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Ese chico es un demonio por dark kirito

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Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo.

En el mundo humano.


Kouen llegó a casa con su característico semblante. Respiró hondo y fué a la biblioteca, posee gran cantidad de libros antiguos, algo debe ser de utilidad para hallar a su novio.


-¿En-nii?


Pero en su camino se cruzó con Kouha, el único además de su pareja que le comprende a fondo. Este de inmediato entiende que las cosas no van del todo bien.


-Tiene que ver con el niño mugriento, ¿verdad?


Es sencillo mentir pero independientemente de que lo notará, necesita apoyo y nadie mejor que la familia en que tanto confía.


-Han secuestrado a Aladdin.


El rostro del menor se descompusó en una mueca de incredulidad e indignación.


-Estuve en el cielo hasta hace poco pero ni su padre le encuentra. Parece que le tienen bloqueado de alguna manera e imposibilitado de usar magia.


-¿Tienen algún sospechoso?


-El sujeto que se le acompaña. Pero ahí está lo extraño. Ese tal Ugo estuvo en el palacio todo el tiempo.


-¿Un doble?-arqueó una ceja-¿Qué alguien como tu no pudo notar? No creo. ¿Qué harás?


-Por ahora tratar de localizarle, luego golpearé a ese sujeto hasta que me sienta satisfecho.


-Oh me encantaría ayudar~ unos cuantos puñetazos en el rostro le sentarían de maravilla. Le avisaré a Mei-nii.


-Gracias.


-Es lo mínimo. Siempre eres tu el que nos cuida. Además el niño mugriento me agrada. No perdenaré al que le hizo esto.


-Tampoco yo.


-Estas tan furioso que es genial~. Me voy, no hay tiempo que perder.


-Muy cierto.


El pelirojo se dirigió a su destino mientras el otro fué en busca del pecoso. Kouen miraba con sumo interés la colección de artes prohibidas, magia apta para uso demoniaco y sonrió con algo de nostalgia. Pronto llegaron a él valiosos momentos que compartió con el pequeño.


Inicio del flash back.


Aladdin está sentado bajo un árbol a la orilla del río, leyendo algunos textos para Kouen y mirándole de reojo una que otra vez al tiempo que intenta disimular el intenso rubor en su rostro. Es entonces que le parece advertir una arruga extra en el entrecejo contrario.


-¿Algo que preocupa ojisan?


Pero este guardó silencio. Pocas veces hablan si es que los monosílabos cuentan como tal cosa. El mayor es en extremo hermético pero es el niño que con su aguda intuición ata cabos. Aún cuando el mayor no se queja ha podido entender que está preocupado por la seguridad de su padre y que su madrastra es un ser aterrador interesada en su tío. No necesita decidirle que sea precavido porque ya lo es.


«-Si tan solo pudiera encontrar la manera de ayudarlo.»


-Es todo por hoy-el de ojos escarlata.


-¿Eh?


-Parece que no logras concentrarte, y si te soy honesto tampoco yo. Me retiro, gracias por tu tiempo.


Se puso de pie pero le tomaron de la muñeca.


-¿Quieres decirme algo?


-Ten cuidado, solo eso.


Este asintió y se marchó poco después. Aladdin corrió a la biblioteca.


-¡Ugo-kun!


-¡Wah!-cayó de las escaleras por el susto aunque de sentón y sin herirse realmente.


-¡Lo siento! No era mi intención tomarte por sorpresa. Ah ah ah...


-Tranquilo, respira. Todo está bien.


-No ah ah ah, necesito ayuda.


-Lo que quieras.


-¿Existe alguna manera de impedir que un demonio contraiga matrimonio por segunda ocasión?


-¡¿Eh?! ¿P-por qué? ¿Quieres asegurarte de que Kouen no te sea infiel?


Este bajó la mirada dolido.


-No sabe que me gusta. No encuentro la oportunidad para decirlo y es seguro que no soy su tipo.


-Eso no es...


-Estoy bien con ello. No quiero causarle más problemas y preocupaciones de las que ya tiene. Si soy capaz de permanecer a su lado...


-Entiendo.


-Pero no me gusta verlo sufrir. Koutoku-ojisan le genera mucho estrés. Le tensa el que Arba-san pueda asesinarlo. Si lo que he escuchado de ella es verdad...


-La vi hace mucho tiempo, algunos años después de que se creó el infierno. Estaba nerviosa pero no me dió la impresión de ser malvada.


-¿Crees que sea mi imaginación?-negó.


