Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ese chico es un demonio por dark kirito

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama.

Escrito en el móvil, errores son sin querer.

Muchas gracias a Yayoi, Yume Lawliet y todos los que leen!!!

 

 

Ha pasado medio año desde que Judal y Sinbad se volvieron pareja y su relación no ha cambiado en mucho o más bien prácticamente nada; pues el joven se niega a confiar del todo en el otro aunque admite que tiene detalles que le hacen muy difícil el evitar enamorarse de el.


Hoy como siempre están en el hogar del peli morado, el demonio se pasea de aquí para allá mientras es observado con curiosidad.


-¿Estas aburrido?


-No es eso, más bien... siento algo raro.


-¿Como qué?


-¿No te parece que el aire está más viciado? Por mi no hay problema soy un demonio. ¿Pero y tú?


-¿Yo? ¿Debería haber alguno?


-A veces me pregunto si tienes una resistencia envidiable o tu idiotez evita que te des cuenta de las cosas, bueno da igual quizá es solo mi imaginación.


-Supongamos que no lo fuera. ¿Qué quiere decir eso?


-Que hay varios de mi tipo cerca.


-¿Crees que sean malos?-silencio-cierto, fue estúpido preguntar.


-Nah, total si son enviados de esa maldita bruja me los cargo y ya.


El peli morado le sonrió y tocó las sábanas con suavidad mientras estaba sentado en la cama.


-¿Qué quieres?


-Se supone que estamos casados y en estos seis meses rara vez te he tocado y ya ni se diga que besado. Quiero hacerlo.


-Ganatelo.


-¿Cómo?


-Convenceme-sonrió de lado-o intenta someterme.


-Así que eres difícil ¿eh?


-Ya lo te lo había dicho.


El oji miel se acercó con paso decidido y tomo al mayor entre sus brazos o eso creyó. Miró confundido a su alrededor notando que se le había escapado. Volvió a buscarlo y corrió hasta estrellarse con una pared. Pero no se iba a rendir ha esperado lo suficiente, le ha respetado y probado que puede confiar en el. Ahora le toca disfrutar un poco de las mieles del amor. Tan decidido que casi se tira por la ventana creyendo que finalmente lo había arrinconado.


-Ja ja ja ja ja-el menor-me preguntaba porque no podía tocarte, me engañaste con ilusiones de ti.


-Vaya que tardaste en notarlo.


-Pero ahora que lo se el truco no volverá a funcionar.


-Si, como digas.


El de orbes doradas dejó de mirar su entorno y se concentró en apreciar el aroma a durazno de su amado. Este entendiendo lo que planeaba se colocó silenciosamente en la cama; lugar que posee el aroma de ambos y que por lo tanto puede camuflajear el propio. Sinbad no realizó ningún movimiento esperaba algo, luego con cautela caminó en dirección a la ventana.


<<-Creo que se ha confundido otra vez. Sospecho que si continuo jugando de esta manera con él me quedaré viudo muy pronto. Creo que lo mejor será decirle en donde estoy. Perdiste, lastima porque luego de todos estos meses yo en verdad deseaba que...>>


Abrió desmesuradamente los ojos pues su marido dio un gran salto cambiando de dirección y le abrazó con fuerza.


-Parece que esta vez gané mi amor.


-Tuviste suerte.


-Supongo pero ya me tocaba una.


-¿Y qué vas a hacer?


-Aprovechar que no hay nadie en casa.


-Pervertido.


El menor sonrió y le recostó suavemente entre las delicadas sábanas, besó los labios de Judal con ternura que al poco se volvió pasión; el otro los separó para permitir que se adentrara y así pudiera sentir como la lengua de su esposo tocaba con dulzura cada milímetro, con roces deliciosamente sutiles era como si un carmelo se derritiera en el contacto. El azabache estaba sumamente colorado y cerraba sus hermosos ojos con fuerza. Puede que sea un ente del bajo astral pero esta es la primera vez que permite que alguien le haga suyo. El más joven baja y besa su mentón para continuar el camino en su cuello donde inspira el aroma de su pareja; comienza a realizar pequeñas succiones y una que otra lamida. Alza el rostro para ver al expresión avergonzada del demonio.


