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Matrimonio de lobos por Bleryaoi

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Notas del capitulo:

Hola!, gracias a todos los comentarios que me dan con cada actualización, me alegran abstante, como dije desde el inicio de esta última temporada, llegan más enemigos a las puertas de Inverlandía.

Robb tiene que mostrar más temple ahora que Catelyn ya no esta y que Jon parece esta todo el tiempo en custodia de Jaime, claro sino quiere quedarse atras.

Gracias por la paciencia y aquí dejo el siguiente capítulo.

Ah! y antes de seguir debo recomendar un par de cosas, (es bueno recomendar trabajos de otros autores)

Recientemente eh esta viendo Dany Phantom a la hora de el almuerzo y me han dado ganas de leer un yaoi, las que sean mis contemporaneas podran entender donde se ve el yaoi en esa caricatura, en fin el que me ha gustado es este.

Manipulación del Tiempo traducido por AislyK

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=176326

Esta terminado en idioma ingles (no pude soportar y me fui a leerlo para acabarlo) es bastante rapido de leer, la pareja principal es Vlad x Dany, interesante, aunque si ya te has visto la serie algunos capitulos seran mucho de lo que ya paso en la serie, fuera de eso es excelente.

Ahora si, los dejo con el capitulo! 

 

 

 

Robb detenía a Jon por ambos brazos mientras miraba con horror como sus prendas se obscurecían por la sangre que traspasaba desde su interior. Nada más al verla ambos habían sacado la espada, siendo Robb el primero en atacar, dando un corte lo suficientemente amplio en el pecho de la mujer para haberla derribado, pero eso no sucedió, detrás de él, un grito de dolor se escucho retumbando en los ecos del cementerio familiar. Dejando ver como Jon caía de rodillas, presionando su pecho con fuerza.

 

¡¿Qué es lo que le hiciste Melisandre?!—Exigió Robb quitando las capas del convaleciente para ver su pecho desnudo con la misma cortada que tenía la mujer.

 

—Ah, Lord…sus preguntas…Acaso no debería pensar en ellas antes de hacerlas?—Robb giro su cuerpo, pero no se aparto de él.

 

—Fue lo mismo que hiciste en el bosque—Jon toco su pecho, entendiendo una verdad que deseaba aceptar. Sin levantarse, la herida le dolía, escociendo cada que respiraba.

 

Solo con mirarlo puede comprobarlo—Ella llevo una mano a su pecho herido. Justo encima de sus senos la cortada quebraba su piel blanquecina, pero ni una sola gota de sangre era derramada y ambos norteños estaban seguros de que, si hubieran estado a la luz del día, la espantosa visión dentro de su piel y entrañas les hubiera petrificado.

 

—¿De qué hablan? Dijiste que fue solo cansancio—Jon bajo el rostro ante la pregunta de su compañero sorprendido, había bajado la guardia con sus palabras.

 

—…ha…era de esperarse—Ella negó con el rostro mientras la luz de las antorchas hacia que su sombra bailara—la confianza no es para todos los matrimonios—Se burlo sin importarle las heridas en su piel, notándose poco a poco hombres traslucidos detrás de ella, murmurando quedo, susurrando insultos e injurias.

 

Jon, por fuerza de voluntad se levanto,  poniendo el brazo sobre Robb. Viéndose en instantes rodeados de enemigos que ni siquiera podían reconocer, sombras que viajaban de una pared a otra pero con figuras humanas, o, más bien, similares a ellas.

 

—¡Jaja! ¡Debiste haberte quedado de rodillas bastardo!—La voz cavernosa e indolente hizo levantar a Jon la mirada luego de ser empujado otra vez al suelo…Detrás suyo, la silueta de un hombre envuelto en tinieblas se dirigía a él con la voz de un hombre muerto. Él no podía estar allí.

