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Sombras y luz por Liyis

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Notas del capitulo:

Hola mazapanes!!

Lamento no haber actualizado la semana pasada. Lo avise (creo que si lo avise) por mi pagina en Facebook. Pero ahora si, aqui esta!

Disfruten.

A la mitad de la fiesta me concentre en vigilar un poco a mamá para que no pensara en beber ni siquiera la champaña, parecía que se estaba conteniendo, pero aun así, sentí que debía vigilarla, observándola de lejos desde mi lugar en la mesa en la gran fiesta.

La abuela lo noto y me regaño.

—Tu madre es una mujer adulta. —me lo había repetido cientos de veces —Y no es tu obligación tener que cuidar a una mujer que debería estar cuidándote a ti.

—Lo entiendo abuela. —respondí recargándome en la mesa observando el moño mal atado de Iván. Que había regresado de fumar cuando acabo la hora de las fotos.

—Ya comienza a hacerse tarde. —dijo cuándo empezó a notar que algunas personas habían decidido ya irse. Revise la hora en mi móvil, no pasaba de las dos de la mañana.

Pero debido a la cantidad de gente que se quedaba ahora en casa, no estaba realmente seguro de donde se quedaría mi abuela, ya que había llegado de improviso. Mientras todos en la mesa recogían las cosas la señora Davis pareció haber leído mi mente.

—Señora Brooks, ¿no quisiera pasar la noche en mi casa? Con todas las visitas que tiene Ellen creo que le vendría mejor dormir en la habitación de invitados que tenemos.

—¡Oh! Muchísimas gracias Amanda. —respondió mi abuela, con el tono de voz que utiliza para verse más como una anciana indefensa.

Incluso llegue a desear que me haya invitado a mi también, no solo porque no quería estar en casa con todas esas personas desconocidas, si no, también porque la idea de poder quedarme en el cuarto de Iván me animaba y me hacia sonreír como estúpido, pero nada era como yo quería.

Rodeamos la casa entera para llegar a la entrada de enfrente, la señora Davis le dio a Iván el florero del centro de mesa y el lo cargaba con una mueca que me daba risa. Antes de que la abuela se fuera con ella me abrazo y me dio un beso de buenas noches. Pero antes de ello me susurro algo al oído.

—Cierra la puerta de tu habitación con llave.

No comente nada, pero si solo supiera que me había tocado quedarme en el ático. Ya hubiera ido a reclamarle a mi madre.

 

Así que entre a mi casa solo, aun escuchando la música de la fiesta que había comenzado sonar más fuerte y parecía que las paredes temblaban. Subí las escaleras y baje las portátiles del ático, subí esperando oscuridad, pero las luces del jardín trasero se filtraban por el ático y la música se había calmado aun mas, así que esperaba poder dormir. Me quite la corbata y el saco, los zapatos y la camisa, no había bailado nada, pero me sentía muy cansado, ahora el dolor de los moretones crecía y me tire en el colchón inflable que había preparado antes en el piso.

Cerré mis ojos, suponía que me quedaría dormido en solo segundos, en especial porque mi cuerpo estaba realmente pesado.

 

No estaba muy seguro de cuánto tiempo dormí, llegue a escuchar el sonido del rechinido de la puerta del ático.

Había tenido un sueño, un sueño que tampoco me había hecho saltar de la cama como deseaba, donde todos en la casa se ponían ebrios por la fiesta, cantaban y bailaban con la felicidad más grande que había, tanto que comenzaban a perder el control de todo e incendiaban el jardín, y a pesar de que todos los manteles blancos se estaban quemando la gente seguía bailando en círculos y cantando con tanta felicidad, hasta que el vestido de novia de mi madre comenzó a quemarse también.

Algo espantoso que me obligo a abrir los ojos en el momento en el que escuche el rechinido.

Me senté un poco, y talle mis ojos tratando de ver en la oscuridad, escuchaba pasos, alguien había entrado, pero no me sentía capaz de hablar. Apenas había abierto mis labios cuando sentí una presión sobre mí, me asuste. Era un peso extra que me hizo regresar a acostarme, comencé a revolverme y a empujar a quien sea que había entrado, pero me sostenía con fuerza hasta que logre caer de la cama inflable y prender la luz con miedo.

Logan estaba muy cerca de mí, y el olor a alcohol de su cuerpo me explicaba muchas cosas.  Me miraba con una sonrisa que me parecía perturbadora y yo lo observe entre sorprendido y asustado. Puso su dedo índice en su labio haciendo señal de silencio.

—Lo disfrutaras. —y su voz era lenta y alargada.

