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Mi sexy chico malo (KibaNaru) por Jessie Inuzuka

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Notas del capitulo:

Malas, mlas noticias. ¿Que haras Kiba?

Ese Sai, me sorprende. 

El rubio comenzaba a sentirse nervioso, hacía rato que había terminado de vestirse y estaba listo pero Kiba le había mandado un mensaje el cual decía que llegaría un poco el mensaje era un poco extraño, como si el castaño ocultara algo, al menos esa fue la idea del rubio. Decidido vestir un atuendo casual pero con un toque de formalidad.

Naruto tenía mucha razón Kiba ocultaba algo. Ese algo eran sus nervios por no saber que vestir, había pasado todo aquel tiempo buscando que ponerse, dejo su habitación pies arriba, no sabía que vestir, hoy no quería usar su vestimenta de chico malo motociclista, por eso había tenido que pedir más tiempo al rubio pero no quería sonar como un soquete por ello que no comento el motivo al rubio. La bella moto de Kiba aparco frente al departamento del rubio, luego de buen rato de retraso por fin llego, había deicidio vestir un pantalón beige, camisa blanca y un saco café, no estaba acostumbrado aquello, pero esos colores encajaban perfectamente con su hermosa piel morena. Debía admitir el mismo que veía bastante bien.

-Aquí voy Naruto- Kiba estaba dispuesto a terminar de la mejor manera esta noche.

Llego hasta la puerta. El sonido de los toqui dos en la puerta saco de su mundo de nervios al rubio, el cual rápidamente abrió esperando que fuera quien esperaba.

-Kiba pero que elegante, es la primera vez que te veo tan formal- Naruto veía lo galán y guapo que se miraba el castaño, nada mal.

-Gracias, supongo- Kiba estaba nervioso los halagos del rubio hicieron que se pusiera rojo.

-Pensé que no vendrías-

-Lamento el retraso, surgió un pequeño problema. Pero eso no importa ¿Nos vamos?- El castaño sonrió.

-Si vámonos ¿Dónde vamos?-

-Ya lo veras-

Salieron del departamento para abordar la moto de Kiba. Como siempre el rubio disfruto del viaje, en verdad era un gusto rodar con el moreno.

Era una cálida templada noche, el cielo despejado se respiraba armonía. En alguna otra parte de la ciudad en medio de una habitación se desarrollaba otra escena. El chico pálido tenía su mirada en blanco, miraba el fornido cuerpo de Gaara sobre él, sus vistas se cruzaron, Sai tomo con fuerzas el cuello del pelirrojo, aquel incremento la velocidad de sus embestidas en lo que se aproximaba en un excitante final. Juntaron sus labios en un eso, mientras Gaara terminaba con su faena y daba una última y profunda embestida, causando que ambos chicos terminaran en el acto. El pelirrojo termino exhausto sobre el pecho de Sai, podía escuchar su aun ajetreada respiración. Se incorporó para recostarse al lado del pelinegro.     

-¿Lo hicimos?- Sai miraba el techo de la habitación.

-Sí, lo hicimos-

-Vez lo que provocas Gaara. Se suponía que estudiaríamos esta noche-  El peli negro tapaba sus ojos con sus manos, más que nada porque sentía vergüenza.

-¿De qué hablas? Tú me provocaste- El pelirrojo reía al ver así de avergonzado al pelinegro.

-No creí que me seguirías el juego, era solo una broma-

-Pues ya viste que no me ando con bromas-

-Sí, me doy cuenta- Es verdad, los planes de esa noche eran estudiar, pero Sai comenzó con algunos chistes sexuales he insinuaciones lo que provocaron que el pelirrojo perdiera el control.

-¿No te ha gustado?- Ahora era Gaara quien sentía vergüenza.

-Me encanto. Habrá que repetirlo más seguido- Sai le guiño un ojo a Gaara.

-Puedes venir a “estudiar” cuando quieras, y cuantas veces quieras- La risa pervertida de Garara lo decía todo, nada sería igual a partir de esta noche entre esos dos chicos.

Naruto y Kiba aparcaron frente una cafetería, la idea del moreno era primero disfrutar de una cálida bebida para después dar un romántico paseo por el parque y de ahí en adelante quien sabe, todo podía pasar esa noche.

-Vamos Naruto- Kiba ayudo a bajar al rubio.

-Si-

Los dos chicos entraron al local, no se dieron cuenta de que halo lejos varios chicos los seguían de cercas. Particularmente la mirada tétrica de un azabache los seguía sin perderlos de vista ni un segundo.

-Está  tan delicioso, es la primera vez que vengo a este lugar-

-Qué bueno que te ha gustado, el ambiente de este lugar es bastante romántico ¿No lo crees?- con esas indirectas Kiba daba comienzo a su estrategia.

