Los rayos del sol, calientes y luminosos, lo despertaron del extraño sueño en el que estaba inmerso
“¿Acaso soy idiota?, mira que soñar que aquel chico me acariciaba la mejilla, definitivamente mi lado dame, como dice mi tío Reborn, nunca se irá del todo”
Tsunayoshi se paró pesadamente de la cama, tenía que alistarse rápidamente para ir a la universidad, un examen lo esperaba a primera hora y definitivamente no se sentía preparado para este… a pesar de que estudiara mucho jamás se sentiría listo para ninguna prueba
Un par de pantalones color beige, una playera negra y tenis del mismo color fueron el atuendo a vestir ese día. Tomó su bolso y rápidamente alistó los cuadernos y cosas que necesitaba para las lecciones, y claro, no olvidó guardar en aquella cartera color acero su atuendo de mozo, pues saliendo de la universidad debía dirigirse a “Sweet Fragrance” como todos los días
-¿Ya te vas Tsu-kun?
La voz dulce de una mujer llamó su atención mientras bajaba las escaleras hacia la sala, sonrió y contestó rápidamente
-Sí, okaa-san, hoy no podré tomar el desayuno contigo, tengo una prueba a primera hora
-Lo entiendo, te deseo mucha suerte hijo
Una sonrisa en el rostro de Nana era suficiente para calmarlo, Tsuna devolvió nuevamente la sonrisa mientras se acercaba a ella para despedirse adecuadamente
-Gracias, nos vemos más tarde
-No olvides comer algo ¿ok?, sabes que es malo para tu salud
-No lo olvidaré
…
Ya estando en el bus Sawada Tsunayoshi se seguía preguntando, si quizá solo fue una mala jugada de su mente el haber hecho que soñara con aquel chico de cabellos negros y ojos intimidantes del cual no sabía siquiera el nombre
“Segura jamás lo volveré a ver y aquí estoy, matándome pensando en él en lugar de preocuparme por mi examen, pues sí que soy idiota”
Tras un largo suspiro y golpes en sus mejillas con las palmas de sus manos, sacó su cuaderno de apuntes, el cual tenía una pequeña etiqueta en la pasta que tenía escrito “Economía internacional” y se dispuso a leerlo de inmediato, aún tenía 20 minutos hasta llegar a su destino, por lo que aprovecharía en repasar lo que estudió hasta las 2 de la madrugada, él no era tan bueno en el estudio como Gokudera, pero se esforzaba lo más que podía
…
8:05 am
El mirar su reloj y que le indicara que aún tenía quince minutos hasta que llegara el profesor lo alivió mucho
“Eso significa que puedo repasar un poco más”
-¡Hey Tsuna!
Una voz conocida lo sacó de sus pensamientos e hizo que sonriera mientras hacía un gesto con la mano en forma de saludo
-Buenos días Gokudera-kun
-Tenemos tiempo para estudiar, ¿quieres que lo hagamos juntos?
-Claro
No podía ser más feliz, era bueno el repasar las partes más difíciles del curso con Gokudera, él siempre le ayudaba a comprender mejor cualquier problema
Se sentó a su lado mientras sacaba de su bolso su cuaderno de apuntes y lo colocaba sobre el pupitre frente a ellos
-mmm…bien, ¿por dónde sería bueno comenzar?
-Tasa de oferta y demanda
-me parece bien, es el tema más difícil para este examen
…
Los minutos pasaron mágicamente, de pronto se vio sentado con un bolígrafo en la mano y una hoja del más puro blanco con letras impresas sobre esta…el examen había dado inicio, y debía dejar sus nervios de lado si quería sacar una nota que no lo avergonzara
“Bien Tsuna… ¡Ganbarimasu!”
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-No sabes lo grandioso que se sintió saber que se preocupó por mí, Hibari
Un pelinegro de adorable sonrisa, ojos color marrón claro y piel morena hablaba animadamente al lado de un chico totalmente opuesto a él, no tanto en apariencia ya que también poseía cabellos negros un tanto más largos que el primero, pero sí en personalidad, totalmente frío y callado, desinteresado completamente en todo lo que le decía su “autoproclamado” amigo
-…
-Hey Hibari, ¿piensas que debería pedirle que sea mi novio de una vez o debo esperar un poco más?