-Eres todo mío-dijo con tono meloso y sensual.


-Deja de estar jodiendo, no te detengas ahora...ugh...


Esa fue la última frase que su marido le dejó completar, lo demás fueron casi cantos de ángel que resonaron en todo el lugar.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


Luego de haber hecho el amor por primera vez y más que nada porque el demonio instó al otro, los dos yacían sobre el lecho. Sinbad estaba más animado y fresco que al principio pero el contrario estaba boca abajo con la cara ladeada y hecho polvo.


-¿Estas bien amor? ¿Fui muy rudo?


-Ese no es el problema-enterró el rostro en la almohada-¡tú cosa es demasiado grande! ¡Ojalá pudiera cortartelo!


El menor tuvo el impulso de saltar por la ventana valiéndole gorro el estar completamente desnudo. Pero una mejor idea llegó a su mente.


-Pero si lo haces ya no podemos repetir lo que hicimos.


-¿Por qué los hombres que se meten a mi cama están tan bien dotados?-dijo más como lamento que otra cosa.


Pero su comentario provocó que el menor se pusiera celoso.


-¿Lo has hecho con alguien más?


-¿Te importa?


-Pues-se ruborizó-la verdad eres mi primera vez, creí que yo también era...


-Nah, ni me hagas caso. La otra persona fue Kouen pero todo pasó porque Kouha que es su pervertido hermano lo sedó, lo emborrachó, lo drogó o simplemente lo golpeó y lo aventó desnudo en mi cama. Así fue obvio no verle aquello pero no hicimos nada.


-¿No querías?


-Era mi prometido, claro que quería.


-¿Entonces?


-El muy idiota se quedó dormido toda la noche y no despertó hasta la mañana siguiente. Para ese entonces ya se me habían quitado las ganas.


-Entonces tu...¿estabas enamorado de Kouen?


-¿Acaso importa?


-Por favor, es muy importante para mi.


-Si, lo estaba.


-Pero el dijo que no congeniaban.


-¿Y eso qué? Tu y yo somos muy distintos y no nos llevamos mal.


-¿Quieres volver a su lado?


-Dije que lo amé, no que aún lo hago. El me traicionó y me dolió tanto que mi magia estuvo a punto de matarme. Escuchame, quiero dejarte algo bien en claro. No soy de los que perdonen.


-Pero no se ve que lo odies. ¿Acaso aún te importa?


Judal sintió un dolor intenso en su pecho que le dificultaba respirar. Su marido le tomo entre sus brazos para hacerle saber que estaría siempre a su lado. El mayor realizó un brusco movimiento, por un momento Sinbad creyó que le daría un puñetazo o una patada pero se sorprendió al ver que estaba llorando y se aferraba pidiendo protección a su pecho. Se veía tan frágil. Por su mente nunca pasó la posibilidad de verlo así. Espero por varios segundos a que dijera algo pero nada. No sería el quien le obligara esperará el tiempo que sea necesario.


-Maldita sea, es por eso que yo...¡quiero destituir todo! Hacerle pagar a todos los que me traicionaron...yo...¡ja ja ja ja ja! ¡Deberías ver tu cara!


-¿Estabas jugando conmigo?-atónito.


-Oh no, mucha gente me dió la espalda, Kouen solo jugó conmigo. Pero sentarme a llorar no va a cambiar nada. Si, lo amaba pero te lo dije no puedo confiar en las personas que mienten, no cuando se trata de algo importante. Por eso más te vale no hacerme algo así...-colocó su mano en la mejilla de Sinbad con expresión dolida-...no sé que rayos me hiciste. Pero te prometo que si te burlas de mi estoy dispuesto a llevarte conmigo a la otra vida.


-¿No querrás decir que me asesinaras?


-No idiota, es muy tarde para eso...me enamoré de ti. ¡Me lleva! ¡Esto no debió haber pasado! ¡Se supone que debería ser libre!


El menor le atrajo hacia si y le beso en la frente.


-Nunca te voy a mentir mi amor, por eso...


-¿P-por eso?-ruborizado.


-Necesito que lo hagamos otra vez.


