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Ese chico es un demonio por dark kirito

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Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchisimas gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo :3.

- Eres una desgraciada.


- Y no has visto nada ja ja ja.


- J-Judal, hijo mío.


Un sujeto se arrastra penosamente, la túnica que viste es bastante elegante, algo notorio a pesar de lo desgastada que luce. Un sudor frío recorre la espina del joven que incluso contiene las náuseas ante el hallazgo.


- No puede ser...


- Es justo como lo imaginas. El desdichado que se cree tu padre, bueno el último. ¿No es así mi amado Hakutoku?


- ¡Aaaaaaaaaggggghhh!


El alarido caló en lo hondo a Judal que se aferró al mediador como si fuese su única verdad. El dolor se reflejó claramente en las pupilas. Mentiría si dijera que tiene un solo recuerdo de ese hombre pero que aún bajo el control de Arba le nombre, significa algo.


- Fuiste el orgullo de ese sujeto - sonrió - Tenía grandes planes para ti. Unos muy estúpidos: "Él logrará cambiar el infierno. Será un lugar lleno de amabilidad y calidez, igual al cielo. Todos se arrodillarán enamorados de su alma. ¿Te das cuenta de lo bonita que es su sonrisa. Es mi hijo favorito, aunque es el único ja ja ja."


- ¡Basta! - la miró con rencor - No te atrevas a burlarte de él.


- ¿Para qué si solo lo hace de maravilla!


-¡JUDAAAAL!


- Wah, ¿a dónde se ha ido tu orgullo amado mío? Podrían pensar que estás rogando.


-¡JU...DAAAL!


- ¡Basta! ¡Déjalo ir!


- Oh mi pequeño, aún si fuese mi intención no puedo ir de contra de las órdenes de mi padre.


- ¡Te voy a matar!


- Puedes intentarlo pero dudo que llegues a algo. Aún si mi poder no es lo que era no seré un oponente sencillo, aprendí muchos trucos. Mira.


Hizo un movimiento con la palma, en alguna especie de señal u orden que derivó en la decapitación de Hakutoku por su propia mano. Judal quedó perplejo, pero lo peor vino cuando este "volvió a la vida" y repitió el acto.


- ¡¿Qué diantres te pasa?!


- Te advertí que estaba loca~ anda, dame el mediador y le dejaré ir.


Judal lo admiró un instante para partirlo a la mitad con un conjuro y luego incendiarlo con otro, de el no quedó ni el recuerdo.


- Es lo más estúpido que has hecho en la vida.


- No, eso hubiera sido hacerte caso. ¿Te piensas que nací ayer? Una vez te lo diera aprovecharías la oportunidad para quién sabe qué y Hakutoku estaría en las mismas. Pero - sonrió diabólico - si te elimino de una vez por todas las cosas volverán a la normalidad.


- Quizá, a lo mejor no.


- Es un riesgo que estoy dispuesto a correr.


- ¿Dónde quedó mi pequeño hijo de corazón puro?


- Se cansó de ser imbécil.


- Tu vocabulario da pena.


- Al idiota le excita y es lo que cuenta.


- En otra situación hubieras sido el socio perfecto.


- Amordazado y atado porque de otra manera lo dudo.


- Que buena idea, pero tengo una mejor. Destruir tu alma para que tu cuerpo se convierta en un recipiente vacío.


- Ja. Sigue soñando anciana.


Arba lanzó varias estacas de hielo que ella misma derritió con magia de calor para envolver a su hijo en la neblina. Este prestó especial atención a su espalda.


«- Ay por favor, es de las estrategias más básicas en la batalla. Me vi muchas películas de acción con el idiota. Me atacarás por detrás je je je. Eso también me lo recordó.»


Negó un par de veces y volvió a lo suyo. Prácticamente contuvo la respiración y fué así que logró captar los pasos del enemigo, cada vez más cerca, demasiado.


- Doruf ga imeth.


Algunas sogas de acero apresaron una silueta y sin pensárselo dos veces el cuerpo se partió en decenas de fragmentos.


- ¡Ja ja ja que tonto!


Su madre disipó la neblina por lo que Judal pudo observar al que fuese su marido regado en el piso, sobre un charco de sangre.


- ¡Sinbad!


El pánico y sufrimiento se hicieron presentes en su rostro. Corrió hasta él y tomó un fragmento entre las manos, tembló.


- Las cosas no debieron acabar así. Rindete.


- ¡JA JA JA!


La emperatriz retrocedió un poco en función de la sorpresa.


«- ¿Perdió la razón?»