Los dos pelinegros se sentaron en una de las mesas del comedor de la Universidad, colocando sus respectivos almuerzos sobre estas, si bien Hibari odiaba comer en ese lugar debido a la gran cantidad de gente que se reunía allí, ese día el lugar donde comía a diario, la azotea de su facultad, estaba cerrada y no tuvo otra opción más que aguantar el bullicio que los herbívoros hacían al almorzar allí…eso y también aguantar a cierta persona que se había auto invitado a ir con él para contarle acerca de un chico peli plateado de la facultad de economía
-¿Me escuchaste Hibari?
-¿Quieres solo divertirte un rato o en verdad crees que te gusta?
La respuesta de Hibari fue seca y directa como lo era él, a pesar de que él no era adepto a estar rodeado de personas, podía considerar a Yamamoto Takeshi como alguien confiable, molesto pero confiable a fin de cuentas, el cual a pesar de su actitud era muy responsable y cuidadoso en sus estudios… el pelinegro de ojos azul metálicos esperaba que el día que tuviese su compañía, Yamamoto trabajase allí, sin duda sería una gran ayuda
-Él no solo me gusta… yo estoy enamorado
La respuesta de su contrario no le sorprendió en lo más mínimo, después de todo, el 80% de lo que hablaba en los últimos tres meses si mal no recordaba era de aquel chico que vio por primera vez en un festival o algo así, del cual luego se había vuelto su acosador y últimamente en alguien cercano
“Amor”
Aquella palabra surcó por un segundo en la mente de Hibari Kyoya, y solo provocó en él una sonrisa burlona, la cual hizo que Yamamoto lo mirara interrogante
“Aún hay personas que creen en esa estupidez”
Cerró los ojos y luego de beber el refresco frío que tenía frente a él siguió con la “animada” conversación
-Entonces deberías decírselo, si eres cobarde para este tipo de cosas, no esperes mucho en tu carrera
-Jajaja esa es una respuesta que esperaría de ti-el moreno sonrió para sí mismo y de un sorbo bebió rápidamente la soda que tenía sobre la mesa- lo haré, créeme
-Uhm
…
Pasaron 15 minutos, los dos comían en silencio mientras el bullicio del lugar crecía cada vez más a causa de la llegada de estudiantes que iban allí a almorzar
-G-Gokudera
-¿?
Miró interrogante hacia Yamamoto
“Gokudera”
¿Aquel no era el nombre del chico del cual hablaba su “amigo” todos los días?
Siguió la dirección que los ojos del moreno indicaban, ¿Cómo sería aquel peliplata? ¿Sería tan atractivo como lo era el novio de su aborrecido primo? Él no era gay, pero podía reconocer cuando un chico era atractivo, y sin duda, no le molestaría tirarse a Squalo un par de veces
-Así que él es el que…
Las palabras que dijo se desvanecieron completamente al observar a la persona que acompañaba a aquel peliplata
No podía negar que el tal Gokudera era muy atractivo, pero en ese momento sus ojos y mente solo eran atraídos hacia el chico de cabello color castaño y estatura baja que esbozaba un puchero mientras conversaba de alguna cosa con su amigo
-Sí, él es Gokudera
-¿Sabes quién es la persona que lo acompaña?
Hibari se obligó a girarse nuevamente hacia su almuerzo para continuar con su comida, no pudo evitar hacerle esa pregunta a Yamamoto, no sabía la razón, quizá solo fue un impulso
-¿Eh?, ¿hablas de Tsuna?, es un amigo de Gokudera, trabajan juntos en “Sweet fragrance”, una cafetería muy conocida no muy lejos de aquí
“Que pequeño es el mundo”
Hibari no pudo evitar pensar en esa frase mientras terminaba lo último que había en su plato, así que el joven mozo que lo atendió a él y a Natsuki el otro día estudiaba en su misma universidad y todavía era el amigo del chico que tenía prendado a Yamamoto, sin duda que el mundo era muy pequeño
-¿Tsuna?, ¿ese es su nombre?
-Bueno, así le dice Gokudera, su nombre completo es Tsunayoshi, no se su apellido ya que solo lo he visto pocas veces y no he hablado mucho con él, pero sé que estudia Economía al igual que Hayato
-Ya veo
Hibari terminó la comida y tomó su último sorbo de refresco, “Tsunayoshi”, pensó, ahora sabía el nombre de aquel chico
-¿Porque tanto interés?, ¿lo conoces de algún lado?