 

—¡Silencio!—Melisandre ordenó antes de que Jon siquiera se animase a hablar, bajando la cabeza con una molestia que pocas dejaba ver, haciendo que el hombre sombra se dirigiera a ella sin que sus pasos fueran escuchados—Tu no deberías estar aquí—Los ojos brillantes y verdes de la bruja, los pocos que permanecían intactos en su cambiante y decadente apariencia, dejaron de prestar atención a los guardianes del norte para centrarse en el hombre claramente indeseado.

 

—¿Y por qué no debería si esta tierra es mia?—La mano del hombre quiso tocar la mujer, pero tan solo al acercarse a la débil luz que iluminaba su hombro tuvo que retirarla, siendo quemado en el acto.

 

¡Regresa a tus deberes joven Bolton!—Ella amenazo, enderezándose enfrente de él, áspera y autoritaria.

 

Jon, entonces, aprovechándose del desconcierto, coloco a garra clavada en el suelo, alejando a Robb de si mismo, para que este pudiera moverse con libertad.

 

¡Tu no me ordenas bruja!—Escupió Ramsey dando un paso hacia delante, con cuidado de no tocar la línea de luz, pero no el suficiente para importarle la espada que Robb había precipitado en su contra, desvaneciendo su cuerpo como si de una simple bruma se tratara.

 

No había necesidad—Acuso Melisandre mientras las sombras que buscaban la oportunidad de acercarse se desvanecían junto con el hombre muerto.

 

¡Tu!—Robb apunto su espada a la mujer—¿Qué es lo que en realidad quieres de nosotros? ¿Qué hacía un fallecido entre nosotros?—Preguntó causando una risa corta de la mujer. Realmente era irónico que precisamente él o preguntara.

 

Eso a usted mi Lord, no le importa—Contestó empezando a verse más cansada de lo habitual con la piel tintada de morado, como la de aquellos que moraron demasiado tiempo cerca de la nieve, pero, aún así, pasando por la luz en dirección a Jon, quien se mantenía de pie, firmemente sujeto a su propia espada—solo vengo a pedir dos favores—Ella tomo la espada de Jon, pidiéndole con un gesto que no la levantara—Sus hermanas; dígales que dejen de husmear en mis asuntos, y tú—Dijo tocando el pecho de Jon, cerrando poco a poco la herida de su pecho—Deja de desgastarte de esta manera—Advirtió ella tratando de disimular sus jadeos—Si no lo haces, la primogénita de tu hermano se volverá a morir—Trato de seguir hablando pero la mano brusca de Robb sobre su hombro la puso contra la pared.

 

Yo no tengo ni tendré ningún descendiente—La arrastro fiero, interpretando como podía todas las palabras que decía, desistiendo de su rabia solo al ver a Jon otra vez afectado por su acción.

 

Lo tiene—Melisandre, con voz ronca por la fuerza usada en su contra siguió hablando y, aprovechándose de la mirada vacilante que Robb le tendía a su consorte, tomo su mano libre, clavándole uñas con brusquedad, obligándole a tocar su vientre—Escuche…escuche lo que pudo tener—Ella, después de esas palabras empezó a murmurar un lenguaje desconocido por ambos, rezos y monosílabos sin sentido que Robb intento detener.

 

En vano, pues, un poderoso latido se escucho retumbando en su mente, haciéndolo soltar la espada para cubrir sus oídos con fuerza. Una vez…dos veces, tres…el sonido acompasado pero desmesurado se apodero de su cuero, golpeando su piel y haciéndola vibrar hasta ponerlo de rodillas.

 

Sin embargo el sonido no era lo que le aferraba a la quietud. Una sensación de familiaridad que no pudo comprender se apodero de él, reconocía aquel sonido, aquel latido asfixiante…lo sentía tanto como si fuera el suyo propio, tan cercano y familiar…

 

Tu…ese es mi…no—Robb mascullo apenas abriendo los ojos después de ni siquiera saber cuando los cerro, atinando a mirar los pies desnudos de la bruja y luego el rostro de Jon, quien tapaba sus oídos igual que él.