-¡Acabas de destrozarme! ¡¿Para que carajo tanta urgencia?!,-miró a la razón de su dolor-¡¿Como rayos te excitaste?!


-¡No pude evitarlo! Te vez hermoso cuando lloras.


-Ung estas bien enfermo-suspiró-pues ya que...pero esta vez ten cuidado.


-Lo tuve.


-¡Pues esfuerzate más!


-También podrías negarte.


-Yo también quiero-en un susurro.


-¿Dijiste algo?


-¡Que no tengo todo el día pues!!!


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


Luego de hacerlo tres veces más, el pobre demonio quedó en las últimas y completamente agotado pero más feliz que nunca y sintiéndose amado fue capaz de dormir profundamente, pero lo que ve no es un sueño cualquiera; es el pasado.


Inicio del flash back.


Un pequeño niño de hermosos ojos escarlata va en dirección a la biblioteca, pero en su camino se encuentra con varias familias que tienen la más bella sonrisa en el rostro.


<<-¿Por qué siempre estoy solo? Ya no quiero seguir estudiando, estoy cansado. Quiero ir a caminar, correr, saltar y subir  a un árbol, pero no puedo. Mi salud no es buena. Por más que busco en los libros no encuentro la razón. Se supone que todos los demonios son fuertes. ¿Qué tengo mal?>>-se agarra del pecho al sentir una punzada aguda-<<-Ahí está otra vez ese dolor...no me deja respirar...¿debería ir por ayuda? No, me van a ignorar como siempre. Quizá si solo me siento un momento...>>


Dejó caer su pequeño cuerpo hasta quedar recostado sobre la pared, su respiración era agitada y su rostro tenía un leve color escarlata sobre todo en las mejillas. Su frente perlada por un poco de sudor. Pasó así varios minutos hasta que el dolor cesó, no así un ligero mareo del que era víctima pero no podía quedarse ahí todo el rato. Donde su madre le encontrará, bueno digamos que no la pasaría muy bien.


<<-¿Por qué mamá no me quiere? ¿Soy un niño malo? Pero...¿no se supone que los demonios lo sean? ¿Es porque me niego a herir a otros?>>


Trato de no pensar mucho en ello porque conforme más lo hacia más dolía. Continuó con su andar sujetandose de la pared como le fuera posible, no pudo evitar resbalar y golpear su rostro por ello.


-¡Buaaaaaaa!-el sonido del llanto de un pequeño que al igual que el había caído y se ha hecho daño.


-Ten cuidado mi amor.


Una mujer tomó al infante con dulzura ante la atenta mirada de Judal que sintió un poco de celos. Quizá si lloraba alguien fuera y le brindara un poco de amor.


-¿Por qué no estas estudiando?


La voz de Arba tras de si le aterró, fue incapaz de darse la vuelta. A lo mejor no es a el a quien le pregunta. Con un poco de suerte no le ha visto. Después de todo es solo un niño dentro de un enorme palacio.


-¿Por qué no estas estudiando Judal?


-Ah yo...-tembló involuntariamente-iba a la biblioteca, pero me...-dudo de contarle la verdad.


La castaña se inclinó hasta quedar a su altura y tocó con suavidad su pequeña cabecita.


-Eres mi hijo ¿o no? Puedes confiar en mi.


La carita del menor se iluminó y le sonrió esperanzado.


-¿Cuidarás de mi?


-Por supuesto, eso hacemos las madres. Ahora cuéntame.


-Me siento mal, me duele el pecho, no puedo respirar...y estoy mareado.


La expresión de la mujer cambió radicalmente, se puso de pie y tomo bruscamente al azabache de la manita produciéndole daño.


-¿A dónde vamos?-cuestionó ansioso.


-Estoy harta de que a cada rato digas me duele esto, me duele lo otro. Seguro todo esta en tu mente, te voy a dar un castigo para que dejes de mentir. Los niños no deben hacerlo para que mamá sepa lo que pasa.


-No lo hago-con voz entrecortada.


-¿Otra vez mi pequeño Judal?


-¡No por favor! ¡Me portaré bien! ¡Yo no miento! ¡Odio las mentiras!


-Sabes que no es verdad.


-¡Por favor!! ¡Mamá!!