“Interés”
Aquella palabra surcó por la mente de Hibari mientras acomodaba en la charola que tenía frente a él, el plato y vaso ahora vacíos en donde poco antes estuvo servida la comida
Él casi nunca tenía algún interés por algo a parte de su carrera y respecto a algo personal, solo el satisfacer sus necesidades de hombre… el estar interesado en alguna persona estaba fuera de cualquier lógica
-Solo pensé que lo conocía de algún lugar, es todo
Se levantó con la charola y notó como Yamamoto lo imitaba, estaba satisfecho al saber que el moreno había aceptado su respuesta sin agregar nada, y pues claro que así sería, tomando en cuenta su personalidad nadie creería que él pudiese interesarse en alguien aparte de sí mismo
-Tenemos clases pronto, es mejor que nos apresuremos
El moreno dio una mirada hacia la mesa de Gokudera y notando como el peliplata también lo miraba le sonrió, provocando que el chico de la facultad de economía desviara su mirada
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Luego de un complicado examen “Economía internacional” y una clase sumamente aburrida de “Microeconomía”, se había dirigido con su amigo hacia el comedor d la Universidad donde usualmente almorzaban. El clima de ese día estaba soleado y eso era agradable para él, prefería sentir el calor sobre su piel en lugar de un intenso frío que por más abrigo que vistiese nunca desaparecía
-¿Cómo crees que te haya ido en el examen?, yo particularmente solo me compliqué un poco en la pregunta ocho
-A pesar de que me costó mucho el terminarlo creo que no me irá mal, sobre todo porque me explicaste muchas cosas que no entendía en los quince minutos que tuvimos
-Me alegra oír eso Tsuna… ¡bien!, vayamos a almorzar rápido, estamos algo retrasados y seguro ya no quedarán mesas
-Sí
Tsunayoshi se sentía afortunado de tener a alguien como Gokudera de amigo, él siempre estuvo prácticamente solo durante la primaria y secundaria debido a su lado dame, por el cual los niños y hasta niñas se la agarraban con él a la menor oportunidad que tuviesen
Cuando llegó a la universidad, un chico con aura algo delincuencial pero de un rostro muy simpático se le acercó y le habló naturalmente; al principio se asustó, pues quien no lo haría si casi toda su vida estuvo prácticamente solo en la escuela, pero luego de conocer mejor a aquel chico peliplata pudo llegar a considerarlo su mejor amigo y alguien muy importante en su vida
Llegaron al comedor, tomaron su charola para recibir cada uno el almuerzo de ese día
“Takoyaki y nigiris, nada mal”
Pensó para sí mismo Tsuna para luego ir prácticamente corriendo junto a Gokudera a una de las pocas mesas que aún quedaban vacías en la estancia
Tomaron asiento y tras colocar sus charolas sobre la mesa, comenzaron a comer y a conversar de cosas triviales como el trabajo y el examen que dieron hace pocas horas
Las cosas hubiesen seguido su curso normal, pero el peliplata distinguió a su ex acosador ahora “conocido” sentado junto a ese chico malhumorado mientras almorzaba y sin pensarlo dijo su nombre
-Yamamoto
-¿Eh?
Tsuna miró por unos segundos el rostro de su amigo, el cual había agachado la mirada, y luego sonrió pícaramente al reconocer el nombre que había salido de sus labios
Giro un poco y buscó con la mirada al “pelinegro masoquista” como divertidamente había bautizado a Yamamoto Takeshi, el chico perdidamente enamorado de su amigo Hayato
Después de unos segundos logró hallarlo, sonrió al notar que su amigo tenía el rostro ligeramente sonrojado, se notaba que a pesar de todo lo tsundere que pudiera llegar a ser Gokudera, tenía interés en el pelinegro, estaba seguro que le gustaba
Notó también que Yamamoto comía acompañado, por alguna razón sintió que conocía a aquel otro pelinegro, tras mirar durante unos segundo más al chico, cuando este giró un poco su cabeza pudo notar de quien se trataba y una sensación de frío recorrió su cuerpo por completo
“No puede ser”
Recordó el sueño que había tenido y eso hizo que su rostro se colorease de carmín, aquel chico llamándolo por su nombre y acariciando su mejilla, ¡Debía olvidar ese estúpido sueño!
-Tsuna, ¿porque estás rojo?
Gokudera miró hacia la dirección que los ojos de Tsuna veían fijamente desde hace un rato, se sorprendió al ver que este observaba la mesa donde estaba el “idiota”, pero no precisamente veía al moreno, sino al chico que comía frente a él
-No puede ser, ¿estás interesado en ese amargado?
-¿Eh?
Sin notarlo Tsuna había quedado prendado de aquel chico y no se había dado cuenta de lo que su amigo le había dicho
-Te decía si realmente estás interesado en ese chico
-¿C-Chico?