-Tu intuición sobrepasa todo entendimiento la mayoría de las veces. Sobre todo cuando no involucras sentimientos.


-¿Y si lo estoy haciendo sin darme cuenta? Tal vez estoy esperando que ojisan me deba un favor para valerme de ello.


-Aún si fuera tu más grande deseo va en contra de tu naturaleza por lo que dudo que sea el caso.


-Ella me da miedo. Si no encuentro la manera de frenarla...Kouen podría morir por mi culpa-sus ojitos se aguaron-¡No podría soportarlo!


-A-Aladdin...-tembló y cerró los puños con fuerza-¡Encontremos la solución juntos! ¡Para que nadie tenga que vivir con arrepentimientos!


El infante limpió las lágrimas y sonrió.


-Gracias.


-Oh Aladdin...no tienes porque darlas. Solo no llores más.


-Lo intentaré je je je.


Se pusieron a leer cuanto libro, pergamino e incluso hojas sueltas se encontraron en el sitio. La respuesta saldrá a flote tarde o temprano.


Luego de cinco días sin descanso alguno el par llegó al límite. Ugo se desmayó mientras el menor fué a lavar su rostro para no seguir su ejemplo. Una vez lo hizo se miró en el espejo sorprendiéndose de lo agotado que luce. Se mareó un poco y cayó hacia atrás pero le tomaron en brazos impidiendo que se hiciese daño.


-No puedes continuar así Aladdin.


-¿Mamá?


-He pasado por alto lo que sea que estés haciendo con Ugo pero si afecta tu salud entonces.


-Estoy bien, solo tengo un poco de sueño.


-¿Me dirás o pretendes matar a tu madre por la preocupación?


-Tienes mucho trabajo así que...


-¡Claro que no jovencito!-alzó la voz en tono autoritario-¡Solomon y yo siempre estaremos al pendiente de nuestra familia!


-P-pero...


-¡NO DISCUTAS! ¡ES UNA ORDEN DE LA MUJER QUE TE DIÓ A LUZ!


-¡SI SEÑORA!


El de orbes zafiro tragó duro. Cuando Sheba se enoja es letal. Le ha quedado claro que de sus progenitores, es ella la de peor carácter. Cuando pierde la cabeza es casi tan diabólica como su abuelo. Entonces, ¿para que tentar a la suerte?


Tomaron asiento en el lecho de la habitación del príncipe, donde este le explicó a detalle. La peli rosa meditaba profundamente cada palabra.


-No me gusta nada el rumbo que están tomando las cosas. Escucha Aladdin. Por desgracia el sistema del matrimonio entre demonios es distinto al de los humanos o ángeles. Para ellos es como una tregua o contrato. En el que renuncias a dañar a tu pareja.


-¿Por qué?


-Arba...fuimos incapaces de notar que algo iba mal con ella. Para nadie es un secreto que se hizo de poder con métodos dudosos. Es la única que sabe lo que ocurrió con...tu tío. Me niego a creer que ese hombre esté muerto. Arba desapareció varios años y cuando volvió, bueno. Prácticamente nadie le conocía. El actual rey está en la misma posición.


-Si Sinbad-ojisan era el líder, ¿cómo es que ahora es Koutoku-ojisan?


-Cuando ocurrió aquella tragedia. Se desestabilizó el infierno. Los enfrentamientos se daban por todas partes, todos ansiaban el poder. Formaron grupos y se exterminaban los unos a los otros. Pero como ya sabrás, los demonios no reencarnan. Hakutoku hastiado con ello comenzó a unirlos. En realidad debería ser su líder, pero tal parece que no es la clase de hombre que se interese en el poder. Por lo que cedió el puesto a su hermano. Arba logró seducirlo y contraer matrimonio, él es incapaz de hacerle daño.


-¿Y ella?


-Mmm...


-¿Qué sucede?


-Veras, muchos dicen que es descendiente de la Arba que fué amiga de Sinbad y tu padre. Pero Solomon le ha visto en reuniones diplomáticas, está seguro de que es la misma. Si es el caso en realidad es un ángel. Por lo que contratos como ese no tienen validez en su persona.


-Entonces cualquier intento es inútil.


-No del todo. Podríamos traer a Koutoku y mantenerle bajo custodia con cualquier pretexto.


-Pero les causaría problemas.


-No estaríamos haciendo nada malo. Solo sería nuestro invitado. ¿O te parece mejor pedir ayuda a tu abuelo?


-¡Ungh!


-Si, hace un mes te encerró en la mazamorra. Lo que no haría si te portaras bien. ¿Qué no puedes dejar de tocar los pechos de las chicas?-molesta.