Sus lamentos fueron ignorados y aún cuando varios guardias vieron lo que ocurria nadie se ofreció a ayudarle. Hicieron de cuenta que no lo habían visto lo cual es imposible porque todos y cada uno de ellos saludaron a la emperatriz del infierno.


Y de esa manera tuvo su castigo, el cual es obvio no soportó y terminó perdiendo el conocimiento. Cuando volvió en si fue incapaz de abrir los ojos pero llegó a el un aroma dulce muy agradable.


-Pobre, ¿Cómo han podido hacerte algo así?


Una suave mano pasaba un paño limpiando sus heridas, era una sensación agradable y desconocida. Se sintió amado. Quería abrir sus ojos con toda su fuerza pero se sentía terrible.


-Te arriesgaste mucho, esa mujer pudo haberte asesinado-le dijo alguien al hombre que le tenía en sus brazos.


-No podía dejar que continuara lastimandolo, y aunque me reclames se que tampoco tú.


-Es verdad. Me molesta lo que está ocurriendo, el no debería sufrir de esta manera, no es normal que su salud no sea buena.


-Creo que es culpa de esa mujer. Sospecho que quiere volver su magia inestable.


-Y con eso lo mataría y ya no estorbaría, además le sería más sencillo controlar su poder.


-Así es. Pero no pienso permitirlo.


-¿Y qué harás?


Por desgracia Judal volvió a caer en la inconsciencia y no supo más hasta que despertó después de quién sabe cuanto tiempo en su habitación.


-Que raro sueño, no. Dudo que lo haya sido. Alguien me salvó, a mi...-sonrió y sintió calidez en su pecho.


Se levantó más animado que de costumbre. Su cuerpo parecía estar en perfecto estado lo cual le pareció extraño pero decidió disfrutar el momento. Se puso de pie, tomo un baño y fue a desayunar. Luego de ello se dirigió a la biblioteca. Y de la misma manera pasaron varias semanas en las que la salud no volvió a causarle un problema. Estudiaba día y noche para no molestar a su madre que al últimas fechas estaba muy contenta. No le dirigía la palabra, solo sonreía. Es probable que esa fuera la manera que tiene Arba de mostrar su amor.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


El tiempo siguió su curso, el niño ahora es un hermoso joven de quince años. Algo mimado y difícil de tratar. Pero no es su intención molestar a la gente con su sinceridad es solo que no ha tenido la oportunidad de platicar con nadie...absolutamente nadie...¿es algo normal? Ahora que cae en cuenta tiene muchos años que no avista otro ser vivo que no sean los súbditos del palacio que le cuidan. Siempre va de su habitación a la biblioteca. Le parecía tan normal. Pero un pequeño presentimiento se agolpa en su mente y sale rápidamente de su alcoba no a la biblioteca, sino al lado contrario. Cuando llega se sorprende al ver que hay una rejilla y esta tiene un candado mágico. Está seguro por la energía que desprende que Arba ha colocado un contrahechizo en el. Podría intentar volarlo, pero seguramente terminaría convertido en nada más que polvo. Desistió y volvió por donde vino, pero no se detuvo en su habitación, tenía intención de llegar aún más lejos de la biblioteca pero pasando esta se encontró conque también estaba una puerta. Aturdido inspeccionó cada ventana en el pasillo encontrándose con la misma situación. ¿Acaso su madre le ha encerrado? ¿Desde cuándo? ¿Por qué no lo había notado? Sonrió anonadado.


-Me engañó. Deseaba tanto que alguien me amara que caí completamente en su trampa.-puso una mueca maniática-maldita, no creas que puedes salirte con la tuya. Podrá ser verdad que tienes decenas de años como experiencia, en ese sentido me superas. Pero no te voy a regalar mi libertad. Así me cueste la vida conseguiré salir de aquí.


Corrió de vuelta a su cuarto en busca de su mediador, pero antes de que lo tomara fue cogido bruscamente de la trenza. El movimiento le causó daño pero se negó a admitirlo. Se giró lentamente para ver lo que ya suponia.


-Así que si es culpa tuya lo que ocurre-dijo furioso.


