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Mi sexy chico malo (KibaNaru) por Jessie Inuzuka

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Naruto caminaba sin rumbo, ya llevaba así buen rato, no sabía a donde iría. Caminaba con su mirada en el suelo, por fin fijo su vista en un taxi, lo abordo. En el trascurso del camino veía por la ventana el paisaje urbano de la ciudad, trataba de controlarse, debía aguantar un poco más, no sabía de donde estaba sacando fuerzas pero lo había logrado, seguía de pie. El taxi llego a su destino, el rubio entro a su apartamento, se encamino hasta su habitación, no encendió ninguna luz, como si no estuviera en casa.

Llego al pie de su cama y no puedo más aquello que llevaba rato reprimiendo por fin salió, sus ojos se cristalizaron, sus labios comenzaron a temblar y simplemente no puedo más se derrumbó en llanto, un profundo llanto de tristeza callo de rodillas con su con su cuerpo en la cama continuo con su llanto.

-Kiba ¿Por qué?-

Se sentía muy mal, no podía creerlo, venía a su mente todo, absolutamente todo, recordaba aquella primera charla en la que Kiba le había hablado de aquella chica, recordaba su expresión de satisfacción. La escena de esta noche se le revelaba y lo lastima cual fuego ardiente las palabras de aquella mujer lo torturaban.

-Fui un idiota, un completo idiota-  

Se culpaba de haberse formado ilusiones y esperanzas con el moreno, se sentía la persona más idiota del mundo. ¿Por qué alguien querría salir con el? Particularmente Kiba.

-Kiba-

A pesar de que se sentía traicionado y destrozado, el pronunciar su nombre era bastante cálido.

-Te amo- Sus lágrimas corrían y mojaban el colchón, en medio de aquella oscuridad.

Por su parte el moreno conducía a toda velocidad, el rugir del motor, expresaba su enojo y su miedo, llego lo más pronto que pudo al departamento del rubio. Comenzó a tocar de forma calmada esparando que el rubio abriera, al no ser así comenzó a tocar mas fuerte, al borde parecer que derribaría la puerta. Pero no había respuesta, el rubio estaba tan inmerso en su llanto que no escucho.

-Rubio- Kiba puso la palma de su mano sobre la puerta. Nuevamente junto todas sus fuerzas y golpeo con su puño la pared contigua.

Acto seguido se colocó de espaldas y se fue resbalando poco a poco hasta el suelo del pasillo, él tampoco podía soportar más, sintió como una lágrima corría desde su ojo hasta su barbilla.

-Perdóname Naruto- Sentía que era su culpa lo que estaba pasando, de cierta manera su loca forma de vida había lastimado a la única persona por la cual sentía algo verdadero.

Recordaba el descaro con el que le había hablado a Naruto de Karin en una ocasión, aquello lo sentía como dagas en su corazón. Maldecía haber hecho aquello se arrepentía, el sentimiento de superioridad que tenía en aquella ocasión por presumir su encontró con aquella chica ahora era solo vergüenza, pena y tristeza.

La noche entro demasiado, era bastante tarde en medio de la quietud de la madrugada.   

Naruto seguía con su llanto, seguía  torturándose con las imágenes del moreno en brazos de alguien más, maldiciéndose a sí mismo por ser un iluso. 

Kiba seguía sentado sobre el pasillo, las lágrimas no dejaban ocasionalmente de escaparse de sus ojos, al igual que el rubio que estaba escasos metros de él, se auto torturaba, pero con la idea de que era una mala persona y que no merecía alguien como Naruto.

Así ambos chicos pasaron la noche en medio de llantos y pena. Mirando en el suelo sus esperanzas sus sentimientos, sus deseos  yacían quebrados en el suelo.

-Te amo- Kiba dijo aquello al incorporarse, soltar una lagrima más y salir de aquel pasillo.

Un nuevo amanecer se asomaba, en dos puntos distintos de la ciudad dos chicos no habían dormido en todo la noche. Cada uno en su habitación lamentando lo que había pasado la noche anterior.

El rubio veía salir el sol, no se había dado cuenta de que Kiba había pasado casi toda la noche sentado en el pasillo a unos cuentos metros de él, lo que venía a su mente en aquel momento era el imaginar que Kiba había salido con aquella chica luego de que se marchó para divertirse con ella. 

Kiba tomo su celular en un inútil intento mando un mensaje de texto al rubio, tenía la esperanza de que este fuera contestado, lo envió y el pasar de las horas le dejaban en claro que la contestación nunca llegaría.  

Naruto tomo su celular, el ver quien le había escrito, abrió nuevamente al rojo vivo la herida.

-Naruto ¿Cómo estás? ¿Puedo verte? Kiba-

Por primera vez sintió coraje tomo su celular y lo aventó en dirección a la cama, nuevas lágrimas salieron de sus ojos pero estas eran distintas, sentía que se burlaban de él.