 

La tierra empieza a cambiar Lord, no desperdicie nuestras vidas—Y, como un murmullo en el viento, la voz de Melisandre se esfumo junto con ella, dejando a los guardianes del norte completamente solos en las catacumbas.

 

No supieron cuanto pasaron de rodillas en la tierra, aferrándose fuertemente a la sensación de realidad que el estar juntos les proporcionaba, solo se mantuvieron uno al lado del otro, cerca de la antorcha, tomando la suficiente fuerza para levantarse cuando escucharon golpes provenientes del exterior.

 

Los gritos angustiados de sus hermanas los recibieron tan pronto lograron salir, habían intentado pasar  desde que la bruma espesa de la noche descendió sobre ellos, buscando rápidamente a todos los guardias que pudieron encontrar para mover la puerta trabada, sin tener existo en ello.

 

—¡Jon!—Sansa se acerco corriendo a él, queriendo cargar su peso en ella cuando advirtió toda la sangre en su pecho.

 

Estoy bien—Jon ya no sangraba, pero el dolor y las sombras aún permanecía frescos en su memoria.

 

Déjame a mi—Jaime. Acompañándolas en cuanto logro regresar a la carrera de la taberna, se colocaba en lugar de Sansa, levantando el brazo de Jon para ponerlo alrededor de sus hombros, apoyándole, afianzando una mano con la suya con demasiada confianza, haciendo que Robb se alertara—¡Voy a ayudarlo!—Le gritó sin importarle la etiqueta sin dejar que el otro empezara a pelear y, para sorpresa de todos, Robb no protesto—Sabia que algo estaba pasando contigo, no debí dejarte solo—Se lamento Jaime con tal preocupación invadiendo su rostro, que los presentes no pudieron dudar de sus buenas intenciones.

 

Vamos adentro, no es buen momento para estar al descubierto—Sansa les dijo a todos, notando como su pequeña hermana se quedaba de pie frente a la puerta que daba a las catacumbas—Arya—Le llamó a ella con más fuerza, sintiendo como si no hubiera sido escuchada.

 

Arya, a su vez, tan pronto retomo el tiempo de la situación se apresuro a seguir a su familia, notando, sin embargo, un susurro en la obscuridad, un llamado oculto entre las tinieblas que no lograba descifrar.  

 

—¿Qué paso allí dentro Robb?—Exigió saber Sansa, con las manos tensas sobre su regazo—Todos tenemos derecho a saber quienes son nuestros enemigos—agregó con nerviosismo en su temple.

 

Todos se hallaban dentro del viejo cuarto de Jon, el más lejano de la servidumbre en ese momento.

 

—…Sansa…ahora no—Esta vez, la negativa vino de parte de Jon, quien era revisado por su hermana más joven. Ya no tenía ninguna herida, pero su cicatriz se notaba reciente.

 

—¡No! esta vez ustedes dos van a decirme todo lo que esta pasando en nuestra casa—Se levanto firmemente, yendo hacia la puerta de la habitación—Sir Jaime por favor—Pidió ella abriendo la puerta. A lo que el hombre renegó, pero termino por obedecer.

 

Permaneceré cerca—Le advirtió a la pelirroja de frente antes de salir.

 

Todos permanecieron en un silencio demasiado incomodo para poder mantenerlo por más tiempo del necesario y en cuanto los pasos en el pasillo de Jaime dejaron de escucharse en el pasillo, Sansa regreso a ellos, mirándolos con angustia que solo compartía en sus momentos de soledad.

 

—¿Qué es lo que hicieron?—Ella pregunto, y de inmediato la pregunta hizo que Robb recordara a su madre, acusándolo en la soledad del bosque.

 

Sansa, no los…—Arya, pese a su renuencia inicial, intento defenderlos, pero Robb la tomo del hombro, parando su intento.

 

Ella tiene razón Arya, yo…debo decirles todo—Acepto sin levantarse de la cama que compartía con sus dos hermanos, bajando el rostro para empezar a relatar todo lo que había sucedido.