-Es más fuerte que yo.


-¿De dónde habrás sacado esa manía?


«-De algunas revistas que tiene escondidas Ugo-kun, pero no es algo que pueda decirle a mamá.»


-Ya no lo hago.


«-Es como si fuera infiel a ojisan, aunque no tenemos una relación. Ni amigos somos.»


Sintió una punzada en su corazón. La mujer tocó con suavidad su cabecita.


-Estoy segura de que la persona en la que piensas todos los días llegara a corresponderte. Si no, es una tonta.


-¿Y si quién me gusta es...hombre?


-¡¿Solomon?!-alarmada.


-¡¿Eh?! ¡No!


«-Aunque papá es muy lindo.»


Negó violentamente.


-Ah~. Siempre y cuando te haga feliz no tengo problema. ¿Me dirás quién es?


-Mmm...


-Confía en mi.


-Lo hago pero...


-De acuerdo. Lo que menos quiero es hacerte sentir incómodo.


-Gracias.


-A ti por darme lugar en tu vida. Eres alguien tan maduro e inteligente que a veces temo estar de más.


-¡Nunca! Porque ¡te quiero mucho!


La mujer abrazó con gran entusiasmo a su vástago.


-¡¿Por qué tu padre nunca me dice cosas tan bonitas?!


-¡Ungh! No puedo respirar.


-¡Perdón!-le liberó.


El le contempló con dulzura, se puso de pie y dijo:


-¡Quizá le das miedo!-y se echó a correr.


-¡Aladdin! ¡No huyas!


-¡Ja ja ja ja!


«-Es cierto, siempre hay maneras para conseguir lo que se quiere. No puedo sentarme a llorar sin hacer nada. Si no quiero ver a Kouen sufrir, debo poner de mi parte y autocompadecerme es justo lo contrario. Gracias mamá, Ugo-kun por siempre apoyarme cuando los necesito.»


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Sheba y Aladdin enviaron una invitación al infierno argumento una fiesta. La que aprovecharían para "negociar" con el rey del averno, que dicho sea de paso se alargaría indefinidamente hasta encontrar algún seguro a su vida. La respuesta llegó al día siguiente. Aladdin corría de busca de su madre con una maravillosa sonrisa en el rostro.


-¡Llegó la contestación!


Se adentró a la oficina femenina, quién le miró con dulzura.


-¿Y bien?


Este detuvo su andar, rompió el sobre y sacó una hoja para dar inicio a la lectura:


«A los reyes del cielo:


Lamento informar que Ren Koutoku se ve imposibilitado de aceptar la invitación que tan cordialmente le han extendido. Pido no se tome como insolencia de nuestra parte. Temo que nadie más pueda acudir en su lugar porque estaremos ocupados con los funerales del hasta ayer emperador. Agradezco de antemano su comprensión.


Ren Kouen.»


Al finalizar el peli azulino se paralizó. Sus orbes abiertos a máxima capacidad y sus labios temblando sin control. Pero ni así soltó el escrito. ¿Qué tanto sufrió el hombre que ama al redactarlo? Si se presta atención pueden apreciarse varias letras remarcadas. Seguramente descansos que se daba a si mismo el príncipe para contener el llanto.


Sheba le cogió cuidadosamente de las manos para retirar el documento y luego poso la palma en su mejilla. Su hijo le miró y no a la vez, como si su atención estuviese dispersa.


-Aladdin...


¿Estas bien? Es algo que pretendía cuestionar, pero su expresión no da cabida a las dudas.


-Ma...má...Koutoku-ojisan...está...e-es mi culpa. ¡No hice nada! ¡Tendré su sangre en mi conciencia por siempre!


Su respiración se volvió pesada y violenta. Se hiperventilaba sin remedio, hasta que una bofetada le hizo entrar en razón. No tuvo tiempo para sorprenderse pues le tomaron en un cálido abrazo.


-Lo siento, no es mi intención lastimarte. Pero no escuchas. No te hagas esto. Es imposible salvarlos a todos, lo intentaste. Por desgracia ella parece tener más prisa de lo que imaginamos. No se puede salvar el alma de un demonio pero aún podemos impedir que Arba haga su voluntad.


-No es así, a menos que tuviéramos intención de iniciar una guerra. Es tan injusto...