- Ja ja ja - el chico limpió las gotas saladas en sus orbes - Echaste a perder mi actuación bruja. Pero tu cara ¡es tan graciosa! ¡De verdad lo creíste!


- ¡Sinbad está muerto!


- Nop, no sé a quien carajo partí y dudo que estuviera vivo para empezar. Ah, es papá - sonrió - perdón por esa viejo.


- ¡Es Sinbad! ¿No lo ves?


- Lo que admiro es un hechizo común y corriente. Tendría que ser muy estúpido para caer, además el aroma de Sinbad me pone bien caliente.


- ¡Cállate!


- ¿Recuerdas su aroma?


- ¡Silencio!


- Cuando su bestia se...


- ¡Es asqueroso! ¡No me interesa en lo más mínimo!


- ¡Ja ja ja! Y pensar que el rey idiota te pondría así. ¡Tengo un montón de información íntima! ¡Cuanto dura si se le para y eso!


- ¡Suficiente! ¡Oh padre castiga al hijo que ha extraviado el camino!


- Si no me corregi antes, ¿cómo esperas que...?


Los demonios fallecidos que se desplazaban a otros rumbos giraron y emprendieron carrera loca en su dirección, con gran agilidad cabe mencionar.


- ¡Arranquen cada uno de sus miembros! ¡Especialmente el que tiene entre las piernas por vulgar!


- ¡Ese si que no! ¡Lo necesito para que Sinbad...!


- ¡YA!


«- Mierda, no debí provocarla aunque valió la pena.»


- Ja ja ja ¡Ay! - uno casi le encaja una espada en el abdomen - Mucho cuidado, no quiero marcas.


- No te preocupes, cuando todo acabe ni vas a recordar tu nombre.


«- Necesito una solución...»


- ¡Ay!


«- ¡De inmediato!»


~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


Con los invasores.


Aladdin dió un par de pasos cuando advirtió a un numeroso grupo de fallecidos.


- ¡Kya!


Y emitió un grito que de varonil no tenía nada.


- ¿Qué sucede? - le interroga Yamuraiha a su lado.


- A-ahí- señaló- s-son ¡vampiros!


- ¡¿Cómo?! - Sinbad emocionado y casi en primera fila ante una nueva aventura - Uh~ - que se transformó en pesadilla segundos más tarde.


- ¡Zombies! - Drakon histérico.


- Marionetas, bola de inútiles - David - resulta por demás obvio que alguien los controla.


- Momento - el creador del infierno - Algunos me parecen familiares - haciendo memoria - ¡Son demonios de cuando goberné! ¡Es imposible deberían estar...!


- ¿Extintos? - interrogó su progenitor con una gran y maliciosa sonrisa.


-Parece que alguien no ha sido muy honesto - Kouen.


- ¡No mentí! - Sinbad ofendido.


- Tu no idiota. ¿Quién tiene poder para hacer algo así? - el pelirrojo.


- El falso Ugo-kun - su novio preocupado.


- Por eso te amo mocoso.


- Mmm - se ruborizó.


- Así que el enemigo en verdad vale la pena.


Articuló David para empuñar su espada y encaminarse a la masacre.


- ¡Abuelo!


Kouen le detuvo tocando su hombro.


- Déjalo, es demasiado terco. Si quiere cansarse a lo estúpido que lo haga. Sirve que nos quita trabajo.


- Más bien creo que libera un poco de estrés - el de cabello morado - ¿Ven su sonrisa? Está más que gustoso, de por si es un ángel bélico.


- Uh - el nieto - A-aún así...


Concluyendo que Aladdin no le dejaría a su suerte, Kouen le echó sobre el hombro y siguió con el recorrido.


- ¡Ojisan!


- Tienes una misión, ¿o no? Una vez que derrotes a Arba todo volverá a la normalidad.


- Mi padre puede solo, venció ejércitos humanos sin ayuda.


- Pero tienen magia.


- ¡Yo lo ayudaré! - Alibaba.


- Ah, no quiero que tu cuerno interfiera - Hakuryuu - apoyaré.


- Será divertido - Kouha.


- ¡Seguro que en algo puedo ayudar! - Kougyoku.


- No puedo dejar solos a los niños - Koumei con flojera.


- Te encargo que no hagan una tontería - el pelirrojo.


- No te fallaré hermano.


El grupo de Kouen siguió a gran velocidad.


- ¿Estás bien con ello? - el ángel.


- ¿Quién te entiende? Estás preocupado por tu abuelo, ¿o no?


- Si.


- ¿Y entonces?


- Puedo ir sólo a buscarla.