 

Jon y él explicaron sus diferentes encuentros con Melisandre, el día de la boda, los días antes de ella y el último enfrentamiento apenas momentos atrás. Sus aparentes intenciones y aquello que no entendían.

Era demasiada información, todos estaban al borde de un colapso, sin embargo, Robb aún no tenía intenciones de parar aquella confesión.

 

Hay algo más que deben saber…—Robb hablo quedo, casi sin querer hacerlo, pero aún así mirando las heridas en Jon, obligándose a hablar—En la guerra de los cinco reyes…cuando los Frey me atacaron…recuerdo haber caído. Ni siquiera sentí el dolor…solo…todo fue cubierto, como si mis ojos hubieran sido vendados y mi cuerpo adormecido en un letargo del que no me importaba despertar—Robb hablaba, pero sus ojos miraban más allá del suelo que estaba pisando—No había nada más…no había apellidos…casas, traiciones…Todo permanecía quieto…no miraba nada…pero podía entenderlo…Solo fue un instante…pero sabía que ya no iba a regresar…—El tiempo se detuvo en la habitación hasta que Robb retomo otra vez su historia—Yo…recuerdo la sensación de algo parecido al agua…recuerdo estar hundiéndome en lo profundo, el frio que nada tiene que ver el de los vivos, hasta que…—Sus manos dejaron de formar puños, perdiendo fuerza mientras su cabeza falseaba hacia abajo, sosteniendo su frente con las manos apenas firmes, cerrando los ojos con fuerza cuando las imágenes retornaban a él en un remolino.

 

El dolor fue inimaginable…sus manos se retorcieron al igual que sus piernas en posiciones que ningún hombre debiera poder hacer. Todo su cuerpo se quemaba sintiendo hasta en los huesos la sensación de un fuego agobiante, ahogándolo con el sabor de la hierba…Quiso respirar desesperado cuando retiraron la tierra de su lengua, lanzando bocanadas desesperadas, ¡Pero nada llego!, sus pulmones no se llenaban, el aire fresco pasaba a través de su garganta sin llegar a ningún sitio…Clamando por un solo soplo de vida, una sola sensación de alivio…

 

El tormento duro semanas…y Robb…en su agonía no solo pudo distinguir a la bruja roja, sino que, agrandada e indolente, la silueta obscura de un hombre permaneció a su lado hasta que finalmente pudo abrir sus ojos en el mundo de los vivos.

 

Robb—Sansa se apresuro a él, tomando sus manos entre las suyas. Mientras Robb y Arya bajaban el rostro, pensando con pesadez cada palabra de su hermano.

 

Eso…ya no importa—Él suspiro, alejando sus manos del rostro gracias a la calidez de su hermana—Pero ahora sé…eso que vi, no era una alucinación…esa cosa trajo a mi hijo de vuelta—Esta vez fue el turno de hablar de Sansa.

 

Nuestra madre me pidió esperar—Sansa mustio—pero ya no puedo perder más el tiempo—Ella empezó contando los detalles de Talisa, de su vientre ultrajado y su cadáver desecho.

 

Esa noche, casi todos los Stark hablaron de las consecuencias de sus decisiones, de sus secretos y pese a las amenazas de sus enemigos acechándolos cada momento, decidieron confiar en cada miembro de ese cuarto, lamentando que la ausencia de su último hermano y deseando en lo profundo de sus corazones que otra vez pudieran salir victoriosos de lo que se avecinaba.

 

 

Más, una respuesta no se hizo esperar. Junto con una brisa de aire helado, Melisandre entraba tambaleante a la viaje choza abandonada donde Catelyn había muerto,

 

Te ves muy mal—Melisandre se sujeto de la pared al entrar, aproximándose a la chimenea después de haber caminado en la nieve sin ninguna protección. Theon Greyjoy le esperaba, con el torso desnudo, aplicándose pomadas y ungüentos en los moretones que sobresalían—Logre entretenerlo a su guardia, espero que eso te baste, ese tipo esta loco—habló sobándose el cuerpo—Empezó a atacarme como un demente de un momento a otro…—dijo recordando como empezó su batalla contra Jaime.

