Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sombras y luz por Liyis

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mazapanes!

Reparto de la historia:

Sean O’Donnell como Luca Brooks

Drew Roy como Iván Davis

Barbara Palvin como Amy Scott

Daniel Sherman como Adam Walk

Sandrah Hellberg como Prof. Sara Britt

La maestra era estricta y sin perder tiempo comenzó a hacer su introducción sobre su materia y a explicarnos su manera de evaluar y enseñar, realmente me sentía a gusto de poder acomodar mis cuadernos. Mi maña de organización entre plumas y postes era ridícula, pero yo lo disfrutaba bastante. A la mitad de copiar un texto Iván tomo su cuaderno y se lo extendió a mi vecina.

—¿Qué quieres con eso? —pregunto con fingida molestia, porque asomaba una sonrisa.

—¿Podrías contestarlo por mí? —pregunto con voz seductora y una sonrisa, no podían evitar meterme en la conversación, aunque prácticamente me ignoraban.

—No lo hare, es tu trabajo.

—Vamos cariño, no es tan difícil.

—¿Y entonces porque no lo haces tú?

—Porque sé que Amy es la única tan especial como para copiar mi letra.

Su nombre era Amy. Ellos seguían con esa conversación como si se estuvieran seduciendo y yo solo trataba de hacerme el invisible. No creo que este vaya a ser mi lugar por siempre.

Para cuando termino todos se levantaron para la siguiente clase. Era química, el problema fue que cuando llegue a la puerta no vi a Blue por ningún lado. No creí que se hubiera ido sin mí, pero después de lo que me había dicho tal vez era verdad. No quería perderme así que comencé a seguir a todos, o más bien a Amy y a Iván que iban juntos, no se hablaban ni nada, solo iban juntos, y yo iba detrás de ellos como un renacuajo. Revise una vez más el lugar de mi salón, conocía el edificio pero me di cuenta de que ellos no iban hacia ese lugar, así que llego ese momento en el que me desvié para seguir el resto mientras esos dos se iban a quien sabe dónde. No quería reticular, pero pensaba que ellos ya tenían pareja, o tal vez exageraba y no iban a hacer nada, o tal vez me daba curiosidad.

Iba caminando con tranquilidad, conocía el edificio, era el mismo donde estaba la directora y me fue fácil descifrar la dirección, hasta que a la mitad llego Blue igual de enojada que la última vez.

—¿Dónde estás? ¡Te dije que tengo que guiarte!

—¡Desapareciste! —reclame. Tampoco era tan novato como para dejar que ella me retara, no era nadie. Además iba perfectamente bien solo.

—No vuelvas a hacer que pierda el tiempo. —me tomo de la muñeca y me hizo moverme, note como algunos de nuestros compañeros se nos quedaban viendo.

Fruncí el ceño —¡Suéltame! —me zafe y ella se sorprendió de mi acto, con su temperamento, probablemente nadie se le había revelado —Iba muy bien. —y sin más, camine yo solo lo que quedaba del camino.

Química termino siendo interesante, y el profesor, era de esos que eran entusiastas por la sabiduría, hablaban rápido y cada dos segundo te daban un dato interesante sobre cualquier cosa, tuviera que ver con la materia o no, eso me había agradado. La próxima clase tendríamos que escoger compañero para laboratorio, así que nos había dado tiempo para pensarlo, eso me había puesto las cosas difíciles porque mi manera de hacer amigos era cuando nos juntaban. La manera en la que termine siendo amigo de Megan fue porque nos tocó en la misma mesa de laboratorios y como no dejaba que me pusiera todo el trabajo a mí, creo que le agrade.

En la siguiente clase Iván y Amy regresaron, no se veían diferentes que al principio, solo que a mitad de literatura empezaron a reírse, entonces descubrí que se habían drogado, o suponía que era lo más razonable con el aroma que ambos llevaban.

Me sentí realmente incomodo de que se hayan sentado de nuevo junto a mí.

Después fue el receso. Y Megan me envió un mensaje con un:

Laboratorio es aburrido sin ti.

Escrito. Me consolaba que alguien también estuviera sufriendo, solo que a ella le asignarían una pareja pronto y yo, yo no tenía mesa para sentarme en la cafetería y quien sabe cuándo haría un amigo. Ahora que lo pensaba mis amigos llegaron gracias a Megan y los jugadores de futbol. Solo que aquí, me daba cuenta de que los populares no eran otros más que Iván, Amy y el resto de su grupito. También el chico que me hizo caer en la mañana y con esas primeras impresiones, suponía que ninguno querría ser mi amigo. Así que me decidí por alguien más.