Comenzó jalarme y a intentar besarme varias veces, encimándose en mi para que no me moviera, entre en pánico cuando comenzó a tocarme en lugares que no debería y la manera en la que forzaba desabotonando mi camisa, no podía moverme y eso me asustaba aún más. Pero a pesar de eso no me atrevía a hablar o gritar, porque cientos de interrogantes llegaron a mi mente, no quería arruinar la boda de mi madre, aunque todo el tiempo estuve deseando que no sucediera.

Logan besaba mi cuello causando que me estremeciera por la rara sensación, y yo me mordía el labio tratando de evitar sacar un gemido, con mis manos en su pecho para alejarlo, pero por lo grande que era, era difícil. Entonces sentí como intento meter la mano dentro de mi pantalón, eso fue suficiente, como acto de reflejo, lo empuje lo más fuerte que pude logrando separarme y tomando alguno de los objetos antiguos del ático lo golpee sin atinar a la cabeza, sacándole el aire al haber dado en el estómago. Lo deje aturdido y sin dejarme paralizado lo volví a empujar abriendo la escalera y sacándolo sin saber si había caído de ella o no. Cerré con llave y me quede quieto sobre ella, respirando con fuerza y tratando de analizar lo que había pasado. Recordé las palabras de la abuela. Cierra con llave. Lo olvide. Mi cuerpo temblaba y mis manos sudaban. Me senté sobre la puerta y  abrace mis rodillas de nuevo, todo estaba tan silencioso y oscuro, que el sonido de sus puños golpeando la puerta solo me hacía ver más sombras.

 

 

No dormí en toda la noche por el miedo a que el volviera a aparecer, a pesar de haber asegurado la puerta con más muebles y no quise salir de ahí hasta que dieron las cinco de la tarde y Logan se había ido de la casa. Deseaba no volver a verlo en la vida, pero sabía que eso no iba a ocurrir.

Baje las escaleras con miedo y aturdido, tanto que juro que las hermanas de Richard me miraron como si fuera algún tipo de bicho raro. Y es que tenía unas ojeras que no quería que nadie me tocara. Me serví un tazón de cereal porque fue más el hambre lo que me obligo a bajar y vi a mi mamá  sentada en el sofá, estaba tranquila y parecía que no había tomado en toda la noche, eso logro alegrarme, ella no podía saber nada.

Tenía la esperanza de que con lo borracho que había estado Logan, el olvidara todo lo que intento y no lo volviera a intentar nunca. No le iba a decir a mamá que el hijo de Richard había intentado violarme, me moriría de vergüenza y aparte arruinaría toda la historia amorosa que había entre ellos dos, así que haría lo posible para mantenerlo en secreto.

 —¡Luca! —la escuche gritar, fue ahí cuando me di cuenta que había derramado toda la leche. Llego con un trapo y yo tome varias servilletas tratando de evitar que resbalara hasta el piso. Y sentí las miradas de todos los familiares de Richard observarme. Los hijos de sus hermanas que parecían tener mi edad, reírse. Su tía When negar con la cabeza y observar su periódico de nuevo sentada en el gran sillón. Los  señores Thompson, observarme de nuevo como si fuera algún peligro para la sociedad.

—¡Lo siento…! —casi grite. Pero es que realmente me sentía mal.

Ella me miro preocupada. —Mi niño… —su voz se volvió suave.  —Tranquilo… —susurro e intento acariciarme la mejilla, pero yo me aleje sin ni siquiera haberlo pensado. Salí de la cocina hasta el baño cuando me di cuenta del porque comenzaron a verme tan raro. Había estado llorando, y mis ojos estaban tan irritados que los mocos me comenzaban a escurrir. Cerré la puerta con fuerza cuando sentí las arcadas del vomito.

 

Cuando salí del baño regrese no me creí capaz de volver a regresar al ático, así que me quede sentado en el pasillo, todos estaban en el piso de abajo. Así que desde aquí podía escucharlos reír. También escuche los pasos de mi mama acercarse.

—Cariño ¿estás bien? —se sentó a mi lado.

Asentí con la cabeza. Sin decir nada más, hasta que recordé algo.

—¿Y la abuela? —pregunte, aun abrazando mis rodillas y apenas mirándola.

—Ella ya se fue. No habías bajado y creí que seguías durmiendo, se fue temprano, por eso no te avise. Pero dijo que vendrá de visita.

Volví a asentir con la cabeza.  —¿No quieres bajar? —me pregunto. Negué con la cabeza.

 

La abuela se había marchado y había prometido volver pronto, se fue tranquila en su vieja Chevrolet Sedán, sin gritos, ni reclamaciones, ni críticas, solo se fue. Pero me sentí mal porque no pudo darme el beso de despedida. Estuve llorando todo el tiempo porque tenía mis ojos hinchados y me veía muy triste, y si, estaba realmente deprimido y solo quería que la señora When se fuera de una vez de mi cuarto para poder quedarme a observar la ventana el tiempo que fuera posible para perderme.

