vista hasta ver a Light y Jessica entrar rápidamente en la sala. 


-¡Near! - ella se acercó, abrazando a ambos a pesar de que ninguno soportaba demasiado el contacto con otra gente. 


Light, angustiado, se pasó la mano por el cabello, apretando los labios. Miró al albino, arrepintiéndose de haberlo hecho pues la mirada de odio que destilaba Near, le hizo acongojarse. 


-Lawliet... ¿Está bien?. - caminó nervioso, mirándose un poco. Aún tenia sangre en el traje y temblaba. 


-¿Te importa mucho? Pensaba que estabas ocupado en aliviar el dolor de ese hijo de perra. 


-Near... - Rob le habló para calmarle, sabiendo de antemano que cuando su novio se enfurecía, ni dios podría hacer que se calmase. 


-¡Joder! ¡Lo siento! ¿Vale?. - Light se llevó la mano a la boca, muy nervioso, tapándosela y sin saber que decir. - Axel es mi ex novio y Lawliet casi lo mata a puñetazos. 


-¡Por intentar defenderte, pedazo de imbécil! Mierda, joder. - se cruzó de brazos, viendo como una enfermera les llamaba la atención que se relajasen. Había olvidado que estaban en una sala de espera.


Jessica no habló, porque si lo hacia, Light la odiaría el resto de su vida. Ella se había retrasado porque era su mejor amigo, hasta poder ir al hospital junto a él. Pero también pensaba que el castaño había cometido un grave error al posicionarse del lado de Axel. Se acomodó en la silla junto a Rob,mirando fijamente un cartel sobre los peligros del tabaco que tenían en la pared del hospital. 


-Oye...yo...¿Que tan mala puede ser una patada en el pecho?. - No supo ni por qué soltó aquello. Quizás fue el miedo, los nervios, o desear que el moreno no hubiese sufrido ningún daño relativamente grave. 


El albino apretó los puños, olvidando la promesa que le había hecho a Lawliet de guardar celosamente el secreto de su salud cuando él no quería mostrarlo ante los demás. Se puso en pie cuando vio movimiento en las salas de observación, suspirando y apretando los labios. Miró de reojo como Light, apoyado en la pared, se miraba nervioso los pies. 


-Light. 


Giró el rostro hacia el albino, con la cara pálida y el cansancio acumulándose en sus ojos. 


-¿Que tan mala puede ser una patada? Para Lawliet puede significarlo todo. - Rob negó con la cabeza al ver las intenciones de su chico, pero el albino le ignoró. Ya estaba cansado y harto de tener que fingir que todo iba bien y que su amigo era sano como un roble. - Lawliet padece del corazón. Y para que tu cabeza de desagradecido pueda entenderlo significa, que se está muriendo. 


El ruido de las máquinas, las camillas de un lado a otro y los familiares que charlaban en voz baja, fue lo único que rodeó al extraño grupo de amigos que de repente, se quedaron sin nada que decir.


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