Llegue a la cafetería, Blue no me dejaría estar con ella ni con sus amigos, y no me creía encajar ni siquiera en la mesa de los nerds, así que bote por ir a una banca alejada, donde mamá me había preparado el almuerzo y podía ver a los demás.

Observe la mesa de Iván, el conversaba tranquilamente con sus amigos, sin estar pegado a la rubia como antes. Suponía que todos ahí deberían ser unos adictos, ya que incluso, podía notar que llevaban algo de alcohol dentro de sus sangrías. Seguían viéndose superiores a los demás.

En mi antigua escuela, la mesa de los populares también estaba integrada por los inteligentes, porque los inteligentes sabían tener tratos con los profesores para beneficiar a los demás. En cambio, los adictos eran algo marginados, aunque, claro eran mucho más adictos. No había equipo de futbol, solo eran los de Lacrosse y cómo veía ellos iban solos.

Pero aquí, además de eso, estaba la mesa de Blue. Ella me hartaba. Parecía que había nacido para ser mandona y dar órdenes. Les gritaba a sus amigas y las obligaba a que le llevaran su almuerzo. Que maldita. Me le quede observando con el ceño fruncido un buen momento hasta que note que había alguien sentado a mi lado. Me di la vuelta y lo observe, el me saludo, gemí. Otro friki.

—¡Hola! Soy James —me extendió la mano y dudosamente la tome.

—Luca.

—Nuevo ¿no? —tenia risos naranjas y una gorra de pikachu.

—Si… —conteste.

—Bueno amigo novato —se veía sonriente, y hablaba como un comerciante vendido un producto —no pude no mirar la manera en la que te revelaste a la bruja azul y te recomiendo que pelees contra ella en las próximas elecciones, nadie le ha ganado podrías ser el primero y te aseguro que ya no te sentaras solo en esta mesa. —me dio un golpecito en la cabeza y se fue dándome un volante sobre las elecciones, no parecía mala idea, era presidente en mi antigua escuela. No estaba mal. Sonreí de solo leerlo. Aunque aún no salía de la impresión de que alguien me haya notado.

Guarde el poster en mi mochila y me dedique a terminar mi almuerzo, la cafetería era bastante tranquila, todos se veían muy tranquilos. Yo me dedique a observar, hasta que note al grupo del equipo de Lacrosse, y no solo eso, que un chico de cabello rubio me miraba fijamente, era el mismo que me había hecho caer al principio, cuando se dio cuenta de que yo también lo miraba sonrió, un tipo de sonrisa que ya había visto antes y no me daba buena espina. Termine de comer y en cuanto sonó la campana salí corriendo.

Regresamos a las clases, trate de olvidarme de esa sonrisa. Había logrado obtener un lugar al frente en clase de inglés. Aunque yo era un especial asco para esa materia, me había hecho un favor de todos modos. Las clases prosiguieron normales y sin mayor problema alguno, fueron cuatro clases las que tuve que compartir con Iván a una banca de mí, pero simplemente parecía que no me reconocía de la fiesta o tal vez si me reconocía y me ignoraba, aunque lo dudaba parecía de esas personas que tienen tantos amigos que no recuerdan la mitad de los nombres de la mayoría. Aunque yo no era su amigo.

Al final de día regrese a mi casillero para comenzar a guardar algunas cosas, sacaba algunos libros y los metía de vuelta a mi mochila y al revés. Habían varias personas en los pasillos debido al final de las clases, sentí como otra personas se acercaba y abría el casillero que estaba a mi lado izquierdo. Tendría un vecino pero no me interesaba demasiado saber quién por ahora, escuche el estruendo de su casillero cerrarse, pero  yo estaba concentrado en seguir acomodando mis cosas.

—Eres un pequeño estorbo. —de repente hablo, lo mire, ya me había topado con ese chico tres veces, su chaqueta, su cabello y su aspecto amenazantes eran difíciles de no identificar. Aun así lo mire extrañado por sus palabras.

—¿Qué?

—Este casillero antes estaba vacío por lo que podía usarlo sin ningún problema, ahora lo estas ocupando  y me estorbas.

—No puedo hacer nada… el casillero me lo han asignado.

—Quiero mi casillero de vuelta. —no tenía ninguna expresión más en su rostro.

—Pero te he dicho… —me interrumpió.