-Sí, creo-

-Aunque el lugar no sería nada, si no estuvieras tu sería otro simple local- Kiba daba un sorbo a su chocolate-

Un silencio se formó entre los dos chicos. Por un lado Kiba pensaba si declararse en ese lugar o esperar una mejor oportunidad en el parque. Por su lado Naruto debía hacer una pregunta.

-Kiba ¿Qué soy para ti?- Aquella pregunta tomo por sorpresa al castaño.

-Yo diría que eres. Mi esperanza, mi salvación y mi fe- Kiba mostro una enorme sonrisa.

-¿Es verdad aquello, Kiba?-

-Claro, has logrado transforme, transformaste mi vida, mi presente, espero que transformes mi futuro- Kiba sentía que se arriesgaba, pero aquellas palabras le nacían del corazón.

-Gracias Kiba- Naruto estaba totalmente rojo, la felicidad se apodero de él, al escuchar esa palabras, sentía que lloraría de felicidad.

-¿Naruto?- El moreno miraba al rubio.

-Tú también has cambiado mi vida, desde hace mucho-

-Gracias Naruto-

-Ya regreso, debo ir al baño- Naruto se levantó, quería mojar su rostro.

Kiba miraba con felicidad como el rubio se alejaba. Tan pronto regresara, le dirá todo al rubio.

-Ahora hazlo- El azabache indico a la pelirroja.

-Su, Sasu como tú digas- La chica camino al interior del local.

Kiba leía la carta, quería ordenar otra bebida para alargar la charla en aquel lugar.  Sintió la presencia de una persona, por un momento pensó que era el rubio, pero grande fue su sorpresa al ver de quien se trataba.

-Karin ¿Qué haces aquí?- El moreno estaba atónito.

-Y veras- La chica se sentó en el asiento del rubio y tomo la mano de Kiba.

El moreno estaba tan impresionado, que no noto que el rubio se acercaba. Cosa que la pelirroja si había notado.

-Estuviste genial hace rato mi amor, tan genial como desde el primer día, me has hecho la mujer más feliz del mundo. Te amo.- La pelirroja dijo aquello casi gritando como si quisiera que todo el local se enterara.

-¿Qué?- Kiba comenzaba atar cabos.

-Recuerdo tu juramento de amor como si hubiera sido ayer. Eres mío y de nadie más.-

El rubio escucho aquella conversación “Estuviste genial hace rato mi amor” aquellas palabras resonaba en su mente, eso explicaba el retraso de Kiba.  Miro como la chica toma la mano del moreno así que ella era Kiarin.

Armo el rompecabezas de lo que para él era la verdad. Todo tenía sentido. Un profundo sentimiento de tristeza y ganas de llorar, de derrumbarse ahí mismo se apodero de él. Pero no podía hacerlo en aquel lugar, junto todas las fuerzas del mundo y se acercó a la mesa.  

-Disculpen- Fue todo lo que dijo el moreno, al tomar su abrigo del respaldo de la silla.

-NARUTO- Grito el moreno al verlo.

-¿Quién es él? ¿Es uno de tus amigos, amor?- La chica pregunto de la manera más chillante que pudo.

-Si- respondió el rubio colocándose su abrigo.

-Naruto no es lo que parce, ella no, bueno no es lo que crees- El moreno se levantó rápidamente de su asiento.

-No te preocupes les daré espacio- Con sus piernas temblando comenzó andar hacia la salida.

-Naruto espera- El moreno se disponía a seguirlo pero fue interrumpido por el agarre de la chica.

-Espera a dónde vas Kiba-

-Suéltame maldita perra- Kiba exploto en coraje.

Aquellos segundos de distracción  bastaron para que Naruto saliera del local y se perdiera en la infinidad de gente que concurría aquella calle principal.  

-Naruto- Grito al ver que ya no estaba en el local. Rápidamente salió corriendo hacia la calle pero no pudo ubicar la cabellara rubia el chico. Corrió por la acera, pero para su mala suerte iba en la dirección contraria.

Se detuvo en una esquina, sentía como el miedo y el coraje recorrían todo su cuerpo, al no encontrar al rubio, se dispuso a regresar al local para confrontar a la pelirroja, pero al llegar esta ya no estaba.

Se dejó caer sobre una silla de la mesa en la que minutos antes era tan feliz con Naruto, agacho su mirada y llevo sus manos hasta sus cienes.

-Naruto ¿Dónde estás? ¿Qué estarás pensando?- Sentía ganas de llorar. Su rubio andaba por ahí pensando mal de él.

-MALDITA SEA- Golpeo con su puño la mesa, llamando la atención de todos los presentes.  

El azabache miraba todo desde las afueras escondido en alguna parte del lado contrario de la acera. 

Notas finales:

Bueno, como lo prometí aquí está la actualización. Empieza lo triste. ¿Qué pasara? Léanlo pronto.

Su comentarios son muy importantes para mi. Gracias.


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