- Dilo de nuevo y te aviento a uno de los fosos de lava.


- Pero tu familia...


- Son increíbles, enemigos como esos no les harán sombra. Además - sonrió de lado - Los habitantes del infierno no dejarán que les arrebaten lo poco que tienen. Los que están hundidos en la desesperación son los más peligrosos.


- Uh. Siempre tan maquiavélico.


- ¿No te parece?


- Al contrario, es muy sexy je je je.


- ¿Aladdin? - su tío.


- ¡Oh!


Escondió el rostro en el poderoso hombro de su pareja, inspirando sin querer su delicioso y embriagante aroma, a un paso de hacerle alucinar.


- ¡Waaaaaahhhh!


Judal que se aproxima a ellos en una loca carrera.


- ¡Mi amor! - Sinbad que abrió los brazos para recibirle.


- ¡Nada de cursilerías! ¡Estos idiotas quieren violarme!


- ¿Eh?


Un ejército del triple de unidades que el de antes persigue al príncipe del averno que trae algunas porciones de ropaje estropeadas.


- ¡Judal-kun! - bajó y se puso en pie emocionado - ¡No lo molesten! ¡Harl-harl infigar!


Una llamarada los eliminó.


- Ah ah ah - el de ojos escarlata descansó las palmas sobre las rodillas, inclinado - Ah ah ah quién te viera tan drástico enano.


- Es que luces muy mal.


- ¡¿Ah?! Uh... de acuerdo, tal vez tienes razón.


- ¿Sabes quien eres?


- Obviamente.


- ¿Cómo es posible?


- Supongo que el plan no le salió a la anciana. O me aferré demasiado a Sinbad.


Este tocó con suavidad su espalda, en un gesto lleno de cariño.


- No imaginé que te encontraríamos tan rápido. Que buena suerte.


- O iba de vuelta porque nadie lo quiere aquí - Jafar.


- Ni te había visto monja, ni a la bruja ni al otro.


- ¡Hada!


- ¡Dragón!


- Y el enano no puede vivir sin Kouen.


- Y tu sin mi tío - sonrió.


- Vencido patéticamente je. ¡Más importante! ¡Debemos correr! ¡Esos violadores se reconstruyen!


- Dudo que fuera su intención - el pelirrojo.


- Casi me desnudan.


- Pretendían partirte en pedazos pero tienen mala puntería.


- O soy bueno esquivando.


- Mantengo mi versión de los hechos.


- Mendigo.


- ¿En dónde está Arba-san?


- Por ahí, ¿qué sé? Corría por mi vida si no te diste cuenta.


- Te has portado muy mal mi pequeño Judal.


El grupo voltea hacía arriba, donde levíta la emperatriz.


- Oh, que grata sorpresa. ¿Cuánto tiempo Sinbad, Kouen? Desde aquella fiesta no te veo lindo Aladdin - sonrió - el resto me da igual.


Estos separaron los labios para quejarse pero la negación del creador del infierno les detuvo.


- ¿Por qué lo haces? - el ángel.


- Diversión.


- ¿Segura? ¿No es por órdenes del falso Ugo-kun? Es tan hábil como para secuestrarme.


- ¿Le llamas como ese inútil cuatro ojos en la biblioteca celeste? Es muy cierto que se parecen pero no le insultes.


- ¡Ugo-kun es una maravillosa persona!


- Es un cobarde que solo huye del conflicto. ¿Por qué no está aquí?


- Le pedí a mis padres que se mantuvieran al margen.


- ¿Aceptaron sin más? ¿Que no les interesa lo que pueda ocurrirte?


- Soy un mal hijo. Soy tan egoísta que les di un pretexto demasiado simple, estoy seguro de que lo saben y aún así, me dieron libertad. Estamos a tiempo, arregla las cosas con Judal-kun. No sigas las órdenes de ese hombre.


- Ill Irah, si vas a referirte a él que sea de esa manera.


- ¿Quién es?


- Mi padre, el de todos. El creador del mundo. No tiene caso pelear, juren lealtad y puede que los perdone.


- Nunca fui bueno para seguir órdenes - Sinbad.


- Le hizo daño a Aladdin, a mi padre y Judal - el pelirrojo - No soy de los que puedan olvidar el rencor.


- No es la respuesta que él esperaba pero me es más divertida. ¡Mueran todos! - alzó las manos y se congeló en el acto.


- ¿Acaso piensas destruir mi nuevo cuerpo? - detrás de ella.


- P-padre - palideció.


- Además Aladdin me gusta mucho. ¿Lo has meditado? - a este - ¿Volverás a mi?


