El silencio gobernaba a cada uno de los presentes conforme escuchaban las palabras de Robb Stark—…uso los restos de Talisa para hacer su magia—habló con pesadez y firmeza sin dejar que Jon se apartara de su lado, aquel león estaba junto a ambos custodiándole como si fuera un carcelero y para su pesar, Jon se lo permitía sin preocuparse en lo más mínimo.
—Has dejado que la bruja ingresara solo por no evidenciar tu error—reprendió Jaime como si se tratara de un superior, pero antes de que Robb contestara a su ofensa Jon intervino para impedir una disputa.
—Lo mismo e echo yo, incluso ha sido mucho peor—Jaime poso sus ojos en el de negro, con sentimientos encontrados por lo que pasaba ahora con él, no era una mujer, no debía ser capaz de tener herederos con el Stark, pero aún así, la sangre y vida que brindaba al fruto de Robb eran más que suficientes para mantener a los Targaryen con vida, incluso y por las palabras del maestre, ese niño podría ser más un heredero de Jon que del mismo lord del norte.
—¿Cuál es el riesgo de su vida?—preguntó Jaime nuevamente al maestre quien no dejaba de mirar con asombro a su viejo amigo, había explicado lo poco que tenía entendido del tema, pero nada le aseguraba que fuera verdad.
—No lo sé…—contestó con decepción de si mismo, había leído acerca de la magia, de demonios que acechaban aún su mundo, pero de aquel malsano trato que acepto Jon, no había aprendido nada, solo podía especular—solo las brujas saben de este tipo de magia…—dijo Samwell en bajo, Sansa y Arya guardaban silencio, la más alta con la mirada discreta en el suelo para no intimidar a Jon, al contrario de la menor quien lo observaba de pies a cabeza, buscando algún rasgo inusual que no encontró.
—¿Por eso siempre estas cansado?—preguntó la castaña achicando los ojos, siempre infantiles a pesar del pasar del tiempo. Jon suspiro, no sabía la respuesta con certeza, pero era lo más posible, ahora el cargaba con el cansancio de Melisandre y la vida que ella incubaba.
—Debemos guardar el secreto—murmuro Sansa sin levantarse de su lugar, lanzando una mirada al Lannister presente—ni siquiera la reina debe enterarse de la situación—dijo casi amenazante al rubio.
—Ella podría cuidar mejor de él…—contestó Jaime sin importarle la hostilidad de la pelirroja, tan fiel al carácter de su madre—aquí incluso el clima es un peligro para él—explico su punto intentando llevarse a Jon lo más lejos posible.
—Kings Landing es una ciudad llena de mentirosos, hipócritas y traidores—dijo Robb, uniéndose a su hermana sin ocultar de quien hablaba—la reina ya tiene suficiente lidiando con los siete reinos y esa gente, no será capaz de protegerlo de nadie—siguió Robb con su discurso y Jon asintió a sus palabras.
—El tiene razón Jaime, no dirás a nadie acerca de esto—Jon sacaba una mueca de desagrado al caballero, pero no le prestaba importancia, la reina no seria capaz de absorber la carga de su error a la par que cuidaba todo el reino además de que no le permitirían luchar contra los nuevos enemigos que se estaban presentando.
—Mi príncipe, son mis ordenes el mantenerlo seguro—se escudo Jaime aún molesto, era un peligro permanecer en el norte, especialmente cuando todo apuntaba a que el enemigo arremetería directamente contra la casa Stark y los norteños.
—También debes obedecer mis ordenes—Jon se levanto con prudencia en su voz, había aprendido a tratar con el Lannister, era similar a Tyrion, sarcástico, arrogante, mucho menos inteligente que el enano pero mucho más soberbio y peligroso, alguien que debía mantener a su lado de manera estoica sino quería que se revelara.
—Si usted muere mi cabeza rodara—Jaime lo miro directo a los ojos, recordándole las consecuencias y el carácter severo de la reina, pensando en la misma seguridad que su hermana mostraba cada vez que le daba una orden.
—Entonces asegúrate de que no muera—terminó Jon con una leve sonrisa, una que mostraba cuando estaba a punto de entrar en batalla y quería relajarse, lo tenía claro, algo estaba terriblemente mal y debía volver a comandar a su gente.
Jaime le regreso la sonrisa, insatisfecho de la decisión, pero alegre por la cara que Robb Stark expresaba en ese momento al saberse desplazado tan fácilmente—como desees—contestó con cierta resignación.