El lunes, por  más que intente faltar a la escuela, me dije que tenía que empezar a superarlo. No volvería a pasar y fue un día realmente tranquilo. Aunque en mi caso termino siendo un completo conflicto, no le puse atención a la mitad de las clases y me mantenía presionando mi pluma una y otra vez con algo de pánico.

Había tenido una pesadilla donde el suceso del ático se volvía a repetir y ya no pude volver a dormir, desperté sudando y con el cabello pegado a la cara, como mamá cuando se dormía después de tomar tanto. Comencé a dar vueltas por mi cuarto para tratar de calmarme y al final termine durmiendo junto a la ventana. Ahora me dolía el cuello y suponía que me veía realmente mal, porque Adam decidió no molestarme y simplemente disfrutar de mi sufrimiento, me sorprendía después de la patada que le di en la entrepierna. Pero me sentía realmente mal como para concentrarme en eso.

Cada que lo recordaba me entraban ganas de llorar, pero no podía permitirme verme tan débil. Debería estar enojado o algo por el estilo, pero yo tenía miedo.

Después de clases mamá me invito al pueblo a ir a comprar algunas cosas y como no tenía deberes decidí ir. Creo que me había notado aún más triste y usaba eso como una manera de animarme. En el camino me mantenía con las manos en los bolsillos y la mirada en el piso. Ella se mantenía en silencio y sentí su preocupación sobre mí.

Estábamos en el puesto de verduras cuando me pregunto mientras escogía unas lechugas.

—¿Te sientes bien? —su ceño estaba fruncido en señal de preocupación.

—Si... —susurre, realmente no sabía si quería que me escuchara o no.

Ella se inclinó más a mí para escucharme mejor. —¿Te duele algo? ¿Tienes fiebre? —tanteo mi frente y mis mejillas, pero no me dolía el cuerpo. —¿Ha pasado algo? —ahora venía su segunda parte del interrogatorio, cuando se metía a partes más profunda. Yo me mantenía apenas mirándola y negando con la cabeza. —¿En el colegio? —volví a negar. —¿Paso algo en la fiesta? Lamento mucho que te hayas tenido que quedar en el ático bebe.

Pensé un poco antes de responder, pero solo me encogí de hombros esta vez sin mirarla. Note como no se veía conforme, pero el tendedero le cobro el dinero y ella se distrajo. Seguimos caminando por los diferentes tiendas puestos del mercado, donde toda la gente paseaba a sus perros y compraban los vivieres. Pero esta vez, en el camino, mamá comenzó a hablar.

—Yo me la pase increíble en la fiesta. Fue como una de ensueño y tu abuela se vio satisfecha. —sonrió aún más y miro hacia el cielo —Estuve muy feliz. Rachar se va hoy, pero quiero hacerle una linda cena. También estamos planeando irnos de luna de miel. Nunca había estado tan feliz.

Sonreí por ella. La historia de mamá con mi padre era muy triste, o más bien, olvidada, como si yo hubiera aparecido de una pareja adoptiva u olvidada en una caja. Mi madre había tenido su amor juvenil y su desliz de adolescente, se embarazo a temprana edad y aunque mi padre primeramente se había hecho responsable la dejo cuando yo tenía dos años y ella se había quedado sola después de que la abuela la corrió de la casa. Era más triste, después se metió en el alcohol y fue ahí cuando la abuela reflexiono que no había sido culpa mía, regreso con mamá encontrándome desnutrido, sucio y llorando. De ahí que mi abuela me proteja mucho y le tenga tanto rencor a mi madre.

—¡Mira! Es la señora y el señor Scott. —mamá hablo emocionada y yo me distraje de mis pensamientos  mirando el lado que me señalaba, la pareja observaba relojes.

—¡Oh! También está la señora Davis. Luca, quédate por aquí, yo iré a saludar. —sonrió aun, mas y apenas mirándome fue tras sus amigas.

Yo me quede quieto sosteniendo la bolsa del mandado, hacia algo de frio y llevaba puesto un gorrito gris porque mi cabello estaba aplastado y parecía una mata, aún tenía una mueca, observe al rededor cuando me di cuenta de que estaba parado junto a una, tienda de discos, o realmente no estoy seguro porque el titulo era Novel Lyrics. This is: en letras neón que cambiaba de colores. Inmediatamente capto mi atención y me dedique a observar las cosas, habían todo tipo de discos y artículos de música y acariciaba el cristal.

Pero dejando de ver las cosas observe a las personas dentro y luego al mostrador. Y de nuevo estaba ahí, Iván, con un uniforme y una tarjetita con su nombre atendiendo la caja. Por puro reflejo entre a la tienda haciendo sonar la campanita.

Notas finales:

La historia va a tener mas drama y van a pasar muchas cosas, asi que no se lo vayan a perder.

Espero les haya gustado.

Nos leemos.

Liby.


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