El ángel tembló ligeramente, quiera o no le intimida.


- Dijiste que lo haría por voluntad.


- Así es.


- Y no quiero.


- ¿Prefieres a un simple demonio? Puedo darte el mundo. Si es impedimento lo borraré para siempre.


- Lo amo, no podré vivir con el dolor.


- Lo borraré de tu memoria.


- Adelante, has de mi un muñeco pero no te amaré por voluntad.


- ¿Por qué lo complicas todo?


- Son tus reglas. ¿Así imaginaste todo? ¿Qué razón tenías para crear vida?


- Estaba solo. Deseé que me brindaran su compañía pero se centraron en sus ambiciones egoístas. El territorio y poder lo era todo, cuando me di cuenta ni siquiera notaban mi existencia. Estaba confundido, una parte de mi quería protegerlos aún si no lo notaban, pero también destruirlos y jugar con ellos.


- Tienes un contenedor, ¿para qué el cuerpo de Judal-kun?


- Me quedaré con su corazón y lo llenaré de sentimientos por ti.


- Algo así no es necesario. No puedo amarte pero - extendió la mano - podemos ser amigos.


- No me conformaré con migajas.


- Que mal. En verdad deseaba que pudiéramos entendernos.


- No puedes derrotarme.


- Lo sé. Pero la maldición que pusiste en mi te detendrá para siempre.


- ¿Cargarás con la culpa? ¿Piensas lanzarte una maldición eterna?


- Así es.


- Tanto lo amas.


- Si.


- ¡Prefiero verte morir! ¡En tu próxima reencarnación tal vez sientas lo mismo que yo!


Conjuró una enorme rama que se precipitó en dirección al ángel pero terminó clavandose en el hombro del pelirrojo.


- ¡Kouen-ojisan!


Si al aludido le dolió es algo que supo disimular magistralmente.


- Estoy bien.


- ¡Arba-san, él pertenece a tu familia! ¡¿Cómo puedes permitirlo?! - angustiado.


- Porque se me da la gana.


Kouen rompió el elemento captor, aunque ello le hizo sangrar considerablemente. El ángel posó las manos en la zona para curarle.


- Lo lamento, por mi culpa.


- No me obligaste - frunció el ceño - Y vale la pena si te quedas a mi lado.


El pequeño se ruborizó.


- ¡Ah!


El sorpresivo grito de Arba llamó la atención de todos.


- ¡Tú!


Sinbad situado detrás le tiene por el cuello, estrujándole a poco de partirsela en dos.


- Deberías prestar más atención. Traicionaste la confianza que deposité en ti. Peor aún, lastimaste el corazón del chico que significa todo para mi. ¿Un juguete? No lo creo.


- Ja ja ah, no podrás asesinarme.


- Puedo intentar.


- ¿Y luego? Mi padre no se quedara con los brazos cruzados.


- No me parece que haga mucho.


- ¿Eh? ¿Padre?


- Me has servido bien querida hija, pero no necesito más de tus servicios.


Ill le apuntó con el dedo, con intención de enviar un rayo que atravesara su corazón, nada pudo hacer.


- ¿Qué sucede?


- La maldición me da un vínculo con tu alma - el ángel.


- ¡¿Qué hiciste?!


- Extinguir la vida de alguien no es lo mío. Tampoco tengo la autoridad para juzgarte.


- ¿ Te apropiarás de mi habilidad?


- El poder en exceso enloquece. Querías compañía y hoy no te interesa tomarla a la fuerza. Mantengo la promesa de ser tu amigo si así lo quieres. Tu poder lo devolveré a la única persona que lo merece.


- A la inútil mitad de mi.


- Ugo-kun es muy amable pero dudo que se haya quedado con toda tu bondad. Me dejaste ir porque en el fondo entendías que no era correcto.


- Yo creé el mundo. En mi recae que es correcto y que no. Aún si te amo no eres nadie para imponer tu voluntad.


- No lo hago. Es solo que me preocupa tu corazón.


- Ese asunto no es de tu incumbencia si vas a rechazarme.


- Te equivocas. Aún si no somos novios te has quedado una parte de mi.


- ¡Ah!


Esta vez el grito de Sinbad les interrumpió. Se vió en la necesidad de soltar a la castaña cuando esta le rompió la nariz de un cabezazo.


- ¡Ey bruja más cuidado que es mío!


- ¡Me tienen harta! ¡Los discursos baratos no cambian realidades! ¡Aladdin devuelve su poder a mi padre!


- No.