—Esta charla a terminado—se levanto Robb aún lado de Jon, despidiendo a su familia y a los dos invitados allí—nada deberá saberse acerca de esto—advirtió por última vez mientras todos se levantaban y se marchaban de aquel sitio, Jaime para su pesar, no tenía una excusa para quedarse a lado de Jon y preguntar todo lo que deseaba de la situación, había prometido un entrenamiento con su pequeña aprendiz y lamentablemente tomaba con demasiada seriedad su papel—Me sorprende que estés de acuerdo—comentó Robb volviendo a sentarse aún cansado por todo, solo había pasado una noche de aquel encuentro con la bruja, sin mencionar que aún debían atender los pésames de su madre y discutir lo que había pasado entre Jaime y Theon en la taberna.
—No debería, suelo estar de acuerdo con casi todas tus decisiones—contestó Jon sin prestarle mucha importancia a lo que le decía, desde pequeños, a pesar de su carácter retador con Robb siempre había sido leal y obediente en asuntos de importancia.
—Es verdad—Robb respiro hondo y miro la espalda de Jon, sonriendo sin proponérselo, él había cambiado mucho, ya no era un niño callado y distante, había aprendido a ser un líder y a cuidarse por si mismo—Me alivia saber que sigues siendo el prudente de los dos—hablo sin ser demasiado claro, llamando la atención del Targaryen—cuando niños, siempre evitabas que me metiera en problemas—dijo recordando las veces que lo había detenido de enfrentar a su madre o padre cuando hacían algo con lo que no estaba de acuerdo.
—Tenia que—sonrió Jon, acomodándose a su lado—sino lo hacía tu padre te hubiera exiliado de tanto responder a tu madre—Robb soltó una risa corta, su madre siempre lo estaba enfrentando en cada decisión y acusándolo con su padre cuando este estaba con vida, pero al final de todo, acepto más a Jon que a cualquier otra persona con la que hubiera estado y eso le alegraba.
—No me imagino que hubiera pensado si supiera que tendré un hijo—en ese momento y por las palabras que acaba de pronunciar, Jon se le quedo mirando con sorpresa y Robb no supo con exactitud que es lo que acaba de decir—…yo…—se había concentrado por completo en la batalla, en los enemigos y en que acciones inmediatas tomar, pero no había concientizado su vida familiar hasta ese momento.
—No es necesario que digas nada—intento sosegar Jon el tema que estaban por tocar, pero Robb se sacudió un momento, sonriendo con sutileza, él no lo había pensado, desde que regreso a la vida, lamento la muerte de Talissa y de su primogénito, llegando a preguntarse si en algún momento él volvería a tener algo como aquello.
—Cuando me dieron la opción de casarme contigo…—empezó Robb con una tranquilidad impropia del momento, una característica que parecían tener todos en la casa Stark—yo sabía que tendría que decidir entre tener una familia o estar a tu lado—dijo pensativo—jamás imagine que podría tener ambas—Jon separo sus labios para contestar algo quizá agradable, pero se contuvo ganándose una mirada y una ceja levantada de parte del castaño.
—Lo siento, no soy bueno para estas conversaciones—Robb sonrió mostrando su blanca dentadura ante la disculpa del otro, no imaginaba a Jon con nadie más que no fuera él, había escuchado que tuvo una mujer en el pasado, una salvaje y siempre había tenido la curiosidad de saber cómo había sido su relación o el tipo de mujer que había sido capaz de ganarse el corazón de Jon.
—Eres muy bueno para estas conversaciones—alago Robb intentando no caer nuevamente en el silencio, aunque realmente creía lo que decía, le gustaba cada gesto y palabra que Jon dijera por simple que esta fuera—¿Puedo preguntarte algo?—siguió el de ojos azulados.
—¿Desde de cuando me pides permiso?—Jon le sonrió tenue, dejando caer sus hombros, tratando de relajarse, el otro cada que deseaba saber algo lo preguntaba sin más y el no renegaba, Robb siempre había sido lo suficientemente sensato para preguntar cuando sabía que obtendría respuesta y callar y esperar cuando sabía que no lo haría.
—Puedo imaginarme a mi con varias mujeres—Robb miraba hacía delante conversando de manera relajada sin ninguna intención de molestarlo—soy una persona que estuvo dispuesto a casarse por obtener un pase a un territorio, pero tu…—lo miro con inocente curiosidad— tu eres diferente, tu no estarías con alguien a menos que le quisieras y es por eso que me pregunto, ¿Cómo era esa mujer?—preguntó Robb cauteloso ganándose la atención de aquel con quien conversaba.
—Ella era…era hermosa—tardo Jon en contestar, recordando la nívea piel y los ojos audaces de Ygritte—tenía el cabello rojo y una boca mordaz—sonrió recordando sus primeros encuentros, las muchas veces que se le había insinuado solamente para avergonzarlo—era valiente, fuerte, tal vez más capaz de lo que yo soy—Robb formo una sonrisa triste en el rostro, imaginando el amor que Jon había encontrado en esa mujer y la tristeza que había sentido al perderla—pero…—Jon parecía feliz recordándola pero dudo unos momentos en seguir, mirando a Robb—creo que ella es quien tomo la iniciativa en todo…como tú—Robb se sorprendió por la mirada que Jon le daba, cálida, al parecer, Jon si tenía un tipo de chica después de todo.