-No soy tonto, estás mirando desde hace un rato al chico que está comiendo junto a Bakamoto
Tsuna no pudo evitar reírse internamente al notar el apodo con el cual Gokudera se había dirigido a Yamamoto “Cuántos apodos tendrá para él?” fue algo que no pudo evitar pensar mientras observaba a su amigo
-No estoy mirando a nadie
-Claro que lo haces, ¿te gusta no?
Su rostro se coloreó completamente mientras trataba de que su cerebro le dictase algo adecuado para decir y librarse de esa pregunta…pregunta de la cual no sabía la respuesta
-¿Cómo puede gustarme alguien a quien no conozco?
-Pero tu rostro no me dice lo mismo, además estas nervioso Tsuna, ¿hay algo que no me hayas dicho?
-Yo…-Era demasiado vergonzoso, no podía decirle a su amigo que simplemente era un chico que fue el día anterior a la cafetería acompañado de una hermosa chica que de seguro era su novia, que él fue el encargado de atenderlo y que en la noche soñó que le acariciaba gentilmente la mejilla mientras decía su nombre, ¿o sí?- te contaré pero no quiero que te rías de mi ¿ok?
Era su mejor amigo, ¿por qué no confiarle cosas como éstas si Gokudera le había contado acerca de Yamamoto?, no sería algo equitativo si le ocultase algo que de seguro no tendría ningún futuro
-Prometo no hacerlo
-Bien, es que…
Le contó todo a Hayato, omitiendo claro, detalles como que su corazón latió fuerte sin ninguna razón y lo guapo que le parecía aquel chico, ¡ah! y que se puso sumamente nervioso al atenderlo
-Jajaja, amor a primera vista ¿eh?
-Prometiste no reírte, eres un mentiroso
Sin quererlo esbozó un puchero de lo más infantil. Su tío Reborn le había dicho que con la edad que tenía era muy vergonzoso el hecho de que hiciera tales gestos, pero no era su culpa si lo hacía inconscientemente, además de que también Lambo, que tenía casi su edad, hacía esos gestos y su tío no decía nada, no era justo
-Lo siento, no pude evitar hacerlo al imaginar lo nervioso que estuviste cuando lo atendiste
-¿Quién te dijo que estaba nervioso?
-Lo deduzco, es algo obvio
El puchero y sonrojo en el rostro de Tsuna se intensificaron aún más, sin que él pudiera hacer algo
-No me molestes con eso
-Me gusta hacerlo, así como lo haces tú con lo del idiota, ah pero te advierto una cosa
-¿Cuál?
-Aquel chico, él puede ser todo lo guapo que quieras, pero es su personalidad no es de las mejores, es un malhumorado y engreído de lo peor
-¿Eh?, ¿Cómo sabes eso Gokudera-kun?
La curiosidad en Tsuna acerca del “chico de mirada penetrante”, otro de los apodos con el que había nombrado al chico, aumentó al escuchar lo dicho por su amigo
¿Era posible que el pelinegro tuviera una personalidad como la que describía Gokudera?
Tsuna recordó como se había comportado el chico en el café el día anterior, y si bien su voz era fuerte y directa, él había sido atento con su acompañante y le había hablado como cualquier otro cliente a él…de seguro su amigo se estaba equivocando
-Su nombre es Hibari Kyoya, lo sé por Byakuran, ya que él me dijo que una vez tuvieron un enfrentamiento, al parecer el tal Hibari es una persona extremadamente fría y solitaria, no toma en cuenta la opinión de los demás y no tiene importancia para él las personas a su alrededor
-¿En serio?
-Eso me dijo Byakuran, y sabes que él no miente, al menos, no lo haría conmigo ni contigo que somos sus amigos
-Tienes razón, pero si no le gusta estar acompañado, ¿Por qué está comiendo con Yamamoto?, ¿eso no significa que son amigos acaso?
Gokudera iba a responder la pregunta de Tsuna, pero notó como Yamamoto se levantaba de su asiento y se disponía a dejar su charola en la zona de entrega
Se quedó mirándolo y cuando este le devolvió la mirada para luego sonreírle como solo él podía, su rostro enrojeció y no pudo evitar desviar la mirada
“¡Que me has hecho Bakamoto!”
-¿Gokudera-kun?
-¿Eh?
-Te distrajiste- Tsuna sonrió divertido- ¿es porque Yamamoto se va?