- Entonces lo haré por las malas.


La mujer desapareció por un segundo, apareció de nueva cuenta a espaldas de Aladdin empuñando una daga que siempre trae escondida en su ropa. La dirigió a la zona de los pulmones pero antes de siquiera rozarle su muñeca se vió capturada por una cuerda.


- Ni lo pienses - Jafar con tono intimidante.


- Un simple humano no hará la diferencia.


- No soy tan simple - esbozó un gesto perturbador y sombrío.


Drakon propinó una patada en las piernas femeninas pero se paralizó al notar lo duras que son.


- Parece metal - entrecerró los ojos con desconfianza.


- Magia mi querido. Gracias a ella no podrás lastimarme.


- El acero se derrite, ¿o no? - hizo fricción con las uñas en el piso y pronto se formó una llama.


- Oh, así que un dragón.


- ¿Sabías de nuestra existencia?


- Solo el ignorante de mi hijo no.


- ¡Oye!


-La pereza de Judal no tiene nada que ver - el pelirrojo.


- No me defiendas - indignado.


- Como sea. Estos seres no se muestran con facilidad, es por ello que la mayoría piensa que son entes míticos que existen únicamente en leyendas.


- ¡Uh!


Varios proyectiles de agua se estamparon con brutalidad en la emperatriz que ni así cayó de rodillas.


- Un hada - con desprecio - Que grupo tan versátil. Siempre tuviste facultad para hacer que la gente te siguiera Sinbad, que se rebajaran a ser sacrificios, escudos pensantes.


- No, son compañeros. También lo fuiste. Estuve durante el parto de Judal, aún lo recuerdo: Arba abre las piernas, yo lo recibo.


- ¿Enserio Sin?


- Ja ja ja - ella - fué tan repulsivo. ¿En qué estabas pensando?


- Evitar tu dolor, compartirlo. Lo hubiese parido por ti.


- No gracias - el novio - Sería terrible salir por ahí, y eso suponiendo que no te desgarre.


- Aún te odio - el ex monarca - y será difícil superar un pasado como ese pero no imposible. Un intercambio de golpes parece buena idea.


- ¿Con una mujer? - divertida.


- Siempre fuiste más fuerte y poco femenina.


- ¡Que patán! - el sobrino.


- Mmm - meditando - las cosas jamás son tan perfectas. Esto me huele a trampa.


- ¿Para llegar a la paz debe acontecer una catástrofe?


- Un mundo de caramelo es producto de una gran imaginación.


- Arba...


- No Sinbad, no seré jamás una de tus seguidoras. Tuve suficiente de tu irresponsabilidad, estupidez y terrible don de mando.


- Opino lo mismo - Kouen - Pero si fuera yo quien lo dijera no tendría semejante cara de nostalgia.


- ¡Mientes!


- ¿Sueñas con volver a esos tiempos?


- ¡No! ¡Solo mi padre me importa!


- ¿Por qué te aferras a ello con tanta vehemencia? - Aladdin.


- ¡Porque nadie entiende como nosotros lo que es estar sólo! ¡Vivir con el miedo de no despertar y que tu existencia no la recuerde nadie! Si obedezco a mi padre, al menos en su corazón viviré.


- ¿En un ser tan perturbado? - Kouen.


- Lo es todo para mi.


- ¿Y yo qué bruja? Estuve en tu cochina panza nueve meses.


- En el vientre Judal-kun.


- O en el culo, da igual. Esperaba tu regreso todos los días, incluso odie al rey idiota porque te alejaba de mi.


- Me consta - el aludido.


- Si querías atención bueno, creo que estaba muy cerca de acostarte. Sanamente, claro está. Pero esa mendiga obsesión te cegó. Si quieres una familia estás a tiempo, pero eso si, tendrás que hacer muchos méritos. Empezando porque devuelvas el infierno a Sinbad.


- Al final es ese hombre el que te importa.


- Ey no te pongas emo que suficiente tengo con el enano y Hakuryuu.


- ¡Cuidado Judal-kun!


La advertencia de Aladdin fué justa, así el demonio pudo evadir una estaca de hielo que iba directo a su rostro.


- Es más que suficiente diálogo - Ill Irah - Robaste mi poder Aladdin pero el mundo mismo fué creado por mi, en otras palabras tengo una gran batería a mi disposición. No me interesa que al usarla, muera por completo.

Notas finales:

Mmm siempre he sido terrible para calcular pero creo que faltan algo así como dos capítulos (más o menos) para el final. Gracias por el apoyo y paciencia! Nos vemos en la conti compañeros de vicio!


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