-Siempre te he mantenido vigilado. Hay un ritual que quiero hacer. Bueno alguna vez lo intenté pero no pude completarlo, eras muy joven y estuviste a punto de morir. Por eso tu salud era precaria. Tu magia sufrió un gran desequilibrio. Pero un día alguien te rescató y de alguna manera curó tu corazón. ¿Será que te dio un poco de amor?


El azabache se negó a contestar por lo que ella le jaló más lastimando también su cuello. El menor quería golpearla pero la posición se lo impide.


-Bueno, da igual es una pregunta para la que tengo respuesta. Pero ahora las cosas son diferentes, has crecido-deslizó sus manos por el abdomen descubierto del chico.


-¡No me toques!-gritó alterado.


-No te preocupes, no es esto lo que me interesa. Sino el interior. Como ya sabrás tengo muchos conocimientos. He vivido muchísimo tiempo. Como nadie. Pero todo tiene un precio y mi magia comienza a acabarse.


-No me interesa.


-Debería, porque me voy a quedar con la tuya.


-¿Serías capaz de asesinar a tu hijo?


-¿De verdad crees que soy tu madre?


-¿No...lo eres?-asustado.


-Es más divertido dejarte con la duda.


Un escalofrío recorrió el cuerpo del joven que sin importarle el herirse a si mismo se giró y la golpeó en el estómago. Gracias a ello le soltó, se agachó para ir por su varita pero una fuerte patada le hizo dar vueltas en el piso hasta estrellarse de espaldas contra una pared.


-¡Ung!


Se puso de pie para inmediatamente caer de rodillas y escupir un poco de sangre pues le ha roto un par de costillas. Cogió el cuchillo que emplea para abrir sobres y lanzó una fantástica estocada contra su progenitora pero increíblemente ella le tomo de la muñeca, dio un giró con el cual golpeó el estómago del muchacho con su codo, lo que provocó fue cayera de rodillas, ella pateó con fuerza un tobillo y le hizo caer de frente. Por suerte alcanzó a poner las manos. Aunque en esa posición una de ellas fue atravesada por la daga.


-¡Aaaaaaaaa!!!!!


-¿Duele?


-¡Vieja idiota! ¡Claro que duele!


-Es para que no olvides que conmigo no se juega. Tu eres mío. Hago contigo lo que quiero y no tienes derecho a reclamar. Gracias a mi continuas vivo. Deberías estar feliz de serme útil.


-¡No soy un maldito objeto!


La mujer removió un poco el objeto metálico, esta vez el menor no fue capaz de contener el llanto.


-¿Por qué me haces esto?-sollosaba como niño pequeño.


-Ya te dije, me eres indispensable para recuperar mi magia.


-¿Entonces no me quieres?


-Jamás he sentido algo por ti.


El oji escarlata sintió un fuerte dolor en su interior, como si algo le quemara y solo le hacia sufrir. Se removió adolorido sin saber que hacer.


-Oh mi pequeño Judal. No puedes permitir que tu magia se salga de control, no puedes morir al menos por ahora.


La oji avellana le lanzó un conjuro que le indujo el sueño. Para cuando despertó estaba atado del techo por ambas muñecas. Debajo de el había un extraño símbolo que le resultó tan grotesco como desconocido. Numerosas personas con el rostro cubierto le rodeaban y evocaban cantos. No le parecío raro aunque si molesto. Pero pronto sintió un dolor como ningún otro en su pecho, tan intenso que incluso el gritar le resultó imposible. Trató de liberarse ayudado de sus pies pero se dio cuenta que estos también estaban atados a una cuerda sujeta del piso. La energía comenzó a dejar su cuerpo, seguido de una increíble debilidad, frío y náuseas. Comenzaba a perder el sentido y sus ojos a cerrarse. No quería morir así, al menos quería maldecirla hasta quedar afónico pero ya ni era capaz de distinguir con claridad la sombra roja ante si. Sintió que su cuerpo caía sin oponer resistencia, pero antes de golpearse con el piso fue tomado en lo que suponía eran lo brazos de alguien. Ese aroma le resultó nostálgico, es el mismo que le rescató cuando era pequeño. Una vez más le fue imposible admirar su rostro.