«-Kouen-ojisan, ¿hay alguien a tu lado en este momento? ¿O simulas la fortaleza que ahora mismo no tienes? ¿Me guardas rencor porque no pude ayudar? Es lo menos que merezco. Me aterra pensar que me mires con rabia la próxima vez que nos encontremos pero lo hace aún más creer que algo así pueda destruirte. Quisiera visitarte y borrar un poco de tu dolor. Cargarlo en mi pecho para liberarte pero...no tengo derecho alguno.»


Si al menos fueran amigos tendría pretexto de llegar a su hogar sin invitación pero así está atado de manos. Rompió el contacto con la mujer, limpió el llanto con sus mangas y sonrió como solo él sabe.


-¡Entonces es hora de visitar el infierno!


-David te lo tiene bien prohibido.


-Oh-en su rostro se aprecia la desilusión.


-Pero en un año habrá un intercambio cultural. Si presentas un buen proyecto que mejore las relaciones entre ambos territorios ni el podrá impedir que lo hagas.


-Es demasiado tiempo.


-Pero es la única opción. Me encantaría pedir ayuda a Solomon pero solo haremos que peleen otra vez. Su vínculo prácticamente pende de una muy delgada cuerda.


-No quiero romperla.


-Ni yo.


«-¡Tienes que venir antes ojisan!»


-Ah, está bien. Me retiro a mi habitación, tengo mucho que estudiar.


El niño está tan deprimido que incluso arrastra los pies, algo impropio en él.


«-Aladdin es increíblemente considerado pero no explica el por qué está tan afectado. »


Varias opciones llegaron a su mente, cada una más inverosímil que la anterior. Solo le queda esperar que el plan funcione.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Sin embargo Kouen no se apareció en el cielo toda la semana, ni la siguiente, ni las dos posteriores. Dos meses y medio después de la última visita Aladdin daba un paseo por la orilla del lago en el que solían pasar horas.


«-¿Es que no quieres verme? Aún te acuerdas de mi, ¿verdad?»


Sintió el llanto agolparse en sus orbes pero no le dió escape. Movió el rostro apuntando a distintas posiciones hasta detenerse en algo familiar. Algunas hebras rojizas.


«-¡Kouen!»


Su desesperación es tal que no se la pensó mucho y corrió a su encuentro. Se lanzó sin más a sus brazos, colocando las manos en su fornido pecho.


«-¿Eh?»


La textura le es familiar así que apretó "aquello" con ahínco. Un sudor frío recorrió su espina y alzó el rostro sin soltar la "suavidad". Una chica le miraba con el rostro descompuesto. Le liberó por reflejo, separó los labios para ofrecer una disculpa pero un puñetazo en el estómago le sacó volando en dirección al agua.


-¡Uangh!


-¡Kya!


El agudo grito de la muchacha.


-¡Insolente!-emitió indignada.


Kougyoku siente su sangre hervir. La situación en su hogar es complicada y difícilmente tienen acceso alguno al cielo pero Arba le pidió entregar algunos documentos personalmente a Solomon. Momento que pretendía aprovechar para encontrar al "mocoso de la amable sonrisa" por el que su hermano suspira en "soledad". Si, quizá escuchar tras la puerta no sea su mejor cualidad pero despertó el interés en aquel que ahora sabe es un cerdo. Uno que...las burbujas se formaron en la superficie del lago.


-¡Oh por dios! ¡Se está ahogando!


Se aproximó y lanzó sin más. Por fortuna el agua es su elemento predilecto. Le halló sin mucho esfuerzo pero estaba inconsciente. Le cogió por la muñeca con una mano mientras empleaba las demás extremidades para sacarle a flote. Une vez en tierra firme le recostó con algo de trabajo en el suelo. Y entonces si que la culpabilidad invadió cada rincón del alma femenina. Ahora que le tiene por completo a su "merced" nota las múltiples marcas que deja la soledad y tristeza en un rostro, las ha visto en otras personas, pero nunca con tal intensidad. Por fin entiende la euforia y posterior sorpresa de la víctima.


-Me confundió...


Articulo en un susurro. El pecho masculino sube y baja con suavidad, al menos respira pero tardará en recuperar la conciencia.


-K-Kouen...


«-Le llama en sueños. ¿Acaso está...?»


-...perdón...


Algo le queda claro a la chica, es un experto echando sal a la herida.


-¡No fué mi intención lanzarte al agua!-gritó entre furiosa e histérica-¡Pero no te mueras!-soltó cual melodrama.


Este abrió los ojos de a poco pero continuó tumbado.


-¿Eh?-en un murmullo-Lo lamento onesan, pensé que eras otra persona.


-¿Mi hermano Kouen?