 

Probablemente lo este—Coincidió ella, buscando en un estante sobre la chimenea un frasco lleno de liquido obscuro y viscoso, consumiéndolo tan rápidamente como su garganta le permitió tragar, pues, podía no sentir el dolor pero sabía que su cuerpo ya estaba tocando sus limites—es por eso que teníamos que alejarlo del príncipe—Theon bufó, ofendido.

 

—¿Puedes dejar de llamarlo así?—Se quejo volviendo a colocarse una camisa, cubriendo las heridas  y hematomas en su piel.

 

—Lo llamare como a mi me plazca—Contestó ella sin dejar de mirar el fuego, ya no tenían  mucho tiempo—¿Tu hermana esta lista para recibirme?—Preguntó.

 

—¿En verdad piensas irte?—Theon observo el poco, pero pesado equipaje que llevaba la mujer—¿Tus amenazas no fueron suficientes convincentes para que te dejen con vida?—Se burlo esta vez, pero la mujer no contesto, solo le lanzo una mirada severa sobre él, ¿Cuándo había dejado de temerle?—…mando un par de hombres, ellos te recogerán en un barco de comercio—contestó él empezando a moverse mientras husmeaba sus cosas—no puedo ayudarte a llevar eso, así que tendrás que arreglártelas para ir por tu cuenta—Dijo con diversión. Terminando con la paciencia de la brja

 

No es necesario—Melisandre arrojo un frasco a la chimenea, saliendo humo casi al instante junto con un olor nauseabundo—Por cierto…príncipe isleño—Ella hablo lento, disfrutando como la ceniza empezaba a salir del fuego hasta formar una mancha siniestra en el suelo—Tu no lo reconociste…¿No es así?, a mi nuevo compañero me refiero, el que tomo la cabeza de Catelyn Stark—Ella lo volteo a ver, sonriendo mientras de la mancha los dedos de un hombre se encajaban en el suelo de madera.

 

Otro de tus demonios—Theon dio un paso hacía atrás, arrugando la nariz por el asco que le provoca su magia

 

Ah…en realidad a él si lo conoces—Ella contesto, alejándose para tomar una vieja capa que la cubriera de pies a cabeza.

 

—¿Te llevaras esta cosa contigo?—Melisandre no le contestó más dirigiéndose a la puerta mientras el hombre sombra se levantaba del suelo.

 

Me voy—Dijo ella aún seguida por Theon quien, confiado, había dado la espalda al nuevo esbirro de la mujer—Vigila a las Stark y a este hombre, estoy segura de que nos será de utilidad en su momento—Ordenó ella y Theon quedo confundido. ¿Acaso no estaba hablando con él?

 

Cuanto tiempo hediondo—La voz le hizo castañear sus dientes, abriendo sus ojos más de lo que creyó poder.

 

Espera…espera…esto no…Melisadre!—La mujer sonrió mientras el hombre en las sombras se acercaba al de hierro—¡Melisandre!—Theon le grito a punto de seguirla, pero unos brazos le sujetaron del pecho, siendo arrastrado al fondo de su propia habitación—¡Melisandre!—Theon volvió a gritar…pero la puerta ya había sido cerrada.

 

 

Notas finales:

 

En fin, creo que me tomare un poco de tiempo en actualizar, no mucho porque siento que perdería la idea del fic, pero si un poco más del que me eh tomado esta vez, si puedo actualizar antes lo haré con gusto, sino, pues estan ya avisados. XD

Ahora salieron un poco más los rivales amoroso de nuestros protagonistas, al parecer no se llevan muy bien...jeje

Gracias por su compresión y nos vemos en el proxímo capítulo! ;) 


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