-¡De nuevo tu Kouen! ¡¿Cómo has logrado escapar?!


-Lo haré las veces que sea necesario para acabar contigo.


Si, incluso es la cálida y confiable voz de sus recuerdos. Vencido por la fatiga volvió a quedarse dormido. Pero temía hacerlo. De verdad deseaba ver el rostro del hombre que le ha protegido en más de una ocasión, pero Arba le robó una cantidad considerable de energía. Era incluso inexplicable el hecho de que continuara con vida. Despertó varias horas o días a saber con exactitud sobre una cama. Se sentó lentamente y comenzó a llorar.


-Mi madre me traicionó, intentó asesinarme, todos lo sabían y no me ayudaron. No, hubo alguien que lo hizo pero...ya no lo conceré jamás.


-¿A quién quieres ver?-preguntó un hombre a su lado.


Hasta el momento en que le dirigió la palabra no le había notado. La fragancia del pelirrojo le llegó a través del viento.


-Eres tu-emitió con simpleza.


-No entiendo muy bien a qué te refieres.


-Eres quien me salvó cuando era pequeño.


-Ah, mis hermanos también ayudaron.


-¿Por qué lo hiciste?


-Nadie merece vivir así.


-¿Me salvaste por...lastima?


Ni tiempo dio al mayor de contestar. Sintiendo su orgullo herido, Judal tomo el florero colocado en el buró de al lado y lo lanzó cual proyectil al otro que en un espléndido movimiento le evadió y fue a impactarse de lleno contra la puerta.


-¡Largate! ¡No quiero que sientan pena por mi! ¡Te odio!


El de cabello escarlata se acercó y se sentó con suavidad sobre la cama para luego mirarle con dulzura.


-¿Te parece que opino eso de ti?


-Ya no se que creer.


-Al principio puede que lo hiciera porque me preocupaba lo que le hacían a un niño, pero luego de ello fui encerrado por lo que tuve mucho tiempo para...


-¿Arrepentirte?


-Recordar, preocuparme y todos mis pensamientos estaban enfocados en un solo ser.


-¿Qué quieres decir?


El hombre suspiró y le miró con seriedad.


-¿Qué eres idiota?


-¡Óyeme hijo de...!


Pero fue impedido de expresar comentario alguno, el pelirrojo le tomo de los hombros y unió sus labios en un forzado beso que a pesar de ello no era rechazado. Las lágrimas salían por montones de los bellos ojos del azabache que sintiendose sometido mordió al agresor.


-No soy tan fácil imbécil.


-No dije que lo fueras, así que el idiota eres tu por suponerlo.


-¿Quieres pelear?


Y así inicio una extraña y muy pero muy complicada relación que de cualquier manera no estaban muy seguros de tener.


Fin del flash back.


~_~_~_~_~_~_~_~_~_~_


...


El demonio despertó sintiendo un terrible malestar en su pecho, pero este no es provocado por su magia como tiene rato que le pasa. Es algo más conocido para el. Tristeza. El que siempre trate de mostrar su fortaleza no indica que no sufra. Odia haber perdido lo que sea que tuviera con Kouen y más de esa manera. No puede odiarlo porque alguna vez lo amó pero tampoco puede perdonar lo que le hizo. Siente que una furia enorme le consume, está a punto de ponerse de pie para destruir la ciudad misma si con eso alivia un poco su dolor. Pero antes de darse cuenta su esposo le toma entre sus brazos, aunque ha hecho esto dormido.


-Te quiero mucho Judal.


Sonrió de forma tonta mientras su voz sonaba curiosa. Seguro lo dijo en medio de ronquidos. El mayor no pudo evitar sonreír y se acomodó mejor pegando el rostro en el pecho de Sinbad pudiendo así apreciar a la perfección cada uno de sus latidos.


-No cabe duda de que eres el ser más idiota del universo, te amo tarado.


Dijo para quedarse dormido otra vez. Así de fácil elimina su sed de destrucción y llena su corazón. Porque Kouen es una pieza importante de su pasado pero Sinbad lo es de su vida entera.

Notas finales:

Gracias por leer!!!!!!!!!!!!!!! >/////<


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).