-¡¿Lo conoces?!-se reincorporó rápidamente pero se mareó así que se mantuvo sentado.


-Calmate, ¿quieres? Reposa un poco.


-¿Cómo está?


-¿Eh?


-Bueno, ya sabes. Por lo de su padre.


-Triste no lo dudes. Pero se mantiene, es un gran hombre.


-Lo sé. Es justo lo que me preocupa. No quiero que ponga más peso en sus hombros del que pueda soportar.


-Respecto a eso no hay nada que pueda hacer. Es increíblemente terco.


-¿Y tú? Seguramente estas herida.


-Bueno, no es que sea una insensible ni nada por el estilo. Pero digamos que no tuve la oportunidad de convivir mucho con mi padre. Soy hija de una de sus amantes. Me tenían recluida en una habitación apartada del resto del mundo. Si no fuese por mis hermanos Kouen, Kouha y Koumei estoy segura de que me hubiese vuelto loca.


-Los quieres mucho, ¿verdad?


-¿No te parece que son preguntas demasiado personales para alguien que acabo de conocer?


-Lo lamento, a veces no me detengo a pensar en esos detalles.


«-Por eso dice que es un mocoso irresponsable.»


-Bien, es todo. No estas tan mal así que mi objetivo se cumplió. Me retiro.


-¡Espera!


-¿Q-qué ocurre?


-¿Cómo está Arba-san?


-Me haría muy feliz si no la mencionas más.


-No te agrada.


-¡Claro! El emperador murió hace nada y ya está "consolando" a mi tío. No confío para nada en esa mujer.


-¿T-tu tío?


-¿Te has quedado sordo?


-¡No permitan que formen una relación!


-¡Que asco! ¡¿Qué clase de...?!


-¡Es enserio! ¡Tu familia está en peligro!


-¿P-por qué lo dices?


-Arba-san está sedienta de poder. No tengo idea de cual sea su objetivo pero no se detendrá ante nada para conseguirlo. No puedo hablar con Kouen y es algo que le he mencionado con anterioridad-se aferró con ahínco a los brazos femeninos-¡Te pido que le des mi mensaje! Por favor. No quiero que pierda a alguien importante otra vez.


La desesperación es evidente en su rostro, la mayor le analiza.


-¿Por qué tanto interés?


-Somos amigos...no, es mentira. Creo que solo yo lo pienso.


Emite tanto dolor que da pena.


-Mira, no tengo idea del tipo de relación que tienen. Pero estoy segura de que no le eres indiferente. Algunas veces habla solo y siempre es algo respecto a ti.


-¡¿Enserio?!-ilusionado.


-¡No soy de las que mienten!-ofendida.


-¿Y como qué expresa?


-Mmm-haciendo memoria-Ese mocoso es irresponsable, idiota, lento, distraído...


-¡No sigas!-alterado-Creo que no le agrado del todo je je je-bajó la mirada dolido.


-Tu si que estas mal.


-¿Cómo?


-Si fuese el caso ni te mencionaba. Si algo le molesta simplemente le ignora.


-Oh...


-Tu estado de animo si que va de arriba a abajo y solo mencionandole.


El niño se ruborizó.


-¿Es posible que estés...enamorado de él?


Los zafiros se abrieron al máximo pero no le encaro.


-¡Aladdin! ¡Se hace tarde para tus lecciones!


-¡Ya voy Ugo-kun! Lo siento-a la peli rosa.


-Seria educado responderme, ¿no te parece?


-No tiene sentido, en todo caso es unilateral-dijo con cierta amargura.


-Los sentimientos lo sean o no deben ser expresados.


-Quizá. Bien, es hora de irme. Por cierto me llamo Aladdin.


-Ya lo sé. Soy Ren Kougyoku y más te vale no olvidarlo porque soy de las que no perdonan.


-¡Onesan!


-¡¿Q-qué?!


-¡Tienes un horrible carácter!-sonrió.


-¡Eres un...!-el niño escapó antes de que pudiese golpearlo-¡Me debes una! Ah, es tan extraño. Al menos tengo noticias para Kouen-niisama. Aún cuando es un experto para disimular se nota que está preocupado por él. Pero lo entiendo. Aladdin-chan es muy frágil, da la impresión de que pudiese romperse en cualquier momento aunque también lo contrario. Ahora entiendo porque le es interesante. ¡Achú! Uh~ será mejor tomar un baño bien caliente. ¡Achú!