—Creo…que al final sigues siendo un niño —Jon sonrió, empujándolo levemente.
—Tal vez—ambos se sonrieron y guardaron un silencio cómodo y reconfortante para ambos.
—Jon…—Robb iba a continuar su charla pero miro la sonrisa que le estaba regalando el moreno, una perfecta y risueña, una sonrisa que le hacía sentir que podía seguir adelante a pesar de todo—…te protegeré sin importar que pase—hablo solo para adelantarse y tomar los labios de Jon como suyos, disfrutando del sabor que nunca había olvidado desde el primer roce pero que había extrañado cada segundo desde aquel infortunado encuentro con el que una vez fue su amigo.
El beso siguió, ansioso y desesperado por el tiempo separados, con caricias entrañables y sonrisas intercambiadas en los pocos segundos que se separaban solo para volver a continuar por iniciativa de Jon, fascinado y sorprendido por la facilidad con la que podía seguir con aquello sin sentir que algo estaba malse que lo harás—murmuro Jon en los labios de Robb mirando los grises llenos de amor que le tenía, solo para levantarse y tomar la mano del otro y empezar a caminar lejos de aquel salón.
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Las espadas chocaban fuerte y constantemente en el patio de entrenamiento—¡Tranquila!—Jaime sonrió curioso por al actitud de la menor—Yo no soy quien enveneno a tu hermano—dijo como defensa ante los ataques casi rabiosos que tenía la atacante, haciendo que Arya languideciera y mirara a otro lado—tu solo practicas conmigo como un juego, ya has tenido varios maestros que te enseñaron lo necesario—Jaime sabia que el entrenamiento entre ambos era solo un capricho de la corte para admitir a alguien tan joven.
—Lo mismo digo—contestó Arya avanzando a una pequeña barda para tomar una cantimplora y beber de ella, mirando sin discreción al rubio hasta que este le sonrió abiertamente mostrándole que lo notaba—¿Te gusta mi hermano?—preguntó ella sin ninguna delicadeza, sabía de un par de ocasiones en donde senle había insinuado a Jon, pero por su actitud y lo poco que llevaba de conocerlo no parecía una persona que tomara en serio algo como el romance.
—¿Celosa?—Jaime sonrió pícaro a la más joven y esta refunfuño lanzándole el agua y haciendo que el otro riera por ello—pensé que ya tenias a tu viejo braavosi o a tu amigo el Baratheon—Arya presiono sus labios, se daba cuenta de que el manejo de la información era casi un requisito para ser un Lannister.
—¿Qué es lo que quieres?—preguntó con firmeza sin temer que alguien los escuchara—¿Qué quieres de Jon?—especificó sin la menor intención de dejarlo evadir la pregunta mientras el mayor suspiraba.
—Lo quiero a él—contestó resignado bajando su espada, empezando a pensar que el entrenamiento solo había sido una excusa para hablar
—¿Por qué?—insistió Arya—él ya tiene a Robb—expuso sin entender que es lo que motivaba al ahora zurdo a buscar de esa manera tan insistente al ex guardia nocturno.
—¿¡Y Robb lo tiene a él!?—regreso la pregunta casi molesto por la afirmación echa de manera tan directa, encontrándose con el silencio de Arya y maldiciendo en voz baja su desliz—A tu hermano, medio hermano—corrigió—no le soy indiferente, desde la primera vez que nos encontramos él muestra agrado por mi—observo recordando los breves y contados encuentros con Jon.
—Pero jamás te ha demostrado nada—Arya aseguro con rudeza ganándose una larga mirada indescifrable departe del rubio y un suspiro cansino—y Robb jamás dejaría que te le acercaras de esa forma, él te cortaría la cabeza antes de que lo intentaras—puntualizo como si intentara defenderlos, aunque no estaba muy segura de que.
—Tu hermano no duraría en batalla contra mi, no ahora—se mofo con cinismo—el pudo haber ganado una batalla, pero eso no lo hace invencible, mucho menos si es una batalla de uno a uno—afirmo sin dudas.
—Tu no durarías en una batalla conmigo, mucho menos con él—la voz desagradable de Theon se escucho avanzando a ellos, completamente vestido como un caballero, algo que debía agradecer a Sansa Stark.
—Lárgate de aquí hediondo—ordenó Arya con desprecio claro hacia el otro y este le lanzo una mirada de odio por aquel sobrenombre que le habían dado los Bolton.