-N-No, a mí que me importa si ese idiota se va o no
-Está bien-Sonrió divertido al notar como su amigo se avergonzaba, “¿Por qué será difícil para él aceptar sus sentimientos por Yamamoto?” pensó mientras la pregunta, que aún no había sido respondida, que le había hecho a Gokudera se apoderaba de su mente nuevamente- eh… respecto a lo que te dije antes…
-Seguro todo es culpa del friki acosador
Se quedó pensativo ante la respuesta del peliplata y luego esbozó una sonrisa al notar el nuevo apodo hecho especialmente por Hayato para el moreno, sin duda que su amigo tenía mucha imaginación
-¿Culpa de él?, ¿A qué te refieres?
-La personalidad de Yamamoto es muy perseverante, es por eso que es molesta- al notar el rostro aún más confundido de su amigo Gokudera siguió con su explicación- me refiero a que a pesar de la horrible personalidad que pudiese tener el tal Hibari, a Yamamoto de seguro le agradaba e hizo todo lo posible por llegar a ser su amigo, aunque analizando las cosas quizá solo Hibari se cansó de tratar que el friki lo dejase en paz, y simplemente dejó que lo acompañara, jaja, seguro que ni siquiera lo considera alguien cercano y tan solo le sigue la corriente, pobre Bakamoto
Se quedó pensando por un momento en todo lo dicho por su amigo, ¿Hibari en realidad era ese tipo de persona?, no podía ser, no creía que fuera alguien que no tomara la amistad de alguien en serio y que no le importasen los demás, el día anterior había sido amable, a su manera, pero en fin de cuentas lo fue, además, ¿Qué aquella chica con la que fue no era su novia?, si fuera una persona como la que describía Gokudera no podría tener una novia ¿o sí?
Cada vez más interrogantes se aglomeraban en la mente del castaño, había tanto que quería saber acerca de ese chico y sin embargo no entendía la razón
-Pero él…
-¡Gokudera, Tsunayoshi-kun!
Su voz calmada fue interrumpida de golpe por una alegre y fuerte. Hacia la mesa donde comía junto al Gokudera se dirigían un peliblanco con una sonrisa muy grande y un chico con el ceño fruncido a su lado
-Byakuran, Mukuro
-Tsk, el par de idiotas
Los mencionados tomaron asiento junto a él y Gokudera, Byakuran no tardó en hacer un puchero por la forma despectiva con la que su amigo se dirigió a ellos, sin duda Gokudera no cambiaría su vocabulario por más que lo intentara
-¿Tienen clases después?
-Que te importa
No, sin duda, Gokudera no cambiaría su vocabulario ni su actitud Tsundere por nada
-No tenemos Byakuran, ¿por qué lo preguntas?
Sonrió mientras esperaba la respuesta del peliblanco, otra de las muchas cosas de las cuales su tío se quejaba de él era sin duda su sonrisa. Él decía que sonreía por todo y que era molesto, pero no podía evitarlo, era parte de su naturaleza el ser como era
-Es que Muku-chan y yo iremos al centro y nos preguntábamos si quisieran venir con nosotros
-Nos preguntamos no, tú querías que ellos vinieran con nosotros
-Claro, es obvio que quieras pasar tiempo a solas con tu novio, Byakuran sí que es un idiota
Miré a Byakuran con comprensión, sin duda debía ser duro tener a Mukuro como novio, su personalidad era tan o hasta más difícil que la de Gokudera
-Solo pensé que sería divertido el ir todos juntos, no pensé que te molestarías por eso amor
El rostro de Mukuro enrojeció notoriamente y soltó muchas palabras que ni siquiera entendí en voz baja, Gokudera comenzó a reír y Byakuran solo hizo un puchero como muestra de arrepentimiento
-Es mejor que lo lleves a un buen lugar si quieres que te perdone Baka Byakuran
-Me largo
-Hasta luego Mukuro
Me despedí como pude de él, mientras veía como Byakuran salía prácticamente corriendo tras él pidiéndole perdón, ellos dos eran muy divertidos pero se veía que se querían mucho
Recordé a Ryohei y Koyo por un instante y una alegría me invadió instantáneamente, ahora que recordaba recibí un mensaje de mi primo en el cual me decía que se había arreglado con Koyo y que iría uno de estos días a la cafetería a contarme todo lo sucedido
-Esos dos idiotas…bueno ya es hora de irnos Tsuna, ya que no tenemos más clases que te parece si vamos más temprano al trabajo
-Me parece bien
Ambos chicos tomaron sus charolas y la dejaron en la zona de entrega para luego dirigirse hacia “Sweet fragrance”, otro día más de trabajo les esperaba y había que estar siempre preparado para ello.