Dió la media vuelta para emprender el retorno.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Por cuatro años Aladdin no supo más de Kouen, Kougyoku o cualquier otro que viviese en el infierno. Luego del fallecimiento de Koutoku hubo una roptura en las relaciones. Ni siquiera pudo llevase a cabo el intercambio cultural con todo y el esfuerzo que puso Aladdin en su proyecto que resultó ganador del primer lugar. Por más que su padre, el rey Solomon intentó mil y un veces entablar diálogo le era negado con el pretexto del cambio de administración. Para nada le convencieron pero no puede imponer sus deseos sin iniciar una guerra. El peli azulino estaba cada vez más nervioso. Rogaba porque el presentimiento en su pecho no se hiciera realidad. Hasta que un día, en la biblioteca en compañía de Ugo, su madre le llevó una invitación.


-¿Un matrimonio político entre Hakutoku-ojisan y Arba-san? ¿Hay manera de impedirlo?


-Está vez no.


-Ya veo...¿cuándo?


-En dos meses, iremos. Podrás verlo.


-Gracias.


Sonrió desanimado, debería ser una estupenda noticia. Por desgracia la situación es poco menos que óptima.


Esperar, esperar y más esperar, de esa forma se le va la vida al príncipe del cielo. Las semanas, días, horas, incluso segundos se le van a cuenta gotas. No haya el instante de saludar a Kouen y cerciorarse por si mismo de su condición. ¿Cómo habrá tomado la secuencia de acontecimientos? Seguramente le corroe la frustración. ¿Seguirá siendo él o la amargura cambió su personalidad?


«-De cualquier manera seguiría amándolo. Es posible que nunca me corresponda. Pero eso no quiere decir que tenga que desechar mis sentimientos.»


Se armó de valor y el día indicado visitó el infierno en compañía de sus padres. David, aunque fué invitado siempre dejó claro que no tenía nada de que hablar con esa traidora. Es evidente, para cualquiera que le conozca que no perdona lo que hizo a Sinbad. Aunque sea el secreto mejor guardado.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Una vez en el sitio.


Aladdin miraba con escepticismo de aquí para allá.


-¿Ocurre algo mi amor?-Sheba.


-Es que...no se parece en nada al lugar que me mostraba papá con su magia de clarivencia.


-Desde el fallecimiento...desaparición de Sinbad es así.


-Mmm...


«-Era mucho más bonito antes. Este cielo rojizo es demasiado hostil. Siento que quema mi alma con tan solo mirar...¿Eh?»-un escalofrío recorrió su espina-«-¿Qué fué eso? Me da la impresión de que alguien nos está observando. No, nadie más se percató, han de ser ideas mías.»


Arba llegó acompañada de Kouen a recibirlos. De solo verlo Aladdin se ruborizó pero este no le puso la más mínima atención, lo que le hirió profundamente.


-Bienvenidos Solomon, Sheba, mi pequeño Aladdin. Me da mucho gusto saber que han dejado las diferencias de lado. Que me apoyan en un momento tan importante.


-No te equivoques-la otra-es tan solo el protocolo. No hemos olvidado lo que hiciste a Sinbad.


-¿Es que nunca podremos ser amigos nuevamente?-fingió llorar.


-No-Solomon.


-Bueno-sonrió-es asunto y aparte. Me despido, tengo invitados que saludar. Siéntase como en casa-se burló.


Los reyes celestes tuvieron que contener la irá. Un error de su parte podría llevar al derramamiento de sangre. Respiraron profundamente.


-Vayamos a saludar a los demás-Sheba a su marido.


-Ah...


-Ni comiences a quejarte.


-No es lo mío.


-Ya lo sé pero es tu deber.


«-Si tan solo Sinbad hubiese tenido un poco de la responsabilidad de Solomon y este su ego y labia serían los diligentes perfectos.»


Se inclinó a la altura de su hijo y susurró en su oído.


-¿Por qué no vas a platicar con tu amigo?


En algún momento Sheba tuvo que notar que era ese hombre el motivo por el cual suspira su hijo, algo que Solomon ignora.


Los mayores les dejaron a solas.


-Kouen-ojisan...


El pelirojo le miró con frialdad y se dió la vuelta ignorandole por completo. Caminando a quién sabe donde. El menor se paralizó y dejó salir las lágrimas de sus ojitos. Llevó las manos a su pecho intentando mermar el sufrimiento que amenaza con exterminarle.


«-¿Me culpa de lo ocurrido? ¿O ya no me quiere? ¿Alguna vez lo hizo?»