Miro que era hora de ir a la escuela pero decidió que no aria, el día paso y la tarde llego, el demacrado rubio fue sacado de su pensar por los golpes en su puerta. Si pensar que podría ser Kiba la abrió y eran sus amigos.

-Naruto ¿Por qué no fuiste a la escuela?- Sai lo regaño estaba molesto por que el rubio llevaría una parte del trabajo.

Sai y Gaara al ver en esa condición al rubio inmediatamente intuyeron que algo andaba mal. Gaara fue el primero en darse cuenta.

-¿Dónde está ese mal nacido?- Se adentró al departamento para buscar a esa persona.

-No lo se- Las palabras del rubio se escuchaban son ánimos.

-¿Qué paso Naruto?-

El rubio ofreció sentarse a sus amigos y les relato todo lo que había pasado. Ambos chicos lo miraban estupefactos. Se sentían culpables mientras ellos pasaban un buen rato el rubio estaba solo sufriendo.

-Lo voy a matar- Gaara golpeo el sillón.

-Yo te ayudare, vamos ahora mismo- Sai incluso se levantó de su lugar.  

-No tiene caso, no es su culpa, es mía-

-Pero Naru- Sai protesto.

-Por favor no se busquen problemas por mi culpa, por mis errores- El rubio se miraba realmente destrozado su tristeza podía sentirse en la habitación.

-Bueno en esa caso, iremos a comer algo por ahí- Gaara tuvo la idea.

-No quiero- El rubio había olvidado que tenía todo el día sin comer.

-Ho si, si quieres, vamos- El pelinegro lo tomo de la mano y a empujones salieron del departamento.

Pasado un buen rato Kiba golpeaba la puerta del rubio, perdió la calma y empezó a gritar el nombre del rubio a todo pulmón.

-NARUTO-

Pero no había respuesta, marcaba al celular del rubio y este ni siquiera sonaba, luego de varias horas de esperar, perdió la esperanza y decidió marcharse.

Ya entrada la noche una poderosa tormenta eléctrica había evitado que Kiba fuera a buscar nuevamente al rubio, ambos chicos miraban los relámpagos romper la obscuridad del cielo.

Comenzaba lo difícil pensó Naruto, luego de varios días de desconectarse del mundo, debía retomar su rutina, sin ánimos tomo su mochila y salió en direcciona a la escuela, llego a su salón y fue rápidamente custodiado por sus amigos, quien esperaba que el castaño apareciera. Pero no fue así Kiba nunca llego.

El fin de clases llego, el rubio caminaba por la acera la noche se veía adelantada por la profunda tormenta que caí, caminaba lentamente estaba totalmente empapado, no le importaba así sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, su cabeza miraba directamente el suelo, podía escuchar las gotas de lluvia caer, le agradaba aquella sensación de cierta forma pensaba que merecía verse así. 

Fue sacado de su transe al sentir que repentinamente las gotas dejaban de chocar contra su cuerpo, lo próximo que sintió es como alguien colocaba un abrigo en su espalda. Dirigió su vista hacia aquella persona.   

-Te estas mojando-

-Tu- Puedo ver a Sasuke con una sombrilla, lo recordaba era aquel chico que le había pedido conocerse mejor.

-Andando  la lluvia arecía-

Camino junto con el azabache hasta su departamento, ya en el pasillo Naruto no tuvo más que invitar a pasar al azabache.

-¿Qué te pasa rubio? ¿Por qué estabas así en la calle?-

-Estoy triste-

-Ya veo ¿puedo saber por qué?-

-Por alguien-

-¿Tu novio? ¿Terminaste con el?- Sasuke disfrutaba hacer esas preguntas.

-Si- El rubio llevo su mirada al suelo.

-Ya veo en ese caso-

Sasuke se acercó al rubio y lo tomo en un abrazo un cálido abrazo el cual Naruto correspondió. Sentía seguridad en los brazos dela azabache.

-Perdón- El rubio deshizo el abrazo.   

-Soy yo quien debe pedirlo, sabes Naruto, desde el día que te conocí no he dejado de pensar en ti. Te pido que me des la oportunidad de conocerte mejor-

-No lo sé, yo amo a….- Paro en seco

-Te comprado, pero te advierto no te libras de mi-  El típico tono de broma se notaba en el azabache.

-Gracias- La verdad es que al rubio no le interesaba ni un mínimo pero decidió ser cortés son el azabache.

-Te veré luego Naru, ahora sé dónde vives ¿Te agrada la idea?-

-Si, supongo-

-Bien nos vemos- El azabache salió del apartamento.

El rubio se derrumbó en el sillón más próximo a llorar, luego de cambiarse, quedo rendido y profundamente dormido.

Por su parte Kiba en la obscuridad de su habitación, veía en la caratula de su celular una foto del rubio, al ver aquella no pudo evitar llorar, se sentía más solo que nunca.

-Naruto-

 


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