—Y yo te repito que quiero mi casillero de vuelta, ¿Te ha quedado claro? —se acercó a mí. Yo prácticamente retrocedí, pero no le tenía miedo.

—¿O qué? —había salido sin querer, el me observo con una ceja alzada y una sonrisa comenzó a aparecer en sus labios.

—Terminaras arrepintiéndote. —y cerró la puerta de mi casillero con fuerza, el estruendo del metal casi me hace saltar, pero no tenía ninguna intención de demostrarle miedo. Siguió estando sobre mí hasta que su grupo de amigos lo llamo, retrocedió y siguió al resto del equipo.

Yo tarde un poco en reincorporarme, por el miedo que me había causado, pero siempre tendía a abrir la boca de más.

 

Mamá no me fue a recoger, por lo que tuve que ir caminando hasta casa. Parecía que nadie más de la escuela tomaba la misma ruta que yo, a excepción de Iván y Amy, pero no los vi por todo el camino. El resto de mi camino fue mirar hacia atrás cada dos minutos por si acaso.

Al llegar a casa deje mi mochila en el piso, me había cansado, iba a la mitad de las escaleras cuando un olor peculiar me detuvo, un olor que pude reconocer de inmediato. Corrí a la cocina para encontrar a mi mama con el vaso y la botella de wiski a la mitad. Tenía los ojos llorosos y en la mano la servilleta. De donde había sacado la botella no tenía idea.

—Mamá. —la llame. Pero ella fingió no escucharme —¿Que estás haciendo? —me sorprendía como podía seguir tomando después de todo lo que ha pasado.

—No es nada... regresa a tu cuarto —suspiro y se quitó el cabello de la cara.

—¿Que no es nada? ¡Dijiste que ya no ibas a tomar! Para eso nos mudamos ¡¿no?!

—¡Te dije que te fueras! —su grito me había hecho saltar. Levantaba la voz, y sonaba fuerte, también podía fingir decepción o tristeza pero era raro cuando me gritaba y más con esa mirada de completa falta de paciencia.

Para mi habían cuatro fases de mi madre cada que se emborrachaba. La fase uno era tranquila, la de solo es una copa y nada más, apenas la entrada. La fase dos era la divertida, donde nada le importaba, empezaba a reírse y parecía la parte más feliz de su borrachera. La fase tres era la enojada, donde le echaba la culpa a todos y empezaba a gritar y golpear cosas.

La mire entre sorprendido y asustado. Más por el hecho de que recuerdo que había llegado a golpearme cuando era pequeño como algo que tengo severamente reprimido. Fue cuando sus ojos se pusieron llorosos y puso el dorso de su mano sobre su nariz, hizo un puchero y como una niña pequeña comenzó a llorar. Esa era la fase cuatro, arrepentimiento.

—Lo siento... —la escuche. —Es que... yo de verdad lo siento cariño. Llamo la abuela y yo solo quería... me criticaba y... tú sabes que yo no puedo...

Sus frases salían de golpe e incompletas. Pero sabía que estaba arrepentida, las llamadas de la abuela nunca era buenas y la fase arrepentida era sincera me acerque a ella hasta quedar sentado en la mesa y aleje lo más que pude el vaso y la botella. Después solo me dedique a abrazarla y dejar que siguiera llorando. Y susurrándole que todo estaba bien, y que no había hecho nada malo. Richard no hacia una sola diferencia, ahora lo veía, como siempre había sido, éramos únicamente mi mama y yo.

Luego ese eso subí a mi habitación con mi mochila para comenzar los pequeños deberes de principio de año. Saque un gran libro de geografía y comencé a pasear con él por todo mi cuarto, leyendo atentamente lo que todos los  mapas me decía, sentí la corriente de aire y me detuve, observe por la ventana. Ahí estaba, cortinas abiertas y ventana levantada, cambiándose la camisa y presumiendo su cuerpo, solo podía ver su espalda tonificada y su piel medio blanca.

Lo miraba tan embobado que apenas note cuando el libro se me cayó de las manos y aterrizo en mi pie. Me queje, brinque y tropecé hasta que caí al piso, me iba a quedar ahí, no me iba a levantar, definitivamente no lo haría, en especial con la vergüenza de que lo más probable él estaría observando por la ventana también preguntándose qué mierda me pasaba.

Notas finales:

Reparto es algo que nunca habia hecho antes, pero me ayuda a imaginar a mis personajes, ustedes pueden imaginarlos como quieran.

Nos leemos.

Liby.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).