Estaba aturdido por lo que no se dió cuenta en qué momento comenzó a seguir al hombre. Poco a poco los adornos y demás personas pasaron a segundo plano. Llegando a una especie de jardín en terribles condiciones aunque no por falta de mantenimiento. Es como si el aire mismo drenara la vitalidad de cuanto ser vivo existe. Solo en ese instante ambos detuvieron su andar.


-No deberías hablar conmigo-el pelirojo.


Aladdin apretó su ropa pero le enfrentó con valentía.


-¿Te es incómoda mi presencia?


-No.


-Entonces, ¿por qué me evitas?


-Es lo mejor para ti. Has visto de lo que esa mujer es capaz. Por más que tomé en cuenta tus advertencias...no pude salvar a mi padre. Si estas en peligro tampoco...


-¡No necesito que me cuides! ¡Puedo valerme por mi mismo! ¡No me consideres una carga o un lastre! Además, ¡¿qué no tengo derecho de opinar?! ¡¿Por qué impones tus deseos a los míos?! ¡Tengo una opinión!


-Je je je ¡Ja ja ja ja!


-¿Uh?-descolocado.


-Siempre te mire como un mocoso llorón, pero tienes tu carácter. Ahora eres mucho más interesante.


Aladdin se ruborizó con intensidad.


-¿Y bien? Tienes algo que decir, ¿o no?


-S-si.


De esa manera el pequeño le contó a detalle todo cuanto ha pasado y los miedos que tiene respecto a Arba. Se contemplaron en silencio poco después. Kouen cruzó los brazos y frunció en ceño.


-Llegué a la misma conclusión, pero ni mi tío ni mi padre prestaron atención. Temo que es demasiado tarde para intentar separarles. Porque Arba...espera un hijo del actual emperador, de Hakutoku.


Fin del flash back.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


En el sitio en que mantienen cautivo al hijo de Solomon.


Este despertó aturdido y mareado sobre el lecho. Paseó los dedos sobre los adornos impuestos a sus tobillos.


«-Con ellos no puedo usar magia y tampoco me los puedo quitar. ¿Me quedaré esperando que alguien me salve? ¡No! ¡Siempre dije que me convertiría en alguien confiable! Si permito que me mantengan cautivo, ¿cómo espero que Kouen se apoye en mi?»


Salió de la habitación con mucho cuidado, intentando hacer el menor ruido posible.


«-¿No hay nadie? No se siente la energía de algún ente. Ni humano, ni ángel, demonio o...»


-¿Acaso intentas escapar Aladdin?-tras el.


El niño se giró y encaró con valentía.


-Ugo-kun, no. ¿Quién eres?


-Mmm podría decirse que soy y no la persona que mencionas. O más bien, ese sujeto no sabe en realidad quién es.


-¿A qué te refieres?


-Que Ugo no es su nombre real, es más como un apodo. El y yo somos una sola persona...lo notas, ¿cierto? Soy una existencia más elevada que un ángel o demonio y eso por supuesto incluye a los inútiles humanos.


-P-pero...


El mayor colocó el índice sobre los labios del niño para impedirle hablar.


-¿Sabes por qué todo gira en torno a Judal y a ti?-negó-Simple diversión. He vivido por muchos años, demasiados. Mi existencia se volvió un fastidio, por desgracia soy prácticamente inmortal. Por si fuera poco todos se someten a mi voluntad de una u otra manera. Pero nacieron dos ángeles que no se ven influenciados por mi poder: Judal y tu. Pensaba observarlos y ver que tan lejos pueden llegar, pero ocurrió algo que no tenía contemplado-acarició los labios de Aladdin con lujuría, le cogió de la cintura para aproximarle e intentó robarle un beso pero este le detuvo empujando con las manos sin liberarse.


-Solo Kouen-ojisan puede...


-Tus sentimientos son muy fuertes, ¿o no? ¿Lo serían si me hubieses conocido antes?


-Si.


-¿Por qué es tan especial?


-Porque lo amo.


-¿Aún cuando hasta hace poco miraba a otro?


-Si.


-Incluso si al final te dejara para irse con él.


-Si.


-Le valoras más de lo que merece. Aquí está el ser más poderoso del universo ofreciéndote todo y le eliges a él. Sin importar lo que haga me veras de otra manera.


-Ojisan...


-De acuerdo. Si no quieres estar aquí te dejaré volver.


-¡¿Enserio?!-ilusionado.


-No jugaría de manera tan cruel con tus sentimientos.


-¡Muchas gracias!


El mayor le cogió con fuerza del mentón, mirando perversamente los zafiros y retirándole las joyas de los tobillos.