—Cállate mocosa—le gruño Theon al escucharla reteniendo las ganas de ir en su contra para abofetearla al menos.
—Ella tiene razón, deberías irte antes de que te recuerde quien gano nuestro último encuentro—dijo Jaime avanzando hacía él, interponiéndose entre él y Arya, tal vez la menor lo hubiera molestado, pero no iba a dejar que ese hombre la tocara, estaba seguro de que el la detestaba y era capaz de lastimarla, algo que no le ayudaría en lo más mínimo si quería Jon para él.
—Aquella vez solo me ganaste porque estaba bebido—se defendió Theon despegando su mirada unos momentos de la más chica—pero en una batalla real te quitaría mucho más que una mano—dijo repudiando la mano de oro del león, Mellisandre le había pedido vigilarlo, pero aún estaba demasiado adolorido de sus golpes.
—¡Ustedes no han traído más que problemas desde que llegaron!—la voz enérgica y enojada del Lord de aquel castillo se abrió paso entre ellos, Jon caminaba a su lado, con un gesto de hartazgo de tener que lidiar con el Greyjoy y los constantes choques entre Jaime y Robb.
—Lo siento Robb pero él no deja de insultarte desde que llego, yo solo intentaba callarlo—acusó Theon sacando un quejido indignado del caballero dorado.
—Lo mismo has estado haciendo con Jon desde que llegaste—dijo Arya con rencor refiriéndose a los muchos años que vivió con ellos.
—¡Silencio!—ordenó Robb y Theon estuvo a punto de hablar nuevamente, agradecido porque hubiera callado a la menor—también me refiero a ti—señalo haciendo que Arya soltara una risa ganadora por el gesto del isleño.
—Me encargare de Jaime…—suspiro Jon acercándose al rubio, apenas había salido con Robb y habían escuchado el pleito entre ellos, alejándolo de su tranquila y pacifica caminata.
—¡No!—Robb interpuso una mano rápidamente entre Jon y el rubio, no estaba dispuesto a perder la iniciativa que Jon le había mostrado momentos atrás—…yo lo haré…—murmuro con una voz más serena, dirigiéndose al mayor de todos—¿Cuál es tu inconformidad Lannister?—preguntó casi lastimando su garganta por el tono amable con el que lo había preguntado.
Jaime se burlo por un momento de la pregunta pero noto la seriedad del lobo, haciendo que mirara al Greyjoy—Sin contarlo a usted “Lord”, es ese hombre—señalo con la mirada a Theon—es demasiado peligroso para que vaya armado tan cerca de el príncipe—se quejo mirando la pieza forjada con un kraken, incluso había tenido el descaro de mandarse a hacer un arma personalizada.
Robb regreso la mirada a Theon por un momento y luego a Jon, guardando un momento de silencio de manera pensativa—de acuerdo Lannister, haremos esto a tu modo—hablo Robb con total confianza—celebraremos un torneo en honor a mi madre, si Theon te derrota el podrá permanecer con todos los derechos que tenía la primera vez que llego aquí—explicó mientras se ganaba una mirada de desaprobación de casi todos los presentes—pero si tu ganas, cumpliré tu petición de desarmarlo o cualquier otra que este en mi pode conceder—Jaime se quedo perplejo, soltando una risotada.
—Quieres que haga tu trabajo sucio—se burlo el rubio sabiendo que Robb no podía expulsar a Theon de manera tan natural o provocaría la ira de Asha y posiblemente esta fuera a quejarse con la reina—Pero esta bien, lo haré—dijo mirando con desdén a Theon, quien no había pronunciado palabra alguna, anonado por las medidas que Robb esta tomando de manera tan precipitada.
—¿Estas de acuerdo Jon?—Robb paso una mano por la cintura del de negro para acercarlo y hablarle al oído—puedo cancelarlo todo si te molesta…—Jon paso saliva por la cercanía del castaño evitando mirarlo a la cara mientras Jaime se giraba para no ver tal escena solo echa para molestarlo.
—Tenemos que hablarlo primero—contestó Jon sintiendo un escalofrió cuando Robb volvió a estrechar su agarre, sabía que estaba celoso de Jaime y era el porque de su actuar, pero de cierto modo él también quería dejar algo en claro con Theon.
—Ya escucharon—Robb tomo la mano de Jon—nos retiraremos a hablar de esto—dijo empezando a andar lejos de ellos al igual que Theon, al menos ya tenía una idea de cómo solucionar uno de sus problemas y podrían tener un poco de tiempo a solas.
—En verdad quiere lejos a Theon…y a ti—dijo Arya al aire mientras escuchaba al maestre llegar con ellos, Jaime también miro al viejo amigo de Jon mientras andaba con pasos lentos en su dirección.
—Ser…ha llegado un cuervo con un mensaje de su hermano—