-Pongamos a prueba ese amor. Te devolveré la magia.


-¿Por qué?


-Te darás cuenta de que ese hombre es tan solo una ilusión. Volverás a mi.


-No.


-De una u otra manera lo harás. Te lo dije, pocos pueden oponerse a mi voluntad. Solo hace falta que te des cuenta.


El peli celeste se acercó para besar los inocentes labios, lo que esta vez el pequeño no pudo evitar. Y una vez lo hizo este se quedó dormido.


-Bienvenido a tu peor pesadilla mi querido Aladdin-sonrió.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


En el mundo humano.


El hijo de Solomon despertó debajo de un árbol un tanto aturdido. Llevó la mano a la cabeza.


«-Duele un poco. ¿Qué hizo el otro Ugo-kun? ¿Quién es?»


Aladdin se puso en pie y revisó rápidamente su cuerpo, comprobando que no estaba herido u ocurría algo extraño. Luego miró a su alrededor y sonrió cuando cayó en cuenta de que estaba en el parque que se encuentra a diez minutos del hogar de su novio. Corrió con toda su fuerza, ignorando la incomodidad que prácticamente le perfora el cerebro y que se esfumó pasados treinta segundos.


«-¡Kouen-ojisan!»


Su único pensamiento. Al llegar a su destino respiraba agitadamente pero logró estabilizar su condición. Tocó la puerta y tuvo que esperar un tiempo que se le antojó eterno. Hasta que finalmente se abrió.


-¿Niño mugriento?-confuso.


-¡Kouha-kun!


-¿No se supone que estabas secuestrado o algo así?-afiló la mirada y contrajo la pupila-Si eres un doble al igual que ese sujeto me encargaré de eliminar tu existencia. No quiero que En-nii sufra por tu causa.


-Enserio soy yo. Esa persona me dejó ir.


-¿Así nada más? Poco creíble.


-Mencionó algo de probar mi amor, aunque no entiendo lo que quiso decir. ¿Está Kouen? Necesito verlo, no tienes idea de lo mucho que lo extraño, pensé que moriría de tristeza.


Kouha sonrió amable al ver tal desesperación en su semblante.


-Eres tu, sin duda. Vamos~.


-¡Si!


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...


Kouen revisa otro libro con furia, siente que de no encontrar rápido alguna solución se volverá loco.


Toc toc.


-Adelante-con tono seco.


Sus rostro se iluminó al admirar al bello ángel. Se levantó abruptamente por lo que la silla donde segundos antes estuvo ubicado cayó. Aladdin dió un leve brinco, como si estuviese asustado, ¿con qué?


-Eres un mocoso irresponsable.


Le cogió con ahínco en un abrazo.


-¡WAAAAAHHH!


El grito de su novio les puso los nervios de punta, aunque ni así le dejó en libertad.


-¿Q-qué ocurre niño mugriento?


-¡Algo me hace daño! ¡No puedo respirar!


-En-nii es algo cariñoso, pero tanto como que...


-¿Kouen-ojisan?


-Vamos, no es el mejor momento para una broma.


El peli azulino palideció.


-No puedo...verlo o escucharlo. Solo sentirlo...


-¿Cómo?


El pelirojo le depositó en el suelo.


-¿No te das cuenta de esto?-acarició con dulzura su mejilla, acción que hizo llorar al pequeño.


-¿Eres tu Kouen-ojisan? Oh por dios...-cayó de rodillas-...esto es muy cruel, ¿qué voy a hacer?


Su pareja le besó con respeto y dijo algo que Aladdin no pudo escuchar.


-¿Oíste su comentario?-el peli rosa, el ángel negó-¿Sentiste sus labios?-asintió sonrojado.


-Ejem-se aclaró la garganta-"No me importa la clase de impedimento que pretenda separarnos, está vez me niego a dejar escapar lo que más amo. Nuestro vínculo no se ha roto por completo. Juro que todo volverá a la normalidad.»


-Ko...en...-las lágrimas comenzaban a salir pero eran retiradas rápidamente por un dulce roce.


Aún cuando solo puede sentirlo, su novio transmite perfectamente seguridad, cariño y compresión, gracias a ello el niño se llena de seguridad y confianza de un futuro mejor. Si pudiese apreciar su rostro se daría cuenta de que Kouen hierve de rabia.


«-Mataré al imbécil que le hizo esto.»


Por desgracia su enemigo es el dios del mundo en el que viven...

Notas finales:

Je je je. Enserio que es un fic mucho más largo de lo planeado pero me gusta mucho :3.


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